Partida Rol por web

La Tumba del Rey Lich

1. Extraños compañeros de cruzada.

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04/03/2014, 13:04
Narrador

Habías llegado a casa hacía tan solo un par de horas. Por fin habías terminado otro de tus innumerables trabajos como Paladín, trotando los picos de los Reinos del Este, el viejo continente. Forjaz, también conocida como La Fragua de Hierro, estaba dentro del mismo, lo que te ahorró un viaje en barco de los que tanto mareaban. El estambótico tranvía diseñado por los gnomos entre Ventormenta y la capital enana, usando uno de los subterráneos en línea recta escarbados por estos últimos, seguía siendo mejor, pese al extraño ruido del metal moviéndose aparentemente solo.

La cheminea crepitaba en un rincón de la habitación, con los leños consumiéndose, y tú te habías dejado caer plácidamente sobre la cama, a la espera de recuperar fuerzas para poder ir a saludar a la cervezaría y a tus viejos vecinos. Ya dormías a pierna suelta, roncando como un oso, cuando escuchaste el sonido de alguien llamando a tu puerta.

— ¿Hagrim?— preguntó un torrente de voz inconfundible para ti—. Soy yo, Belm. ¡Abre! Se me congela la barba.

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04/03/2014, 13:53
Hagrim Magna

Me di una vuelta en la cama obre mí mismo encarando la otra pared. Quizá si cambiaba de dirección aquella voz dejaría de llegar a mis oídos y podría dormir. Pero no, no funcionaba.

Bostezando como nunca retiré la manta que me cubría dejándola caer al suelo y me encaminé con pasos tambaleantes hasta la puerta de entrada. Atravesé el salón chocándome con alguna silla y algún que otro mueble u objeto que estaba colocado por azar en mi camino.

Aferré el pomo de la puerta mientras parpadeaba intentando despertarme, descorrí el cerrojo y abrí echándome a un lado para que Belm pasara.

- ¡Venga, entra! Fuera hace un frío del demonio. - invité a mi amigo a pasar preguntándome qué le traería por aquí en lugar de estar en la destilería. - Voy a por una cerveza. Siéntate donde quieras. - Comenté mientras apartaba por el pie otro cenicero de metal que reposaba en el suelo como tantas otras cosas. Mi casa era un caos de cachibaches que había ido recopilando en mis aventuras.

Eché a andar con paso cada vez más animado hasta la cocina donde guardaba varios barriles de cerveza. Mientras servía un par de jarras recordé que mi amigo en ocasiones olvidaba pequeños detalles así que le avisé dando un vozarrón: - ¡No te olvides de cerrar la puerta! ¡Que si entra frío luego tardo siglos en encender la condenada chimenea! -

Entré en el salón con una cerveza en cada mano esperando ver a Belm con la barba congelada, aquello sí que hubiera sido gracioso.

- ¿Qué te trae por aquí? Acabo de llegar, iba a pasarme luego por tu local. -

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04/03/2014, 14:38
Tabernero Belm

Belm seguía como siempre, salvo que un poco más viejo. Estaba de pie ante la hoguera, sacudiéndose los copos de nieve de la barba con un par de bofetadas. Había dejado un grueso abrigo de piel sobre una silla, dejando a la vista su camiseta sin mangas, con aquellos fornidos y tatuados brazos al aire. Ante el abrigo, sobre una mesa, un paquete alargado y envuelto de forma tosca, marcando el relieve de una botella.

— Te he traído un regalo—saludó—. Cerveza orca—aclaró con tono orgulloso, del que consigue una rareza—. Quemaría la garganta de un dragón—carraspeó—. Y me ha costado más que casarme.

Belm estaba separado, y su esposa con un bardo alto y refinado. Alto y refinado... para un enano.

Palmeó tu hombro sin miramientos como saludo físico y aferró la jarra que le ofrecía, levantándola levemente y agachando la cabeza como agradecimiento antes de dar un trago ante la penumbra de las llamas.

— Siento despertarte— confesó mientras se rascaba la nuca algo avergonzado, sentándose—, pero es importante. He venido corriendo en cuanto me he enterado de que estabas en el pueblo— se aclaró la garganta, carraspeando y desviando la mirada—. Unos mercenarios vinieron hace unas semanas a la destilería preguntando por Azar Martillopujante.

Hasta donde sabías, Azar no se encontraba en el pueblo. Estaba en Elwynn y Los Páramos de Poniente al sur de Ventormenta, capital de los humanos, intentando minar a la Hermandad Defias, la mafia organizada humana más numerosa.

Belm, naturalmente, no había sabido a quien acudir hasta que llegaste tú.

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04/03/2014, 16:11
Hagrim Magna

Los ojos se me encendieron como lingotes de oro en cuanto vi la botella y escuché lo que contenía.

- ¡Válgame...! - me quedé sin palabras. Palmeé también con fuerza la robusta espalda de Belm a modo de bienvenida. - ¡Así se disculpa uno por despertar a otro enano! -

Di un buen trago de la cerveza que yo mismo había traído y me dejé caer en una de las butacas mientras arrugaba el entrecejo al escucharle hablar de aquellos mercenarios.

- ¿Sabes qué querían de Azar? - pregunté con curiosidad. - Y lo más importante. ¿Siguen esos tipos yendo a la destilería? Puedo pasarme por allí en unos minutos y charlar con ellos si quieres. -

Seguramente sólo sería un trabajo, confiaba en que no buscaran problemas o de lo contrario los iban a encontrar. Y muchos. Sonreí mientras bebía un poco más. Me encantaba beber. Hacía simples todos los problemas de la vida.

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04/03/2014, 19:11
Tabernero Belm

— Querían ofrecerle un trabajo al Paladín—contestó—. Les aclaré que ya estaba ocupado, y que si lo querían lo tendrían que buscar al sur de Ventormenta— negó con la cabeza componiendo un súbito rictus serio—. Pero algo me dice que se lo habría terminado diciendo quisiese o no.

Sabías lo que significaba eso. Que se estaban tomando muchas molestias para buscar al justo de Azar. Era un Paladín lo bastante hábil como para instruir bien a otros, y como Enano tenía un potencial superior al de otras razas. Como un orco, por ejemplo. Pese a que su líder, Thrall, tuviese mucho de "caballero andante". Para ser un orco.

— Eran una panda de matones, Hagrim— aclaró molesto—. Su líder y empleadora les pagó para ello. Para que la protegiesen y escoltasen hasta que encontrase a Azar— torció el gesto, dudando—. No parecía una mala mujer, y quizá no me hubiese destrozado el local si no hablaba, pero...

Pero pensaba que quizá sí. Así que, o sí era una mala mujer, o destrozarle el local era mejor que no encontrar a Azar. En resumidas cuentas o era algo de suma importancia para ella o Azar corría peligro.

— Sé que Martillopujante no tendría problemas con una panda de bandidos— bufó inflando el pecho—. Al fin y al cabo, está apalizando a esas ratas humanas ahora mismo— volvió a negar con la cabeza, poniéndose serio—. Pero esa mujer tenía algo que me hace desconfiar. Su acento, Hagrim. No lo había escuchado nunca. Cuando le pregunté, sólo respondió que venía de muy lejos. ¡Creo que es suficiente motivo para preocuparme!

A Belm le preocupaban las mujeres así. La poca cantidad de enanas y la pérdida de su mujer le habían convertido en alguien receloso del sexo opuesto, pero no por ello machista. Sólo... desconfiado. Aunque en esa ocasión tenía razón, dejando de lado sus problemas personales. Esa mujer no sólo era de origen desconocido, sino que había contratado a mercenarios locales para buscar a un Paladín Enano en concreto. A Azar Martillopujante.

— Sé que no tengo derecho a pedírtelo, Hagrim, pero... ¿podrías...? Ya sabes.

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05/03/2014, 08:19
Hagrim Magna

- Dame tres minutos. - indico con una sonrisa. - Me ocuparé de ellos. ¿Para qué están los amigos? - Sonrío y me levanto todo lo rápido que me permite mi somnoliente cuerpo y me dirijo a mi habitación. - Es lo que tardo en ponerme la armadura. - aclaro mientras me dedico a ello a toda prisa.

Al contrario que otros objetos en mi casa, la armadura y mi martillo están siempre en su sitio, disponibles y a mano. Podría vivir sin el resto de mis cosas pero la armadura y el martillo me son imprescindibles. Bueno y una buena jarra de cerveza.

Tras exactamente dos minutos y cincuenta segundos en los que ruidos metálicos, algún golpe y alguna que otra blasfemia inundan mi casa. Finalmente entro de nuevo al salón y contemplo a Belm junto a la hoguera mientras me ajusto el casco.

- Listo. Vamos. -

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05/03/2014, 20:16
Tabernero Belm

— Mil gracias— descargó el enano—. Bueno, mejor que sean sólo tres— se retractó orgulloso.

Belm ya había acabado tu jarra de cerveza. Miró la botella cerrada, la señaló y refunfuñó algo.

— Deberías guardarla antes de irnos— rogó como un padre al ver a su hijo desnudo en invierno—. Sería una pena que le pasase nada— se justificó, y no iba con segundas. Belm tenía cariño al objeto de su trabajo.

Un minuto más tarde, ambos enanos andabais sobre la nieve rumbo a la Destilería Cebatruenos.

 +1 de Amistad con el Tabernero Belm.

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06/03/2014, 18:29
Narrador
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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06/03/2014, 18:58
Tabernero Belm

Belm abrió la puerta de la taberna y cerró tras que pasases tú, evitando que entrase más nieve. Colgó su abrigo de una percha situada en la pared y echó a andar, saludando al camarero.

— ¿Y los clientes?— preguntó el enjuto enano tatuado a su hombre tras la barra.

El hombre, por toda respuesta, compuso una sonrisa algo nerviosa.

— ¿Los has echado?— volvió a preguntar—. No te he dicho que cerrases. No iba a estar fuera tanto tiempo— pero a mitad del pasillo, paró en seco y ladeó el rostro, como si temiese pisar el cable invisible de una trampa.

Desvió la mirada a ti y estiró la mano, abierta, como esperando recibir algún objeto.

El camarero simplemente asintió, y entonces...

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06/03/2014, 19:07
Bandido Defias

Un hombre con un pañuelo rojo colgando desde su nariz hasta su su pecho, asumiblemente atado por la parte de atrás, se alzó desde el interior de la barra, al lado del camarero, que cayó de un soberano porrazo en la cabeza. Iba embutido en una armadura de cuero, y portaba una porra en la mano. De ahí el porrazo en la cabeza del camarero. El arquetipo de bandido por excelencia. Belm simplemente hizo un amago de lanzarse sobre el hombre, sin llegar a ello.

— La Destilería Cebatruenos— dijo el hombre—. Hemos viajado bastante para llegar hasta aquí— completó otro, saliendo de la cocina—. Bueno, en realidad hemos usado el pasaje subterráneo desde Ventorm...— trató de matizar un tercero, descendiendo las escaleras que llevaban al piso superior, hasta que un cuarto, también surgido de la escalera junto con dos más, le arreó con la mano abierta en el cogote.

Un total de seis hombres, todos ataviados con el mismo pañuelo. Una hermandad.

— No rompas nuestra puesta en escena— cortó al que hablaba de más—. Según nos hizo entender cierta zorra, la habéis guiado a ella y a su grupo de lamebotas hasta nosotros— prosiguió mirándoos a Belm y a ti—. Y sois amigos de ese enano cabrón, Azar Martillotutante.

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06/03/2014, 19:15
Tabernero Belm

Martillopujante— inquirió Belm, ofendido, apretando los puños de rabia.

La rabia podía calentarte hasta en la noche más fría.

Si no saltaba ya a partirles los dientes era por si decían antes algo interesante de verdad.

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06/03/2014, 19:16
Bandido Defias

— A callar. No me interesan los nombres de la gente una vez muerta— se excusó—. No recordaré el suyo en unos días, ni el vuestro en unas horas. Salvo que seáis lo bastante duros como para sobrevivir y convertiros en rehenes— rió con malévolo orgullo—, en cuyo caso, desearéis no haber recibido jamás un nombre.

Y desenvainó. No se lanzó al ataque, pero no importaba. Belm y tú tendríais que combatir quisieseis o no, salvo que consiguieseis ser diplomáticos. Algo difícil para un enano corriente frente a un humano. Como difícil era para un enano huir de un humano con armadura ligera. Atacaros antes de que pudieseis reaccionar carecía de sentido.

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10/03/2014, 00:19
Hagrim Magna

No puedo menos que mostrar una enorme sonrisa de oreja a oreja. Ni siquiera mi barba es capaz de ocultar esa sonrisa.

Agarro el martillo con fuerza con una sola mano, lo apoyo sobre mi hombro y me preparo para el combate mientras afianzo el escudo en la mano siniestra. Sin levantar el brazo pero listo para intervenir para protegerme.

- Seas quien seas, - comienzo mirando al último en hablar, - creo que deberías volver al colegio. No se te dan bien las matemáticas. -

Miro al resto de sus hombres de uno en uno y voy contando en voz alta. - Uno, dos, tres... - hasta que llego de nuevo al último hombre en hablar. - Y seis. Seis contra dos no es un combate justo. -

Y entonces comienzo a reír. La verdad es que hacía tiempo que no me contaban un chiste tan bueno. - Vuelve a casa antes de que te hagas daño. - espeto al humano. No me gustan los bandidos y menos los que amenazan a mis amigos.

Listo para combatir. Diversión 1 - Diplomacia 0.

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10/03/2014, 02:09
Bandido Defias

Por un instante, el bandido borró la sonrisa de su rostro, mostrando un ego ofendido ante ti. Claramente no esperaba esa reacción. Entonces encolerizó el semblante, decidido a enseñarte lo que él consideraba modales.

— ¡Enseñadle al bravucón de clase quién manda aquí!—jaleó el insultado, señalándote a ti, y de rebote a Belm, como si no quedase claro quienes eran sus enemigos pese a no haber más enanos en la sala.

Los bandidos de la hermandad reaccionaron antes y saltaron la barra de servicio, deslizándose sobre la misma como un solo hombre, volcando alguna copa antes de pisar al otro lado. Entonces atravesaron la hilera de mesas dispuesta en primera línea, culebreando entre las sillas o corriendo por encima del mobiliario. Alguno que otro alcanzó a los enanos sin mayores complicaciones y pudieron actuar, pero quienes toparon otra mesa no pudieron llegar a intentar golpearles, quedándose en retaguardia por el momento.

El de la voz cantante decidió no atravesar una mesa con cuatro sillas que se interponía entre tú y él, usándola como cobertura. Sacó una botella de su bandolera, la agitó con violencia, la descorchó y la lanzó al otro lado, cayendo entre la mesa y tú. Al golpear al suelo estalló, liberando unas pequeñas llamas rojas que se extendían con rapidez.

— Vuelve a casa antes de que te hagas daño— parafraseó en un alarde de ingenio.

Otro humano intentó golpearte por el lateral, desde una mesa, encontrando sólo la inquebrantable armadura. Tras él, otro humano esperaba a terminar de posicionarse o quedarse rezagado.

- Tiradas (7)
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10/03/2014, 02:21
Tabernero Belm

Dos bandidos más intentaron cortar a Belm, que pese a no llevar armadura, sólo tuvo que hacer un par de aspavientos para esquivar los cuchillos. Sostenía en su mano una jarra de cerveza vacía que había cogido de la mesa a su espalda.

— ¡Psché! —fue toda su respuesta, como si tratase con aficionados—. Se hace así.

Y arreó en la cabeza al bandido con la jarra. No se desplomó, pero trastabilló ligeramente. Tanto el cráneo del humano como la jarra crujieron, pero ambos recipientes huecos seguían enteros. Si hubiese sido un martillo como el tuyo en lugar de una jarra, ahora mismo la cabeza del bandido sería una sandía aplastada.

Casilla H4: En llamas. El fuego se propaga 5 pies en línea recta por asalto.

Bandido Defias H6: Flanqueando al Tabernero Belm.

Bandido Defias I6: 3/6 HP.

- Tiradas (1)
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10/03/2014, 08:57
Hagrim Magna

- Vamos a acabar con esto. - gruño mientras enarbolo el martillo y golpeo con todas mis fuerzas al bandido que me ha atacado. Parecen aficionados, no se cubre bien y noto el impacto del metal en su rostro. Ni me tengo que parar a mirar, sé que no volverá a levantarse.

Con el mismo movimiento me giro y doy un par de cortos pasos para situarme junto a Belm. Seguramente el fuego nos separe de uno de los bandidos y nos cubra las espaldas así que hombro con hombro me resultará más fácil hacer frente a estos cobardes. Mira que querer enfrentarse seis humanos contra dos enanos. Resoplo y sacudo la cabeza, qué educación más pobre reciben los humanos hoy en día.

Ataco al bandido de I3, y muevo un paso de 5'  hacia la casilla H5 si es posible (si no es posible por el fuego me desplazo a J3).

Creo haber entendido que el fuego se desplazará a I4.

- Tiradas (2)
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10/03/2014, 14:41
Bandido Defias

Te alejaste del fuego antes de que te alcanzase, aunque el bandido de la voz cantante se movió en transversal contigo, sacando su ballesta de mano y comenzando a cargarla. El humano al que habías golpeado estaba tirado en el suelo, sangrando sin prisa pero sin pausa y sin moverse. Se lo tenía ganado.

Entonces los miembros de la hermandad te atacaron. El antes rezagado y ahora ante ti, con su daga, y el cabecilla disparando un virote. Ambas armas rebotaron contra tu armadura ante su frustrada mirada.

Pero Belm no corrió la misma suerte. Sin armadura y con tu misma destreza, recibió dos cortes, uno en cada brazo, fruto de las dagas de aquellos hombres. Su lengua revelando escozor fue su nueva tarjeta de presentación.

- Tiradas (8)
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10/03/2014, 14:50
Tabernero Belm

— Es sólo una herida superficial— aseguró sin darle mayor importancia.

No obstante, si bien el primer corte en su antebrazo lo era, el segundo era profundo, manchando de sangre también el suelo. Sabías que Belm podría encajar, con suerte, un ataque más así. Como sabías que por dentro debía de estar pensando en, para el futuro, no volver a poner un suelo de madera que ardiese cuando una panda de matones fuesen al local.

— ¿Tú también quieres?—preguntó retóricamente el enano a su nuevo asaltante, hasta ahora rezagado— ¡Pues toma!—vociferó sin más, descargándole un jarrazo en la cabeza que lo tumbó al suelo con un sonido seco.

La jarra siguió sin hacerse añicos.

Casillas Rojas (H4 centro): En llamas. El fuego se propaga 5 pies en línea recta por asalto.

Bandido Defias I6: 3/6 PG.

Belm: ¿6/14 PG?

- Tiradas (3)
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10/03/2014, 15:48
Hagrim Magna

Frunzo el ceño. No me gusta la última herida de Belm. Y estos estúpidos humanos no saben cuándo huir porque van a perder una pelea. Y de seguro que ésta es una pelea que van a perder.

Tengo a tiro a otro de ellos así que trato de golpearle con el martillo como al anterior.

No me importa si he llegado a impactarle o no, me desplazo evitando el fuego en dirección a Belm, debo estar a su lado para apoyarle e intentar evitar que vuelvan a atacarle.

- ¡Hay que acabar con estos zoquetes! - grito a Belm. Cuanto antes será mejor o de lo contrario no podremos apagar el fuego en la Destilería.

Ataque normal a Bandido Defias en I2. Fallo.

Acción de movimiento a K4,K5 y finalmente J6. Si Belm se va a desplazar a J6 para evitar el fuego, mi movimiento final será a K6 en lugar de J6. Al moverme el bandido en I2 tiene derecho a un ataque de oportunidad contra mí.

- Tiradas (1)
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10/03/2014, 18:59
Bandido Defias

Ni con sus mejores esfuerzos el bandido consiguió dañarte. Nuevamente, su daga rebotó en tu hombrera mientras te alejabas, haciéndole mascullar algo entre un gruñido incomprensible de frustración. Avanzaste, bordeando las llamas y una mesa difícil de atravesar con sus sillas desperdigadas, y tomaste posición sobre el humano que Belm había dejado inconsciente.

- Tiradas (1)