Partida Rol por web

El salariano sonríe y parpadea dos veces, muy rápido.

- ¡Ah! Olvidaba lo agresivos que son los humanos... No se preocupe, su identidad está a salvo conmigo. - Dice separando las manos del cuerpo en un gesto tranquilo. - Sin embargo no podría decir lo mismo de Vel'Delrath...

Vel'Delrath. El nombre batariano hace que te resuenen los dientes nuevamente. Por lo que te dijo Jaëto es el dueño del bar y el salariano no tarda en confirmar lo que de alguna forma intuías desde que encontraste al batariano en el puerto.

- Llevo un tiempo vigilándole. A él y a la célula de los Soles Azules que dirige en este sistema. Su actividad es bastante limitada, al fin y al cabo estamos en territorio asari y, por tanto bajo la jurisdicción del Consejo. Sin embargo lleva unos días bastante alterado. - Te mira y vuelve a sonreir. - Y tú tienes la culpa...

Empieza a caminar, aproximándose a la esquina en la que está la comisaría y la tienda en la que habíais quedado inicialmente. Sin fiarte completamente del salariano, le sigues mirando esporádicamente a la estación de policía asari.

- Pero cuando la gente se altera comete equivocaciones. Vel'Delrath quiso confirmar tu identidad y envió a un mercenario a seguirte. Craso error. Debería haber supuesto que si eras quién él sospechaba, le descubrirías y te llevaría hasta él. - Camina rápidamente, gesticulando mucho con las manos y hablando a toda velocidad. - Ahora estará en su guarida, pensando cómo localizarte y acabar contigo. Lo que nos da una oportunidad.

Zane oye al salariano mientras mantiene su mirada de pocos amigos, su cuerpo inmóvil, y sus brazos cruzados. Demás está decir que no confía nada en aquel sujeto, pero en aquel lugar la confianza es algo que no existe, por lo cual no se priva de seguir oyendo lo que tiene que decir, por mas extraño y conveniente que le parezca aquella situación.

Al oír el nombre de Vel'Delrath dibuja un gesto de disgusto en su rostro que no puede ocultar, ni trata de hacerlo. Esperaba a algún general de segunda detrás de él, algún cadete tratando de sumar puntos, pero parece que realmente aquellos tipos le quieren ver muerto, cosa que a Zane, en el fondo, no hace mas enorgullecerle.

- “Nos da”... - repite entre dientes, con una ligera sonrisa burlona, tras las palabras del salariano – Eso suena demasiado precipitado teniendo en cuenta que siquiera se quien mierda se supone que eres – dice con aquella actitud prepotente que suele dejar ver, al menos cuando se encuentra con la clase de sujetos que pueden dispararle a uno en cualquier momento, y por alguna razón el salariano parece uno de ellos – No me malinterpretes – añade mientras se incorpora y da unos pasos hacia su interlocutor – Tu quieres algo y yo quiero lo mismo... en un sitio como este eso es un buen trato y no hace falta nada mas, cambiar historias y darnos masajes no nos va a hacer amigos... pero usted sabe muchas cosas de mi y aparece en un momento muy conveniente... mi punto es...

Hace un breve silencio mientras acorta distancias con el salariano, como si se encontrase preocupado por que alguien pudiera oír aquella conversación.

- ¿Por que no debería dispararle en la nuca una vez terminemos con Vel'Delrath? Hasta donde sé, usted puede ser un hijo de puta tan peligroso y tan informado como él – le dice de manera confidente, mientras vuelve a dar un paso atrás y adopta nuevamente una actitud mas relajada.

El salariano pone un gesto de sorpresa que dura a penas medio segundo y luego sonríe conciliador.

- ¡Ah! Claro... Olvidé que yo llevo varios días investigando sobre ti, pero tú no me has conocido hasta esta misma tarde. - Dice hablando a toda velocidad. - Quiero creer que estoy mejor informado que Vel'Delrath, pero dudo que sea tan... em... hijo de puta. - Por primera vez le escuchas titubear mientras habla y el insulto no suena natural cuando lo dice.

Cruzáis una compuerta y os dirigís a una zona menos transitada del puerto. Por un momento te preparas para una emboscada, pero parece que el salariano solo quiere buscar un lugar donde podáis hablar con más tranquilidad.

- Vel'Delrath es uno de los principales enlaces de los Soles Azules con el espacio de la Ciudadela. En particular, con los sistemas salarianos. El GOE lleva tras él varios años y al final le hemos encontrado. Llevo unos meses infiltrado en su bar, espiando sus procedimientos para estar seguros de que cuando acabemos con él toda la infraestructura que le rodea no pasará a manos del siguiente mercenario que envíen a sustituirle.

Se para en un rincón y miras a tu alrededor para cerciorarte de que no hay nadie. Te parece ver una sonrisa en el salariano pero, si pertenece como parece afirmar al Grupo de Operaciones Especiales, no te sorprende que sepa utilizar el entorno en su favor, aunque sea sólo para sacar ventaja en una discusión.

- Ahora ya conocemos su modus operandi. El batariano empezaba a sospechar pero por suerte otro asunto ha llamado aún más su atención esta última semana. Tú.

No estás muy seguro de que te haga gracia que te cataloguen como "asunto", pero el salariano te mira con una sonrisa. Sin embargo, eres perfectamente consciente de que aún no ha contestado tu última pregunta.

- ¿Del GOE? - pregunta incrédulo, de manera retorica, mientras observa al salariano, y por sobre todas las cosas observa aquel lugar. Ya había escuchado hablar bastante de ese grupo, en otra vida, cuando hacía lo mismo que el tal Jaëto. Realmente no termina de confiar en aquel sujeto, hasta donde sabe todo aquello puede ser mentira, no hay forma de comprobar nada de lo que dice. A pasado mucho tiempo dando vueltas por lugares en donde nada es lo que parece, donde la confianza no existe, y en donde los problemas y las traiciones no se pueden predecir hasta que uno los tiene justo delante de sus ojos, por lo que sabe muy bien que no importa cuantas credenciales intercambien, cuantas historias o direcciones se den, ni él confiaría en el salariano, ni este, seguramente, terminaría de confiar del todo en Zane. Pero como en esos lugares, en esa gente con la que tanto había frecuentado en los últimos años, ante esa situación no se puede hacer mas que dar el paso adelante y ver que hay a la vuelta de la esquina - estar preparado para cualquier cosa - ese se había convertido en su único plan en los últimos años de su vida.

- Muy bien – dice finalmente, tras meditar unos instantes, y mostrando una inusual predisposición – ambos queremos lo mismo, así que vamos a hacerlo de una vez – le dice al salariano, mientras da un paso al frente y le extiende la mano en un saludo, como quien quiere cerrar un trato, mientras le mira directamente a los ojos.

El salariano asiente solemne cuando le preguntas si realmente trabaja para el GOE. Cuando finalmente le ofreces la mano te responde con un fuerte apretón mirándote a los ojos. Sonríe y continúa hablando con su tono rápido.

- ¡Bien! Tenemos varias cosas que preparar antes de entrar en acción. Los Soles Azules tienen un edificio en las afueras de Nos Astra. Utilizan el Quasar como centro de operaciones, pero toda la información la mantienen en esa base - te informa rápidamente.

Extiende su brazo para mostrar una omniherramienta y sus dedos empiezan a teclear rápidamente mientras transfiere a la tuya la localización de la base de los Soles junto con los planos de construcción del edificio.

- La base está bien protegida, pero su sistema de seguridad tiene un fallo. En el tercer piso - dice sin dejar de teclear - Hay una rejilla de ventilación suficientemente grande como para que quepa una persona. - Al mismo tiempo en los planos que te está enviando se ilumina una apertura que da paso a un pequeño pasadizo que lleva a una habitación. - Sin embargo harán falta al menos tres personas para acceder por allí. Uno para bloquear los sistemas de seguridad que vigilan el final del conducto de ventilación, otro para colarse por la rejilla y abrir una puerta de acceso y un tercero para entrar por ella y mantenerla el tiempo suficiente como para que el primero pueda llegar hasta allí. - Según habla se van resaltando en los planos los lugares que te va indicando.

Por fin, deja de teclear y se para un momento para que puedas corroborar por ti mismo lo que te está explicando. Por supuesto, vuelve a hablar antes de que hayas tenido tiempo suficiente para hacerlo.

- Por suerte he contactado con alguien que busca una información que tienen los Soles pero que se muestra reacio a negociar con ellos. Si te parece bien, he quedado con él en el Eternity dentro de media hora. Allí podremos charlar con cierta intimidad y juzgar si puede sernos de ayuda. - Te mira fijamente esperando una respuesta. - Salvo que, por supuesto, conozcas a alguien más suficientemente loco como para planear una incursión en una base de los Soles Azules - añade sin ningún tipo de sarcasmo en su voz.

Aunque da la impresión de no entender absolutamente nada, Zane escucha atentamente lo que dice el salariano mientras mira con atención los planos que le muestra. La vida en las colonias le a dado ese aspecto de hombre mas bien bruto que le ayuda a disimular sus capacidades a la hora de analizar  ese tipo de información, y le gusta que así sea, pues le siempre le resulta mucho mas útil aparentar algo que no es.

Sigue observando los planos hasta que escucha la idea de agregar un tercer miembro a aquella compañía. Ya no le agrada del todo el tener que trabajar con aquel sujeto, menos gracia le hace la idea de sumar a un tercer desconocido que pueda poner manos a aquella valiosa información, pero viendo los planos parece que hace falta otro hombre para aquel trabajo.

- Espero que tu amigo sea de fiar – comenta por lo bajo, con tono amenazante, mientras sigue observando los planos y sin darle mucha mas importancia al asunto. Tras unos instantes deja de lado los planos y vuelve a prestar atención al salariano -  Podríamos entrar al lugar y patear sus culos, pero si quieres ponerte romántico y montar todo este circo... me da igual mientras logremos nuestro objetivo – hace una breve pausa - ¿Vel'Delrath estará aquí?

El salariano asiente con la cabeza.

- Por supuesto. Él es mi principal objetivo, ya sea deteniéndolo o acabando con él... - informa con una expresión peligrosa. - Y junto con él tendremos que acabar con los servidores de información de la base. Con ellos desaparecerán los contactos de los Soles - te mira de soslayo por un momento - y los datos sobre identidades que nunca debieron de salir a la luz.

Empezáis a caminar hacia el Eternity y Jaëto continúa hablando.

- Podríamos tratar de entrar volando la puerta principal, pero eso podría atraer a las autoridades locales además de poner sobre aviso a todos los mercenarios del edificio, así que montar ese circo probablemente sea nuestra mejor opción - dice, no sin un cierto resentimiento en su voz. - Tenía entendido que las misiones de infiltración eran su especialidad.

Atravesáis el puerto y empezáis a subir las escaleras del bar, mientras el salariano te pone al día con respecto al tercer sujeto con el que vais a trabajar.

- El hombre con el que vamos a reunirnos no es mi amigo. Sin embargo he comprobado su historial. Es un humano, pero no es miembro de la Alianza - añade en tono tranquilizador al notar cierta tensión en ti. - Su hermano es un especialista que ha servido bajo las órdenes de SPECTRE en más de una ocasión. Hasta el momento nuestro hombre se ha mantenido al margen de actividades bélicas, dedicándose más a los negocios, pero su entrenamiento ha sido el mismo que el de su hermano, así que debería sernos útil.

Entráis en el bar bajo la mirada atenta de la camarera asari. El salariano la saluda con una inclinación de cabeza mientras recorre rápidamente el bar con la mirada. Un hombre se os queda mirando desde una esquina y hace un leve gesto de reconocimiento con la mirada.

Zane camina en silencio mientras oye sin apenas acotar nada. No naja la guardia, pues por mas conveniente que sea aquel trato, no termina de confiar del todo en el salariano. Al entrar al Eternity echa una mirada y no tarda mucho en localizar a quien parece ser el tercer miembro de aquella compañía. Mala señal si resulta tan evidente a la vista, pero no puede hacer mas que confiar en la palabra del salariano.

- Mas le vale no cagarla – le dice mientras echa una mirada a aquella nueva cara, para luego lanzar otra mirada casual al lugar. Aquel sitio no suele ser peligroso, y espera no resaltar demasiado – Solo una cosa mas – le dice al salariano, tras dar un paso, detenerse en seco, y girarse nuevamente hacia él – y para dejarlo en claro: como esto comience a oler mal no voy a hacer ninguna pregunta ni a omitir ninguna queja, solo te voy a disparar, ¿entendido?

Vuelve a mirar al humano – vamos, no le hagamos esperar – le dice al salariano, sin casi esperar respuesta, mientras le da una palmada extrañamente amistosa en el pecho - a trabajar.

El salariano sonríe ante tu amenaza y os acercáis finalmente al hombre, que se os ha quedado mirando desde que entrasteis. Se levanta cuando estáis a un par de metros y tiende la mano a modo de saludo.

- Mi nombre es Mark - se presenta. - Mark Kane. Por favor, siéntense - añade haciendo un gesto a su mesa. Llama a una camarera y os invita a que pidáis cualquier cosa.

- Usted debe de ser Jaëto - dice dirigiéndose al salariano. - Hablamos hace poco sobre unos... asuntos. No sé cómo de informado está su compañero, así que le pondré al día. De todas formas estas cosas prefiero hablarlas cara a cara para evitar malentendidos.

Espera a que la camarera traiga lo que halláis pedido antes de continuar.

- Estoy buscando cierta información que ahora mismo obra en poder de los Soles Azules. Mis pesquisas me han llevado hasta un tal Vel'Delrath. Normalmente no trataría con mercenarios pero... digamos que la situación es lo suficientemente desesperada como para hacer una excepción. - Le da un trago a su copa, nervioso. No parece estar muy acostumbrado a este tipo de reuniones. - Sin embargo, el precio que me han pedido por los datos que necesito es completamente desorbitado.

Se vuelve hacia el salariano.

- No sé cómo descubrió que estaba tratando de infiltrarme en el sistema de los Soles Azules para acceder a esa información, pero le agradezco que contactara conmigo. No soy un experto en infiltración informática y probablemente habría tenido más de un problema si hubiera continuado. Sin embargo sí puedo ayudarles en su tarea. - Termina su copa, decidido. - Puedo encargarme de que esa puerta de la que hablamos no se cierre durante el tiempo que necesiten para entrar y acompañarles para acabar con ese mercenario. Tan solo necesito acceder a cierta información antes de que acaben con sus servidores de datos.

Jaëto te mira, encogiéndose de hombros en un gesto de aceptación mientras espera tu opinión.

El salariano se encoge de hombros, esperando en vano tu respuesta.

- Por mi parte está bien, señor Kane. Yo me encargaré de desactivar los sistemas de seguridad de la entrada de ventilación, y el señor Clark entrará para abrirnos la puerta. - Sus dedos teclean rápidamente en su omniherramienta mientras le envía al humano los planos que tú recibiste anteriormente.

- Seré sincero, Mark. Le he investigado y creo que se puede confiar en usted. Pero si se le ocurre traicionarnos. - Sonríe y, por una vez, su gesto te parece tan peligroso como la reputación del GOE salariano. - Digamos que tengo amigos que no lo olvidarían fácilmente, capaces de localizar a cualquiera en esta galaxia...

El humano parece indignarse. - Si está insinuando que puedo trabajar con los Soles...

El salariano agita la cabeza, como si diese a entender que nada más lejos de su intención. Pero el señor Kane sigue hablando, ignorando su gesto. - ...se equivoca completamente. Hay formas más sencillas de obtener esa información. Más sencillas y menos legales. Sin embargo, prefiero arriesgar mi vida antes de hacer tratos con esa gente. - Su tono es serio y de alguna forma te parece un hombre honorable. Infantilmente honorable.

El salariano hace un gesto, desechando la conversación como si fuera un mero trámite por el que hay que pasar. - ¿Estamos listos? - pregunta finalmente.

Zane escucha en silencio, sin intervenir, bebiendo de su copa y mirando al tal Mark. Hay algo que no le gusta en él, que no termina de cerrarle. El tipo parece decente, “legal”, incluso hasta asustado por estar solo ahí sentado hablando con ellos. Cualquier persona en su situación pagaría lo que se le pidiera, o buscaría una alternativa igual de segura, pero la idea de meterse de cabeza a asaltar una base de mercenarios no cuadra en un sujeto como aquel... y eso hace que Zane dude, aunque no diga nada y solo se dedique a vaciar su copa de un solo trago, sin dejar de mirar a Mark ni por un segundo.

- Los soles azules no son los únicos que podrían jodernos con todo esto – dice mientras deja la copa en la mesa, tras el ultimo trago, sin dejar de mirar a Mark, rompiendo el silencio de una vez y mostrando su desconfianza hacia aquel sujeto. Está a punto de acotar algo mas, pero guarda un breve silencio. Ponerse a interrogar a aquel sujeto es inútil, lo sabe muy bien, y no sabe hasta que punto es buena idea saber mucho sobre él, por lo que prefiere guardar cualquier pregunta de momento, pero sabe muy bien que ahora tiene a alguien mas de quien cuidarse.

- Bien, vamos a hacer esto de una vez – dice finalmente, decidido.

El salariano sonríe y se levanta del asiento. Abandonáis el Eternity y Jaëto os guía por los pasillos de Nos Astra hasta una estación de aerotaxis. Allí tiene preparado un vehículo. Salta al asiento de conductor mientras espera que entréis en él. Mark Kane te cede el paso, pero al fijarse en tu gesto dubitativo pasa a uno de los asientos de pasajero, sin poder ocultar un gesto de resignación mezclada con una cierta comprensión.

Te sientas finalmente junto al humano antes de que el salariano ponga en marcha el vehículo. Observas la ciudad vista desde lo alto, más para orientarte que para disfrutar del paisaje. Sigues sin fiarte completamente de tus compañeros, pero al menos puedes confirmar que vais hacia la dirección que te proporcionó Jaëto.

No muy lejos de vuestro destino, el salariano aterriza el vehículo. Para en la parte superior de un edificio, ligeramente más bajo que los de alrededor.

- Nuestro objetivo es aquel edificio - informa señalando una de las torres adyacentes. Desmonta un rifle de francotirador M97 Viper de su espalda y se lo lleva a la cara para observar por la mira. Busca ligeramente por la fachada y te pasa el rifle manteniéndolo apuntado. - Esa es la escotilla por la que tendrás que colarte. Desde allí llegará a una sala de control. Desactive la seguridad de la puerta C y diríjase a ella para reunirse con nosotros allí.

Se vuelve hacia el humano.

- Señor Kane, su objetivo es esa entrada - dice señalando una pequeña puerta lateral. - No tendrá que preocuparse de cámaras ni torretas de vigilancia, pero tiene dos guardias. Tendrá que encargarse de ellos y mantener la puerta abierta el tiempo suficiente para que yo llegue hasta allí. - Guardando el rifle, señala con la mano una pequeña central eléctrica a varios cientos de metros del edificio. - Vendré desde ese lugar. Hay un hueco en la seguridad del edificio y podré desactivar los sensores de la escotilla que utilizará el señor Clark desde esa estación.

Se vuelve hacia vosotros con rostro serio.

- Bien señores, ese es el plan. ¿Alguna pregunta? - Espera a que le contestéis. - Tardaré unos diez minutos en acceder al sistema de la base de los Soles. Tomen posiciones y nos coordinaremos por nuestras omniherramientas. - Teclea algo rápidamente. - He preparado un canal seguro para evitar que nos detecten. Accedan a él para probar que todo funciona.

Recibes un mensaje entrante en tu omniherramienta, con una configuración para un canal de comunicaciones cifrado. Compruebas que no está diseñado para transferir ningún dato que no sea los mensajes que actives por señal de voz antes de probar la conexión con tus compañeros en esta misión.

Zane observa en silencio y escucha el plan sin acotar nada. Parece bastante sencillo, al menos en la teoría, no es mas que un procedimiento de manual. El único punto de inflexión que puede encontrar es el papel que tiene que llevar a cabo el tal Kane: Encargarse de dos mercenarios... por mas tontos que sean, aquel sujeto no había dado la impresión de ser un tipo de armas tomar, aunque vaya a saber que es lo que realmente oculta tras esa apariencia. No puede darle mas vuelta al asunto, mejor ponerse en práctica cuanto antes.

- Está hecho – se dice confiado mientras hace sonar los dedos de sus manos – vamos a ello – añade decidido, sin mas preguntas.

Os separáis y cada uno os dirigís a vuestro destino. Bajas a la calle y bordeas el edificio para llegar a la escotilla manteniéndote lo más alejado posible de la base de los Soles Azules. Llegas allí y ves que la entrada está a algo más de tres metros de altura. No tardas en encontrar una forma de encaramarte sin dejar nada apoyado en la pared, para no delatar el acceso a cualquier observador casual.

Esperas a recibir luz verde de Jaëto y trepas hasta la rejilla en cuanto recibes el mensaje. Aún sin estar seguro de si te estás metiendo de cabeza en una trampa, te deslizas por un tubo de ventilación siguiendo el plano que te pasó el salariano. Te arrastras durante unos minutos pensando que llevas demasiado tiempo en el conducto cuando ves una luz a lo lejos.

Lentamente, te aproximas a lo que parece una rejilla de ventilación y miras por ella con cuidado. Un humano sentado en una silla vigila unos monitores de seguridad. Parece que, después de todo, sí has llegado al lugar que esperabas. Miras cómo el humano enciende un cigarrillo sin dejar de observar las pantallas.

Zane se detiene en la rejilla. Vuelve a echar otro vistazo sobre su hombro, a aquel tubo interminable, antes de centrarse otra vez al frente. El guardia al otro lado no parece tener idea de su presencia, y no le sorprende, aquellos tipos no es que sean soldados entrenados, ni mucho menos, pero sabe muy bien que no debe tentar a la suerte... ni a sus piernas, ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que hiciera algo como aquello. Se había vuelto demasiado ruidoso a la hora de trabajar luego de abandonar el servicio.

Tus pasos sobre el tubo de ventilación retumban por todo el edificio, o al menos esa es la impresión que te da. Cada metro que te arrastras se escucha cómo tu armadura roza con las paredes metálicas del conducto. Sin embargo, el guardia de los soles azules no parece haberse dado cuenta y sigue fumando su cigarro, sentado de espaldas a la pared en la que te encuentras.

- Mierda... me debo estar volviendo viejo para esto – piensa al darse cuenta del escándalo que hace al ir por aquel túnel, sin quitarle la vista de encima al guardia. Por suerte no se equivoca con su análisis y aquel sujeto parece tan bruto como se cabría esperar de cualquier otro mercenario. Lo tiene relativamente fácil: Tan solo tendría que quitar la rejilla sin hacer ruido, tomar al guardia de espaldas y dejarlo fuera de combate antes de que se de cuenta y pueda alertar a alguien. De manual. Sin perder tiempo se pone a ello.

- Ahora a por este idiota - piensa luego de quitar la rejilla con éxito y sin llamar la atención - hora de dormir - y sin perder mas tiempo se lanza a aquel guardia desprevenido. Solo una llave rápida y podrá dejarlo fuera de juego.