Partida Rol por web

Los pasos de unos tacones resonaron por la pequeña habitación, aislando el sonido de las gotas caer procedentes de una tubería en el techo, o la lámpara, tintineando, ondeando levemente.

En el centro de las cuatro paredes una silla con un hombre atado y amordazado, asustado. Puede verse perfectamente en su sudor y su mirada, siguiendo la figura andante, que está muerto de miedo. Sabe lo que va a pasar, incluso antes de que cayera en la trampa sabía que iba a ser su último día.

- Perdona la tardanza, tenía unos asuntillos importantes que atender.

Una voz femenina se escucha por su espalda. El hombre se agita, intentando localizarla y suplicar por su vida.

Siente una mano sobre su hombro. Cierra los ojos con fuerza, notando como unas lágrimas descienden por sus mejillas. Escucha algo arrastrándose cerca suya, luego un golpe seco. El sonido de los tacones cesa, y decide abrir los ojos para encontrarse con su captora.

Ella está sentada, con las piernas cruzadas, mirándole con una sonrisa macabra. Su largo cabello oscuro descansa sobre su hombro derecho, haciendo juego con su tersa piel. Su cuerpo, musculoso, denota rudeza y sensualidad, pero lo que no puede dejar de mirar son sus penetrantes ojos azules, esos ojos que han visto lo que ni siquiera él podría llegarse a imaginar.

- Voy a ir al grano, porque no me gusta perder el tiempo.- Apoyó los codos sobre sus rodillas, acercando la cara a la del hombre temblando. – Ha llegado a mis oídos que planeas venderme a las autoridades por, ¿cuánto? ¿cien mil? – El hombre negaba con la cabeza de forma enérgica, intentando convencerla de que estaba equivocada. La mujer resopla. Se levanta y se dirige a una pequeña mesa en una de las esquinas. Sobre ella había una carpeta marrón, repleta de folios y fotografías. Cuando tiene todo, vuelve a su sitio y abre la carpeta.- Fariha Sabagh. 28 años. Nacida en Al Khobar. Padres en paradero desconocido. Criada por sus tíos maternos Kamra y Bâsim.- Adelantó un par de folios, mirándolos por encima hasta encontrar lo que buscaba.- ¡Vaya, tienes hasta el nombre de mis vecinos! Pero vayamos a lo importante: Se casó con 12 años con Kamil, 20 años, hijo de amigos de la familia y miembro de una banda terrorista, acusada de múltiples de atentados en varios puntos del país y el extranjero. Ingresó en dicha banda a los pocos años, siendo un miembro activo e importante de la misma. Con 19 años entró en prisión tras un atentado bomba en una plaza, con una pena perpetua. Logró fugarse a través de un túnel. Actualmente en busca y captura. Extremadamente peligrosa. - Sacó una fotografía donde salía ella con Kamil. No pudo evitar reírse cuando se la enseñó.- No sé de dónde has sacado todo esto, pero me tienes sorprendida.

El hombre no había podido respirar en todo el rato, aterrado de que ese simple gesto la molestara. Fariha vuelve a levantarse y deja la carpeta en la mesa, donde estuvo anteriormente, pero antes de volver coge un pequeño paquete. Lo abre delante suya y, de el, saca un pasaporte y un folio.

- Alexandra Petrov, 28 años. Nacida y criada en Bucarest, Rumanía. Blablablá…- Ojea por encima el folio.- ¿En serio? Te curras el trabajo de investigación pero, con la nueva identidad, sólo dices que tengo un curso de peluquería y trabajo de camarera. Muy descortés por tu parte.

Deja todo sobre la silla y saca una pistola, oculta en su espalda. Le quita el seguro y apunta en la cabeza al hombre.

- No es nada personal, pero no puedo dejar cabos sueltos, y menos cuando me investigan.

BarakAllahu Feekum (Que Alah te bendiga)

PUM

Alexandra había investigado algo más. Ese tío no estaba solo. Parece ser que era un mercenario bastante conocido, contratado por alguna especie de organización paramilitar que actuaba en Europa. La gente normal no sabe de estas cosas, pero Alexandra sí. ¿Qué podría querer una organización así de ella? Lo más seguro sería ir a visitar la base conocida más cercana. Tras un par de sobornos y llamadas a antiguos amigos... Consiguió la información que buscaba.

Ciudad de Pitesti. Biblioteca privada Lum. ¿Qué demonios? Había visto sitios buenos para esconderse de organizaciones. Pero... a juzgar por el sitio... ¿Quién iba a esconderse en una Biblioteca de ricachones? Aún así, el asunto es demasiado peliagudo para dejarlo estar. Si de verdad están tras ella debe saberlo rápido, para irse lo antes posible o acabar con ellos.

Alexandra. La entendía pero a la vez no la entendía. Parecía peligrosa para ella y para todo lo que le rodeaba. No tenía bien claras sus intenciones y de lo que realmente era capaz de hacer. Unas palabras serían suficiente como para desconcertarla y hacerla sacar a relucir su verdadero interior. Quizás así sería capaz de evaluar realmente cómo era y decidir si merecía o no leer sus páginas.