Partida Rol por web

Cuando los primeros de vosotros lográis volver a tener una visión clara de la señora (una holandesa madura y poco agraciada con una ropa discreta pero abrigada), ya podéis discernir un numeroso grupo de gente que se arremolina para tratar de enterarse de qué está pasando en las obras. No debe estar pasando nada muy grave o amenazante, pues la gente del andén de la señora no hace visos de huir. No obstante ella está gritando en francés: "¡Allí, allí, hay robots en las obras!"

Efectivamente, varios pequeños seres metálicos, a medio camino entre los androides de las películas de los años 60 y una construcción de mecano, tal vez de un metro de altura, están trajinando en torno a una máquina excavadora allí aparcada. Un policía de la estación, mano en la cartuchera de su arma, les está gritando algo, con la mano izquierda levantada en el símbolo internacional de "alto".

La cosa sucede antes de que podáis reaccionar: del brazo de un de los robots, el más cercano al policía, surge un rayo de energía eléctrico que impacta en el agente, derribándolo y dejándolo inconsciente.

Camino sin mucho énfasis al escuchar el ruido eléctrico presupongo que hay un cortocircuito en algún cable y alguien ha resultado herido, esas cosas pasan y para eso están los para-médicos. La mujer grita algo en francés y por su cara parece bastante preocupada, igual es su marido, o peor, su hijo quien ha sufrido el accidente. Doy una calada de mi cigarrillo mientras observo a "Ivan" que sigue caminando hacia allí y a la mujer tetona, que se ha subido al vagón del tren, haciéndo el payaso, no puedo sino sonréir mientras expulso el humo y doy una nueva calada.

Observo como uno de los robots deja fuera de combate al guardia. Claramente no son amistosos. Los robots han atacado sin dudar a un agente de la ley, lo que me lleva a la conclusión que no tienen buenas intenciones. De momento me quedo en mi posición oculto a la espera de decidir que acción tomar.

Por lógica funcionarían:

Magia → Impacto
Forma Astral
Crear Objeto
Deslumbrar
Bolsillo Dimensional
Vuelo
Campo de Fuerza
Morfo
Ligadura
Telequinesis
Teleportación
Super-Sentidos

NO funcionarían:

Escudo Mental
Ilusión (en la descripción pone que es mental)
Impacto Mental
Control Mental
Anular Poder (sirve para anular magia, a menos que esos robots estén animados por magia)
Telepatía
Comunicación
Lectura Mental
Transformación Mental

Desde detrás de un cartel publicitario sobre las virtudes turísticas de Rotterdam, la vieja se esconde con cara de pánico. El hecho de que la mayoría de gente esté pendiende del grito de la mujer y de la estelar actuación del policía, permite a la vieja cambiar su semblante.

Súbitamente, la arrugada piel se estira, adquiriendo juventud y perfilandose sus mejillas, convirtiéndose rapidamente en una faz mucho más angulosa y viril. El menudo y rechoncho cuerpo va desapareciendo, irguiéndose cada vez más para llegar a la estatura de un hombre adulto. No contento con solo cambiar de cuerpo, el desastrado y olgado vestido se adapta al cuerpo, ciñéndose la cintura y marcando unos hombros mucho más prominentes que la encorvada vieja.

Donde antes había una humilde y anciana florista, ahora había un hombre adulto vestido de uniforme, con unas letras oficiales enmarcando su espalda. Politie.

El policía abandona corriendo su cobertura "publicitaria", dejando tras de si, y justo en el mismo sitio a otro... "¿policía?". Ese segundo policia realiza la misma maniobra identica que su compañero, pero en dirección contraria, permaneciendo otro "¿policía?" en el mismo sitio. Y un tercero. Y un cuarto. Y un quinto...

Desde detrás de la valla publicitaria, un contingente de unos diez policías de Rotterdam se dispersan por el andén, corriendo hacia la gente a la vez que les gritan en su flamenco -Terug!!! Terug!!!. Iedereen naar buiten !!!⁽¹⁾- intentando realizar una zona de seguridad que aleje a los ciudadanos de las obras y de otro posible ataque.

Uno de los policías, corre en dirección hacia el policía caído, adelantándose a los otros.

- Coño! - Fue todo lo que salió de mi boca al ver al robot hacer precisamente aquello, como si casi hubiera adivinado que el congreso del que había venido hacía un rato era de robótica precisamente.

De todas formas, a mí personalmente se me ocurrían bastantes más cosas para las que utilizar un robot que para ponerse a lanzar rayos a personas inocentes... incluso uno que llevara el equipaje de aquí para allá sería más útil en una estación del tamaño de aquella.

No me pensaba quedar a averiguar " in situ " si el rayo cauterizaba directamente las heridas cuando golpeaba en el cuerpo humano, pues se me ocurría alguna otra cosa mejor que hacer.

- Vais a ver ahora... circuitos a mí... - Pensé alejándome un poco a un lugar donde no corriera más peligro que el de escuchar los ruidos de la gente.

Así, saqué mi tablet y por un momento, dejé de centrarme en lo que pasaba alrededor.

- Vamos a ver si podemos amansaros...

Trataba de poder conectar con las máquinas en cuestión y controlarlas, serían menos peligrosas y quizás, hasta tuvieran algo de información sobre lo que estaban haciendo ahí.

Andaba una tan ocupada posando para la cámara que no pudo preveer el ataque de  aquella cosa metálica con lucecitas. Disparó una especie de rayo eléctrico que alcanzó al policía, y lo tiró por el suelo. Os lo juro de verdad, detesto que ataquen a la gente inocente. Por muchas razones. Para empezar, no se lo merecen. Además pueden ser fans míos. Y por último, para mi imagen queda de pena. La verdad es que me enfadé bastante.

Estaba claro que si esa cosa había atacado al policía no estaba haciendo nada bueno; mirando desde el techo del vagón me preocupó la gente que veía alrededor, pero afortunadamente el policía no estaba solo. Otro, salido de no sabía dónde, empezó a apartar a los pasajeros de la zona acercándose a su compañero.

No podía permitir que el robot le hiciera daño, así que busqué un ángulo en el cual la cámara pudiera grabarme, (ésto podía ser un boom para el programa), y volé rápidamente poniéndome entre el agente de la ley y aquellas máquinas raras. Si querían disparar a alguien, que me dispararan a mí. Con mi gargantilla mágica seguramente no conseguirían hacerme daño; giré la cabeza para dirigirme al policía. "Detrás de mí señor, no se acerque tanto a esos autómatas".

Estudié bien a mis enemigos como me enseñaron en los ejercicios de la base militar, pero nunca había visto nada como aquello. Me recordaban a las máquinas que segregaban ese líquido negro, amargo e imbebible que le gustaba a todo el mundo. Los militares me habían hablado de mutantes que cambiaban y se convertían en monstruo, ¿serían cafeteras mutantes?.

Fuera como fuera tenía que pararlas antes de que atacaran al policía: mi gargantilla resplandeció con una energía que se desplazó hacia mis manos, las uní sobre mi cabeza y adopté esa pose sexy que aprendí con mis asesores de imagen; había tenido mucho éxito, y siempre me retrataban así en posters y calendarios. Además era cómoda para preparar una de mis descargas. Cuando la energía se agitaba entre mis manos, sobre mi cabeza, las bajé rápidamente apuntando a una de las cafeteras mutantes, y rayos y centellas salieron despedidas contra ella.

Lo que sientes al llegar a la zona de la mujer te despierta un sudor frío: la mujer, una vez dada la voz de alarma, se retira de escena, pero apenas mirando hacia atrás y, desde luego, sin atisbo de miedo en la mirada. Esa mujer es una impostora, te lo dicen todas las fibras de tu cuerpo. Por desgracia hay bastante barullo montado, con gente siendo desplazada por un despliegue policial de lo más efectivo y la gente señalando y gritando, alguno huyendo a toda prisa. Perderás con seguridad a la mujer en unos segundos. Por otro lado... no hay ni uno ni dos robots, ves más movimiento, puede que sean en torno a la media docena. Y hay un artefacto de lo más extraño colocado en la máquina excavadora, un artefacto con pequeñas piezas y engranajes en movimiento que no aciertas a saber qué pueda ser con seguridad.

Algo te escama. La gente o bien dirige la mirada hacia el barullo, o bien trata de alejarse a toda prisa, pero dos individuos han entrado simultáneamente en el tren que acaba de llegar. Esos no sólo no tenían miedo, sino que dirías que están en algún tipo de misión...

Bueno, y se está montando una gorda ahí delante, con la superheroina, la poli, el mago encubierto y los robots. Fijo que sale en las noticias o algo, desde luego hay un cámara, aunque no parece un periodista propiamente dicho.

Desde tu posición privilegiada puedes observar la zona de las obras y la verdad es que ahí no sólo podría ocultarse un ejército, sino que atisbas cierto movimiento. Dos de los robots se ven fácilmente, pero hay más, sin duda, moviéndose entre el material y los vehículos aparcados. Afortunadamente la zona se usa más de almacén que otra cosa, así que no hay operarios cerca.

 Sin dudarlo, uso la Teleportación para cortarle el paso a la mujer, impidiendo que escape, mientras le pregunto:

 - A donde va con tanta prisa, señora..

 Mientras espero su respuesta, trato de leer su mente.

La acción comienza a desencadenarse, uniéndose un nuevo robot al ya visible, diríase que ambos con intenciones hostiles, plantados ante la excavadora y sin ceder un centímetro de terreno.

Repentinamente uno de ellos se queda como parado, renquea un momento y "reinicia". Pese a que los demás no son conscientes de ello, Erika acaba de conseguir el control de la extraña máquina, que pese a estar funcional no da ninguna lectura coherente. No utiliza procesadores, no tiene chips y se diría extraída directamente de alguna novelilla steampunk. Y pese a todo aparece en tu tablet como nuevo dispositivo disponible.

El cordón policial, rápido y efectivo, consigue desplazar al gentío hacia atrás, dando cierto espacio entre la violencia y los civiles inocentes. Otro asunto es el policía que se abalanza sobre el cuerpo del agente que ha recibido el impacto eléctrico. Apenas le da tiempo a llegar cuando un nuevo chorro de energía eléctrica surge del mismo robot, acertando con una puntería diabólica, habiéndose adelantado a la perfección a los movimientos del agente al rescate del agente caído. Impactado de pleno en el pecho, no sólo detiene en seco su avance, sino que sale despedido unos 3 metros hacia atrás.

Más atrás Gabriel, como mochilero con ganas de ayudar en lo posible, llega a la escena y su avance es detenido por el cordón policial.

Ishtar llega un poco tarde a actuar, los condenados robots esos son más rápidos de lo que uno pudiera pensar, pero su llegada es de lo más apoteósica: se planta ante el robot (ahora los robots) y con las manos sobre su cabeza invoca un rayo que impacta violentamente en el robot multi-agresor. El pobre no tenía mucho que hacer contra semejante descarga y cae al suelo "frito", humeante cual tostadora cortocircuitada.

Perfecto. Son más de dos robots, posiblemente ocurra una masacre si no intervengo.

Dudo un momento sobre qué debo hacer. Mi mente me dice que debo salir de allí pero mi corazón que debo quedarme y ayudar. Pienso lo que haría Hanna en mi lugar. Sin duda elegiría quedarse y ayudar. Así que lo haré por ella aunque seguramente me mate cuando se lo comente.

Busco una zona para teletransportarme más cercana a la acción pero a una distancia prudencial, no sé si esos robots son capaces de percibirme y prefiero andar con cuidado. Quiero comprobar primero el número total de ellos, luego realizaré mi ataque. Observo los pilares que sustentan esa zona y me centro en saber qué pilares debería derribar para terminar con todos ellos. Los daños materiales no me preocupan, pero la vida de todas estas personas sí.

Encuentras un lugar apropiado sin demasiadas dificultades, el complejo es enorme y no hay precisamente una falta de vigas y columnas en los que buscar refugio y ocultación.

Lo que observas no te deja tranquilo: dos robots más trajinan, más allá, tal vez a 50 ó 60m, sobre lo que te parece es una locomotora de la revolución industrial que no acabas de saber muy bien qué hace allí. Otros dos parece que han abandonado esa zona y se dirigen hacia vosotros a toda prisa, clickeando y clackeando como muñecos de mecano formados por piezas metálicas oxidadas.

Y lo que es peor, te ha parecido ver a una figura metálica de aspecto similar pero mayor altura (¿1,80, 1,90m?) moviéndose también en torno a la locomotora.

Uno de los robots ha sido destruido aunque antes ha alcanzado con un rayo a otro policía. Los neerlandeses son valientes aunque algo estúpidos. Nunca deberían realizar un acercamiento frontal sin un escudo táctico, y menos conociendo las capacidades de estos enemigos. Debo actuar ya...

Me coloco la capucha para tapar mi cara y me hago visible para que todos puedan percibirme mientras grito:

- ¡¡¡Son más de dos robots alejaros de aquí!!!

Desactivo mi poder de Ocultación totalmente e invoco una bola de fuego en la mano. Es hora de lanzar un ataque a distancia. En cuanto noto que la bola de fuego está formada la lanzo contra uno de los dos robots que están cerca de la locomotora y vienen hacia nosotros. Espero tener suerte y acertarle evitando que se acerquen al los ciudadanos.