Partida Rol por web

Jajajaja, que juego más divertido. Enhorabuena, Shinji exclamo con una sonrisa en al cara. Luego miro al resto, y por último al ángel. ¿Existe algún modo de conseguir más poder, o habilidad, o algo para poder derrotar a las sombras esas? No sé, en estos casos siempre suele haber el mágico hechizo de... o la espada molona de...

-¿Q...qué...? ¿Perdí en un juego tan... burdo...? -pareciera como que Kei no tiene la forma de asimilar ésto pero después empieza a reírse sin parar tres golpear la pared con una patada y con su mano pasa su cabello hacia atrás-. Vale... al parecer... el Karma existe... -sonríe-. La apuesta era una trampa, realmente el trato era realmente que fuera mi bolsa de sangre.

-"FELICIDADES SHINJI, AHORA TIENES A UNA VAMPIRESA BAJO TUS ORDENES"- felicité a Shinji sonriendo levemente, me alegraba de que no sirviera de alimento; aunque también me dio algo de pena Kei, pero no tanta como para ofrecerle mi sangre como premio de consolación -Puff, fallar por confundir la izquierda con la derecha... yo estaría muerto de vergüenza- pensé.

La verdad, me habían entrado ganas de probar lo de los juegos, con lo de Shinji y el próximo encuentro entre Leera y Elisabeth; pero es que si lo hago con cualquiera de los vampiros me pedirá sangre a cambio, así que mejor lo hago con uno que no lo sea. -"AZALEA, ¿TE APETECE PROBAR ESO DE LOS JUEGOS CONMIGO?"- le pregunté -"ASÍ PODRÍAMOS PROBAR COMO VA EL TEMA... SIN QUE NINGUNO PUEDA PERDER SANGRE ¿TE PARECE BIEN?"- le pregunté; a lo mejor a ella no le apetecía, cosa que entendería, ya que de momento, solo soy un extraño con cuernos para ella.

Miro al hombre cabra, y la verdad no me siento muy animada. Quizá aún no esté acostumbrada. Pero bueno...

Y qué nos jugaríamos? Porque si me dices "un día siendo esclavo del otro", como que yo siempre perdería y tú casi siempre ganarías...

Dedico una mirada a Azalea y otra a Rajesh, no digo nada al respecto. Aunque suspiro pues parece que Elisabeth Leera tal vez jueguen entre ellas. De algún modo u otro, yo me había quedado fuera y no parecía nada prudente retar a Himiko.

Asiento a lo me dice Azalea -"SI, TIENES RAZÓN, ES UN POCO TONTERÍA, PERDÓN SI TE HA MOLESTADO"- le escribí a ella; no lo había pensado demasiado bien, pero es que estaba aburrido. Había gente ya jugando, y yo tecleando palabras en un portátil porque no puedo hablar... no es que me gustase mucho el plan.

-"OYE AZALEA, ¿TU ERES HUMANA?. ES UNA PREGUNTA RARA, PERO TENEMOS VAMPIROS, UNA ELFA, Y A UN CHICO CON CUERNOS DE CARNERO HABLANDO POR UN ORDENADOR... ¿TU TE NOTAS ALGO EXTRAÑA O NOTAS ALGO FUERA DE LUGAR?"- le pregunté a ella -"NO RESPONDAS SI NO QUIERES, SOLO QUERÍA HABLAR, QUE ESTOY BASTANTE ABURRIDO"- le admití.

En realidad, sí me siento extraña: soy una especie de sirena, pero capaz de desarrollar piernas y mantenerlas inconscientemente. Me encojo de hombros mientras miro al resto, esperando los nuevos retos.

Mi cara fue de asombro, no creí que ganaría si había una tercera persona, o en este caso, juez, implicado, pero parece que la falta de sangre a los vampiros les hace mella... igual debería apuntar eso. - Gra... gracias a todos - dije aún con asombro. - Kei, sin rencores... - Luego miro a Himiko - Oye Himiko, ¿no hay alguna forma de conseguir sangre o algún sustitutivo de forma fácil? Que me parece extraño que todos los vampiros tengan que tener sus... bolsas de sangre - Me resultaba duro decirlo.

-Mhn? Como que? La única forma de que consigan el alimento es precisamente el beber sangre de una persona, es lo mas normal del mundo como la conseguirías de otra manera? Pregunto de lo mas confundida ya que en ese mundo no existía ni las transfusiones ni nada por el estilo.

Kei sin más decide únicamente salir de la cabaña, puede que ella haya iniciado todo el jaleo dentro de la ésta, pero algo en ella era raro, como siempre, a penas hace unas dos horas o menos, se encontraba preocupada por ganar el torneo, sino, estaría mucho tiempo sin comer y a duras penas pagaría el piso éste mes. Pero al parecer aquí esas cosas no importaban de momento... A pesar de que "Kei" solía actuar de forma arrogante, la persona que en verdad era, no. Así que únicamente decidió salir y sentarse en la primera extensión de cesped que encontrase abrazando sus rodillas.

-Me pregunto si a pesar de todo... mi familia me extrañará -tras esto se recostó en la hierva mirando al cielo y empezó a reflexionar la situación-. Me pregunto si puedo ser alguna clase de heroe del anime y salvar a éste mundo como ese tal dios nos pidió.

Miro a Kei marchar y exhalo un suspiro. -Bueno... parece que ya se ha terminado la ronda de preguntas. - Vuelco mi atención en Himiko, ladeando la cabeza para mecer mi melena- ¿Y ahora qué? ¿No deberíamos ponernos en marcha para buscar esas piezas? 

Una vez veo a Kei salir de la cabaña y oigo la respuesta de Himiko, voy hacia la cocina y una vez dentro busco un cuchillo, un vaso y una servilleta. No pensaba ser una bolsa de sangre, pero tampoco querría que alguno de mis compañeros estuviera en malas condiciones si esto consistía en juegos. Con el cuchillo aprieto levemente en la palma de la mano y procuro que caiga en el vaso. Una vez lleno me lavo la herida y la cubro con la servilleta.

Finalmente cojo el vaso y salgo afuera para darselo a Kei - Se que no has ganado, pero no puedo evitar preocuparme, esperemos que no tenga que hacerlo mucho. - digo mirando levemente dentro, esto más bien era más un favor que otra cosa.

Tengo una duda, Himiko. Si se supone que Tet nos ha traído para recuperar las piezas, y estas las tienen los tipos oscuros esos con los que nos has dicho que no nos enfrentemos, ¿para qué estamos aquí? Quiero decir, está claro que nos vamos a enfrentar a ellos o si no no podríamos regresar. Así pues, repito mi pregunta de antes, ¿existe algún modo, algún arma, algún truco que nos permitiera tener ventaja sobre ellos que justifique que no vayamos ahora mismo a su encuentro y los retemos?

Himiko observo todo con calma, tanto la resolución del desafió y el como los demás se presentaban, era cierto que debían moverse pero no sabia muy bien a donde llevarlos, estaban donde debían estar y sinceramente si fuera por ella no se moverían de aquí. -La mente de Tet siempre a sido un misterio para mi, es decir, yo comparto sus ideales y su sonrisa, su modo de ver todo esto pero nunca pensamos que perdería ante uno de sus juegos y menos el de ajedrez. Fue explicando Himiko sin dejar de volar por el aire. -En este mundo las armas carecen de utilidad, no vas a sacar fuego de las manos y a atacar a alguien, esa norma es irreemplazable y por eso se aprovecharon de Tet, usaron su juego contra el. Pero...Tet os a dado dones, de esto estoy completamente segura. Dijo mientras se acercaba a vosotros. -Pero no se cuales y no se que hacen, se que las razas tienen privilegios, por ejemplo yo nunca he perdido un desafió de intelecto, jamas, siempre me he considerado afortunada por ello.

-Si de mi dependiese os quedaríais aquí y no lucharías contra ellos, no se que pensó Tet, pero vio algo en vosotros. No tenéis que salvar este mundo por que os lo hayan dicho, buscad la razón para salvarlo, entonces podréis con ellos. Quizás si vierais lo que han hecho...mmm...quizás no...os asustaría bastante.

 - Bueno... ¿Hemos venido a jugar, no? -De brazos cruzados miro a mis compañeros con una mirada indómita y una pequeña sonrisa a juego, que es claramente un reflejo de temeridad- Así que cuando antes nos pongamos a ellos... -Me reincorporo a la par que descruzo los brazos- Antes podremos volver. Además... ¿No sentís curiosidad por ver lo que hay fuera? Desde arriba parecía estupenda la vista, pero no intimé detalles.

Al sentir el olor de la sangre de Shinji tuve que taparme la boca y nariz con la mano como si aquello me llamase, debía de controlarme pues aun no sabía como funcionaba aquel mundo ni los problemas que pudiese haber con según que acciones.

Por otra parte, tras ver que aquel juego realmente funcionaba, la idea de participar en uno para probar su funcionamiento por mi misma así como de conseguir un poco de sangre no era tan mala como parecía. -Viendo que realmente es tal y como ha dicho Himiko, no es mala la idea de probarlo por mi misma... -Si no me equivocaba, para que el juego comenzase, debía de retar a la contraria así que me dispuse a ello. -Muy bien... Leera, te reto a un juego, si gano yo me permitirás beber sangre cada día, si ganas tú... Bueno, supongo que también quieres lo de un día de obediencia, ¿o tienes otra cosa en mente? -Pregunté con cierta curiosidad aunque aun quedaba por establecer el juego.

-De momento no tengo nada más en mente, así que me quedaré con lo del día de obediencia. ¡Seguro que se me ocurre algo para aprovecharlo! - sonrió Leera, a quien en ningún momento se le pasó por la mente la posibilidad de perder. Justo después se llevó un dedo a los labios, pensativa. - Veamos... ¿a qué podríamos jugar? - se preguntó en voz alta durante unos segundos antes de esbozar una sonrisa y mirar fijamente a Elisabeth. - ¿Te parece bien si lo mantenemos simple? ¿Qué tal una ronda de piedra-papel-tijera? - preguntó. Después de todo, la suerte era una de sus mejores cualidades, o eso pensaba ella.

El sello apareció en las palmas tanto de Elisabeth como de Leera, entonces como habíais visto anteriormente una especie de contrato apareció delante de vosotras.

El juego sera piedra-papel-tijera.
La salida lo determinara el sello para que sea justo.
El ganador por parte de Elisabeth ganara el poder beber la sangre de Leera cada dia.
El ganador por parte de Leera ganara el tener la obediencia de Elisabeth por un dia.
Están las dos partes de acuerdo?

-Me parece bien, es algo simple y bastante sencillo. -Comenté dispuesta a comenzar aquel juego una vez aparecieron los sellos, indicando que el juego iba a comenzar tras aceptar aquello. -Bueno, veamos si el problema de la sangre se puede solucionar lo antes posible, no creo que sea muy aconsejable que alguien se corte la mano cada vez que sea necesario alimentarnos.