Partida Rol por web

Jones había escuchado demasiadas palabras de Ramsey , las suficientes como para sentirse un tanto enojado.

-Creo que será mejor esperar a nuestro poco agradable compañero salir de aquí y  charlar lo necesario lejos de los oidos y las bocas poco gentiles. Lauren, Lawrence, ¿desean esperar fuera a nuestro amigo Danton? Podríamos aprovechar el tiempo para discutir ciertas cosas.-

Enarco una ceja ante tanta falta de confianza, recriminaciones, y autoritarismo....

-Comprendido herr Brown.- Digo guardandome el numero en el bolsillo pequeño de los vaqueros. -Muy bien, me va ayudar a buscar al fotografo, o eso tengo que hacerlo yo?- La pregunto sin que quede a coña, solo quiero saber si me va a ayudar, o solo va a ser mi perro guardian.....

Ella tan solo te observa. -Usted se metió en ese problema solo Danton, con ayuda o no de sus amiguitos...- espetó con cierto tono indiferente que se filtró en sus palabras -y tendrá que salir por sus medios- cruzó los brazos. -Si es verdad que ha cometido semejante estupidez en el museo, ya recibirá su merecido, yo vigilaré que no siga quebrantando la ley del principado...- no se movió ni un ápice, la sensación de que su presencia en la audiencia había sido meramente ceremonial, se agudiza con sus palabras, aunque había cierto enigma en sus modos...

-... Si es usted quien dice ser- agregó tras una pausa silenciosa -y me ha estado buscando, espero que saber que una vez toda duda con respecto a usted se despeje podremos hablar de sus asuntos en Filadelfia con relación a su sire, sea motivación suficiente para no seguir actuando como un inconsciente- y se para férrea frente a ti.

Rienne miró a Ramsey de un modo directo y que denotaba atención total, quizás ira:

- Ramsey, no te confundas conmigo. No soy una neonata estúpida a la que puedas amenazar... No me subestimes. Si le pasa algo al mortal, no habrá Eliseo para protegerte de la justicia. Tu poder reside en cumplir las órdenes de nuestro señor, el Principe, no en extorsionarnos ni en atacar a mi ghoul. Y cuando todo esto se aclare y demuestre nuestra inocencia, veremos como siguen las cosas...

-Yo no me metí en ninguna situación en el museo, me metieron, que no es lo mismo....- Digo basrante ofendido por la clara duda hacia mi.

-Soy nuevo aqui, no conozco a nadie, no tenía motivos de matar a nadie. Además que la Toreador estuvo a mi lado en todo momento... Soy un Brujah, si hubiera pertenecido a ése complot para matar a alguien, lo hubiera echo yo, no actuaría en modo distración. Mis habilidades son para el combate, no para la diplomacia o el engaño....- Comento haciendola ver lo absurdo de su desconfianza....

-Eso espero, porque esta situación me esta cansando... Y no he actuado de forma inconsciente. Como he dicho, soy un huerfano buscando a su sire, nada más....- La digo sin dejar de mirarla a los ojos.

-Eso tendrá que probarlo- dijo Michaela. La figura esbelta y menuda de la vástago emanaba su propia aura autoritaria. Era una Brujah, pero parecía que esa pasión que la unía a los tuyos, estaba en la causa de Langley. Era curioso, alguna vez recuerdas haber oído a Jeremías hablar de los antiguos Brujah... de sueños perdidos y filosofías obsoletas, de como se diferenciaban de los de ahora. En ese momento, hace algunos meses ya, tuviste la impresión de que él conocía a alguno... o a más de uno.

-No tengo más asuntos que tratar con usted Danton- dijo mientras se quedaba observándote. De repente, tus pensamientos te abandonan, y la mirada de "Mika" te escudriña, y te empuja de forma soterrada, a que salgas de allí ya. -No olvide lo que hablamos- comentó mientras te seguía con la mirada.

Una Brujah con poder, una Brujah que parecía tan inofensiva a simple vista, una vástago antigua con esa actitud prepotente. Tantas preguntas. Y esa mujer, parecía tener la respuesta a muchas de tus preguntas...

-No lo olvido....- Digo a modo de despedida para la Srta Brown, salgo de ahí y me reuno con Lauren y Bernard. -Nos vamos? Habeis aberiguado algo de ése fotógrafo huidizo?- Comento de forma escueta, pues a ellos les gustará mi presencia, igual, o tanto más, que a mi la suya....

Lawrence susurra por lo bajo -Espere por favor... Lauren se ha molestado- dijo. Su tono tenía un aire servicial pero neutro, como un mayordomo que tan solo informa de los deseos o la situación de su amo. Luego se mantuvo en la postura seria y un poco letárgica de observar silenciosamente la conversación.

Horatio Ramsey da un paso, su sonrisa se borra de repente, supera a Lauren en estatura, ésta, ataviada informal, se enfrenta al guardián, el brillo de la luz oculta los ojos de Ramsey tras los lentes. La sonrisa del vástago se desvanece. La tensión aumenta de forma extraordinaria, y casi se podría decir que hablar, sería el equivalente a horadar aquel velo de inquietud sobre la sala en el Elíseo.

-Cuide su lengua, Rienne, no estoy para juegos con chiquillos rebeldes.. su tono no me gusta, y debo decir que no tengo la suficiente paciencia como para soportarle...- levantó un poco el rostro, luego miró al sire de esta. -Cramer, ponle el bozal a tu insolente niña, antes de que tengamos que sacar su tráquea del elíseo para que ella pueda quedarse acá...- dijo, del comentario divertido no quedaba nada, ahora había pasado a una seriedad absoluta.

Lawrence abrió los ojos y se acercó lentamente por detrás, pronunció en un tono conciliador, pero con cierta fortaleza -Lauren... basta ya- dijo, no como reproche, sino como consejo.

Danton reaparece, pero su pregunta parece resonar y morir en medio del ambiente tenso que él nota cuando llega a la sala. Bernard Jones está desde uno de los sofás observando la escena del centro. Lawrence Cramer está detrás de Lauren, y ésta, de pie, observa enfrentando su mirada a la de Horatio Cramer, quien está igualmente serio. Un tupido velo de mutismo recubre la sala, y no hace falta mucho seso para darse cuenta de que la situación no está para bromas o chistes.

Cramer se gira y te observa, Ramsey te dedica una mirada desde lejos y Jones hace lo mismo. Nadie parece querer moverse y las cosas parecían frágiles como para tener que lidiar con otro dilema más en las inmediaciones del santuario de Pax Vampírica.

Un trueno retumba lejanamente, nadie recuerda haber visto el relámpago brillante, y la lluvia golpeando contra las ventanas es la música de fondo que augura un destino incierto y duro para las criaturas de la noche...

-Venga Lauren, no tenemos toda la noche. Ya se acordó en el juicio que Cramer debería quedarse aqui. Si vosotros no os moveis ya, me iré solo...- Digo tratando de romper la tensión, aunque no es un vacile, pues empiezo a andar hacia la salida. Resonando el taconeo de mis botas de motorista en el suelo de mármol y el crujir del cuero y el tintineo de las cadenas acompañan como una banda sonora mi inminente marcha....

De mi bolsillo saco otro cigarro igual de arrugado que el anteriór y me dispongo a alisarlo para encendermelo fuera del Elíseo.

Bernard suspira y mira a Danton buscando complicidad.

-Lo mejor sería irnos los mas pronto posible, tienes razón. Lauren, vamos afuera, el serñor Ramsey seguro tendrá mucho que hacer.-

No podemos ir donde se hizo la fiesta. La anfitriona seguro nos degollaría, quizás volver donde encontramos el cadaver. Estabamos tan tensos que lo único que hicimos fue ocultarlo. Espero que nadie haya tocado el auto.

Lauren asintio:

- Bueno, Ramsey, lo mejor será que hablemos lo menos posible. - Miro al resto.- Es hora de irnos, tenemos trabajo, nos pondremos ya en marcha... Maestro, perdona mi caracter - Dijo a Cramer.

Horatio asintió -Bien, empiece callándose usted- dice mientras, ante la decisión unánime de abandonar el Elíseo, se apresta a llamar al ascensor. De nuevo aquel silencio incómodo, pero ninguno de los presentes parecía tener demasiada disposición a discutir algo frente al guardián del Elíseo. Las puertas metálicas se abren, y él primero en ingresar es el molesto guardián. Luego Lauren, seguida por su sire, Lawrence, luego ingresa Bernard y finalmente Danton. Lauren se acomoda en el extremo más lejano a Ramsey, a su lado se hace Cramer, Jones queda en la mitad y Danton no tiene problema en estar junto al sujeto.

Las puertas se cierran, la llave se introduce y el ascensor comienza a bajar. Jones está en el medio de todo aquello, con semblante pensativo y algo suspicaz, Danton parece algo fastidiado, y Lauren no disimula su desagrado. De fondo, el sonido del mecanismo del elevador es lo único que se deja oír, nadie respira, nadie mueve un solo músculo. Se abre finalmente la puerta y la recepción queda a la vista, afuera, un verdadero temporal azota las calles de Filadelfia.

Todos caminan fuera y Horatio da un paso, quedándose frente al ascensor. Saca un cigarro y lo enciende. -Nos veremos nuevamente- dijo, más pendiente de su pitillo que de los cuatro que se van. El recepcionista lanza una mirada prevenida y todos se acomodan frente a la puerta. Cramer se adelanta y la abre, y espera unos minutos, hasta que uno de sus hombres aparece con una enorme sombrilla. -¿Que harás Lauren?... quieres que te acompañe- pregunta mientras se pone bajo el paraguas y mira a los demás. El auto de Lauren espera vacío bajo la lluvia, y el ensordecedor sonido del aguacero parece hacer todo lo posible por ahogar la voz del vástago.

Lauren intentó sonreir y negó con la cabeza:

- No sería bueno, recuerda lo que nos han dicho, pero necesitaré fondos suficientes... Tengo algo en mente.

A los pocos segundos pareció pensar en algo:

- Iremos a mi mansión, tengo algo que hacer allí que nos ayudará... Siganme al coche, mi chofer nos lleva.

-Horatio, dónde me recogisteis? en qué callejón?- Le pregunto claramente dudando de dónde coño esta mi moto, pues en ese callejón la dejé aparcada...