Partida Rol por web

 Marcus escuchó la voz Narya sobre los grititos del hereje.-Chicos solo nos queda la puerta, matad a esos...!tu no te muevas¡.-Marcus volvió a sujetar con fuerza al hereje.-como me jodas otra vez..!TE MATO¡.-

Los disparos empiezan a llover como un fuerte temporal sobre el equipo. Las losas que cubren las paredes se astillan y caen convertidas en fino polvo al mismo tiempo que las cubiertas de plastiacero se mellan y lanzan trozos de dicho material hacia todos lados. El equipo comienza a disparar hacia los tiradores, que por fin, han revelado su posición. Rápidamente, tomo mi rifle automático y activo la guía laser incorporada. Debo concentrarme bien para realizar un preciso disparo, por lo que empleo mis conocimientos del inmaterium para centrar mi atención sobre el blanco.

La concentración es máxima. Mientras me centro, las voces y el disparo que en un pricipio han sonado amenazadores dentro de la propia sala van quedando atrás. La negrura de la noche, mitigada por los visores nocturnos y convertida en una fantasmal imagen de los edificios cercanos, se presenta ralentizada. Las gotas de agua golpean contra el rifle y su largo silenciador, resbalando por el lentamente, al estar aun frio el supresor. Segundos después presiono el gatillo, y el arma bufa silenciosamente. Entonces, las gotas empiezan a evaporarse cuando entran en contacto con él.

Por el micro comunicador les hago saber al equipo. Creo que he alcanzado a otro, pero no se si lo he eliminado del todo.

El disparo de Narya levanta una nube de sangre que baña la ventana a la derecha, perforando el plastiacero del borde de la ventana.

Mientras que Jhon reduce a pedazos irreconocibles el borde de la ventana, y las esquirlas parecen clavarse en el cuerpo del enemigo, que se pierde de vista.

Cuando e hombre de la derecha, a quien Narya impactara, se levanta nuevamente, el proyectil de Victor surca el aire girando increiblemente en el aire, esquivando el marco por milímetros, e incrustándose en su cuenca ocular derecha, convirtiendo su cráneo en una masa sanguinolenta.

El rugido de los motores del transporte pronto ahogan todo, incluso las palabras que puedan salir de los Acólitos. El vehículo lentamente queda a la vista, unos 10 metros de largo, y una compuerta se desliza en el costado invitándolos al espartano interior. 

- Todos arriba, chicos! Tengo al PDF despachando unidades, rápido, rápido!

Marcus arrojó al cultista a bordo, para luego saltar él mismo dentro del transporte blindado Perseus. Narya ágilmente se colocó junto a la puerta, cubriendo todo con su rifle, mientras Malek, Eisen y Victor abordaban.

Volvieron la vista atrás. Jhon calculaba la distancia y saltaba, tomando el fuerte brazo del psíquico con un pie en el umbral e impulsándose dentro con un bufido.

Daga... Daga había quedado atrás.

Malek gritó algo que se perdió en el ruido de los motores antigrav. Daga hizo un gesto cortante con la palma.

La puerta blindada chirrió como animal herido y reventó hacia fuera como una pústula sangrienta, las esquirlas metálicas bañando al Perseus con la violencia de un vendabal. Jillian luchó por controlarlo; los que estaba dentro se cubrieron a toda prisa.

Daga sonrió.  

Desde las profundidades de la explosión, cortando el humo con su corrida, algo que alguna vez fue humano cargó hacia ella. Un mercenario de la Colmena, sus músculos removidos y reemplazados por tejido crecido artificialmente en tanques (conocidos como graft entre los adeptos), seguramente hasta las cejas de drogas de combate para no sentir nada más que odio, furia y ansia de sangre.

En sus manos rechinó una hacha-sierra grande como el torso de la asesina. El impulso lo lanzó hacia adelante, cuerpo y medio más alto que ella. El enorme arma cayó, rozó la espada de energía alzada tan rápidamente que pareció teletransportarse en su trayectoria, y se desvió a un costado. Sus dientes lanzaron chispas mientras comían las baldosas del suelo, dejando un surco en ella.

- Me cobraré tu sangre, fagk! le escupió en la cara, mientras buscaba impulso para girar nuevamente.

Narya pestañó en la lluvia; tenía al monstruo en la mira pero... acabaría con la presa de su amiga?

     Daga no pudo mas que sonreír ante el mutante que se le venia encima. Una persona normal se habría encogido de miedo, pero ella era una Moritat, y atacar a un Moritat es encontrar la muerte... 

     ¿Crees que me impresionas? No eres nada... ya estas muerto. Economizando movimientos, la asesina describió un semicirculo con su calzado sobre el suelo mojado, lanzando una cortina de agua contra los ojos del bruto en plena carga. Después de eso fue muy fácil esquivar a la cegada mole... solo un paso a la izquierda para evitar el zumbido del hacha sierra, que pasó inofensivo junto a su cuerpo. Con sorpresa, vio como el mutante se revolvía y con mas suerte que destreza conseguía parar o al menos desviar cada uno de sus golpes. 

     Estaba claro que aquel engendro no era tan malo como pensaba. La mirada de la asesina se endureció, mientras buscaba un hueco en la guardia de su enemigo.

Marcus se desprendió de su mochila y gritó con fuerza por encima de los motores.-!CHICOS,COGED EL ARNÉS VOY A SALTAR A RESCATARLA.-Soltó su bolter y su carabina láser tan solo armado con su fiel cuchillo y las granadas del cinto,soltó el arnés de su cinturón y engachó la abrazadera(gancho) en la puerta,fue soltando la cuerda mientras retrocedía para coger carrerilla.-Confio en ustedes para aguantarme.-Fueron las ultimas palabras del Catachano antes de saltar con todas sus fuerzas por la puerta y encomendar su suerte al Dios-emperador para llegar a tiempo de auxiliar a Daga.

Eisen tomó la cuerda, le lanzó el cabo al Psiquico que parecía fuerte y aferrandose a ella con fuerza espero el momento del salto para tensar los musculos.

- Por el trono -  dij con la mirada serena.

si Daga vivía, no sería para que disfrutara un día más, si no para que su servicio al Emperador fuera mas largo, pues lo único que superaba la gloria de morir al servicio del Trono, era servirle con eficiencia. 

!!! Ohhhh TRONOOOO !!! !!Voy Eisen!! Exclamo mientras dejo caer el fusil con el que estaba a punto de enviar una ráfaga al monstruoso engendro. El arma quedó colgando de sus cinchas de nailon en torno a mi cuerpo y yo tomo rápidamente el cabo que el sacerdote me había lanzado. Tras pasarlo por una sección metálica de la nave para hacer de contrapeso, rápidamente lo engancho a las secciones de amarre destinadas a los cables de descenso rápido que usualmente se emplean en los descensos en rapel de las naves.

Venga venga venga joderrrrr.... Me auto-apremio intentando enganchar la sirga en su lugar mientras el cable se desenrolla a toda velocidad tensándose por momentos debido al peso en caída del sacerdote. Por fin, encuentro la argolla y con un movimiento rápido seguido de un chasquido engancho el mosquetón en el perno. !!CHASSSS!!. Por el comunicador le informo: Estas fijado compañero.

Sabía que iba a hacer falta más que suerte y tres compañeros para acabar con aquella bestia, por lo que tras enganchar el cable, desenfundo mi pistola Bolter de su lustrada funda y una vez más me dispongo a afinar mis sentidos de tirador mediante a los poderes enseñados por mis maestros. ¿Donde estas mal nacido? Venga... Ponte a tiro de una vez...

Mirando a Víctor comprueba que esta todo preparado para que no haya ningún percance, les grita fuerte para que el sonido de los motores no deje su voz en un simple susurro.

[B]-Podéis vosotros dos verdad?, yo me encargo de que este no vuelva a hacer de las suyas[/B] -desenfundo su pistola laser y encañono al preso gritándole.

-muévete -luego le empujo a una silla donde tenían preparados unos grilletes sin dejar de apuntarle, cerro estos sobre sus muñecas y comprobando que estos no se soltaran.

Volvió a gritar mientras, registraba al prisionero, ya les había dado un susto, no quería mas sobresaltos - Jillian, no tendrás algún sedante en la nave para que no moleste por el camino

Marcus cayó sobre el balcón con un golpe sordo, doblando las rodillas y usando el impulso para estar inmediatamente en pie. El cuchillo catachano brilló bajo un relámpago entre sus dientes, a metros de la danza mortal de Daga... 

- En el botiquín, bonito... dice la piloto, cuyo vibrante cabello rojo pueden ver en el asiento de la cabina, tras la puerta abierta. Qué hace la loca? Que suba a bordo, nos vamos ya!! 

Jhon levanta la vista y encuentra el botiquín. Con una mano impulso al rechoncho hombre contra un rincón, cerrando a su alrededor cintas de restricción que le impiden mover brazos y piernas. En el botiquín vio varias jerinquillas, rápidamente encontró una con un sedante potente.

La piloto nos urgía a abandonar la posición estática de suspensión y no era de extrañar, pues más tiradores podrían estar tomando posiciones. Había que actuar y había que hacerlo ya. Así que activando el enlace de voz les comunique a los que había aterrizado gracias a los cables de descenso: !! Por el Trono !! !! Usar los cables, engancharos a ellos, y que nuestra piloto os saque volando, luego os izamos a bordo de nuevo, no nos podemos quedar más tiempo parados!! Les grito por el enlace del micro-transmisor. Espero que entiendan que no es necesario acabar con él. Que lo principal es nuestro objetivo y si somos derribados... Todo caerá bajo su peso.

-¡Dejad de hacer el tonto y subid a la nave de una vez!-grita Malek por el comunicador a la vez que dispara al engendro mutante que ataca a sus compañeros, pero errando el disparo por culpa de un movimiento súbito de la nave- ¿Jillian, preciosa, donde te enseñaron a pilotar?

Tras asegurar mi posición en la nave saco mi rifle de francotirador y observo la situación desde la escotilla. Todo transcurre muy deprisa, mis compañeros vuelven a saltar al balcón para ayudar a Daga, pero parece que no van a llegar para ayudarla, Daga se encuentra en peligro, no puede enfrentarse con ese musculoso tipo, enfurecido y drogado. Sin pensarmelo dos veces y ante la posibilidad de que algo malo le pueda pasar a mi compañera, me concentro en la situación:

El sonido de la nave se silencia a mi alrededor, no noto si quiera las gotas de lluvia callendo sobre mi cabeza, el momento queda ralentizado, solo quedamos, el musculóso tipo y yo. Cojo aire lentamente y mantengo la respiración unos segundos.

En ese momento mi dedo aprieta el gatillo del rifle y una bala sale a camara lenta y recorre la distancia que nos separa bajo las gotas de lluvia que se interponen entre nosotros. La bala por fin, tras un gran momento de tensión, impacta en la frente del tipo. Es entonces cuando vuelvo a respirar normalmente, mientras veo la escena desde la nave.

Daga inicia un arco ascendente con su espada dispuesta a encontrar el pecho del oponente y abrirlo en canal. Un reguero de sangre la salpica; el monstruo se ha quedado inmovil de repente; el hacha-sierra golpea el suelo y se apaga tras un par de botes, humeando en la lluvia.

Un hilo de sangre brota apenas de una herida circular entre ceja y ceja del tipo. Por la nuca le caen los restos de su masa craneal, resbalando hasta la espalda.

Con cara de enfurecida Daga se vuelve hacia el transporte. Marcus le ofrece la mano para subir pero ella lo ignora y de un salto se acomoda dentro, y el hombre la sigue.

- Off, off, off we go... canturrea Jillian mientras observa por la ventanilla como el balcón se aleja del vehículo. Algunos cultistas aparecen en la puerta reventada, pero sus disparos rebotan inofensivos en el blindaje del Perseus.

El hombre que fueron a buscar cuelga del arnés de restricción, un hilo de saliva cayendo de su fofa boca al compás del vaivén del vehículo.