Partida Rol por web

Acorralada, la cobra se revolvió contra la enana qué había salido al paso para intentar aplastarla con su martillo y con un rápido movimiento hirió el brazo de la paladin de Torag. Por muy venenosa que fuera, los enanos phamet eran altamente resistentes a aquellas toxinas, por lo que lo único que se llevó Awib fue la pequeña herida del mordisco.

Con la furia reflejada en sus ojos la paladin alzó de nuevo su martillo y aprovechando la distracción que la inocente Nylwa había provocado apostada en el sarcofago descargó su martillo sobre la cobra.

El hábil mercader vio como su daga rebotaba sin más en la piel metálica del maldito ofidio sin causarle ni un solo rasguño... pensó que su tiro había sido excelente y en circunstancias normales algo de daño hubiese hecho... se acordó del sarcófago y sintió que debía apartarse del combate para no ser un estorbo a los guerreros que si podían hacer mella en aquella armadura escamosa.

Apenas se había movido un par de metros cuando notó que aquel veneno le estaba debilitando aun más al flaquearle una de sus rodillas haciendo que casi cayera de bruces... necesitaría un antídoto? aquella picadura le mataría?

El explorador se movió hasta la esquina para tener una mejor visión del ofidio metálico y flanquear con la enana phamet. En un despiste de aquel ferroso ser lanzó una estocada que volvió a sonar con un metálico sonido, y volviendo a dejara a Ravic con la duda de si había servido para algo.

Al verse acorralado, el metálico ofidio se revolvió y atacó a Ravic con saña pero la armadura del joven retuvo los dientes emponzoñados. Lejos de acobardarse, la sierpe se alzó sobre su vertical mostrando su cuello ampliado a diestro y siniestro...

La cobra estaba rodeada. Ahora era sólo cuestión de tiempo que la forzuda enana atinara asestando un golpe descomunal. Para ello, Nylwa seguía azuzando a la criatura con su cestus, intentando desconcertarla y facilitar el golpe letal...

¡¡¡Vamos Chiwiiiiiiiii!!!

Ibrahïm decidió que las fuerzas que podía conjurar ya no serían efectivas en este combate, de modo que optó por colaborar de un modo más activo. De un salto, subió sobre el féretro y azuzó a la cobra con el extrremo de su bastón para que sus compañeros pudiesen golpearla con mayor efectividad.

Awib volvió a intentar golpear la exótica y antinatura cobra, y una vez más esta esquivó el ataque.

Tenían al ofidio acorralado, y el resto de integrantes lo estaban molestando para que los dos guerreros del grupo pudiesen aguijonearlo sin piedad. Pero la piel de aquel ser era más dura de lo que imaginaba. Ravic nunca había visto nada igual. Sus continuos envites terminaban con un sonido metálico, pero sin ninguna consecuencia adicional.

Iba a ser un nuevo duro combate, que pondría a prueba de nuevo, la resistencia del grupo.....

Viendo que sus golpes no eran capaces de dañar a ninguna criatura en aquel maldito lugar decidió ser algo útil y decidió probar suerte con uno de aquellos frascos de fuego embotellado... era arriesgado, pero como solía decir su padre "Sin riesgo no hay gloria". Así pues se desplazó para tener una buena visión del ofidio metálico y arrojó el frasco.

Ali, ávido por ser de utilidad, se movió alrededor del combate para encontrar una posición adecuada para lanzar uno de los frascos recién adquiridos. El tiro no fue todo lo certero que esperaba y se fue a estrellar contra la pared de enfrente del joven... con la mala suerte de salpicar con su contenido a Ravic, aunque también algo al enemigo.

La cobra se giró bruscamente y buscó el cuerpo del explorador, que tuvo la habilidad suficiente para esquivar los dientes del ofidio....

Awib volvió a intentar golpear a la serpiente, sin embargo la agilidad de esta era increiblemente sobrenatural. 

Awib se revolvió rabiosa sin esperar que las triquiñuelas de Nylwa le permitieran obtener más ventaja, con lo que nuevamente, su ataque quedó sin la gloria del impacto. La cobras seguía evitando el enorme martillo de la enana pahmet. La muchacha se colocó en posición para recibir un posible ataque, pues no podía hacer mucho más...

Debían deshacerse cuanto antes de tan letal enemigo. La metálica sierpe se movía con una sinuosa danza que hacia muy difícil que los compañeros acertasen sus golpes.
Ibrahïm continuó azuzando al oponente con la esperanza de que los demás terminasen con su existencia.

El combate se estaba eternizando, y el cansancio comenzaba a hacer mella. Los diferentes envites de los Leones de Wati se estampaban contra la dura piel del metálico ofidio, con no mejor resultado que el de dar un golpe a una cacerola. Incluso los ataques a distancia erraban, con resultados poco satisfactorios para el grupo.

La refriega parecía haber entrado en una tregua de golpes... nadie alcanzaba su objetivo, pero tampoco ninguno cejaría en el empeño.

La metálica sierpe se arrojó sobre Awib con una rapidez endiablada y clavó sus colmillos en la piel de la enana... El enemigo se apuntaba un tanto.

El combate se alargaba y los colmillos de aquel ofidio ferroso y fatal, se hincaron en la carne de la paladín pahmet. Debían apresurarse en batir a tan molesta criatura, pero a pesar de que lo intentaban, sus ataques fallaban.

Nuevamente Nylwa intentó fintar para engañar a la serpiente, que siseaba y bufaba furiosa ante los arrestos del los Leones de Wati...

Ibrahïm continuó hostigando a la serpiente para que los demás rematasen la faena.
Parecía increíble como el contrincante eludía todos los golpes de los compañeros; necesitaban hacer mella en la férrea piel del metálico ofidio, pero por el momento, les estaba resultando harto difícil...

Abbas contemplaba a los amigos de Ibrahïm golpeando sin cesar algo que se hallaba oculto a su vista; tan sólo le llegaba un sonido metálico cada vez que descargaban un golpe.

Notando el nerviosismo del joven conjurador, el chivo entró en un estado de excitación que le incitaba a acudir junto a él.
Saltó con gracia sobre los bártulos que se amontonaban en la cámara y aterrizó con un potente golpe sobre la espesa coraza del ofidio.