Partida Rol por web

- Déjame ver mejor... - Dice Silvia cogiendo la libreta de manos de Xabier antes de que llegue a las de Diego... La estudia un poco más detenidamente y finalmente vuelve a dirigir la mirada a los chicos.

- Fijaos en esto... - Empieza a decir señalando una de las páginas. - Aquí indica que en la ropa de Paula se encontró tierra que parece corresponder con una zona cercana al parque de Galeras. Y mirad esto también... Pone que se encontró algo de carbón vegetal también en sus ropas... Entre paréntesis indican que debe ser alguna casa antigua con carbonera. - Silvia estaba centrada en lo que estaba entendiendo de la libreta. - Tendríamos que buscar una casa antigua cercana al parque de Galeras... - Al girar la hoja, la joven se queda pálida, mirando otras anotaciones... Levanta nuevamente la mirada y se los queda mirando. - Bueno, esto no sé si será relevante en la investigación de dónde ocurrió todo... Pero pone que bajo las uñas y en su ropa se encontró restos de sangre, lo raro es que parece ser que estuvo tratada con lejía, ya que los glóbulos rojos se encontraban desnaturalizados... Que raro... - Termina diciendo la chica bajando la libreta y dejándola sobre su regazo, abierta todavía por la página donde ha leído esto último.

 - Hay muchas casas en esa zona pero si podemos examinar todo el fin de semana la libreta y así saber qué casa tenemos que buscar...si la tienen en esa casa la policía la encontrará sin problemas...y si no siempre podemos echar un vistazo desde fuera... - dice Diego mientras disfruta del calor de la chimenea y de un cacao calentito - ...de todas formas este fin de semana debemos descansar y relajarnos...lo de hoy fue una tontería...aunque muy emocionante...

Tras decir esto se recuesta y mira la libreta aunque no le presta mucha atención, ya va cansado para ponerse a descifrar lo que pone la libreta.

 Seguís hablando durante un buen rato hasta que cansados decidís iros a dormir. Las habitaciones son confortables, hay 3 dobles, dos con ellas con camas de matrimonio y otra con dos camas. También hay dos habitaciones individuales. Diego escoge una de estas individuales, al parecer ya ha dormido bastantes veces porque hasta tiene un pijama guardado en uno de los armarios. Michi y Xabier escogen una de las dobles de matrimonio y se van a descansar.

- Mañana no se os ocurra madrugar...ya me encargaré yo de ir con Diego a hacer las compras...lo tendremos todo listo...aprovechad para descansar...os lo merecéis... - dice Xabier antes de cerrar cuidadosamente la puerta.

Sólo quedáis vosotros dos. Podéis bajar y seguir un rato al calor de la chimenea o subir a una de las habitaciones que quedan libres y descansar. Las mochilas las tenéis en la cocina ya que aún no las habéis subido.

Bajáis a por las mochilas donde guardáis la ropa para pasar estos días. Luego estáis en el salón un rato en silencio. No hay mucho que decir, los dos sentados observando el crepitar de las llamas de la chimenea. Si alguien viera esa escena a través de una de las ventanas vería una estampa de paz y tranquilidad, todo lo contrario a lo que sentís. Todos los que estáis en esa casa estáis nerviosos por los sucedido, incluso intentasteis alguna locura como descender a las alcantarillas. Todo por lograr saber que le ha pasado a vuestra amiga y sobre todo rescatarla.

Durante un rato los dos jóvenes se quedan en silencio, mirando el crepitar de las llamas en la chimenea. La mente de Silvia está muy lejos de allí. Un escalofrío recorre su cuerpo al recordar aquella imagen que le pareció ver en las alcantarillas.

Se lleva las manos al rostro, bajando la cabeza. Se siente fatal por dentro, y el fuego, en vez de tranquilizarla, consigue ponerla más nerviosa, haciendo que su mente caprichosa, dibuje escenas de tortura y destrucción...

- Creo que voy a retirarme a descansar. - Dice finalmente con el rostro pálido mientras se levanta del sillón. Mira a los ojos a Alvaro y una sonrisa triste asoma a sus labios. - ¿Tú que vas a hacer?

Alvaro se acurruca al lado de la chica mientras está absorta mirando al fuego y permanece allí unos minutos junto a ella. Parece adivinar sus pensamientos y la zozobra que recorre su mente, así que decide abrazarla rodeando su espalda. Tiene ganas de decirle que todo va a salir bien para tranquilizarla pero no se atreve a hacer semejante afirmación. Ambos permanecen un rato así, mirando el crepitar del fuego, callados, es entonces cuando ella levanta la cabeza y dice que va a irse a descansar, lanzando la pregunta. Alvaro se acerca a su cara y le susurra, se muere de ganas de darle un beso.

-Pues de momento ... darte un beso-

El chico une sus labios con los de ella, rozandolos primero y hundiendo la lengua en su boca poco después, dandole besos cortos para mirarla a los ojos entre uno y otro ...

El beso le pilla por sorpresa a Silvia. Por un momento está a punto de apartarse, todavía tiene el terror dentro de sí, lo que ha visto en las cloacas le ha dejado realmente mal.

Pero sus labios son tan cálidos... La joven se deja llevar, abre casi imperceptiblemente sus labios para dejar que la lengua de Alvaro entre en su boca... Los besos, al principio cortos, poco a poco se van alargando y haciéndose mas apasionados. Silvia entrelaza sus dedos con el pelo del joven mientras con los ojos cerrados responde a los besos...

Finalmente se separa de Alvaro, su rostro ha perdido la palidez de hace un rato, para verse ruborizado. Le mira a los ojos y una sonrisa cruza sus labios.

- Buena alternativa... - Le dice con un susurro...

La respuesta de la chica arranca una tierna sonrisa a Alvaro, que sin poderse resistir ante la fuerza del momento vuelve a besarla, pero esta vez con mucha más pasión, acariciando tanto su rostro como sus brazos, los únicos trozos de piel desnuda de la muchacha. El haber pasado todo el día sin poder tocarla, la prespectiva de pasar la noche con ella, el crepitar del fuego, el calor del hogar y sobre todo, sus brillantes ojos segundos antes, habían hecho que la líbido del muchacho volviera a dispararse.
Alvaro sabe perfectamente que Silvia no quiere forzar el momento, más aún en las circunstancias en las que se encuentran, con una de sus amigas desaparecida, y lo entiende, pero le gusta mucho, y que se estuviera enamorando de ella no tenía absolutamente nada que ver con el turbio asunto que los había unido aún más. El chico esperó expectante la reacción de la muchacha mientras se deleitaba con la humedad y el calor de sus besos, no quería parar de besarla delante de aquella chimenea ...

Silvia responde con más pasión al nuevo beso de Alvaro. Esta vez se deja llevar, sintiendo un cosquilleo que le recorre toda la columna. Todo su cuerpo vibra con las suaves caricias del muchacho. Caricias que se van volviendo cada vez más apasionadas...

Los cuerpos de los dos jóvenes se rozan, acercándose y buscando el contacto el uno del otro. Las manos de Silvia se dirigen a la espalda de Alvaro, por la parte de abajo, mientras se acerca un poco más, casi pudiendo sentir latir el acelerado corazón del joven.

El brillo de la chimenea ilumina a los dos jóvenes, creando sombras que bailan en la pared. Algún reloj lejano suena con el lento pasar de los minutos. Y ambos continúan saboreando el elixir de sus labios.

Silvia finalmente se separa, sintiendo como esa magia que los ha fundido va difuminandose y siendo sustituida por suaves tejidos de la realidad que los envuelve. Mira a Alvaro con los ojos brillantes, aunque en el fondo de ellos se puede apreciar las dudas que envuelven a la joven.

Se siente demasiado a gusto con Alvaro, y eso provoca que tema... Sabe que no puede dejarse llevar, que tiene que ser fuerte y continuar con esa coraza que tanto la ha protegido durante mucho tiempo...

Una sonrisa nerviosa asoma a sus suaves labios...

- Supongo que deberíamos ir a dormir... - Sus ojos no se apartan de los de Alvaro...

Los apasionados besos de Silvia espolean aún más al muchacho, que busca aún más si cabe el contacto con ella, esmerandose en sus caricias y acelerando la velocidad de su lengua y su respiración. Cuando las suaves manos de la chica comienzan a pasear por su espalda, un escalofrio de placer recorre el cuerpo de Alvaro. Pasan así unos minutos pero esa actitud distante que parece mantener Silvia no tarda en aparecer de nuevo. No sabe muy bien porque, el chico supone que es por todo lo que ha pasado durante los últimos dos días pero no está del todo seguro, puede que haya algo más. Cuando sus brillantes ojos se posan en los de Alvaro diciendo que deberían irse a dormir el chico decide dar un paso adelante y levantandose la camiseta lentamente le contesta ...

-No lo se ... ¿de verdad debemos?-

Era la última vez que lo iba a intentar, la proposición de Silvia de ir a la cama no le quedaba nada clara, sobre todo cuando lo hacía mirandolo fiijamente con esos ojos brillantes, no sabía si hablaba en serio o era en sentido figurado. Sin duda, Alvaro comprendería cualquier decisión que tomara y no se lo iba a tomar a mal, suponía que ella también se había percatado de que era una persona comprensiva con la que se podía hablar y no le iba a echar en cara que aquella noche no quisiera seguir adelante.

Silvia se queda mirando el cuerpo fibrado de Alvaro. Con la vista lo recorre acabano en los claros ojos del joven. Su corazón bombea con fuerza y velocidad la sangre por todo su cuerpo.

Una sonrisa asoma a sus labios. La joven se muere de ganas de volver a abrazar a Alvaro, de sentir sus caricias y sus apasionados besos. Se acerca nuevamente y colocando sus manos en la cintura del joven le dice con la voz ahogada por la pasión...

- Tú no te rindes facilmente, ¿verdad? - Y acerca nuevamente sus labios a los de Alvaro, siendo ella esta vez la que busca la lengua del chico.

Esta vez el beso es mucho más intenso ya que al parecer Silvia se está dejando llevar al fin. El chico siente como ella le acaricia la espalda y el torso, disfrutando de los movimientos que sus suaves manos producen. Poco a poco, Alvaro empuja levemente con su cabeza echando hacía atras a la joven hasta que está tumbada, a la vez que sigue besandola, deteniendose en algunas ocasiones durante solo unos segundos para mirar sus grandes y brillantes ojos.

-Me gustas mucho Silvia ... -

Le susurra en una de esas ocasiones mientras se mantiene practicamente tumbado al lado de ella. Los músculos de sus espalda están tensos y el cúmulo de sensaciones hace que su excitación vaya en aumento, las caricias de Silvia, la humedad de su boca, el calor de la chimenea, los juegos de luces producidos por el fuego ... Alvaro vuelve a sumergirse en ella con un nuevo beso y desliza una de sus manos debajo de su camiseta, acariciando su piel lo más delicadamente posible, rápidamente esta se eriza con el contacto. Tras unos minutos los dedos del chico buscan el cierre del sujetador, manipulandoló en cuanto lo encuentran para abrirlo. Es entonces cuando Alvaro espera la reacción de la chica y decide preguntarle si quiere que siga adelante. Silvia es muy joven y es posible que no haya estado con ningún chico, puede que esa fuera una de las razones por las que se había mostrado tan distante.

-¿Puedo?-

Busca su aprobación con la mirada, no desea nada con más fuerza que una respuesta afirmativa ...

Silvia siente como se deshace ante las caricias de Alvaro. Termina acostada en el sofá, con él a su lado, acariciándola, besándola, haciendo que Silvia olvida todo lo ocurrido, provocando que la piel de la joven se erize con cada una de sus caricias. Él se ha detenido tan sólo un instante para decirle que le gusta, y Silvia, como respuesta, vuelve a besarle esta vez con más pasión.

El joven la acaricia con suavidad, metiendo la mano por debajo de la camiseta y buscando el cierre de su sujetador. Silvia no se lo impide, ella busca también la proximidad del joven, acariciando su suave piel, y sin parar de besar sus ardientes labios. Siente la lengua húmeda del joven... Ambos encuentran en el otro la proximidad, el deseo que parece ahogarles...

Cita:

Ante esa pregunta, Silvia le mira con los ojos brillantes, y con un suave cabeceo le indica que sí... Que desea continuar. Estar junto a Alvaro allí, al lado de la chimenea, es mágico. La joven sonríe sin apartar sus grandes ojos de los del muchacho.

- También me gustas mucho...- Le dice en un susurro. Ya está... Ya lo he dicho... Se reprende a sí misma, aunque en su mirada tan sólo hay dibujado el deseo que siente...

La respuesta afirmativa de Silvia espolea al chico, que vuelve a su boca con más pasión si cabe. Con rápidez, retira el sujetador y la incorpora ligeramente para quitarle la camiseta, dejando sus perfectos pechos al descubierto. Ambos se vuelven a tumbar como antes y él comienza a acariciar su rostro y su pelo, para comenzar a descender a su cuello, sus pechos, en los que se detiene unos segundos, y su vientre, apreciando como ella se deja llevar por las caricias y como busca su lengua cada vez con más fuerza. Es entonces cuando la mano derecha del chico se acerca irremediablemente a los botones del pantalón que no tardan en ser desabrochados. Alvaro deja de besarla en la boca y comienza a bajar por su cuello hasta llegar a sus pechos, unos segundos más tarde vuelve a su boca y sonrie pícaramente para empezar a quitarle los pantalones ...

Tener a Silvia junto a él practicamente desnuda y entregada era más de lo que podía pedir, Alvaro se deleitaba cada vez que dejaba de besarla y veía su delicado cuerpo tumbado en el sofá y, jugaba constantemente con su mirada y la de ella, sin atreverse a decirle nada o a hacer demasiado ruido ...

Silvia responde con pasión a los besos y caricias de Alvaro. Cuando siente la lengua del muchacho rozar con delicadeza sus pezones, un gemido escapa por sus labios entreabiertos. Arquea la espalda buscando el contacto del joven, sintiendo su cuerpo cálido. Sus manos continúan acariciándola, rozándola mientras ella se muerde el labio, intentando no gemir fuerte. Los demás están en el piso de arriba y no quiere llamar la atención. Pero, le cuesta mantenerse en silencio y se le escapa alguna risita...

Cuando Alvaro vuelve a subir la cabeza para besarla, mientras empieza a desabotonar el pantalón de Silvia, ésta acerca sus labios a la oreja del muchacho e introduciendo con suavidad su lengua empieza a jugar dándole suaves mordisquitos...

Siente como la llama del deseo va prendiendo en ella... Se aparta un momento, y en sus ojos se puede ver dibujado ese deseo que la consume por dentro...

Una vez el pantalón de la chica está en el suelo, Alvaro hace lo propio con el suyo,  no sin antes coger un preservativo de uno de los bolsillos. El joven siente que Silvia arde de deseo, la respiración y los gemidos de ambos ha ido en aumento a pesar de que intentan mantenerse en completo silencio para no despertar así a sus compañeros, que duermen en el piso de arriba y que de ocurrirseles bajar se llevarían una buena sorpresa. Al fin, una de las manos de Alvaro llega al sexo de la chica y con delicadeza comienza a estimularlo, ella se retuerce de placer y deja escapar un nuevo gemido.  Después de unos minutos así, desde su posición al lado de ella, con un pequeño movimiento y con el preservativo puesto, Alvaro se pone encima y se acomoda entre sus piernas dejandola de besar unos segundos para buscar sus ojos. Una mirada de deseo y complicidad surge entre los dos y el chico empuja su pelvis con suavidad, penetrandola mientras la mira a los ojos y deja escapar un ahogado quejido de placer ...

Cuando Alvaro ha empezado a estimular el sexo de Silvia, ésta ha llevado su mano a la verga del muchacho, y con suavidad ha empezado a acariciarla, buscando también el placer del joven.

Las caricias de Alvaro la han estimulado tanto, que cuando la penetra, la joven siente una oleada de placer recorrer todo su cuerpo. Su mirada no se aparta de los ojos del muchacho. Mientras siente los suaves embites del joven, Silvia cruza las piernas por la cintura de él, de esta manera facilitándole el acceso, y pudiendo disfrutar más...

Sus manos acarician la espalda del joven. Se muerde los labios intentando no gritar, pero suaves gemidos se escapan traicioneramente... Poco a poco, Alvaro va aumentando el ritmo y varios escalofríos recorren la espalda de Silvia. Le mira a los ojos con todo el placer que está sintiendo dibujado en ellos...

Nada más sentirse dentro de ella, Alvaro busca sus manos entrelazandolas a la vez que empuja con suavidad hasta el final. Una vez más hunde la lengua en su boca, intentando besarla largamente aunque sin demasiado éxito, las sensaciones son tan intensas que tiene que separar sus labios al poco tiempo, ya que ella mueve ligeramente la cintura a la vez que él empuja y eso hace que el chico este apunto de sucumbir ante el placer y emita un sonoro gemido. Las manos del muchacho abandonan entonces las de ella, con el fin de servir de punto de apoyo en el sofa a la altura de la cintura y aumentar así el ritmo de sus embestidas. Alvaro comienza a jadear inevitablemente al ver que ella tampoco es capaz de aguantarse, sus manos acarician la espalda del muchacho bajando hasta su trasero, cada vez con más tensión. Mientras empuja una y otra vez, el chico se concentra en la expresión de Silvia, quiere acabar a la vez que ella aunque no está seguro de poder aguantar mucho más tiempo ya que la sugestión del momento y el placer son enormes ...

Silvia no puede controlarse y suelta un gemido más fuerte que los anteriores. Mira con los ojos bien abiertos a Alvaro y se muerde el labio para no empezar a reirse.

- Lo siento... - Le susurra al oído, y empieza a besarle en el cuello, mientras Alvaro continúa penetrándola cada vez con más ímpetu...

- Ufff... Dios... - No puede seguir besándole, un sudor frío recorre todo su cuerpo al sentir como un fuerte escalofrío le recorre por todo el cuerpo...

Los gritos y los besos de Silvia excitan aún más si cabe a Alvaro, el comedor ya no se encuentra en completo silencio como hacía un rato, ambos habían intentado aguantarse pero la fuerza del momento era demasiado grande como para hacerlo. La última exclamación de Silvia lo confirma, la chica se aprieta contra él y clava las uñas en su espalda, sus brillantes ojos abiertos como platos lo dicen todo. Alvaro siente entonces como un latigazo le tensa la espalda, el chico descarga varias veces dentro de ella con movimientos espasmódicos y emite un grito ahogado, después comienza a bajar el ritmo, visiblemente afectado por el "esfuerzo".

-¡¡¡AHH!!!-