Partida Rol por web

Se estaba poniendo nerviosa. Un momento...

¿Desde cuando te pones nerviosa por un tio, Aya?

Eso es lo que piensa el par de segundos que tarda en responder. Ese par de segundos que parece haber quedado hipnotizada por la mirada del dollie. Luego esboza una sonrisa, sin despegar la mirada de él, aunque ya no es una mirada de sorpresa. Es una mirada que pide guerra.

Vaya... y ¿qué significa en vuestro código? Susurra, enarcando una ceja y acercándose a él un poco más. Ahora sus cuerpos casi se están rozando.

Alza las cejas y levanta ligeramente la mirada... para volver a bajarla y mirar los ojos de Aya de nuevo.

Significa lo mismo que los humanos... los Dollies 3.000, nosotros, somos capaces de sentir... ¿sabes? Y también percibirlos... - se acerca un poco más a ella, a su cuello, rozándolo con los labios - Y he podido sentir tu nerviosismo... ¿qué se te ha pasado por la cabeza...?

Aya sonríe, cerrando los ojos, embriagada por la cercanía del dollie.

Sabes perfectamente lo que se me ha pasado por la cabeza. Susurra... Luego pone sus manos en el abdomen de Yuuen, al principio con algo de temor, y luego más segura, subiéndolas despacio y acariciando al dollie hasta llevarlas a sus anchos hombros. Lo mira a los ojos de nuevo.

Tus movimientos, tu tono de voz, la forma de mirarme, la forma de tutearme... Lo has hecho todo precisamente para ponerme... Se muerde el labio inferior y desvía la mirada unos momentos, pensando en la palabra adecuada... nerviosa, sí.

Amplía su sonrisa, divertida y con mirada pícara... acaricia suavemente a Yuuen con la yema de uno de sus dedos, haciendo pequeños dibujos en sus pectorales y posteriormente en los abdominales, mientras pregunta...

¿Puedes sentir esto?

Sí, claro que puedo sentirlo... de hecho, ya te he dicho que somos casi humanos, máquinas hechas para sentir.

Le coge las manos y las aparta, bajándolas... esta vez sonríe, una sonrisa, que quizás se parece mucho a la de Akira... pero con aquel deje de misterio que le pone solo Yuuen. Una sonrisa sexy, sensual e intrigante.

No voy a acostarme contigo a no ser que me lo ordenes; o que de verdad tengas ganas de acostarte conmigo, no con cualquiera... y sabiendo lo orgullosa que eres, sé que no me lo vas a ordenar. Vas a saber hasta qué punto, se puede llegar a desear un hombre sin que te pongan las cosas fáciles... - se acerca un poco más a ella, esta vez, para darle un suave beso con mordisco incluido en el cuello - Pero te hago saber... que yo no deseo a nadie más que a ti.

Se separa de ella, sonriendo. Mira alrededor.

¿Le apetece darse una ducha o vamos directamente a comprar? La compra se hace por internet, así que no tendremos mucho trabajo.

Aya se queda, literalmente con la boca abierta. Sigue a Yuuen con la mirada durante unos segundos sin cerrarla, como en estado de shock. Cuando se da cuenta de que Yuuen ya no está cerca suyo y que ha vuelto a tratarla de usted, cierra la boca de golpe y carraspea, algo ruborizada y llevándose un puño delante de la boca.

¿Ha dicho lo que he oído?

Sacude la cabeza, mira sus manos e intenta tranquilizarse. Yuuen había conseguído excitarla más rápido que cualquier otro hombre con el que hubiera estado. ¡Y no era un hombre! Ningún hombre la había tratado nunca así. Ningún hombre había apartado sus manos de su cuerpo. Jamás. Y lo peor de todo... Ningun hombre la había conocido tanto como lo hacía Yuuen. Y llevaban sólo unas horas juntos.

Estaba empezando a interesarse realmente por ese dollie. Ningún hombre, o dollie, iba a poder con ella. El juego se ponía cada vez más interesante. Aunque...

Un atisbo de tristeza se asoma por su mirada... Ningún hombre nunca se había interesado tanto en conocerla... y el único que lo hace es un robot al que le han programado todo cuanto sabe de ella. Era, en cierto modo... triste.

Suspira, ya más tranquila, aunque puede notar perfectamente que su sistema reproductor sigue bastante alterado. Coge la ropa que había sacado del armario.

Mejor me doy la ducha antes. ¿Compra por internet? Vaya rollo.

Termina, haciendo un ademán con la mano y saliendo de la habitación para ir al cuarto de baño más cercano con la barbilla bien levantada.

¿Me traes una toalla? y mi neceser, por favor.

Ni siquiera lo mira para hablar con él. Está bien, él ha ganado una batalla... pero no ganará la guerra.

El chico esboza una sonrisa mientras observa cómo ella se aleja.

Claro, empiece a ducharse. Enseguida le traigo lo que ha pedido... - vuelve a sonreir, mientras camina para ir a buscar las cosas - Si quiere ya haré yo la compra por internet. 

Aya niega con la cabeza.

¿Y dejar que te diviertas tú solo comprando? Ni hablar. Bromea mientras cierra la puerta.

Aya vuelve a la habitación, buscando a Yuuen y para dejar la ropa sucia en ella.

Yuuen está sentado en la silla al lado de la cajonera, leyendo un libro. Al ver a Aya, levanta la mirada de éste y sonríe.

Huele fenomenal, ama.

Aya enarca una ceja.

¿Me has olido desde ahí? Luego sonríe, provocadora... ¿No prefieres acercarte un poco más para identificar a qué huelo?

Pregunta, cerrando la puerta tras de sí.

Sonríe y se levanta, dejando el libro encima de la mesita, se acerca a Aya a paso tranquilo. La coge de la cintura, con ambas manos... y la abraza. Un abrazo muy tierno.

¿Qué es lo que le preocupa? - pregunta con suavidad.

Al principio no sabe cómo responder al abrazo... No creo recordar haber dicho nada raro... ¿por qué me pregunta eso?

Pero la ternura del acto termina ablandando la coraza de la pelirroja, que apoya la cabeza en el hombro de Yuuen y rodea su cintura con las manos. Sin despegarse de él, con los ojos cerrados, susurra...

¿Porqué lo preguntas? Se le ha formado un nudo en la garganta...

Estrecha un poco más el abrazo, nunca si sobrepasarse de la fuerza.

No es difícil de verlo en su mirada... se la ve dudosa de algo... ¿qué es?

Vaya... eso sí que no lo habían hecho nunca. Nadie había sabido nunca cómo estaba sólo por su mirada. Ni siquiera sus abuelos, a los que engañaba constantemente para que fueran felices... Aunque quizá, fuese ella la engañada y ellos sí supieran en qué estaba metida...

Suspira y niega con la cabeza.

No es nada, no te preocupes. Ella que había hecho el esfuerzo por no preocuparse por el tema... De todos modos, no se separa del abrazo. Se estaba tan bien...

¿Estás segura que no quieres contármelo? - una vez más le tuteaba, estrechó un poco más el abrazo, siempre con ternura.

Aya niega con la cabeza.

No, no estoy segura. Susurra, luchando contra el nudo de su garganta y sin levantar la mirada. Tiene la sensación de que se echará a llorar si sigue así, o si se encuentra con la mirada de Yuuen. ¿Cómo podía sentirse así por un dollie? ¿Cómo era posible que ningún hombre la haya tratado tan bien como él hasta ahora? ¿Cómo es posible que el único que la quiera no solo por su físico o para pasar un buen rato, sea alguien que ha sido programado para ello...?

En estos casos...

De repente... el dollie deja de abrazarla, para cogerla en brazos como a una princesa y caminar con la chica cogida hasta la cama. Dejando una mano libre, asegurándose que aya se agarra a su cuello, deshace la cama, y mete la pelirroja en ella... Yuuen da la vuelta a la cama y se mete dentro de la cama, a su lado.

A diferencia que habría hecho cualquier hombre, Yuuen, la vuelve a abrazar con la misma ternura que antes, pero ahora tapados con aquellas sábanas que eran igual de bonitas que de frescas y estirados.

Cuéntamelo...

Aya se sorprende cuando Yuuen la alza en brazos y se agarra a su cuello. Definitivamente, el dollie estaba haciendo todo lo que siempre había querido y nunca le habían hecho.

Y lo peor es que ni ella misma sabía que todo eso era lo que quería hasta que Yuuen se lo ha mostrado. Pero... ¿cómo explicárselo sin parecer una niña tonta? ¿Cómo explicárselo sin dejar de ser la tia dura y seductora que quería ser?.. quizá ya no tuviera sentido querer seguir así delante de él... Al fin y al cabo, él era sólo un dollie... que la conocía como nadie.

Yo... bueno, tú... Empieza a hablar, abrazada a él y sin dejar que pueda mirarla a la cara... Me estás dando todo lo que siempre he querido... cosas que ni siquiera yo sabía que quería. Y el hecho de que... nadie antes me lo diera. El hecho de que... el único que se interese por mí como lo haces tú sea un dollie, programado para ello... un dollie al que han inculcado unos conocimientos sin siquiera pedirlo... El nudo ha ganado la batalla y no deja que siga hablando.

Mientras la escucha le va acariciando el pelo dulcemente.

Yo no estoy programado para esto, Aya... ya te lo dije. Me han puesto el chip para sentir, pero hay cosas que siento y cosas que no... y cosas que puedo elegir y cosas que no, ¿comprendes? Que quiera cuidarte o no... es algo que he elegido no, no me lo ha mandado nadie.

Le acaricia ahora la cara, levantándosela y haciendo que sus miradas se crucen - ¿No crees que si ningún hombre no te ha dado nunca lo que querías es por qué quizás tú no lo demostrabas?

Aya levanta la cara... como suponía, no puede seguir disimulando la angustia al cruzar su mirada con la de él, y sus ojos se vuelven vidriosos...

Pero tú sabías como era... te han programado para que seas a mi gusto, para que sepas tratarme... para que te intereses por mí... ¿sino porqué lo harías? Va levantando la voz a medida que habla, llegando a quebrársele al final... está apunto de echarse a llorar.