Partida Rol por web

Ha pasado poco tiempo desde que rescatasteis a varios ciudadanos de Caldero. Para algunos os habeis vuelto bastante populares, a parte de eso la ciudad sigue con su rutina diaria, a la que os sumais cada uno de vosotros. La noticia de actualidad ya no son las desapariciones, sino la extraña frecuencia con la que se ven trasgos cometiendo actos vandálicos por la noche.
Aun no os ha dado mucho tiempo a contar vuestras ganancias conseguidas en la fortaleza de malaquita cuando llega una nota a casa de Markku Vaara y otra a la de Saphon.
Me encantaría encontrarme contigo en el Ayuntamiento para hablar de un asunto importante. Por favor ven en cuanto te sea posible o indica que no podrás venir. Por favor, agradecería que hicieras saber al resto de los heroes que rescataron a los desaparecidos que también se les requiere para una importante misión
La firma Terseon Skellerang, Capitán de la guardia de la ciudad.

Durante todo este tiempo Amras trató de volver a la rutina, pero lo cierto es que su tienda de peletería permaneció cerrada dos de cada tres días. Amras parecía algo distraído, e incluso cuando estaba con Dag estaba más callado de costumbre y se limitaba a beber su cereza y ensimismarse en sus pensamientos. Cualquier intento de Dag por sonsacar lo que le pasaba al elfo había sido infructuoso, y solamente parecía alegrarse cuando Daenerys les visitaba. En alguna ocasión fue a ver a Maik y a su padre, al cual parecía que le esperaba una larga recuperación.

Recibir esa carta ha supuesto un cabreo monumental para Saphon, enfrascado en el estudio de las artes arcanas y en las enseñanzas de Wee-Jas. No obstante, la curiosidad le motiva a acercarse a ver a su amigo Markku.

Al saber que había recibido la misma carta, Saphon le pregunta.

¿Qué vamos a hacer? Habrá que ir a buscar a Amras. Supongo que el enano gruñón y la pilluela estarán con él...

Markku termina de leer la nota, y prepara unas escuetas misivas, que hace llegar a sus compañeros por medio de un joven sirviente. Duda que Maik vuelva, pero a pesar de todo también le dirige una de las cartas.

Cuando el muchacho sale por la puerta, Markku se siente preocupado. Abandonar a su familia para salvar a la ciudad, una vez más...

Los dias despues de la incursion en la ciudad subterrana el resto de los dias han sido una vuelta a la rutina de hacer poco mas que beber, aunque uno de los primeros dias, despues de realizar unas compras un tanto extrañas, fundamentalmente botes de productos que olian de formas extrañas, Dagdain se encerro un par de dias en una habitacion, junto con tambien un par de botellas de aguardiente enano, tras los que salio acompañado de un cuervo que desde entonces parece alejarse poco de el y que tiene la desagradable costumbre de insultar a la gente

Cuando recibio la nota de Makku, se dirigio a buscar a Amras, antes de ir a ver que queria el estirado paladin

Daenerys había estado muy animada tras el rescate de los niños, cogiendo como costumbre el ir a hacerles visitas bastante frecuentes, aprovechando para jugar con ellos como una más. Disfrutando del merecido descanso de un trabajo aparentemente bien hecho, no escatimó esfuerzos en vigilar al chiquillo raro por el que tanto interés había mostrado tamaña bestia de la infraoscuridad, tan solo para devolverlo indemne seguidamente.

En los ratos en que no estaba repasando las lecciones de magia con su mentor, o tratando de que Saphon lo aceptara como estudiante en el templo de la Diosa de la Magia, Daenerys aprovechaba para merendar con Amrash, a quien trataba de convencer para una nueva excursión a la ciudad gnómica, siempre que tenía oportunidad.

En sus habituales noches de insomnio, la mediana había optado por hacer algunas averiguaciones por los bajos fondos, tratando de saber quienes eran aquellos dos repentinos benefactores que los habían salvado de morir por el garote de un ogro en primera instancia y por el resistente esclavista en segunda.

Es por la tarde. Amras está a punto de cerrar la tienda cuando una figura cubierta por una capa y la capucha echada entra. Sus movimientos enseguida le delatan como un elfo a Amras.

- ¿Eres tú Amras Nä-fuin?

Amras miró al elfo.

- Sí, ¿Vienes a comprar? Estoy cerrando.

El elfo se quita la capucha pero su porte sigue siendo altivo. Se coloca el pelo, lacio y brillante, antes de continuar.

- Veo que sigues usando el apellido de tu madre ¿Qué diría ella de que te asentaras en una ciudad llena de tantas....razas?, parece que escupe esta última palabra.

- ¿Conocías a mi madre?

El elfo pone cara de desagrado por la pregunta de Amras.

- ¿Vivir entre escoria humana te hace olvidar quién eres y de dónde procedes? Soy Seril Nä-fuin, sobrino de tu madre.

Amras tuerce ligeramente el gesto. Después dice:

- No deberías insultar a los humanos. Cada persona es una misma, y hay tanto buenos como... escoria, como dices. No creo que sea distinto entre los elfos.

Después añade.

- Desconocía que mi madre tenía sobrinos. Así pues... ¿Somos primos? ¿Quién te ha dado mi nombre y qué haces en Caldero?

El elfo terminó de cerrar su negocio y aguardó las explicaciones de su presunto pariente.

Seril sale a la calle y observa con desprecio a la gente cerrando sus negocios y volviendo a sus casa por el merecido descanso.

- Digamos que son sabandijas quema árboles y puede que alguno se libre, añade sin bajar el tono de voz cuando pasa un hombre con un saco pesado a sus espaldas.

- Y cómo huelen....por Corellion, luego se acuerda de la otra pregunta o la ha estado ignorando a propósito. Soy sobrino de tu madre y ella pidió que te encontráramos antes de fallecer....veremos si mereces heredar los parentescos.

Amras pasa por alto el desdén con el que el otro elfo se refiere a los que no son de su raza.

- ¿Encontrarme? ¿Por qué?

El elfo muestra una sonrisa de superioridad.

- Entonces, ¿es cierto que no te lo dijo?....Bueno, si estás a la altura te enterarás.... y hace un gesto con la mano quitándole importancia.

- Y dime ¿tienes un lugar en el que vivir aquí?