Partida Rol por web

La Ira de los Justos - La incursión de la Herida del Mundo

3. Entre las ruinas

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08/10/2014, 22:01
Kevveon Gunn

-Madre, por favor...

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08/10/2014, 22:06
Liliana Drauss

-Yo os acabo de conocer -dijo Liliana entre cucharada y cucharada -así que perdonad si hago algunas preguntas obvias pero... ¿sois todos de Kenabres? ¿o hay algun otro forastero, como yo?

Si a ella ya le horrorizaba ver el estado en que había caído la ciudad, no podía ni imaginarse cómo se sentirían los lugareños. Intentó imaginarse eso sucediendo en Almas, o en Corentyn. No pudo. La serenidad de la verde Andoran no casaba con los horrores que había presenciado.

Pero quizá acaba sucediendo. Por eso luchan los cruzados, para que sigan existiendo hermosos parajes y remansos de paz en Golarion.

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08/10/2014, 22:14
Cage

-Yo no soy de Kenabres -murmuró el félido, que se había mantenido callado casi todo el tiempo, como meditabundo-. Viví un tiempo en el campo, pero esta es la primera vez que vengo a la ciudad.

Notas de juego

PNJ

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08/10/2014, 22:41
Ioseph Merrion

-Mi familia lleva aquí desde la Primera Cruzada, pero yo me he criado en Varisia. Cuando mis padres volvieron a la Cruzada me mandaron a vivir con mi tía en Korvosa; mis hermanos ya eran lo bastante mayores para quedarse. No había estado en Kenabres desde que tenía... seis años.

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08/10/2014, 22:51
Anevia Tirabade

Anevia no se había entado a la mesa, estaba en una ventana, observando la calle por una rendija. No dejaba de vigilar.

—Yo me crié en Nidal, y luego vagué por el mundo. No es un lugar  precisamente bueno... Pero este es mi hogar ahora. 

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12/10/2014, 01:27
Coriander

-Yo nací aquí, pero me fui con pocos años. Desde entonces me dedico a viajar de pueblo a pueblo buscando gente que quiera comprar mis pociones y hechizos -en las manos tenía una pulsera de cuentas de colores, regalo de Anay, y no dejaba de darle vueltas a una de color rojo-. Me conozco mejor los caminos que esta ciudad. Me perdería si fuera yo sola.

 

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12/10/2014, 12:08
Anevia Tirabade

—Yo sí me conozco esta ciudad, en cuanto descansemos te llevaré por sus caminos, mataremos a los demonios que encontremos y rescataremos a la gente. 

El ataque había sido brutal, con un balor a la cabeza, los principales guardianes de la ciudad habían caído. Pero Kenabres estaba preparada para un ataque así... salvo que los cultistas de Baphomet hubieran minado sus defensas. Quizá el elfo hubiera acertado en una de las conspiraciones que sólo él veía. 

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12/10/2014, 16:00
Narración

El resto de la comida fue más bien silenciosa. No había ánimo para compartir más historias cuando ni Coriander ni Anevia sabían dónde estaban sus seres queridos. Con aquella mancha flotando sobre sus cabezas terminaron y se fueron a descansar, aunque algunos no pudieron conciliar el sueño y se limitaron a cerrar los ojos para intentar relajarse.

Cuando se levantaron para continuar, mucho más despejados y con energías preparadas, descubrieron una nota sobre la cama que había ocupado Cage.

Siento dejaros tirados, pero no puedo seguir con vosotros. Espero que os vaya bien. Yo me iré al bosque. Suerte.

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12/10/2014, 17:57
Anevia Tirabade

La mujer se quedó mirando la carta de Cage. Meneó la cabeza. Si la ciudad cae, si las Piedras Custodias desaparecen... no habrá sitio para esconderse.

Al menos espero que no vaya directamente a entregarnos a los Cultistas.

—Que le vaya bien... creía que tenía más valor. —Anevia se cambió la venda de la herida. Estaba cabreada pero pronto volvió a mostrar su característica sonrisa. —Busquemos a tu Protegida, a Beth y a toda la gente que podamos rescatar. 

—Señores Gunn, los demonios pueden adoptar diversas formas. ¿Les parece adoptar una contraseña para entrar? Por ejemplo Bendita Iomedae, no creo que ningún demonio pueda pronunciarlo...

Notas de juego

Tengo Saber (local) para guiarnos por las calles hasta llegar a la zona. ¿Sirve?

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13/10/2014, 00:04
Ioseph Merrion

Ioseph acababa de terminar sus oraciones matutinas, y estaba mirando por la ventana y preguntándose cómo estarían Kale y los prisioneros de los quásit cuando encontraron la nota. Cage se había marchado, y no pudo evitar sentir que todos tenían parte de culpa. Habían desconfiado de él y le habían tratado como a un delincuente. Probablemente lo era, pero en vista del terror que se había apoderado de Kenabres, bien podrían haber perdonado su avaricia.

En cualquier caso, ya no podían hacer nada más que desearle lo mejor y seguir adelante. Asintió ante la idea de la contraseña, se despidió de los señores Gunn y salió de la posada, mirando a un lado y a otro para asegurarse de que no les esperaban demonios.

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13/10/2014, 12:37
Kevveon Gunn

El mago no prestó mucho interés a la carta del hombre gato, en parte se veía venir. Cada uno es libre de hacer lo que quiera, y claro está, de sus consecuencias. 

-Madre, no eres muy dada a la teología me temo, quizás  tampoco puedas pronunciarla-. Rió mientras la abrazaba-. Volveremos en cuanto hayamos encontrado al resto ¿entendido? No os preocupéis por nosotros, estaremos bien.

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13/10/2014, 16:59
Torrin Gunn

-Me parece una buena idea. Hijo mío -se despidió su madre-. Cuídate. Y tus amigos también.

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13/10/2014, 17:06
Alfen Gunn

Alfen los acompañó a la puerta. Abrazó a su hijo con lágrimas en los ojos, como si lo enviara a la guerra, y le pidió como su mujer que tuviese cuidado. Luego se volvió hacia los hombres de armas, el paladín y la guerrera.

-Que Iomedae dé fuerza a vuestras espadas. Proteged a mi Kevveon, que es lo único que tenemos Torrin y yo. Y tened mucho cuidado. Lo que hay ahí fuera es innombrable.

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13/10/2014, 17:22
Liliana Drauss

-Gracias por acogernos. Les prometo -dijo la escritora- que cuánto puedan hacer estas manos para devolverles a su hijo sano y salvo, lo harán.

Se fijó el escudo al brazo y se despidió de los padres del tiflin con una inclinación de cabeza.

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14/10/2014, 20:46
Narración

El grupo salió cuando el cielo comenzaba a oscurecer por el crepúsculo. Habían pasado casi todo el día en el interior de la taberna, descansando, y ahora salían al abrigo de la noche. Después de pasar dos días bajo tierra, casi resultaba acogedor.

Las cosas se habían calmado un poco. Los gritos y los aullidos ya no resonaban tan cerca, y el olor a azufre no era tan penetrante. Sin embargo, la sensación de peligro continuaba a flor de piel. Las grietas del suelo, los edificios dañados o derruidos, o en llamas. Aquel había sido su hogar y había invasores en él. Hasta que no estuvieran fuera, de vuelta a su plano de ruina, no estarían a salvo.

Siguieron el rastro de Anay, las escasas direcciones que Liliana pudo darles, y la llamaron en voz alta cuando se atrevieron. No la encontraron. Derrotaron a un par de demonios menores y pusieron en fuga a un grupo de saqueadores con intenciones malignas. No fue hasta entrada la noche que hallaron a la pupila de Coriander.

Se hallaba al pie de una estatua de Sarenrae en lo profundo del Distrito del Anillo. La chica, de unos catorce años, tenía el pelo oscuro sucio y apelmazado, y una capa de polvo cubría sus ropajes raídos. En torno a ella había seis caballeros vestidos con corazas llenas de sangre, suciedad y golpes. La rodeaban sin dejar de vigilar a su alrededor como si temieran que un demonio fuese a arrojarse sobre ellos en cualquier momento.

Dos de ellos, un hombre y una mujer humanos, la sujetaban. Anay temblaba llena de horror.

Con voz llena de pesar, pero determinación, la mujer desenvainó la espada. Tenía una herida en el rostro apenas costrada.

-Tu sacrificio ayuda a la causa del bien. Tu sangre virginal nos permitirá matar demonios.

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14/10/2014, 23:37
Coriander

Coriander casi no tuvo tiempo de alegrarse de ver a Anay; el brillo de la espada y la voz de la mujer la alertaron, generando en ella una cantidad de rabia que hacía tiempo que su cuerpo no albergaba. No había luchado tanto ni atravesado media ciudad en ruinas para aquello. Ni hablar.

"Anay, por los dioses, Anay... ¿Qué más tiene que pasar?"

La bruja se adelantó con su mochila a la espalda y levantó ambas manos hacia la mujer.

-¡DETENTE! -le gritó. Tenía los ojos vidriosos por la emoción y la cara roja de ira-. ¡NI SE TE OCURRA ACERCAR ESA HOJA A LA MUCHACHA!

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14/10/2014, 23:49
Liliana Drauss

¿Sacrificio?, oyó Liliana, con los ojos desorbitados ante lo que estaba viendo ocurrir. Coriander, visiblemente alterada (y con motivo) se adelantó gritando.

Lo que faltaba. Que nos peleemos entre quienes deberíamos estar unidos. Tengo que detener esto... y salvar a Anay, por supuesto.

Corrió hasta adelantar a Coriander, luego se acercó a los caballeros, levantando las manos para demostrar que no tenía intenciones hostiles. Dibujó una sonrisa conciliadora antes de hablar.

-Hola. Saludos, compañeros de armas. Gracias por proteger a la muchacha, buen trabajo. La Heredera está satisfecha con vuestros actos... pero ahora tiene que venir con nosotros. Soltadla, por favor.

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15/10/2014, 20:41
Ioseph Merrion

Hasta aquel momento Ioseph había avanzado por Kenabres alerta pero seguro, gracias a la nueva resolución que ver a su hermana a salvo le había traído, y a la luz de Resplandor, gracias a la cual ya no iba dando tumbos en la oscuridad. Su recién estrenado optimismo, sin embargo, se desvaneció cuando encontraron a la pupila de Coriander.

Ioseph siguió a Liliana y a Coriander, horrorizado. No quería ni pensar en lo que habían debido de pasar los cruzados durante esos días, pero no había excusa alguna para herir a una chiquilla inocente.

-Escuchad a mi amiga. Nadie más tiene que sufrir daño. Por favor, pensad en lo que estáis haciendo.

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15/10/2014, 20:49
Kevveon Gunn

-Cruzados... musitó por lo bajo. No tienen ni idea.

Kevveon intentó pasar desapercibido quedándose a una distancia prudencial. Solo faltaba que le vieran a él para matar a la pobre chiquilla.

-¿De que manera puede la sangre de una virgen ayudar? Estúpidos engreídos sabelotodo.

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15/10/2014, 22:03
Anevia Tirabade

Cada paso era un suplicio para Anevia, pero se lo guardaba bien para sí y ponía la sonrisa que le caracterizaba. Gran parte de estar en un grupo y mantenerlos alerta y descansados era mantener el buen ánimo y la ilusión de encontrar algo mejor, de conseguir algo.

Los demonios menores y los saqueadores habían sido fáciles de derrotar. Con el arma del paladín había sido cuestión de un momento.

¿Por qué no están los demonios mayores? ¿Por qué no han matado a todo el mundo? ¿Es acaso que prefieren mandar a esta escoria de demonios para que tengamos algo de esperanza y sea destruida, para que podamos hacer actos malignos por un mendrugo de pan y condenarnos?

Al principio, cuando entraron en la plaza y Coriander ahogó un grito, Anevia casi se alegró, estaba viva ¡Y protegida por cruzados! Pero tenía una mirada de horror. ¿Por qué?

Anevia avanzó cojeando —¿Sacrificio? ¿Qué hostias está pasando aquí. ¿Que sacrificio puede hacer esta chica... ?

Anevia no podía llegar a toda velocidad, pero apuntó inconscientemente con su flecha a la mujer al verla desenvainar. —¿QUE DEMONIOS ESTÁS HACIENDO CON ESA ESPADA?