Partida Rol por web

Nada más abrirse las puertas People sale frenético con toda su gente, haciendo más ruido que otra cosa, dedico una mirada de soslayo a mi compañera y me encojo de hombros antes de echar a andar hacia afuera - Busca una cobertura y quédate allí, - le digo con voz tranquila para que no se ponga más nerviosa de lo que ya estaba - sino encuentras ninguna, permanece detrás de mi y yo haré de "muro". - añado haciendo un gesto de comillas con los dedos, esperando que sino encuentra un lugar donde ocultarse su confianza en mi será la suficiente como para que me siga, espero a que todo ese fuego amigo cese y después cargo contra aquellos dos robots que aún permanecían en pie junto a su jefe, nada más llegar hasta el primero le encasqueto un puntapié que ni Pelé, apuntando y utilizando aquella chatarra como balón para derribar al segundo.

Mientras subíamos en el ascensor me quedé unos momentos absorta de nuevo en mi tablet, pues en cuanto se abrieran las puertas del ascensor lo dejaría de nuevo sin que funcionara, más que nada, para no dejar vía libre a quien lo pudiera necesitar para hacer alguna maldad.

Pulsé la tablet cerrando así el circuito de los ascensores de nuevo y vi entre mis compañeros lo que había en aquel piso. Qué poco me gustaban aquellas vistas.

- Vale, me escondo por ahí!

La verdad es que no necesitaba que me animaran demasiado para hacerlo, a fin de cuentas, lo mío eran los trastos y no todos, porque aunque había intentado hacer algo contra el grandullón, no había conseguido entretenerle demasiado.

Así, con todo el cuidado del mundo que aún era consciente de cuánto dolía que te pegaran un tiro, salí del ascensor buscando un lugar que me ofreciera cobijo.

Kjetil, postrado, trata de reestablecer su orientación y cuadrar el mundo en el sentido y orden que debe dentro de su cabeza, mientras una oleada de caos se desata al salir del ascensor un montón de hombres de Mr. People sin equipar que cogen lo que buenamente pueden para emprenderla contra el ¿“hombre cibernético”?. Por desgracia tanto los disparos como los escombros lanzados contra él simplemente rebotan contra uno u otro escudo de fuerza, al parecer la protección combinada de ambos es demasiado poderosa, impenetrable contra ese tipo de ataques.

Simultáneamente vuestra diosa de la belleza y el trueno vuelve a invocar el poder del rayo, que resonante y deslumbrante impacta de lleno contra uno de los pequeños robots generadores del escudo, reduciéndolo a un montón de chatarra electrizada. Gabriel, por su lado, se encarga con un rayo místico del otro, cuyos engranajes y chapas son incapaces de asumir la hiriente magia de ataque del mago. Dos fuera y queda el líder.

Svyatoslav, mucho más ponderado, intercambia unas palabras con la genio de vuestro grupo y se dirige con cautela hacia el enemigo mientras al srta. Sullivan corre a refugiarse.

Y en el suelo, al borde de un reciente agujero a las plantas inferiores y no muy lejos del ascensor, yace un dispositivo familiar, nada menos que el prototipo diseñado para parar a Heirloger, cubierto de suciedad y polvo por todo lo acontecido en los últimos minutos. ¿Cómo habrá llegado eso hasta ahí?

-¡Fuera de mi camino! -exclama con voz metálica el monstruo robótico. Parece que sí es capaz de hablar, después de todo.

Heirloger, brazo alzado, presenta una imagen imponente, imagen que queda un poco trastocada por el artefacto en forma de bola de plasma de los 80 en el que acaba ahora su extremidad. Lo sorprendente es que los rayos que inicialmente estaban en el interior de la bola surgen 100 veces amplificados hacia el exterior. Uno por cada uno de vosotros y con todos los hombres de Mr. People presentes eso es decir bastante. Los rayos impactan a todos, guiados por la inefabilidad de localizar bioseñales en un área de 30 metros alrededor. Todos sentís el cosquilleo de la estática acumulándose en vuestros cuerpos por un instante, apenas una molestia inofensiva, hasta que vuestros cuerpos, repentinamente, son repelidos con gran fuerza.

No puedo hacer nada para evitar la emisión de energía que me impacta de lleno enviándome a más de setenta metros de distancia...salgo de la torre sin poder evitarlo ni poder agarrarme a nada ni a nadie...

El rayo impacta sobre mi lanzándome varios metros hacia atrás pero eso no es lo que importa, lo que importa es que también uno de aquellos rayos va dirigido a la persona que juré proteger, así que, me repongo del empujón y me interpongo entre la joven informática y el ataque hacia ella volviendo a ser incapaz de resistir su empuje y esta vez saliendo de la superficie de la torre intento agarrarme al bordillo de la plataforma sin éxito, empezando a caer al vacio.

La onda expansiva de... lo que sea eso que ha activado Heirloger resulta espectacular, así como sus consecuencias. En sólo unos segundos la planta pasa de estar ocupada por una considerable cantidad de hombres a estar remarcablemente vacía.

Walter, Bigfoot y Michelle... Mr. People y 10 hombres más reciben de pleno el rayo de Heirloger, siendo proyectados todos menos un afortunado que consigue clavar las manos en una viga y se queda allí mismo mientras sus compañeros de equipo simplemente salen repelidos en todas direcciones. Cinco afortunados consiguen asirse en el último momento a algo antes de salir de la Torre, pero el resto vuela por los aires con fuerza suficiente como para separarse al menos algunas decenas de metros de la torre y comenzar una descontrolada caída hacia el lejano asfalto.

Erika, gracias a la intervención obcecada de Svyatoslav, es protegida de los rayos y ninguno le alcanza, siendo la única humana no super-dotada que permanece en el suelo de la planta sin haber sufrido daño alguno y pudiendo actuar libremente. Y además puede ver no muy lejos de ella cierto aparato que ella misma creó hace sólo unas horas, cosas del destino (1).

Gabriel, vuestro usuario arcano particular, debería haber sido impactado al igual que el resto por el efecto de área de los rayos de Heirloger, pero su destreza en el aire y sus protecciones místicas hacen que el rayo haga algo similar a patinar por su escudo místico de fuerza al maniobrar él girando como si de una peonza se tratara para deshacerse del efecto.

Kjetil, por su parte, aunque como el resto sufre el impacto de uno de los rayos repulsores, por lo que sabéis de él, si consigue recuperar la claridad de mente necesaria, no tendrá mayor problema para volver a la carga en unos instantes, gracias a su capacidad de teleportación. Y así es, sólo han pasado unos segundos desde que fue proyectado fuera de la Torre cuando ya vuelve a estar en ella en busca del villano.

Svyatoslav ve recompensada su fidelidad y tenacidad con una doble ración de rayos, lo que hace que si tal vez pudiera haber resistido parcialmente el primero, no lo consiga con la fuerza sumativa de dos de ellos. Treinta metros es proyectado, nada menos. En el borde de la Torre, a cientos de metros del suelo de la calle. Rodando hacia ese abismo a toda velocidad, todavía con fuerza e inercia suficiente en su movimiento para salir despeñado directo a una laaaaarga caída libre. La vida no es justa.

Y por fin está Ishtar, que sigue sobrevolando la Torre y que ni siquiera ha recibido su ración de rayos gracias a encontrarse demasiado lejos. Asiste horrorizada a la escena de vuelo descontrolado de sus recientes compañeros. Por un momento parece que va a quedarse paralizada, pero hace de tripas corazón y se lanza al rescate de todas las víctimas que pueda.

Una nunca tiene claro por qué suceden las cosas, pero el caso es que pasan sin más. Lo mismo las buenas que las malas, pero en aquella ocasión tuve que decir que mi compañero era un hombre de palabra y me protegió de lo que hubiera sido aquello.

En realidad la peor de las ideas que había tenido era subir al meollo de todo, sobretodo, porque si en algún momento fallaba él para protegerme no iba a tener más oportunidades de contarlo, pero sabía que tenía que intentar detener a aquel monstruo con todo lo que pudiera.

Levanté la cabeza y regalé una sonrisa al hombre gracias al cual seguía viva.

- Creo que te debo al menos dos cervezas o vozkas o lo que bebas... - Era uno forma de decirle que le debía una porque casi estaba segura de que si le llego a decir lo mismo al que se multiplicaba me hubiera dicho secamente que no bebía.

Por el rabillo del ojo reparé en el suelo y entonces vi el dispositivo que me había llevado bastante rato aquella tarde. Tenía que hacerlo funcionar cuanto antes, aunque en realidad sólo era ponerlo en marcha, porque estaba segura de que aquello serviría para nuestros propósitos. No lo había subestimado al hacerlo o al menos, eso había creído.

No me lo pensé dos veces y fui directamente a donde estaba, aunque antes mostré al mi protector mi idea con una sutil seña para que supiera lo que pensaba hacer.

Y empezó la lluvia de hombres de Mr. People. Entre ellos, él mismo.

No fue algo heróico ni espectacular, fue más como una dispersión de confeti en todas las direcciones del edificio. Algunos gritaban, otros reían, otros miraban la hora. La verdad, su comportamiento distaba mucho del histerismo de quien sabe que va a morir aplastado en el asfalto. Casi parecía divertido. Casi.

Y entre los escombros se levantaron cinco supervivientes. Cinco hombres vestidos de SWAT, quitándose el polvo despreocupadamente y maldiciendo por lo bajo. Mirándose entre ellos, uno de ellos asintió, e inmediatamente, su rostro se empezó a desencajar, estirándose, encogiéndose... cambiando. Para, finalmente, aparecer de nuevo el rostro de Mr. People sonriendo.- Caballeros...- les dijo a los otros cuatro.- Hagan los honores.- comentó, sonriendo.

Donde solo estaba Mr. People y sus cuatro hombres, como si fueran amebas, empezaron a proliferar otros tantos. Uno, dos, tres... cinco, seis, siete... Nuevamente, hasta diez hombres más empezaron a corretear alrededor de Heirloguer, cogiendo, otra vez, cascotes y palos, lanzándolos en una lluvia constante contra su enemigo. En total quince hombres de Mr. People estaban haciendo la vida imposible al pobre villano, como avionetas contra King Kong. No muy eficaces, pero sí muy molestas.

Regreso al combate tras ser despedido por el rayo repulsor enviado por el villano. Decido cambiar de táctica y preparar un ataque más poderoso...activo mi poder "especial"...perforaré su armadura y todo lo que lo protege si es necesario...

Viendo que ya estamos todos en la fiesta sonrío...

- Bueno...creo que va ser un momento interesante... - digo antes de preparar mi ataque.

Mi intención es teleportarme y atacar con mi golpe corrosivo para perforar su blindaje. Aunque no llegue a herirlo mi poder se encargará de debilitar su armadura...una descarga tras golpearle no será problema...

Mientras vuelo por los aires, sonriente y agradecida Erika hace mención a unas copas gratis, no se si es debido a eso o al instinto de preservación, pero acto seguido hundo mas de la mitad de mi brazo en el acero de la torre aferrandome a ella y evitando la caída.
Tardo un poquito en reincorporarme y sacar mi extremidad del entresijo de metal, en mi cara se dibuja una mueca de disgusto mientras camino hacia el robocop de pacotilla aquel, sonrío levemente a Erika sin dejar de andar hacia el villano retomando el ceño fruncido y acelerando el paso que empieza a convertirse en una leve marchamientras mi mano se cierra formando un puño con el que golpeo a ese bastardo en cuanto esta a mi alcance.

 Trato de traspasar el campo de fuerza del gran robot, pero no parece que mi ataque surta efecto...

Visto que todos deciden actuar no seré menos, me teletransporto e intento golpear al villano con mi poder de corrosión.