Partida Rol por web

El bárbaro pasó lo más silenciosamente que pudo tras Kaddok, sosteniendo su hacha con las dos manos y tratando de que no tintineara contra alguna mesa o saliente. Se dirigió hacia el pasillo este, parándose justo antes de asomarse y apoyando la espalda contra la pared.

Lentamente volvió la cabeza para mirar por el pasillo, asomándola lo justo para poder ver con un ojo.

Grygory sabia cuando cerrar la boca. Bueno, esa afirmacion tampoco era cierta al 100%, pero por esta vez si. Permanecio en silencio cerrando el grupo, mientras se cercioraba de que su ballesta estaba de nuevo cargada.

- Dejame echar un ojo a eso - le pidio a Lapidus que le dejara echar un ojo a las herramientas de ladron.

Camlo sigue los pasos de Galstak

Las herramientas de ladrón no eran mágicas, pero sí de excelente calidad. Por eso el enano no había visto nunca unas parecidas, porque él siempre se había apañado con un equipo de herrameitnas viejas y herrumbrosas.

Kaddok no escuchó ningún ruido procedente de las puertas al sur.

Seguido de Camlo, Galstak se adentró en el pasillo que se abría hacia el este y que terminaba en una ventana que daba al exterior, con las cortinas echadas y dos puertas, una al norte y otra al sur del pasillo.

Galstak sonrió al brujo mientras se llevaba un dedo a los labios, pidiendo silencio. Luego avanzó por el pasillo tan silenciosamente como pudo, y cuando llegó a la altura de las puertas indicó a Camlo la puerta sur mientras él pegaba la oreja a la puerta norte...

Lapidas entro en la habitación buscando un sitio desde donde tuviese controladas todas las puertas. Permaneció atento mientras kaddok escuchaba en la puerta norte

Camlo siguió las indicaciones del gigantón.

Se acercó a la puerta sur y pegó la cara y la oreja a la madera.

Kaddok vio como se marchaban algunos de sus compañeros por el pasillo, tras dudarlo unos instantes abrió la puerta derecha de las que estaba mirando, ya que estaba bastante convencido de que no habría nadie al otro lado.

Ni Camlo ni Galstakk escucharon ruido alguno procedente de detrás de sus respectivas puertas.

Kaddok abre la puerta y se asoma a un largo pasillo que continúa hacia el sur y gira hacia el oeste después de unos metros, con dos puertas situadas en esa misma pared oeste.

Camlo abre la puerta ante el

Antes de que Camlo abriese la puerta, el Varissio arrojo las herramientas a Lapidus.

- Toma, quedate estas. Son mucho mejos que las que tienes... para empezar no estan oxidadas...

Vaya, muchas gracias Grygory, espero que no pretendas que te las pague en carne, jajajarfarf...

La risa del enano se vio interrumpida por una columna de mocos que escaparon de gran nariz. Con un gesto de la mano se quito los mocos de la barba como pudo y los arrojo con fuerza al suelo. Dicho esto guardo el paquete de herramientas entre sus pertencias.

Camlo abre la puerta y se asoma a una cocina donde los trabajadores preparaban sus comidas. La sala está totalmente desordenada, con los cacharros tirados por el suelo, así como restos de comida desperdigados por todas partes y sobras pegadas a las paredes. Claramente los goblins estuvieron aquí buscando algo que comer. Una ventana en la pared este da a la calle, aunque está cubierta con una gruesa cortina.

Kaddok cierra la puerta del pasillo, y abre la puerta que tiene al lado. 

Kaddok se asoma a una amplia habitación con una ventana en la pared este cubierta con las cortinas. Hay ocho camastros: cuatro en la pared este y cuatro en la pared oeste, todos en distintos estados de deterioro. Hay salpicaduras de sangre en las sábanas y las paredes, pero no parece haber presencia de cuerpo alguno.

Grygory seguia con los ojos abiertos.

- Lapidus, deja de gandulear y echa un ojo por aqui - dijo señalando la habitacion de los ocho camastros.

Lapidus lanzó una sonrisa fugaz al bardo, y se puso a registrar entre los camastros mientras maldecia a los sucios goblins

No hay nada en la habitación digno de mención o que sea de algún valor. Los trabajadores eran claramente humildes y entre sus objetos personales, o por lo menos entre aquellos que no han sido destrozados por los goblins, no hay nada que merezca la pena ser guardado.

Kaddok fue a la otra zona de la habitación mientras su compañero revisaba el cuarto con las camas. Se paró en la puerta y esperó unos instantes.

Galstak se encogió de hombros mirando hacia Camlo. Luego probó a ver si estaba abierta su puerta para echar un vistazo rápido dentro...