Partida Rol por web

Al llegar me acaricie la nuca como si me hubiera caido desde algún lugar algo intentando que se me pasara el mareo. - Vaya, parece que hemos llegado. - Lo primero en lo que me fije... era lo más cercano, una pequeña bolsa que cogi con poco peso ¿solo 10 monedas? - ¿Cuanto valdrá una moneda como estas aquí? - Supongo que esto es para todos, debido a que 3 de vosotros necesitais un alimento especifico, pero que todos necesitaremos alojarnos para pasar las noches. ¿Qué tal si alguien que no se las arriesgue a primero de cambio las guarda y las administra? - Luego me di cuenta de la imponente ciudad cuando todo el mundo la veia.

Era impresionante e imponente, si buscaras en "Google" una ciudad igual a esta... estarías millones de años tratando de buscar una que le llegara a la suela de los zapatos. - Wow - Era lo único que salía de mi boca. Obviamente quería que ese lugar fuera mi proximo objetivo, quería verlo por dentro y la gente que la poblaba, pero yo era yo y el grupo tendría que estar de acuerdo.

¿A que esperamos chicos? - Digo entusiasmado - ¿Vamos a la ciudad? - Digo agitando los brazos

Sonrio a Shinji. Claro, vamos. Estoy deseando ver esta ciudad. Me pongo a su lado, pero me giro mirando al grupo, mientras cojo la bolsa.

Veamos, estamos en una ciudad de humanos, luego yo creo que la bolsa deberías llevarla tú, Shinji. Luego, en otra ciudad, veremos, pero no sabemos qué tan racistas sean las razas en este mundo.

Por lo demás, me pregunto si sería posible conseguir alojamiento usando algún juego. ¿Vosotros qué pensais?

Mi vista se fija entonces en el imponente palacio. Y por último, ¿vivirá en ese palacio quien tiene la pieza de los humanos? ¿O podrán decirnos quien la tiene? Demasiadas dudas...

Suspira y pasa de casi de todos y se adentra en al ciudad viendo que el resto de sus compañeros aún esté en su alcance de visión. Observo también a la gente que me pueda encontrar, pero intento pasar desapercibida.

Me fijo en la ciudad y esbozo una mueca escéptica al respecto. -No parece que ningún campeón de las sombras gobierne este lugar. Pero quizá las apariencias engañen... -Ladeo la cabeza y asiento- Shinji parece de fiar, así que me parece bien que él guarde el dinero. -Acomodo las manos tras la nuca mientras camino un poco- ¿Alguna idea de cómo hacer para que nos dejen entrar en el palacio...?

-Auch- pensé otra vez al aterrizar en el suelo; aunque sinceramente me estoy acostumbrando a caer. Comprobé si mi portátil se había roto, y parecía que no, por suerte; no me iba a arriesgar perder la única forma que tengo de momento para comunicarme con el grupo.

-¿Racistas...?- pensé algo preocupado por el comentario de Azalea; el único que aparentaba demasiado no ser humano era yo y Leera, si de verdad hay racistas... ufff. Bueno, veo que tocaría hablar, así que enciendo el portátil y me lo sujeto con el brazo derecho para poder teclear con la izquierda -"YO POR LO QUE HE ENTENDIDO, TODO SE PUEDE GANAR CON JUEGOS SI APOSTAMOS ALGO DE SU MISMO VALOR"- dije al grupo -"Y POR MÍ NO HAY PROBLEMA CON QUE SHINJI LLEVE LA PASTA"- aclaré.

-"A LO MEJOR PODEMOS CONSEGUIR HABITACIÓN APOSTANDO ALGO QUE EQUIVALGA A UNA VIVIENDA EN VEZ DE PAGARLA Y PODEMOS ENTRAR EN EL PALACIO DE LA MISMA FORMA, ¿QUE OBJETOS TENÉIS?"- pregunté al grupo; a lo mejor tenemos algo ultavalioso que nos asegurara poder jugar por objetos del mismo coste -"YO TENGO UNAS GAFAS QUE YA NO ME SIRVEN Y UNOS CASCOS QUE CON ESTOS CUERNOS NO PUEDO PONERME"- dije, sin incluir el portátil entre mis pertenencias; todavía no creo que me pueda deshacerme de él... a menos que aprenda a hablar con chicas.

Bien pues una vez todos de acuerdo yo llevaré la... - Me corté antes de terminar la frase al ver que me estaban dejando un peso bastante grande - ¿QUÉEEEE? Pe... pero cuanto vale la moneda de este sitio y si no sé distribuirla bien - Mis nervios me ponían tenso, cuidar de responsabilidades propias es facil... pero de un grupo...

Está bien llevaré de momento el dinero - Dije guardando tan bien como pueda la bolsa - Y ahora vayamos todos a la ciudad - Y antes de empezar a caminar le grité a Kei - Kei no avances sin nosotros que somos un grupo - sin pensar en quien pudiera oirnos, y tras ello salí detrás suyo para alcanzarlo e ir todos juntos

-Podríamos acercarnos a algunas tiendas o algún puesto de mercados y preguntar los precios de algunos productos... sin comprar nada, claro. Así nos haríamos una idea del valor del dinero en este mundo. - sugirió Leera quien, con las manos a la espalda, había estado escuchando la conversación de todos ellos y era incapaz de quitar la vista de la ciudad, tan hermosa como era, desde que habían llegado. Estaba de acuerdo en que Shinji se ocupara del dinero, aunque ciertamente diez monedas no parecían demasiado. Cuando Rajesh preguntó, Leera enseñó sus pertenencias. - Yo tengo mi teléfono móvil y unos auriculares, aunque no me gustaría apostarlos a la primera de cambio... ¿tal vez podríamos conseguir más monedas apostando las mismas monedas?

-Yo optaría por ir a la ciudad también, aunque sea para hacernos una idea de como funcionan las cosas por este mundo, nunca se sabe cuando alguien puede aprovecharse de nuestro desconocimiento o poca información. -Dicho esto busqué entre las cosas que había traído del otro mundo, sacando el móvil el cual aun tenía la batería completamente cargada por el inexistente uso que le había dado desde que fui transportada. -Sin cobertura, como era de esperar... -Pensé antes de volver a guardarlo. -Yo también tengo mi móvil, después de todo dudo que aquí vaya a ser muy útil y menos si tarde o temprano se va a quedar sin batería. También tengo un violín. -Dije mientras levantaba el maletín de este. -Aunque preferiría no tener que apostarlo, me ayuda a relajarme bastante.

Tras aquellas palabras comencé a observar el lugar con cierta curiosidad, si bien aun no me había acostumbrado a caer de sitios altos aquel paisaje hacía que me olvidase de ese último viaje que habíamos tenido escasos minutos atrás. -Me pregunto como sería reinar un lugar así, es casi como un videojuego o una película de fantasía.

De cerca la ciudad era esplendida, al menos de fachada por supuesto. Las tiendas de la zona comercial estaban relativamente llenas, es decir, era medio día tarde como mucho el sol estaba en lo mas alto del cielo y las tiendas no deberían estar tan vaciás a esas horas. La gente iba y venia por la calle pero no se miraban entre ellos y cuando lo hacían era con recelo, como con miedo a que alguien hiciera algo, las conversaciones no eran animadas eran como en susurro eso si, habían juegos, muchos juegos y no precisamente legales.

Se podía ver como unos encapuchados con un símbolo de un peón negro grabado en sus ropas, empezaban a retar a algunas personas, no sabíais si era al azar o no pero cuando estas se negaban igualmente salia el pergamino y a la fuerza empezaban el desafió, como si algo le obligara a jugar, continuamente esas personas perdían y tenían que dar las monedas de oro o plata que tuvieran en los bolsillos, joyas o pertenencias de algún valor, luego esas personas salían corriendo y seguramente se escondían en sus casas para no ser atrapados una vez mas.

-Yo de vosotros no me metería. Comento un guardia de la ciudad al ver vuestro grupo tan variopinto, no es que hubiera mucha diversidad en las razas, pero había y aunque no era extraño ver un grupo unido y mas en aquellos tiempos llamabais bastante la atención. -Sois peregrinos? Lo mejor que podéis hacer es encontrar una posada y dejar vuestras cosas lo mas rápido posible, no llevéis nada encima. Nosotros ya no podemos vigilar por vosotros. Dijo el guardia con gesto apenado girando la cabeza a los encapuchados mientras estos seguían su ronda.

Por el momento teníais toda la calle del mercado abierta, habían cosas variadas desde frutas y carnes hasta piezas de artesanía y ropa, una armería unos establos y mas o menos eso es lo que había por allí. Los encapuchados no os han visto o han pasado de vosotros, que haréis ahora?

- Parece que hecha la ley, está hecha la trampa... - Murmuro para el grupo mientras sigo de vista a los furtivos encapuchados- Debemos estar en ese incómodo momento de tránsito en que el sistema se vuelve corrupto... O eso quiero creer. -Suspiro mientras mantengo puesta la atención en el mercado y sus gentes- ¿Alguna idea de qué hacer? Yo me siento algo perdido, tal vez la taberna sea una buena idea... Y no nos separemos. Shinji, tú ten especial cuidado.

La taberna estaría bien ¿Os habeis fijado en el peón negro de los encapuchados? Quizá su jefe tenga esa pieza, más alante tendremos que retar a alguno para ver si localizamos a ese ser.

Miro a los encapuchados con odio. Pero primero podríamos conseguir información, no?

-Algo me dice, Azalea. Que nos terminarán encontrando ellos a nosotros... -Murmuro con reservas.

-Ya sé que en las películas ésto suele ser la peor idea del mundo, pero podríamos separarnos. - murmuré a mis compañeros, con los brazos cruzados y observando a aquellos misteriosos encapuchados de la forma más discreta que me era posible. - Seremos muy poco eficientes si vamos siempre los siete juntos, y llamaremos más la atención. - comenté, girándome ahora hacia el resto. - Un grupo, en el que debe estar Shinji, puede ir a la posada como ha sugerido el guardia de antes. Y otro grupo puede ir a buscar información.

Al ver a los encapuchados y oír las advertencias del guardia, preferí cerrar el ordenador y llevarlo bajo el brazo: prefiero no poder hablar a que a esos tíos les llame la atención mi portátil e intenten llevárselo -Dios, que mal rollo transmiten esos tipejos... mejor no acercarse- pensé.

Lo de dividirse en dos grupos no me parecía mal plan y le asentí a Leera; que unos sean los exploradores y los otros sean los custodios de nuestras pertenencias. Empecé a gesticular con la mano que tenía libre, señalando a Shinji y luego a mi y repitiendolo un par de veces; lo que intentaba decir es que yo prefería irme a la posada con él y los que quieran venirse. Yo como que no sería muy útil a la hora de recabar información... sobre todo si dejase el portátil en la posada para que no puedan apostarlo contra mí.

- ¿No preferís hablarlo en la taberna? Al menos así ya conoceréis el camino y podríais dejar algunas cosas antes de ir a investigar... -Mascullo cauto y a media voz-

Miro al resto y me vuelvo a unir al grupo, tras ver que ando muy separada del esto.

-Creo que lo más apropiado sería que todos dejáramos nuestras cosas en la posada y una vez hecho esto que dos personas hagan guardia-. Decía mientras ocultaba su espada bajo la gabardina -Aunque quizá hemos de enfrentarnos a algún tipo de esos abusivos y seguirlos hasta donde sea su cuartel-. Pensaba un momento -Aunque suponiendo que la posada se seguro y sepamos que no pueden robarnos nada, podríamos separarnos en grupos de 2 y uno de 3.

Me quedé un tiempo pensando escuchando a los demás de fondo y mirando a uno de esos encapuchados y viendo que estilo de juegos retan a la gente para asegurarme de conocer a alguno de ellos.

Una vez hubiera analizado en la lejanía a estos individuos me volví y chasquee los dedos - Tengo una idea. - Dije bien alto para llamar la atención del grupo - Esa gente busca cosas de valor, por lo que puedo ver los vencidos dan su dinero y demás objetos, pero realmente las cosas de valor no son solo objetos, en el caso de que sea así no estaríamos obligado por las normas a dar nuestras pertenencias si lo que tenemos de más valor para nosotros es algún secreto - Dije delatando que ya tenía un secreto - O también - Miré a Kei - una deuda. Puede sonar un tanto loco pero... ¿por qué no provocamos que nos reten? Según las normas, el retado puede elegir el juego y las condiciones del mismo - Digo recordando mi juego contra Kei - Entonces si las leyes hacen la trampa, las de un juego también, solo tendríamos que idear la trampa dentro de las condiciones. - Luego frené para coger aire y rascarme la nuca

Puede que sea buena idea puede que no, igual incluso me equivoco y lo que piden son nuestras pertenencias, en cuyo caso también sería bueno que un grupo de nosotros guardara nuestras cosas a buen recaudo. Pero sinceramente yo tengo ganas de enfrentarme a esos tipos - digo sonriendo

-Se supone que los robos están prohibidos y que todo debe resolverse a través de los juegos, ¿no? Entonces dejar las cosas en la posada debería ser seguro. - murmuré pensando en lo que acababa de decir Kei. Después escuché las palabras de Shinji, que proponía un plan bastante más arriesgado: dejar que nos retasen a un juego, a propósito. Me crucé de brazos, pensativa. - En algún momento tendremos que jugar contra ellos, así que supongo que cuanto antes mejor, y si encontramos una ventaja en dejar que nos reten por mí adelante. Aunque... igual si no llevamos nada material y de valor encima no les interesa retarnos, directamente. ¿Deberíamos llevar algún tipo de cebo?

Tras observar a aquellos encapuchados y escuchar las propuestas de mis compañeros me animé a dar mi opinión. -El problema es que si, al no llevar objetos, nos piden alguna otra cosa que esté relacionada con nosotros mismos o bien que nos unamos a ellos. Creo que lo mejor antes de retarlos o provocarlos para ello sería investigar un poco más su forma de actuar, así podríamos estar preparados para cualquier imprevisto pues, después de todo, si son capaces de obligar a jugar quién sabe si pueden alterar los propios juegos. -Si bien no me negaba a enfrentarlos prefería hacerlo con algo de conocimiento que ir a ciegas y terminar lamentándolo después.

Mientras esperaba una respuesta continué observándolos, por fortuna parecía que estábamos en un buen sitio desde donde no podían vernos por el momento aunque seguramente no sería así para siempre. En todo caso tenía claro que prefería ir primero a guardar mis cosas antes que se las quedasen un grupo de gente que me obligaría a jugar sin mi consentimiento.

Venga, chicos, vamos a una taberna y luego vemos cómo actuar. Todos estamos de acuerdo en ese punto, ¿vale? digo, poniéndome en camino.