Partida Rol por web

Pathfinder Alfa: Hijos del Vacio

[Escena] Sex and the City

Cargando editor
02/10/2016, 00:03
Marcus

Marcus escuchó el discurso de Talith pero no abrió la boca para desvelar nada cerca de los ritualistas o los Tíndalos. Después de todo él no había estado cuando habían activado la Puerta Críptica, y había llegado tarde para ver las repercusiones.

Cuando la mujer se le acercó, tras la muestra de apoyo de Naewen, Marcus negó con la cabeza.

- No estoy agobiado. Me preocupa que las malas decisiones de unos pocos pueda regir el destino de muchos. - Explicó.

- Temo por la seguridad de los habitantes de Puerto Enigma y por el hecho de que se pueda desencadenar algo parecido a una guerra... - Indicó. - O peor aún, que haya represalias armadas o por la fuerza sobre Puerto Enigma, y que el resto del mundo se dedique a mirar para otro lado... Por primera vez en mi vida diría que temo que pueda no haber una guerra. - Dijo el explorador un tanto confuso.

Desde luego que él no estaba a favor de ninguna guerra... pero sí del hecho de que Karzoug no pudiera hacer lo que viniera en gana... como cualquier otro tirano déspota. 

- Tienes razón. - Le dijo a Talith. - El mundo cambia, y nos afecta... Y debemos trabajar con lo que nos ha tocado. - Admitió el humano.

Dejó que la chica continuara hablando con Seltyiel y se centrara en la compra de posesiones en Puerto Enigma. Al final algunos siempre pensaban en lo mismo. Marcus sonrió y decidió pasar a un discreto segundo plano por el momento.

Cargando editor
03/10/2016, 10:57
Naewen

-No estoy agobiado. Me preocupa que las malas decisiones de unos pocos pueda regir el destino de muchos –dijo Marcus.

-Precisamente por eso es tan importante que gente de esta era entre en la jerarquía de Thassilon y lo influencie. De esa manera no serán sólo las decisiones de unos pocos –explicó Naewen-. Las sociedades humanas están regidas casi universalmente por unos pocos, Marcus. Aquí en Korvosa el el monarca y las cabezas de las Grandes Casas… seis personas en total. En Magnimar es el Consejo… un número parecido de personas. En Puerto Enigma, tu ciudad, es el señor Cromacky y los señores de la mafia más destacados. No es tan raro que en Thassilon sean sólo los señores rúnicos los que manden, y que dado el potencial de su cultura… ten en cuenta que son una sociedad con muchos más conocimientos y magia que las actuales de Varisia… vayan a influenciar de forma decisiva a las otras sociedades asentadas aquí.

La elfa sonrió a Marcus.

–Pero ni siquiera los señores rúnicos, o los monarcas totalitarios como es el caso de Korvosa, pueden ignorar la influencia de sus súbditos. El señor Karzoug es un tirano de cuidado, y sin embargo, ha tenido que ceder ante los consejos de Talith y las presiones y necesidades de esta era. El gobernante actual de Eurythnia, mi maestro, está acostumbrado a que nadie le replique, y sin embargo escucha los consejos y las explicaciones que se le dan acerca de esta era. Ahora, piensa, ¿qué pasaría si Karzoug no tuviera a Talith al lado, o si nadie de esta era hubiera aceptado pasar a ser aprendiz de Kusasfa? Lo que pasaría es que ellos harían las cosas al modo en que están acostumbrados, lo que es lo mismo que decir al modo del mundo antiguo, en vez del avance suave que están realizando actualmente.

>>Esconder la cabeza en la arena como hacen ciertos pájaros peculiares de la Extensión Mwangi, esperando que los peligros se solucionen por sí solos, no funciona. Empezar una guerra contra Thassilon sería una masacre ahora. Hubo un tiempo en que había dos o tres despertados, pero ahora son demasiados los thassilonianos. Entre todas las satrapías no son más que unos cientos, pero estos cientos tienen un inmenso poder. Y descubrirás que, pese a que las satrapías de Thassilon no están exactamente unidas, sino más bien lo contrario, saltarán como una sola ante una amenaza externa.

Aerilaya volvió a coger la mano de Marcus.

–No, lo más efectivo que se puede hacer es moldear el desarrollo y maduración del nuevo Thassilon, ahora que son una sociedad incipiente y todavía no asentada. La nueva sangre que se una ahora a ellos, y gane suficiente poder y confianza de sus líderes para influir en sus decisiones tempranas, va a ser quien conforme la naturaleza del nuevo imperio. Gente como nosotros, Marcus. Incluido tú, aunque ahora te parezca que esto no va contigo. Pero, ¿qué prefieres, confiar en que una guerra que se cobrará miles de vidas solucione la papeleta, si es que tal guerra estalla, o trabajar para lograr una convivencia no sangrienta y una Varisia donde todos podamos vivir?

La elfa hizo un gesto hacia Talith.

–Lo primero que hizo el señor Karzoug, aun antes de salir de su refugio de estasis, fue reunir un ejército. Su intención era caer sobre las tierras bajas con la fuerza de un martillo y tomar posesión sobre ellas. Talith le convenció de otra cosa, y en su lugar las tierras que antes eran de Shalast van a conservar su independencia política. La política que Eurythnia está siguiendo en Korvosa está directamente influenciada por los consejos de Lucien, que a su vez actúa de puente entre la reina Cressida, su maestro el gobernante de Eurythnia, y los intereses de la gente más humilde de Korvosa, entre los cuales Lucien se crió. La política externa de Thassilon respecto a países como Nex o Kyonin está siendo determinada en buena parte por mis consejos. Edasseril y Gastash están escuchando también los consejos de Lucien, y al menos la última satrapía ya ha empezado a aceptar aprendices de esta era. ¿Te puedes imaginar cómo serían las cosas si hubiéramos decidido combatir a Thassilon, en vez de aconsejarlo?

Cargando editor
03/10/2016, 11:40
Marcus

Marcus escuchó comprendiendo perfectamente las palabras de Naewen y viendo la sabiduría que había tras ellas.

- Desde luego. Una guerra contra semejantes imperios, por pequeños que sean hoy en día, además de un suicidio tendría un coste en vidas terrible para ambos bandos. – Admitió.

- Personalmente siempre he sido más partidario del diálogo que de la violencia. Y me alegro de que señores tan poderosos y con costumbres tan distintas como Karzoug escuchen los consejos de gente de esta era. – Añadió mirando a Talith.

Aunque luego miró a Naewen y puso cierta cara de incredulidad. - ¿Yo? No me veo unido a ninguna de estas… satrapías. – Dijo utilizando la palabra empleada por Naewen. Sonrió y se encogió de hombros. – Además de que no creo que alguien como yo fuera de interés o utilidad para ninguna de ellas. – Admitió. Después de todo, la gente verdaderamente influyente en esas sociedades eran casi siempre usuarios de la magia. Y no usuarios cualquiera, sino gente cuya comprensión de lo arcano y sus habilidades superaban con mucho a la mayor parte de la población de Golarion.

Volvió a negar con la cabeza. – No, sí me alegro de que gente como tú pueda aconsejar a líderes como Kusasfa. – Dijo mirando a la elfa y devolviéndole la sonrisa. – Pero ese tipo de vida no es para mí. – Era algo parecido al trabajo que estaba realizando con Seltyiel en Puerto Enigma. De momento lo hacía exclusivamente porque era lo mejor para las gentes de la ciudad, y porque alguien tenía que hacerlo. Pero en un futuro cercano confiaba en que Seltyiel pudiera encargarse sólo del tema.

Antes de continuar con la conversación, el humano añadió un comentario en voz algo más baja hacia Naewen y le guiñó un ojo a la elfa.

- De todas formas tus palabras suenan a una utopía… ¿Recuerdas nuestra conversación? – A él también le encantaría que todas esas sociedades, antiguas y nuevas, pudieran convivir en Varisia pese a sus diferencias. Pero lamentablemente temía que la realidad les diera un duro revés en breve.

Cargando editor
03/10/2016, 13:20
Naewen

Naewen sonrió, pero a pesar de que Marcus había bajado el tono de voz, evidentemente buscando cierta privacidad, ella no contestó por el enlace telepático o vía Aerel, cosa que les hubiera asegurado total privacidad, al menos en aquel grupo. En realidad pensaba que aquello debería escucharlo todos los reunidos.

-No creo en utopías, Marcus. Y creo que eras tú hace un rato el que defendía la capacidad de tu raza de vivir en armonía y yo me mostraba más que escéptica. No está en la naturaleza de tu raza el conseguir ese tipo de convivencia utópica, como mucho la conseguís, y muy raramente, en comunidades muy pequeñas, pero tan pronto el grupo alcanza un punto crítico… No, no espero una utopía de este nuevo Thassilon. Pero en mi opinión no tenéis una utopía tampoco actualmente en Varisia. Korvosa es una monarquía tiránica con una pequeña élite de privilegiados muy ricos y una gran masa de ciudadanos muy pobres. Magnimar está corrompida por la política sucia y los cultos que operan en su sombra. Puerto Enigma es un caos donde impera la ley del más fuerte, y Kaer-Maga es libre comercio al estilo más salvaje y destructivo, allí puedes comprar todo lo que está prohibido en las sociedades normales y decentes. Fallo en ver cómo Thassilon es una alternativa tan terrible, y teniendo en cuenta que una oposición ahora significaría muerte y destrucción a raudales, ni siquiera veo una alternativa razonable a Thassilon en estos momentos.

Naewen se encogió de hombros.

-Tú perteneces a una minoría de privilegiados que ha conseguido un buen nivel de vida. Pero mucha gente en Varisia malvive en la más absoluta miseria y los abusos más terribles. Para ellos Thassilon va a suponer, irónicamente, un rayo de esperanza. Thassilon premia el talento, la iniciativa y el trabajo, no una posición privilegiada por nacimiento. Y pese a sus muchos defectos, ofrece educación a todos los estratos sociales. Al menos esa gente va a tener oportunidad para salir del agujero donde están metidos, y si no… bueno, ellos no estarán peor de lo que ya están. Irónicamente, los que más tienen que perder con el ascenso de Thassilon son los más privilegiados de las sociedades varisias actuales. Después de todo, el modelo social va a cambiar drásticamente en el curso de tan solo una generación…. Una generación de las vuestras, Marcus. En Thassilon son mucho más longevos.

Pero asintió con la cabeza.

-Sí, tú también puedes influir. Una sociedad no está formada sólo por la élite de los gobernantes. –Señaló con la cabeza al mezlan Azgarnor, un hombre altamente respetado en Eurythnia por sus talentos y servicios, como ejemplo viviente. Pero, por supuesto, Marcus no sabía cuánto había costado a la satrapía la inmortalidad práctica del mezlan; la propia Aerilaya se había quedado helada cuando se lo habían dicho-. Y los talentos que Thassilon necesita en estos momentos van mucho más allá de magia. Ellos ya tienen magia. Ahora necesitan a gente que sabe hacer otras cosas en las que ellos fallan.

Los ojos de Naewen no se desviaron de Azgarnor, pero explicó a Marcus. -Yo tampoco he deseado nunca meterme en asuntos de política. No es lo mío, para serte sincera. Lo mío son los libros, las teorías... y meterme en problemas peliagudos y suicidas. Pero si hay algo que he aprendido en este último siglo... es que a veces, o te implicas para cambiar las cosas, o te resignas a que te mangoneen y abusen de ti. O te quedas observando cómo abusan de otros. No vale con tener bonitas ideas y conceptos morales elevados, Marcus. Muchas veces hay que trabajar para ponerlos en práctica si queremos ver en la realidad aunque sólo sea una pálida sombra de lo que queremos.

Naewen pareció cansada y agobiada por un momento, como si estuviera recordando algo muy desagradable. Aerel se apresuró a rodearle el cuello con la cola, en mudo consuelo.

Cargando editor
03/10/2016, 13:40
Aerel

Aerel dirigió una mirada de reproche a Marcus, como si considerara que él tenía de la culpa de que su maga se hubiera deprimido de pronto.

Cargando editor
03/10/2016, 15:30
Marcus

Naewen explicó su punto de vista y Marcus la escuchó atentamente. Ciertamente coincidía con ella en muchos puntos. Él, visto lo visto, tampoco imaginaba una alternativa razonable a Thassilon. El mundo se había vuelto loco, y ellos, que tenían que vivir en ese mundo, debían lidiar con todos los problemas de golpe. Era como si una mano invisible del destino hubiera jugado con todos los habitantes de Golarion…. Como si todos fueran meros peones en sus manos.

Marcus asintió, aun con dudas.

- Confío en que este nuevo orden que se va a instaurar sea para mejor. – Dijo sincero. Pero en el fondo de su ser seguía temiendo que algo peor se erigiese en lugar de las sociedades conocidas como Korvosa, Magnimar y similares.

Después de todo, era algo que con mucha probabilidad él no llegaría nunca a ver.

Sus ojos se desviaron de nuevo hacia Azgarnor. Aquel misterioso luchador al que al parecer tanto respetaban en Eurythnia. Se preguntó qué pensaría realmente de él el maestro de Naewen. Le había parecido un hombre razonable aunque… con muchos secretos y seguramente muy peligroso.

Tal vez fuera cierto que el nuevo Thassilon iba a necesitar de gente versada en temas más actuales, y muy distintos y diversos, no sólo en magia. Pero el explorador se preguntó qué pintaría alguien como él en una nueva y emergente sociedad como aquella. La desconfianza mutua entre gente como Marcus y los nuevos thassilonios – por llamarlos de alguna forma – iba a ser una gran barrera a superar.

O te implicas para cambiar las cosas, o te resignas a que te mangoneen y abusen de ti. O te quedas observando cómo abusan de otros. Esa frase pronunciada en labios de la elfa quería decir mucho. El explorador lo sabía bien… No había podido hacer nada ante la gran cantidad de esclavos que habían visto últimamente. Y suficiente rabia había sentido. Pero no podía levantarse él sólo en armas contra toda una ciudad o sociedad.

Marcus no respondió aunque asintió. Naewen tenía razón. Quizá el precio a pagar fuera demasiado alto a nivel individual, pero probablemente merecería la pena si lograban cambiar las cosas a mejor, aunque sólo fuera un poco.

El explorador no soltó la mano de Naewen, y ante la muda advertencia del familiar, apretó levemente la mano de la elfa. No sabía muy bien qué fallo había cometido o qué había mencionado que afectara tanto a la elfa. Pero él estaba allí, ella podía contar con él, y si lo necesitaba también con Seltyiel y Air’his. Naewen lo sabía, pero no estaba de más que se lo recordaran de tanto en tanto, aunque fuera con un leve apretón de la mano.

Cargando editor
03/10/2016, 18:41
Laori Vaus

- Naewen, hablas mucho sobre mi cuando ni nos conocemos.- Dijo Laori con suavidad.- No tenemos nada que ver la una con la otra. Me parece perfecto que decidieses huir de tu dolor, pero yo lo abrace y lo convertí en mi amante. No necesito más amor ni cercanía.- Dijo dedicándole un gesto ambiguo a Lukke al decir esto último ante lo cual él simplemente le sonrió comprensivamente.

- Sinceramente me da igual lo que hagáis o dejéis de hacer con ella. Ya se lo dije a Lukke. Aunque conociéndolo imagino que ya lo tendrá todo organizado.- Añadió mirando al muchacho con una sonrisa angelical que por algún motivo os heló la sangre en las venas a mas de uno.

Cargando editor
03/10/2016, 18:42
Lukke

- Vaya, la comida esta lista.- Dijo el joven de repente como si hubiese escuchado algo que vosotros no.- Si sois tan amables de seguirme.

- A menos que vosotros dos queráis seguir con eso en privado. Tenemos muchas habitaciones vacías en la casa.- Añadió el noble en dirección a Marcus y Naewen mientras cogía del brazo a su prometida.

- Y se podría decir que si querida. Aunque he de reconocer que en la figura del señor Kybel Slyeg se están juntando muchos vectores interesantes.- Explicó el tiefling dedicándoles a Marcus y Seltyiel una mirada llena de intención. Kybel Slyeg, el hermano de Avery Slyeg, uno de los hombres más poderosos de Puertoenigma y también el primer objetivo de los planes de Lucien para ampliar vuestra organización. Y al parecer también el actual propietario de la madre de Laori y, si había que hacer caso al korvo, el patrón de Renton Keis, el hombre que intentó secuestrar al padre de Marcus.

Cargando editor
03/10/2016, 18:43
Director

El trayecto hasta el comedor fue corto, seguramente se había elegido el “salón verde” por su cercanía a este. La sala en si era de techos altos y abovedados cubiertos de murales que representaban una serie de edificaciones esplendorosas (los grandes monumentos de Eurythnia en su apogeo) mientras que una de las paredes estaba acristalada y daba al jardín.

Vuestro anfitrión se ocupó de que todo el mundo tomase su sitio mientras indicaba que habían (Naewen y él) decidido no invitar a más gente para no confundiros. Pero que si queríais después de la comida algunos eurythnios iban a reunirse en un pequeño establecimiento no lejos de ahí.

La mesa de la comida resultó ser redonda y baja (pensada para sentarse en cojines) y con un centro móvil. Por lo que os explicaron en Eurythnia era habitual sentarse de modo que todos pudiesen verse, además de que no se sacaban platos, si no distintas fuentes con alimentos que cada uno se iba sirviendo. Por eso el centro de la mesa era más bajo que esta y giraba, por que así no impedía las miradas entre los distintos comensales y permitía que todos pudiesen acceder a las distintas fuentes de alimentos.

Cargando editor
04/10/2016, 10:38
Marcus

Marcus devolvió la mirada a Lucien intentando no mostrar enfado o molestia. Empezaba a estar cansado de que tantos otros opinaran tan alegremente sobre él y Naewen.

- No hará falta. – Dijo ante la oferta de habitaciones libres en la casa. Soltó con suavidad la mano de la elfa y echó a andar siguiendo a su anfitrión.

Ante la mención de Kybel Slyeg, el explorador tampoco reaccionó. Aunque escuchó con atención por si Lucien revelaba algo más – aunque no fue el caso. Sus músculos se tensaron levemente. La rabia que sentía por aquel hombre al que no conocía en persona crecía a rachas en su interior. Pero el autocontrol de Marcus era bastante bueno. Después de todo había practicado en numerosas ocasiones, y sus salidas a la naturaleza le daban cierta sensación de paz y serenidad que le ayudaban a calmarse cuando traía esos recuerdos a su memoria.

Sin darse ni cuenta se encontró ya en la sala donde iban a comer. No pudo menos que admirar los murales. Era todo un derroche de lujo y arte. A Lucien podía no importarle demasiado pero en su mansión había invertida una enorme cantidad de dinero.

Las vistas del jardín a través de la pared acristalada permitían cierta sensación de estar casi al aire libre, y Marcus al menos lo agradecía. Suponía que Air’his también.

El explorador no se preocupó por indicar si luego querría reunirse con otros eurythnios o no. Dejaba la decisión en manos de, el siempre curioso socialmente hablando, Selt. Para Marcus era más que suficiente con los presentes.

Marcus tomó asiento en el cojín que le indicaron, cruzó las piernas y se acomodó. Seguía siendo más cómodo que dormir a la intemperie en medio del bosque. Entonces esperó a que todos se sentaran y a que otro comenzara a comer algo. No estaba muy seguro de las costumbres allí, pero de donde Marcus venía lo normal era esperar a que el anfitrión indicara de alguna manera que todos podían comenzar a comer.

Cargando editor
04/10/2016, 19:08
Naewen

-Está bien, Laori. Siento mis comentarios -respondió Aerilaya con calma. Sentía compasión de su congénere, pero sabía que Laori había llegado mucho más allá del punto en que se la podría ayudar. Una sacerdotisa con una conexión tan fuerte con su dios implicaba algo más que un gusto por el dolor o una fascinación por el masoquismo. Puede que su infancia le hubiera catapultado a esa vida, pero ahora ya no se trataba de un trauma, sino de una convicción profunda que definía lo que Laori era-. Nos ocuparemos de tu madre, tú no tienes que preocuparte de ella si no quieres.

Laori podía despreocuparse del asunto, pero Aerilaya prefería no dejar a una elfa en la estacada. Tenía que reconocer que también tenía curiosidad por la historia de la mujer; por saber cómo había acabado esclava y aislada de la sociedad élfica.

Aerilaya luchó para dejar la depresión a un lado; no era momento para dejar que la afectasen recuerdos amargos. Una cosa que no le gustaba nada era poder entender por qué Laori podía aferrarse al dolor de la manera en la que lo hacía, aferrarse a él y disfrutar con él, convirtiéndolo en una parte de ella. Aerilaya no quería entenderlo; le asustaba poder hacerlo, de hecho. "Marcus no tiene la culpa de mis estados de ánimo, pequeño", le dijo a Aerel, al notar su desaprobación, y suspiró.

Más allá del pasado estaban también las dudas del presente. Aerilaya sabía que Marcus no estaba del todo convencido de lo acertado de su decisión de unirse a Thassilon ni del futuro que les esperaba bajo el gobierno del imperio, pero ¿cómo explicarle sin disparar todas las alarmas del explorador que ella tampoco estaba segura de haber hecho bien? Thassilon había hecho auténticas atrocidades en el pasado. Aerilaya confiaba en Kusasfa, aunque sabía que era capaz de ir muy lejos si era necesario para Eurythnia o los suyos; pero lo que había oído de Karzoug la llevaba a pensar en lo fácil que podría ser que el imperio se deslizara hacia los viejos tiempos. Y Lucien la había contagiado sus temores acerca de Sorshen…

Sin embargo, había otras consideraciones que las sociales, claro. Incluso si Thassilon al final fuese el tirano implacable que muchos temían y toda Varisia y sus alrededores acabase bajo su yugo, era probable que su fortalecimiento siguiese siendo lo mejor para el mundo en su conjunto. Incluida la propia Varisia.

Aerilaya se sintió un poco incómoda por pensar así de Talajai, pero en el fondo no creía que ella y su pequeño grupo tuvieran la fuerza y la capacidad que muy pronto se necesitarían… por más que admirase su perseverancia y dedicación. La elfa agradeció el apoyo de Marcus, era reconfortante que la intentara animar sin presionarla para explicarse.

-¿Entonces has hecho algún avance en cuanto a liberarla, o prefieres que Seltyiel se ocupe de ello, Lucien? -preguntó la elfa, y asintió ante el anuncio de que era la hora de la comida.

Casi se rió ante el comentario de Lucien, pero entonces Marcus soltó su mano, pareciendo un poco molesto, así que Aerilaya se tragó la risa, no queriendo que el humano se molestase aun más.

-Son diferentes costumbres culturales. Lucien pasa mucho tiempo entre eurythnios y su consorte Areelukahla ha influido en él más de lo que cree. No te ofendas, ignora el comentario sin más -aconsejó al joven explorador, sin inmutarse por su parte. Las eurythnias eran costumbres chocantes en más de un sentido, pero Aerilaya las seguía prefiriendo a las de otras culturas que había visitado. Para ella no eran tan diferentes de los calistrianos. Y su obsesión con lo sexual era mucho más llevadera que las pretensiones de otras culturas de discriminar a las personas por su género, su nacimiento, o peor aun… por lo vivas que estaban. Aerilaya se imaginó a Marcus en Geb, e inmediatamente decidió mantenerlo alejado de allí a toda costa.

Aerilaya tomó asiento entre Seltyiel y Marcus, escogiendo instintivamente una posición desde la que pudiera ver el jardín.

-Yo quería comer fuera, pero Illyria dijo que hacía demasiado calor para pasar el mediodía en el jardín -dijo a Marcus, con un suspiro de lástima. Los humanos pasaban demasiado tiempo en interiores, y aunque Aerilaya no era fan del implacable sol de erastius, para eso estaban los árboles y los toldos.

A ver que Marcus esperaba a que Lucien empezase, le explicó: -En Eurythnia es costumbre esperar a que el miembro de mayor rango de la reunión empiece, sí. Tienen ciertas costumbres jerárquicas influidas por la iglesia de Lissala. Pero en esta casa no gastamos formalidades ni pensamos en nosotros mismos en función de rangos. Relájate y simplemente disfruta con la comida. Dejemos los convencionalismos sociales a un lado mientras comemos.

Y a todos: -Serviros solo de las fuentes que os gusten, no os sirváis algo que no os guste por mera educación. No sólo porque hayamos decidido dejar a un lado las "buenas costumbres", sino que los propios eurythnios no entenderían que se comiera algo disgusto sólo por educación. La suya es una sociedad muy hedonista que busca el placer en todas sus formas; no creáis que sólo buscan la gratificación sexual.

La costumbre eurythnia de ofrecer muchos platos de los que uno podía servirse selectivamente, premiando el placer de elegir lo que más gustase y la variedad sobre la cantidad, era otra cosa que Aerilaya agradecía. Le permitía eludir los alimentos que consideraba demasiado fuertes (y el exceso de carne por el que parecían optar muchos humanos), y además sabía que algunas de las fuentes eran una concesión para sus propias peculiaridades gastronómicas. Supuso que más de uno preferiría eludir las fuentes de ensaladas artísticamente aliñadas, y resaltadas con salsas a la manera élfica.

Al ver que Marcus admiraba los murales, explicó: -La decoración es cosa de las dos consortes de Lucien, y en parte también una concesión a la creencia eurythnia de que uno debe rodearse de cosas hermosas, pues ése es un placer simple del que todo el mundo puede disfrutar. Areelukahla considera que es de bárbaros privarse de hermosas vistas, e Illyria está acostumbrada a tener lo mejor de lo mejor. Pertenece a una de las Grandes Casas korvosanas, aunque en realidad sospecho que el lujo al que está acostumbrada no es nada en comparación con el que está acostumbrada Areelu.

Cargando editor
10/10/2016, 14:11
Seltyiel

Seltyiel acepta el rapapolvo de Naewen con un asentimiento seco de cabeza. Tenía razón, no era procedente dar por sentado que la madre de Laori querría volver a Kyonin, o siquiera que hubiera sido una elfa auténtica alguna vez.

-Es bueno saber que podrías ayudarla en caso necesario –dice sin embargo.

Laori se sale por la tangente y no da el nombre de su madre. Selt lo entiende. Es un capítulo cerrado de su vida y por tanto lógico que no quisiera reabrirlo. Hay fantasmas que están mejor guardados en un armario.

Y además estaba lo que ella era.

A Selt le cuesta hacerse a la idea de que tiene una media hermana por sorpresa, que encima es clérigo de uno de los dioses más perturbadores que se le ocurrían. Vale, podría ser peor. Podría ser de Rovagug. O incluso Lamashtu. O una chalada como su ex maestro, amiguito de buscar compañía en el frío vacío entre las estrellas y los mundos. Pero aunque había religiones peores, y algunos kuthonitas no estaban tan sonados, eran sólo unos peculiares masoquistas (y alguna que otra cosa más no tan llamativa), la mayoría sí que estaban chiflados. Y de qué forma. Había que estarlo para entregarse a la tortura, al dolor y a la humillación de la forma en que lo hacían ellos. Por no hablar de la forma en que acababan perdiendo toda empatía.

Selt se pregunta si Laori había llegado ya a ese punto de no sentir nada, salvo cuando se entregaba al dolor. Pregunta perturbadora.

-¿Sabes cómo se llama ella? –A Lucien cuando se mueven hacia el comedor, en voz baja. No exactamente intentando ocultar la pregunta, solo intentando no remover las sensibilidades de Laori. Aunque por otro lado se empieza a preguntar por qué debe preocuparse por una elfa a la que no conoce cuando su hija pasa del asunto. El no le debía nada a aquella mujer, no era culpable de las acciones de su padre. Y su gesto inicial había sido más por un detalle hacia una medio hermana que le había caído del cielo que por otra cosa.

Pero una mirada hacia Naewen le convence de que ella no va a olvidar el asunto. Blanda. Y el blanquito de Leng diciendo que ella era tan deliciosamente destructiva, je.

Claro que si Lucien se iba a ocupar de eso no tendrían mucho que hacer al respecto. Pero era algo que no le había quedado claro. -¿Te ocupas tú entonces? –se asegura con el anfitrión.  No le importaba ocuparse él, seguro que eran puntos con Naewen, piensa mientras ella y Marcus se enzarzan en una discusión sobre la conveniencia del regreso de Thassilon.

A Selt no le preocupa ese asunto. Siempre hay un pez más grande en tu pecera, y los perros más fieros y fuertes suelen desplazar a los chicos. Así era la vida, así había sido toda su vida en Puerto Enigma y no veía por qué iba a ser diferente con Thassilon. Si los recién llegados resultaban mas fuertes se impondrían, y ya estaba. Los listos se adaptarían y prosperarían igualmente con el nuevo régimen y los tercos y los incompetentes estarían jodidos. ¿Cómo se diferenciaba eso de cómo estaban las cosas ahora? Vale, los thassilonianos harían la esclavitud más legal de lo que era ahora en Korvosa (donde era un hecho oficioso no legal) o en Magnimar (donde estaba terminantemente prohibida, pero podías explotar igualmente a tus trabajadores) En Kaer-Maga y Puerto Enigma había venta libre de esclavos de todas formas. Selt supuso que las prácticas mágicas de los eurythnios podrían añadir una nueva dimensión a la cuestión de la explotación, si lo que se contaba de los baños de sangre de Sorshen era cierto, pero en fin. Que le dijeran a la madre de Laori lo utópica de la vida actual para los que habían caído bajo las botas de otros, je. Siempre habría alguien bajo las botas de otros, con o sin Thassilon.

El comentario sobre el mezlan intriga a Selt, pero deja que eso lo hable Marcus, el guerrero eurythnio parecía interesado en Marcus sobre todo.

Selt se adapta rápido a las costumbres de otra gente, realmente los modismos sociales no era algo que le preocupara. Era rápido para aprenderlos pero no merecía perder el tiempo cuestionándolos. Se adapta uno a ellos y punto. Selt pasa de la incomodidad de Marcus y las explicaciones de Naewen y echa una mirada profesional al comedor, valorando su coste y el de las posesiones expuestas allí (qué bien vivía Lucien, leñes; definitivamente parecía ser rentable mirar el plan de jubilación de los eurythnios), y sentándose con naturalidad en torno a la mesa.

-Yo como de todo, Naewen –le contesta a la elfa-. Hay que estar agradecidos de que podamos comer bien. Demasiada gente no puede hacerlo. Simplemente procuro no comer demasiado de ciertas cosas. La comida con alto contenido de grasa y la carne me resultan muy pesadas de digerir, así que mejor en pequeñas porciones. Diría que los humanos están mejor capacitados para asimilar ciertos alimentos que nosotros.

La comida tenía pinta de ser un derroche, como todo en aquella casa, pero al menos sería un derroche delicioso de disfrutar.

-No es malo que los eurythnios tengan un punto de vista hedonista. Mejor que uno de matón, como en el caso de Puerto Enigma –dijo Selt-. Al menos son rarezas agradables de experimentar. Aunque sospecho que llevan esa tendencia a extremos. Parecen una cultura de extremos.

Y a Lucien: -Yo estoy dispuesto a conocer a toda la gente que pueda. No me abruma para nada conocer a más euythnios. No sólo porque cada persona es una relación de futuro en potencia, sino por simple curiosidad. Al fin y al cabo hemos venido a conocer lo que pudiéramos de ellos.

Se sirve una porción de varios de los platos, antes de finalizar: -Aunque la parte de negocios futuros no es desdeñable, claro.

Selt dedica un guiño cómplice a Talith, parece que los shalastianos entienden de negocios a juzgar por su interés en adquirir bienes raíces. Era una buena elección. Esa clase de posesiones rara vez perdía todo su valor y lo más frecuente es que en una ciudad sólo fueran al alza. Los terrenos siempre iban a ser valiosos si no otra cosa.

Selt se vuelve hacia Lucien. -Creo que me centraré un tiempo en mejorar mi arte. Diría que va a ser una buena inversión si Thassilon va a ser una potencia emergente en los próximos tiempos.

Cargando editor
10/10/2016, 15:02
Marcus

- No me ofendo.Respondió en voz baja el humano, ante el comentario de Lucien y la explicación de Naewen sobre las costumbres eurythnias. – No pasa nada.Admitió mostrando una sonrisa y dejando claro que quería dejarlo pasar. Realmente no era una ofensa para él, aunque sí comenzaba a resultarle algo incómodo que todo el mundo sacara aquel tema con tanta naturalidad. Para Marcus era y siempre sería algo más… privado. Pero no parecían querer entenderlo.

La comida continuó y Marcus asintió a las explicaciones de Naewen. Cuando Seltyiel comenzó también a servirse de algunas fuentes, el explorador hizo lo propio. No se sirvió mucho, era más bien de comidas frugales, y se centró principalmente en la fruta y algún que otro pescado como fuente de proteínas. Marcus solía comer variado y nunca en exceso, quizá por la costumbre de racionarse la comida cada vez que salía de viaje y debía nutrirse únicamente con lo que el bosque y la naturaleza le deparaban.

Que de vez en cuando pudiera darse un festín en un lugar civilizado como aquel, era una especie de lujo al que no quería acostumbrarse.

- No creáis que sólo buscan la gratificación sexual.Comentó NAewen. Y Marcus no pudo evitar mostrar una sonrisa disimulada mientras se servía una pieza de fruta. Cualquiera diría que no buscaban sólo eso. Visto lo visto, a Marcus le extrañaba que esa sociedad hubiera llegado tan lejos si estaban constantemente buscando el placer propio en lugar del conocimiento. Pero no podía dudar que eran individuos extremadamente poderosos, así que no pronunció queja alguna en voz alta. Simplemente le pareció un comentario divertido.

Naewen le explicó a Marcus el tema de la decoración de la casa y el explorador asintió comprendiendo. Realmente no comprendía cómo alguien se atrevía con algo así… Miró a Lucien. Tener que manejar o sobrellevar una relación con tantas mujeres debía de ser una completa locura. Sonrió en dirección a sus anfitriones.

- Una decoración maravillosa. E impecable, debo añadir. Comentó con cortesía y educación, pero mostrando su opinión real. – No concibo cómo se puede estar acostumbrado a un lujo mayor. Indicó tras la explicación de la elfa.Juraría que muchos matarían por algo mil veces inferior a lo que veo aquí. Explicó.

Acto seguido coincidió con Seltyiel. Es cierto. Visto desde fuera, desde nuestra perspectiva al menos, la cultura eurythnia parece ser de extremos. Dijo corroborando la opinión del elfo. Pero es posible que sólo sea  una impresión por nuestro conocimiento superficial de la misma.Añadió sin pretender justificarse.

- A mí también me gustaría ir con Selt y el resto de los que lo deseen a conocer a más gente.Comentó. No planeo hacer negocios de ningún tipo pero nunca está de más escuchar otras voces y puntos de vista. -

- Además, si me agobio y el señor Azgarnor dispone de tiempo, siempre puedo ir a entrenar con él un rato. – Comentó sugiriendo la posibilidad para que el mezlan lo sopesara. Si tras la comida el resto pensaban acudir a algún tipo de aglomeración social por llamarlo de alguna manera, Marcus y Azgarnor siempre podían separarse del resto y entrenar. El explorador estaba convencido de que tenía mucho que aprender de alguien así. No es que fuera precisamente un guerrero con un ego elevado, sabía asumir sus limitaciones y se esforzaba por superarse a sí mismo cada día, en cada combate.

Cargando editor
11/10/2016, 13:22
Naewen

Aerilaya se quedó callada un momento mientras comían, dejando que los otros hablasen y pensando en la incomodidad de Marcus. Entendía que era algo cultural y personal para él, y que algo así tenía mucho peso. Pero se preguntaba si Marcus realmente entendía la diferencia de filosofía entre Eurythnia y el pueblo élfico en aquella cuestión. Naewen decidió finalmente que probablemente el humano no poseía los parámetros culturales ni la información para hacer aquella distinción. Ni Seltyiel, puestos por caso, cuyo punto de vista era típico de muchos Perdidos criados con influencias calistrianas. Ni siquiera los eurythnios lo entendían, de ahí que se extrañasen que proviniendo ella de una cultura sin las ataduras culturales de los humanos, se empeñase en resistirse a la influencia de la runa.

Pobre Volemar. Había sido un poco dura con él, aunque realmente sólo había querido dejar aparcado el tema. Hablaría con él más tarde.

Pero fue al encontrarse pensando en cómo explicar a Marcus la diferencia, cuando Aerilaya se quedó quieta, sorprendiéndose de sí misma y de sus pensamientos. ¿Por qué preocuparse por eso? A lo largo de las décadas y los siglos se había encontrado una y otra vez la incomprensión de los humanos en el asunto y nunca le había preocupado que lo entendieran o no. Tal vez era porque Marcus era tan honesto, tan sincero, tan amable. Aerilaya había conocido a muy pocas personas sin dobleces, humanas o elfas, y eran en verdad algo más que una anomalía, solían ser personas cuya amistad convenía atesorar. De sus conocidos actuales sólo podía pensar en William como un ejemplo semejante.

Aun así era muy pronto para pensar en amistades. Un amigo era alguien por quien estabas dispuesto a entregar tu vida. Uno no debía entregarse a esos lazos con ligereza.

Aerilaya cogió una porción de fruta, una rara variedad importada de Kyonin a buen precio, uno de los muchos detalles que Lucien tenía con ella. Comió escuchando sólo con una parte de su mente la conversación.

-Señor Azgarnor no –corrigió Aerilaya suavemente al explorador cuando un comentario suyo le llamó su atención-. Los honoríficos de Thassilon son diferentes a los nuestros, y mientras algunos pueden recibir títulos un tanto rimbombantes en correspondencia con sus logros… ten en cuenta que ellos no usan apellidos, así que el título ganado es su forma de forma de diferenciar a dos personas que se llamen igual… sus honoríficos tienden a ser sorprendentemente modestos. Para ellos sólo cuentan las dignidades que se ganan, no que se heredan, que son las verdaderamente valiosas a ojos de los thassilonianos. Todo esto es algo que acarrean desde los primeros tiempos de Thassilon, dado que es como el emperador Xin, que fue el fundador del imperio, creía que debían ser las cosas. Y la influencia de la iglesia de Lissala mantuvo este tipo de costumbres incluso aunque las satrapías fueron deslizándose cada vez más a una espiral de excesos y autoindulgencias.

Tras el asesinato de Xin. Pero Aerilaya no mencionó eso delante del mezlan, sabiendo que todos los antiguos thassilonianos guardaban curiosos tabúes en relación a hablar de Xin.

-El honorífico de señor va a asociado con tu grado de maestría mágica. Incluso el señor rúnico no recibe otro honorífico que “señor” o “maestro”, aunque sí una larga lista de títulos, claro está. Talith hace un rato recitó los del señor Karzoug. El honorífico de Azgarnor es “mezlan”, que es la palabra que se usa para designar tanto lo que es como su estatus social. Los mezlan tienen rango por sí mismos, de modo que es un honorífico con mucho peso. Para alcanzar esa dignidad hace falta mucho trabajo, talento, dedicación y… éxito. Sólo el campeón de la satrapía tiene un rango más alto que un mezlan dentro de la casta marcial.

Sonrió ante lo de que ambos se apartasen a entrenar un raro, comprensiva. Ella sentía lo mismo cuando se encontraba con una tradición mágica nueva para ella o con magos que tenían más conocimientos que ella (o al menos, conocimientos diferentes) La tentación de aprender algo nuevo era irresistible.

-Divertiros con el entrenamiento –deseó divertida.

 

Cargando editor
13/10/2016, 16:49
Azgarnor

- Cuando os venga bien.- Respondió con calma el mezlan mientras degustaba unas ostras con una curiosa salsa de sabor agridulce y un rebufo picante.- Después de todo esta no parece una comida formal- añadió con un gesto cortes hacia Illyria dejando claro que no pretendía decir nada malo con ello- ¿Os apetece algo de ejercicio para bajar la comida?

- Puedo conseguir un par de espadas de entrenamiento y además de ejercicio serviría de entretenimiento para la concurrencia.- Indicó el mezlan divertido.

Cargando editor
13/10/2016, 17:08
Lukke

- En realidad ya os estáis ocupando de ese rescate, Seltyiel.- Respondió Lucien al elfo con cierta diversión entretenida en la voz.- Como me gusta decir, es mucho mejor hacer algo por varios motivos.

- Kybel Slyegh- explicó el joven korvo a Talith mientras la cogía del brazo galantemente- es el hermano menor del tercer hombre más importante de Puertoenigma, también es el que controla la única red de corredores de información de la ciudad y es el patrón de cierto individuo que tiene cuentas pendientes, personales, con el señor Marcus. Vamos un objetivo preferente.

- Pero hay que hacerlo en el momento adecuado, no queremos que estalle una guerra en la ciudad.- Añadió en un tono algo más serio.- No antes de que nos sea útil, claro.

- Aunque si te referias a después de liberada entonces si. Mejor que me ocupe yo. En esta casa ya han pasado unas cuantas personas con traumas severos y creo que le vendra bien cierta tranquilidad.- Añadió el joven.

Cargando editor
13/10/2016, 17:24
Illyria Ornelos

- Lucien, no.- Dijo Illyria cuando su prometido apenas había tenido oportunidad de abrir la boca (al parecer para responder algo al comentario de Marcus sobre los lujos).- Te recuerdo que te pedí que te comportases cuando viniesen a visitarnos los amigos de Naewen, y eso incluye apologías sobre las cloacas en la sobremesa.

La muchacha se detuvo y recolocó el cuello de la casaca de su prometido con severidad aunque lo suavizó después con un beso, suave pero tierno.

- La verdad es que no entiendo como puedes ser tan maduro a veces y tan crio otras.- Le reprendió ahora con más suavidad antes de añadir, en un tono bajo que seguramente esperaba no escuchara nadie más que ellos.- Pero no cambies.

Cargando editor
13/10/2016, 17:33
Lukke

- Por supuesto querida.- Dijo el noble con una sonrisa tierna mientras estrechaba la mano de Illyria.

- El caso, señor Khayne, es que el lujo no es un concepto universal ni objetivo si no subjetivo. Si uno se ha criado en un palacio esto le parecerá austero. Sin embargo para alguien criado en las calles como yo puede llegar a ser algo intimidante y desconcertante. Al final, con el presupuesto adecuado, en mi opinión todo se ciñe a la imagen que uno quiere dar. Y la que yo he pretendido dar es que nada vale para mi tanto como la felicidad de mis chicas.- Dijo levantando la mano de Illyria para besarla mientras le dedicaba una mirada intima.

- En cuanto a la cultura eurythnia, la thassilonia en si, es ciertamente de extremos desde nuestro punto de vista. Pero como lo serian, salvando las diferencias, la taldoriana o la keleshita. Los grandes imperios, los reinos que se extienden ampliamente geográfica y temporalmente, suelen tener excesos y excentricidades que vienen a ser en general lo que le he dicho del lujo de esta casa. Algo subjetivo, que pretende dar una imagen de poderío y abundancia. Claro que en el caso de Eurythnia hay más, mucho más.

Cargando editor
14/10/2016, 11:27
Marcus

Marcus sonrió y asintió ante la propuesta del mezlan. Estaba seguro de que sería un entrenamiento de lo más interesante.

- De acuerdo. – Dijo acabando la última pieza de fruta de las que había recogido. El explorador flexionó algunas articulaciones y esperó a que Azgarnor encontrara las espadas de entrenamiento y estuviera listo para acompañarle y moverse un poco.

No es que estuviera falto de ejercicio precisamente, Marcus se mantenía en forma a diario y no estaba lo que se decía oxidado, pero de nuevo, la idea de ver a alguien con la fama del mezlan en acción era algo que captaba su atención.

Para variar, los antiguos imperios renacidos, como Eurythnia, sobresalían en todo y no sólo en magia. Debía resultar frustrante para el resto de imperios actuales que habían visto cómo su hegemonía se veía eclipsada.

Pero igualmente, Marcus era de los que preferían conocer a su enemigo asi que el entrenamiento no le vendría nada mal.

Lucien había mencionado de nuevo a Kybel Slyegh… y Marcus prefería no escuchar demasiado aquel nombre, o algún día metería la pata y haría algo que no era buena idea hacer. En ese asunto debía obrar con la cabeza fría y no dejándose llevar por las pasiones y emociones. Algo habitualmente difícil para cualquier persona con sentimientos.

La visión práctica de su anfitrión, respecto a “contactar” con Kybel en el momento adecuado, con la posibilidad incluida de que una guerra estallara en la ciudad, dejaba claro que a Lukke no le interesaba lo más mínimo Puerto Enigma, sino el beneficio que podía sacar de ella. Al menos en apariencia. Marcus se preguntó si realmente sería así o si sería todo fachada. Aquel muchacho de edad indefinida seguía siendo un interrogante para el explorador.

- El lujo es el lujo. – Respondió Marcus a Lucien antes de irse al entrenamiento. – Es cierto que puede considerarse como algo relativo. – Admitió dando la razón a Lucien. – Desde luego yo estoy habituado a algo más parecido a vuestro jardín, que a las calles, a esto o a un palacio. – Explicó.

- Pero reconozco el concepto de lujo en casi cualquier sociedad actual. – Se encogió de hombros. – Al final, el concepto de lujo, como cualquier otro, depende del punto de vista.

El siguiente comentario de su anfitrión refiriéndose a “sus” chicas levantó otra vez la suspicacia de Marcus, pero no mostró reacción alguna. Naewen era mayorcita para saber dónde se estaba metiendo. Eurythnia, la casa de Lucien, runas mágicas que provocaban ciertas… ansias. Demasiado para la mente del guerrero. Y claro, eso de que en el caso de Eurythnia siempre había más… no tranquilizaba en absoluto.

No, Marcus se puso en marcha para entrenarse con el mezlan. Dar y recibir algunos golpes le ayudaría a desestresarse y a no pensar en ciertas cosas.

Cargando editor
18/10/2016, 18:02
Director

Korvosa, tarde del 24 de Sarenith, día del juramento, del 4710

La tarde en el jardín de la mansión de Lucien resultaba soleado pero tan solo agradablemente cálido gracias a la brisa que soplaba de la bahía. Un día ideal para el ejercicio y para el espectáculo al aire libre. Sobretodo cuando Azgarnor se quitó la fina camisa que vestía (sin casaca como era la moda en Korvosa) quedando con el, musculado y varonil, pecho al descubierto. Ni que decir tiene que cuando Marcus se sumó las chicas formaron un corrillo para debatir sobre el duelo, antes siquiera de empezar.

Justo cuando parecía que Marcus estaba comenzando a sentirse demasiado expuesto, la cosa se caldeó con la llegada de dos imponentes mujeres. Y es que estas parecían animar el espectáculo con un énfasis casi depredador mucho más agudo que el de las ya presentes. Y sin disimular lo más mínimo sus miradas y comentarios “licenciosos”, incluyendo uno sobre combatir sin pantalones.

Las mujeres eran ambas espectaculares, y quedaba claro a primera vista que eurythnias aunque solo fuese por el “estilo” de su ropa, pero si bien una era de una belleza perfecta y arrogante la otra lo era con una exótica y ardiente. La de belleza perfecta era una rubia de formas ideales, piel sedosa y perfecta, cabello de un brillante dorado, una sonrisa de las que cortaban el aliento y una mirada tan inteligente como juguetona. Pero había un algo de depredador en ella que os hacía sentir un tanto como niños, o como presas. La segunda no era menos bella y aunque si bien resultaba menos perfecta había un aire de ardiente sensualidad (y sexualidad) que parecía acompañarla como una segunda piel. Pero lo que más destacaba en ella eran sus rasgos exóticos, los cuernos, la cola y las alas ¡Una demonio alu!

La sorpresa se agudizó cuando beso tórridamente a vuestro anfitrión antes de dar un beso en la mejilla, pero con confianza y una pizca de ternura, a su prometida. Así pues esta debía ser la consorte.

Y tras esa pequeña pausa se inicio el “duelo”. Las espadas de entrenamiento parecían y pesaban como armas de verdad, bien equilibradas, pero un conjuro en ellas impedía que golpeasen contra ninguna superficie con su filo, produciendo en cambio una pequeña descarga eléctrica al ser repelidas.

Al principio el duelo parecía equilibrado. Marcus y Azgarnor tenían un estilo similar, mezcla entre entrenamiento marcial y el combate más instintivo y sucio de aquellos más acostumbrados a tratar con la naturaleza que con otros seres inteligentes. Y si bien Azgarnor parecía dubitativo y oxidado a ratos, como si hiciese mucho tiempo que no practicaba, Marcus parecía tener problemas para anticipar los movimientos de mezlan.

Y mientras el combate discurría a su propio ritmo las chicas parecieron organizar algo a medias entre un grupo de debate y una hinchada fervorosa. Por su parte Lucien se había apartado un poco junto con Talith y Seltyiel y parecían estar comentando la situación en Puertoenigma.