Partida Rol por web

Memorias de Idhún

Impaciencia

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08/02/2015, 23:16
Khazlian

Parece que no había más magos en toda la ciudad. Quería por todos los medios mantenerme sereno y apartar a Shela de mi cabeza, pero no, no se podía quedar con sus asuntos de magos y dejarme a mí tranquilo con la competición de tiro con arco. Tuvo que aparecer para que no hubiera trampas. Veía bien que se usaran estos recursos, pero podía haber sido otro mago.

Con desdén y consciente de ello, cojo la flecha que ha encantado otro mago, casi sin mirarla y me preparo para disparar a la diana

- Tiradas (3)

Notas de juego

Vaya ruina que tengo con los dados... y lo peor es que voy a perder contra una feérica xD

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09/02/2015, 22:47
Aylandris

Aylandris asistió asombrada a la conversación entre los que la rodeaban. La pasión del yan al hablar sobre la feérica y su relación le llamó poderosamente la atención. Nunca había presenciado una conversación tan llena de sentimientos y ni mucho menos, entre dos individuos de razas distintas. No se atrevió a entrometerse en la conversación, pues nada sabia ella de la feérica desaparecida ni de ese tipo de relaciones.

Esperaba que le contaran algo más sobre aquello, pero la maga yan puso rápido fin a aquello, como si todo estuviera ya dicho. ¿Lo estaba? Aylandris no lo había pillado si realmente habían llegado a alguna conclusión. Pero lo que no iba a hacer era separarse de la maga. Ni muerta.

Así que siguió a la maga y al resto hasta la zona en la que se iba a celebrar el torneo. Ella no iba a participar, pero lo observaba todo con avidez. Un ojo en lo que pasaba, el otro en la maga. Y entonces vio como Khazlian agarraba una de las flechas y se preparaba para disparar. Aylandris casi sentía la tensión invisible entre él y la feérica que antes lo había retado. ¿Quien ganaría?

-

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15/02/2015, 13:16
Narrador

Rhyrr es la capital de Celestia. Es una ciudad-estado que solamente consta de una ciudad y un exiguo territorio circundante. Ella sola forma una pequeña república dentro de su región gobernada por un alcalde, elegidos por los habitantes celestes que administran la ciudad y las aldeas aledañas a ésta. El nombre de la líder de la ciudad es Re-Min y sin duda goza de todo el respeto de los celestes.

Es la ciudad más grande e importante de Celestia. Podríamos decir que actúa casi como la capital de la región, aunque no tenga ninguna competencia sobre las otras tres ciudades de las tierras celestes. Es un centro de gran interés cultural ya que allí se encuentra el museo y la biblioteca más grande e importante de Idhún.

Las casas son redondeadas como iglúes y fantásticas estructuras se alzan, como por arte de magia, desafiando la gravedad. La ciudad está muy limpia, es de anchas y amplias calles y grandes plazas circulares. Entre los edificios de paredes blancas se alzan esbeltas torres de cúpulas azules donde los celestes les gusta subir para sentirse más cerca de su dios, Yohavir. 

Afortunadamente habías llegado justo a tiempo. La fiesta que iba previa al festival había comenzado en Rhyrr y la ciudad se preparaba para recibir a todo el gentío que se esperaba. De todas partes continuaba llegando gente y otra tanta estaba ya en la ciudad. Algunos turistas visitaban el lugar dando vueltas por sus calles, otros se dirigían hacia la gran biblioteca de Rhyrr.

Algún que otro gigante también se había acercado para ver si era verdad lo que las razas pequeñas habían dicho. Era muy raro ver a esas criaturas y seguramente era la primera vez que abandonaban su ciudad natal, pero la curiosidad había podido con ellas. Muy poco gigantes contaban con semimagos o magos entre los miembros de su raza y aquella era la oportunidad que deseaban.

En la ciudad también se veían Szhis que habían viajado hasta allí y se reunían en pequeños grupos sin entremezclarse con el resto de razas para no fomentar altercados. En otras partes todo tipo de feéricos habían llenado los parques y los jardines de la ciudad con su presencia, también se encontraban solos y reunidos en pequeños grupos mirando con ojos curiosos y algunos hasta amenazadores a todos los transeúntes que pasaban por la calle.

En otros lugares, una gran cantidad de fuentes circulares y de tonalidades blancas alojaban a algunos varus que disfrutaban de las aguas cristalinas de la ciudad mientras se mojaban, refrescaban y se salpicaban haciendo sonidos extraños pero que daban muestras de felicidad.

Las tabernas estaban a reventar, todos los hombres y mujeres e incluso los yan que no estaban dedicándose a conocer Rhyrr se encontraban en las posadas y locales. Algunos bailaban, otros cantaban y algún que otro aprovechaba para hacer apuestas sobre el momento de la aparición del unicornio. El ambiente festivo era aún mayor en los locales de la ciudad, los celestes que regentaban las tabernas procuraban evitar los escasos altercados que se sucedían. Al fin y al cabo, aquella ciudad era la ciudad pacífica por excelencia y ninguno de los que había ido tenían intención de provocar ningún problema.

Los celestes se ocupaban de ayudar a los recién llegados, de atender a la gente y de dar las indicaciones que necesitaban y sobre los lugares que podían visitar. Sin duda La Plaza de los Haai era la más importante y donde todos ellos esperaban que hiciera su aparición el unicornio, puesto que un pequeño bosque daba al lugar. Otras zonas como los museos y la biblioteca eran reclamadas por los visitantes con más interés en el conocimiento, como los archimagos, sacerdotes o algunos hechiceros.

A excepción de los celestes que se relacionaban con todas las razas, ninguna de las demás se encontraban entremezcladas. Un ambiente de crispación se notaba entre ellas, aunque los nervios y la sensación de júbilo por ver al unicornio parecía apagar las llamas del malestar sentido.

No se sabía el momento exacto de la aparición de la criatura, por eso nadie dejaba de estar atento. Los más estudiosos habían calculado que aparecería al día siguiente, y si no lo hacía al amanecer lo haría en el momento del ocaso, justo cuando los tres soles comenzaran a dar paso a las tres damas de la noche.

Notas de juego

Día 0, llegada a Rhyr

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15/02/2015, 13:20
Narrador

La ciudad estaba totalmente cambiada con el nuevo día, el bullicio era enorme y La Plaza de los Haais estaba llena de gente, así como de artistas callejeros de todo tipo.
Las tabernas de toda la ciudad estaban a rebosar, a pesar de que mucha gente había decidido descansar a las afueras de la ciudad. Ni un puesto ambulante de comida ni de bebida echaba a faltar clientela. La música sonaba por todas partes, tanto dentro como fuera. Durante parte de la noche y el alba se habían montado escenarios donde se interpretarían actuaciones de diferente índole. Y ahora no estaban vacíos ni un segundo, siempre ofreciendo las actuaciones de artistas importantes con magníficos espectáculos, sobre todo musicales, pero también de otras artes, como equilibrismo, malabarismo, funanbulismo, prestidigitación, ilusionismo, magia y otras muchas facetas más extrañas aún.

Aunque estos escenarios se concentraban entorno a las calles circundantes de la Plaza de los Haai , al Museo y la Biblioteca, no eran los únicos, dado que unos cuantos desperdigados estaban en las plazuelas más coquetas y hermosas, adornados y floridos para deleitar exclusivamente a la población feérica.

Entre todas las posadas destacaba la de la Plaza de los Haais, por la cantidad de gente y la rapidez con que las ninfas  y celestes atendían los pedidos sin perder la sonrisa. Entre los chiringuitos el más concurrido era uno enorme con forma de dragón, que formaba una taberna desplegada en lo que era un carro y regentada por un yan, Garamm Destilador, que invitaba a todo el mundo a pasarse por su universalmente famoso concurso de bebida que tendría lugar por la tarde.

Juegos y pruebas de habilidad aparecían por doquier y rápidas colas que no cesaban de despacharse y volver a llenarse mostraban los lugares de inscripción de las actividades populares de más éxito: la previa del concurso de tiro con arco que sería el plato fuerte de las actividades antes del colofón que todos esperaban con la aparición del unicornio y la carrera de sacos, para la que ya desde la fila de inscripción pueden verse los primeros piques amistosos entre amigos, vecinos y miembros de otras razas.

A pesar de la numerosísima asistencia, no parece haber tumultos, los celestes patrullan completamente estresados, de un lado a otro atendiendo consultas, ayudando en emergencias y llamando la atención de los muy borrachos o un poco vándalos. 

Todas las calles y los jardines estaban adornados con luces mágicas, ilusiones y adornos convencionales. La población parece haber crecido al triple e incluso puede verse aquí y allá todo tipo de criaturas, algunos silfos bebiendo en las tabernas e incluso un par de duendes jugando y haciendo bromas por todas partes.

Las conversaciones giraban sobre todo acerca de la llegada del unicornio, pero se mezclaban con lo que parecía ser la historia del día que, como solía ser habitual, había ido mutando al pasar de boca en boca hasta haber más versiones que gente la repetía. Por lo visto se habían producido dos hechos inusuales que, según quien lo contase, estaban o no relacionados. Por un lado parecía haber habido una gran pelea en una taberna entre un grupo de szish y unos parroquianos de los que casi nadie sabía nada. El motivo tampoco estaba claro, había quien decía que robo, otros secuestro, los menos una guerra entre celestes y szish.

El segundo acontecimiento de la noche, que era la discusión entre dos varus dentro de una de las fuentes de la ciudad; los motivos tampoco estaban claros, iban desde un ataque de celos, hasta quizá maltratos o incluso violaciones. Otros defendían al varu quejándose de que ella le había abandonado a su suerte o por haber estado casada con un miembro de la realeza de los de su raza.

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15/02/2015, 13:22
Narrador

Habías pasado la mañana buscando algunas monedas para poder mantenerte en la ciudad. Tras recorrer las diferentes calles, intentando limpiar las botas, decididste situarte al lado del puesto de Garaam el Destilador. Allí la gente bebía y, con frecuencia, se ensuciaba sus zapatos. Era un buen lugar para poder venderte, además a Garaam no le molestaba allí tu presencia, pues no suponía ninguna competición directa y, además, evitabas que su clientela se fuese enfadada por su torpeza. El yan de vez en cuando te sacaba alguna bebida y algo de alimento, pero no llegaba a entablecer una conversación contigo directamente.

No tardaste en escuchar sus quejas debido a un robo. Había ofrecido a un varu una bebida exótica para darse a conocer, pero descubrió que le habían desaparecido toda la comida. Las bebidas y los ingredientes más extraños seguían allí, intactos, pero los alimentos habían desaparecido sin dejar rastro. Como era normal, te preocupaste cuando viste salir a Garaam directamente hacia ti, pues pensaste que te iba a acusar. Pero el yan te informó de lo sucedido, y que sentía muchísimo no poder seguir alimentándote ese día hasta que repusiera su mercancía o se descubriera al culpable.

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15/02/2015, 13:29
Narrador

Un sonido extraño inundó el cielo. Al mirar hacia arriba un dragón hecho con fuego se alzo entre las nubes y, al llegar lo más alto, estalló en mil pedazos. El fuego se reagrupó, formando una diana. Una flecha azul apareció de la nada e impactó en el centro. Las energías luminosas se fusionaron, y formaron una jabalina que salió disparada hacia el horizonte... Cuando parecía que no iba a suceder nada más, un grupo de cantantes celestes, formados por esas chispas azules, empezaron a entonar una melodía que calmaba el ánimo de todos aquellos que la escuchaban.

Los diferentes concursos daban comienzo. La llegada del Unicornio se celebraría por todo lo grande.

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15/02/2015, 13:29
Narrador

Era algo inevitable. Ese despliege tan colorido hizo que te quisieras acercar hasta el lugar donde se producirían los juegos. Querías descansar un rato y poder ver cómo la gente competía antes de la llegada del Unicornio.

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15/02/2015, 13:30
Arquero

Arqueros se escuchó la voz de un hombre rudo y alto, alzando un arco de una madera preciosa y muy llamativa preparáos. El torneo será sencillo. Hay tres dianas a las que disparar. Cada uno de los inscritos tendrá tres flechas, que deberá disparar. Cuanto más próximo al centro de la diana, mejor será su puntación. Una vez que todos hayan disparado, se hará el recuento de los votos.

Se escuchó un murmullo de conformidad, pero la voz de una mujer se elevó en la multitud.

¿Cómo se sabrá de quién es cada flecha? Esa pregunta hizo que los demás alzaran la voz. No era tan complicado las trampas en ese tipo de torneos, y si no tenían una solución, la disputa estaba garantizada.

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15/02/2015, 13:31
Shela

De eso nos encargamos nosotros dijo una yan, saliendo del grupo de gente, dio un paso. Otros muchos magos salieron de la multitud  y se acercaron a la mesa donde estaban colocadas las flechas. Todos a la vez, pusieron una mano sobre las flechas. Un resplandor azul las rodeó y no tardó en desaparecer.

Estas flechas tienen un hechizo de detección. Sólo las puede tocar una persona, y así su flecha quedará ligada a él. En caso de confusión, la flecha volverá con su dueño, evitando toda posible confusión. Y, para evitar, que alguien toque las flechas, un par de magos usarán la energía para entregárselas sin tocarlas.

La maga volvió a su lugar, mientras dos jóvenes se quedaban en la mesa. El primer apuntado en el torneo dió un paso adelante y se acercó con algo de temor a la mesa. Uno de los magos hizo un gesto con la mano, y la flecha flotó lentamente hasta el humano. Cuando el hombre la tocó, su mano se quedó azul unos segundos, y volvió a la normalidad.

Comenzaba el torneo de tiro con arco.

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15/02/2015, 13:59
Entu

Entu observa la competición de arquería con inmensa curiosidad. La forma en la que los magos marcan las flechas, que tanto maravilla a otros, para el varu es solo una parte más de un espectáculo enteramente nuevo para él.

No tiene intención de participar en el torneo, ni siquiera sabría cómo manejar un arco, así que se queda junto a Aylandris en un lateral. Le dedica una tímida sonrisa a la yan antes de volver a centrar sus ojos en los arqueros.

-Esto es increíble... aunque hay demasiada gente, demasiado ruido.

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15/02/2015, 14:08
Meerelu
Sólo para el director

Meerelu no necesitó mas respuesta que la mirada angustiada del joven yan. La excusa de la maga para desviar la conversación le resultó forzada, y el torneo, una pérdida de tiempo. -Qué bonito... un amor completamente puro e inocente- pensó con burla y, aunque le doliera admitirlo, también con un poco de envidia. Sin embargo, no pensaba rendirse hasta encontrar a la féerica, más por no sentirse derrotada que porque le preocupara realmente su destino.

Así pues, filtró sus pensamientos para que estos sonaran solo en la mente del enamorado. -Tranquilo. Los dioses velan por los sentimientos sinceros y por los corazones libres de pecado.- evidentemente, eso no era cierto en absoluto. Ella misma era una prueba viviente de ello. Pero por supuesto, el joven no podía saberlo -Encontraré a Elara para asegurarme de que no está en peligro, pero necesito toda la colaboración posible. No me fío en absoluto de tu compañera, por ello, solo tú estás oyendo mis palabras. Limítate a asentir o negar discretamente con la cabeza ante mis preguntas. ¿Estás siendo contralado por la maga? ¿Crees que los Hijos de Aldun han podido hacerle algo a tu enamorada? ¿Sabes si los propios féericos han podido secuestrarla? ¿Conoces a alguien que pudiera desearle algún mal, o quizás que puediera estar celoso de vuestra relación?

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15/02/2015, 22:12
Narrador

Arquero tras arquero, fueron dando pasos hasta la mesa de las flechas. Todos tocaban con algo de temor las flechas encantadas, excepto los que tenían algo de magia en su interior. Éstos eran severamente vigilados por el resto de magos, pero sus flechas no acertaban más que los demás.

El torneo se alargó demasiado tiempo. Varios de los arqueros intentaron probar suerte de nuevo, pero fueron detenidos por los organizadores. Hubo gritos, quejas de que los magos habían hecho trampas. La tensión se mascó durante unos instantes que parecieron eternos, hasta que los celestes se interpusieron. Su bondad y su calma consiguieron tranquilizar a todos, y el torneo se terminó con tranquilidad.

Tanto Ceya y Khazlian no consiguieron ganar, sus ganas de derrotar al otro fueron enterradas. Un bárbaro del norte, con un arco hecho a su medida, acertó dos de las tres dianas, y la que no lo hizo, se quedó a escasos centímetros. El ganador fue galardonado con una flecha de oro, obviamente simbólica, pues su peso impedía lanzarla.

Los diferentes torneos fueron terminando, dando victorias a unas u otras razas. No hubo una claramente predominante, y los celestes respiraron tranquilos. Sabían que el equilibrio de las razas era demasiado frágil, y la victoria  de una de ellas sobre las demás podría desencadenar una pelea bastante intensa.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Señores, este turno es libre. Cuando posteéis, debéis terminar en la plaza de los haii, porque hay muchos rumores de que el unicornio se acerca.

Pasará la hora de la comida y llegará el atardecer. Si establecéis una conversación que no se acaba con el turno, habilitaré una escena atemporal para poder terminarla.

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15/02/2015, 22:35
Drack

El joven yan se sobresaltó cuando escuchó tus palabras en su cabeza. Sin lugar a duda, no se había cruzado con muchos varus, y sentir que le hablaban directamente a la cabeza no era algo normal para él.

Podía haber reaccionado mal, porque claramente habías dicho que alguien de su misma raza no era de fiar. Pero el joven yan estaba muy desesperado, y movió la cabeza ante tus preguntas.

Negó lentamente ante la primera. Asintió ante las dos siguientes, y negó con la última. Estaba claro que su amor no había sido bien visto por ninguna de las razas. Drack desconfiaba de todos, pues sabía que cualquiera podría haber puesto fin a su relación de cualquier manera posible.

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16/02/2015, 13:43
Kail

 Salté,me aupé,empujé. Hize todo lo posible por ver los juegos que allí había, pero parecía que no me iban a dejar ver los juegos. A duras penas encontré un sitio al que trepar y tener una buena vista de lo que allí sucedía.

 Aluciné con el concurso de arqueros, el bárbaro era bueno, parecía que combaba un árbol en vez de un arco.

 Terminados los juegos volví a la plaza de los Haii, decían que por allí iba a aparecer el Unicornio. No quería perdérmelo, de modo que fuí tan rápido como pude. Al ver que no aparecía intenté hacer algo de negocio, me aposté en una esquina y empecé a gritar limpia señor,limpia. El mejor limpiabotas de todo Rhyrr había tal canidad de gente que seguro me podía embolsar unas buenas monedas y comer algo, visto que Garam no me iba a dar nada. Zapatos limpios para el Unicornio, limpia señor,señora limpia.

 

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16/02/2015, 19:08
Ceya

Ceya se encontraba bastante desilusionada tras el torneo. Querría haber ganado, pero quedó muy por detrás del ganador. 

"Tengo que mejorar con el arco...", se decía interiormente mientras chasqueaba la lengua. 

Se acercó hasta el yan y le esbozo una media sonrisa, la cual bien podía ser de "por lo menos he tirado mejor que tú", "tiras como una nena" o "por lo menos lo hemos intentado". Pero no duró el suficiente tiempo como para describirlo, pues no tardó en abrirse paso entre la gente de nuevo, a empujones, codazos y en ocasiones pasando por debajo de las piernas, con tal de salir un poco del tumulto de seres que se habían juntado en el lugar. 

¿Su próximo objetivo? Llegar a la plaza Haii e intentar ver al tan esperado Unicornio. ¿Pero cómo lo vería con toda esa gente? No tardó en vislumbrar un árbol lo suficientemente alto como para subir y poder ver algo que mereciese la pena. 

-Pasoooo pasoooo que vooooy- iba avisando conforme pasaba por los lugares para que se fueran apartando, empujando sin querer a un joven feérico (Kail) -lo siento niño- no se entretuvo el tiempo suficiente como para que le respondiese, pues no tardó en seguir su camino hacia el árbol para subirse con gran agilidad. 

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19/02/2015, 21:39
Aylandris

La tarde pasó rapidamente entre el torneo y ver a todos los individuos que la rodeaban. Seres a los que nunca había visto, seres divirtiéndose, riendo, cantando y bailando. El resultado del torneo no fue el esperado ya que Khazlian no pudo ganarle a la feérica, pero poco importaba a la pequeña yan, ya que lo que ella quería lo había encontrado.

Toda la tarde estuvo detrás de la maga. No se separó de ella ni un instante pues no quería que desapareciera en la nada ahora que había prometido ayudarla con su dragón. Estaba deseando que apareciera el unicornio y que todo aquello acabara para poner rumbo a su poblado donde aún tardarían varios dias en llegar. No veía el momento de ver lo que la maga intentaría para curar al dragón y de su resultado.

Después de mucho andar y andar de aqui para allá, se percartó de que estaban de nuevo en la plaza de los haii. La gente los había arrastrado allí, porque había corrido la voz de que en aquella plaza aparecería el unicornio. Toda la gente estaba nerviosa, toda la gente hablaba solo y únicamente del unicornio y todas las miradas escudriñaban cada hueco libre en tierra y aire en su busca.

-Que aparezca ya...por favor...que todo se acabe ya, que tengo que volver a casa... -dijo la yan en voz bajita, lentamente, como estirando el tiempo para que pasara más rápido a su favor.

Notas de juego

Tal vez la maga no venga hasta la plaza, pero la idea de Ayla sería seguirla y no perderla de vista ni un segundo.

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20/02/2015, 23:40
El Gato

Notas de juego

3/6, señores, alguno más?
 

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21/02/2015, 16:53
Khazlian

No había ganado, pero tampoco lo había hecho la feérica, así que no me importaba demasiado quien fuera el ganador. Eso si, como muestra de deportividad, espero paciente a poder estrecharle la mano y felicitarle por ganar.

Poco después, pasa justo delante mía la feérica, con una sonrisa, niego levemente con la cabeza y me quedo mirándola.

-Supongo que tendremos que dejarlo en empate hasta que tengamos la opción de volver a disparar -estaba muy claro que esto no iba a quedarse aquí, aunque tampoco tenía muchas esperanzas en volver a verla. De hecho, sino volvía a verla mucho mejor-.

Al bajarme de la tarima, la marea de gente comienza a arrastrarme de nuevo. Esta vez empujan con más fuerza y parece que la gente tiene demasiada prisa por llegar a algún sitio en concreto. Todos hablaban a la vez y no pude coger demasiadas palabras, salvo "Unicornio", que todo el mundo la repetía sin importar a donde mirara.

Cuando por fin la cosa pareció relajarse, estaba en un lugar lleno de gente, en el que apenas podía moverme. No tenía muy claro donde estaba ahora mismo, pero todo el mundo estaba esperando con expectación.

Notas de juego

Perdón, he tenido una semana ajetreada con los carnavales

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21/02/2015, 19:58
Narrador

El pueblo de Idhún parecía estar concentrado en la Plaza de los Haii. Todos se arremolinaba, trepaban a los árboles y casas accesibles. No había silencio, parecía imposible. La tensión era demasiado intensa, y los celestes parecían a punto de estallar. Ellos tampoco se querían perder la llegada de esa criatura divina, aunque eso les costase su propia salud mental.

Y aunque la ilusión parecía que unía a todo el pueblo, casi todas las razas se habían unido entre ellos, haciendo una ligera pero determinada división. Pocos eran los que se mezclaban entre otras razas y eran bienvenidos, pero entre ellos los seres azulados parecían estar más tranquilos, pues en sus corazones se respiraba ilusión y esperanza.

Las horas pasaban. Aún quedaba para el atardecer, pero ya no había nada que pudiese distraer a la gente. La comida les llegaba en diferentes carros que los comerciantes arrastraban. Ellos también deseaban ver al Unicornio, pero sabían que habría que aprovechar el momento. La gente necesitaría comer y, sobre todo, beber en esa aglomeración.

Los miembros de las Iglesias comenzaron con cánticos de alabanza a los dioses, mientras que los magos se mantuvieron al margen. Los semimagos eran los que más nerviosos estaban, pues sus corazones querían sentir el poder de la magia, deseaban que la criatura que movía las energías de Idhún posara sobre ellos su cuerno, que les transmitiera ese don.

Allí también estaban presente los szish. El grupo de hombres serpientes se mantenían al margen, evitando el contacto con cualquier otra raza. Miraban con desconfianza a todos lados y, los hombres que los rodeaban, intentaban apartarse. Pero, por suerte, no hubo ningún altercado, respetaron el momento.

La tarde también pasó, aunque mucho más lenta de lo que todos querían. Nadie se atrevía a moverse y casi ni a parpadear, pues sabían que podía llegar el Unicornio. Todos alzaban la mirada al cielo, donde los tres soles brillaban aún con fuerza. Sólo los yan mantenían su mirada a las bolas de fuego, como si necesitaran que el calor que desprendían recorriese su cuerpo.

Y fue un celeste el que lo anunció. ¡Llegan las lunas, allí! Todas las miradas se dirigieron al lugar de nacimiento lunar. Erea, la mayor, con su gran color plateado, fue la primera en asomarse. Lentamente fue subiendo al encuentro con Kalinor, Imenor y Evanor. Ilea, la luna verde, acudió al encuentro de sus hermanos. Y la última Ayea, salió por fin del horizonte. Su llegada era la última para que se produjese la conjunción, y su movimiento era mayor que el de sus hermanas. Pronto estarían los seis astros en su posición, y se vería si la profecía era cierta.

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01/03/2015, 01:00
Narrador

Rhyrr es la capital de Celestia. Es una ciudad-estado que solamente consta de una ciudad y un exiguo territorio circundante. Ella sola forma una pequeña república dentro de su región gobernada por un alcalde, elegidos por los habitantes celestes que administran la ciudad y las aldeas aledañas a ésta. El nombre de la líder de la ciudad es Re-Min y sin duda goza de todo el respeto de los celestes.

Es la ciudad más grande e importante de Celestia. Podríamos decir que actúa casi como la capital de la región, aunque no tenga ninguna competencia sobre las otras tres ciudades de las tierras celestes. Es un centro de gran interés cultural ya que allí se encuentra el museo y la biblioteca más grande e importante de Idhún.

Las casas son redondeadas como iglúes y fantásticas estructuras se alzan, como por arte de magia, desafiando la gravedad. La ciudad está muy limpia, es de anchas y amplias calles y grandes plazas circulares. Entre los edificios de paredes blancas se alzan esbeltas torres de cúpulas azules donde los celestes les gusta subir para sentirse más cerca de su dios, Yohavir. 

Afortunadamente habías llegado justo a tiempo. La fiesta que iba previa al festival había comenzado en Rhyrr y la ciudad se preparaba para recibir a todo el gentío que se esperaba. De todas partes continuaba llegando gente y otra tanta estaba ya en la ciudad. Algunos turistas visitaban el lugar dando vueltas por sus calles, otros se dirigían hacia la gran biblioteca de Rhyrr.

Algún que otro gigante también se había acercado para ver si era verdad lo que las razas pequeñas habían dicho. Era muy raro ver a esas criaturas y seguramente era la primera vez que abandonaban su ciudad natal, pero la curiosidad había podido con ellas. Muy poco gigantes contaban con semimagos o magos entre los miembros de su raza y aquella era la oportunidad que deseaban.

En la ciudad también se veían Szhis que habían viajado hasta allí y se reunían en pequeños grupos sin entremezclarse con el resto de razas para no fomentar altercados. En otras partes todo tipo de feéricos habían llenado los parques y los jardines de la ciudad con su presencia, también se encontraban solos y reunidos en pequeños grupos mirando con ojos curiosos y algunos hasta amenazadores a todos los transeúntes que pasaban por la calle.

En otros lugares, una gran cantidad de fuentes circulares y de tonalidades blancas alojaban a algunos varus que disfrutaban de las aguas cristalinas de la ciudad mientras se mojaban, refrescaban y se salpicaban haciendo sonidos extraños pero que daban muestras de felicidad.

Las tabernas estaban a reventar, todos los hombres y mujeres e incluso los yan que no estaban dedicándose a conocer Rhyrr se encontraban en las posadas y locales. Algunos bailaban, otros cantaban y algún que otro aprovechaba para hacer apuestas sobre el momento de la aparición del unicornio. El ambiente festivo era aún mayor en los locales de la ciudad, los celestes que regentaban las tabernas procuraban evitar los escasos altercados que se sucedían. Al fin y al cabo, aquella ciudad era la ciudad pacífica por excelencia y ninguno de los que había ido tenían intención de provocar ningún problema.

Los celestes se ocupaban de ayudar a los recién llegados, de atender a la gente y de dar las indicaciones que necesitaban y sobre los lugares que podían visitar. Sin duda La Plaza de los Haai era la más importante y donde todos ellos esperaban que hiciera su aparición el unicornio, puesto que un pequeño bosque daba al lugar. Otras zonas como los museos y la biblioteca eran reclamadas por los visitantes con más interés en el conocimiento, como los archimagos, sacerdotes o algunos hechiceros.

A excepción de los celestes que se relacionaban con todas las razas, ninguna de las demás se encontraban entremezcladas. Un ambiente de crispación se notaba entre ellas, aunque los nervios y la sensación de júbilo por ver al unicornio parecía apagar las llamas del malestar sentido.

No se sabía el momento exacto de la aparición de la criatura, por eso nadie dejaba de estar atento. Los más estudiosos habían calculado que aparecería al día siguiente, y si no lo hacía al amanecer lo haría en el momento del ocaso, justo cuando los tres soles comenzaran a dar paso a las tres damas de la noche.

Notas de juego

Día 0, llegada a Rhyr