Partida Rol por web

Esboza una sonrisa.

No te confundas, yo solo te conozco desde que he llegado aquí. Sabía de ti lo que dejaste escrito en el folleto del sorteo... y durante estas pocas horas que han pasado... simplemente te he observado. - niega con la cabeza levemente - A ninguno de nosotros nos han programado para que seamos al gusto de alguien... todo ha sido por sorteo.

Le coloca la mano en la mejilla, acariciándola...

Aya traga saliva, se tranquiliza... al menos ya no le tiembla la voz.

Entonces... ¿porqué tanto interés? ¿porqué lo de.... Se ruboriza un poco, pero no desvia la mirada. ¿Porqué lo de antes de irme a la ducha?

Pone la mano en la del dollie, en la que tiene en su barbilla, sin apartarla de allí.

Esboza una tímida sonrisa... y en sus mejillas se puede distinguir un leve rubor encima de su morena piel.

Pues... porque supongo que no pude evitar enamorarme de ti nada más verte cuando me pasaron una foto tuya en el laboratorio... estaba muy contento de ser tu dollie y quería conocerte más... - tose ligeramente, y mira a otra dirección - pero te vi tontear con todos mientras esperábais a Su Majestad en la sala de llegada.

Aya parpadea un par de veces... su mirada vuelve a ser tan nítida como siempre.

¿Amor a primera vista? ¿celos? No puede evitarlo y se echa a reir... cuando termina, rodea el cuello de Yuuen con sus brazos y se acerca más a su cuerpo.

Bueno... siempre he sido así. Me gustan los chicos... sobretodo si puedo sacar algo a cambio de mis servicios. Sonríe con ternura, sin dejar de mirarlo.

Aunque... creo que estoy cambiando la forma de verlos.

¿Entonces por qué te quejas cuando dices que no te valoran como quieres que te valoren? - le responde, con su mirada dura... aunque esboza una leve sonrisa, y su rubor sigue permaneciendo en las mejillas.

Aya niega con la cabeza.

Yo no me he quejado. Sólo he dicho que era triste... ¿Porqué nadie se ha interesado por mí como tú antes? ¿Sabes que no he estado antes con ningún otro chico, tan cerca, en una cama, como estoy contigo, y sin que pase nada?

Termina, medio frunciendo el ceño, entre molesta y divertida aún.

Suspira, sigue acariciando su pelo.

¿Acaso tú te interesabas por alguien?

Aya niega con la cabeza.

No, pero... Baja la mirada, avergonzada... A tí no te traté de forma diferente que a ellos...

Supongo que me vi un poco presionado por el hecho de que vamos a pasar mucho tiempo juntos... - suspira y mira hacia el techo de la cama.

Aya suspira...

Sí... debes tener razón... Cierra los ojos, abrazando al dollie y disfrutando del momento, sin decir nada más... hasta que nota el hueco en su estómago.

¡Ai! Abre los ojos de golpe. ¡Tenemos que hacer la comida! Los demás deben estar esperando... Se levanta de la cama y antes de salir, se busca algo de ropa... una minifalda tejana y una camiseta de tirantes negra.

Mientras se desviste y vuelve a vestir, pregunta...

¿Habrá algo de comida en la cocina o tenemos que hacer la compra antes?

Supongo que habrá algo en la nevera para que podamos preparar algo decente. - responde, esbozando una sonrisa y levantándose igual... aunque él no se cambia de ropa.

Será mejor que nos demos prisa, si no queremos que los otros se nos coman.

Aya entra en la habitación dejando la puerta abierta tras de sí, se tumba en la cama bocarriba y suspira.

Al final, acaban siendo todos iguales... Susurra para sí misma.

Es él el que cierra la puerta, y mira como Aya se tira a la cama... se acerca a ella, aunque no se estira, se queda a su lado de pie, mirándola.

¿Qué ocurre?

Aya sigue con sus rojizos ojos cerrados, ocultándolos al dollie.

¿Notaste el cambio de actitud en Kyo? Cuando vió que no tenía nada que hacer con Miu, empezó  a tratarme mejor. ¿Notaste el cambio en Kazuo? En cuanto estuvo a solas un par de horas con su dollie, se olvidó de la sola presencia de "cabellos de fuego". Al final, el que creía más hipócrita ha acabado siendo el más sincero, Kaede.

Mantiene una mano sobre su vientre y levanta la otra para colocarla sobre su frente por el dorso. Abre los ojos, enfocándolos directamente sobre los de Yuuen.

Me preocupa Miu.

Sentencia, sin añadir nada más.

Los humanos... sois complejos. Por mucho que nos programen para entenderos, no siempre conseguimos satisfaceros al 100% - se sienta al borde de la cama, al lado de Aya, y mueve su mano hasta encontrarse con sus rojos cabellos y acariciarlos, jugueteando con ellos.

Pero debo decirte que no hace falta que te preocupes por Miu... debe vivir su vida a su manera, y experimentar por su lado, tal y como tu has hecho. Al fin y al cabo está con Akira, siempre que ella esté a punto de caer, él la cogerá, evitándolo... y la protegerá. - respira - Al igual que yo contigo.

Aya sonríe y levanta la mano que tenía en su vientre para acercarla al rostro de Yuuen. Lo recorre con la yema de los dedos, posándose luego en su mejilla.

Es un alivio saber que no volveré a sentirme sola... porque tú estarás conmigo.

No dice nada más, simplemente se incorpora levemente y deposita un suave beso en los labios del dollie. Un beso que sólo dura unos segundos. Al separarse, se queda sentada, apoyada en sus manos sobre la cama y sonriendo al dollie.

Él le devuelve la sonrisa, aunque no se esperaba el beso... y sonríe aun más ampliamente.

Me alegro que estés contenta. - responde, acariciándole él la mejilla.

Mira hacia la ventana, aun sonriendo... - Y dime... ¿cual es tu historia? ¿Con quién vives?

Aya mira también la ventana.

Mi historia... Bueno... quedé huerfana a los 5 años. Mis padres murieron en un accidente de tráfico, ambos juntos. Desde aquel día mis abuelos hicieron todo lo posible por ocuparse de mí... aunque fui bastante... complicada para ellos... Por suerte aprendí a disimular fácilmente y conseguí ser, para ellos, la nieta tranquila y adorable que necesitaban.

Sonríe con nostalgia.

En realidad era un trasto. No dejaba de meterme en lios con chicos... Al principio todos los niños querían ser amigos mios y luego se peleaban entre ellos. Entonces dejaba de ir con ellos y buscaba a otro grupo de amigos... y vuelta a empezar.

Se coloca un mechón de pelo detrás de la oreja, bajando la mirada y levantándola de nuevo hadia Yuuen.

Mi abuelo murió también... hace ya 5 años. Yo solo tenia 13, pero tenía que traer algo de dinero a casa para pagar las facturas... al fin y al cabo, la casa era de mis padres y no quería perderla... mi abuela tampoco quería y aunque ya mayor, seguía trabajando en lo que podía. Yo no iba a ser menos... aunque ella nunca supiera que quien pagaba las facturas era yo.

Se queda unos instantes en silencio... bajando la mirada.

Ahora que lo pienso... quizá sí lo sabía y nunca me dijo nada... Al volver a levantar la mirada tiene los ojos vidriosos, pero no suelta ni una sola lágrima.

Y bueno... una niña de 13 años no puede trabajar en muchos sitios que digamos. Encontré a un hombre que me propuso hacerme fotos para venderlas a algún tipo de pervertido... junto a mi ropa interior. Se encoge de hombros. Total, nunca me tocaron ni tuve que posar desnuda. Esos tipos se conforman con muy poquito.

Al llegar a los 16... Se mira ahora su mano, extendida delante de su cara. Empecé a trabajar de camarera en una cafetería... que es donde estoy ahora. Llevo tantos años que no tuvieron problema en darme un mes de vacaciones.

Sonrie ahora orgullosa, levantando la mirada y la barbilla, mirando a Yuuen de reojo.

Además, se ve que desde que estoy allí, han aumentado los clientes... masculinos, claro.

Vaya...

Había estado escuchando con atención toda la explicación de Aya, sin interrumpirla... abriendo más los ojos en diversas ocasiones claro... pero finalmente sonríe junto a ella.

Bueno... entonces te vendré a ayudar al bar y aumentarán también las clientas femeninas - responde, levantando un dedo y sin dejar de sonreir...

Se acerca a ella y le da un dulce beso en los labios, aunque más bien la roza, no llega a ser un beso. Se queda a poca distancia de ella, sonriendo.

Aya sonríe picara, de medio lado, mientras apoya los brazos en los hombros de Yuuen, enlazando las manos por detrás de él.

¿Y si yo no quiero que te mire ninguna otra? Pregunta en un susurro de voz... que delata que la pregunta va más en serio de lo que quiere aparentar.