Partida Rol por web

Al ayudarte a levantar pudiste ver que llevaba unas pokeballs con la carcasa verdes un tanto raras y otra blanca, esa la conocías, era una Honor Ball, algo inusual en un entrenador normal. El hombre te miró sorpresivo y rió - Vaya, no se ve últimamente niños tan bien educados como tu. ¿Sabes tienes razón? Y además con mis pintas supongo que he debido de asustarte - aún seguía sonriendo a pesar de decir aquello. - Bueno, que no te engañe mi aspecto, no soy malo. Mi nombre es Gabriel y debería advertirte que actualmente ando buscando a unos tipos malos en Azafrán. Son una banda organizada y les seguí el rastro hasta que los perdí aquí, así que andate con cuidado amiguito, y si los ves pegame un grito. - Te dijo "guiñando" su único ojo... o parpadeando no lo sabes con exactitud. Mientras te acariciaba el pelo despeinandote un poco

Su nombre no te decía nada, no recordabas ningún Gabriel que fuera famoso, pero las pokeballs no mentían, y parecía tan amable que era imposible que mintiera. - Bueno amiguito, supongo que tengo que seguir buscandolos. Por cierto si buscas alguna tienda interesante hay una a  la vuelta de la esquina. Es una juguetería, pero tiene unos peluches muy logrados. - Y tras ello hizo intención de irse.

Traté de esquivar su mano para que no me despeinara sin éxito y acto seguido mis manos volaron hacia mi pelo para intentar devolverlo a su estado anterior mientras escuchaba con atención. ¿Peluches? ¿Quién se creía que era? Levanté la cabeza, mirándolo lleno de orgullo de mi mismo y hablé totalmente confiado.

-Yo soy Lamrod y no soy ningún niño. No quiero peluches, no me interesan. De echo yo debería estar ya en mi propia aventura pokémon. ¡Soy fuerte! Si estás buscando mala gente, yo puedo ayudar.

Gabriel sonrió y te miró - Vaya ¿así que ya tienes diez años? ¿Y como es que no estás ya en tu aventura? ¿Pasó algo malo? - Preguntó hasta que le dijiste que querías ayudar entonces sonrió y dijo - Está bien, si quieres puedes venir conmigo, me vendrían bien un par de ojos más. Venga sigueme - Dice mientras te hace una señal con la mano para que lo sigas - Mira bien en todos los callejones vaya a ser que se me pase algo - y entonces pusisteis camino.

Estuvisteis un rato investigando por el lugar mientras hablabais de porque tu no habias iniciado el viaje y de porque el buscaba a esa gente. Te dijo que era de una especie de banda llamada Galaxy Trooper, y quería frenarles los pies porque sabía que querían organizar algo extraño para fastidiar a la compañia de Silph SA. Hasta que entonces tu viste a dos tipos haciendo algo extraño en un callejón. Ambos llevaban el mismo uniforme y parecía que Gabriel no se había dado cuenta, podría ser por su parche quizás.

Cuando vi a los dos extraños tiré de la ropa de Gabriel y le indiqué llevándome un dedo a los labios que guardara silencio antes de señalar con el dedo hacia el callejón donde estaban aquellos tipos. Tal y como iban vestidos, y por la descripción que me había dado Gabriel, aquellos parecían ser los tipos que andaba buscando.

Gabriel miró lo que hacías y con una sonrisa te dijo - Muy bien, ahora quedate atras Lamrod, no puedo dejar que te pongas en peligro - Y corrió hacia ellos cogiendo una de sus pokeballs y apartandose la capa. Pudiste ver como la camiseta de manga sisa le debaja al descubierto sus brazos musculosos con los guantes en las manos.

Una vez a una altura media llamó la atención a los dos - Galaxy Trooper, por la autoridad que represento quedais oficialmente detenidos. Entregaos o sufrireis las consecuencias - Y lanzó su HonorBall - Dragonite, es hora de hacer justicia - Un aparente todopoderoso Dragonite apareció frente a Gabriel, mostrando su poderío en una pose de provocación.

Sin embargo, los otros dos no se achantaron - Vaya, si es nuestro perseguidor, no  te preocupes que nos ha dado tiempo a prepararnos y ahora te vamos a resultar un tanto más dificiles - Ambos cogieron una pokeball cada uno y la lanzaron al aire - Rhydon, Aggron, destrozadle. - Ambos también parecían poderoso y parece que Gabriel daba un paso atras... igual necesitaba ayuda, pero ¿Como?

¿Quedarme atrás? ¿Yo? ¡Nunca!

Asistí a la conversación situándome al lado de Gabriel en lugar de quedarme detrás de él. Miré fijamente a aquellos tipos y apreté los puños ante su actitud chulesca y prepotente. Al ver que se preparaban para una batalla pokémon maldije mi suerte por no tener uno propio, pero eso quedó en un segundo plano al ver a aquel Dragonite.

-Dragón...

Sin embargo mi maravillamiento quedó en un segundo plano cuando vi los pokémon que sacaban los delincuentes. Rápidamente me giré hacia Gabriel con clara actitud combativa.

-¡Debes tener cuidado! ¡Tú Dragonite es débil contra roca, y los Aggron son resistentes al tipo dragón! -miré a los dos enemigos y con un gesto de rabia por lo injusto del combate volví a mirar a Gabriel- ¡Son dos contra uno, no es justo! ¡Dame uno de tus pokémon, puedo ayudarte! ¡Lo prometo!

Gabriel te miró con cierta curiosidad cuando te oyó decir aquellas palabras - Vaya, así que eres un entusiasta de los dragones ¿eh? Bueno, supongo que tienes razón, Dragonite podría contra ambos pero aún así solo le resultará difícil - Entonces cogió una de sus pokeball y te la cedió - Te dejaré a este, es docil y te hará caso ante cualquiera de tus ordenes, dos contra dos será más justo, pero no te expongas demasiado - te dijo confiando en ti de primeras, parece que no veía un niño después de todo.

Una vez cogiste la pokeball y la lanzaste, no pudiste creer lo que veias ante tus ojos... Un Hydreigon, delante tuya. ¡De entre todos los pokemon dragones que había te había dejado ese! - Y ahora pasemos al ataque. Dragonite, Carga Dragon a Agroon, llevatelo a las nubes. - Y entonces te miró - El Rhydon es tuyo.

Aquello era un sueño hecho realidad. ¡Un Hydreigon! ¡E iba a ser yo quien lo fuera a dirigir en esa batalla! Me quedé contemplando al dragón tricéfalo totalmente embobado, y casi de forma inconsciente alargué la mano para acariciarle el cuello de la cabeza central.

-Eres...Asombroso...

Las palabras escaparon de mi boca sin que pudiera controlarlas. El dragón me miró y yo a él, y en ese momento mi cuerpo entero se llenó de energía y confianza. Sin dejar de acariciarlo, me giré para mirar al Galaxy Trooper y al Rhydon.

-Muy bien Hydreigon. Mi nombre es Lamrod y yo voy a ser el que te dirigirá. Te prometo que daré el cien por cien de mis fuerzas -me aparté del dragón y señalé con un dedo al Rhydon enemigo. Para cualquier otro pokémon tipo dragón me habría hecho falta hacer memoria para recordar sus ataques, pero no con Hydreigon- ¡Utiliza Dragoaliento y trata de paralizarlo!

El impacto dió de lleno al Rhydon y el tipo le dijo a su compañero - Eh vamos despierta, necesito ayuda aquí abajo, dijiste que te interpondrías en los ataques de dragón pero me has dejado vendido ante el segundo - El otro simplemente - Ahora te ayudo pesado, Aggron, usa tu ataque cuerpo pesado para derribar al Dragonite - Aggron lo usó y ambos empezaron a caer a una velocidad bastante grande. Notabas como Dragonite había salido herido, pero Gabriel estaba tranquilo, de hecho había cerrado su ojo y había bajado la cabeza. ¿Qué estaba haciendo?

Mientras el otro te dijo  - Eh tu no te despistes renacuajo, Rhydon, Terremoto. - No parecías tener de que preocuparte, no solo porque Rhydon parecía extremadamente paralizado sino por que en ese momento Gabriel abrió su ojo y dijo - Ahora Dragonite, Caida Libre y tras ello Vendaval a los dos, retenlo con tus potentes alas - Dragonite obedeció al instante quitandose de encima como si fuera una pluma al Aggron y convocando el Vendaval mientras se mantenía en el aire. Entonces Gabriel te miró - Acabalos con todas tus fuerzas - dijo haciendo referencia a que usaras el ataque más potente de Hydreigon
 

-¡Ja! ¡Serás imbécil! ¡Tu terremoto nunca habría afectado a Hydreigon!

Señalé al dragón, que había alzado el vuelo para lanzar su ataque. Estuve tentado de mandarlo a ayudar a Dragonite, pero al ver la actitud relajada de Gabriel decidí dejarlo como estaba. A fin de cuentas, él era el entrenador, y yo aún ni había empezado mi viaje.

Pero cuando dice que ataque con todas mis fuerzas me lleno de confianza. No dejaré lugar a dudas. Mi sitio algún día está a lomos de un Hydreigon, sobrevolando el cielo y siendo el entrenador número uno del mundo.

-¡Hydreigon! ¡No tengas piedad con ellos y enséñales el abrumador poder de los dragones! ¡Cometa Draco!

Hydreigon lanzó su cometa draco al tiempo que Dragonite se apartó y lanzó su Hiperrayo ordenado por Gabriel. Ambos ataques combinados acabaron con sendos pokemon. - Bien hecho chico. - te dijo a modo de agradecimiento - Y vosotros, quedais arrestados. - Dijo a los otros dos que estaban sepultados por los pokemons, mientras se acercaba a ellos y les ponía unas esposas. - Aunque me temo que no ireis a la prisión de Kanto, se os busca en otra región. - Terminó de aclarar.

Entonces tus padres llegaron por detrás. - Lamrod ¿estás bien hijo? - Te preguntó tu padre y entonces tu madre prosiguió - Estabamos muy preocupados cuando vimos a esos pokemon despegar, pensabamos que estabas cerca y hemos corrido hasta aquí a por tí, aunque menos mal que no te ha pasado nada - Te abrazarón ambos ante tal preocupación, y entonces Gabriel se acercó para explicar y aclarar lo ocurrido metiendo algunas mentirijillas como él se encontraba en problemas y tu al verle viniste corriendo a ayudarle, para dejarte bien y que no hubieras estado implicado desde el principio. - Gracias señor, no sé como podemos darle las gracias por defender a nuestro hijo - dijo tu madre - Y que hayas ayudado a este hombre aún sin tener pokemons dice mucho de tí. Eres muy valiente - terminó incluyendo tu padre.

Una vez más calmados y habíendo guardado Gabriel solo al Hydreigon en su pokeball tras que se la devolvieras, te dijo - Bueno, yo ya me tengo que ir, tengo que entregar un paquete, como quien dice. Lamrod, eres un niño muy fuerte, y muy inteligente, se nota que te gustan los pokemon dragón, sobre todo Hydreigon. - te elogiaba un poco al ver como te desenvolvías con el - Y estoy seguro de que algún día serás un gran entrenador de uno de ellos. - Te volvió a acariciar la cabeza revolviendote el pelo y se agachó para sonreirte y decirte - Y ese día, estaré encantado de retarte a un combate pokemon. Hasta entonces sigue haciendote más fuerte, y ayudando a tus padres en lo que puedas

Puso entonces un pié en la parte baja del lomo de Dragonite mientras que con una mano le agarró el hombro, y con la otra agarró las esposas de los dos palurdos que no sabían ni manejar pokemon de alto nivel - Hasta la proxima vez que nos veamos... Lamrod. Dragonite, nos vamos - y tras despedirse, Dragonite alzó el vuelo tan rápido como lo hacen todos los de su especie, volando recto hacia el cielo y tras unos segundos desviandose en una dirección más rápido que lo que habías estudiado en los libros.