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Misterios de Sol y Luna: Librería de medianoche (+18)

[Privado] Úrsola Vasílieva

Cargando editor
20/05/2016, 14:23
Bibliotecaria
Sólo para el director

Nacer en pleno apogeo de la segunda guerra mundial es un hecho sin duda curioso debido a que implica haber vivido uno de los sucesos más reconocidos y relevantes de la historia sin llegar a tener memorias de ello en absoluto. Algunos dicen que tal clase de naciemiento suele condicionar la vida a posteriori de la persona en cuestión, y hay quienes opinan que es completamente irrelevante, pero lo importante es que ese fue y no otro el incio de la vida de Úrsola Vasíleva.

En Rusia los tiempos no fueron sencillos durante la segunda Gran Guerra, eso lo sabe todo el mundo. Racionamientos de comida, migraciones forzadas, alistamientos casi suicidas al ejército y todo ello regado con el miedo de la incipiente amenaza nacionalsocialista de Alemania y al puño de hierro de Iósif Stalin. Quizá fuera todo este cúmulo de circunstancias el que llevase a los padres de Úrsola a abandonarla al nacer o quizás fuera simplemente falta de interés en el bebé y falta de agallas para hacer lo que se debía en vez de abandonar a la pobre cría en plena calle bajo el frio inclemente de Moscú. O quizás alguna otra cosa... Úrsola nunca sabría el por qué, pues nunca supo quienes fueron sus verdaderos padres. En cualquier caso, su historia parecía ir a acabar tal cual había empezado, y así hubiera sido e no ser por una casualidad del destino.

El matrimonio de Ivan y Annouska Vasílev llevaba tiempo deseando un vástago, pero Annouska parecía ser incapaz de concebir. Con el tiempo se vieron obligados a aceptar la triste de la realidad: no podrían tener un descendiente de su sangre. Sin embargo, tras acudir a diversos expertos, presos de la desesperanza, el matrimonio terminó acudiendo a un adivino.
- Mhm... veo... veo.. - el hombre parecía sumido en un extraño trance, sus ojos en blanco y en la penumbra de la habitción un extraño halo de leve parecía rodearle - Una niña. No de vuestra sangre, pero la amaréis como si lo fuera. Mas... ¡os aviso! - adviritió alzando las manos - Los años de felicidad con ella os costarán un extraño destino... si acogéis a la niña... firmaréis vuestro destino.

El matrimonio abandonó el lugar con una mezcla de incertidumbre y esperanza. El tiempo pasó... y una fría mañana de noviembre encontraron en a calle la cesta de Úrsola con el babé cerca de la hipotermia. No lo dudaron.

Úrsola creció feliz con sus padres adoptivos sin saber de tal condición. Aunque fue de constitución débil y frágil, debido en gran parte a su experiencia cercana a la muerte nada más nacer, la niña era vivaz y muy despierta, siempre con ganas de aprender e involucrarse con sus padres, que la amaban de todo corazón y hacían todo lo posible por darle la vida que hubieran dado a un hijo de su propio vientre. Y esta vida era, sin duda alguna, muy acomodada, pues el matrimonio poseís una vasta foruna, heredada por su linea de descendencia de los zares antiguos. Sirvientes, una gran casa en la que vivir y ropas hermosas, a Úrsola nunca le faltó nada de lo que pudiera desear, aunque su mayor afición fue desde una temprana edad la galería de coleccionismo de la familia. Allí ambos progenitores habían ido acumulando, como tradición familiar típica de la gente ainerada, multitud de objetos particulares y de interés. Espadas de zares o antiguos señores de la guerra chinos, ropajes y cuadros árabes, cetros de rituales africanos... y lo que más ffascinaba a la niña: libros de toda índole y procedencia, formas y contenidos. Grandes, pequeños, con hermosas encuadernaciones o muy simples, cargados con ilustraciones de tremendo detalle o con textos de apretadísima letra, había de todo.

La afición por estos libros llevó a la muchacha a aprender a leer a una edad muy temprana, y en varios idiomas. Todo esfuerzo era poco para poder acceder a más de aquellos tomos de saberes dispares, de historias de aventuras o de rituales de magia pagana, pasando por libros de historia o incluso de cocina. El contenido en si no era lo que más fascinaba a Úrsola, sino el esfuerzo e interés puesto en las páginas y la imortancia de la suma del conocimiento que allí se acumulaba. Era francamente fascinante, como masticar con la mente pequeñas pepitas del saber de a humanidad, cada una con un sabor diferente y único.

El pasar del tiempo fue convirtindo a Úrsola de niña en adolescente, y de adolescente en mujer. La Gran Guerra acabó sin que se percatase apenas de ella, aunque después llegó la Guerra Fría, de la cual pese a ser mucho más sutil, tuvo muchos más indicios. Pero no importaba. Ella vivía feliz con sus padres, apartada de los peligros del mundo. Y cuando tenía 21 años, todo una hermosa joven dama... ocurrió.

Ivan y Annouska desaparecieron de la noche a la mañana, sin dejar siquiera el más mínimo rastro o pista de qué les podía haber ocurrido. Por supuesto, Úrsola y los sirvientes, y más tarde la policía, dedicaron todos sus esfuerzos a tratar de encontrarlos y averigüar lo sucedido, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. No faltaban ropas ni maletas de sus habitaciones que indicasen que hubieran salido de viaje, ni tampoco ninguna de sus pertencias se echaba en falta. No había signos de combate en la casa ni pasos en la nieve alrededor. Se habían simplemente desvanecido, sin más.

Úrsola continuó con su búsqueda mucho después de que las autoridades y amigos la dieron por perdida, pero la desesperación fue haciendo mella en su alma poco a poco. Seisaños después la mujer se dio por vencida, y a medio camino entre el amor y la necesidad de consuelo, tomó matrimonio con Nikolai Skirnoff, aunque se negó a cambiar su apellido por mantner viva la memoria de sus padres. Padres que, por descontado, le habían legado toda su fortuna y bienes tiempo antes de su desaparición, guiados quizás por el recuerdo de las plabras de aquel adivino. El matrimonio prosperó, aunque Nikolai siempre percibió el profundo daño causado en Úrsola por la desaparición de sus padres, que la llevó a refugiarse cada vez más en su afición por los libros particulares. La mujer empezó a comprar libros para aumentar la colección familiar, y el marido, viendo que encontraba algo de consuelo en ello, la dejó hacer sin mayores protestas.

Tiempo después Úrsola quedó embarazada por primera vez. Llamaron a la niña Annette, en memoria a la madre perdida de la mujer, y la luz pareció volver un poco a los ojos de la huérfana, que volcó todo su amor en su hija recién nacida. Tres años después, un segundo bebé siguió al primero, Alexey. Ambos llevaron el apellido de su padre, y Úrsola trató de darles el mismo amor que siempre había recibido ella de sus padres adoptivos. Fueron los años más felices de su vida y de la de Nikolai. Y sin embargo, nuevamente la vida le dio un revés.

Nikolai, en un amargo giro de los acontecimientos que parecía una burla del destino, desapareció también. El golpe fue muy duro para Úrsola, aunque esta vez no fue una desaparición misteriosa por demasiado tiempo. Dos meses después de no recibir noticia alguna de su marido un oficial se presentó en su casa. Nikolai, cuyo trabajo no era el ingeniero ferroviario como había contado, había muerto en Estdos Unidos ejerciendo su verdadera profesión: espía de la KGB. La mujer, consternada, cayó en una profunda depresión que duró un larg tiempo, y de la que nunca llegó a recuperarse completamente. Los niños, de 15 y 12 años respectivamente, no pudieron si no ver impotentes como su madre se encerraba cada vez más en si misma, temerosa incluso de estar cerca de sus hijos, ya que parecía que la gente que amaba en su vida le era arrebatada sin permiso alguno.

Y la espiral continuó en descenso con un encuentro exraño. Un adivino llamó su atención en un mercadillo por el que andaba buscando obras únicas.
- Señora... venid... tengo repuestas del pasado... y del futuro... De lo que estuvo y ya no está... - sus palabras, extrañas para un adivino cualquiera, llevaron a la mujer a su tienda, donde escuchó unas palabras del adivino de ojos blancos y el extraño halo de luz.
- Los libros que buscáis... contienen la respuesta del pasado... del origen... y de la desaparición de vuestros padres... - en este punto Úrsola casi cayó de su silla, alarmada por tan concisa afirmación. Antes de que pudiera preguntar nada el hombre continuó - Buscad el tomo blanco y encontraréis la historia... vuestra historia...

Ninguna pregunta más respondió el hombre, y Úrsola abandonó el lugar entre iracunda y confusa. ¿El libro blanco? ¿A qué se refería?

Y aunque no sabía qué exactamente, su obsesión se acrecentó sin límites tras esta vsita. Empezó a gastar grandes sumas de dinero en libros antiguos, e incluso comenzó a a viajar para conseguirlos ella misma. Sus hijos, desatendidos completamente de cuidado maternal, terminaron siendo acogidos por Natasha, la hermana de Nikolai. Esto causó un gran distanciamiento y resentimiento de los niños hacia su madre, especialmente en Annette que crió un profundo resentimiento al verse abandonada por su madre.

El tiempo pasó. Cuando Úrsola se dio cuenta de que sus hijos estaban creciendo sin ella mientras perseguía a ciegas una respuesta que quizás no existía realmente no tuvo el valor de tratar de volver a ellos, angustiada también en parte por el temor de que eventualmente, al igual que su padre y marido, desaparecieran. Así que Úrsola, una vez más, estaba sola, y así avanzó a la ancianidad. Sus hijos crecieron lejos de ella, teniendo a su vez su propia descendencia: dos hijos por parte de Annette y una hija de Alexey.

Ahora, con 70 años, se ncuentra débil de cuerpo pero aún obsesa y fuerte de mente, persiguiendo sin cesar el fantasma del tomo blanco del qu nunca había tenido noticia... hasta ahora.

Un rumor entre los coleccionistas habla de la existencia de un tomo vacío, sin nada en sus páginas y encuadernado con cuero blanco como la nieve. El anciano corazon de Úrsola saltó en su pecho al escuchar esta información, y sin mediar ni un día de reflexión tomó sus pertenncias y partió decidida a donde se decía que había sido visto el libro... Rumanía.

Cargando editor
22/05/2016, 23:39
Bibliotecaria

Úrsola estaba ahí por una razón. El último chivatazo la había llevado a esa Biblioteca en Pitesti. El libro vacío parecía estar en posesión del actual propietario de la Biblioteca privada más antigua de Rumanía. La cantidad de libros caros y ejemplares únicos del lugar seguro que valían una fortuna... Pero a ella sólo le importaba uno. Tenía que encontrarlo. Y luego... Ya vería lo que hacía. Seguro que el propietario está por la labor de hablar de negocios con una buena suma de dinero por delante.

¿El grupo de la visita? Es una buena excusa para entrar sin llamar demasiado la atención. Y cuánta más gente más fácil será "distraerse" y perderse entre las estanterías para buscar el susodicho libro. ¿Quién iba a sospechar de una anciana?
 

Notas de juego

Esta escena privada se mantendrá a lo largo de toda la partida y capítulos para cuando queráis comentarme algo en privado, rolear y para diversos momentos de la historia dónde sucederán cosas. Puede llegar a ser más importante de lo que pensáis. ¡Un saludo!

Cargando editor
30/05/2016, 22:34
Bibliotecaria
Sólo para el director

Úrsola en el fondo tenía miedo. El libro lo sabía, y no podía mostrarle la verdad aún. Todavía tenía cosas que hacer antes de que su débil y frágil mente estuvieran preparadas para lo que iba a ver. No podía permitir que se desmoronarse nada más llegar. El libro esperaría a ver su reacción y el curso de sus acciones... Eventualmente estaría preparada.