Partida Rol por web

 Conocimiento de Santiago: Medio-Alto. Conoces muy bien el centro de la ciudad; sobre todo los locales de Compostela (Zona Vieja y Ensanche) y sabes donde ponen garrafón y donde puedes fiarte de pedir una copa.

Domicilio:

Amistades: No tienes muchos amigos, aunque desde que terminaste el instituto conociste a algunas chicas que estudiaron en otro instituto de la ciudad. Son alegres y te llevas bien con ellas; sus nombres son Silvia e Isabel (conocida como Michi). Gracias a ellas conociste a sus amigos Xabier, Álvaro, Paula y Diego . Te llevas bien con ellos aunque realmente no tienes mucha confianza; sólo te llevas genial con tu tocalla ya que pasó una infancia un poco difícil y en parte te entiende.

Cosas que sabes: Has trabajado como camarera desde muy joven por lo que dispones de muchos conocidos en el mundo de la hostelería, puedes enterarte de fiestas y de los rumores más rápido que nadie. 

Sabes que Silvia pasó una infancia difícil y que recibe tratamiento psicológico por ello. La naturaleza de lo que le pasó la desconoces pero crees que fue acosada por alguien mayor cuando iba al instituto ya que faltó durante casi un año a clase.

Trabajo: Actualmente trabajas como camarera en el Pub/Café Concierto "Pepa a Loba", es un local donde sólo se escucha música rock (sobre todo rock gallego). Está situado en la Zona Vieja de la ciudad y suele tener una clientela fija. A veces hay algún concierto de grupos gallegos como Porco Jones o Drinkin'tinto.

Conocidos: María José Loureiro "Pepa"; dueña del local donde trabajas. Te llevas bastante bien con ella, es una jefa maja y que cuida de los suyos. Es de una aldea cerca de Coirós y a veces es muy bruta en su forma de hablar.

Elena García; camarera del pub. Es bastante buena chica pero bastante repipi para tu gusto; es muy presumida pero no se porta mal contigo. Intenta darte consejos de moda aunque no compartes sus gustos para nada.

Darío Ares; camarero y portero del local. Es el músculo necesario para cortar a los que se pasan. Es un chico bastante grande y de piel morena; lleva el pelo corto siempre perfectamente peinado. Sus abuelos son portugueses y por eso le apodan el Portugués.

Uxía Pintos; camarera del local. Es la compañera con la que mejor te llevas, es la más joven ya que sólo tiene 17 años. Trabaja sólo los fines de semana y hasta las 3 de la mañana. Es la "protegida" de Pepa, ya que ella conoce a sus padres.
 

Jueves 31 de Octubre de 1996
 

Escena 1: Noche de Samaín

 El 31 de Octubre recibe un nombre por el que es conocido en todo el mundo: ¡Halloween! En Galicia se celebra el Samaín o una "Noite Meiga". De todas formas es lo mismo, toca salir y pasarlo bien. Lamentablemente para ti tiene otro significado, hoy es noche de fiesta para muchos pero para ti es noche de trabajo hasta tarde. Por suerte una noche así puedes sacarte hasta tres mil pesetas entre propinas y la extra que os da la jefa. No es para nada un mal plan.

Te preparas para afrontar la dura y larga noche como puedes, sabes que las primeras horas serán brutales y eso que en el local donde trabajas no es de los más pasteleros, por lo que no tendréis a multitud de niñas de instituto pidiendo a gritos los Backstreet Boys ni tampoco a las "Chicas Picantes" de marras. 

Sales de casa con tiempo de sobra, seguramente te prepares un bocadillo allí para cenar si no fijo que María (la dueña del local) te obliga a comerlo si te ve cara de hambre. Durante la noche sabes que pasará a saludarte tu amiga Silvia acompañada de sus amigos, te alegra saber que saldrá porque ha estado de bajón durante las últimas semanas y realmente te preocupa. Pero esperas que esta noche con un par de copas y algo de buena música todo mejore.

Una nueva noche, una nueva jornada laboral. Silvia se prepara como tantas otras noches. Delante del espejo cuida con esmero su maquillaje. Sabe que es joven y bonita, así que intenta realzar esas cualidades que tanto suelen agradar.

Ya preparada sale de casa. Su padre se ha quedado dormido en el sillón. Arruga la nariz al pasar junto a él. La peste a cerveza y sudor parece haber encontrado un lugar en el salón...

Al salir siente el frío cortante. Todavía están en octubre y queda un poco para el invierno, pero aquí, en Santiago, el frío se empieza a sentir antes... Se sube la cremellera de su chaqueta y empieza a caminar por las calles adoquinadas.

Va con bastante tiempo, le gusta llegar pronto a los sitios, a parte de que en casa se agobia. Aunque últimamente su padre parece estar en las últimas, eso no quita de que cuando despierta está de peor humor. Silvia prefiere no encontrarse en casa cuando el hombre abra sus porcinos ojos.

Se siente contenta, Silvia, su amiga, le ha prometido que vendría. Hacía días que no contestaba al teléfono. Pero esta mañana, por fin lo hizo, y le prometió su asistencia. Tiene muchas ganas de verla, no puede evitar preocuparse por su estado, es tan frágil y delicada...

Finalmente llega al local, como suponía está todavía cerrado, así que entra en un bar cercano para comprarse tabaco, ya que se ha quedado sin, y tomarse un café.

- Buenas noches... ¿Me das un marlboro? - Le pide al joven que suele atenderla. - Y ponme un café solo... - Se sienta en la barra. Será un café rápido mientras espera que abran las persianas del Loba.

El camarero es un chico joven, lo conoces de tomar siempre allí el café. Así que con una sonrisa te da el paquete de tabaco y te pone el café. Tras atender a un par de clientes pasa se te acerca y te pregunta al verte allí sentada:

- ¿Aún tenéis cerrado? Contaba que en Samaín abriríais antes...

Luego se aleja y atiende a otro cliente al fondo de la barra. Cuando pasa para llevar unas tazas y platos al lavavajillas te pregunta:

- ¿Quieres algo más guapa?

El chico es muy amable, responde al nombre de Carlos pero cariñosamente le llaman Carlitos. Aunque lo del diminutivo debe ser por cariño solo ya que realmente es bastante grande, mide por lo menos metro ochenta y cinco y no es precisamente delgadito. Eso sí tiene cara de niño y sonríe mucho lo que suaviza mucho su apariencia.

Silvia se lleva la taza de café a los labios y le da un trago. Siente el amargo líquido bajar por su garganta. Normalmente, cuando el café es bueno, no le pone azúcar. Pero aquí precisamente no es el mejor café de Santiago. Así que poniendo una expresión de desagrado le pone finalmente el sobre de azúcar...

- ¿Eh? Sí, perdona, no tardaremos en abrir... Al final los dueños decidieron abrir en el horario acostumbrado... - Le responde mientras le da un nuevo trago al café.

Una vez lo ha terminado, abre el paquete de Marlboro y se enciende un cigarrillo. No es una gran fumadora, pero desde que trabaja por la noche, se ha acostumbrado a tener su paquete de tabaco. Quizás sea algo psicológico, ya que de día no suele fumar. Aspira el humo y sonríe ante el comentario de Carlitos...

- No, cielo, no necesito nada más... ¿Qué tal ha ido el día por aquí? - Le pregunta finalmente.

Carlos sonríe y te contesta:

- El día tranquilito, ya sabes cómo suelen ser...a primera hora café para administrativos, a medio día menú para currantes y por la tarde cafelitos para estudiantes...así que un día normalito...aunque la noche pinta diferente...samaín samaín...

Mientras dice Samaín señala a una bruja de trapo que tienen colocada entre dos botellas de aguardiente de hierbas. La verdad es que eso no pinta mucho con el verdadero samaín pero en los países anglosajones es común ver brujas adornando las casas y calabazas con velas dentro. Al parecer la moda yankee ha llegado a Compostela.

Mira por la ventana y te comenta después:

- Mira, tu jefa me da que acaba de llegar y viene para aquí...me da que necesita un buen café también...

Silvia escuacha las enumeraciones de Carlos. Asiente con la cabeza, sabe lo que es la rutina en un bar. Aunque ahora trabaje en uno nocturno, durante mucho tiempo ha estado trabajando en la hostelería.

Le da la última calada al cigarrillo y lo apaga en el cenicero. Gira la cabeza, y sí, allí entra su jefa. Sonríe y hace un gesto con la mano para que se acerque.

- Buenas noches Pepa. ¿Qué, también a tomarte un café? - Le saluda con confianza. Aparta el bolso del taburete de al lado para que la mujer pueda sentarse. Hace ya algún tiempo que la conoce, y nunca ha tenido ningún problema con ella. Silvia es una chica trabajadora, que sabe dejar sus problemas en casa. Pocos conocen algo de ella. Pero tiene la cualidad de saber llevarse con la gente.

Te sonríe al escuchar tu comentario y añade:

- Si tomo uno puede que me quede corta... - mira al camarero y le dice - ...Carlos cariño ponme un café doble bien cargadito...que falta me hace...

Se sienta a tu lado y mientras espera que le sirvan su café te comenta en voz alta.

- Creo que hoy vamos a tener bastante trabajo Silvia...me da a mí que esta noche cerramos tarde...

Parece divertida con lo de cerrar tarde, normalmente cerráis a las 4:30 o 5:00 de la mañana. Y los días de fiestas a veces cerráis a las 6:30 si la policía es permisiva y no montáis mucho lío.

Pepa te vuelve a mirar y te pregunta:

- Siempre se me olvida...¿qué tal estás?...Todo bien espero...

Ante la pregunta de la jefa, Silvia se encoge de hombros...

- Sí, todo bien... - Comenta sin dar más explicaciones. A la joven no le gusta hablar sobre su vida, y así lo demuestra con sus respuestas vagas. Normalmente no habla con nadie sobre sí misma.

Coge nuevamente la cajetilla de tabaco y abriéndola le ofrece un cigarrillo a la mujer.

-¿Quieres? - Le pregunta antes de coger otro y encendérselo. Mira hacia fuera, parece que hay bastante movimiento por la calle. Una sonrisa asoma a sus labios, esa noche no será aburrida.

Busca en el bolso hasta encontrar el pequeño monedero que siempre le acompaña. Sacando un billete de 10€ lo extiende hacia Carlos. - Cielo, ¿me cobras? - Con la mirada le indica que se refiere a todo. No es la primera vez que Pepa la ha invitado, y por una vez consigue adelantarse a la mujer.

Carlos coge el billete y le cobra a Silvia. Pepa pone cara de "se me adelantó" pero no dice nada y se limita a sonreír. Seguís tomando el café tranquilamente ya que si la jefa está a tu lado no vas a llegar tarde a trabajar.

Pepa declina el cigarro que le ofreces.

- Aún es temprano para ponerme a fumar... - te comenta - ...sin una cervecita encima no es lo mismo...

Mira el reloj y dice con un suspiro:

- Creo que tocará ir abriendo...en nada aparecerán los universitarios con ganas de tomarse unas copas y aún tenemos que cortar limones y preparar las cubiteras...

Se levanta y espera a que la acompañes a abrir el local.

- Venga Silvia...no remolonees... - te dice con una sonrisa

Después de pagar, Silvia se levanta y se dirige junto a Pepa hacia la salida...

- Carlos, nos vemos... - Se despide al recordar que no le había dicho nada. Finalmente salen juntas al exterior. Silvia sabe que esa noche va a haber trabajo, pero no le importa, prefiere los días en los que hay movimiento y de esta manera poder olvidarse de otras cosas...

- Pepa, acuérdate que quedaron por llenar unas cuantas neveras. ¿Me encargo de eso primero? - Le pregunta la joven llegando ya al local.

Pepa saca las llaves y abre la puerta del local, luego va al cuadro de luces y conecta la de los focos que siempre los deja apagados allí por si acaso. Entras y enciendes las luces de la barra y la pista de baile. A los cinco minutos llega el resto de camareros para echaros una mano y preparar el local para la apertura. 

Pepa saca una caja con adornos del Samaín que debió comprar el un cadena 100. Son calabazas con luces dentro y algunas brujas que te pide que le ayudes a colocar. Hay que ambientar un poco el local.

- Silvia échame un cable con los adornos...y Roberto pon algo de música decente - le grita al camarero/portero del local

Pepa te pasa la caja para que vayas cogiendo adornos y los vayas colocando a tu gusto.

- Colócalos como te parezca, la verdad es que sólo es para darle algo de ambiente...
 

El preparar el bar para cuando empezaran a llegar los universitarios, eso es lo que menos le gusta a Silvia. Ella disfruta mucho más cuando han abierto y puede disfrutar del ambiente del local.

Pero siempre está allí, dando todo lo que puede, y nunca se queja. Cuando Pepa le hace entrega de la caja con los adornos, la joven la coge...

- De acuerdo... - Responde y se pone a ello. La música empieza a sonar, sí, ahora se trabaja mucho mejor.

Silvia va colocando los adornos allá donde le da la impresión que pueden llamar más la atención. Encima de la barra coloca algunas calabazas, detrás, entre las botellas, una bruja queda muy bien. Y así sucesivamente con todo lo que contiene la caja.

Una vez terminados de colocar, se queda en medio del local, mirando, comprobando que todo haya quedado perfecto, y si no, lo mejor que pueda...

Todo ha quedado perfecto y la jefa da su aprobación y te felicita por el trabajo realizado. Dicho esto abrís el local al poco de finalizar la decoración y empezáis una dura jornada de trabajo hasta altas horas de la madrugada.

La noche pasa tranquila y recibes visitas de algún conocido como Carlitos que se pasa a tomar una copa tras salir del bar y deja algo de propina.

Estás ensimismada trabajando cuando escuchas una voz que te llama desde el otro lado de la barra. 

- Silvia guapa...estoy aquí...¿qué tal todo?... - te dice tu tocaya desde el otro lado de la barra - ...acabamos de llegar y no veas lo que cuesta llegar a la barra...

Al girarte ves a Silvia acompañada de su amiga Michi y de Paula. Una amiga suya aunque con la que no te llevas mucho. Digamos que es bastante especial y va mucho a lo suyo.

Michi te saluda desde detrás de Silvia a tiempo que pide un malibú con piña para esperar a Xabier y a Álvaro. De este último escuchaste hablar aunque todavía no lo conoces.

Silvia no ha parado en toda la noche, sirviendo una copa detrás de otra. La música como siempre en el Pepa es buena, y la joven se siente a gusto en ese ambiente.

De repente llega Silvia...

- Silvia, cielo... Al final es verdad que has venido... Ya pensaba que no vendrías... Jajaja... - Una risa clara, de alegría, sale por sus labios. Estirándose por encima de la barra llega hasta su tocaya para darle un gran abrazo y dos besos en sus mejillas. Saluda con un movimiento de cabeza a las otras chicas que van con ella. - Hola, chicas... -

- ¿Como va todo? - Pregunta volviendo nuevamente su atención a Silvia - Por cierto ¿qué os pongo? Un malibú con piña.... ¿Y vosotras? -

 - A mí lo mismo que Silvia... - te responde Michi.

Mira para Paula que parece algo aburrida y no debe tener muchas ganas de estar allí.

- Y a ella ponle 43 con cocacola...a ver si se anima un poco la chica...