Partida Rol por web

Pathfinder Alfa: Hijos del Vacio

[Escena] Sex and the City

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30/10/2016, 13:03
Naewen

Aerilaya sacudió la cabeza exasperada.

-Oh, no, ¿tú también? Que un chamán semiorco y semisalvaje me venga con esas, pase, pero tú también… Marcus, ¿por qué sufrir? Puedes aprender la lección sin castigar a tu cuerpo. Tienes que cuidarlo, te tiene que durar muchos años. -Naewen alargó la mano para acariciar el pecho del joven, pero la bajó enseguida-. No veo la necesidad de sufrir molestias. Y asegúrate de prevenir la infección.

La elfa retrocedió un pasó, dejando que sus dos acompañantes ganasen el protagonismo. Esperaba que Isenya no abrumase demasiado a Marcus. La eurythnia podía ser tan… impetuosa cuando deseaba algo. O a alguien.

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30/10/2016, 17:12
Azgarnor

Tras apartarse para dejar paso a las chicas Naewen sintió un tirón en el brazo y vio que Azgarnor la atraía disimuladamente hacía él.

- Las armas están encantadas Naewen. Solo producen un ligero dolor y cierto agarrotamiento, pero es temporal y en unos instantes desaparece.- Dijo en voz baja.- Deja al muchacho que alardee un poco, se lo ha ganado.

- Buen combate señor Khayne.- Felicito el mezlan en voz alta con una sonrisa afable.

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30/10/2016, 17:14
Isenya

- Mi nombre es Isenya, Marcus ¿O prefieres señor Khayne?- Se presentó la rubia despampanante dedicándole una sonrisa radiante y mirándole con aquellos grandes ojos suyos de manera que Marcus incluso se olvido del mantra que llevaba un rato repitiéndose “no bajes la vista, no bajes la vista”.

La muchacha cogió la mano de Marcus con las dos suyas de una forma suave y agradable antes de pasarle la mano izquierda muy suavemente por el pecho. No como una caricia, si no como contacto para el conjuro que desencadenó. Marcus se sintió de repente refrescado y limpio como si hubiese pasado bajo un torrente de montaña y se hubiese secado con una agradable siesta a la sombra. Y por toda respuesta a la mirada del hombre Isenya le dedicó una caída de ojos que podría haber hecho caer reinos enteros.

- ¿Te quedarás esta noche? Lucce organiza una de sus fiestecitas y al parecer nunca ha invitado a Naewen a una.- Preguntó, con una intensa mirada que casi parecía un ruego, sin soltarle la mano pero sin ejercer presión ni constricción alguna, aunque aquella sonrisa...

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30/10/2016, 17:15
Areelu

- Y yo soy Areelukhala, consorte de Lucce.- Se presentó aquella mujer con obvia sangre abisal con una sonrisa divertida pero sin acercarse más.

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30/10/2016, 17:33
Illyria Ornelos

- Lucien suele organizar alguna fiesta casi todas las noches.- Explicó Illyria que decidió quedarse apartada discretamente de Marcus e Isenya aunque miró curiosa a Azgarnor que no había soltado la mano de Naewen.- Ya sabes, con eso de que fue el primero en descubrir a los eurythnios y sus... “contactos” con la industria del ocio de Korvosa.

- Aunque varían de vez en vez. A veces es una fiesta solo para eurythnios, para que se despejen. Otras es una especie de “introducción” a la marcha actual y en ocasiones incluso es una especie de aproximación entre distintas clases sociales korvosanas y los eurythnios. Es curioso lo mal que se le da a Lucien explicar hasta el concepto más simple pero lo bien que se le da “educar” indirectamente.

- ¿Terminar el trabajo con Elahnar?- Preguntó divertida Illyria.- Oh es cierto, aun no has tenido clases con él. Uno no suele acabar el trabajo con el maestro Elahnar. De todos modos estará en la fiesta de esta noche.- Dijo Illyria sin poder disimular un sonrojo que dejó a las claras como lo sabía.

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30/10/2016, 17:35
Talith Symarast

-Ahhh lujo -Talith sonrió-. Creo que en Shalast sabemos algo de lujos. Sabes, es extraño. Yo nunca deseé bienes materiales. Hasta hace un año ansiaba cosas, por supuesto. Magia, conocimientos, incluso reconocimiento. Quería ser una historiadora famosa, la que descubriera los misterios de Varisia. Quería ser poderosa en mi arte. Pero si me hubieras preguntado por cosas, o por comodidades…. me habría reído.

La joven embajadora se encogió de hombros.

-Es curioso cómo cambia nuestra perspectiva del mundo en poco tiempo. No ansío las riquezas de la misma forma que mis nuevos compatriotas en Shalast, pero… ahora las valoro mucho más. Y lo que me permiten hacer. Y cómo me permiten vivir. -La muchacha alargó una mano enjoyada hacia Seltyiel. Las joyas que portaba eran una fortuna, y no pequeña, en sí mismas. En su dedo anular tenía un anillo especialmente llamativo, con una gema enorme, que empequeñecía a todos los otros, a pesar de ser todas ellas piezas muy caras y exquisitamente talladas y montadas. Talith sonrió de nuevo al ver la mirada del elfo-. Bonito, ¿verdad? Aunque excesivo. Fue un regalo de mi señor. O no, un regalo no. Él nunca hace regalos; ni siquiera creo que sea capaz de hacerlos. Un premio sería más exacto. Por un trabajo bien hecho. Está encantado por él mismo.

Talith miró hacia los combatientes un momento.

-Ahora no sé si yo sabría vivir sin lujos. Sí, es extraño… cuando hace no tanto dormía en una cueva o donde mi grupo encontrase, mientras esperábamos parar la locura que el señor Karzoug había iniciado. -Y cambiando de conversación-: Vuestro guerrero es muy bueno. Hay muy poca gente que pueda mantener el ritmo a un mezlan tanto rato. Yo no tuve demasiada suerte con los luchadores que me acompañaron hasta que me uní a Shalast. Oh, algunos eran buenos en lo suyo. Pero no tenían sesos. Aun recuerdo a aquella bárbara cargando contra un ogro que tenía el doble de su envergadura cuando tenía una herida enorme, y tenía un sacerdote de Desna y a un paladín de Iomedae tres pasos más atrás, que le hubieran podido curar antes de que cargara de forma suicida…

Talith hizo una pausa.

-Suicida es la palabra justa. Pues es lo que consiguió. El ogro casi le partió en dos al final de esa estúpida carga. Debilitaba como estaba, no fue capaz de parar el golpe en las costillas que la dejó inconsciente. Mejor, porque el ogro no se paró ahí. A continuación le partió la cabeza con un mazazo que pareció el puño de un dios. Qué desperdicio. La potencia sin control no vale de nada. Y eso vale tanto para nuestro arte como para el suyo -dijo, aprobando la cautela de Marcus. Pero hablar de aquello parecía haber ensombrecido el humor de Talith, porque permaneció callada un rato mientras admiraba la técnica de los dos combatientes.

La muchacha hizo un simple gesto de aprobación a Marcus en un momento en que él miró en aquella dirección. Discreto. No quería distraerle como veía que estaba logrando el otro grupo de mujeres.

-Ahhh pero veo que no es inmune a la distracción. Claro que las cuatro son como para distraer. Hay poca gente más llamativa que Areelukahla o que Isenya. Naewen no lo es tanto, pero los elfos siempre destacan en un grupo de humanos -observó divertida.

Se encogió de hombros.

-¿La historia de cómo me uní a Shalast? Es extraña. Mi señor es poderoso e inteligente, pero no es sutil. Sus planes para conquistar Varisia… bajo su punto de vista reconquistar, pues piensa que estas tierras pertenecen legítimamente a Thassilon… dejaron una estela de evidencias y repercusiones, que empezaron por sacudir a mi pequeño pueblo, donde yo estaba pasando un par de días de vacaciones. Por aquel entonces yo era todavía alumna de Galduria.

Talith meneó la cabeza al ver que Azgarnor hacía una estocada con un alcance imposiblemente largo para un hombre de su tamaño, para después retirarse con rapidez sobrenatural.

-Diría que eso es trampa de no ser porque los combates nunca son justos… y quien diga lo contrario nunca ha luchado contra alguien del tamaño de un gigante o un dragón. Pero volviendo a lo que estaba diciendo, el caso es que yo empecé oponiéndome a los planes de Karzoug, incluso mucho antes de saber que era él quien estaba tras ellos, o que Thassilon había regresado. Pero cuando llegamos a Xin-Shalast, descubrimos que había lengitas enredando allí. Mi señor había… pactado con ellos en el pasado… pero parece que ellos tenían sus propios planes para nuestro mundo.

La voz de Talith fue neutra al decir aquello, aunque había algo en su porte que indicaba que no aprobaba el antiguo pacto de su maestro, aunque prefiriera no criticar a su superior en público.

-Digamos que descubrí que había amenazas mayores que Thassilon. Y que aunque mi señor era un Tirano, y uno cruel y avaricioso, las leyendas siempre exageran. También era humano. Sí, no es una buena persona. Pero es tan humano como yo misma. Tiene algunas cosas buenas. Es capaz de reconsiderar sus puntos de vista, también. En buena parte él es producto de los tiempos que le tocaron vivir. Diría que los antiguos imperios eran todos de cuidado. Y accedió a cambiar sus métodos. Yo le prometí que le ayudaría a recuperar Varisia, pero únicamente bajo unos métodos menos agresivos y lesivos que los que había intentado hasta entonces, y siempre con la condición de anteponer la amenaza de los lengitas a sus planes sobre Varisia. Él accedió incondicionalmente a lo segundo, y en cuanto a lo primero… también mientras yo consiguiera resultados. Y por el momento, se los he conseguido. Sin guerras, sin matanzas, sin esclavizar.

Talith suspiró.

-No es fácil. Y para colmo muchos por los que he luchado para librarles de la esclavitud o de una servidumbre agobiante han considerado que por mis métodos soy débil. Al menos, de buenas a primeras. Pero es el camino correcto a seguir. Si Thassilon opta por la vía de la fuerza bruta puede ganar… su fuerza no es desdeñable y reconozcámoslo, Varisia no interesa un bledo al resto del mundo, nadie moverá un dedo para salvar a Varisia de un tirano… pero el precio a pagar será más alto del debido. Y Thassilon tiene mucho que ofrecer a Varisia, si logramos que suavice su modo de hacer las cosas. Tienen civilización. Varisia en su conjunto es demasiado salvaje, demasiado inculta, para apreciar el valor de eso. Pero la tienen, y es de un inmenso valor. Antes de que la Piedra Estelar arruinara todo el mundo antiguo, Thassilon había alcanzado un nivel de sofisticación enorme incluso entre las naciones más civilizadas de nuestra era. Tendrías que ver Xin-Shalast, Seltyiel. Es portentosa. Es una pena que Xin-Eurythnia no se haya conservado. Parece ser que era muy una ciudad muy bella…

La alegría de Talith retornó a ella inesperadamente.

-Pero ahora que están volviendo las otras satrapías espero que todo sea más fácil. Aunque temo, y mucho, el retorno de Bakrakhan. Si hay alguien capaz de que mi señor olvide su actual curso de moderación es Alaznist. Y dudo mucho que la señora Alaznist sea capaz de nada a lo que se pueda aplicar las palabras moderación o temperancia…

Talith se rió quedamente ante la petición de Seltyiel de lanzar un conjuro de percepción de auras mágicas.

-Adelante, no tenemos secretos o debilidades que vayas a descubrir así. En realidad, nosotros tenemos ese conjuro activado de forma permanente. Naewen también, si la miras atentamente a los ojos verás el briíllo del conjuro. Te aconsejo hacer lo mismo. No es una panacea, pues hay varias formas de ocultar las auras de la magia activa, pero es importante para alguien que quiera destacar en nuestro Arte ser capaz de reconocer la magia con la que se encuentra. Después de todo, es con lo que trabajamos.

Talith había suprimido algunas de sus auras mágicas, pues no era conveniente mostrar abiertamente todo con lo que uno contaba, pero no todas. En Shalast la ostentación era la norma, y sólo era aceptable ocultarse completamente para una infiltración o trabajo de campo semejante.

Pero el mezlan no llevaba auras activas. Talith sabía lo que eso significaba, pero era evidente que Seltyiel no.

-En Thassilon tienen una costumbre que denominan la Vía de la Inmortalidad. La élite buscaba métodos para alargar su vida más allá de su límite esperable. La magia de longevidad siempre es cara y complicada de tejer, así que no está al alcance de cualquiera. Eso sí, había muchas vías posibles, como puedes imaginarte. En Gastash la no muerte era casi la única vía aceptable, aunque esta vía tenía muchas posibilidades. Las otras satrapías eran más variadas en sus métodos. Mi señor, por ejemplo, recurre a magia que ralentiza el efecto del tiempo sobre su metabolismo… es algo muy complejo. Tengo entendido que en Eurythnia muchos magos y clérigos recurrían al poder de la sangre para eso. Y para la élite de la casta marcial, en cualquier satrapía, la conversión en mezlan era la cúspide de las posibles vías de inmortalidad a las que podían optar.

Talith hace un gesto hacia otro movimiento imposible del mezlan.

-La conversión implicaba eliminar las debilidades de un cuerpo humano… o de la raza original del mezlan, aunque no se les daba el honor a ajenos, solo a mortales, y tanto en Azlant como en Thassilon predominaban los humanos. Así el cuerpo del mezlan se volvía más maleable, más duradero, más reparable… más adecuado para un guerrero. Y efectivamente inmortal. Es muy difícil matar completamente a un mezlan, más allá de su capacidad de regeneración. Y no envejece. La edad es otro viejo enemigo de un combatiente, el segundo más peligroso después de una excesiva autoconfianza, y un mezlan no tiene que preocuparse de eso. Pero ese proceso de… potenciación… es carísimo de realizar. Necesita ingredientes rarísimos y muy difíciles de conseguir. Así que la creación de un solo mezlan cuesta un potosí, incluso hablando de prepuestos de estado. Por eso sólo se les concedía ese honor sólo a unos pocos, los mejores. El resto de la casta marcial tenía que recurrir a métodos más tradicionales, y más baratos… si eran dignos de dichos métodos, claro.

Talith había sido cuidadosa al explicar aquello, intentando dar una idea de Seltyiel del asunto sin entrar en lo que los maestros podrían considerar secretos del imperio.

Talith valoró a Azgarnor con la mirada.

-Lo que ves es a Azgarnor, sin aumentaciones mágicas. Oh, pueden tenerlas y de hecho es lo normal cuando van a una misión. Absorben conjuros como si fueran esponjas y son capaces de usarlos por sí mismos; por eso normalmente los mezlans trabajan conjuntamente con un mago o clérigo, o ambos. Y pueden portar armas o armaduras mágicas, como cualquier guerrero. Pero incluso sin aditamentos mágicos los mezlans son portentosos.

El combate de exhibición parecía haber terminado. Las otras jóvenes rodearon a Marcus, y Naewen parecía estar mimándolo.

-Ahh pobre Azgarnor, se va a sentir celoso. Tal vez tendría que ir yo a mimarle a él -se rió la muchacha-. Pobrecillo. No puede competir con una novedad. ¿Marcus se habrá dando cuenta de cómo la aprendiza Isenya le está mirando? Yo saldría corriendo si fuera él -bromeó.

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30/10/2016, 18:56
Lukke

- Seltyiel, por incomodidad me refería a los lujos.- Explicó Lukke con una sonrisa.- No son algo que me agrade a menos que cumpla una función, y nunca si contravienen la seguridad. Pero hay que hacer sacrificios en una familia. O eso me dicen continuamente.

- Laori en general no es lo que esperarías de un adepto de Zon-Kuthon. Suele ser de risa fácil, amante de la diversión y con un gusto público por lo afilado no mucho mayor que muchos aventureros corrientes.

- Pero es lo que es convencida y no llevada por “un trauma”. Si, el trauma tiene que ver, pero no tanto directamente en su decisión de unirse a Zon-Kuthon como por el hecho de que la forjó como es.

- No es mala chica. No dejes que te confunda con su actitud dura y el desprecio de antes. Simplemente no le gusta volver sobre su pasado. Dale tiempo y creo que te gustará.

- Areelu, entre thassilonios lo de llamar a alguien como que “es de otra persona” es un insulto, es distinta en tanto a que no es una ajena. Y me temo que no puedo decirte más. Ya sabes, secretos. Aunque este en concreto lo es hasta para el maestro de esta adorable joven.- Indicó dedicándole una sonrisa a Talith.

- Isenya es hasta más joven de lo que aparenta. Esa dureza y carácter dominante hacen que la tomes por mayor de lo que realmente es. En realidad era una de las aprendizas rúnicas más joven hasta la Caída. Y Sorshen tenía más de mil años cuando entró en letargo.

- ¿Isenya? ¿Inalcanzable? Quizás sentimentalmente, se aísla mucho en ese sentido. Pero físicamente desde luego que no.- Respondió el joven divertido.- No, lo decidí yo por que creía que necesitaba un amigo sin mezclar el sexo de por medio. Como Naewen, aunque por razones completamente diferentes.

- Lo has entendido al revés Seltyiel. Elias nunca ha querido ser el competidor de Cromarky, solo le convenía la apariencia de serlo. No, desde el principio esto ha sido una carrera entre Elias y Slyegh. Un juego de acumular recursos y alianzas para la sucesión pero sin que destaque demasiado.

- Y no, no voy a poder comprarla. Esa mujer se ha convertido en una pieza para este juego. Una leyenda urbana de Puertoenigma puede llegar a comprar un aliado importante a la hora de la verdad. No, lo que haré será comenzar la pugna por la sucesión antes de que estén preparados. Pretendía comentarte los pormenores, pero dado que estarás una temporada ilocalizable acompañando a Naewen pensé que quedaría bien que tu desconocimiento de lo acontecido fuese genuino.- Explico Lukke con una sonrisa imposible de catalogar, parecía divertida pero cínica, infantil pero vil.

Pero el joven se volvió hacia Talith cuando esta comenzó a explicar algunos puntos al elfo. No se le pasó por alto que no dio ninguna instrucción al respecto de Puertoenigma, ni se mojo con la puerta, y que había revelado bastante a Seltyiel sobre los mezlan. Así pues parecía que alguien más quería ganarse al elfo para “la causa”.

- Yo no me preocuparía prematuramente por la señora Alaznist, embajadora.- Dijo Lukke en un tono suave como la seda, o como un cuchillo afilado.- Después de todo las condiciones de su letargo bien pueden haber supuesto un accidente irreversible.

- ¿Nosotros tenemos?- Preguntó genuinamente divertido.- ¡Embajadora! ¿Me escrutáis en las, raras, ocasiones en que no os miro?

- Vaya... ¿Pobre Azgarnor? Quizás deba sentirme yo el celoso.- Dijo Lukke mirando a la embajadora shalasti de una forma... intensa.- Y tu no huirías Talitha, después de todo yo te miro así y aun no has salido corriendo.- Añadió en un ronroneo bien cerca de ella, pues había aprovechado que miraba al mezlan y a Marcus para avanzar rápido y en sigilo.

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31/10/2016, 09:50
Marcus

Marcus sonrió ante la exasperación de Naewen. No eran más que pequeños golpes y moratones. Y si hubieran sido heridas de verdad y no causadas por un mero entrenamiento, el explorador no habría dudado en tratarlas.

- Como dice Azgarnor, no hay peligro alguno. – Comentó sin hacer desaparecer su sonrisa. Además él conocía demasiado bien los peligros de molestias e infecciones estando en la naturaleza. Y lo que era peor, sin ayuda de la magia. Una de las veces que acompañaba a su padre, cuando aun era un crío, una rasguño sin importancia se había infectado y la fiebre casi acabó con él.

Pero Marcus ya no era un crío, y sabía lo que debía hacer. No era el caso dada la magia de las armas de entrenamiento, pero Naewen podía estar tranquila.

La posterior felicitación del mezlan extrañó a Marcus, que no estaba seguro de los motivos de Azgarnor para decirle aquello. Sí, como entrenamiento había sido bueno. Y puede que incluso Marcus hubiera tenido alguna oportunidad en los embates iniciales… pero a medida que Azgarnor se desoxidaba, el mezlan había sido imbatible en todo momento.

- Marcus está bien. – Respondió aclarando a Isenya, y esforzándose muy mucho en no bajar la mirada. En contadas y escasas ocasiones utilizaba el apellido de su padre adoptivo para algo.

El efecto refrescante del conjuro fue asombroso. Marcus jamás había disfrutado de los efectos de un conjuro similar… La mayor parte de las veces que había viajado con magos o hechiceros solían ser más bien reservados y no se mezclaban con los guaridas de las caravanas.

- ¡Uauh…! – exclamó sin poder evitarlo. – Menudos truquitos más útiles tenéis los magos. – Comentó mirándose los antebrazos y el pecho de arriba abajo. Sí, la magia hacía todo más fácil… pero Marcus recordó el peligro de acomodarse y acostumbrarse a hacer demasiado fáciles las cosas. A la hora de la verdad humanos, elfos y demás razas dependían demasiado de la magia. Si algún día se quedaban sin ella, muchos estarían totalmente perdidos.

- Respecto a esta noche… - Añadió percatándose de repente de que la chica no había soltado su mano.  – No soy muy amigo de las fiestas. – Reconoció. – La verdad es que nunca me han invitado a ninguna. – Añadió haciendo memoria. - ¿En qué consistirá exactamente esa fiesta? – Preguntó.

Lo pensó unos segundos pero se apresuró a añadir algo, no quería sonar descortés.- Pero si ellos se quedan, – indicó mirando en dirección a Seltyiel y Air’his, - me quedaré un rato. – No le apetecía nada quedarse a solas en un evento social de ese estilo. No se iba a sentir cómodo. Sin embargo si alguno de sus compañeros accedía a acudir, Marcus estaría más tranquilo con la idea.

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31/10/2016, 21:38
Naewen

Aerilaya asintió con la cabeza, en silencio, a las palabras del mezlan. Por supuesto, estaba siendo tonta. Y Marcus era en verdad un adulto experimentado que no necesitaba aquellos consejos. Tsadok tampoco los había necesitado, por más que su punto de vista seguía pareciéndole bárbaro e innecesariamente rudo.

-Tienes razón, lo siento. A veces soy muy tonta -le dijo a Marcus-. Buen combate, por cierto. Ha sido bonito, como una danza de espadas.

La elfa se retiró a un segundo plano, aunque le hizo gracia la reacción de Marcus al cantrip de Isenya. Ella le había lanzado previamente el mismo conjuro, por lo que el de Isenya era innecesario, al menos desde el punto de vista de higiene y limpieza. Pero por la reacción de Marcus el de la eurythnia debía tener entretejido algún efecto relajante adicional. Los eurythnios tenían magia curiosa, no sólo desde aspectos prácticos, sino a veces simplemente buscando algunos sutiles efectos sensoriales... o sensuales.

-No, no he asistido a ninguna de esas fiestas. Llevo menos de una semana entre vosotros, Isenya -le recordó la elfa-. Supongo que Lucien no ha querido abrumarme con demasiados cambios y presentaciones. Ya me cuesta recordar a todos los que me han presentado en los últimos días… son varias docenas de caras nuevas. Además, no es que haya tenido mucho tiempo para diversiones. El maestro me ha dado una tonelada de cosas para leer y practicar.

Por no hablar de lo confusa que había sido la maduración de la runa. Pero Aerilaya no mencionó lo difícil que le estaba siendo adaptarse a los cambios que se estaban produciendo en ella. Ya se arrepentía de haberlo comentado antes.

Asintió a la explicación de Illyria. Bueno, más fácil que tener que organizar ella algo. Aerilaya siguió la mirada de la aristócrata korvosana y se dio cuenta de que Azgarnor aun le sujetaba la mano. Le miró con curiosidad, preguntándole en silencio si quería decirle algo más.

-Cierto, aun no he empezado con la ingeniería arcana -dijo sin embargo contestando a Illyria-. Por lo que dices, Elahnar parece ser un maestro exigente. Pero bien…  luego me pasaré por allí un rato y hablaré con Volemak.

Dedicó una sonrisa comprensiva al azoramiento de la joven, pero por lo demás se mantuvo en un discreto segundo plano.

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07/11/2016, 21:08
Seltyiel

Seltyiel escuchó con atención a la embajadora de Shalast. Era dinámica y abierta, con un punto controlador y seguro de sí mismo que le recordó a Lucien. Incluso los dos eran igualmente contundentes hablando. Simpáticos, sí, pero arrolladores y seguros de sí mismos. Claro que se diferenciaban en otras cosas, pero en eso se parecían. No es que eso disgustara a Selt, más bien al contrario, pero se recordó que era peligroso sentir demasiada simpatía hacia los thassilonianos. Debía recordar lo de la Puerta Críptica y tener presente que, si les interesaba, carecían de escrúpulos.

Pero Talith era magnimariana, oh sí. No tenía la encorsetada formalidad-superioridad propia de los korvos, ni el estilo matón o evasivo de Puerto Enigma, ni la estricta confianza en su superioridad cultural que había visto aquel mismo día en los eurythnios. Los magnimarianos solían ser más abiertos, más distendidos y menos serios. Aunque Selt no pudo menos que pensar que los magnimarianos, irónicamente, podrían pegar más con Shalast que incluso el propio Puerto Enigma. Su ciudad natal podía ser un nido de piratas, pero en Magnimar la corrupción, los sobornos y la avaricia eran la norma. Aunque podía haber cosas peores, claro. Para eso estaban Korvosa, Puerto Enigma y Kaer-Maga.

-El anillo es impresionante. Tuviste que hacer un gran trabajo para tu jefe. Se me antoja que el señor de la Avaricia no será muy generoso. Aunque es fácil ser generoso con una belleza como la tuya -bromea. Selt se pregunta qué encantamientos tendría el anillo. A pesar de su curiosidad no pregunta, esa sería una de esas preguntas indiscretas que la gente poderosa (y muy particularmente los magos) no solía tomarse bien. Otra parte de su mente se maravilla preguntándose el precio de aquella pieza en concreto. Semejante pedrolo, seguramente de lo más auténtico, y encantado por un mito viviente… una barbaridad, sin duda.

Selt piensa en como exponer lo que quiere decir sin resultar rudo. -Naewen dijo que su runa… le provocaba ciertos efectos relacionados con… con el pecado de la satrapia, ya sabes. ¿Os pasa también a vosotros? -Selt esquiva el anillo y su enorme pedrolo y le frota suavemente el dorso de la mano en una caricia lenta que indicaba que preguntaba por ella más que por los antiguos shalastianos-. ¿Sentís el tirón de la avaricia? ¿Por eso tu señor no puede hacer regalos?

La mira a los ojos. -Háblame de Shalast. Háblame de tu vida allí. Supongo que has evitado contestar a mi pregunta sobre Puerto Enigma. Así que no insistiré sobre eso. ¿Y tu maestro? No es un hombre agradable, dices. Las leyendas dicen que es un hombre atroz. ¿Se equivocan? La verdad es que las leyendas de cómo trataba a los ladrones son exageradas.

Selt asiente al comentario de Talith sobre la pericia de Marcus.

-Sí que es bueno. El camino del guerrero es un arte también en sí mismo. Tal vez no necesite que se le dedique tanto tiempo como el nuestro, pero quien piense que no necesita dedicación, talento y mucho tiempo es un necio. Uno no consigue ser así de bueno sin mucha práctica. -Escucha con simpatía las quejas de Talith sobre sus antiguos compañeros-. Seguro que no todos fueron tan malos, pero es verdad que es difícil conseguir a compañeros con buen criterio. En la calle es más fácil. A los que no valen les das la patada o un baño de tierra. En los grupos aventureros… es diferente, todos dependemos de todos, y hay que ayudar incluso a los que salen un poco tontitos.

Hizo un gesto de comprensión ante el destino letal de la bárbara de la historia. Aun con compañeros que te ayudasen aquel fin era más que posible para un aventurero. Mala suerte o mal criterio, y todo podía acabar.

Selt ríe ante el comentario de Talith sobre las chicas que acosaban a Marcus. -Ya ves, no hay nada como tener musculitos y presencia. Las mujeres os olvidáis de los pobres magos y bribones a favor de los guerreros guapetones. Qué injusticia.

La rubia parecía realmente interesada en Marcus. Selt se pregunta si Marcus aprovechará la oportunidad, pero se teme que no. Una parte de él admira eso; tener convicciones y ser capaz de mantenerlas ante una chavala tan despampanante que sabía tan bien lo que quería era admirable. Otra parte de él se pregunta si habría algo más que principios en las reticencias de su compañero. Puede entender que busque una compañera permanente, y esa Isenya prometía ser una fierecilla ardiente, pero sin duda también sería de las depredadoras a cuidarse. A saber qué pensarían las parejas de las arañas viudas; igual se lo pasaban muy bien antes de su trágico final. Pero creía haber entrevisto en él algún interés en Naewen y aun así no había hecho ningún movimiento hacia un inicio de relación. ¿Tal vez creía que habría un problema con él si pretendía a Naewen? O bueno, quizá el problema no estuviera en Marcus, ni en sus propios avances hacia Naewen, sino en la propia Naewen. Había algo tremendamente solitario en ella.

Complicado. Sus dos compañeros tenían mucha trastienda. ¿Y dónde habían ido juntos y a solas antes?

Entonces Talith explica por qué se unió a Shalast. Correcto, parecía que Karzoug era realmente, si no tan malo como en las leyendas, cerca de eso.

-Ahhh lengitas. Todo un problema, ya lo creo que sí. Nosotros nos encontramos con unos recientemente y resultaron ser un poco… guasones en sus pretensiones… pero más razonables de lo esperable. Solo que no se puede unos fiar de ellos, claro está. Veo que lo que planeaban en Shalast era gordo, por tu reacción. ¿Y crees que Karzoug podrá mantenerlos a raya?

-Espero que tengas suerte con tu señor, entonces. Diría que va en interés de todos el que consigas resultados que le complazcan sin necesidad de recurrir a sus métodos. Yo no me planteo si la situación es justa o no, eso sería de lo más inútil. Thassilon ya está aquí, así solo queda adaptarnos e intentar sacar el mejor partido de la situación.

Lo de la Vía de la Inmortalidad y los mezlans era muy interesante.

-Qué extraño suena eso. Tan alejado de nuestras sociedades… -Selt mira al mezlan con otros ojos, preguntándose si se seguiría sintiendo humano o no.

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07/11/2016, 21:35
Seltyiel

Contestando a Lucien

-Descubrir que tengo una hermanastra tan de golpe ha sido un poco… uff -reconoce Selt-, y confieso que una kuthonita impone. Impone mucho. En realidad que sea lo que sea por convicción y no por un trauma lo hace peor,  ¿sabes? La devoción por el dolor que tienen los kuthonitas es escalofriante y su crueldad legendaria. Pero me alegro de haberla conocido. Me pregunto si mi padre supo de su existencia.

Selt sonríe conciliador ante la explicación sobre Areelu. -No pretendía ofender y no me turba su raza. Los demonios suelen ser como poco problemáticos, pero ya imagino que ella es más de lo que parece. Que tenga una posición en Eurythnia y la valores tanto como para convertirla en tu consorte indica que no puede ser un demonio típico.

Selt se pregunta qué tal será en la cama. Una demoniesa de lujuria… muy buena, seguro. Cómo se las montaba Lucien. No mala vida la suya, no.

-Isenya es muy hermosa -dice Selt sin comprometerse. Diría que lo que la rubia quería no era una amistad sin sexo precisamente, pero los jaleos íntimos que se trajeran los eurythnios no era cosa suya. Aunque se le hacía raro pensar en Naewen metida en la casa de Lucien.

-No he dicho que Elias sea un competidor de Cromarky, simplemente se ha movido para situarse como su sucesor más probable. Por el momento no le interesa eliminarle. Necesita a Cromarky hasta que su fuerza sea suficiente para asegurar que nadie le ganará por la mano en el último momento. Ahora mismo Elias es el segundo poder en Puerto Enigma, pero si posición es inestable y no tan fuerte como para que no le puedan desplazar. En realidad ha sufrido una serie de sabotajes en el último año que han debilitado un poco su posición y cualquier cambio podría inclinar la balanza del poder.

Selt se encoge de hombros. -Cromarcky hoy por hoy es un poderoso estabilizador en Puerto Enigma. Sin él todos los grupos saltarían a una guerra abierta. Elias lo sabe tan bien como nosotros, claro. Mmmm. ¿Qué planes tienes para Cromarcky? ¿La madre de Laori es una leyenda urbana? En fin, ya nos contarás los planes para ella.

Lucien comenta sobre una posible jubilación forzosa de la señora rúnica de la Ira. Je, política sucia, eso ya era más de lo que él esperaría de Thassilon. Pero contempla en silencio el avance del korvosano hacia Talith. Encontró gracioso que con las bellezas que tenía en casa aun quisiera lanzar la caña a más ríos. Selt les deja algo de espacio y curiosea a ver qué pasa con Marcus y su grupo de peculiares amazonas.

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09/11/2016, 19:51
Lukke

- ¿Por que te impone una kuthonita?- Preguntó Lucien curioso.- Entiendo que tienen mala fama y que resultan un tanto peculiares en sus ritos, pero si lo miras bien tienen bastante más sentido que la mayoría de cultos para las masas. Lo cual tiene mucho sentido ahora que lo menciono.

- Lo de la crueldad y los kuthonitas por ejemplo es solo parte de su mala fama. Dejando de lado algunas variantes retorcidas la filosofía kuthonica no implica la más mínima crueldad, es más es todo lo contrario. Y Laori te puedo asegurar que no tiene una pizca de crueldad. Aunque eso si, le gusta el combate directo como a un caydenita la cerveza.- Añadió con una sonrisa divertida como si recordase viejas anécdotas con la elfa, la cual captó la mirada del joven noble y enarco una ceja divertida, aunque no hizo el más mínimo gesto de acercarse. Parecía que incluso Laori estaba contemplando el espectáculo que daba Marcus.

- No ofendes Seltyiel, en realidad yo no soy fácil de ofender. Solo te lo explicaba por si sigues viniendo a visitarnos, los thassilonios son muy puntillosos con todo eso de la independencia llevada al extremo. Y no creía que su estirpe te turbase, simplemente tomate lo que he dicho como literal, Areelu no es una ajena.

- Y no la he convertido en mi consorte, Seltyiel. El consortado, al menos en Eurythnia- dijo lanzando una miradita a la shalasti como invitándola a expandir aquella afirmación- es más una sociedad que permanece en tanto dura la voluntad de ello. Al contrario que en los matrimonios modernos en el consortado no solo todas las partes son iguales e independientes, si no que suelen suceder entre gente del mismo nivel social. La Señora Sorshen es la excepción claro, pero dentro de Eurythnia no tiene pares. En cualquier caso yo prefiero pensar que ella me aceptó a mi.- Dijo el joven mirando a la alu de una forma tierna y un tanto empalagosa en la que no parecía la lujuria ser relevante.

- En realidad si lo has dicho Seltyiel, pero esta bien, ya entiendo lo que quieres decir.- Respondió Lucien de buen humor.- Y diría que a Elias tanto le conviene que Cromarky siga ahí como en parte es su competidor, aunque no de una forma directa. Pero yo no le daría a Elias tantos puntos como él cree que tiene. Puede que la sucesión este mucho más equilibrada de lo que parece.

- Esa no es una pregunta tan importante como crees Seltyiel, diría que lo importante es que quieres hacer tu y que quiere hacer ella.- Dijo el korvo señalando al elfo y después a Talith.- Fui completamente sincero en cuanto a que lo único que pretendía en tu ciudad era traer cierta estabilidad. Bueno, reconozco que en un principio también pensaba en expandir las operaciones de la Sociedad del Pecado a tu ciudad, pero entonces te conocí a ti, y diría que el patrón de esta bella dama estará más contento si no ando con ese tipo de negocios en su territorio.

- Así pues Seltyiel ¿Que es lo que tu planeas?- Añadió el joven mirando con interés al elfo.

- Oh vamos Seltyiel, se que conoces lo suficiente Puertoenigma y eres lo suficientemente inteligente como para haber relacionado quien puede ser la madre de Laori.- Dijo Lucien al elfo.

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10/11/2016, 11:58
Seltyiel

-No estoy de acuerdo con que la filosofía kuthonita no implique crueldad. Diría que la crueldad está en la raíz misma de su dogma. Es algo más que gusto por el dolor o el nihilismo. Su dios es uno inmisericorde y cruel, y eso se traduce mucho en los cultos que lo adoran. Mira en lo que se ha convertido Nidal, ése es uno de los pocos ejemplos en que las leyendas no solo no exageran, sino que se quedan cortas respecto a lo que realmente ocurre allí.

Selt hace un gesto defensivo con una mano, como cortando una réplica temprana.

-Sé que no todos los sacerdotes kuthonitas son crueles de por sí, simplemente son faltos de empatía y endurecidos al dolor de tal forma que no entienden que la mayor parte de la gente no comparte esa resistencia al dolor o al sufrimiento. Pero no pocos kuthonitas sí son crueles. En todo caso me alegro que Laori no comparta ese rasgo. Y sí, me perturba un poco que mi media hermana sea un practicante entregado de esa religión. Las torturas, el gusto por el dolor, los sacrificios… mira, no soy una delicada flor de invernadero como vuestros nobles korvos, y reconozco que he hecho cosas bastante malas, incluso crueles si quieres verlas así, a veces por mera necesidad de supervivencia, a veces por ambición, a veces por precaución. Pero tampoco es mi estilo eso. Para nada. ¿Por qué dices que lo que venden tiene más sentido que la mayoría de las religiones?

Escucha con atención las palabras de Lucien sobre su consorte, más interesado por los detalles sobre la estructura social de Eurythnia que por las relaciones íntimas entre esos dos (aunque seguía preguntándose cómo sería convivir con un demonio) Pero Lucien acababa de decir que se tomase de forma literal que Areelu no era un demonio. El elfo abre la boca para pedir una aclaración, pero se lo piensa mejor y se calla. Lo que dijera antes su anfitrión sobre un secreto le hacía pensar que sería mala idea insistir en el asunto.

Así que asiente con la cabeza en silencio mientras considera la idea de preguntar a Naewen después.

Seltyiel asiente también a la corrección de Lucien. -Cierto, lo dije, y es que son competidores, pero no de forma activa, ya me entiendes. A Elias no le interesa moverse aun, necesita una mejor posición para eso y dista mucho de tenerla por el momento. Sí, sí, sé que la sucesión no está equilibrada para nada. Elias sólo ha ganado una fuerza relativa, pero en realidad la suya es la proverbial danza en la cabeza del alfiler. Slyeg mismo podría apartarle en una maniobra audaz, y no es el único. Hay mucha guerra sucia entre los capos de Puerto Enigma. En realidad Elias ha sufrido una serie de ataques a sus operaciones y a su reputación… o al menos han intentado hacerle parecer débil, no estoy seguro de si lo han conseguido o no… en el último año. Pero así son los vaivenes de la política en Puerto Enigma. Imagino que aquí también los tengáis, pero de otra especie. Korvosa es un vertedero, pero uno civilizado. En Puerto Enigma todo es más bruto, me temo.

Ah, la pregunta del millón de velas de oro. Selt saca una de las monedas de oro korvosanas (para la visita se había molestado en conseguir efectivo local, no era difícil en Puerto Enigma donde corrían igualmente las monedas de todas las ciudades de Varisia) y la hace botar sobre su palma. Era una moneda antigua, aun tenía la efigie de Eodred II en la cara, y el consabido dibujo de uno de los barcos de la flota korva en la cruz, el dibujo que daba su nombre a la moneda. Se preguntó ociosamente si Cressida estaría acuñando monedas nuevas con su efigie. Si era así, ninguna se había abierto paso hasta sus manos aun.

-Que qué quiero yo.  Ah, muchas cosas, Lucien, muchas cosas. Pero con respecto al tema que nos ocupa, confieso que si bien me cogiste por sorpresa con tu propuesta, ahora me he planteado algunas metas ambiciosas.  Puerto Enigma me inspira sentimientos encontrados. Por un lado es mi ciudad, y la aprecio. Por otro lado, sé que es un vertedero inmundo y la desprecio. Poder traer algo de civilización a la ciudad, y poder ponerla bajo un gobierno menos anárquico y brutal que el de los señores piratas… ah sí, Lucien, confieso que eso me gustaría mucho. Puerto Enigma tiene potencial, ¿sabes? La gente allí es emprendedora por narices, porque los que no lo son o han acabado esclavos o han acabado recibiendo un baño de tierra. Tiene gente con cultura también. La puerta críptica ha hecho que haya un porcentaje majo de estudiosos y quizá la mayor concentración de magos de toda Varisia, quitando Korvosa por vuestra Acadameae. Creo que la ciudad tiene potencial, pero es un potencial muy desaprovechado. Nunca había considerado seriamente la idea de que las cosas puedan cambiar realmente, uno tiene que aceptar la vida como viene, pero ahora con tu intervención y con Shalast queriendo reclamar la ciudad…

Selt mira directamente a Talith. -Pero tengo miedo también. ¿Y si damos la vuelta a la tortilla, qué obtendremos? Mira, venimos a Korvosa y todo lo que nos presentáis de Eurythnia es genial. Si fuera por esta visita tendría que decir que Thassilon es una opción genial a lo que tenemos ahora. Pero nos estáis presentando lo bonito, eso lo sabemos todos, y no lo feo. Lo feo ya lo vimos con la maniobra de tu señor con esos criptarcas. Y conste. No me importa que los poderosos sean un poco crudos en sus métodos. La vida es así y los que están abajo siempre son pisoteados de una forma u otra. A veces de forma gentil, a veces de forma cruda. ¿Pero hasta qué punto llegarán a ser contundentes los pisotones de los señores de Thassilon? Eso es lo que temo. Que la alternativa no sea mejor que lo que tenemos ahora. Tú misma reconoces que tu señor no es un buen hombre. Y los métodos como su actuación reciente en Puerto Enigma son sus tendencias naturales, ¿verdad? ¿Cuánto vas a poder refrenarle? ¿Qué pasa si caes en desgracia u otro se abre paso a la posición que tú ocupas ahora?

El elfo se vuelve hacia Lucien otra vez. -Quiero cambiar las cosas. Eso quiero, Lucien. Pero no a cualquier coste, no con cualquier alternativa. Querría una ciudad un poco mejor de lo que tenemos ahora. Y si me preguntas por mis ambiciones personales, sí carajo. No soy inmune a ese canto de sirena. Me encantará estar entre los que manejen los hilos, en parte por beneficio personal, en parte porque así podré controlar en lo que derive la ciudad.

Seltyiel dedica una sonrisa divertida al korvo. 

-Ya ves, metas ambiciosas a largo plazo. A corto plazo mis actuaciones van a depender de lo que queráis hacer, pero me gustaría incrementar mis actividades económicas. El primer paso para ir haciéndome fuerte ahí tiene que ser necesariamente hacerme fuerte económicamente. El dinero es poder en casi todos los sitios y especialmente en Puerto Enigma. Necesito negocios. Cómo conseguirlos… depende. Parte de mis ideas es absorber a algún competidor menor y dejar que trabajen para mí. Yo puedo permanecer en la sombra por el momento. E ir devorando poco a poco a pequeños pececitos hasta llegar a los tiburones, por usar una metáfora pirata bastante popular en Puerto Enigma, supongo que no es vuestro estilo de metáfora, pero sirve bien para el caso. Pero si contara con financiación externa se podría mirar de hacer un crecimiento paralelo por otras vías.

Seltyiel sonríe con diversión.  -Sí… creo que sí sé quien es la madre de Laori. Pero supongo que quería una confirmación. Podría haber más elfas en la ciudad; mi raza tiene una presencia escasa en Puerto Enigma, sí, pero aun así, algunos exiliados o esclavos acaban varando allí. Hace unas décadas, antes de que me marchara de la ciudad, la sensación era una semielfa llamada Jbade, era sólo una mestiza sí, pero su aspecto era casi el de una elfa de pura sangre. Aunque ella no era esclava, era una profesional libre con un talento excepcional para la danza y el canto, y un talento aun más excepcional para convencer a los más adinerados de patrocinarla. Pero ojo, no es que esté criticando sus métodos, cada uno hacemos lo que podemos para salir adelante. El suyo es un método mejor que otros. Yo me abrí paso aplastando a los que se me oponían. Y el que no fuera por medio de la fuerza bruta no implica que algunos de mis competidores no acabaran mal.

Selt mueve la cabeza lentamente, pensando en la madre de Laori. Jbade se había marchado de Puerto Enigma a tierras más verdes (había oído algunos rumores dispares que decían que había triunfado en Taldor o en Absalom, según a quien se preguntase), pero la madre de Laori no había tenido la suerte de escapar de la ciudad. -Pobre mujer. Supongo que es mercancía muy valorada y mimada en consecuencia, pero aun así vaya vida tiene que haber sido la suya.

Y tras un segundo de pausa: -Supongo que será Cisne Azur. Creí que era una leyenda de esas que se acuñan para aumentar la clientela...  -dijo pensativo-. Ya echaré un vistazo cuando vuelva a la ciudad.

-Ah, por cierto, una petición rara… ¿no tendrás algunas monedas acuñadas por Ileosa, verdad? Su reinado fue más bien efímero, pero diría que en un futuro pueden ser una curiosidad histórica con cierto valor.

Selt se guarda la vela de oro de Eodred en el bolsillo.

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11/11/2016, 16:19
Lukke

- No Seltyiel, reconozco que esa es la impresión que da vista desde fuera, pero si la estudias veras que en la fe kuthonita el dolor, tanto infringirlo como recibirlo, no es el objetivo, es un simple medio para un fin. Y a pesar de la leyenda negra que tienen muy pocos kuthonitas infligirán dolor fuera de la fe a individuos no voluntarios, excepto en combate, claro. No, no es por crueldad que se relacionan tan íntimamente con el dolor.

- ¿Peculiar? Si ¿Grotesco? Sin duda. Pero no tiene menos sentido que la trascendencia a través del amor o de reglas de un bien lógicamente desestructurado y falto de coherencia interna.- Añadió el joven que parecía haber dejado de ser un peligroso líder criminal o un cabeza de familia noble para ser un estudioso en el micromundo de alguna de las grandes universidades del sur.

- Digo que tiene más sentido por que su uso del dolor para prepararse y forjarse tiene lógica y coherencia. Aunque desde luego sus conclusiones dejan que desear. La mayoría de las religiones que he estudiado adolecen de una falta de lógica tan descarada que no entiendo como no lo ven incluso los fanáticos más acérrimos.

- Oh, no sabría que decirte. Es cierto que Korvosa suele ser un vertedero estable con solo ocasionales masacres y la “maldad” contenida a actos individuales. Pero últimamente hemos tenido nuestra dosis de caos. Una plaga apocalíptica, una represión sangrienta, robo de almas y vidas al por mayor, un intento de invasión por parte de una facción del Infierno, una rebelión costosa... No Seltyiel, teníamos reglas, ahora intentamos reconstruir lo que queda en algo nuevo. Tu tendrás que hacer lo mismo, y la falta de unas reglas claras te ayudará a no tener que quemar mucho para reforjarlas.

- Te olvidas de Galduria.- Indicó Lucien sobre las concentraciones de magos en Varisia con una sonrisa dirigida hacia Talith.- Pero tienes razón, Puertoenigma tiene potencial para ser mucho más de lo que es.

- No creo haberos presentado una Eurythnia genial Seltyiel. Es más ni siquiera os he presentado a Eurythnia, solo a algunos de sus miembros. Y el hecho de que sean bellos y amigables no es relevante dado sobre lo que se estructura esa nación. Créeme, todos los supervivientes son así o más.

Lucien pareció por un momento que iba a responder en apoyo de Talith pero finalmente pareció pensárselo y simplemente sonrió a la muchacha con amabilidad.

- Seltyiel. Nuestra actual reina es una mujer prodigiosa y digna de admiración, férrea, leal e inteligente. Y no solo le ha tocado asumir una corona que no deseaba, si no también una ciudad arrasada y perdida y un futuro que no le pertenecerá pues será de Eurythnia. Si lo que buscas es un plan ideal para tu ciudad, lo lamento, no creo que sea posible. Pero si lo que buscas es lo mejor para tu ciudad lo mejor que puedes hacer es conseguir que el señor de Talith te escuche a ti también.

- Gente como Talith o yo mismo nos estamos uniendo a Thassilon por sus ventajas y su magia, si, pero también por que sabemos que son el futuro, con o sin nosotros. Y con nosotros puede ser un destino mejor. Por supuesto que habrán desastres, mezquindades, maldades y batallas perdidas en pos de esa mejora, pero la alternativa es lo bastante mala como para convencernos.

- Entiendo de metas ambiciosas.- Respondió el joven con una sonrisa agradable y cómplice.- Pero hay que aceptar perdidas para lograrlas.

- El dinero es fácil. Dinero llama a dinero y tanto yo como Shalast podemos conseguirte el efectivo para iniciar tus empresas. Es más, puedes considerar lo que he invertido en tu pequeña proto-organización como un presente de buena voluntad por parte de la Sociedad del Pecado. La cuestión es que el dinero son como los favores, siempre traen vínculos, lo queramos o no. E imagino que tu querrás controlar tus vínculos cuidadosamente.

Lucien sonrió divertido ante la petición de Seltyiel, y quizás un poco complacido, y saco una moneda de su manga para lanzársela al elfo.

- Puede que algún día, pero de momento te aconsejaría no mostrarla en Korvosa. Han linchado a gente por menos.- Indicó divertido el joven.

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14/11/2016, 18:30
Talith Symarast

Talith pareció por un momento entre tímida y exasperada, pero finalmente sonrió a Lucien.

-Sí, tú me miras así. Y aun no entiendo por qué. Pero tienes razón, yo nunca huyo por pura cobardía, sólo por prudencia o sensatez. No huiría, pero era una forma de hablar. Isenya tiene pinta de ser una de esas mujeres que saben exactamente qué quieren, y con la fuerza de voluntad para perseguirlo sin descanso.

Y a Seltyiel: -Aunque yo tengo muy poca experiencia en estos jueguecitos entre hombres y mujeres, si tengo que ser sincera. Nunca he tenido tiempo ni oportunidad para practicarlos. Supongo que tampoco especial ganas o motivación; nunca deja de maravillarme cómo alguna gente que sí los practica, y que actúa de forma inteligente en otras facetas de la vida, parece perder los sesos con este tema en concreto.

Pero la mirada de la embajadora de Shalast se desvió del elfo y se posó en el anfitrión, examinándolo como si le considerara un misterio especialmente enigmático.

-Sí, a veces te escruto –dijo suavemente, con una sonrisa ambigua, antes de dejar el tema completamente de lado.

Talith acarició distraídamente la enorme gema del anillo de Karzoug le había regalado.

-He hecho grandes servicios a Shalast, pero el trabajo que realicé para conseguir este presente en concreto diría que no lo merecía. La concesión de este anillo fue más bien un… símbolo político, dentro de los juegos de poder de la corte shalastiana. Fue tanto una forma en que mi maestro validaba ante toda la corte que yo era una apta valiosa para la satrapía, como una forma de recordarle a mi compañero aprendiz, que tiene un rango más alto que el mío, que se estaba durmiendo en los laureles y pisando suelos resbaladizos. Así que ya ves, una forma sutil de apoyarme y al mismo tiempo dar un toque de atención negativo a su otro aprendiz por su supuesta incompetencia. Eso es típico de mi señor, y la corte de Shalast es mucho más formal, y enmarañada, que la que Kusasfa mantiene aquí, aunque, por supuesto, eso puede cambiar cuando el trono de Eurythnia recupere a su señora rúnica. Kusasfa es un administrador pragmático que reduce al mínimo la pompa del poder… en parte por no robarle protagonismo al respecto a su soberana… pero los monarcas, y un señor rúnico es eso mismo pero con otro título, no suelen poder permitirse un perfil bajo.

Talith confirmó las suposiciones de Seltyiel con un cabeceo.

-Sí, todas las runas mayores tienen una influencia inequívoca en sus portadores. No me extraña que Naewen esté teniendo problemas en asimilarla, ya que se la han inscrito hace muy poco tiempo. Mis dos primeras semanas fueron también muy perturbadoras. Es como si alguien se te hubiera metido dentro, llenándote de unos impulsos que parecen ajenos y equivocados, acaparadores y… bueno. Por unas semanas creí que me volvería loca o que la runa me cambiaría completamente. No me reconocía a mí misma. Yo nunca había sido particularmente avariciosa, de hecho era la tesorera de mi grupo, y siempre repartí bien y equitativamente y jamás me quedé con una parte mayor, más bien, incluso en determinadas épocas fue al contrario. Y por las mismas nunca había valorado en mucho mis pertenencias materiales, ni había sido posesiva con mis conocidos. Yo estaba orgullosa de mi intelecto y mis habilidades, y me parecía que eso era mucho más importante que poseer cosas. Y en cuanto a las personas… absurdo intentar controlarlas, como si uno no tuviera suficiente con una misma, como para perder el tiempo intentándolo con otros. Todo eso cambió cuando Karzoug me inscribió la runa, y así que cuando veía algo, y el ansia de poseerlo parecía que me iba a desgarrar por dentro, o cuando la amenaza de tener que renunciar a algo que era mío me llenaba de una inexplicable ansiedad… yo le echaba la culpa a aquella maldita runa y me arrepentí mil veces de haberme dejado atrapar por el canto de sirena de esa magia. Y cuando me di cuenta que estaba empezando a comportarme de forma posesiva con las personas que me rodeaban…

Talith se llevó una mano a los labios, y sonrió, una sonrisa amplia y despreocupada, con cierto punto divertido.

-Luego me di cuenta que aunque aquello era una compulsión…aunque no del tipo habitual que los libros de textos consideran como tal, pero lo era… no era algo ajeno que me había sido impuesto, ni tampoco era algo que no pudiera manejar. Me di cuenta que la runa en realidad manejaba mis propios deseos y mis miedos. Me di cuenta que yo era así, realmente, sólo que nunca me había permitido comportarme de esa forma, porque odiaría que otras personas me tratasen así a mí, acaparándolo todo y comportándose como si fueran mis dueños. Pero esos deseos, esa avaricia, habían estado ahí desde el principio, en mi interior, solo que reprimidos. Y comprendiendo esto, ¿qué diferencia había en tener la runa o no?

Talith se encogió de hombros.

-Aprendí a racionalizar los deseos que me surgían. ¿Me cuesta entregar parte de un botín o una paga a un subordinado? Me digo a mí misma que eso sigue siendo mío, ya que ellos trabajan para mí, y así me sirven mejor. ¿Me cuesta liberar a un esclavo, o no forzar a un grupo de disidentes a una servidumbre forzosa? Me recuerdo que trabajarán mejor, y rendirán mejores beneficios, si lo hacen por propia voluntad. De alguna manera, pensar así me funciona, y circunvala totalmente la presión de la runa.

La joven parecía relajada y tranquila, y tan abierta como antes.

-A mí me funciona eso. Pero la runa es diferente para cada uno. El truco para entender su funcionamiento es que funciona con conceptos universales que en realidad anidan en cada uno de nosotros, así que trabaja con nuestras propias emociones, nuestros propios deseos, y lo vincula a algo que todo mago desea con aun más fuerza, que es su propia magia. Es un circuito que se retroalimenta a sí mismo, y de forma muy eficiente. Por eso es difícil contenerlo, y muy fácil dejarse arrastrar por ello. Como método para generar y potenciar magia es excelente; como medio de posible corrupción de sus portadores…. Eso es más complejo, Seltyiel.

Guiñó un ojo al elfo.

-Se puede decir que es lamentable que los primeros señores rúnicos escogieran estos… mmm… conceptos universales, que por su influencia podemos considerarlos “vicios”. Pero según tengo entendido en tiempos de Xin se manejaban otros conceptos, que eran más bien algo que podríamos denominar “virtudes”, y el sistema funcionaba igualmente, pero no logró que los que lo practicaran fueran dechados de virtudes. Lo mismo que esta influencia de las runas de los “vicios” no implica que los que las portamos y usamos estemos obligados a ser sus esclavos. Pero es una cuestión de voluntad y control, sí. La runa genera muchos beneficios a un precio, el precio de tener una necesidad, unos impulsos más acuciantes de lo normal. Es algo muy controlable… aunque no todo el mundo tendría la fuerza de voluntad para no dejarse arrastrar por ello. De ahí algunos de los excesos del viejo Thassilon, sospecho, y muy especialmente porque los señores rúnicos tenían ciertos intereses por no moderarse.

La embajadora de Shalast miró por un momento a Lucien, pensativa, y era como si algo le rondara por la cabeza, pero en vez de verbalizarlo, desvió su atención hacia Naewen.

Encontrará un equilibrio cuando deje de luchar contra su influencia y la acepte, y en vez de combatirla se adapte a su flujo, reencauzándolo a su vez. Los sistemas de retroalimentación positiva funcionan así, es posible cierto moldeado, pero implicando a todas sus partes, no sólo a una de ellas –vaticinó-. Pero sí, tienes razón en que hay algunos en que se han visto desbordados por la influencia de su runa. Mi señor no es capaz de hacer regalos, no. Aunque sólo en parte es por influencia de la runa. Algo de lo que no se suele hablar en la corte de Shalast es que él mismo fue un esclavo, un esclavo que ascendió a lo más alto con considerable esfuerzo, trabajo y sacrificio. Mi señor cree que si otros quieren ascender, deben trabajárselo también y saber ganarse ese premio. Así que un regalo es un insulto, mientras que un premio es un reconocimiento bien ganado. Por otra parte, no dudo que su runa le diga que un regalo es un despilfarro sin beneficios, mientras que un premio es una inversión para alentar a alguien que genera ganancias. A menudo las cosas no son tan sencillas como las plantean las leyendas, y cuando se trata de personas, suelen ser definitivamente mucho más complicadas en la realidad que en el mito.

Talith se encogió de hombros.

-Mi vida en Shalast es… trabajo y servicio. Como todos en la corte. Como todos aquí en Eurythnia. Es lujosa, sí, tengo riquezas y magia que podrías considerar absurdas midiéndolas por los raseros habituales, pero no te engañes, no es una vida ociosa. A veces los vicios de las runas son algo más, Seltyiel, son también una vía de escape en la que podemos relajarnos después de tanto trabajo. Pero me gusta. Es una vida que me gusta porque es una existencia constructiva. Siempre quise dejar mi huella en el mundo y, bien, lo estoy haciendo. Estoy contenta. Ahora, si lo que te preguntas es cómo es Xin-Shalast… te diré que asombrosa. Tendrías que verla para entenderlo, Seltyiel. Es un prodigio de arquitectura, un derroche de materias primas, una exhibición de lo que la magia puede hacer por una sociedad. Espero que algún día puedas visitarla, y solo entonces lo entenderás. Y entenderás por qué, a pesar de todos sus defectos, Thassilon tiene también que ofrecernos cosas asombrosas. Con franqueza, si ahora tuviera que mudarme a Magnimar después de vivir en Xin-Shalast lo sentiría como un retorno a los tiempos de barbarie de la Era de la Oscuridad.

Talith se rió ante que las mujeres se olvidaban de los magos y los especialistas ante unos buenos musculitos.

-Será que el género masculino puede hablar muy alto acerca de lo que le suele impresionar… -apuntó la muchacha divertida, riendo un poco-. Pero, oye, siempre puedes quitarte la túnica y dejarnos ver qué tienes que ofrecernos. Las chicas te animamos a ello; no necesito consultar con las otras para asegurártelo.

Talith se mostró rotunda ante la pregunta de Seltyel de si estaba segura que Karzoug podría mantenerlos a raya.

-Absolutamente. No podrán volver a enredar en Xin-Shalast mientras él esté allí -dijo con total seguridad-. Podrás tener dudas de su ética, Seltyiel, y no te diré que no haya razones para ello. Pero no deberías dudar de su capacidad. Tampoco de su tenacidad cuando se trata de cobrarse una injuria. No dejará que su intento de sabotaje allí quede sin castigo.

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16/11/2016, 00:26
Naewen

Aerel pareció tener una comunicación con Azgarnor, y luego le comentó algo a Aerilaya. La elfa miró al mezlan, un poco sorprendida, pero sonrió.

-Sí, me gustaría. Quiero ampliar mi círculo de conocidos eurythnios -Aerilaya se había agobiado algunas veces de lo directos que eran los eurythnios, pero Azgarnor no parecía tener prisas y sería interesante conocer más de la vida de Azgarnor. Era mucho lo que todavía desconocía de los eurythnios-. Supongo que irás luego a la fiesta de Lucien... podemos hablar más allí.

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16/11/2016, 17:31
Azgarnor

- Por supuesto. Aunque no tengas prisa por mi, no me urge la runa ni, a decir verdad, la biología. Simplemente me pareces alguien fresco e interesante.

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21/11/2016, 13:54
Seltyiel

-Bueno, es una forma de verlo –dice Selt respecto a los kuthonitas. Prefiere no pringarse en temas de religión con el anfitrión. La gente solía volverse tarumba con la religión o la política. Temas escabrosos esos en los que cada uno tenía su propia opinión al respecto-. De todas formas me gustará conocer más a Laori. Espero que me lo permita.

Hace un gesto de asentimiento a lo de Korvosa. –Es que son tiempos caóticos. Pero al menos parece que Eurythnia está siendo un factor estabilizador más que al contrario. Extraño, ¿no? Si hubieras preguntado hace un año a cualquiera de los expertos que podrían reconocer el nombre de Thassilon si un regreso así sería bueno te habrían dicho todos que no.

-Galduria… cierto, me olvido de ellos. Suelen estar tan quietecitos, salvo cuando se les escapan sus experimentos… -sonríe a Talith-. ¿Le dais mucho a la necromancia allí, verdad? ¿Cómo fue estudiar allí? Alguna que otra vez me pregunté qué me habría perdido por no haber tenido nunca una enseñanza más formal. Quiero decir, que Nhe… que mi antiguo tutor me dio una base sólida, pero esas academias arcanas suenan intrigantes. Aunque realmente pareces muy joven para haber ido a una de esas. No digamos ya para ser la embajadora de uno de los países de Thassilon.

Seltyiel asiente. –Ya. No digo que los eurythnios nos hayan hecho una actuación magistral de talante amistoso y abierto. Soy consciente de que las leyendas, leyendas son, y habrá mucho de exageración en ellas. Los de Thassilon eran humanos casi todos y es imposible hablar de siete naciones compuestas por humanos malvados de leyenda. Los gobernantes serían como fueron, pero entre sus subditos habría de todo, bueno y malo. Es lo que nos dice la lógica y sería absurdo pensar otra cosa. Pero entiende que después de lo de Puerto Enigma hay razones para pensar que sus gobernantes pueden seguir interesados en la forma de… gobernar… del pasado. Y eso tampoco sería tan raro. Después de todo son las mismas personas que fueron cuando su mundo se fue al carajo. No hablamos de sus hijos, ni sus nietos, hablamos de ellos mismos…

“Gente como Talith o yo mismo nos estamos uniendo a Thassilon por sus ventajas y su magia, si, pero también por que sabemos que son el futuro, con o sin nosotros. Y con nosotros puede ser un destino mejor. Por supuesto que habrán desastres, mezquindades, maldades y batallas perdidas en pos de esa mejora, pero la alternativa es lo bastante mala como para convencernos.”

Selt asiente de nuevo, esta vez impresionado por esta declaración. Sí, eso tiene sentido y su propio pragmatismo puede sentirse atraído hacia esa forma de pensar.

-Sabia posición esa –admite-, y cuando nos conozcamos un poco más creo que podría pensar también eso.

Una vez que viera que cosas como lo de Karzoug con los criparcas no se convertían en la norma. Después de todo ¿qué gobernante no se permitía de vez en cuando alguna libertad?

Sonríe. –Para entonces quizá haya avanzado algo más en mi arte. ¿Creéis que para entonces algún thassiloniano podría sentirse inclinado por enseñarme algo? –tanteando la posibilidad de poder obtener un maestro arcano también él, aunque fuera como posibilidad futura. No cerrar puertas, ese era el lema de Selt. Siempre habría tiempo de cerrarlas si al final no interesaba.

Asiente ante lo del dinero y los vínculos. Lucien realmente sabía como funcionaba el mundo. Mucha gente no lo sabía, incluso gente supuestamente culta.

-¿De verdad tienes 15 años, como dijiste aquella vez? –sin poder creérselo. Demasiado conocimiento para alguien tan joven… Selt mira a Talith, intentando estimar su edad. Ella también parecía joven, ¿pero cuanto? Claro que preguntar la edad a una mujer siempre era más peliagudo.

El elfo sonríe a Talith ante lo de que no tiene experiencia en los asuntos entre hombros y mujeres. Sí. Definitivamente joven. Demasiado guapa para no tener experiencia si no era tan joven como parecía. ¿O quizá asustaba a sus pretendientes? Talith parecía tener una personalidad fuerte y una determinación férrea y eso asustaba a muchos hombres.

Estupidos timoratos. Las doncellas de mantequilla eran una aburrida pérdida de tiempo.

Alarga la mano para acariciar osadamente la mejilla de Talith, resiguiendo con lentitud la línea de sus pómulos.

-Mi género debe de estar ciego y sin seso para que eso sea verdad, mi señora –asegura Selt, mirándola a los ojos-. Sois muy hermosa.

Pero no intenta ir más allá, si no tiene experiencia Selt duda que le gustase que la presionen, y de todas formas convenía asegurar primero su cooperación que otra cosa. Era una relación de negocios demasiado importante para arriesgarse a estropearla. Por no hablar de que Lucien parecía pretenderla. Aunque eso probablemente no fuera problema, parecía bien integrado en la cultura eurythnia, y dado que los eurythnios parecían ser promiscuos, eso descartaba celos de ese estilo.

Lucien le tira una de las velas de oro de Ileosa y Selt la recoge al vuelo y se la guarda en un bolsillo diferente al resto.

-Gracias, colecciono curiosidades como ésta. Y sí. Sé que hacer alarde de esto en Korvosa ahora mismo no me haría muy popular. Pero los rencores acabarán cesando con el tiempo. Unas décadas y la mayor parte de la gente querrá dejar el pasado en el pasado. El tiempo es mejor sanador que un clérigo de Sanrenrae. Por cierto que tenéis doncellas grises exiliadas en todas las ciudades de Varisia, supongo que lo sabrás.

Selt escucha con atención a Talith hablar de las complejidades de la corte de Shalast y de la influencia de la runa en sus portadores. Aquello le permitió entender un poco mejor las dificultades que Naewen mencionó antes, aunque era más o menos lo que él había supuesto que pasaba. Pero también le hizo preocuparse un poco por Naewen. No es que tener que echar uno o dos polvetes al día le pareciera mala cosa, pero Naewen parecía agobiarse por todo.

Y aunque no dudaba que Naewen, Talith o Lucien pudieran tener la fuerza de voluntad suficiente para mantener bajo control las ansias que les infundían sus runas, Selt se pregunta cuantos thassilonianos tienen esa misma fuerza de voluntad. Es más fácil complacerse en autoindulgencias que ejercer automoderación, je. E incluso si los que no tenían la fuerza de voluntad fueran una minoría… oh sí, se entendía mucho mejor por qué Thassilon se había convertido en el Thassilon de las leyendas.

-Tengo una duda al respecto. Entiendo que queréis ayudar a que Thassilon se alce con una mejor base que en el pasado y evitar que recaigan en los excesos del pasado. ¿Pero creéis que eso es posible mientras llevéis esas runas? Seamos realistas, tomad una muestra de la humanidad… je, de la “elfindad” también… y la inmensa mayoría de la gente no tiene la fuerza de voluntad para no rendirse a sus impulsos egoístas, ni para poner bajo control vicios comunes… si sumas esa tendencia natural de la gente a la influencia activa de la runa… ¿puede esperarse otra cosa que una deriva paulatina hacia el vicio?

“Trabajo y servicio”. Selt toma de nuevo la mano de ella, mirando sus fabulosos anillos (y sus deliciosos deditos). A pesar de que también creía su afirmación sobre poseer riquezas y magia en proporciones absurdas para la mentalidad habitual, creyó en esa afirmación, sí. Lucien parecía estar más ocupado que Asmodeus y algo le decía que Talith no era de las que se quedaban ociosas contando monedas y puliendo joyas.

-Estoy deseoso de ver lo que Thassilon puede enseñarnos –asegura Selt, y en esto era también sincero. Acepta con un cabeceo la regañina de ella acerca de su maestro en el asunto de los lengitas-. No dudo de su capacidad. Tiene que ser un mago muy poderoso. Sólo quería cerciorarme.

Ante lo de quitarse la túnica Selt reacciona con un guiño. –Si es lo que quiere el público no creas que tendría remilgos haciéndolo –bromea.

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22/11/2016, 14:34
Lukke

- Laori es bastante sociable para la media de su gremio y dado su historial. Dale tiempo, simplemente detesta todo lo que le recuerda a Puertoenigma.- Explicó el joven de una manera que sugería que ya había considerado aquello antes de soltar LA revelación.

- Bueno, hace un año también podrías haber reunido un simposio con los mayores expertos sobre Thassilon del mundo y lo que te habrían contado cabría escrito en una servilleta.- Replicó Lucien encogiéndose de hombros como constatando que la imagen que había de Thassilon era algo más que incompleta y distorsionada.

- Lo que menos debería sorprender Seltyiel es que Eurythnia haya sabido hacer una actuación magistral. No solo era, y somos, una satrapía de salidos, ni siquiera una satrapía especializada en el encantamiento en todas sus formas. Eurythnia era, y vuelve a ser, la cuna de disciplinas como la psicología, la sociología o la memética.

- ¿Forma de gobernar del pasado? Seltyiel, Shalast provocó la muerte indirecta de siete personas por asegurar a tres activos clave. Casi cualquier señor del crimen habría matado personalmente el triple de esa cifra. Y nuestra propia historia, la moderna, esta plagada de ejemplos de gobernantes que arrojan a cientos, e incluso miles, a la muerte por simple capricho.

- No, lo de Puertoenigma, en mi opinión, tan solo fue el ejercicio de la economía del poder. Lo que personalmente censuro es la manera chapucera y poco precavida para con la opinión pública con que se hizo.

- No Seltyiel cuando hablo de influencia positiva para la región me refiero a fuente de civilización y de un código de justicia adecuado, pero sobretodo en cuanto a alfabetización. Sinceramente, evitar las pequeñas mezquindades y maldades del poder es algo a lo que ni aspiro.

- Piénsalo Seltyiel, siempre nos vienen bien más aptos. Tanto para apoyar el resurgir del imperio como para presionar en su reforma.- Dijo el joven escrutando evaluativamente a sus dos compañeros de charla.- Y si, por supuesto que podrías. Incluso ahora si quisieses. Pero es mejor que primero completes la transición de Puertoenigma, así podrás aspirar a un maestro mejor.- Añadió lanzando una mirada imposible de interpretar a Talith.

- No suelo mentir Seltyiel, ni (aunque Naewen diga lo contrario) exagerar. A menos que el trabajo lo exija claro. Nací hace quince años, aunque realmente es algo más complicado que eso. De todos modos no es extraño encontrar engendros- dijo el muchacho en lugar de tiefling- que tienen procesos de crecimiento anómalos. La expresión genética planar y la humana no siempre encajan de forma sincrónica.

- Si, si que lo es.- Coincidió Lucien sobre la hermosura de Talith mirándola de una forma penetrante e intensa.- Más de lo que ella cree.

- Y si, se lo de las damas exiliadas, gracias. Ya he conseguido traer de vuelta a algún grupo, pero me temo que a la mayoría de las que quedan les haría más mal que bien volver a Korvosa en estos momentos, sobretodo por la fuerza.

- Seltyiel, las runas no se inscriben a todos. Ni siquiera a toda la gente con talento e inteligencia. Solo aquellos con más voluntad, preparación y dedicación entre los aptos llegaban a tener la posibilidad de recibir una runa de poder. Mira por ejemplo como esta actuando Thassilon ahora. Incluso a pesar de nuestra necesidad de más magos rúnicos no veras que se este aceptando en masa a los cientos, y eso solo en mi oficina, de aspirantes. Aunque hay runas y runas, eso es cierto.

- Pero míralo por el lado contrario. Cuando un mago rúnico llega a una posición de poder político suele llevar décadas conviviendo con la tentación sin caer en ella.