Partida Rol por web

El pesado transporte Volus atracó directamente en el Presidium de la Ciudadela, encima de las instalaciones centrales de Seg-C. Pat Dur miraba por una de las ventanillas de la nave, admirando una vez más las vistas de la Ciudadela. Era la primera vez que volaba directamente al Presidium, pero la invitación personal del embajador Din Korlak le concedía el privilegio de no tener que aterrizar en algún puerto de los Distritos.

Su respiración resonaba en el interior del aparatoso traje ambiental. Pese a que la atmósfera de la nave estaba adaptada para la biología volus, no tardaría en salir a la superficie de la Ciudadela. De todas formas, acostumbrado como estaba a los viajes por diferentes sistemas, el traje ambiental ligeramente reforzado se había convertido en la segunda piel del volus.

El vaho de su respiración empañó el compuesto sintético transparente por el cual miraba, y Pat Dur se retiró de la ventanilla, pensativo. La voz de la inteligencia virtual de la nave le sacó de su ensimismamiento.

Acoplamiento completado. Bienvenidos a la Ciudadela.

Con la excitación propia del que llega por fin a su destino tras un largo viaje, Pat Dur recogió su equipo y salió de su camarote. Saludó al navegante de la nave antes de ir a despedirse del oficial. Tras un breve intercambio de palabras, caminó con paso algo vacilante hacia la compuerta del carguero.

Durante un momento se quedó encerrado en una pequeña estancia de paso. La voz metálica de la IV se escuchó una vez más.

Descontaminación en curso... Completada... Adaptando atmósfera al exterior... Completado.

La luz del scanner pasó sobre Pat Dur una última vez antes de que la compuerta exterior se abriese, dando paso al muelle de la Ciudadela.

Pat Dur salió de la nave caminando con visible arrogancia. Lo había conseguido, finalmente lo había conseguido.

Estaba de camino a convertirse en el primer espectro Volus, pronto su raza seria vista con mejores ojos y aceptada en el consejo.

Y tan solo me ha costado unos miles de créditos en sobornos. - Pensó para si mientras abandonaba los muelles.

Se percató que no conocía el camino desde ese embarcadero con lo que, acercándose a la IV mas cercana, preguntó que dirección tenia que tomar.

Al acercarse, la IV se materializó delante suyo pero cuando fue a abrir la boca, la mano extendida de Pat Dur la forzó a callar.

Soy Pat Dur ... *respiro* ... He venido aquí citado por el consejo. - Dijo con desmesurado orgullo a una entidad a la que le importaba un bledo todo eso.

Contén tu admiración pues ... *respiro* ... estas contemplando al que será el próximo espectro. *respiro*

Pat Dur dio la vuelta con aires de grandilocuencia, levantó las manos a su publico imaginario.

Gracias a nuestra presencia ... *respiro* ... creamos las bases para que esta civilización galáctica pudiera aflorar ... *respiro largo* ... hemos aguardado pacientemente nuestro turno ignorado por las demás razas.

Volvió a mirar a la IV

Contemplas al eslab ... *respiro sorprendido* ... *respiro frustrado* ... *respiro largo* ...

Pat Dur se acercó a los controles de la IV y le dió al botón. Se había apagado. Cuando se abrió preguntó por la dirección a tomar sin mas, con aire a resignación.

Se puso bien su traje y se puso en camino.

La imagen de un holograma con forma Asari parpadea frente a ti.

- Buenos días, señor Pat Dur - dice tras un rápido escaneo de tu identidad - Mi nombre es Avina, y seré su guía de la Ciudadela... - añade con voz metálica.

Tras tu grandilocuente discurso, la imagen parpadeó y desapareció, volviendo a formarse un momento después tras tu movimiento.

- No estoy programada para hacer valoraciones sobre el estatus político de su especie - sentencia para tu frustración. Respiras profundamente un par de veces antes de preguntarle por el camino.

- La embajada volus se encuentra bajando por ese ascensor y subiendo por las escaleras - informa solícita la IV. - Si necesita más indicaciones hay otra terminal de Avina junto a la parada del Rapid-trans de la Ciudadela.

Caminas hacia el ascensor tras colocarte tu traje mientras la imagen holográfica parpadea una vez más justo antes de desaparecer.

El embajador volus se levantó en cuanto Pat Dur apareció por la puerta, acercándose a él con la mano extendida a modo de saludo.

- ¡Ah! ¡Pat Dur! *respiro* Me alegro de que por fin hayas llegado.

Con paso torpe, te acompaña hasta la mesa donde tiene sus cosas y te señala una pequeña silla adaptada para la fisiología volus.

- Sí, bastante buenas... *respiro orgulloso* - Te da la impresión de que hincha el pecho mientras dirige sus ojillos en dirección al Elcor con el que comparte oficinas. - Estuve en una reunión con el Consejo. Pese a que otras veces han desatendido nuestras solicitudes *respiro indignado* para formar parte del Consejo pese a se la tercera especie que llegó a la Ciudadela, parece ser que, ¡por fin! *respiro* se han dado cuenta de que pueden contar con nosotros.

Se levanta, como si estuviese demasiado excitado como para quedarse quieto.

- Como sabrás, hace unas semanas nombraron a una espectro terrana *respiro*. Eso ha sentado un precedente para que razas ajenas al Consejo se unan a SPECTRE *respiro excitado*. Además, con la traición de Saren hay una vacante más *respiro* que acaba de cubrir un nuevo espectro. - Camina de una lado a otro con pasos cortos. - Y, tras una ardua negociación, *respiro pomposo* he logrado que el nuevo espectro evalúe a uno de los nuestros para unirse a sus filas. *respiro*...*respiro* Dadas nuestras últimas pruebas, te he propuesto a ti para esa evaluación.

Te mira, evidentemente orgulloso por sus logros en el Congreso. Respira rápida y pesadamente esperando tu reacción y mirando de reojo al Elcor mientras se da ciertos aires de grandeza.

Como entrando en una especie de protocolo no escrito, Pat Dur coordina su propio respirar con el de Din Korlak para que el ruido de su propio respirador no interrumpa nada.

*respiro*

Se reclina en la silla y escucha atentamente las palabras del embajador y al finalizar no puede evitar una ligera risita de satisfacción.

Estoy impresionado embajador. *respiro* Estoy seguro que habrá sido un proceso largo y costoso. - Pat Dur cambia ligeramente su postura en la silla para acomodarse. - Por fin ha llegado la hora para los nuestros. *respiro satisfecho* Por fin podremos dejar una huella visible en la sociedad.

El Volus se levanta de la silla poniéndose en la postura mas imponente de la que es capaz su rechoncho cuerpo.

No le decepcionaré. *respiro*

Y bien. *respiro impaciente* ¿Cuales son mis instrucciones?

El embajador se vuelve hacia ti.

- El nuevo especto es un palaveniano¹, Jareth Artrus *respiro*. Un tipo duro, si lo que dicen es cierto. Parece tenerle manía a los Krogan *respiro de admiración* así que o está loco o realmente es un gran soldado.

El tono de admiración del embajador Korlack es evidente, y todo el mundo sabe el profundo respeto que siente por los Espectros.

- Le he citado aquí *respiro ansioso* y no debería tardar en llegar. No conozco los detalles de su misión, pero he conseguido *respiro orgulloso* que el Consejo le pida que le acompañes para tu evaluación. Ahora todo esta en tus manos...

El embajador no ha terminado de hablar cuando la puerta automática de la embajada se abre. Un turiano de aspecto severo entra a largas zancadas. Viste una armadura media y sobre sus hombros se pueden distinguir las empuñaduras de un fusil de asalto y un rifle de francotirador, sujetos a un adaptador en su espalda en su posición compacta.

Saluda al embajador elcor con una inclinación de cabeza y se aproxima a vosotros. Os mira desde arriba, con evidente expresión de disgusto, como si estuviese siendo víctima de una broma pesada. Se fija en tu pistola y parece decidir que tu traje se asemeja más a una armadura que el traje ambiental de Din Korlack, así que al hablar lo hace dirigiéndose a ti.

- Supongo que tú eres Pat Dur... - dice en tono de pocos amigos.

Reticencia. Sorpresa. Conocía demasiado bien esa cara, aunque nunca le había puesto un nombre concreto. Esa cara de ver algo inverosímil y pensar que es todo una pesada broma sin sentido. Ocurría a menudo alrededor de Pat Dur, y aún así nunca se acostumbraba. Pero no podía permitirse el lujo de ser grosero. Tenia que desplegar toda su diplomacia y encanto si quería ser aceptado como espectro. Pat Dur asintió a las parcas palabras del turiano. La misma leyenda en persona. *respiro* Supongo que habrás oído hablar de mi y mis exitosas misiones. *respiro orgulloso* Aunque no puedo decir que haya oído hablar de usted señor ... *respiro de incertidumbre* ¿Jareth? No espera, eso no ha sonado como había imaginado. *respiro* ... *respiro* Em ... *respiro* ... teniendo en cuenta la larga historia de colaboración entre nuestras razas *respiro* creo que no tendremos ningún problema en coordinarnos. *respiro* ya casi me siento como si te conociera de toda una vida ... *respiro* El Volus se acerca un poco a la puerta. ¿Vamos a nuestra primera misión? *respiro casual*

Las aletas laterales de la boca del turiano se abren y cierran un par de veces mientras te mira fijamente. Apostarías tu traje ambiental a que no está acostumbrado a que le hablen de esa manera. Finalmente parece reaccionar y dice.

- Mi nombre es Jareth Artrus y era miembro de Seg-C hasta hace a penas una semana. - Su voz no suena en absoluto amistosa. - He leído tu historial y reconozco que tus "heroicas azañas" son impresionantes... para un volus. Pero no te equivoques, estoy aquí por petición del Consejo. Si de mi dependiese no colaboraríamos pero, dado que tenemos que hacerlo, será mejor que hablemos con calma.

Sale de la embajada despidiéndose con una leve inclinación de cabeza y camina a grandes zancadas, obligándote a forzar el paso para seguirle. Cruza una pequeña plaza por delante de una asari que hace las veces de recepcionista y sube por unas escaleras en dirección al bar de las embajadas. Una vez allí, se sienta en una mesa y espera a que recuperes los metros que te ha sacado de ventaja.

Cuando al fin te sientas, Jareth hace una seña a un camarero Elcor para que os sirva unas bebidas. Con paso lento y pesado el Elcor se acerca para preguntar qué deseais y Jareth pide un refresco energético antes de dejarte hablar.

- El Consejo me ha pedido que reuna un equipo, solicitándome que te incluyese en él... - Nuevamente, notas en su voz que la idea no le hace mucha gracia. - No tardaremos en salir de la Ciudadela, pero antes quiero comprobar si realmente puedo contar contigo. Fállame y te quedarás en tierra, independientemente de lo que Din Korlack haya hecho o dicho para que te acepten en esta misión.

Te mira severamente mientras el camarero trae las bebidas que acabáis de pedir.

Pat Dur se afana en seguir al turiano con aparentes esfuerzos. No parece estar acostumbrado a esas prisas y encima se dedica a teclear algunas cosas en su omniherramienta, quedando mas atrás aún.

-Inicio de mensaje encriptado-
[Menil necesito que me busques toda la información posible sobre Jareth Artrus, para ayer. Contacta con Tsa Erl para que contrate a un Krogan para romperle las piernas a un Turiano, que lo haga por el Corredor para que no queden rastros y que siga la posición de la señal AAD-H003 de mi omniherramienta.]

[Que no sea muy bueno.]
-Fin del mensaje encriptado-

Finalmente llega al bar, jadeando y cansado ... antes de entrar se pausa momentanemaente en la puerta y luego se afana de nuevo en llegar a la mesa.

Cuando llega el Elcor pide su bebida.

Para ... *respiro* ... mi ... *respiro* ... una *respiro* ... un *respiro* ... para mi ... *respiro*

El Volus carraspea un poco.

*respiro* ... *respiro*

Algo *respiro* refrescante *respiro* ...

Luego asiente a lo que le dice el Turiano, pero no responde nada.

Notas una leve vibración en tu omniherramienta. Cuando la compruebas recibes un mensaje igualmente encriptado, un formulario con información sobre el nuevo espectro:

[Jareth Artrus. Turiano. Nacido en Palaven hace 31 años. A los 17 ingresó en la academia militar en la que se licenció con honores. Durante 10 años formó parte de la milicia turiana, tomando parte en distintas operaciones encubiertas por varios sistemas. Tras su última disputa con mercenarios Krogan en una taberna de Casbin que acabó con el mercenario muerto, abandonó el ejército y se unió a Seg-C. Nuevos problemas con Krogan han sido reportados en el Antro de Chora y distintos pubs de los distritos, pero tan solo se han abierto expedientes menores. Hace una semana fue nombrado Espectro por el Consejo. Aparentemente el Consejero Turiano presionó para que se le aceptase en SPECTRE]

[Destaca en el uso de fusiles de asalto y rifles de francotirador, su entrenamiento incluye las habilidades tecnológicas estandard de un agente turiano.]

[Es un hombre de una gran fuerza de voluntad, aunque no destaca precisamente por su carisma, lo que no le impide mantener una red de informadores de sus teimpos como oficial de Seg-C. Ha demostrado tener un odio irracional hacia los Krogan y... espera, esto es interesante... el hermano del Krogan que murió en Casbin le está buscando. Un tal Jorgan Urok.]

[Pat Dur... No te metas en líos. Menil]

El espectro te mira con cara de pocos amigos mientras toqueteas tu omniherramienta. Le da un trago a su bebida y continua hablando.

- Supongo que has oído hablar de Puño, un agente de Saren en los Distritos, antiguo dueño del Antro de Chora. - Espera tu confirmación antes de continuar. - La espectro Sephard acabó con él, pero se dejó a alguno de sus hombres. - Su mirada se pierde por un momento en el fondo de su copa. - En Seg-C habíamos empezado a investigar a Puño hace unas semanas, y el Ejecutor Pallin me ha pedido que acabe el trabajo que empezó Shepard.

Jareth teclea rápidamente unos comandos en su omniherramienta y a los pocos segundos recibes un mensaje en la tuya propia.

- Te he enviado una lista de los hombres de Puño que aún no han sido detenidos. Es probable que alguno de ellos se pase por el Antro de Chora, pero si me ven entrar se escabullirán como ratas. - Te mira de arriba a abajo. - Una de las ventajas que tiene trabajar contigo es que nadie se esperaría que colabores con un Espectro. Pero veamos si estás a la altura de las circunstancias. Necesito que encuentres el lugar en el que se están escondiendo los hombres de Puño. En cuanto localices a alguno, házmelo saber y te esperaré en la salida del Antro de Chora.

Después de las instrucciones del Turiano, el Volus ni tan solo hace el esfuerzo para levantarse de la mesa.

Se pone a teclear información en su omni-oherramienta.

Tengo toda la información básica. No creo que pueda encontrar nada en las bases de datos de SPAM. - Medita para si mismo.

Luego se propone establecer una conexión con un viejo camarada suyo, pero recuerda al turiano y lo mira tentativamente. - *respiro* ... *respiro* ... - luego decide mandar un mensaje de texto, es mas discreto.

[¡Eh! Soy Pat Dur, el que te salvó el culo de los inspectores ;). Hay unos tíos que rondan por tu región, dime lo que sepas de ellos ... intereses, bares, hobbies, con quien se acuestan.]

Teclea mas cosas en su omniherramienta.

[Te mando los datos.]

Respira hondo reafirmando sus acciones, estira un poco el rechoncho cuello y se vuelve a volcar en su terminal. - El Antro de Chora, vamos a ver que hay. - Sus programas empiezan a tantear la red en busca de su IP y de los puertos que tenga abiertos.

Sus dedos se mueven mucho mas rápidos de lo que uno podría pensar que permite el traje del Volus.

Mientras la omniherramienta escanea su objetivo, prepara dos proxies alternativos en unos ordenadores de venta de folletos publicitarios, para que hagan de "satélites" en su ataque desde varios puntos. A la que los números cuadran le da al botón y una serie de ataque se lanzan por el Antro para abrir un boquete por el que pasaría una flota de "intelectuales" Krogan.

*respiro* Eso será pan comido. *respiro* - Dice para si convencido de sus habilidades.

Mientras los ataques se realizan y espera a que su omniherramienta le suelte en esperado mensaje de "estas dentro", aprovecha para pedir su bebida y unos aperitivos. Bajos en sal, que tiene que cuidar la dieta.

Luego le pasa la información recolectada de los objetivos a Menil.

[Menil, mas trabajo. Dime a quien han molestado estos avispones, a quien le deben dinero y a quien les caen mal. Trabajaban por el puño, con lo que la lista debería ser larga, ordenalos por poder y odio.]

[Por cierto, ¿Como va lo tuyo con esa Asari? ¿Le gustó ese regalo?]

Las respuestas no tardan en llegar a tu omniherramienta.

[¡Pat Dur! Claro que me acuerdo de ti...] Contesta el primero. [Esos tipos suelen visitar el Antro de Chora. Eran de la banda del Puño, hasta que una espectro reventó el local... Uno de ellos, Jake Mendez, suele visitar el Dark Star, un pub en el distrito Zakera. El otro, Jaime Banner es un asiduo del Flux. Puedo buscar algo más, pero necesitaré tiempo]

Mientras programas los distintos proxies y compilas un rápido programa de desencriptación para realizar un ataque simultaneo al sistema informático del Antro de Chora desde varios servidores, te llega la respuesta de Menil.

[¿En qué andas metido? He localizado a ese Krogan que me pediste. Está de acuerdo con el pago, pero pide el 50% por adelantado. Es procedimiento estándard, así que he aceptado en tu nombre.] Escribe en respuesta a tu encargo anterior. No puedes evitar mirar a Jareth y sonreir ante la sorpesa que le espera. [A la asari le encantó ese hamster del espacio, pero de todas formas se largó con un Drell... ¡Maldita zorra azul! Decía que le encantaba compartir todos esos recuerdos cuando se fusionaban. ¿Te lo puedes creer? Está claro que no te puedes fiar de nadie que tenga tentáculos en la cabeza... La próxima vez lo intentaré con una quariana. Siempre me he preguntado cómo son debajo de esos trajes.]

Bebes un largo trago de tu refresco. El líquido pasa a una zona estanca, similar al area de descontaminación de una nave estelar, para permitirte beberlo una vez queda sellado del exterior.

[¡Bah! ¡Mujeres!] Continúa Menil, aún indignado con la asari, aunque técnicamente no es en realidad una "mujer". [¡Vaya! Estoy viendo los antecedentes de esos dos "angelitos". Ciertamente es muy probable que se hayan granjeado más de un enemigo... Tardaré un rato en localizarlos...]

Al fin, tu asalto a la red del Antro de Chora tiene éxito. Consigues colarte en el sistema y empiezas a buscar las grabaciones de las cámaras de seguridad, rezando porque no estén en un sistema aislado. Finalmente encuentras un registro de envío de alguna de esas grabaciones a una red privada de los distritos superiores, probablemente la casa de Puño. Respiras un par de veces controlando la emoción; si se han enviado esos datos significa que están a tu alcance.

Sin embargo, tu alegría no dura mucho. De repente en la lista de procesos del sistema aparecen varias funciones de búsqueda. Maldices por un momento, intentando localizar dónde has cometido un error. De repente lo ves claro y no puedes sino admirar al programador que implementó esa trampa en el sistema. Rápidamente, calculas el tiempo del que dispones antes de que te lleguen a localizar. Si consigues encontrar el acceso a las grabaciones de seguridad, tal vez tengas tiempo para descargarlas antes de que den contigo.

Apartando bruscamente el refresco, te concentras en tu omniherramienta mientras tecleas a toda velocidad.