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La Compañía Negra 2: La Puerta de Galdan.

La Compañía Negra: Pelotón de Hostigadores.

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05/12/2016, 06:44
Derviche.

FASE DE BATALLA IX: ASALTO 07 DE 10:

Se dio cuenta del error cuando ya era tarde.

Sus ansias de sangre fresca y viva, pudieron con ella, y a pesar de que Tarado estaba delante, bloqueándole el paso, no se lo pensó y dio una enorme voltereta por encima de aquel idiota.

Magnífica.

Cuando cayó con los pies en la piedra de la muralla, sintió un segundo de satisfacción suprema. ¡Lo había conseguido, estaba en lo alto de las murallas de la muerte!.

Su felicidad momentánea, junto a su sonrisa macabra, fue sesgada de golpe, cuando la espada de un veterano del triplete, parapetado tras la puerta de la torre, le pasó a escasos centímetros de su cara.

Gruñó e intentó atravesarle el corazón.

Un intento vano, ya que estaba desnuda e indefensa ante el enemigo. Ni si escudo ni su espada estaban disponibles. Se había olvidado completamente, con las ansias de escalar, de que los había guardado. ¿Como podía haber sido tan estúpida?.

No había tiempo para lamentaciones, se dispuso a desenfundar sus armas, lista para el combate final. Matar a aquellos bastardos o morir en el intento.

Sentía las venas hinchadas, y su corazón bombeando sangre a mil por hora. Un dolor latente golpeaba sus sienes de manera rítmica. La señal.

Llegaba la hora del Jaguar, la hora de la sangre eterna que al beberla, cae por la comisura de los labios en dulce torrente hasta el suelo, la hora de la matanza.

Si nadie lo impedía, desataría la cólera de su Dios.

Pronto, muy pronto.

Ya había esperado demasiado.

-¡OS MATARÉ A TODOS HIJOS DE PUTA!-

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05/12/2016, 11:40
La Compañía Negra.

Notas de juego

// Entra en escena: Ballestero. - Procede de: Pelotón de Reservas.

NOTA:

- Ballestero sigue perteneciendo al Pelotón de Reservas, pero el día a día de la narración lo puede hacer durante lo que resta de la Batalla de Galdan en esta escena, al estar físicamente próximo al resto de fuerzas.

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05/12/2016, 18:11
Cabo Barril.

FASE DE BATALLA IX: ASALTO 08 DE 10:

Barril resuella mientras pugna por avanzar a través del ardor de su piel, la pérdida de sangre y el dolor de sus múltiples heridas. Dejando atrás el cuerpo decapitado de la Heroína, al que dirige un bien dirigido escupitajo bajo la celada del casco, el agotado Cabo encara la escalera, la cual le parece bastante más difícil de subir que de bajar.

Mirando hacia arriba, observa su escudo tendido en la escalera, y emite un pequeño gruñido. Su hermano se irritaría si le viera tratar así un objeto que ha costado tanto esfuerzo forjar. Comienza a dar unos pasos escalera arriba, mientras observa la evolución de la batalla en la muralla. Grito sangra abundantemente y retrocede, mientras que el resto de los soldados parecen demasiado heridos para entablar combate. Pero alguien acaba de aparecer en la muralla.

- ¡Matador, releva a Grito en la torre! - La voz de Barril es tan fuerte como hasta ahora, sólo que parece que el dolor la tiñe de una rabia que la hace aún más acuciante.

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05/12/2016, 18:30
Lagrimita, Escuadra Barril, Pelotón de Infantería.

FASE DE BATALLA IX: ASALTO 08 DE 10:

El veloz Oscuro perdía velocidad mientras adoptaba un paso más cauto. A veces había que ser rápido por encima de cuidadoso, pero en una batalla era algo a usar con cautela. Comenzó a subir la escalera a largas zancadas, mientas oyó que alguien le seguía con rapidez. Era el fiel Preocupado, cuya casi suicida maniobra había ayudado a la derrota de la Heroína. Le sorprendía que aún pudiera correr, aún más luchar. No dejaría que le pasara nada, abriría camino.

Su veloz trayectoria lo llevó a pasar al lado de Keropis, el acorazado y silente Campamentero. La mente a veces se presta a pensamientos extraños y Lagrimita no era una excepción:

- Nunca había estado tan cerca del sepulturero de la Compañía. - La figura de Keropis tenía un aura extraña, como si se tratara de algo inamovible. A pesar de sus heridas no emitía una sola queja, y cualquier mueca era ocultada por la máscara de su casco facial.

Manteniendo el equilibrio en el estrecho adarve, Lagrimita dejó atrás al Campamentero y el momento pasó. Sólo veía la puerta que le impedía el camino hacia el supuesto mecanismo de apertura de las puertas. Con una furia nacida de quién ve que alcanzar su objetivo es impedido por un obstáculo, Lagrimita arremete contra el pesado portón, descargando una tremenda patada que hace oscilar la madera sobre sus bisagras, rompiendo el tranco que la trababa, y golpeando con un ruido sordo y ominoso la pared de piedra.

Los hombres de armas de su interior observan impertérritos la figura del Oscuro, que espada larga y daga de pedrería en mano, les devuelve la mirada, mientras su respiración se acompasa. Un muro erizado de lanzas se preparaba para recibirle, más Lagrimita no conocía el miedo. Preocupado volaba con pies ligeros a su espalda y a pesar de sus heridas el propio Oscuro sentía como nuevas fuerzas recorrían sus músculos. Era el momento de la verdad.

- Abuelo, Padre, Hermanos, allá donde estéis, esto va por vosotros. Y un beso para ti Madre, si mi camino me alejara de esta tierra. - Levantando una muro de afilado metal a su alrededor, Lagrimita se aprestó para el combate.

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06/12/2016, 19:26
Piojillo, Jefe de los Campamenteros.

FASE DE BATALLA IX: ASALTO 08 DE 10:

Más amigos caían en la batalla contra aquellos enormes toscos de herrumbrosas y temibles armas. Apenas tuvo ocasión de compartir mucho más que unas fútiles palabras con Loor, pero Piojillo se apenaba mientras miraba hacía abajo, desde su posición en el armatoste escala, a media altura del mismo. De nuevo una lágrima inundaba el ojo izquierdo del campamentero. Otra vez estaría su escuadra sin segundo al mando. - Cochinillo, Manta, Loor... ¿Será esto una maldición? - Pensaba interiormente el k´hlata.

Pero el peligro no solo estaba abajo. Ahora portaba un arma poderosa entre las manos, aquella espada maldita que recogió del cadáver de Odio, pero el ascenso era peligroso. Piojillo no era buen escalador y tardaba su tiempo en afianzarse y trepar por el armatoste escala. Una vez arriba tendría que saltar a la muralla y enfrentarse a los enemigos. Así les habían enseñado a actuar en la Compañía Negra. Siempre hacía adelante, combatiendo y sirviendo por un fin mayor.

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06/12/2016, 20:42
Dedos.

FASE DE BATALLA IX: ASALTO 08 DE 10:

Veo una oportunidad delante de mí. Lo malo es no estar sola para hacer las cosas a mi manera y sin estorbos.

Rastrojo. - Susurro. - Intentemos llegar a la puerta de la torre en silencio. Puede que pillemos a esos veteranos por sorpresa.

Ahora es cuando nuestra última conversación sobre la confianza toma sentido.

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06/12/2016, 20:53
Ballestero.

FASE DE BATALLA IX: ASALTO 08 DE 10:

Ballestero vio de lejos la batalla. Jadeaba. Llegar había sido duro, por entre las brumas venenosas y el barro pegajoso. Era la hora del sigilo. Miró en derredor. Pronto descubrió un buen blanco para los virotes de su creadora de viudas, para Venganza de la Bruja.

Se agazapó. Iba a ir más lento de lo que le hubiera gustado, pero era necesario este trabajo en la retaguardia de la compañía. Ya había matado a alguno de esos, y el aura de terror que desprendían era casi abrumadora. Caminaba hacia las filas de la compañía, y eso no estaba bien. Ya vería luego de buscar otros blancos para su ballesta mágica.

Sin levantar la cabeza, pero manteniendo a su próxima víctima enfilada, avanzó sin abandonar cualquier cobertura que encontrara.

Los gritos y el ruido de la batalla le ayudaban. Los restos de bruma mágica le ayudaban. Guardó su espada, sacó la ballesta, montó un virote con manos ágiles. Ya estaba más cerca.

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07/12/2016, 10:52
Rastrojo.

FASE DE BATALLA IX: ASALTO 08 DE 10:

Rastrojo giró la cabeza hacia un lado para que no pareciese que le estaba mirando el culo a Dedos cuando subía detrás de ella las escaleras.

Que sí, que sí... Soy tan silencioso como una sombra en la noche, pero tú camina y vete avanzando, que aquí estoy expuesto a las flechas, y siento que peligra mi vida.

No había ninguna arquera por los alrededores, y las que se veían a lo lejos estaban en plena retirada, pero Rastrojo siempre fue un poco paranoico.

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08/12/2016, 10:46
Chamán Rojo.

El guerrero chamán estaba muy herido y apenas encontraba hueco por donde poder hacer algo. Desde lo alto d elas murallas echó un vistazo al esperpéntico campo de batalla en el que se había convertido la Puerta de Galdan. ¡Tantos compañeros muertos! E incluso había cosas peores. Perdida caía mientras trataba de subir por el armatoste escala convirtiéndose éste en una trampa mortal. Abajo, entre los cadáveres devorados e inertes reconoció a Plumilla aún con vida.

- ¡Plumilla! Por aquí, usa el cabo. ¡Yo te subiré!- Quizá no estaba bien para luchar pero si lograba salvar la vida d ela curandera de los Campamenteros podía darse con un canto en los dientes.

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10/12/2016, 21:10
Desastre.

FASE DE BATALLA X

Desastre estaba pensando en Peregrino el más grande de todos los guerreros K’Hlata según él. Y habían sido hermanos, hermanos de capa, dos flechas no iban a matar al tigre, al domador de bestias y el que había aguantado a Cielo el raja tripas. Todo eso había contribuido a algo, a ser un soldado y a vivir más allá que cualquier guerrero, ya que eran los más duros de todas las Compañías.

Abrió los ojos y vio a Frontera intentando taponarle las heridas y gritar pidiendo ayuda:

 ¡Estate quieto! ¿Acaso quieres matarme? Mi cuerpo se regenera más rápido que tus pérfidas manos intentando curarme.

La mirada que le echó a Frontera fue la de un Jaguar, un felino de la estepa, suficiente para darle el aviso de que no volviera hacer eso por segunda vez. Entonces se levantó con aquellas dos flechas clavadas y se dirigió hacia la escalera… mientras Frontera le seguía.

Desastre iba a decirle que la escala de exploradores estaba en el otro lado, pero el rostro de encarcelamiento de Frontera dejaba ver su mal estado, sin armadura y armas poco más duraría con vida.

Que hiciera lo que le diera la gana, al final en eso consistía sobrevivir. Pues cuando la muerte te llama y eres incapaz de luchar por tu estado en eso se basa todo en sobrevivir. Allá lejos quedan las órdenes, los superiores y los compañeros. Todo se fundamenta en intentar que no te maten, ya que no sirves para la batalla lo único que esperas es no morir ese día porque no lo harías luchando. Morir sin luchar es algo que da yuyu, pues los espíritus del gran animal puede que no lo vean con buenos ojos y no te reencarnes en un buen guerrero.

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10/12/2016, 21:35
Frontera.

FASE DE BATALLA X

Frontera no sabía qué hacer cuando vio caer a Desastre pero estaba al lado suya, los espíritus le habían encomendado su protección. Miró a los lados pero no vio a nadie que le pudiese ayudar. Y allí tendido estaba su compañero moribundo. Intentó ponerse bajo la protección de los espíritus y curarle o al menos taponarle las heridas ya que dos flechas incrustadas en el pecho eran demasiado para un humano.

Cuando empezaba a toquetear por la zona de las heridas vio que el cuerpo de su compañero reaccionaba y empezaba a cortarse la hemorragia. No era a causa de sus manos, sino del prodigioso cuerpo de Desastre, cuando anonadado se quedó... Desastre abrió los ojos y le echó una mirada asesina y le interpeló a no tocarle más bajo ninguna circunstancia.

En ese momento quitó las manos y quiso gritar a su amigo por su reincorporación pero su mirada le había dejado confundido. Más cuando lo vio levantarse y acercarse a la escalera de la infantería y subir por ella… Entonces lo siguió pues la victoria estaba de su lado.

Mientras iban subiendo escuchó el gorgoteó de un cuerpo desfallecer, algún compañero había caído bajo las garras o colmillos de alguno de aquellos monstruos que pululaban por la tierra yerma adyacente a las murallas. Pero prodigiosamente Desastre subía y Frontera con él, a pesar de sus estados demostraban la entereza para poder subir hacia las almenas del castillo. Una vez arriba en contra de todo pronóstico sobrevivían gracias a la suerte. Un miembro de la Compañía de los Dolorosos los esperaba y los ayudó con su lanza para saltar hacia el adarve ¡Lo habían conseguido! Pero un duro combate se lidiaba en la muralla y pronto se disipó cualquier atisbo de supervivencia.

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11/12/2016, 21:42
Ballestero.

Ese era Manta, pensó Ballestero. Inconfundible. Se movía como uno de los muertos. Esa magia le congelaba los tuétanos.

Le puso un virote entre los ojos. Miró alrededor.

Todavía su posición seguía siendo secreta. Nadie miraba en su dirección.

Encontró otro blanco: disparó. Ese era uno de los cadáveres originales. Miró alrededor. Por el rabillo del ojo vio a Escudo, también llamado a las huestes de la muerte. Apuntó a la cabeza, disparó.

Era como una máquina: movimientos sencillos y económicos, precisos. Sin embargo, este último disparo le hizo dudar desde el primer momento en que había tocado el gatillo de su Venganza. No sabía si le había dado. ¿Caería? ¿No caería?

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13/12/2016, 07:16
Cielo, Escuadra Barril, Infantería.
Batalla de Galdan, asaltos 9, 10 y 1 . Fases IX. X 

 

 
Cielo tuvo un pensamiento para Sombra del Mal antes de desplomarse.
Maestro, os he fallado, a tí y a la Diosa.
Sabía que eso iba a ocurrirle desde que una fuerza externa, le obligó a situarse en el lugar de Grito, probablemente brujería, pensó. Y se quedó inmóvil mientras recibió los ataques del veterano. No había duda de que un brujo oscuro y maligno manipulaba la batalla a su antojo desde alguna atalaya cercana.
Los veteranos no había llegado a serlo por ser torpes o asustadizos, así que en cuanto el primer tajo abrió herida en el brazo de Cielo, el posible efecto atemorizante de sus pinturas esqueléticas se fue al traste. El tipo rió y continuó atacando. Era bueno, interponía su escudo y a Cielo le resultaba complicado acertar a herirle.
Hasta que vio un hueco en su cuello y lo atravesó limpiamente. El chorro de sangre le golpeó en la cara, y Cielo atacó al siguiente mientras saboreaba la sangre de su enemigo.
Sin embargo, el veterano que se le puso delante tuvo suerte en su ataque, a punto de pararlo con la lanza, la espada se deslizó por el astil de su arma, cortando su estómago limpiamente.
Saboreó entonces el toque metálico de su propia sangre llenando su boca, e instantes después sintió en la sien el golpe contra la fría roca del suelo.
Sintió entonces que probablemente iba a morir y escucho en su mente una voz femenina.
Sadaka Mabaya, no estés triste pues esta no era tu batalla ni tu historia, has contribuido con muertes a mi propósito y otros serán los héroes de Galdan, siempre ha sido así, no se trata de Grito, Preocupado, o Desastre, todos estabais aquí a mayor gloria de otros.
Tu cuerpo no es como los demás, sobrevive y sanarás, y algún día contaremos tu historia, pero no hoy. No hoy, hijo mío.
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13/12/2016, 15:08
Piojillo, Jefe de los Campamenteros.

FASE DE BATALLA IX: ASALTO 08 DE 10:

Hacía arriba, ascendiendo, sin prima pero sin pausa, sin desfallecer. Todas estas palabras resonaban como un martillo en la cansada cabeza de Piojillo. Trepar y escalar no eran su fuerte y a la vista estaba a juzgar con el tiempo que estaba emplenado en ascender por el armatoste escala.

Paró unos segundos, a medio camino, muy lejos ya del suelo. Al mirar abajo, mientras recobraba el aliente, veía con ojos lastimeros como los no muertos daban buena cuenta de los compañeros que quedaban abajo, entre ellos Perdida, que esta vez si hacía honor a su nombre y estaba perdida, literalmente. Aquella visión quedaría grabada a fuego en el cerebro del campamentero que apretaba los puños enfadado. Había tratado de ayudar a su compañera a salvarse de aquellas vestias de muerte, alentándola a subir por la escala y continuar la batalla, pero tardó más de lo necesario y lo pagó, con el precio más alto que había.

De nuevo con algo de fuelle, volvió a mirar hacía arriba. Primero una mano, luego el pie derecho, el izquierdo, otra vez la mano libre, y así sucesivamente. Sin pausa, ya casi estaba en lo más alto del armatoste escala. Casi podía ver la batalla que tenía lugar encima de la muralla. Oía a Lengua Negra, a Keropis o a Derviche. Sus voces o sonidos de armas o armaduras eran inconfundibles. Solo faltaba el por subir ahí arriba a poner su granito de arena. Tenía que darse prisa y ayudar a sus camaradas.

- Vamos, Piojillo, ya lo has hecho otras veces. Coge impulso y salta de una vez. - Se decía a si mismo, sin ánimo de que nadie lo escuchase.

Pero el pobre k´hlata estaba agotado, cansado del peso de la armadura que portaba a la que no estaba acostumbrado. Todo eso unido a que no era muy grande ni fuerte, dieron con su salto inicial en nada. Apenas pudo llegar a enganchar una mano al adarve del muro. Pasaron unos segundos interminables y volvió a intentarlo. Fracasó nuevamente. Tres veces, cuatro veces más. El guerrero empezó a desesperarse, pues no había llegado hasta lo alto del armatoste escala para no poder subir a la dichosa muralla de Galdan.

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13/12/2016, 22:31
Cabo Barril.

FASE DE BATALLA X: ASALTO 01 DE 10:

Barril llega resollando al lo alto de la escalera, la cual conduce al adarve. La cabeza le da vueltas y apenas se tiene en pie. El esfuerzo de la batalla, las quemaduras, y las heridas sufridas a manos de la Heroína en la lucha cerrada que sostuvo con ella, le han acabado pasando factura. Y lo peor es la sed. ¡Cuánta sed!

Observa con ojo crítico las luchas que se desarrollan en las torres al oeste y al este. También se percata de que la mayoría de los guerreros que se apoyan pesadamente a lo largo del adarve, están en un estado igual o peor que él. Hay una clara excepción: Matagatos. Su sobrino acaba de pisar la muralla, si bien no está indemne y parece magullado, no se aprecia que esté incapacitado. Los muchachos de Matagatos siguieron las órdenes y ahora se baten en la torre al oeste, buenos chicos. Pero parece que los Veteranos de la torre se están batiendo el cobre de manera dura. Cielo cae sangrando por muchas heridas, y Matador y Grito, ambos heridos y cansados, no se sabe cuento podrán aguantar. Ni siquiera auxiliados por los dos valientes Hostigadores, que a pesar de no ser su tipo de escaramuza, están luchando con bravura por los sonidos que provienen de la torre.

La mente de Barril no es la más despierta, pero cuando entra en batalla, algo parece tomar el mando de sus palabras. Una mezcla de edad, experiencia en combate y resultado de múltiples escaramuzas, además de que probablemente sea el único asaltante que ha participado en el asedio de un lugar amurallado. Rápidamente emite unas instrucciones y peticiones.

- Desastre, los mecanismos - dice señalando la torre este - pon esas jaulas arriba. Indómito, al sur, deja espacio. Grito, agarra esta lanza. - Barril se agacha pesadamente y tiende la lanza del caído Cielo a Grito, de quien sabe que aún puede dar buen uso al arma. Por último se vuelve a su sobrino. - Cabo Matagatos, eres necesario en la torre al oeste. Tus hombres y mujeres, y los míos corren peligro. - El fornido Barril da un énfasis en la frase reconocible a pesar de los ruidos de la batalla. Mientras se prepara para dejar paso a su sobrino, si fuera necesario.

Barril sentía la boca pastosa, de tanto hablar y hablar. Una mirada a su pellejo al cinto le hizo salivar. Pronto.

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14/12/2016, 23:03
Lombriz.

FASE DE BATALLA X: ASALTO 02 DE 10:

En su inconsciencia, Lombriz soñaba que estaba tumbado entre la hierba alta de la sabana, impregnado de tierra húmeda y agua recalentada. El Sol lucía tras la tormenta. Oía un estruendo que iba y venía, rugidos de bestias que un momento parecían estar encima suya y al momento siguiente apenas se oían perdidos en la distancia.

A partir de un momento dado sintió urgencia por levantarse de entre la hierba. Pero no podía. Durante lo que pareció una eternidad pugnó por levantarse. Los sonidos se oían cada vez con más claridad. Se puso a cuatro patas y cogió a tientas su escudo y su lanza, por puro instinto. Agarrar sus armas le afianzó a la consciencia. El ruído de los gritos se volvió atronador. Órdenes gritadas, gritos de agonía, huesos astillándose, madera crugiendo...  estaba en una batalla. No recordaba como había llegado hasta allí y apenas podía distinguir figuras difuminadas conforme salía del armatoste. Se pasó el dorso de la mano por los ojos tratando de aclarar la visión. Ahí estaban sus hermanos de la compañía negra, luchando y sangrando. Sus hermanos sangrando como él y ahora él, con su último aliento, también luchando.

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15/12/2016, 18:18
Cabo Barril.

FASE DE BATALLA X: ASALTO 02 DE 10:

Barril observa como los dos Infantes están haciendo un buen papel combatiendo, sin embargo Grito parece algo disperso. Estuvo a punto de caerse de la muralla, puede que sus múltiples heridas le estén pasando factura, y además Matador acaba de sufrir una herida importante.

El hombretón observa como Matagatos maniobra, en un intento de acercarse a lo más enconado de la lucha, pero hay demasiada gente en esa muralla. Barril no se explica cómo podían maniobrar el gran número de Regulares del Triplete que había sobre la muralla, antes de que Cielo y Grito los abatieran. Sin duda eran duchos en la lucha en lugares estrechos como este. Observando que los esfuerzos de su homónimo quedarían de nuevo en nada, Barril se dirige a él.

- Espera sobrino, deja que te abra camino. Matador, atrás. Grito, mantén la posición. - Tras decir esas palabras, Barril se dispone a cumplir lo dicho.

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16/12/2016, 22:51
Lagrimita, Escuadra Barril, Pelotón de Infantería.
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FASE DE BATALLA X: ASALTO 03 DE 10:

El primer impulso de Lagrimita es subir hasta arriba de la torre, pensando que allí ocultará sus secretos. Pero al llegar al primer piso de la torre, se percata de que hay unos extraños mecanismos embebidos en la pared de piedra. Los examina cuidadosamente, y el joven Oscuro se da cuenta de que sirven para abrir las Puertas de Galdan. ¡Al fin!

Al examinarlo, deduce que ambas hojas deberían ser accionadas a la vez para que se produzca su apertura, lo cual comenta excitado a Preocupado y al Cabo Lengua Negra, que vienen tras él.

- ¡Hermanos, debe haber un mecanismo como este en la otra torre, la que está al Oeste!. ¡Alguien debe ir allí, para que podamos activarlos a al vez! - Lagrimita está hecho un manojo de nervios mientras enfunda sus armas y dedica una mirada crítica al arcano mecanismo.

- Si le parece bien Cabo, mantendré esta posición, y estaré preparado para accionar el mecanismo a la voz de un tercero que coordine la acción simultánea de los dos mecanismos en ambas torres. No sé si han encontrado el mecanismo en la otra torre, o si estará en el mismo sitio, pero es necesario que alguien vaya a hacerlo. - La pesada coraza del Oscuro le hacen peor candidato para correr velozmente de aquí para allá. Lagrimita tiene ya las manos libres, y observa la presencia de aspilleras u otros orificios por los cuales avistar el exterior de la torre.

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18/12/2016, 17:16
Lombriz.

FASE DE BATALLA X: ASALTO 04 DE 10:

Después de acabar con el último Caminante, tuvo un momento para echar un vistazo a su entorno inmediato y hacerse una idea de la situación.

La batalla se había movido a lo alto de las imponentes murallas. Allí estaban las letales ballestas que podían segar su vida en cualquier momento. A su alrededor yacían decenas de cuerpos inertes.

Sin embargo no estaban todos muertos. Captó unos leves movimientos en Reyezuelo y Plumilla que revelaban que todavía estaban vivos.

No eran los únicos que se movían. En medio de la escena apocalíptica un horrendo tosco y la antigua miembro de la Compañía Negra a la que en vida llamaban Asesina se acercaban a él.

Lombriz era la única esperanza de Plumilla y Reyezuelo, pero apenas le quedaban fuerzas para sostener su lanza y levantar su escudo. La vida se le escapaba por múltiples tajos abiertos.

Lombriz podía huir salvando su vida y condenando a sus compañeros. No, no huiría, Lombriz era uno y era la esperanza de los tres. Lombriz lloraba de impotencia como un niño ante la responsabilidad y la falta de fuerzas.

En ese momento su mente viajó a un pasado en el que subsistía mendigando. En el suelo yacían fumados e inconscientes dos mendigos compañeros de fatigas. Lombriz, fumado como ellos, pero consciente, enfrentaba a dos miembros de la compañía frustrados por no recibir botín y dispuestos a desquitarse dándoles una paliza mortal. Y otros campamenteros mirando, sin intención de intervenir. Lombriz, como ahora, suplicaba.

-¡Ayuda, ayuda! -

Lloraba y gritaba súplicas a los de arriba mientras, al límite de la extenuación, alzaba su lanza.

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18/12/2016, 19:18
Dedos.

A pesar de fallar los últimos intentos de ataque, todos los veteranos caen y la torre queda despejada. Me paso la mano por el corte a la altura del estómago para comprobar si es grave.

Sobreviviré. ¿Qué ha sido ese golpe?

Ni siquiera sé por qué me sorprende ver a Rastrojo con el machete roto cuando me giro para comprobar si él está bien.

¡Maldito torpe!

- Toma, cógela. - Le digo mientras desenfundo la daga que llevo en el antebrazo y se la ofrezco.