Partida Rol por web

¡Abre los ojos! ¡Abre los ojos!

Abres los ojos lentamente, los párpados te pesan y cuesta trabajo que obedezcan la orden de tu cerebro. Hasta que finalmente, tras tres intentos, logras abrir los ojos del todo. Desgraciadamente, sólo ves oscuridad, oscuridad absoluta, negror, no se ve nada.

El aire huele a humedad, parece esta viciado, como si te encontrases en un sitio cerrado. Al palpar el suelo te das cuenta que es de piedra, está frío, lo sientes en la piel... entonces te das cuenta de que estás completamente desnudo, te palpas a ti mismo para descubrir que no llevas nada de ropa.

Aunque no veas y estés completamente desnudo, no sepas de los demás ni de tus cosas, parece que estás vivo, respiras y sientes como siempre, nada parece haber cambiado. No estás en el cielo, limbo o infierno, eso seguro, estás vivo.

Roger palpó el suelo en busca de su bastón para ponerse en pie.

—¿Hola? —gritó.

Aquel lugar le resultaba sumamente extraño. Tendría que estar muerto, todos tendrían que estar muertos, y sin embargo estaban allí, en una especie de extraña vigilia entre la vida y la muerte.

El viejo trató de ponerse en pie para localizar su bastón, un objeto que más allá de permitirle caminar sin dificultad, le daba confianza y mantenía firme su personalidad.

—¿Patterson? ¿Devin? ¿Están ustedes ahí?

 Avanzo por una cornisa de una alta montaña. El paisaje es muy bello. Ante mi se abre un precioso valle boscoso, cerrado por grandes montañas de afilados picos nevados. Moviéndome lateralmente avanzo trabajosamente. Queda poco para alcanzar el final pero de repente, observo que no estos asegurado a ninguna cuerda. Miro hacia abajo y el vértigo hace que la distancia se multiplique. Una caída que significa una muerte cierta. Agarro con fuerza mis manos a los salientes de la roca y me quedo bloqueado, sabiendo que estoy tan cerca del éxito pero sin poder dar un paso más para conseguirlo.

Entonces hoy una voz en mi mente. Me dice que me despierte y poco a poco voy abandonando las confusas sombras del sueño para volver a la realidad. La profunda y misteriosa realidad.

- Ho... hola. -  Respondo temblorosos a la pregunta Bucks. - Si, estoy aquí.

Me doy cuenta de que estoy desnudo e instintivamente me tapo mis partes lo mejor que puedo sin darme cuenta de que la penetrante oscuridad hace inútil el gesto. Me pongo en pie cautelosamente tratando de recordar cómo hemos llegado hasta aquí, pero pronto me doy cuenta de que ni siquiera sé donde estoy.

¡¡ Me desperté !! he estoy aquí - en cuanto oigo la voz de mis compañeros. Sir Rogers , Sir Jack ¿estáis bien? - noto el duro y frío suelo sobre mi piel , la oscuridad es absoluta . Me levanto y empiezo a buscar en  el suelo la linterna. Señor Jack Señor Rogers ayudadme a encontrar la linterna tiene que estar por aquí . Ando encorvado palpando el suelo con rapidez.

El temor y el miedo dominan mi ser, no debo de dejar que me controlen debo de hallar una salida , aunque esté desnudo ¿quién nos habrá quitado la ropa?. No había tiempo para ésto , debo de seguir buscando antes que viniese aquel ser que nos había privado de lo necesario.

Os dáis cuenta de que ninguna de vuestras cosas está cerca, ninguno consigue encontrar absolutamente nada. No véis nada, pero palpando notáis un suelo de piedra y la evidencia de que no hay ni techo ni paredes.

No os véis pero os escucháis a la perfección.

Compañeros seguid hablando intentaré acercarme a vosotros no os asustéis , parece ser que hemos caído en algún sitio sin techo ni paredes . Lo más importante es, que no nos perdamos, conservar la calma, y no os mováis de vuestro sitio.

Empecé a acercarme hacia donde escuchaba la voz de Jack primero, pues era el más joven y por símil el más inquieto, en cambio Roger seguro que no le importaba quedarse en el sitio es más lo agradecería dado su estado.

La verdad es que no me apasionaba la idea de andar desnudos cogido de la mano de estos sujetos pero la idea de Stuart no parecía mala. Al menos no se me ocurría algo mejor.

- Aquí, aquí, aquí, aquí, ... -  Repetía monótonamente para indicar la dirección.

Tras encontrar al guía, pongo la mano en su hombro y buscamos al anticuario.

Roger se volvió a dejar caer al suelo. Podía estar de pie sin su bastón pero la apatía causada por la situación le hizo derrumbarse.

—¿Alguno sabéis qué es este lugar? —dijo más para mantener la conversación como sugería Devin que por verdadero interés—. Podríamos estar soñando, no es posible caer desde tal altura y mantenerse vivo y sin magulladuras. ¿No creen?

Los tres hombres se apiñan y se cogen de las manos, es algo bastante violento dado que los tres están desnudos, pero al fin y al cabo, nadie puede verles y ellos menos.

También se dan cuenta de que están en una cámara bastante amplia o quizás en una cueva o una gruta o algo del estilo. En cualquier caso, es bastante grande.

Dejo de lado las poco constructivas preguntas del anticuario y busco una solución para encontrar una salida.

- Vayamos a una dirección en línea recta hasta que lleguemos a una pared. La mano izquierda de cada uno en el hombro del siguiente.

Trato de pronunciar con seguridad a pesar que la situación no inspire ninguna confianza.

Espero que Stuart, que va delante, tenga la prudencia de vigilar su paso para no caer en otro pozo.

Una vez todos juntos seguí la iniciativa del Señor Jack , poniéndome el primero y emprendiendo la marcha. Pensé en como orientarme para encontrar la salida, haciendo un esquema mental del sitio antes de caer , pero al final no obtuve ninguna solución fue al revés me hice un lío mental.

Lo dejé todo en manos de la suerte ...

Os topáis con un objeto en el suelo, por casualidad, Jack pisa algo que no es otra cosa que el medallón que usáseis para entrar en la pirámide. Jack se agacha y lo recoge antes de continuar.

Los tres hombres caminan en grupo durante lo que les parece una eternidad sin saber en qué dirección caminan o si lo hacen en círculos... el caso es que no se topan con ninguna pared u obstáculo y no ven absolutamente nada.

Cuando piensan que van a morir allí dentro a oscuras, distinguen a lo lejísimos un puntito rojo. Los tres caminan a paso ligero con la luz roja como referencia, caminando durante horas hasta que por fin llegan a la fuente de luz.

Resulta haber un enorme muro que se alza hasta el cielo- sin que se distinga el final del mismo - e incrustado en él, una especia de circunferencia de color rojo que emite una luz pálida bajo la cual desde unos 2 m de altura hasta el suelo hay un arco de entrada.

Roger se detuvo delante del arco de entrada y miró por fin a sus compañeros. Su desnudez ahora quedaba patente y el viejo Bucks no pudo controlar el reflejo de taparse. Rápidamente, una vez controlado el reflejo, relajó la posición y miró hacia la entrada entornando los ojos para acostumbrarse a la poca luz.

—¿Qué les parece? —preguntó sin demasiado interés en escuchar la respuesta—. Supongo que, igual que decidieron antes, la única opción es cruzar. Me gustaría creer que caminando en la otra dirección el resultado sería otra salida, pero me atrevo a predecir que no será así.

Las palabras del viejo acompañaban a su movimiento lento pero decidido a cruzar el arco.

¿Qué es eso señor Jack? - le pregunté un tanto nervioso viendo que cogía del suelo algo , después seguimos tanto tiempo que parecía que el suelo no tenía fin .  Cuando iba a desfallecer por el cansancio , y la falta de cubrir las necesidades básicas del cuerpo. Vislumbro a lo lejos una extraña luz roja, que parte de una circunferencia del mismo color incrustada en el muro a unos dos metros, y hacia abajo se nos presenta un arco de entrada.   

Tras la pregunta de Roger , no sé que decir sólo se me ocurre recibir órdenes , pues ese había sido mi entrenamiento...

El medallón... ¿Cómo habrá llegado hasta aquí?

- Es... el medallón que usamos para abrir la pirámide.

Digo un poco confundido. Como no tengo sitio donde guardarlo me lo pongo al cuello de forma que no se pierda en caso de estampida o de otra caída.

Tras avanzar a ciegas durante un penoso y largo espacio de tiempo conseguimos por fin una referencia, un faro. La tenue luz roja me devuelve a la realidad pues la larga e incesante caminata me había transportado a un extraño estado en el que la lógica y la razón no tenían la misma importancia que antaño.

Pero los cimientos del racionalismo son frágiles cuando observo la increíble altura que se ciñe por encima del punto de luz roja.

No tiene ningún sentido... ¿Dónde estamos?

En cualquier caso no queda otra opción que seguir adelante, pero no dejo sin respuesta el áspero comentario del anticuario.

- Y al igual que antes tiene usted completa libertad de buscar una ruta mejor si le parece. - Digo con el rostro hosco iluminado por la tenue luz.

Al ir a cruzar el arco, el anticuario se golpea contra algo y sale despedido hacia atrás con fuerza, cayendo  de espaldas y pegándose un buen cosco contra el suelo de piedra. Ahora no tenéis ninguna duda, no estáis muertos y podéis sentir el dolor, sólo hay que oir los gemidos y lamentos del pobre Roger.

Al escuchar al Señor Jack decir que el objeto que encontró es el medallón , un suspiro de alivio se me escapa de la boca, ¡ el medallón de la entrada estamos salvados ! cuando veo como el Señor Roger se pega contra la entrada que parecía abierta, pero estaba protegida por alguna barrera que no veíamos . Señor Jack allí dónde sale esa luz creé que puede poner el medallón ¿encajaría en esa circunferencia , qué opina?

Señor Roger - me dirijo a él intentando levantarlo pero manteniendo las distancias pues estabamos ¡ desnudos ! por dios que jugarreta era ésta que estábamos viviendo...

Roger se echó las manos a la espalda todavía en el suelo.

—¡Maldita sea! —exclamó molesto mientras trataba de ponerse en pie—. ¿Qué ha sido eso?

La pregunta era retórica, evidentemente. El anticuario se levantó como pudo y observó a Patterson. Devin tenía razón, ese medallón podía ser la clave para poder cruza el umbral.

Una vez de pie Roger se echó las manos de nuevo a la espalda para estirarla.

—Uno ya empieza a estar viejo para estar todo el día por el suelo —bromeó—. Patterson, ¿qué opina sobre lo que dice Devin? No tenemos nada que perder...

Busco algún lugar donde poner el medallón como cuando entramos en la pirámide y tras descartar que haya otra posibilidad, de dejo ayudar por Stuart para colocar el medallón en la extraña luz rojiza.