Partida Rol por web

Pathfinder Alfa: Hijos del Vacio

[Partida] 1.0: Entrando en el Misterio

Cargando editor
10/11/2015, 20:02
Seltyiel

Selt casi dio un brinco al oír a Naewen. -¿Como que más allá del espacio y el tiempo? ¿Quieres decir... que viene del Tapiz Oscuro? -preguntó el elfo, repentinamente nervioso. Muy nervioso.

Aun así se percató del detalle. ¿Laya? ¿Por qué ese minibicho la llama Laya? ¿qué clase de apodo es ese?

Cargando editor
10/11/2015, 20:32
Air'his

Por fin en ruta, y solo tenían que encontrar a un mago, si hubiésemos tenido algo de el la druida podría haber seguido su rastro.

Pero el paradero del objetivo no estaba muy lejos, había decidido atrincherarse en una vieja cabaña que el mismo remodelo, -se me ocurren cientos de sitios mas seguros- Los círculos que cubrían el exterior de la choza parecían mágicos pero antes de poder hacer nada Seltyiel y la capitana lo confirmaron con sus hechizos, aun así, debían de tener algún significado, significado que le sacaríamos al hombre que ya se asomaba y ordenaba que no fuésemos -claro, solo hemos venido hasta aquí a dar un paseo- 

Antes de darnos cuenta, mi compañero de raza se abalanza sobre el mago derribando a este y a la casa, costando largo tiempo tranquilizar al individuo. 

Por fin habló y lo que nos dijo fue extraño y peligroso, -¿Es posible que viajases a otro plano, al otro lado de la puerta, mientras estabais en trance?- intento preguntar al manojo de nervios que tenían delante, pero algo se movió detrás de ellos, algo que solo podía significar problemas.

Un tindalo apareció de la nada, algo o alguien tenia que haberlo invocado y no se iba a quedar mirando esperando que el convocador nos hiciera las cosas mas difíciles.

Mira al cielo y grita -BUSCA AL CONJURADOR!- aparentemente a la nada.

Después olfatea el aire, intentando percibir algún olor de mas en los alrededores que le pudiese indicar el paradero de su enemigo

 

- Tiradas (1)
Cargando editor
10/11/2015, 21:04
Naewen

-Quiero decir eso mismo, Seltyiel -afirmó la maga, mientras se preparaba para conjurar-. Air'his, sospecho que no hay convocador. ¡Protege al criptarca!

Cargando editor
10/11/2015, 21:24
Seltyiel

El rostro de Seltyiel se congeló en un expresión de miedo y sorpresa, pero no dijo nada. Era momento para actuar, no para hablar. Y tampoco es que el bicho fuera a darles tiempo para otra cosa, claro.

Cargando editor
12/11/2015, 18:56
Director

14 de Desnus, día del fuego, del 4710 CA

La criatura dio dos paso y se esfumo como si jamas hubiese existido. No hubo ninguna preparación especial por parte de la criatura o los diversos signos que indican que ha ocurrido una translocación espacial. Simplemente dejo de existir en un punto y un par de segundos después apareció en otro. Por suerte os habíais preparado, y la garra de la criatura apenas rozó al asustado hombrecillo antes de Gol'Kosh descargase su arma en un potente tajo vertical. La criatura dio un salto hacía atrás y soltó un bufido (que sonaba a medias entre el que emitiría un gran felino y una rana que intentase imitarlo) más sorprendida y molesta que herida. Pero aquella no era una bestia vulgar. Tras volver a desaparecer y aparecer a metros de distancia os miro silenciosamente y de una forma que os puso los pelos de punta. Sentisteis... no sabéis lo que sentisteis pero era como si algo hubiese enfocado durante un instante la atención en vosotros antes de perder el interés. Y un instante después aquel ser se lanzó sobre los restos de la cabaña para desaparecer dejando tras de si una voluta de humo.

Todo había durado segundos pero parecía que allí se había librado algo más que una pelea contra un monstruo. El hombrecillo sin embargo tenía otro enigma, no parecía alegrarse de haber salvado la vida, más bien se había hundido aun más en la desesperación, y si antes parecía agotado ahora daba la impresión de ser ajeno a toda esperanza. Tras asegurar la zona y tranquilizar al criptarca este aseguró no poder añadir mucho a lo que ya os había dicho.

 

- Las pesadillas comenzaron esa misma noche, y los “asesinatos” tres días después. Para cuando nos dimos cuenta de que pasaba tan solo quedábamos siete (eso fue cuatro días después de la primera muerte). Y tan solo por que Geron derrotó a la criatura que había ido tras él y Torren había estudiado esas criaturas como parte de su tesis en Galduria. Cuando Geron y Ferel (los dos mejores magos del grupo) cayeron frente a una manada de esas criaturas los cinco restantes asumimos que estabamos condenados y actuamos en consecuencia.

- Escondimos la única parte de aquellos datos que nos quedaba de forma que pudiesen ser encontrados en caso de que nuestros hermanos lo necesitasen, y el resto decidimos alejarnos de todo y de todos esperando lo inevitable, pero sin poner en peligro a nadie más.

Naewen estuvo presionando a base de bien al pobre tipejo, pero finalmente llegaron a una especie de acuerdo. El hombrecillo os decía donde habían ocultado la información que les quedaba además de una lista de los implicados en el ritual, a cambio vosotros dejaríais una copia a un criptarca conocido de él y le permitiríais marchar para enfrentarse a su destino sin poner a nadie en peligro.

Pero la sorpresa vino cuando os disteis cuenta de que Otto Carre no estaba entre los magos que participaron en el ritual, Roth ni siquiera recordaba haberlo visto desde que todo aquello había empezado. Aunque ahora que lo decíais si que le parecía que había estado extrañamente ausente desde hacía un par de semanas. El hombrecillo os dijo que si no podíais encontrarlo a través de los criptarcas vuestra mejor oportunidad era Heinrich Aldmer, un antiguo aventurero y profesor de la universidad de Oppara, que era el mejor amigo de Carre. El problema era que estaba destinado en el Codo del Diablo, una isla a poca distancia de Puertoenigma. La isla donde había caído el extraño meteorito hacía poco más de una semana.

Notas de juego

Vale pues ya teneis turno. Si teneis dudas adicionales que hacerle a este tipo (ahora si que da tiempo) hacedmelas antes por off-topic, privado o skyper y asi introducis la respuesta en el turno. Tambien teneis que decidir vuestros siguientes pasos y como tomarlos. Así que venga a mantener el ritmo.

Cargando editor
14/11/2015, 14:31
Naewen

Un can de Tindalos. No, no creía que le hubiera conjurado nadie. No después de la historia que habían escuchado. Pero sí temía que hubiera otros por los alrededores. Y luchar contra algo que se pasaba por el forro las convenciones espaciales era increíblemente frustrante; tendría que tenerlo en cuenta a partir de ahora.

Tal y como sucedieron las cosas, todo fue muy rápido. No supo si alegrarse de que el ajeno hubiera logrado escapar o no; no sabía si una cosa u la otra les libraría de atraer la atención de más chuchos de aquellos. La desesperación de Roth parecía indicar que él no esperaba que le dejasen en paz.

-Puedes venir con nosotros -ofreció al criptarca-. Te protegeremos. Será más fácil librarnos de esos perros en grupos. Solo no puedes establecer turnos de vigilancia; necesitas dormir. Y ya ves que somos competentes.

Pero el hombre se negó. La elfa meneó la cabeza, sin entender su terquedad, y usó de nuevo los argumentos más lógicos que se le ocurrieron. En realidad no podía entender semejante obstinación; era evidente que librado a sus propios medios Roth no tendría ninguna oportunidad. Tarde o temprano le encontrarían, por muy bien que se escondiese. Aquellos bichos parecían localizar a sus presas por medios muy poco convencionales, por lo que las huidas convencionales no parecían ofrecer muchas garantías de éxito. Pero el hombre seguía insistiendo en que no quería poner a nadie en peligro.

-Creo que ya estamos en peligro. No seas tonto y ven con nosotros -insistió por última vez. Podía entender los escrúpulos de Roth, pero la oferta era sincera y él debería darse cuenta de ello.

Se quedó mirándole un momento, atrapada en una dicotomía. Por un lado, tenía la tentación de dejarle hacer lo que quisiera, a la más pura tradición élfica. Sin duda, sus conocidos de su infancia se horrorizarían si supieran que estaba pensando seriamente en obligar al pobre desgraciado a que viniera con ellos. Una acción así, del estilo de "te obligo por tu propio bien" podía ser pasable en un humano, pero imperdonable medido en el pensamiento élfico tradicional, que ponía el libre albedrío por encima de todo lo demás. Incluso de la seguridad de los seres queridos, no digamos ya de los simples desconocidos.

Lo cual hacía aun más llamativa desviaciones como…

La maga apartó aquella línea de pensamiento de su mente. Por más que fuera algo que le preocupara mucho recientemente, no era momento para perderse en divagaciones. Miró a Seltyiel, que evidentemente estaba a punto de explotar de curiosidad, y decidió ir al grano. Roth era mayorcito para saber qué le convenía.

Lo primero que preguntó era qué se suponía que debía hacer el ritual. El objetivo real estaba claro después de lo que habían escuchado, pero, ¿qué les había contado el desconocido? ¿Qué habían deducido los criptomagos a partir de las notas que les dio? Pero la respuesta fue aun más increíble de lo que había creído. La maga sacudió la cabeza al oírla.

-¿Quieres decir que os dijo que había encontrado la información en unas ruinas thassilonianas y os avinisteis a probarla sin saber lo que hacía? -preguntó, incrédula-. ¿Sin intentar descifrar primero lo que podía hacer? ¿Y si hubiera activado una explosión o alguna otra arma de guerra importante? ¡La magia de Thassilon no era inicua precisamente! ¿Ni siquiera realizasteis una prueba en condiciones controladas antes de intentar el ritual en serio? Escucha, yo he vivido con un grupo de investigadoras con una curiosidad insaciable y que se arriesgan más allá de los límites de lo que la gente considera prudente. Mucho más. Pero ni ellas habrían tenido tanta prisa en realizar un experimento ciego, sin ningún control ni contención…

De pronto, se sintió mucho mejor por haber sido ingenua y -sí, también estúpida-, en el pasado. Era confortante comprobar que había magos que podían portarse de forma aun más tonta que ella. Oh, podía entender la curiosidad de aquellos hombres, porque la curiosidad era un mal que la devoraba también a ella. Podía entender el impulso de querer hacer cualquier cosa por aprender algo más del misterio al que habían consagrado todas sus vidas, todos sus estudios. Pero incluso ella habría sido más prudente, más paciente, y habría investigado primero, antes de arriesgarse a realizar el ritual a ciegas.

"Me pregunto si su curiosidad y su credulidad no habrán recibido un refuerzo en forma de un pequeño encantamiento", le dijo a su familiar telepáticamente.

"Tal vez no, nunca dejo de maravillarme de cómo los magos os convencéis de lo que queréis escuchar cuando hay magia nueva de por medio", respondió Aerel, irónicamente, acomodándose mejor sobre el hombro de su maga.

Suspiró y siguió preguntando detalles sobre el desconocido y sobre los siete "okupas" que se unieron después. Quería asegurarse de conocer detalles característicos -incluso del extraño acento del presunto erudito- por si se encontraban con alguno de ellos en el futuro. No es que creyese que el desconocido fuera a andar por Puerto Enigma, no realmente, pero… nunca se sabía. De modo que tomó nota de las particularidades de su acento, y asintió con la cabeza, complacida, cuando Roth describió al desconocido como alguien que pareció disfrutar de una considerable fortuna personal, a juzgar por la forma en que iba vestido y las joyas que llevaba. Aquello confirmaba la hipótesis que había empezado a forjar.

-Supongo que no os dijo su nombre… -probó ella, aunque de todas formas no esperaba que hubiera dado su nombre auténtico. O quizá sí. Los thassilonianos tenían fama de arrogantes en los libros de historia que había leído. O quizá fueran sólo meras extrapolaciones de los historiadores a juzgar por su arquitectura megalómana y su política agresiva. De todas formas, daba igual. Era momento de reunir todos los detalles, fueran relevantes o no. Más valía acabar con una pila de detalles inútiles que dejar escapar algo importante.

De los otros siete Roth apenas recordaba algunos detalles, habiendo estado distraído por el ritual y sus sorpresas. Aquello no era sorprendente, de modo que pidió los nombres de los otros doce participantes en el ritual, encontrando ya de entrada interesante el que el número de participantes finales hubiera sido catorce, incluido el desconocido… dos veces siete, por decirlo de otra manera… y asintió cuando vio que Otto Carre no estaba entre ellos. Bueno. ¿En qué lío se había metido si no era éste? A pesar de que los días futuros prometían traer muchos problemas consigo, sintió también una punzada de emoción. Aquello era un misterio, y ella adoraba los misterios. Al menos ya tenían claro cual sería el próximo paso a dar.

Miró a los otros. Seltyiel escuchaba atentamente, los dos semiorcos parecían perdidos.  La maga sacudió la cabeza cuando Air'his preguntó si los criptomagos podrían haber cambiado de plano durante el ritual.

-No. Casi con toda seguridad, no. Algo mucho más exótico que eso -explicó ella-. Ese desconocido probablemente era un thassiloniano, uno de esos nuevos "retornados" de los que hemos oído hablar en la logia de Magnimar. ¿Sabéis algo de Thassilon? Era un imperio de la antigüedad, una magocracia que desapareció hace miles de años, cuando la Piedra Estelar cayó sobre el mundo y creó la Era de la Oscuridad. Los thassilonianos practicaban una magia muy particular, basada en los pecados. Había siete naciones, y cada una estaba basada en un vicio concreto: orgullo, lujuria, avaricia, pereza, etc. Al enfocarse en estos vicios, potenciaban su magia de forma misteriosa. Hoy en día nadie sabe cómo funciona eso, es un arte perdido, pero parece que era algo muy complejo, y que se reflejaba en la particular filosofía de gobierno del imperio.

Sonrió a la semiorca. -Si quieres saber más detalles, te los explico luego, aunque tampoco creas que podré expandirme mucho. Hoy en día los modos de Thassilon están prácticamente perdidos. De todas formas, parece bastante seguro afirmar que el desconocido que convenció a los criptarcas era uno de estos retornados del antiguo imperio. Casi con toda seguridad, alguien de Shalast, la satrapía de la Avaricia. O eso creo, a juzgar por toda la joyería que llevaba encima. Los de Shalast eran expertos en magia de transmutación, entre la que se incluye el exótico y poco comprendido arte de la manipulación temporal. Creo que el ritual tuvo como objetivo viajar atrás en el tiempo, hasta la época anterior a la caída de la Piedra Estelar, y reunirse con esos otros siete magos thassilonianos… que es lo que me imagino que sean esos infiltrados… y quizá sea así como están retornando los thassilonianos… quizá los estén trayendo del pasado.

Se encogió de hombros. -Nadie sabe mucho sobre la magia thassiloniana, y tampoco es mi especialidad, así que no puedo hacer muchas especulaciones al respecto. Pero de las pocas cosas que se saben en firme, es que siete es un número importante para ellos. Y aquí tenemos a un presunto thassiloniano buscando a otros siete magos de su época y usando para ello un ritual con catorce participantes… dos veces siete. Todo es pura especulación, por supuesto, pero parece encajar. Y más si tenemos en cuenta los monstruos que están matando ahora a los criptarcas.

Mira a todos, como queriendo dar más énfasis a sus palabras. -Son perros de Tindalos, criaturas que viven más allá del espacio y el tiempo normales, y como todas las criaturas que vienen de… ese lugar más allá de las dimensiones normales, por llamarlo de alguna forma, aunque no creo que sea un "lugar" como lo entendemos nosotros, son sumamente extrañas y… alienígenas -dijo, tras buscar una palabra con la definir a aquellas aberraciones, y no encontrarla-. Por suerte para nosotros, es muy difícil que algo los atraiga a nuestro mundo. Pero una de las cosas que atraen a los perros de Tindalos al material… quiero decir, a nuestro mundo, son los viajes temporales. ¿Os dais cuenta? Todo encaja. Los criptarcas viajaron al pasado, y al hacerlo atrajeron la atención de los perros de Tindalos… y puede que algo más -miró significativamente a Roth-, y por eso ahora les están cazando y matando. Es lo que hacen estos canes con los que violan el flujo normal del tiempo. Es… algo complicado. Hay ciertas constantes fundamentales que son muy importantes para la estabilidad, tal vez incluso para la misma existencia, del multiverso, y cuando se contrarían mediante la magia suelen provocar… reacciones. El tiempo es una de esas constantes. Sin duda, también los thassilonianos habrán llamado la atención de estos seres, pero no dudo que sepan lidiar con ellos. Si son expertos en magia temporal, sabrán de sus peligros.

Se encogió de hombros y pensó en alguna otra pregunta que hacer a Roth, pero no se le ocurrió ninguna que pudiera contestar. Era evidente que sabía más bien poco sobre el jaleo en que se había metido tan imprudentemente. De modo que le pidió la información sobre la Puerta Críptica, tanto por curiosidad personal como por si fuera importante en el futuro. Roth al principio se negó, pero luego aceptó insistiendo en que debían dar una copia a los criptarcas. Ella no estaba tan segura de que fuera una buena idea, visto lo visto. No parecían haber tenido ni sensatez a la hora de usar la información ni parecían tener capacidades para manejar un problema como el de los Tindalos. Así se lo dijo al hombre, que resultó ser sorprendentemente terco en ese sentido.

Se lo quedó mirando un momento, sin entender su actitud. ¿De modo que no quería ir con ellos, por no ponerlos en peligro, pero quería dar la información a sus compañeros, a pesar de saber ahora lo peligrosa que era, y que podía causar más daño entre sus colegas que una bola de fuego retardada en un bosque asolado por la sequía? Aquello era una contradicción total, y así se lo hizo notar al hombre. Iba a causar más muertes así que acompañándoles. Le prometió que les daría la información después, cuando los peligros del viaje temporal hubieran pasado, a no ser que resultase realmente peligroso hacerlo. O si veían que la necesitaban en la crisis actual, aunque dudaba que fuera el caso.

No hubo manera. El hombre se enrocó en su posición y no hubo modo de sacarlo de ahí, ni apelando a la lógica ni a su conciencia. Naewen se lo quedó mirando, frustrada e incrédula, y consideró seriamente la idea de sacarle la información leyéndole la mente. No tenía ni que enterarse siquiera. Por supuesto, aquello también iba contra todos los principios elficos de buena cortesía contra el libre albedrío, pero en aquel momento le traía sin cuidado. Sus inhibiciones y convicciones en lo que le habían enseñado en la infancia habían sufrido un serio proceso de erosión en los últimos siglos.

¿Y si simplemente le mentía? Le diría que les entregarían la copia a sus amigos, y listo. Visto lo visto, no sería difícil de engañar. El hombre había actuado como un crédulo y un pardillo de primera.

Pero de pronto sintió un ramalazo de ira, y desechó la idea. ¿Por qué tenía que preocuparse ella por los humanos? ¿Qué le habían dado a ella los humanos, sino problemas y malos tratos? Que se cuidasen solos. ¿Aquel tipo quería entregarles a sus amigos las llaves de su destrucción? Así fuera. Los otros criptarcas también eran mayorcitos para cuidarse solos.

-Muy bien -dijo fríamente-, como quieras. Si quieres ser el causante de la ruina de tus colegas, así sea. Les daremos una copia. Que tu conciencia cargue con sus muertes. Aunque, por supuesto, no creo que tengas que cargar mucho tiempo con ello. No vas a sobrevivir solo durante mucho tiempo.

Metió la mano en la bolsa con su equipaje, y buscó un bastón de ella… un bastón que parecía bastante más grande que la bolsa. Se apoyó en el báculo un momento.

-Nos vamos ya. Te agradecemos la información. Pero te reitero una vez más nuestra ayuda. Ven con nosotros, es la última oportunidad que vas a tener de salvar tu vida. Esos perros volverán, y tarde o temprano te van a sorprender cansado y con la guardia baja. Tú lo has visto, nosotros no somos novatos incapaces de defendernos -a pesar de que aun estaba enojada, su voz era amable.

Notas de juego

Por si alguien no lo sabe: La Piedra Estelar es un meteorito que destruyó todas las civilizaciones hace casi 11.000 años, y sumió al mundo en una era de oscuridad, frio, hambre y barbarie (al estilo del meteorito que destruyó a los dinosauros), hasta que con el tiempo el cambio climatico provocado por la Piedra disminuyó y nuevas civilizaciones surgieron de los superviventes del cataclismo. Pero hoy en día casi no se sabe casi nada de las antiguas civilizaciones que existían antes de ese cataclismo.
 

Cargando editor
15/11/2015, 12:41
Seltyiel

El can eligió huir antes que pelear en serio. ¡Bien! Seltyiel prefería también rehuir la lucha siempre que fuera posible. Aunque lo malo de enemigos inteligentes como aquellos era que volvían. Y habitualmente en peor momento.

Seltyiel ayudó a Roth a ponerse en pie y decidió que había salido bien parado dadas las circunstancias. La herida que había recibido no parecía grave. Pero aun así el hombre parecía acojonado, aunque Seltyiel no pudo culparlo de ello. Que te persiguieran unos bichos del Tapiz Oscuro era para estar acojonado y más. Era parte del problema de no entender cómo pensaban aquellas criaturas, la gente de este mundo podía estar chiflada, podía tener ansias de poder o podía ser cruel como un demonio, pero a pesar de todo su forma de pensar no era tan extraña que quedaba más allá de todo lo comprensible. Hasta los bichitos de los planos inferiores tenían una forma de pensar que podías entender. Y con la gente de este mundo, al menos, sabías a lo que atenerte aunque no estuvieras de acuerdo con ella.

Como aquel tipo, por ejemplo. Roth parecía ser de los que sufrían crisis de conciencia y no quería poner a nadie en peligro, aunque eso supusiera una sentencia de muerte para él mismo. Muy abnegado, y muy estúpido. Seltyiel no compartía su forma de pensar, pero podía entenderlo. Más o menos, eh. Más o menos.

-Deberías venir -concordó con la capitana, y pasó a usar la jerga local, por raro que sonara a sus compañeros. Pero Roth era del lugar-. Eres carne de puerco aquí, amigo. Ni siquiera recibirás un baño de tierra, tus entrañas quedaran esparcidas en cientos de metros. Estos bichos no son razonables y a saber cuándo se cansarán.

La capitana hizo toda clase de preguntas lógicas sobre el ritual y los participantes. A Seltyiel le llamó la atención que no preguntara nada sobre los círculos así que preguntó en voz baja si sabía algo de eso y por eso no preguntaba. Si había una defensa contra esos bichos era mejor saberla, aunque los círculos no parecieran servir de nada. Pero escuchó con atención la hipótesis de la capitana sobre lo que había pasado, y asintió con la cabeza.

-No sé tanto de magia como tú, Naewen, pero estoy de acuerdo. Aunque por todas las conquistas de Cayden Cailean, ¡hay que ser arrogantes! ¿Traer a gente del pasado? Y yo que creí que los historiadores exageraban sobre la arrogancia de Thassilon. Ahora creo que se quedan cortos. Y lo más interesante, ¿para qué estarán trayendo a esa gente del pasado? Nadie se toma semejante molestia por nada.

Pensándoselo mejor, se corrigió. -Bien, no, eso no es lo más interesante. Lo más interesante es qué otras consecuencias estarán creando con esa magia temporal. Algo me dice que los chuchos estos no son el único problema que podríamos esperar -dijo, con un escalofrío. Seltyiel tenía claro que era mejor dejar estar tranquilito todo lo relacionado con el Tapiz Oscuro.

Y después la capitana se dedicó a acosar al hombre para que les diera las notas del ritual. No es que eso no pudiera tener importancia en el futuro, nunca se sabía, pero Seltyiel lo dudaba viendo que Carre no estaba entre los ritualistas. Fuera en lo que se había metido era otra cosa, así que probablemente los detalles del ritual importasen poco, aunque probablemente sus consecuencias les iban a importar mucho. Tenían pinta de ser del tipo de consecuencias que te muerden en el trasero.

Y ella tenía que saberlo. Recordando la conversación que había tenido en el barco, Selt entendió al instante lo que pasaba. Allí no había entendido su fascinación por la necromancia, era una disciplina que no le pegaba nada a alguien del tipo antes-muerta-que-sencilla. Pero no era la necromancia, ¡qué va! Seltyiel reprimió un gesto de frustración y fastidio. Ella era una de "esos" magos. Como Nheran, su antiguo tutor. O como Roth, probablemente. Capaces de ignorar todo sentido común si tenían delante una oportunidad de aprender algo nuevo. Con toda seguridad la especie más problemática de magos, mucho más que los archivillanos que aparecían de vez en cuando aquí y allí. Un mago malvado o egoísta actuaba de forma razonable, por lo general. Problemática, pero razonable; siempre podías contar con que velasen por sus propios intereses. Los magos consumidos por la curiosidad solían ser irracionales y casi tan incomprensibles en sus actuaciones como los bichos del Tapiz Oscuro. Y aquí tenían la prueba con Roth y sus amiguitos con su brillante idea de confiar en un perfecto desconocido solo porque iba a suponer un salto considerable en el entendimiento de la Puerta Críptica. Y la capitana tenía pinta de ser el mismo estilo. Tal vez peor.

Genial, sencillamente genial. Ella era la jefa, diablos. Selt confió en que no les arrastrase a demasiadas locuras.

-Amigo, dale las notas o no te dejará en paz -dijo Seltyiel a Roth, exasperado-. Es de tu misma especie. Si no la complaces acabarás deseando que esos perros vuelvan a por ti, tiene pinta de poder quedarse aquí presionando hasta mañana por la mañana y puede que más tiempo. Créeme, dentro de una hora estarás para que te encierren en el manicomio.

Dedicó una sonrisita burlona a la capitana. Aquello era una indirecta también para ella, eh. Aunque no hizo falta que ella se cortase, al final fue el tipo quien cedió. Sabio por su parte, decidió Selt, aunque se sentía algo agobiado. Luego dijo a los dos semiorcos: -Entonces nuestra próxima parada, después de recoger las notitas de la capitana y de pasar la copia al amigo de Roth… ¿por cierto, a quien quieres que se las pasemos, Roth?... será esa simpática isla. A ver con que cositas nos encontramos ahora. ¿Alguno quiere hacer una apuesta en contra de que no será una visita aburrida?

Y a Roth: -Sí, ven con nosotros, no seas tonto, hombre. Tarde o temprano esos bichos se cansarán, pero mírate, estás al borde del colapso nervioso. No vas a aguantar hasta que ellos se cansen. Ven con nosotros antes de que caigas redondo de agotamiento. Nuestra capitana parece saber mucho de muchos temas. Seguro que se le ocurre algo para que los bichos pierdan interés.

Miró de frente a Naewen al decir eso. Aquello también era una indirecta muy directa y quería ver cómo reaccionaba. ¿Hasta dónde había llegado su curiosidad? Bueno, vale, en el fondo no esperaba que fuera como Nheran, no hasta esos extremos, eso era demasiado raro, incluso los más curiosos solían tener problemas para encontrar fuentes de información sobre el tema. Pero a Seltyiel le gustaba pinchar y ver quienes saltaban. Como su madre solía decir, la información es poder.

-¿Dónde aprendiste sobre los perros de Tindalos? -le murmuró cuando se pusieron en camino de regreso a la ciudad-. Estos temas son, ya sabes, raros.

Cargando editor
15/11/2015, 13:19
Aerel

"No significan nada. Mi ama cree que Roth pretendía romper los ángulos, ya que los tindalines se mueven entre los ángulos de la realidad. Pero es más producto del agotamiento que de un pensamiento realmente racional", le dijo el dragoncito a Seltyiel, en respuesta a su pregunta sobre los círculos. Aerel conocía a Laya demasiado bien para saber que, ahora que estaba lanzada hacer preguntas y formular hipótesis, no le iba a hacer demasiada gracia interrumpirse para realizar aclaraciones.

Aerel estaba tranquilo. Al lado de su maga había visto cosas más raras que unos chuchos, por muy alienígenas que fueran. Saldrían de aquella crisis como habían capeado otras peores antes. El dragoncito echó una mirada codiciosa al mono del elfo. Sabía que los familiares de otros magos estaban prohibidos como caza, pero podía ponerlo un poco nervioso de todas formas. Además, tenía hambre. La comida en la posada no había estado mal, pero era cosa del pasado. Y uno no podía vivir con comidas del pasado. Aerel enseñó unos dientecitos aguzados al mono, y meneó la cola, con el aguijón venenoso, seductoramente.

Pero le hizo gracia ver cómo el elfo había calado rápido a su maga. Normalmente la gente tardaba más en hacerlo, era fácil ser engañado por su carita dulce, sus llamativas joyas y sus delicados vestidos.

"¿Así que tú no te mueres por un poco más de conocimiento?", dijo en la mente del elfo, "¿Y por qué te mueres tú, elfo? ¿Cuál es tu debilidad, el tesoro de tu corazón?"

Aerel espió al elfo mientras fingía estar interesado en su familiar. Laya era tan ingenua. Y él tenía que protegerla, ¿verdad?

Cargando editor
15/11/2015, 13:44
Naewen

La elfa aspiró hondo ante la indirecta de Seltyiel. Ya se había fijado en cómo la miraba a veces. A ella, y a todos los otros. Un observador, parecía. De esa clase de gente que se fija en todo y en todos. Por su parte lo envidió un poco. Ella no desperdiciaba una oportunidad para aprender algo nuevo sobre el funcionamiento del multiverso o del Arte, pero normalmente la gente no solía atrapar su atención lo suficiente. Y era consciente de que así se perdía mucho.

-No sé mucho sobre los canes de Tindalos -dijo de mala gana-, pero ya se me ocurrirá algo. A una mala, iré a investigar a la biblioteca therassica en cuanto tengamos tiempo.

Vistas sus indirectas, su siguiente pregunta era esperable. Ella podía ser despistada a veces con la gente, pero no era estúpida. Se encogió de hombros.

-No te preocupes, querido Seltyiel. Mis ansias de conocimiento no llegan a tanto como para arrojar el sentido común por la ventana. No arrastraré a peligros innecesarios a esta expedición -le dijo, contestando a su verdadera pregunta, que había dejado tan clara con tantas miraditas-. Pero si estás interesado en verdad en dónde aprendí de los canes de Tindalos, no es ningún misterio. El funcionamiento del multiverso es uno de mis campos de estudio, ya que muchas de sus constantes definen los límites y las leyes que gobiernan el Arte. Y uno no puede estudiar sobre la constante temporal sin conocer a algunos de sus guardianes… o de las criaturas que viven en los intersticios entre el tiempo. El Tiempo es un río que nos arrastra a todos hacia delante, pero hay seres que pueden nadar a contracorriente, o, incluso, atravesarlo sin siquiera mojarse. Son extraños misterios. Extraños y fascinantes. Como Kamaljit, una de mis antiguas maestras, solía decir "más allá del ensordecedor torrente de mentiras yace la tierra de Stethelos, donde los hombres jóvenes son infinitamente viejos…"

La maga sonrió de manera misteriosa, dando por concluido el tema.

Cargando editor
15/11/2015, 13:56
Elias

Elias se puso nervioso. No le gustaba nada cómo le miraba el pseudodragon. Elias se había acostumbrado a ser más fuerte, listo y capaz que el animal medio que había por la ciudad, al tiempo que no solía despertar muchos recelos en los pataslargas. Los monos eran relativamente normales en las salas de juegos y entre los cortabolsas locales. Se vendían bien en los mercados de Puerto Enigma como mascotas exóticas, pero él no era un mono normal.

Y si él no era un mono normal, el pseudodragon tampoco lo era, claro está. Elias tenía claras sus posibilidades si el bicho decidía convertirlo en su almuerzo, así que le arrojó un poco de mierda, para dejarle claro lo que pensaba de él, y luego se refugió encima de su amo. Que fuera a buscarle allí, eh. Si se atrevía.

Luego pensó que lo de arrojarle sus deposiciones no había sido buena idea. Pero a veces no podía reprimir sus instintos naturales. Incluso los familiares varios órdenes de magnitud más inteligentes que un mono normal tenían derecho a actuar instintivamente alguna vez, sobre todo cuando veían que un dragón en miniatura los miraba hambriento.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ataque 21 para acertar a Aerel, si falla imagino que de a la ama :P

Cargando editor
15/11/2015, 14:18
Seltyiel

¿Romper los ángulos? Ah, vale, Seltyiel recordó haber leído que los chuchos de Tindalos podían materializarse a través de cualquier ángulo, siempre que fuera suficientemente cerrado. Cierto, había sido un intento ingenuo, impedir su entrada en el mundo implicaría algo más que crear esos círculos. La cabaña misma estaba llena de ángulos.

Casi se echó a reír al ver lo que hacía Elias. Aunque el dragoncito se lo estaba buscando por matón. ¿O no? Aquel bicho parecía más espabilado que su ama. Su pregunta le pilló por sorpresa, y tampoco se le escapó que Naewen no perdería una sola palabra de su respuesta. M-a-l-d-i-c-i-ó-n.

Y es que no era una pregunta fácil de contestar ni en las mejores circunstancias. La gente solía verse arrastrada por motivos muy primarios. Amor. Celos. Dinero. Venganza. O incluso un pelín más exóticos, pero aun así no tan raros, como en el caso de Naewen: conocimiento. ¿Cómo explicar que no era eso lo que él ansiaba?

oh, vale, en el fondo también su motivo era primario. Pertenencia. Seltyiel suspiró, y contestó sinceramente, por una vez en su vida.

-Mi deseo más ferviente es… pertenecer a algo. Encontrar mi lugar. Algo tópico ¿no? Pero qué difícil es conseguirlo -dijo con amargura, y tiró adelante sin más comentarios.

No, no, qué diablos. Si él había confesado aquello, Naewen bien podía hablar un poco más. Seltyiel escuchó con atención sus respuestas sobre sus estudios. Nada nuevo allí, ya había observado que ella era del tipo erudito (aunque no del tipo erudito apolillado, como la agradable vista bien certificaba, Seltyiel tendría mucho mas interés por los estudios si hubiera más colegas eruditas de tan buen ver), y aquellos estudios, aunque raros, no eran tan inusuales. Más o menos. Seguían teniendo su peligro, dado que eran la puerta de entrada a peligros mayores. Aunque arqueó una ceja ante la afirmación de Naewen de que no pondría su curiosidad por delante de la seguridad. Él tenía una sana ración de dudas al respecto. La gente acuciada de ese tipo de curiosidad solía ser peor que drogadictos acuciados por el mono. Para esa gente el conocimiento equivalía al amor y al dinero juntos, lujuria y avaricia unidas en una extraña mezcolanza. Extraña pero potente.

Sonrió y asintió. -¿Kamaljit? Ese nombre no suena de por aquí. ¿Es tu misteriosa maestra actual? -Eso de decir "una de mis maestras…". ¿Con cuanta gente había estudiado aquella elfa? Y mejor, ¿con cuantas mujeres? Parecía haber una preponderancia de mujeres en su profesorado. ¿Estarían de tan buen ver como ella? Quizás debería ponerse un poco más las pilas con aquello…

Seltyiel casi se atraganta al escuchar la cita, y tuvo que toser. ¡Por el aguijón de Calistria y los infinitos misterios de Nethys…!

-¿De dónde has sacado esa cita? -le espetó, parándose en seco y mirándola de frente.

Cargando editor
15/11/2015, 14:53
Naewen

Asintió comprensiva ante la confesión de Seltyiel, e incluso le sorprendió un poco que hubiera sido tan sincero. Aunque podía entenderlo muy bien. ¿Cómo no entenderlo, si la mera idea de perder a su raza la hacía caer en un pozo de miedo y desesperación? Pese a lo que le había dicho a Sombra Carmesí, que no dejaba de ser la pura verdad, sabía que no podría cortar esa cuerda sin hacerse un considerable daño a sí misma. Haber vivido como Perdido desde tu nacimiento tenía que ser… no, no podía imaginarlo.

Alargó la mano para rozar brevemente el brazo del elfo, un contacto amigo que pretendía transmitir algún consuelo aunque ella sabía que era insuficiente. Pero se apartó al recibir de lleno el proyectil biológico del mono.

-¡Qué asco! Controla a tu familiar, Seltyiel -dijo, irritada, apresurándose a limpiarse con un cantrip, y mirando desafiante a los otros por si alguien osaba a reírse-. Es un familiar, no un vulgar mono de selva. ¿Qué le has enseñado?

Se calmó cuando la conversación se reanudó. -Kamaljit es un nombre vudrano -dijo ella-. Como casi todos los nombres vudranos, tiene un significado. Significa "Victoria perfecta, divina". Un nombre un poco pretencioso, pero no conozco a nadie que se atreviese a burlarse de él. Y no, no es mi "misteriosa" maestra actual -dijo burlona-. Kamaljit pertenece a mi pasado. ¿También quieres conocerla?

Ahhhh. Naewen esbozó una sonrisa seca al ver la reacción del elfo ante la cita. ¿Se pensaba que él era el único que sabía picotear a ver qué encontraba?

-Del Serpientes, Cenizas y Semillas. Sombras de lo que fue y será, por supuesto. ¿Conoces otra referencia al respecto? -dijo inocentemente-. Por cierto, me asombras. Una lectura en extremo inusual para alguien interesado en un estudio tan pragmático del Arte.

Cargando editor
15/11/2015, 15:00
Aerel

Aerel siseó al mono, y se habría lanzado contra él si su ama no le hubiera retenido. ¿Qué era eso de bombadearles con caca? ¡Aerel nunca había recibido semejante afrenta!

Cargando editor
15/11/2015, 15:46
Seltyiel

-¿Y qué le has enseñado tú al tuyo? Mira cómo mira a Elias -devolvió Selt inmediatamente-. Es solo un poco de mierda seca, no es para tanto.

Apartó la mano, aunque no sin amabilidad, del contacto de ella. Aquello había tocado una fibra sensible y estaba un poco arrepentido de haber dicho la verdad. Un poco, pero no del todo. Por otras razones que la mera sinceridad. Además, era tópico topiquísimo, ¿verdad? Todos sabían que eso era lo que sentían los semielfos y los elfos Perdidos. Y le salvaba de reconocer que había un motivo aun más primario tras sus querencias. Supervivencia.

Y quizá un poco de sinceridad le ayudase con sus otros planes. Eso solía gustar…

Selt sonrió a Naewen, una sonrisa interesada y amplia, mientras ella hablaba de su antigua maestra. -¿Vudrano? ¿En serio? Sí que te han llevado lejos tus viajes, no deja de admirarme eso. Claro que me gustaría conocerla, sobre todo si es tan guapa como tú. ¿Aceptaría alumnos? -preguntó burlón, inclinándose para besar la mano de la maga con algo de guasa, pero también con una pizca de galantería, antes de seguir diciendo tonterías-. Las eruditas suelen pertenecer a la raza de los estudiosos apolillados, pero he observado que las magas poderosas soléis estar estupendas todas. ¿Cuál es vuestro secreto? ¿Compartís conjuros que nos negáis a los varones?

Pero lo del libro le pilló de lleno entre la sorpresa y el apuro. Vale, ahí le había pillado también ella. Sí que era lectura inusual… bajo cualquier punto de vista.

-El que no me muera por el conocimiento como tú no significa que sea inculto. ¿O crees que pertenezco a los criptomagos sólo porque me encanta su compañía? -bufó un poco irritado. Tampoco quería ser considerado un maldito bárbaro que no abría un libro más que por necesidad-. Hace mucho encontré el libro en la biblioteca de mi maestro y lo leí. Sí, yo también tuve un tutor -añade irritado-. Y como lo leí, sé tan bien como tú que no puedes haber sacado la cita de allí. La cita correcta, del epílogo, sería "En Stethelos, yo estoy esperando". Y durante mucho tiempo los eruditos han estado dándoles vuelta a qué podía referirse el autor, y qué lugar es ése.

Se para, y la mira fijamente. -¿Es una cita verdadera, o te la has inventado?

Cargando editor
15/11/2015, 16:07
Naewen

-El Sombras de lo que fue y será original es muy particular y no creo que haya dos criaturas que lo hayan leído y encontrado exactamente la misma información, ya lo sabes. Así que las copias que corren por ahí son todas ligeramente diferentes -dijo ella, rehuyendo una respuesta más exacta-. No, no me he inventado la cita. Kamaljit tenía quizá la copia más completa del libro que exista en este mundo. Y otros libros aun más raros que ése.

Se encogió de hombros. -¿No te gustaría poner tus manos sobre el libro original? Piénsalo, un libro que resulta imposible de leer para un ajeno de las esferas Exteriores o incluso para un dios. Fascinante…

Y de pronto, preguntó: -Veo que tu maestro no estaba interesado en el "arte pragmático" como tú. ¿Cómo se llamaba? ¿Cual era su especialidad?

Cargando editor
15/11/2015, 16:25
Seltyiel

Selt rumió aquella explicación de la elfa, que sonaba verosímil pero no completa. Decidió dejarlo estar. Los eruditos se interesaban por temas raros, eran así y eso no podía negar.

-No, no me gustaría tener el libro original -dijo Selt sinceramente-, y tú tampoco deberías desearlo. Algún día te quemarás los dedos, ¿lo sabías? Es lo que pasa cuando se juega con fuego.

La pregunta sobre su tutor no le hizo gracia y pensó en no contestar. Ella había sido bien elusiva sobre su misteriosa maestra, así que tampoco podía ofenderse. Pero decidió que era mejor contentarla. -Se llamaba Nheran. No creo que lo conozcas, no publicaba sus trabajos. Sólo los compartía con colegas de su círculo. Él era como tú. Quería saberlo todo y su curiosidad no tenía límites. También era un maldito vago que esperaba que yo le hiciera todos los pequeños trabajos de limpieza y cocina que él odiaba realizar. Se definía a sí mismo como un estudioso del universo. "Porque cuando cruzamos pensamiento, espacio, espíritu e intuición encontramos el verdadero sentido del multiverso" -cita, imitando la voz pedante de Nheran.

El maestro había sido un verdadero grano en el culo a veces, pero a veces había sido también agradable, sobre todo cuando estaba cansado y se animaba a explicarle cosas mientras compartían una botella de vino, ante el fuego y repantigados en sillones mullidos. Vino del bueno, además. A Nheran también le gustaban las cosas finas, ahora que lo pensaba. Más puntos en común con Naewen.

-Por cierto, ¿por qué tu familiar te llama Laya? -pregunta de pronto.

Cargando editor
15/11/2015, 16:41
Naewen

Torció el gesto cuando él dijo que se quemaría algún día, pero mantuvo su semblante inexpresivo. -No se puede conseguir el verdadero conocimiento sin sacrificio ni riesgo. Es un hecho -comentó en tono ecuánime.

"Porque cuando cruzamos pensamiento, espacio, espíritu e intuición encontramos el verdadero sentido del multiverso"

La maga giró la cabeza para mirar al Seltyiel. Su rostro estaba inusualmente serio. Con voz suave, completó la cita. -"Y es en el control sobre las energías que unen los planos a sus alineamientos eternos, la materia al espíritu, y los elementos a los mundos donde reside el verdadero poder".

Tras una pausa, dijo: -Sí. Kamaljit decía lo mismo. Parecen haber leído las mismas fuentes.

Se encogió de hombros. -¿Laya? Un desliz por su parte. Los elfos tenemos varios nombres. Naewen es mi nombre escogido, pero tengo otro nombre, un nombre íntimo que solo usan mis familiares y amigos cercanos. Laya es la abreviatura de ese nombre.

Vaciló, recordando la forma en que Sombra había descartado aquella tradición como superstición. Puede que lo fuera, pero era difícil desechar ciertas costumbres. -La versión humana de ese nombre es Aerilaya -dijo finalmente, rompiendo por primera vez en su vida aquella tradición élfica. Nunca había dado su nombre íntimo a gente que, después de todo, no eran sino apenas unos desconocidos.

Sí, Sí. Sombra tenía razón. No significaba nada. Pero aun así, romper la tradición dolía. Una atadura menos. -Pero prefiero que me sigáis llamando Naewen -añadió apresuramente.

Pero se echó a reír, complacida y divertida a la vez por los galanteos guasones de él. Habría que ser ciega y tonta para no ver lo que él pretendía, aunque fuera lo suficientemente listo para no ir directo y al grano. -Claro que sí, todas las magas tenemos conjuros que belleza que nunca compartiríamos con vosotros. Los varones no entendéis la sutileza de ese tipo de magia -bromeó, aunque luego añadió, más seria-: No, te puedo asegurar que Kamaljit no estaría interesada en tomarte de aprendiz. También puedo asegurarte que tú no estarías nada interesado en que se fijase en ti.

Cargando editor
15/11/2015, 16:58
Air'his

El combate había terminado igual que empezó, rápido y con sobresaltos, a Air'his no le gustaba nada este nuevo enemigo, estaba mas que acostumbrada a domar bestias pero este tipo de "animal" jamas lo había visto y dudaba mucho de su capacidad para luchar contra algo que no tenia ni idea de que cuernos era.

Una vez solos, los elfos se pusieron a discutir con el mago que se había vuelto ha hacer una bola, ella sin embargo se ocupó de su trabajo, tenia que saber de esas bestias.

La semi orca se agacho en al tierra en el lugar donde apareció la bestia y comenzó a olfatearlo todo, tenia que hacerse con su olor, que se hiciese familiar para ella, todo bicho desprende feromonas y si eres capaz de olerlas te podrás anticipar. También se fijo en las huellas que dejó, sin duda seria únicas y la ayudarían en el futuro si se vuelven a encontrar.

Por ultimo se acerco a su compañero de raza y sujeto su arma para acto seguido pasar el dedo por la sangre impregnada en la misma y lamerla. -Mmmmm.... sabe raro

Era cuanto podía analizar de la bestia, la próxima vez su olfato le avisara de su llegada.

Los elfos seguían presionando al humano y echandole en cara sus errores, estaba claro que no había obrado bien, pero, ¿quien no lo haría? todos sentimos curiosidad por algo que nos puede llevar a cometer errores. Acercandose a la capitana y poniendo su manaza en su delicado hombro la dijo con tono firme. -Vamos Naewen, deja ya al anciano, todos cometemos errores y no me digas que los elfos no sois curiosos con el tema de la magia, podían haber sido mas cuidadosos, si, pero no fue el caso. Por mi parte, larguémonos ya.

Dejo a la capitana sin saber si sus palabras habían calado en ella, ciertamente no tenia un gran don con la palabra, y se acerco al humano, ella también prefería que viniera pero a diferencia de sus compañeros era por motivos distintos. -Bueno anciano, prefiero que vengas con nosotras. -Siempre usaba el femenino, ya estaba harta de tanto patriarcado. -pero no por salvar tu pellejo, si no porque si te persiguen esas bestias tendré una oportunidad para enfrentarme a ellas, no me he topado nunca con una bestia que no haya podido domar, pero si prefieres quedarte a morir -alega sacando su puñal- hay formas mas rápidas e indoloras que ser descuartizado vivo, ¿que decides?

 

 

 

Cargando editor
15/11/2015, 17:40
Seltyiel

-Y es un hecho que el fuego quema, Naewen. Nheran también lo decía. "No encontrarás el verdadero conocimiento escarbando en viejas bibliotecas ni en tratados escritos por otros. Eso sólo proporciona una base. Si quieres descubrir algo nuevo tendrás que salir a buscarlo por ti mismo". Me asustas un poco. No sabes cuánto te pareces a él. Y él no acabó bien. Se acabó quemando los dedos, igual que te pasará a ti.

Seltyiel también torció el gesto al oírla hablar de Kamaljit y pensó que Naewen probablemente tenía razón. Cuanto más conocía de ella, menos le gustaba lo que oía. Y menos aun tras escuchar el final de la cita. Sí, era exacta. Palabra por palabra. Era como volver a oír a Nheran, aunque con pronunciación más cantarina. -Curioso, aunque es un hecho que todos los eruditos parecéis conocer las mismas fuentes -Selt intentó mantener la voz inexpresiva y pensó que lo había logrado. ¿Sabía Naewen cuál era la filosofía que sustentaba aquella cita? La miró con disimulo, y decidió que probablemente no. La cita no era tan desconocida. Lo que venía tras ella, sí-. ¿Por qué no me gustaría? ¿Era fea como un sapo? -bromeó.

-Naewen es un bonito nombre -le aseguró él, y decidió que era momento de dejar las conversaciones serias. Al menos no le había rechazado y eso ya era positivo. Las mieranis no solían ser sutiles cuando no estaban interesadas.

Pero entonces Air'his terminó de hacer lo que quiera que estuviera haciendo y se dirigió directa a Roth. Selt sonrió ante la propuesta de la semiorca, buena táctica, un gancho psicológico directo a la mandíbula. Si eso no funcionaba nada lo haría.

Selt se llevó la mano a la barbilla y esperó con deleite la reacción de Naewen. Los elfos nunca entendían la idea del suicidio y quería ver cómo ella reaccionaba ante semejante anatema.

Cargando editor
15/11/2015, 17:56
Naewen

-Pues tu maestro tiene mucha razón. No se descubre nada nuevo caminando por senderos ya trillados. Por mi parte me arriesgaré -contestó ella secamente-, prefiero quemarme a permanecer en la ignorancia. Además, no hay tanto riesgo si se es prudente. Lo que no puede hacerse es arriesgarse actuando a ciegas y sin controles como hicieron Roth y sus amigos. ¿Qué le pasó a tu maestro?

Negó con la cabeza, sonriendo. -Oh, no, Kamaljit era muy hermosa y parecía muy joven, aunque no lo era, realmente. Joven, me refiero. Dicen que en su juventud era una de las nexitas más bellas el país. Y probablemente lo siga siendo, solo que ahora pocos la conocen. Además, ¿quién crees que me enseñó esos famosos conjuros de belleza? -bromeó burlona, y asintió satisfecha al ver que él no insistía sobre los nombres íntimos.

Miró a Air'his meneando la cabeza con disgusto, aunque no escandalizada. Peores cosas había visto. -No estarás hablando en serio. Rendirse es inaceptable. Al menos está luchando por su supervivencia…