Partida Rol por web

Tras recibir el mordisco del lobo, Erdan retrocede, buscando cobertura.

Pero con el rostro enrojecido de sangre y rabia a partes iguales, cambia de opinión.

Nadie, NADIE me muerde dos veces y vive para contarlo, maldito lobo.

Moviéndose como solamente un experto cazador puede hacerlo, Erdan se coloca en el lecho del río y dispara dos flechas hacia el lobo herido.

La pesadilla se repite, y mis compañeros caen sin que me de tiempo a reaccionar. Me agacho para imponer mis manos curativas sobre la enana, pidiendo a Bahamut que me ayude. Enseguida veo como se recupera lentamente, por lo que me lanzo a por el lobo sombrío que parece más peligroso que el resto.

Desesperado a ver que la enana había caído a causa de las acometidas de las bestias, y temiéndose lo peor, intenta acabar con las sombras que tiene delante e invoca de nuevo una tempestad delante de el, que hace girar a las sombras como hojas a merced del viento para luego desaparecer. Cuando se gira para socorre a Norte, ve que el humano se había postrado delante de ella y puesto su mano encima de su hombro. Desde su símbolo que tenia en el pecho empezó a surgir una luz brillante, hasta que se podía decir que suave, y al unisono la palma de Avan empezó a iluminarse con la misma luz. El paladín respiro y tanto el como Norte exhalaron al mismo tiempo. Había sido capaz de devolvernos a la enana al campo de batalla, esperaba que para no tener que volver al lugar que se nos había arrebatado. Se dirige hacia ellos y enfoca con el orbe a la criatura causante de tanto mal, parece que era la que ejercía mas fuerza entre la sombras. Un rayo negro emana del orbe que impacta en la oscura criatura. No estaba seguro que dicha energía oscura iba hacerle daño a esa sombría criatura, pero lo que si sabia, que al menos por un rato, sus mordidas no iban a ser tan fuerte.

Erdan es el primero en encabezar la embestida final. Avanza hacia adelante buscando al lobo causante de sus heridas, para lanzar un par de flechas que acaban con el animal.
Avan imbuye la bondad de los dioses para que Norte no muera aun. Una tenue e imperceptible luz blanquecina brilla sobre la mujer que recupera la consciencia cuando ya esta practicamente sumergida en el agua helada. El caballero no se toma el placer de comprobar el resultado de sus actos, con paso firme se mueve cruzando el riachuelo hasta interceptar al oscuro lobo que tantos problemas ha dado, para acabar la su existencia de un golpe certero que acaba con el trabajo que ya había empezado la hacha de Norte.
Jaesh por su parte, libera una violenta onda de choque que hace desaparecer las sombras como el humo en el viento. Inmediatamente después se gira hacia donde Avan y su oscuro oponente para disparar un rayo mas negro que la penumbra que os envuelve.

El último lobo que queda, al verse en clara inferioridad, se retira corriendo a gran velocidad zig-zageando entre vosotros. Lo último que veis es su cola desaparecer por el Nor-Oeste. Por donde entra el agua.

Con los últimos gemidos de los lobos, la estancia queda silenciosa. Tan solo el constante ruido del agua, la rueda girando y los jadeos del esfuerzo realizado.

Tras asegurarse de que los lobos se han largado, Erdan se apoya en la pared de la cueva y trata de recuperar el aliento.

Uf... como todo lo que nos espera dentro de la cueva sea así, lo vamos a pasar mal.

La armadura de pieles de Erdan estaba desgarrada por diversas partes, y muchas de sus heridas estaban sangrando. El elfo aprovechó el descanso para vendarse sus heridas y prepararse para lo que pudiera venir a continuación.

En cuanto estemos listos, deberíamos seguir hacia el montacargas; cuanto más tiempo estemos aquí detenidos, peor para nosotros.

Tras aquel encuentro con los lobos Erdan no contaba con encontrar a los mineros extraviados con vida; lo más seguro es que estuvieran muertos, ya que difícilmente habrían podido enfrentarse a las sombras o al ataque de aquellos lobos

La enana se apoya contra una pared con la linterna a un lado y resopla con fuerza. Le duele todo. Pasados un par de minutos procede a remendarse las heridas.

-Lo hemos hecho fatal.- Dice mientras se venda.

-Está claro que las sombras tienen la ventaja de la movilidad, tenemos que mostrar una cuadrilla mas cohesionada y que atacar nuestras defensas sea mas difícil.-

Suspira mientras se levanta de nuevo, con mas fuerzas.

-Si nos volvemos a encontrar con un encuentro similar, que Jaesh y Erdan se encarguen de las sombras pequeñas mientras Avan y yo intentamos bloquear y golpear a los demás con ataques preparados.-

- Tienes razón - asiento a Norte con gesto preocupado - Ha sido culpa mía. Intentaré estar más atento a partir de ahora

Los fantasmas del pasado habían nublado mi mente durante el combate. No sé si fue por culpa de aquellas sombras y su extraña capacidad para atraernos a ellas, pero no estuve a la altura. No puedo permitir que vuelva a pasar lo que me alejó del mundo durante años. Antes moriré en esta mina.

El grupo se muestra agotado por el combate y deseoso de un merecido descanso. Buscáis un rincón seco junto el río, para enmendar vuestras heridas. Ahora todo parece tan tranquilo. El fluir del agua, la madera crujiendo por el inexorable giro del molino y ese refrescante olor a tierra mojada que empapa todo. Parece relajante pero ... el susurro de las sombras bailando a vuestro alrededor a menudo se convierten en algo mas que un molesto sonido.

No es un lugar en el que se pueda lograr un descanso reparador.

Viendo que el grupo no podía conseguir su merecido descanso, la enana invoca el poder de Moradin y gruñe.

-Prosigamos, en algún lugar encontraremos donde descansar ... espero.-

Jaesh se siente sobrecogido por el lugar. En su vida había pasado por esa experiencia... lo malo es escalofrió que le recorría el cuerpo y esas sensación de calidez le hacia sentirse mas vivo que entre los libros, y le empezaba a preocupar. Cuando dijeron que iban a descansar, pensaba sacar un libro mientras realizaban la recuperación de las heridas, pero el ulular de las sombras le invitaban a levantar pies en polvorosa.
- Quizás mas adelante tengamos mas suerte y podamos descansar algo.

Decidís seguir adelante, dejando atrás el riachuelo y el desagradable encuentro con esos enigmáticos lobos. Sin embargo las sombras os siguen como si vuestra presencia fuese un atractivo para ellas.

En cuando habéis avanzado unos 50 metros, os percatáis de que las sombras ya no están.

...

Algo os llama la atención. La gruta que estáis siguiendo no era usada por los mineros, que obviamente preferían la comodidad y rapidez del elevador. Quizás es por eso los signos de abandono aquí son muy marcados. Entre estros signos podéis ver con cierta claridad los pasos de alguien que se movía en dirección contraria a vosotros.
No os es posible determinar si esas marcas son de hace unos minutos o hace unos días. Lo que esta claro es que no son muy viejas.

Se cura la heridas como puede, y cuando cree que lo ha hecho bien, se reconforta en su mochila como si fuera un sillón y saca un libro. Cuando ni siquiera ha empezado abrirlo, mira a la enana. Duda varias veces antes de abrir la boca y al final se lanza.
- Norte... que sientes cuando invocas a tu Dios y realizas esos milagros? He estudiado a Moradin, así como a otros dioses, pero nunca me he podido imaginar que se puede sentir a ser el instrumento de una divinidad. Imagino que el uso de la magia no sera lo mismo... perdona si estoy hablando demasiado o a destiempo