Partida Rol por web

-Ighh... vale, miramela si quieres- dije con un poco de desgana; no me hacía mucha gracia verla de nuevo, y menos que me la tocasen... pero lo hace con buenas intenciones, así que mejor no quejarme. Escocía bastante, pero intentaba no gastar mis quejas en esto; seguro que surgía una situación mejor para ello. Vi que Fernand se ponía algo rojo y me pedía disculpas, yo también me sonrojé -N-no hace falta que te disculpes... si te estas molestando en verme el tajo- le dije nervioso.

La verdad, estar con un tío a pecho descubierto mientras este me limpiaba una herida... me era una situación incómoda, y si se estaba en silencio peor. -Bueno, a mi en el libro me apareció una frase de libro de autoayuda... que qué hago con mi vida y que cuales son mis metas en la vida...- le comenté a Fernand, por sacar un tema de conversación -¿Tan jodido parezco para que un libro me diga eso...?-.

-Sí, vamos-Digo y sin más dilación voy en su busca, esperando que el resto me siga.

Ioan no dice nada más, el vuelve a sus cosas. Es bastante raro que ninguno de los que empezaron estén ahí. De hecho... ¿Dónde está Adam? ¿En qué momento lo han perdido? ¿Llegó a bajar siquiera? Cuando menos cuenta se dan... Efectivamente no está. Si acaba de desaparecer o no es algo preocupante... pues están andando por los pasillos. La puerta de la Cooking Room está abierta, con una luz tenue dentro iluminando.

Dentro, están tanto Fernand como Solomon. Uno con el pecho desnudo mientras el otro le trata la herida. Un leve rubor recorre las mejillas de ambos mientras parece que Solomon pregunta algo nervioso. Una cafetera empieza a hacer ruido, marcando el momento de su preparación.

Notó el rubor en la mejilla de Solomon, lo divirtió el gesto. Era cierto que la herida era desagradable, si, pero la situación no le generaba ningún malestar. Ambos parecían incómodos, aunque a Fernand le parecía que eso provenía de estar disfrutando de algo que se suponía que no debían disfrutar. Prosiguió limpiando la herida con suavidad mientras el muchacho hablaba del libro - Te arderá un poco- dijo justo antes de presionar con desinfectante sobre el tajo sanguinolento. Sopló la herida para evitarle dolor y tomó las vendas.

- A mi no me pareces jodido... - lo miró a los ojos, y luego puso la venda en la herida. El blanco de la tela tapó por completo el tajo , ahora el pecho de Solomon lucía limpio y saludable. Fernand sonrió apenas y comenzó a abrochar los botones de la camisa, uno a uno, lentamente. No dijo nada mientras lo hacía, ese silencio hacía mas intenso el momento, aún consciente de que el chico estaba rojo como un tomate. Cuando llegó al cuello sus ojos se cruzaron nuevamente - Listo- dijo, ahora su sonrisa era clara y dio un paso atrás.

Miró la cafetera que estaba a punto de hervor y se acercó a la máquina - El libro es algo de lo mas interesante. A mi me hizo comentarios de un hermano que murió hace casi veinte años atrás, y de amigos muy cercanos que no hay modo que conociese. Creo que en tu caso se pone así de genérico porque conoce poco de ti. Podrías probar contestarte esas preguntas y hacerle una tu, mucho mas puntual, no tienes nada que perder - El café estaba listo. Sirvió dos tazas y le acercó una a Solomon - En tu caso has venido por algo como dice Ioan? hay algo sobrenatural en este lugar... te atrae ese tipo de cosas a ti?- le preguntó , sentándose a su lado.

-¡Dios mío! ¿Café?-Digo al oír la cafetera borboteando-¡Sí, por favor, necesito como 1000 tazas!-Me acerco a los dos que están en la sala-¿Qué tal? ¿Tiene buena pinta esa herida?-Pregunto a Solomon-¿Y dónde anda ese tío... Adam? Pensaba que nos habría adelantado-Y esperaba que así fuera. Con la de broncas que había tenido para que todos permaneciéramos unidos, ya sólo faltaba que el muy tonto se fuera por ahí solo.

Pero al mirar en la sala... no le veo. Genial... o se había ido por ahí o alguien/algo le había hecho marcharse. Sólo esperaba que estuviera bien. No quería encontrarme otra escena dantesca en breve.

Fernand se puso de pie y se apartó en silencio de Solomón. Había ya sanado sus heridas y conversaban , hasta la llegada de Anaisse. Se dirigió a la cafetera y comenzó a servir varias tazas para los que se estaban acercando. Su mente pensaba en algo, y su cuerpo se concentraba en no derramar el café.

-Ojalá esa cafetera diese pizza. Con anchoas. Ahora tengo hambre...- suspiro.

Al menos esos dos están bien. No parece que las heridas los vayan a matar, lo cual es algo estupendo. Pero tampoco han avanzado nada en el misterio que es la biblioteca...claro que no era su intención.

Tengo ganas de seguir, pero esperaré al resto. Ir en grupo tiene pros y contras, sin embargo todos parecen de acuerdo en que es lo mejor por lo que los contras no deben pesar mucho. Supongo.

-No escuece demasiado… no te preocupes- le dije, todavía rojo. Ya no era una situación TAN incómoda, incluso podría decirse que es… agradable hasta cierto punto. Sonreí levemente cuando me dijo que no parecía jodido, aunque evite un poco su mirada, a pesar de cruzarse. Mientras Fernand me abrochaba la camisa, me ponía un poco más rojo. -Bien, muchas gracias Fernand- le dije agradecido.

Escuché con atención lo que Fernand había leído del libro -¿Contestar a la pregunta…? Podría intentarlo, dudo que ponga algo que pueda sorprenderme luego de esto...- pensé dubitativo. Cuando me pregunto por la razón por la que había llegado, se me cayó un poco el alma al suelo, y le agradecí con un gesto la taza que me pasó -Ains… vine aquí para no tener que aguantar un trabajo que me asfixiaba, y la lectura era algo que me atraía; si hubiera sabido que iba ha haber fantasmas y monstruos...- dije con algo de desgana mientras le daba un sorbo al café; de momento, me arrepentía de haber huido de un trabajo que mucha gente querría tener… a lo mejor eso era lo que el libro quería que viera. Joe, estoy empezando a pensar que ese libro es de verdad “algo vivo”.

Vi entrar a la gente, un poco sobresaltado ya que no me lo esperaba y derrame un poco de café, pero se me pasó rápido. Annaise se preocupo por cómo tenía la herida -Si, está bien, Fernand me la ha tratado y vendado y ahora está mejor; gracias por preocuparte- le dije. Me extraño bastante lo que dijo de Adam -¿No bajó con nosotros...?- pregunte con una cara de cierta preocupación -Eso creo que es… bastante malo. Deberíamos buscarle en el… glups, piso de arriba- dije todavía más preocupado tan sólo por imaginar que existe la posibilidad de tener que volver ahí -Ehh... ¿sabes?... retiro lo que he dicho...- dije nervioso y algo asustado.

Blake entra en la habitación bastante tranquilo y contempla el panorama entrecerrando muy lentamente los ojos. Tal escena le hace pensar en la reacción que tendría una obsesa del género yaoi al verlos así. Por suerte, ver la reacción de las demás le confirma que no hay nadie así en el grupo.

-Ese caballero ha estado particularmente silencioso desde nuestra subida a la primera planta. Es posible que haya entrado en pánico y haya decidido buscar un método más directo de escape. En solitario.- Entrecierra los ojos y se acerca a la cafetera algo dubitativo. ¿La gente prefiere arriesgarse a morir antes que aceptar una hipotéticamente imposible realidad? Qué curioso.

-Dejen un poco. Nos ayudará a mantenernos atentos.- Dice en voz baja mientras se sirve una taza. Realmente no le importa mucho el hecho de mejorar la atención, no... La cuestión es que un café apetecía.

-Mis disculpas. El impacto que recibí en el hombro quizá necesite algo más de tratamiento. En ese momento carecíamos de estos recursos. ¿Si alguien es tan amable?- Pregunta intentando ser cortés.

-A mí no me mires... Si yo te tuviera que coser eso... Acabarías con la aguja en el tuétano-Sonrío un poco. Era agradable hablar descuidadamente de cuando en cuando. Era algo que necesitaba tras los acontecimientos recientes-Quizás Urs pueda remendarte un poco mejor ahora que estamos más tranquilos-Quizás tranquilos no era la palabra adecuada... Pero tanto daba.

Terminó de servir las tazas y las dejó al alcance de cada uno. Blake pidió asistencia con su herida, pero él no era enfermero, lo de Solomon había sido una excepción, por otro lado el tajo en el hombro parecía aún mas profundo que el del chico. Le acercó el botiquín que habían separado - Estas cosas pueden servir, pero no puedo curarte eso - no esperaba que se curase solo, sino que alguno de los recién llegados le brindara algo de ayuda.

Respecto al hombre que faltaba, no tenía idea, apenas lo había visto cuando entraron y habían cruzado pocas palabras. Ciertamente le preocupaba mas Io que había bajado al sótano después de la explosión, pero ellos no lo conocían, a excepción de Selene. Se quedó parado entre Blake y Solomon, sin decir nada.

El ambiente está bastante tranquilo de momento... Durante un buen rato han podido disfrutar en mayor o menor medida de una leve calma. La pregunta sería entonces, ¿Es después o antes de la tempestad? Se escuchan muy leves temblores y golpes desde el sótano, y quietud y silencio del resto de plantas.

Solomon por su parte se siente algo mejor después del trato de Fernand. Al menos ahora tendrá la herida algo más limpia, aunque ya estuviera rápidamente tratada por la señora Úrsola durante el combate. Le es más fácil moverse ahora y lo hace todo con menos incomodidad. Aunque doler sigue doliendo para su desgracia.

Úrsola estudia con calma la situación y al grupo. Parece que la biblioteca les concede una pausa momentánea para aclarar sus ideas e intenciones, lo cual se agradece bastante. La anciana asiente satisfecha ante al tratamiento que ha recibido Solomon.
- Bien joven, ahorra trrate de no forrzarr la herrida en la medida de lo posible ¿da? Sé que no estamos en la visita más norrmal que cabrría esperrarr, perro aún así... Vaya con cuidado joven.

Tras es el pequeño sermón al paciente la anciana se dirige al resto del grupo.
- Y ahorra ¿cual serrá nuestrro prrocederr? ¿Alguno desa compartirr algún motivo y objetivo que le haya trraído aquí, parra agilizarr la búsqueda?

Blake al ver que nadie puede atenderle ahora mismo decide desinfectarse él la herida como puede y cubrirla un poco para evitar mayores riesgos. Toma el consejo a Solomón como el suyo propio, a sabiendas de que si la cosa se pone fea va a haber que forzarse a hacer cosas dolorosas sí o sí.

-Opino que si hemos buscado arriba, dirijámonos ahora hacia abajo. Hemos oído extraños ruidos en la planta inferior... Quizás allí encontremos alguna respuesta sobre lo que está ocurriendo o algo peor. Ahora mismo, cualquiera de nuestras decisiones es casi aleatoria. Al menos con los ataúdes funcionó bien. - Hace una pausa ante la segunda pregunta de la anciana, echando un vistazo rápido a las notas que ha estado tomando.

-Vine aquí por dos razones. En primer lugar, busco a una mujer que salvó mi vida durante los ataques terroristas, mas el tomo ha asegurado que ella no está aquí. El libro me reveló su nombre, por lo cual es posible que otro visitante que lo leyó sí que conociera a la persona que busco. Eso sería interesante.

-La segunda razón se ha visto irónicamente cumplida. Vine aquí en búsqueda de fenómenos extraños, pues este lugar cargaba con un sinfín de rumores al respecto.- Cierra los ojos un momento y toma aire. -Desde el suceso del año pasado, este tipo de excenticidades son cada vez más comunes... o más visibles, mejor dicho. Gasto mi tiempo en buscarlas.

Tras exponer su argumentación contempla al resto esperando respuestas similares.

¿Cómo? ¿Que los fenómenos extraños son más comunes desde los atentados? ¿En qué mundo? ¡Yo hasta hoy no había visto ninguno! No podía parar de imaginarme a aquel extraño investigando sobre cosas que hasta entonces a mí misma me parecían magufadas sin sentido. Y la imagen de un pequeño blake, muy chivy, haciendo danzas extrañas alrededor de un fuego, o hablando de cosas que muy probablemente tenían una explicación científica de lo más lógica, aunque él decidiera creer la magufada.-¿A qué te refieres?-Ya no podía negar que estaba pasando algo extraño. De hecho, demasiadas cosas que la ciencia no podían explicar estaban ocurriendo en aquel momento. Quizás su experiencia en el absurdo fuera a ser útil, después de todo-¿Cómo que son más comunes? Explícate.-Era el momento de empezar a aprender sobre esos temas, si realmente se demostraban útiles en un futuro... sería de tontos no creer y acabar en desventaja para la supervivencia.

-¿Yo...?-La pregunta de la vieja Urs me pilla desprevenida-Pues me invitó un amigo porque le pareció la mar de interesante. Para ser sincera a mí me parecía un rollo patatero. Pero habiendo pagado la entrada no pensaba ni por asomo el faltar-Ese era otro de mis rasgos característicos. Era muy tacaña. Bueno... quizás tacaña no era la palabra adecuada. Podía ser generosa, pero siempre buscaba sacarle la máxima rentabilidad a mi dinero y a mi tiempo. Y cuando no era posible sacarle rentabilidad a las dos cosas a la vez, elegía la rentabilidad monetaria, sobre la temporal.-De hecho, aquí me siento como el bicho raro... cuando ahí fuera, los bichos raros seríais vosotros.-Suspiro. ¿Es que era la única que estaba allí sin razón? ¿Y por qué el libro se empeñaba en hablar de mis padres? ¿Qué sería lo que quería decirme? ¿Es que acaso estaban allí? De ser así... ¿Por qué pensaría el libro que me importaba lo más mínimo? Por mí podían pudrirse los dos, por abandonar a una recién nacida.

Empiezo a estar realmente harta de no hacer nada ¿Qué hacemos ahí parados si ya se han revisado las heridas? Así no vamos a lograr nada. Mi habitual silencio se intensifica, tomando casi presencia y vida propios. Estoy a punto de marcharme, con mi silencio, cuando comienzan a hablar del motivo que los lleva allí.

No voy a contarles el mío, no estoy ya muy segura de cual es salvo, quizá "saber". Pero puede ser interesante, servir de algo, saber el motivo del resto.

Así que los sucesos tienen que ver con los atentados, o eso parece, y son sucesos raros que le pasan a bichos raros. Es..."raro". Ja, toma chistaco.

Asentí ante la recomendación de la señora Ursola -De acuerdo… tampoco tenía pensado hacerlo- le dije a la anciana.

Me quedé escuchando la extraña historia de Blake -Vino aquí buscando a una tía que le salvó la vida y sucesos paranormales… no se, pero como ha dicho, lo segundo lo ha encontrado con creces- pensé. Luego oí la historia de Anaisse, la persona más normal del grupo junto conmigo, y parecía que sus razones, al igual que las mías, no tenían nada que ver con buscar personas, investigar rarezas o encontrar a la vida sentido… vino como una mera visitante, igual que yo.

-Bueno… os puedo contar a todos también mis razones, ya que nos ponemos- dije al grupo; ya que todos lo estaban diciendo, porque no yo -Hará creo ya un año por ahí, al no encontrar nada de trabajo, un amigo me recomendó escribir un libro. Se llamaba “Cercetare”- fui narrando, al menos para que conocieran los antecedentes -Publiqué el libro, a la gente le gustó, y desde entonces me empezaron a presionar y presionar para escribir más y más; cuando lo que yo quiero de verdad es trabajar de químico- me pusé algo ansioso al decir esta parte, y la plaqué dándole otro sorbo al café -Bueno, resumiendo: unos tontos querían hacer una peli de ese libro y me arrastraron a Rumanía; y yo estaba tan agobiado por el trabajo, que compré una entrada para la visita a la biblioteca con tal de quitarme la presión durante unas horas- concluí al final -Joder, si que he hablado- pensé algo cansado.

-Vine aquí para desaparecer de mi vida un rato… y ahora es posible que desaparezca de verdad- y con esa conclusión tan cínica y deprimente me terminé la taza de café. -Una cosa, todos vosotros seguramente hayais visto cosas interesantes o extrañas en ese libro… Al volver aquí no tuve demasiadas ganas de leerlo ¿podríamos volver para que pueda echarle un vistazo antes de irnos a ningún sitio?- le pedí al grupo; Blake mismo dijo que ahora nuestros movimientos son casi aleatorios, podíamos hacer una paradita allí.

Blake se lleva una mano a la bufanda, recolocándosela bien al cuello como involuntario tic. Durante un momento mantiene los ojos cerrados, buscando las razones en las reacciones de sus actuales compañeros. Para él, aún deben abrir un poco más sus horizontes, pero entiende bien los motivos al recordar que no fue tan fácil para él asumir algunas cosas.

-Este tipo de cosas son más comunes de lo que piensa, Anaisse. Pero en ocasiones no son susceptibles o directamente las pasamos por alto. Fue esta susceptibilidad la que fue alterada hace un año. Pongamos un ejemplo clave; el tomo. Si no hubiéramos visto nada extraño en la biblioteca, es muy posible que no nos hubiéramos dirigido a él con intención de hacerle preguntas concretas, como si éste nos pudiera contestar. Cada una de estas "rarezas" tiene su propia y extraña naturaleza. Solo que, como no es conocida por la humanidad, permanece ahí invisible al alcance.- Hace una pequeña pausa y se lleva una mano a la barbilla. Hay algo en lo que le ha dicho Annaise que le hace pensar algo descabellado.

-Esta persona que le regaló la entrada... ¿por qué lo hizo? Si a él le parecía interesante, ¿por qué no acudió él? ¿Quizás deseaba por algún motivo que usted acudiera? Eso es lo que debería preguntarse.- Para él, las personas que acudieron a la visita deben de estar destinadas por algún motivo. El caso es que no lo consideren un loco tan pronto.

-En cualquier caso, lo que nos ha mostrado el libro debido a nuestros avances en este lugar encaja. Por mí, deberíamos seguir avanzando cuanto antes, y vuelvo a sugerir el sótano. Volver al tomo no nos coge de camino, y no sabemos si estamos sujetos al tiempo.