Partida Rol por web

- En realidad querida no trabajan para ti ni para el señor Karzoug.- Apuntó Lucien divertido como si aquello fuese alguna especie de juego.- Son asociados externos de mi pequeña organización, independientes pero auspiciados.

- Si, si.- Dijo Lukke cuando ella iba a hablar.- Me consta que es territorio de Shalast, pero es una operación estrictamente de autóctonos, aunque tengan cierta pequeñísima relación con Eurythnia. Ya hay antecedentes de casos así...- dijo Lukke como tratando de recordar algo que a buen seguro sabia perfectamente- Y los dos de tu propia satrapía. Es más la operación de tu jefe en Janderhoff sigue en marcha ¿No?

- Pero no es necesario discutir de esto ahora, después de todo en parte por eso estas aquí ¿No? Y te aseguro que no quiero acaparar. Es más me encantaría si pudiésemos compenetrarnos.- Dijo el anfitrión acercándose a la shalasti, mucho, y posando su mano con delicadeza, pero con precisión justo en la frontera del decoro, en su espalda.

- Y supongo que alguno ya os habréis preguntado por que esta belleza en concreto ha sido invitada a la comida.- Dijo acercándose a la obispo y cogiéndole la mano con delicadeza y besándosela. Cosa que le divirtió aunque por su mirada parecía que ella tampoco sabia que hacia allí, aunque parecía de las que les gustaban las sorpresas.

- Laori es una buena aliada y amiga de los tiempos de la resistencia, y recientemente he estado ayudándola a desentrañar algunos detalles de su pasado.- Explicó el joven que había pasado un brazo por sus hombros al parecer con la agilidad suficiente para evitar los pinchos (o quizás sencillamente no le importasen), y aunque la mirada de la elfa se endureció no lo hizo su sonrisa.

- ¿Sabias Seltyiel que el padre biológico de Laori fue Seren, conocido entre los elfos como Serenishiel y en Puertoenigma como Seren ¨la Víbora¨?

- Lukke querido ¿No te han dicho nunca que alguien acabara haciéndote mucho daño si no te espabilas a entender el concepto de “no es tu puto asunto”?- Replicó con contundencia la elfa, aunque en un tono tan risueño como su rostro (cosas que curiosamente os resultaron espeluznantes en ese momento), pero sus ojos no se desviaron ni un ápice de Seltyiel.

- Mi consorte y mi prometida, aunque normalmente con términos más explícit…- Comenzó a decir el muchacho confundido antes de que una colleja y un tirón de su prometida lo apartase de escena.

Selt se queda mirando a Lukke por un momento, sorprendido. Luego desvía la mirada hacia Laori.

-¿En serio? ¿No es una broma de dudoso gusto? -Selt se queda mirando a la sacerdotisa, escrutando sus facciones.

-Seren era mi padre, así que supongo que eso nos convierte en hermanastros… -le dice a Laori, divertido, tras recuperarse de la sorpresa. Aquello no significaba demasiado para él, pero desde luego era curioso-, no sabía que tuviera medio hermanos -dice divertido.

Era posible, tenía que admitirlo. Ninguno de sus dos padres había creído en la monogamia, y era posible que su padre hubiera considerado que el control de la natalidad recaía en su pareja. Las elfas solían ocuparse de eso por su cuenta.

-¿Quién fue tu madre, Laori? ¿Cómo acabaste entregándote a ese… a tu dios?

Marcus evaluó a Talith a la vez que la joven estudiaba a Selt y a él mismo. Era evidente que era una mujer inteligente… Muy joven para ser una maga de tanto poder como aparentaba. Se preguntó cuál sería su poder mágico real, pero estaba claro que su poder e influencia políticas, bajo el ala de Karzoug, eran enormes.

El aire de seguridad y suficiencia que desprendía era más que de sobra para derribar una muralla. Marcus sonrió. El comentario de que trabajaban para ella ensanchó la sonrisa en el rostro de Marcus.

Después de todo él y Selt trabajaban con ahínco para que Karzoug no arrasara Puerto Enigma. Ya sabían ellos de sobra que Puerto Enigma debía mantener un perfil bajo si no querían que Karzoug la arrasara. Y, fuera justo o no, la verdad es que no podrían hacer nada por impedirlo.

Esa sensación de impotencia no era nada agradable para el explorador. Pero se distrajo enseguida de tan funestos pensamientos cuando el duendecillo hizo su aparición.

- Pues he estado viajando bastante, de acá para allá. – Respondió el explorador a la pregunta de la maga. – No me gusta permanecer mucho tiempo en el mismo sitio y no me gusta que me localicen con facilidad. – Admitió con una sonrisa. Su nombre no era muy conocido salvo en escasos círculos bastante cerrados. Además casi nunca usaba su apellido por lo que conocer a un tal Marcus, guardia de caravanas o guía de bosque, no era un asunto sencillo. Ni siquiera de oídas.

El explorador sonrió. Recordaba a Shalelu. Si había goblins de por medio allí estaría ella. Tenía cierto… rencor por llamarlo de alguna manera contra esas criaturas.

- Por supuesto. – Respondió a la invitación. – Cuando vuelva a pasar por Cala Arenosa o Magnimar procuraré hacéroslo saber. – Afirmó con una sonrisa. Podía ser divertido conversar con esa mujer en otras circunstancias y no estando rodeada de tanta tensión política.

Los ojos de Marcus se posaron de nuevo en el duendecillo. – Encantado Sylash, es un placer. – Saludó también. El sentido del humor del duendecillo le hizo mucha gracia al hombre. Marcus no pudo evitar sonreír ampliamente ante el guiño del duendecillo, y le respondió de forma cómplice susurrando, pero un tanto descarada para que todos pudieran oírlo: - Créeme, lo sé. –

Llevaba suficiente tiempo con Naewen como para saber que los magos podían ser los seres más inteligentes del mundo, pero los más despistados también, sobre todo si se les metía algo entre ceja y ceja, eran incapaces de ver más allá del objeto de su “obsesión”. La curiosidad innata de Naewen era buena prueba de ello.

Cuando Lucien intervino Marcus agradeció no ser él el que tuviera que explicar que no trabajaban para Talith, ni para Karzoug… ni para nadie en general. De momento estaban asociados con Lucien, y compartían objetivos comunes… por lo que visto desde fuera podría decirse que trabajaban para Lucien. Cosa que no molestaba a Marcus. Pero que lo asociaran directamente bajo el mando de uno de los Señores de las Runas… y no uno cualquiera precisamente… No. Prefería que no.
Y entonces llegó el momento revelación de aquella reunión. Marcus abrió un poco los ojos pero no dejó que la sorpresa asomara a su rostro. Miró alternativamente a Laori y a Seltyiel… y luego se centró en Lucien.

¿Por qué alguien como él se molestaba en averiguar el pasado de la elfa? ¿Habría sabido de antemano que compartía padre con Selt? Marcus desconocía la opinión que tenía Seltyiel sobre su padre… y conocía muy poco acerca de si había mantenido algún tipo de relación con él. Selt no solía ser de la clase de tipos que hablaban mucho de sus sentimientos o infancia, y menos aun cuando había pasado tanto tiempo… Pues al no ser humano, décadas o puede que siglos fueran los que les separaban desde la fecha en que Selt se independizara de su familia.

El explorador se preguntó si su amigo estaría bien. No dijo nada y se mantuvo aparte en esa conversación, pero el hecho de que tuviera una hermana, o hermanastra, y que Selt no lo supiera era algo de lo más sorprendente.

Ahora con más curiosidad, Marcus procuró buscar rasgos similares en las facciones de ambos.

-Supongo que por responsabilidad compartida no me queda otra que aceptar el "nosotros", pero lo cierto es que mi señor no me informó a tiempo de su operación en Puerto Enigma -dijo Talith, y por un momento pareció algo molesta-. Estaba realizando un trabajo diplomático en otra parte y revisando algunos de los efectivos materiales de la satrapía cuando eso sucedió, y parece que hubo un pequeño desliz de comunicaciones. Si se me hubiera informado hubiera desaconsejado llevar la operación de ese modo, pero mi maestro y el primer aprendiz… yo soy su segunda aprendiza… tienen unas ideas de actuación bastante anticuadas. Cosas de cómo era el mundo antiguo. En los viejos tiempos parece que no miraban demasiado ciertas repercusiones colaterales.

La joven se encogió de hombros. -Estoy tratando de enseñarles otra forma de hacer las cosas, y por el momento he logrado mucho, aunque no lo creáis a juzgar por esa actuación reciente. Pero Magnimar no se construyó en un día, y esto no es muy diferente. Cuando no estoy allí para aconsejar a mi señor, tiende a tomar decisiones muy al estilo de los viejos tiempos. En cuanto a qué pretendía mi maestro, creo que es obvio. Recuperar los efectivos humanos de la satrapía es urgente, y Shalast no tuvo demasiado tiempo para prepararse antes de la Caída, de modo que tiene a muy pocos aptos en estasis. La especialidad de mi maestro es la cronomagia, así que haz cuentas. No es pequeña hazaña precisamente traer a siete de los talentos de la satrapía desde tan lejos, temporalmente hablando.

Talith suspiró. -No puedo prometer que no habrá más activaciones de la Puerta Críptica, porque la satrapía sigue necesitando gente. Pero os aseguro que intentaré que se realicen de una forma en que las repercusiones colaterales no vuelvan a cobrarse vidas inocentes.

La maga sonrió ante el comentario de Seltyiel de que creía que sólo se habían puesto en hibernación a mágicos. -No es así exactamente, aunque es verdad que eran los talentos más valorados en el mundo antiguo, y más porque los mayores depositarios de conocimientos también solían ser de esos tipos. Pero no, no se puso a ningún mezlan en estasis, porque no era necesario. Los mezlan son extraordinariamente resistentes y pertenecen a las castas de los inmortales, de modo que la edad tampoco les afecta demasiado. La mayoría de los mezlan que han sobrevivido hasta hoy en día entraron en su propia… versión del estasis. Pero eso que lo explique el mezlan Azgarnor si quiere.

Talith inclinó la cabeza ante Azgarnor, con cierta admiración, aunque pareció encantada de discutir cuando Lucien se puso peleón.

-Sí, mi buen Lukke, entiendo lo que dices, y no me refiero a que sea su jefa en plan de ponerme mandona y a dirigir todo lo que están haciendo. -La maga dirigió una mirada socarrona a Lucien, como si algo de esa frase fuera una broma entre ambos-, pero sí en el sentido de que voy a tener que supervisar vuestras actividades allí, porque nos guste o no, he sido yo quien ha convencido al señor Karzoug de no tomar el control directo de la ciudad, y si hacéis algo que no le gusta, voy a tragarme yo las culpas y el resto de la mierda volará hacia vosotros. Así que mejor miramos de llevar nuestras actividades de forma coordinada y escucharéis mis consejos y advertencias. Después de todo, si un señor rúnico está aguantando su inmenso orgullo y soportando que una cría le dé consejos, estoy segura de que vosotros podréis soportar también algo en ese sentido.

Talith levantó un dedo, como deteniendo la réplica de Lucien. -Y, nos guste o no, sigue siendo territorio de Shalast, lo que es lo mismo que decir que propiedad de Karzoug, así que él sí es el jefe allí, aunque yo técnicamente no lo sea vuestro, y a decir verdad, tampoco quiero serlo. Aceptad eso y todos seremos más felices. Por el momento he conseguido la autonomía de Puerto Enigma. Mi idea, que mi maestro ha aceptado, es que las ciudades de esta era sigan siendo independientes en cuanto a economía y política, pero rindan un impuesto a la satrapía. Habida cuenta que ese impuesto va a compensarse muy pronto con las otras cosas que Shalast va a exportar, creo que al final todos acabaremos ganando. Y siendo realistas los antiguos no necesitan mucho espacio. Ni siquiera son suficientes para llenar la capital. Con el tiempo todas las ciudades verán la ventaja de unirse a Thassilon, estoy segura de ello. No se puede decir que Varisia rebose de civilización y alta tecnología precisamente. Esperemos que para entonces Thassilon haya aprendido también de los valores de esta era.

La joven se encogió de hombros. -Sabes que siempre procuro que en los tratos que realizo todos salgan ganando algo, Lucien. No me pongas las cosas difíciles, por favor. Ya tengo bastante con el orgullo de los dragones y la estúpida terquedad de los gigantes.

Talith se quedó muy quieta, sorprendida, cuando Lucien posó la mano en su espalda. Se ruborizó ligeramente, como si no estuviera acostumbrada a aquellos juegos, que parecían comunes en eurythnia.

-No seas malo, anda -protestó, aun ruborizada, aunque sonrió al korvosano con una mezcla de indulgencia y timidez-. Y sí, esa operación en Janderhoff sigue activa, pero sabes perfectamente lo que quería decir, so malvado.

Talith recuperó el aplomo rápidamente y se volvió hacia Marcus y a Seltyiel. -Sé que como nativos de Puerto Enigma tendréis muchas objeciones a la idea de que mi señor sea el dueño de vuestra ciudad, cuando su mandato terminó hace once mil años, pero hay que ser realistas. Tiene un ejército enorme, tiene magia con la que no podéis ni soñar, y entrar en guerra sólo creará miseria. El momento de detenerle ha pasado, tuve la oportunidad de hacerlo antes de que saliera del todo del Oj… de su refugio de estasis… pero no lo hice por ciertas otras razones prácticas. Ahora que está fuera de su refugio no es que sea invencible, pero es poderoso, muy poderoso, y no creo que Varisia por sí sola pueda hacer nada práctico contra él. Así que es mejor, mucho mejor, encontrar un punto intermedio donde todos podamos ganar algo. Puerto Enigma puede conservar su independencia y va a ganar mucho con el comercio con Shalast.

Talith añadió, con énfasis: -Aunque no creáis que no agradezco lo que estáis haciendo con esa ciudad. Tal y como es actualmente, un nido de piratas sin ningún amor a ninguna ley, no tenía futuro. Lo único que podría pasar si continúa siendo así es que mi señor la convierta en un agujero humeante la primera vez que le roben algo, o que envíe allí al ejército y esclavice a toda la población. Y que haga una cosa o la otra depende tan solo de lo muy cabreado que esté cuando tome la decisión. Así que, sí. Buen trabajo y seguid con eso.

- Azgarnor esta bien. Esto no es la corte, aunque hayan aquí bastantes aprendices reunidos como para que fuese una conversación formal en los viejos tiempos.- Comentó el mezlan antes de añadir espondiendo a Seltyiel.- Mezlan es tanto un título como un descriptor de lo que soy.

El mezlan se había mantenido apartado de la escena pero sin perder detalle de todo y de todos. Silencioso pero cauto. Parecía haber en ello más de costumbre que de su autentico carácter, aunque resultaba muy difícil leer nada en aquel hombre. Aunque si que os disteis que pareció desaprobar el acto de Lucien de tratar asuntos privados en “público”.

- Será un placer entrenar contigo.- Respondió a Marcus divertido al parecer por su elección del termino “conversar”.

Lucien se dirigió a la representante de Shalast buceando en una curiosa mezcla de carisma negociador y correcta seducción (jalonado por más de un avance nada suave ni sutil).

- Se que no te refieres a eso Talitha.- Respondió Lukke a la maga con una sonrisa y apartando la mano de su espalda con un suspiro de pesar.- Pero ellos no. Los agentes externos en este tipo de operaciones suelen ser tímidos y desconfiados por naturaleza, no me los asustes.

- En cualquier caso no creo que haya que ponerse tan “proteccionista”. Hagan lo que hagan la ciudad mejorara a ojos de tu señor, y te aseguro que ni él encontrará nada reprochable en mis vínculos con la ciudad. Simplemente pretendo echarte una mano…- Dijo mirándola con intensidad.

- En cualquier caso dales tiempo. Tienes trabajo de sobra para posponer la revisión de esa ciudad (que además os conviene retrasar no sea que alguien os relacione con el desastre de los criptarcas). Te aseguro que a ninguno nos interesa tener un ejercito de piratas en pie de guerra. Y aunque destruir Puertoenigma sería sencillo te aseguro que una vez desperdigados puede tardar décadas en recuperar el control de la bahía.

- Y si, se que lo sabes. Pero aun así tienes que suavizar un poco ese delicioso ímpetu tuyo. Como decía los agentes externos son criaturas tímidas por naturaleza hasta que han cogido confianza.

Sin embargo Lucien parecía bastante más perdido con los asuntos personales. Resultaba curioso como alguien que parecía gustarle ir adelantado a todo podía perderse precisamente en un punto tan obvio como ese.

- Tenía que avisarles a los dos a la vez Illy, no habría sido adecuado hacerlo de otra forma.- Dijo a su prometida en voz suave pero audible aun sobre la tensión que se respiraba entre Laori y Seltyiel y la reprobación de Illyria.

- Pero deberías haberlo hecho en privado Lucien.- Replicó la muchacha suavizando mucho su tono de repente como si ahora en vez de enfadada con su prometido sintiese pena por él.

- ¿En privado? ¿Por que?- Preguntó el joven korvo sorprendiéndoos a todos con la que sin duda era la mejor actuación que habíais visto nunca o una genuina muestra de la mas estupefacta confusión.

Y Laori sorprendió a todos perdiendo de repente toda la tensión y la hostilidad en una risa franca, cantarina y desatada que no tenía nada de la “suavidad” élfica.

- Ah Lukke, por eso me caes tan bien.- Dijo la elfa dándole un par de palmaditas al muchacho en la espalda antes de añadir en un tono… complejo.- En cierta manera estas aun más roto que yo.

- Mi madre era una esclava. Yo nací esclava hasta que escape, y fui una rata de la calle atormentada hasta que “ese”, que es mi dios, me liberó.- Explicó Laori llanamente a modo de resumen a Seltyiel.

- Sinceramente no se que se esperaba Lukke de esta reunión “familiar”, pero en lo que a mi concierne tu y yo solo compartimos un poco de fluido desechado de alguien a quien nunca he conocido.- Indicó la elfa para dejar las cosas claras y al parecer sin siquiera dudar de la información de Lucien.

El comportamiento de Lucien no dejaba de sorprender a Marcus. Se parecía bastante en cuanto a carácter a Seltyiel… pero a la vez eran tremendamente distintos. La actitud de ambos para con las mujeres era… descarada, pícara, rayando el límite del decoro. Marcus sonrió. Podía entenderles y de hecho, esa actitud les funcionaba muy bien en la mayor parte de las ocasiones. Pero claro, todo dependía de lo que buscara cada uno. Y algo así no era lo que buscaba el explorador.

La leve y claramente fingida protesta de Talith no hizo más que confirmar a Marcus que Lucien podía haber conseguido mucho más… casi diría que cualquier cosa que quisiera, de aquella mujer… si hubieran estado más en privado.

La felicitación por el trabajo realizado con Puerto Enigma no era más que un formalismo… pero a Marcus le sirvió. Como mínimo habían ganado tiempo para la ciudad, y aunque era cierto que era un nido de criminales y piratas, Marcus le profesaba cierto cariño. No en vano era lo más parecido a una civilización en que se había criado… aunque hubiera pasado más tiempo en el bosque que en la ciudad.

La intervención de Azgarnor pilló por sorpresa a Marcus, que creía que el mezlan había permanecido ausente de la conversación. Sonrió y asintió a modo de agradecimiento. La verdad es que sólo tenía pensado hablar y preguntarle algunas cosas al guerrero, pero si accedía a entrenar con él, no sería Marcus quien se opusiera. Seguro que le venía bien aprender algún truquito de uno de los mejores guerreros que el mundo jamás hubiera conocido.

La explicación posterior de Lucien a Talith pareció ser suficiente para la mujer. Marcus optó por no decir nada más. Él y Seltyiel eran agentes externos… según la definición del propio Lucien. Y sí, en teoría eran independientes tanto de Lucien como de Talith y su Señor… pero todos sabían que en la práctica, de un modo u otro, sus actos acabarían supeditados a alguien. Así era el mundo y a Marcus no le gustaba, pero tenía que vivir en él.

Lo reflexionó unos segundos mientras la conversación continuaba y decidió que haría lo que pudiera por echar una mano a Puerto Enigma. Y en cuanto Seltyiel y él tuvieran todo bien organizado y las cosas comenzaran a funcionar… lo dejaría. Regresaría a una vida más apacible en el bosque, lejos de las políticas, maquinaciones e intrigas. Y lejos de magos de civilizaciones antiguas con ínfulas de grandeza y ansias por ser dioses sobre la faz de Golarion.

No, aquella vida no era para él. Aunque con el resurgir de todos aquellos imperios antiguos el mundo entero iba a cambiar… y Marcus no sabía si podría mantenerse al margen.

Miró por un momento a Air’his. La druida no había abierto la boca desde que habían llegado. Quizá estuviera incómoda en presencia de tanta gente de costumbres tan distintas. Quizá estuviera rabiando por dentro porque nadie parecía respetar a la Madre como ella la llamaba. O quizá simplemente se dedicaba a observar y evaluar. Dado su, habitualmente, brusco carácter, Marcus temía el momento en que la semi-orca se dignara a tomar la palabra.

Aerilaya se sorprendió ante la relación de parentesco de Seltyiel con Laori. ¡Mira que le gustaba a Lucien sorprender a la gente! Les miró para ver cómo se lo tomaban, pero parecía que, más allá de la sorpresa, ambos se lo tomaban con más pragmatismo que otra cosa. Valores humanos, claro. En la cultura élfica la familia importaba, importaba muchísimo. Pero tanto Seltyiel como Laori eran Perdidos.

-Bueno, Laori. No es lo mismo que si hubierais compartido vuestra infancia juntos, pero algo sí significa. Es un vínculo, aunque no queráis desarrollarlo. ¿No querríais saber ambos algo más de vuestro padre? -opinó Aerilaya, que seguía conservando ideas muy fuertes de lo que significaba la familia-. ¿Qué fue de tu madre, Laori, si puedo preguntarlo?

Se preguntó qué clase de hombre había sido el padre de ambos. ¿Por qué le habrían exiliado de tierras élficas? O quizá fuera él quien decidiera marcharse. Tal vez podría hacer algunas pesquisas cuando visitara Kyonin, aunque no sabía si a Seltyiel le gustaría que lo hiciera. Él le había dicho camino a Puerto Enigma que no conocía la razón del exilio de su padre; quizá quisiera dejar el asunto como estaba.

Aeradhen… era aquel un antiguo linaje, tanto como el Mistivvin. No estaban relacionados directamente con la nobleza, pero había algunos Aeradhen ocupando puestos importantes. Sí… era curioso que ese tal Serenishiel hubiera sido expulsado. Aunque a juzgar cómo eligió ganarse la vida, debía ser un elemento de cuidado. Aerilaya reconocía sus propias culpas en las acciones atroces que ella misma había cometido, pero al menos se había alejado radicalmente de ese tipo de actuaciones en cuanto había tenido la libertad para hacerlo.

Por un momento se sintió deprimida, como siempre que pensaba, aunque fuera sólo de refilón, en su siglo perdido. Pero luego se obligó a centrarse en la conversación.

Talith se estaba mostrando contundente, y eso era evidente que incomodaba a Marcus. Naewen no la conocía demasiado, pero sí lo suficiente pasa saber que ésa era su forma de actuar. Era muy lanzada, muy decidida, como si temiera que no la respetasen si actuara de otro modo. Aquello era típico de los niños que se habían visto catapultados al mundo de los adultos demasiado pronto, ya que en tal caso o eran retraídos o tímidos, o desarrollaban aquella resolución arrolladora como método de compensación. Y su posición actual como uno de los poderes de Shalast no le hubiera permitido otra forma de actuación.

Naewen no envidiaba su posición. Karzoug no era Kusasfa. Ella no conocía personalmente al señor rúnico de la avaricia, pero todo lo que había oído hablar de él le llevaba a pensar que era un hombre egoísta y tiránico, mucho menos razonable que Kusasfa. No obstante, Naewen entendía la decisión de Talith, que, en contra de lo que creía la gente, había tenido poco que ver con ambición y ansias de poder personal, y más en razones pragmáticas. Por poco capacitado que estuviera el mundo para entender el pragmatismo de esa decisión.

También se preguntaba cómo llevaría portar la runa de Shalast. La de Eurythnia ya había resultado una dura carga para la mente, no quería ni imaginar lo que sería sentir la influencia de la runa de la avaricia. Talith no parecía pegar demasiado con ese vicio, aunque de vez en cuando tenía unos arranques dignos de una urraca. Pero aun así… Naewen no se sorprendió cuando Talith se lamentó de la inminente pérdida de sus propiedades magnimarianas. Naewen sabía que Talith tenía riquezas y propiedades de sobra, pues otra cosa hubiera ofendido la dignidad de su maestro, pero era inevitable que la influencia de Shalast se hiciera notar en ella. Confió en que la runa no acabara deformándola.

-Talith, lo que tu maestro hizo en Puerto Enigma fue despreciable. Pero sí, sé que haces lo que puedes y que has conseguido mucho. Que Puerto Enigma y Kaer-Maga vayan a conservar su independencia política es una gran concesión por parte de tu maestro. Ah hola, Sylash -Aerilaya sonrió al pequeño celestial cuando éste hizo su aparición. Sylash encajaba curiosamente bien con Talith. El ajeno de Desna era terriblemente hiperactivo y optimista, lo que complementaba bien a una persona tan activa pero pragmática como Talith.

No obstante, Aerilaya miró severa a Lucien cuando éste hizo varios avances descarados en dirección a la joven. No lo veía bien, era un avance demasiado descarado para tener como objetivo a una muchacha sin experiencia. De acuerdo, Talith era joven, pero no tan joven que Aerilaya pudiera entender cómo había logrado llegar a esa edad sin conocer aun a un varón, pero tanto para criterios élficos como eurythnios era tosco entrar así de directo a alguien no preparado. ¡Aquel Lucien! ¿No había logrado aprender nada sobre los jueguecitos de entradas e insinuaciones previos a aquella fase? Ah, era alguien tan competente en tantos campos y tan ocupado con trabajos de envergadura, que era fácil olvidar lo joven que era. Joven, y en algunas cosas, excesivamente inexperimentado. Como la torpeza de soltar el parentesco de Seltyiel delante de todos…

La runa estaba volviendo a despertar; la energía que le había pasado el señor Olhas no había sido suficiente para dejase de incordiar el resto del día. Aerilaya se frotó distraídamente la runa, incómoda, en un vano intento de calmarla. Tenía que reconocer que echaba de menos cómo la hacía sentir cuando la runa estaba enteramente energizada. En aquel momento se sentía semi-embotada en comparación a cómo se sentía cuando la runa estaba llena, pero a pesar de la ausencia de aquella claridad de percepción social, Aerilaya se dio cuenta de la incomodidad de Marcus.

Le cogió una mano en ademán consolador. -No pienses eso, sea lo que sea que estés pensando -le dijo, con empatía y cariño. No sabía qué era exactamente, pero reconocía lo que era sentirse desplazado y no encajando en un lugar. Sí, lo sabía muy bien, porque ella nunca había encajado en ningún sitio, ni siquiera en Kyonin-. Ahora tienes amigos, sabes.

Aerilaya dijo esto en voz baja a Marcus, aprovechando que los otros estaban distraídos con el debate entre Talith y Lucien. Vaya dos, a ambos les encantaba discutir. Lo cierto es que hubieran hecho una buena pareja, si las circunstancias hubieran sido diferentes.

Antes del salon

El encuentro con Lucien fue un poco tenso, seguia en sus pensamientos el momento en que secuestró a su "hermana alada" en puerto enigma, era algo que no le perdonaría jamas, no solo porque era su hermana, sino tambien porque consideraba algo horrible y deleznable robar la libertad (aunque fuese unas horas) a un ser con el don de volar. Pero es cierto que al llevarnos a su casa y conocer a su "familia" la hizo suavizar el gesto. Comprendió que solo era un hombre que trataba de sobrevivir.

El jardin de la casa le aprecio encantador y descubrio flores nunca vistas, estuvo absorta contemplandolo durante largo rato y disfrutando el aroma de la escasa naturaleza que asomaba en la casa. Pero cuando hicieron las presentaciones se sereno y saludo a todos los que le ponian delante.

Durante toda la conversación se mantuvo callada, queria aprender de todo lo que decian, del tipo de sociedad que estaban creando, de la magia que imperaba en la ciudad, de su cultura y costumbres (ya habia aprendido algo de la cultura sexual). Empezó a comprender como funcionaban, que eran las distintas clases sociales, como se nutrian para sobrevivir, y lo que mas interesante le pareció fue la union de nobleza (clase alta), con evasión de impuestos, donde ahí si que intervino. -Disculpad un segundo, a ver si lo he entendido- ejem, carraspeo. -Osea, que la ciudad, para funcionar, se nutre de los impuestos, que por lo que he entendido es un dinero que todos los ciudadanos deben entregar al gobierno o "jefe" para distribuirlo ahi donde crean necesario, ¿me equivoco?. Pero, por otro lado, comentais que la nobleza tiene unos provilegios y no paga, o pagan menos impuestos.... ¿no lo veis un poco absurdo?, ¿no tendrian que ser lo nobles, aquellos que mas tienen, los que paguen más en pos del beneficio de sus congeneres?. -Este comportamiento lo había visto en la propia naturaleza, sobre todo en las manadas de lobos, donde el miembro herido o enfermo se quedaba en el hogar mientras el resto cazaban y le traian la comida, por eso no entendia que "los lobos mas fuertes no trajesen mas comida". Pero fue pensar en eso y darse cuenta de la respuesta, la avaricia y el deseo de poder de los civilizados, por lo que alzo la mano para que no la contestasen mientras les sonreia.

Tambien escuchaba atenta los pormenores de la magia runica, ella no sabia para nada como funcionaba este tipo de magia, ni esta ni la arcana, ella tenia magia divina condecida por su diosa por lo que no entendia como podian "hacer magia" a traves de los escrito en un papiro. Aunque la definición de lucien le parecio interesante. -Si la magia runica es hacer trampas a la arcana, la arcana hace trampas a la divina? - Pregunto divertida para saber su opinion sobre la magia de los dioses. -Hace muchos años conocí a un viejo druida, bueno, parecia mas bien un ent pero os aseguro que era un elfo, que aseguraba que los magos arcanos robaban la energia de la magia divina para poder funcionar, ya os podeis imaginar el odio que os tenia. -Dijo riendo. -Pero seguro que vosotros sabeis mas, es ¿asi o el anciano estaba equivocado?

Cuando hablaron del fragmento de Xin-Eurythnia y de una posible visita, la druida volvio a reaccionar, sobre toda ante la malvada y puntillosa acusación de Seltyiel. -Eeeh, no he estado callada con ellos, solo he estado.....- ¿Como habia estado?, el contacto en su mejilla, que al recordarlo volvio su manaza para rozar la zona que acarició Olhas, de aquel "viejoven" la habia puesto... ¿excitada, lujuriosa?, o como dirian en las tabernas de Puerto enigma, cachonda, si, esa era mas bien la palabra y sus piernas se lo recordaron con una leve sacudida. Ciertamente hacía mucho que no sentia algo asi, y quizas deberia haber aceptado la proposión de aquel enigmatico "hombre". -Dejemos ese tema, pero volviendo a esa posible visita, a mi tambien me gustaria, he venido a aprender.  

Seltyiel no paraba de mirar a un rincon, parecia que algo le llamaba la atención, pero si ese algo era que la muñeca estaba viva jamas le habria creido, hasta que esta, no solo se movio, sino que hablo. La druida quedo perpleja, era una niña, una de las hijas de Lucien, pero parecia echa de porcelana, trapo y magia, aqui todo rebosaba magia, y no de carne y hueso. Divertida por la escena miro incredula a la niña, como interrogaba al elfo y despues al mono. Antes de entrar al salon y que la niña-muñeca pidiese permiso a Lucien para jugar con el simio, Air'his se acercó a la pequeña y, sujetando su manita con su manaza, no muy fuerte para no hacerla daño, aunque despues recordo la fuerza sobre humana de esta raza, lanzo un hechizo sobre ella. -Yo puedo saber que piensa, desea, y quiere los animales simplemente mirandoles a los ojos, aunque hay algunos un poco mas cabezones o incluso que no tienen ojos, por eso tengo este don otorgado por la "Madre", para poder hablar con ellos. Estoy segura que tus amigas quedaran alucinadas al verte hablar como un mono, jajaja.  

En el salon

La nueva habitación a los que la llevaron escondia un par de personas de alta alcurnia, personas que les fueron presentando una a una. -Yo soy Air'his. -dijo sin mas, contemplando el semblante de los presentes.

Poco mas pudo decir, pues, al acabar las presentaciones comenzaron una leve discursion sobre quien dirigia realmente Puerto Enigma, por lo poco que sabia Air'his, la dirigian entre Marcus y Seltyiel, pero ahora aquella mujer, Talith, aseguraba que la ciudad pertenecia a su amo, señor, dueño, o como puñetas se llamen a qui a los que mandan, y que podria acabar con la ciudad en cuanto gustase. Miro a Marcus al recordar la conversacion que tuvieron en el bosque, donde en dicha conversacion no salio a la luz nada de esto, aunque quizas no lo sabia ni él, seguia creyendo que el que más diriguia la ciudad era el elfo, no veia a Marcus como un lider politico. Aquellas fanfarronadas no gustaron a la druida, pero no era su guerra. -Lo que dice Lucien es cierto, nosotros no tenemos jefe ni respondemos ante nadie. -Lo dijo mas bien por ella misma que por el grupo, porque sabia que Naewen si tenía que rendir cuentas, y con las nuevas noticias, Marcus y Seltyiel paracía que tambien. -Pero es no quiere decir que no nos podamos llevar bien.

- Por supuesto que es absurdo. Es un caso de inercia socio-cultural que ha acabado derivando en una coyuntura perjudicial para la propia sociedad que le da continuidad.- Explicó Lucien sin advertir, o no importarle, el gesto con las manos de Airhis.

- Los nobles humanos nacieron en principio como aquellos aptos para proteger y organizar las comunidades que surgían de la Era de la Oscuridad. Pero con el paso de las generaciones se han ido convirtiendo en simplemente un grupo de privilegiados con bien pocas responsabilidades.

- Pero eso es algo inevitable en cualquier tipo de sociedad. No tienes más que ver el ejemplo que nos proporcionan los animales migratorios que siguen las rutas tradicionales generación tras generación a pesar de saber que los depredadores estarán esperando. Lo que en un principio era la solución más óptima a un problema se acaba convirtiendo en una realidad por si misma.

- No.- Dijo el korvo con una sonrisa.- La arcana se lo hace a lo que llamaríamos la naturaleza (aunque es algo más extenso que eso). La divina por su parte es algo que permanece aparte tanto de la naturaleza como de lo arcano, es una especie de sistema de cesión de poder en una estructura piramidal junto con un aprovechamiento de las confluencias de energías planares.

- En cuanto a las palabras de ese anciano no tienen ni la menor base, algo que por tus palabras imagino que ya sabias.- Siguió explicando.- La realidad es que la magia divina es mucho menos “natural” (por usar un término llano y comprensible aunque no demasiado correcto) que la arcana. Después de todo la magia arcana funciona en base a lo natural, trampeándolo y esquivando sus limitaciones. Por su parte la divina vive completamente ajena a eso.

- Aunque diría que ese druida era especialmente fiel a alguna deidad o filosofía, lo que le hizo malinterpretar (o tergiversar) la relación entre la magia divina y la natural.

- ¿Un vínculo? Mírame Naewen, para mi no hay más vínculo que el del dolor. Y un cierto parentesco... No, demasiado poco y demasiado tarde.- Dijo Laori con una mirada algo desquiciada y haciéndose en exceso la dura.

- Se que fue uno de los que violó a mi madre y que si siguió haciéndolo el tiempo suficiente como para saber que estaba embarazada no le importó ¿Que más debería saber?- Respondió la kuthonita a Naewen respecto a su padre.

Pero Laori parecía que estaba pasando de hacerse la dura a una actitud más siniestra y oscura que de algún modo conjugaba con la mirada desquiciada que se había apoderado de sus ojos.

- No se nada de ella desde que escapé.- Dijo llanamente, de forma siniestra, pero con la emotividad de un páramo baldío.- Lo cierto es que hacía mucho que ni pensaba en ella hasta que Lukke me preguntó, y la verdad es que creía que estaría muerta.

- Pero por lo visto es más dura de lo que creía.- Añadió sin molestarse en disimular su desprecio antes de encogerse de hombros y borrando toda expresión de su cuerpo y su tono.- Según Lukke sigue viva y sigue esclava. Lo único que ha cambiado es el hombrecillo que la posee.

-Mi padre estaba lejos de ser un santo y sospecho que no se marchó de Mierani por su propia voluntad. Pero entre sus vicios no estaba la violación -corrige Seltyiel sin ofenderse-. Por lo que dices, tu madre era una esclava de burdel y no tuvo muchas opciones, pero la esclavitud es una práctica común en Puerto Enigma y tiene poco que ver con violaciones. Mi padre tenía las costumbres calistrianas de muchos elfos y visitaba burdeles, algo de lo más normal en la ciudad. Por no decir que en los prostíbulos de Puerto Enigma trabaja mucha gente voluntariamente, no solo esclavos. Es posible que ni siquiera supiera que tu madre fuese esclava aunque probablemente tampoco le importaba si lo sabía. Era un hombre que creía que cada uno debía labrarse su propia fortuna en la vida y que era inevitable que los más débiles acabasen sufriendo los abusos de otros. Dada tu religión, dudo que tú pienses de otra forma, Laori. Sospecho que en algunos aspectos puedes parecerte más a nuestro padre de lo que supones.

Padre había sido muy protector con su familia y había llegado a extremos bastante radicales para dejar claro a sus rivales que la dejasen fuera de sus juegos de poder. Selt se pregunta si habría llegado a saber que tenía una hija. Selt no estaba seguro de que le hubiera importado de haberlo sabido, su padre había sido como Laori en ese sentido, era posible que no la considerase hija suya. O tal vez sí. Seren aun conservaba ciertas ideas traídas de su cultura original, por más que echase pestes de los elfos de Mierani las escasas veces en que hablaba de ellos (lo que solo sucedía cuando estaba enfadado, porque de normal nunca hablaba de ellos)

-Aunque me asombra que su dueño no cuidara más una mercancía tan valiosa como una elfa. La raza es tan extremadamente rara allá que un esclavo de placer elfo vale veinte veces más que uno humano. Solo eso bien merece el gasto en algunas plantas anticonceptivas. O incluso los servicios de un clérigo.

Selt mira Laori una vez más, intentando evaluar a la que parece ser su medio hermana. Así que otra nativa de la ciudad. Selt puede imaginarse la clase de infancia que tuvo como hija de una esclava de burdel y puede entender por qué ha acabado de esa forma. Para él era evidente que Puerto Enigma la había deformado y si había acabado entregándose a un dios tan grimoso y siniestro era por esos tempranos comienzos.

La entrañable Puerto Enigma, je.

-Aunque claro tal vez quería asegurar que tendría un reemplazo cuando tu madre se agotara -aventura Selt, mirando a Laori. Eso tenía sentido, la probabilidad de que la madre de ella se quedase embarazada de uno de los escasísimos elfos de la ciudad era demasiado baja sin haber sido buscada a propósito. Selt siente cierta compasión hacia Laori. Una niña elfa criada en un burdel. Un burdel de lujo (ningún establecimiento de poca monta podría tener recursos para adquirir un esclavo elfo, además Seren era bastante selectivo en sus placeres y tenía el dinero para pagarse sus caprichos), pero burdel al fin y al cabo. Vaya infancia-. De todas formas, compraré y liberaré a tu madre. Puedo ofrecerle un trabajo más agradable en cualquiera de mis nuevos negocios, si no quiere volver con lo suyos. Aunque estoy seguro de que en Mierani la aceptarían de vuelta si ella quiere.

Selt mira a Naewen, como preguntándole si podría ayudarla a retornar a casa, o si sería mala idea dado su estatus de semi-Perdida. Los elfos podían ser tan raros cuando se trataba de a quién consideraban como parte de ellos y quien no.

-¿Cómo se llamaba tu madre, Laori? -Selt está seguro de poder averiguarlo con facilidad, hay pocas elfas en la ciudad, así que significaba que tenía que ser una mercancía fácil de localizar, pero era cuestión de cortesía el preguntar-. Ah Laori estoy de acuerdo contigo en que no compartimos ningún vínculo, pero nuestro parentesco diría que sí puede significar algo. Tal vez deberíamos intentar conocernos mejor -sugiere Selt, aunque se pregunta si Laori será de las kuthonitas masoquistas o sádicas. Con los kuthonitas nunca se sabía. Eran tan espeluznantes-. ¿Cuándo te marchaste de Puerto Enigma, Laori? ¿Hace mucho? ¿Llevas mucho tiempo en Korvosa? Tenía entendido que no se permitían templos formales a tu dios en esta ciudad, más allá del altar en el Panteón de Muchos.

Selt se vuelve hacia la embajadora de Shalast. -Ah, mi señora, tantas sorprendentes revelaciones me han distraído de vuestra petición... naturalmente, me gustará ayudaros a encontrar propiedades en Puerto Enigma. Ahora es buen momento para adquirir. Pronto van a ver... ejem... muchos cambios y tengo la sospecha de algunos actuales potentados de la ciudad, especialmente tercos, van a desaparecer de la circulación -dice con aire casual.

Aerilaya no soltó la mano de Marcus mientras los otros hablaban, pero lo hizo cuando decidió intervenir, para no llamar demasiado la atención.

-Ay, Laori, no tienes otro vínculo que el del dolor porque no quieres permitirte otra cosa. Lucien te aprecia y le gustaría tener más proximidad a ti. Karel te ama. Tienes a gente que se podría preocupar por ti -respondió amablemente-. Hay una vida más allá del dolor, aunque no nos sea posible y a veces incluso no nos sea deseable evitarlo.

Suspiró.  -No seas tan dura con tu madre, Laori. Que haya sobrevivido tanto tiempo indica que tiene una resistencia increíble. Los elfos no solemos soportar mucho tiempo la falta de libertad antes de quebrarnos, no somos tan resistentes como los humanos en ese sentido. Y hay situaciones de las que es muy difícil salir… muy difícil -dijo Aerilaya, intentando mantener un tono de voz neutro, aunque sin conseguirlo del todo.

Ante la mirada de Seltyiel, Aerilaya sintió con la cabeza.

-Los míos pueden estar tomándome con pinzas en este momento, y puede que no pudiera ser ahora la mejor como enlace para ti, Seltyiel, pero en el caso de alguien que ha sufrido un destino tan terrible como la madre de Laori, no creo que mis….  excentricidades… influyeran. Además, ya he llevado de vuelta a otros elfos. -Pensando en Sinvanoshei-. Pero quizá sea ella la que no quiera volver, Seltyiel. Lleva mucho tiempo fuera, si es que alguna vez perteneció al Pueblo. Tal vez nació Perdida, pero si no es el caso creo que puedo adivinar cómo se sentirá. Hay experiencias que te hacen polvo anímicamente. Es muy probable que no se sienta capaz de volver.

Aerilaya evitó la mirada de los otros al decir esto.

-No corras tanto. No eres un humano para ir tan apresurado. Sácala primero de esa situación y asegúrate luego de averiguar lo que quiere ella. -La voz de Aerilaya fue inusualmente seca al decir esto.

Marcus estudió disimuladamente a Seltyiel mientras éste conversaba con su recién descubierta hermanastra.

Le sorprendía que pareciera tan falto de tacto en ocasiones. Aunque no le sorprendía el aire frío y profesional que estaba manteniendo. Desde luego era parte de la apariencia que debía mostrar, de eso no había duda. Pero Marcus creía que podía haber realizado ciertas preguntas... o ciertos comentarios... de otra manera. Le preocupaba que Laori se lo tomara bastante mal, aunque sospechaba que la elfa sabría comportarse estando como invitada en casa de Lucien.

El explorador agradeció el gesto de comprensión y apoyo por parte de Naewen cuando ésta le agarró la mano, y se permitió el lujo de embobarse unos minutos a medida que la conversación avanzaba, sin pensar... simplemente disfrutando del suave roce de la piel de la elfa.

Sólo recuperó la conciencia de dónde se encontraba cuando Naewen le soltó e intervino en la conversación entre ambos hermanos. Marcus recuperó la compostura rápidamente y volvió a centrarse en todos los presentes.

- En algo Seltyiel tiene razón. - Dijo apoyando las sugerencias de su compañero elfo. - Podemos ayudar a tu madre... si quieres. - Dijo mirando a Laori.

Definitivamente, Selt no se parecía a su padre... o a lo que Marcus había llegado a vislumbrar por las palabras de otros acerca del elfo que había engendrado a Laori y Selt. Aunque sí se parecían en algo, ambos eran tipos duros de la calle, que conocían bien Puerto Enigma y sus bajos fondos, y sabían cómo plantar cara a sus enemigos y moverse en ese ambiente sombrío de ladrones y asesinos que dominaba la ciudad.

La mirada de Marcus se posó brevemente en Seltyiel mostrándole que podía contar con su apoyo para liberar a la madre de Laori... hiciera falta lo que hiciera falta.

El humano seguía sin comprender por qué el esclavismo era tan común y estaba tan extendido. Era una costumbre, humana y no sólo humana, que odiaba profundamente. Ojalá algún día pudiera hacer algo más por cambiar ése y otros comportamientos. Y aunque ya había discutido largo y tendido con Naewen sobre el tema, sospechaba que no sería la última conversación en el seno del grupo acerca de ello.

-No quiero asustar a nadie. Ni tampoco he venido para ponerme en plan mandona. Solo quería que supieran cómo están las cosas -explicó Talith, risueña-. Espero que no sean tan tímidos como dices, Lucien. Me gusta la gente arrojada y con iniciativa. Y les entiendo, cómo no les voy entender. Si he nacido a dos pasos de ellos como quien quiere. Mi pueblecito fue el primero en sufrir las consecuencias del regreso de Thassilon, consecuencias que no fueron desagradables. Pero ahora estamos trabajando para que la ganancia sea positiva para todos. Y ellos deberían saber de las peculiaridades de mi maestro, porque tarde o temprano se tropezarán con ellas.

Hizo una mueca ante que era mejor que no se dejara ver por allí, no sea que les relacionasen con la activación de la Puerta Críptica. -Es un tema desagradable, lo sé. Me enfadé mucho cuando lo supe. Creo que por eso mi amadísimo compañero esperó a que estuviera fuera para presionar al maestro a ponerlo en práctica. Pero ya me ocuparé de eso de también… ¿Queda alguno vivo entre los ritualistas, por cierto, o los Tindalos ya los han atrapado a todos?

A Talith no le pasó desapercibido el gesto de Naewen, y lo interpretó sin demasiadas dificultares. Se acercó a Marcus y apoyó una mano en su hombro. -¿Agobiado por el regreso de Thassilon? Le está pasando a mucha gente. Estos son nuevos tiempos, y los tiempos de cambio tienden a ser duros para alguna gente, que los sufre con más intensidad. Pero piensa que cuando nos toca vivir tiempos de cambio no vale de nada intentar esconderse y confiar en que no nos afectará. Es mejor trabajar para que el cambio sea provechoso para todos. La vida es cambio. Sólo los muertos permanecen inalterados, y diría que ni eso es cierto, si tenemos que creer las historias de los pharasmitas sobre la vida después de la muerte.

Pero la joven sonrió, con optimismo. -Pero no nos pongamos sombríos. Hay mucho que celebrar también. ¿Qué hay de esa comida, Lucien? Mis chicas y yo estamos hambrientas.

La embajadora de Talith mira hacia donde dos mujeres, ataviadas con ropas que permitían libertad de movimiento pero elegantes, y portadoras de un buena cantidad de armas, permanecían de pie, escuchando en silencio.

-Jalia y Senata, mis guardaespaldas -explicó la jovencísima embajadora-. Ah, claro, Seltyiel. Me encantará contar con tu ayuda. Y estoy de acuerdo, es buena época para invertir. Ven, y cuéntame los mejores lugares para invertir ahora en Puerto Enigma…