Partida Rol por web

Viendo que no avanzamos salgo de mi mutismo para intervenir asumiendo mis deberes para con el Sabbat como sacerdotisa.

Doy unos pasos colocándome delante del Inquisidor para hablarle haciéndole previamente una leve reverencia. – Inquisidor Guy Dirac, me parece que de los que os acaba de presentar Su Excelencia el Arzobispo Moncada de Madrid, soy la única sacerdotisa me llamo Helena Sort.

Espero por si alguien mas se presenta antes de continuar. – ¿Seréis vos nuestro nuevo ductus y aquel era el nombre de nuestra manada?

El inquisidor se sorprendió ante la petición, pero rápidamente negó con la cabeza. Gracias por la oferta pero ese no es mi cometido, cuando termine la misión dejare Madrid para seguir cazando infernalitas. Debería de ser uno de vous. 

Un ductus.

Hago repaso de mis compañeros y de mí mismo. Bueno de mis compañeros hago repaso de lo que por ahora han contado.

Una sacerdotisa. Todo grupo ha de tener una y este es un grupo en el que solo contamos con ella. Ponerla de ductus sería tirar sus habilidades a la basura. No es muy aconsejable.

Zequi. No es un líder, el mismo lo ha dicho y estoy de acuerdo. Necesitamos a alguien con mucha más mano izquierda, especialmente si vamos a llevar adelante una caza de infernalista.

Antuan. Posiblemente una persona mucho más acostumbrada a dar la mano que a usar los puños. Es posible que en un momento de tensión táctica no sea especialmente útil, pero es un activo poderoso en caso de tener que entrar en lugares en los que una sonrisa sea más valiosa que un arma. No es el líder que buscamos, pero hay que tenerlo en cuenta. Podría servir.

Scott. Extranjero. Puede ser perfecto como líder. Nadie de la congregación queda por encima de los demás y el acaba por pirarse al acabar la misión. Lo malo es que tampoco es de por aquí. No le conocemos lo suficiente, podría ser un espía. No quiero darle el poder a alguien que puede que tenga una agenda oculta.

Y llegamos a mí. He dirigido manadas antes. Nunca como oficial al mando, pero cuando las cosas se ponían tensas las miradas se dirigían a mí. He defendido edificios en mitad de una batalla abierta incluso en amplia inferioridad. La cuestión es que no necesito ser ductus para hacerlo, con lo que tampoco es que haga falta nombrarme. La cuestión no es si soy la mejor opción, sino si no soy la peor. Hay que trabajar con lo que se tiene.

Si somos lo que hay aquí- comienzo aunque continúo lo ya comentado antes- debemos armar el puzzle que representamos. Tenemos una sacerdotisa. Solo una y nada más que una. Darle el puesto de ductus sería perder a un activo en un puesto inadecuado, no por falta de capacidad, sino por carecer de recambio para su puesto. Como poner a robar un banco al único conductor de huidas. Su puesto es el que es. Zequi es el de repartir ostias, el mismo lo ha dicho. No lo veo como ductus. Scott. Eres extranjero y ya nos has dicho que estás de paso. Si la misión se alarga puede que te requieran esos asuntos personales. Mejor que nuestro mando no esté en alguien que igual mañana es requerido por sí mismo en otro lugar. Yo he dirigido gente antes, nunca me nombraron ductus, pero cuando tus jefes pierden físicamente la cabeza acabas teniendo que tomar el control de la situación sin mucha ceremonia. Podría hacerlo, soy un candidato razonable.

Me giro hacia Antuan.

Tú no tengo claro qué aportas a nuestra troupe- comento-. Cuéntanos qué crees que te ha traído a nuestra manada. Puede que tengamos a un ductus en potencia. O puede que no.

Estoy deseando saber la respuesta.

Sonrío al escuchar a mis compañeros, algunos postulando para recibir el "honor" de ser el líder de la manada y otros para... Bueno, quizá para marcar territorio, no lo se muy bien, el empleo del castellano por parte de Ezequiel es bastante extraño, no lo había oído antes y se me hace muy difícil seguirlo. Supongo que será cuestión de tiempo, y tiempo es lo que vamos a tener de aquí en adelante para conocernos todos. De tal forma, que lo mejor será empezar con buen pie con todos, pues van a ser mis hermanos y hermanas de manada. Con lo que ello conlleva. 

Espero mi turno para hablar, aunque sea extranjero no creo que por ello se me deba excluir, ni mucho menos, tampoco estoy de acuerdo en la forma de "librarse" de los demás, sin conocerles, creo. No es una buena forma de empezar, por lo menos desde mi punto de vista. Ahora mismo cualquiera podría ser un bien o un mal ductus. Lo importante es ser uno de los que escuchan, un ductus sabio es aquel que se deja sconsejar por sus más cercanos y no toma decisiones unilaterales al menos que el tienpo apremie y no haya forma de saber qué ocurrirá o no se pueda contar con la cercanía de tu manada. Por lo que tomo la palabra.

-En cambio, para mi cualquiera podría ser ductus. No os conozco y no os voy a juzgar como si lo hiciera. No es inteligente. Se puede cometer errores. Creo que Helena podría ser nuestra líder si ella se postulase a ello, ya va a ser nuestra líder espiritual y, aunque no es frecuente, podría ser también el ductus. A Antuan apenas le he oído hablar, ¿cómo saber si es válido? -Miro al chico callado mientras hago referencia a él. -Ezequiel es el único que ha dicho que no es un líder, pero no conozco mejores líderes que aquellos que pueden dar... Como era... ¿Dos guantás? Y luego dejarse aconsejar por los suyos cercanos. Mi historia personal no me va a reclamar hasta que terminemos nuestra misión para el Arzobispo, eso lo puedo asegurar y si me escogéis a mi como ductus tened por seguro que vuestra voz será importante y tomada en cuenta. Tal y como debería ser un ductus sabio. Convertiremos esta nueva manada en una cofradía importante y temida por nuestros enemigos.

Miro a los presentes y asiento con la cabeza al acabar mi monólogo de presentación de candidatura. 

-“Pero” que los de San Blas no sean unos carajotes “infirnalistas” “desos” porque mi tía Virgi lo quería a hierro. Al santo digo. Que la tuvieron que operar “toa” la garganta por no sé qué que se le “descuajeringó” por dentro y “la” dijeron que vendiera el karaoke. Vamos que se podía quedar muda ya pa siempre. Que, os lo creáis o no, le puso una “pesha” de velas al santo y a los dos días de salir del hospital ya cantaba la macarena, pero que se le oía a tres calles. To potente el milagro. Se murió hace dos años, que se engollipó con un hueso de pollo la pobre.

Había que estar muy loco para postularse a jefe. Que esta gente se ponía de los nervios si los llamaba de “don usted” en vez de “usted don”. Menos mal que había dejado claro cuan era su papel en esta función. –Di que sí, Scott. Yo te voto pa ductus.- Dijo apoyando sus posibilidades. Que Carlos le recordaba a Sebastian en la forma de hablar. Y además Scott había dicho la palabra cofradía. Lo que asociaba con Semana Santa. Y "temida por los enemigos", lo que sonaba a que no les iba a torcer el morro nadie y al que se pasara con ellos lo destruian.

Antuan negó con la cabeza, deseaba alcanzar la posición de Ductus pero el voto de Ezequiel a Scott había desequilibrado la balanza. Solo había otro voto en juego, Carlos se había votado a sí mismo, el de la sacerdotisa que seguramente se mantendría neutral, no era bueno mezclar política y religión. Por ello era estúpido presentar su candidatura, prefería una retirada táctica. No voto en blanco. Sentencio.  Scott, creo que el mando es tuyo. Tienes tu propio voto y el de Ezequiel.

Vuestras decisiones, vuestras normas. Comenta Guy alegre de que se haya llegado rápidamente a tomar una decisión sin derramamiento de sangre, cosa arto frecuente en el Sabbat.

 Sacerdotisa, realiza el ritual de Valdurie, puede que hoy entremos en combate. 

Helena intenta evitar que se note su alivio de no tener que realizar el Autoritas Ritae de la Monomancia, en lugar del de la Vaulderie se la hubiera considerado en parte responsable ya que las ordenes del mismísimo Moncada eran de que formaran una manada con todos ellos, no que se destrozaran.

Agradezco no necesitar respirar ya que así no he lanzado un profundo suspiro.

Me acerco a la mesa para iniciar el ritual después de pedirle con la mirada al Inquisidor su permiso como muestra de respeto a lo que indica su posición en el Sabbat aparte de que estamos a su servició como ha designado el Arzobispo Moncada personalmente.

Voy al centro de la sala donde se halla una pequeña mesa ceremonial de roble mas que centenario. Una vez en ella saco de mi mochila la copa de plata que me regalo mi sire cuando alcance el rango de sacerdotisa aunque siempre la limpio antes de guardarla la repaso meticulosamente con un pequeño paño para que la vitae no se mezcla con nada de polvo.

Cuando la he depositado en la mesa le indico a todos que se coloquen a mi lado pero en circulo rodeando la mesa. Una vez esta como los he dispuesto bajo la cremallera de mi mono de cuero para sacarme mi colgante con forma de espada. La desengancho del collar para seguidamente sacarla de la funda mostrándola ante todos para que vean lo afilada que esta.

Coloco la copa justo debajo de mi muñeca izquierda y mientras me la abro dejando caer un reguero de sangre exactamente dentro de la copa recito:

– Igual que la sangre será una así seremos nosotros.

Cuando acabo de recitar bajo mi cabeza para sellar la herida pasándole mi lengua.

Le paso la copa y la espada a Ezequiel para que prosiga con el ritual.

Ezequiel cogió los utensilios que la otra le entregaba. Menos mal que esta no era la primera manada por la que pasaba, porque el numerito este era como para darles de comer a todos a parte.

-Yo no sé decir frases to elegantes y tal… pero que a hierro con la cofradía esta. ¡At ferrum! Aunque a ver qué nombre le plantamos, que no quiero ser de una cofradía dedicada a una chuminá.   

Se abrió la muñeca también y dejo caer la sangre dentro, aunque un poco cayó en la mesa. ¿Debía limpiarla ahora mismo o esperar a que terminaran el ritual? Mejor hacerse el loco y con suerte nadie se habría dado cuenta. Le pasó la copa y la espada al siguiente. Al menos no había hecho la broma sobre las morcillas como la primera vez.