El hombre dejó escapar un suspiro. Guardando el arma, ayudó al científico a preparar su engaño. A su alrededor, el combate se reanudaba, pero estaba claro que los hombres y mujeres de la Resistencia estaban manteniéndo a raya a las tropas Nazis a fuerza de muchos sacrificios.
Cuando todo estuvo preparado, Albert acompañó a O'Flaherty de vuelta al avión.
- Ha hecho lo correcto. He visto a personas obrar mal con mucha moral y compruebo todos los días que la honradez no necesita reglas. Cada vez que un hombre en el mundo es encadenado, nosotros estamos encadenados a él. La libertad debe ser para todos o para nadie. Gracias a hombres como usted creo que hay más cosas de admirar en el ser humano que de despreciar.
Se retiró dos pasos mientras la hélice del aeroplano comenzaba a girar. El avión rodó por la pista mientras a su alrededor silvaban las balas. Se perdió entre las nubes y desapareció.
FIN