Partida Rol por web

-¡AAAARRRHHHGGGG!- grita Skinner, mientras se lleva las manos violentamente a la cabeza. Su inseparable sombrero, sale despedido, por la brusquedad del movimiento y cae al suelo. Su cabeza rapada queda al aire, brillando bajo las luces de la sala.

Se retuerce en su sillón unos segundos más, con las manos sosteniendo aún su cabeza, y cuando parece que esa tortura no cesará nunca, cae desplomado sobre el asiento.

Rodney, mira hacia el suelo aturdudo, con la cabeza caída sobre su hombro, incapaz de pensar en nada, y con un fino hilo de sangre cayendo por su nariz.

Tras unos instantes, empieza a recuperar el control de su cuerpo a base de pequeños espasmos. Echa la cabeza hacia atrás, mareado, y se lleva la mano a la nariz, sin prestar todavía atención al profesor.

Recuperándose lentamente, se entorna hacia el interlocutor, y con cara de descontento prosigue.

-Oh, Mr. Mathison, eso ha sido de muy mala educación- dice sin perder su tono arrogante ni por un segundo-. No quiero imaginar lo que hace a alguien cuando no trae los deberes...- comenta irónico.

Con cierta lentitud, saca un pañuelo de papel desechable, de uno de los bolsillos de la gabardina.

-Si me disculpa...- mientras se seca la sangre de la nariz con el papel. Lo mantiene así unos segundos, taponando la hemorragia.

Una vez esta ha parado, alarga la mano hasta el suelo, para coger su sombrero, y ponerlo en su sitio. Se lo ajusta bien, con la mano libre, y sin soltar el papel, que hace de tapón.

-Recuérdeme, no hablar sobre la calidad de su contrato, si no llevo un bote de aspirinas a mano, Mr. Mathison. Por otra parte, no creo que el colegio permita la agresión de los profesores a los alumnos. Así mismo, tengo cuidado hombre, un día se le va a ir la man...digo, la cabeza, si, si, la cabeza creo que es mas acorde, y va a cargarse a alguien.

-Y le aconsejo, como medida de precaución que ese no sea yo...no me ha caído mal...- hace una pausa-, del todo, así que sería una pena ver que la próxima vez que tenga una carta sea un "cartero" vestido de negro, llamando a su puerta con un bazooka, el que se la entregue. Por poner un ejemplo...- comenta condescendiente y para nada, bromeando, a pesar de ser todo dicho en un tono cómico.

-Vaya...que curioso...en 10 minutos escasos, dos tipos distintos, me han amenazado de muerte o han atentado contra mi integridad, y cada vez me cuesta más distinguir quien de los dos es Mr. Capullo- comenta para si, en un tono bajo, aunque audible para el profesor.

-Así, que si no le importa...usted dejará de "darme dolor" de cabeza, con sus malos hábitos y yo, por mi parte no haré comentarios poco agradables sobre usted y su santísima y casta madre- anota tranquilo-. Si está conforme, espero, que pueda darme a continuación los detalles sobre el colegio. Podría dedicarse todo el día a freírme el cerebro, pero, creo que los dos, tenemos cosas más importantes que hacer- sonríe al profesor, para que se decida de una vez a hablarle del colegio en cuestión.

No parezco reaccionar lo mas minimo ante el numerito de la sangre, pero me acerco al mueble bar a prepararme una copa mientras se recupera, ginebra sola en copa de martini

Le aseguro que mis alumnos puede olvidar el comer o el dormir, pero jamas olvidan hacer algo que les haya pedido. Ademas le aseguro que nunca he matado a nadie... si no queria hacerlo, asi como tambien le aseguro que no me preocuparia mas un hombre con un bazooka que un mosquito

Pero bueno, ya aclararemos ciertas cosas en el colegio, esta en una isla de la que no le voy a revelar su localizacion, es un internado y los requisitos son simples, va alli aquel al que se lo ofrecemos

Golpean suavemente en la puerta.

-Sírvase lo que quiera Mr. Mathison...- dice irónico al ver como el hombre, se levanta y coge la botella de ginebra y la copa de Martini.

-En ese caso- al oír el comentario del profesor-, espero, que no me dé clases...suelo ser bastante olvidadizo. Claro Mr. Mathison, confío en el control que tiene sobre sus habilidades sadomizadoras; por lo que se ve, las tiene bien entrenadas- dice con un matiz de resentimiento, mientras se comprime la hemorragia nasal con el pañuelo.

No puede evitar lanzar una pequeña carcajada, al escuchar el último comentario.

-Le doy la razón, Mr. Mathison, le doy la razón, los mosquitos son muy molestos. ¿Quién habra sido el inepto que aseguraba que medio kilo de explosivo plástico era más perjudicial que una picadura...? Sus, para nada exageradas- hace un énfasis sarcástico en ese fragmento- afirmaciones, le hacen merecedor de la copa que sostiene, ya lo creo.- dice mientras ríe con la boca cerrada.

El enunciado escaso, respondiendo a las preguntas de Skinner, no alivia los interrogantes de este, pero, prefiere darle un pequeño giro a la conversación, ya que parecía que no iba a conseguir nada por ese camino.

Justo, cuando va a decir algo más, oye que llaman a la puerta.

-Vaya, parece que hoy, mi humilde morada está muy concurrida. Si me disculpa, Mr. Mathison- comenta, sin esperar respuesta, mientras se levanta-.

Camina a paso lento, todavía sosteniendo el pañuelo en su mano, pegado a sus fosas nasales; frenando la sangre, que parece que ya casi ha dejado de manar. Con la mano libre, abre la puerta, agarrando el pomo y tirando de él hacia si.

-Hola, ¿que desea?- pregunta cortés a la persona que tiene delante.

El Señor Rodney Skinner, supongo.

Un simpático anciano le da la mano con una amable sonrisa en su cara.

Disculpe, no me he presentado. Soy el doctor Walter J. Murray... ¡Ah! Ya veo que el profesor Mattison se me ha adelantado, la verdad es que me pierdo con bastante facilidad por estas calles... Londres ha cambiado mucho últimamente.

Walter espera a que le den paso para entrar.

Vengo a traerle una invitación formal, junto al profesor Mattison, para que ingrese en nuestra escuela para metahumanos debido a sus habilidades.

-Sí, el mismo.- Comenta, mientras le estrecha la mano, con el brazo que tiene libre.

-Lo que me extraña es que a su edad, no se halla perdido del todo, Dr. Murray. No me habían anunciado su visita, pero supongo que su compañero, no daba por supuesto que llegase hasta aquí.

-Bueno, bueno, pase, pase.- Dice apartándose de la entrada de la puerta.

Da unos pasos hacia atrás, y se da la vuelta un segundo, para señalar algo. Extiende el brazo, para indicarle algo al doctor.

-Como buen anfitrión que soy, comprendo su...como decirlo..."La Llamada de la Próstata", el baño está en aquella dirección. Confío en que los temblores le permitan bajarse la cremallera de los pantalones...- agrega, sin poner un tono ofensivo en sus palabras.

Espera a que su invitado pase, y cierra la puerta. Antes de que se separe mucho, mira a Mathison, y acto seguido se acerca al doctor. Parece que va a susurrarle algo al oído, ya que incluso pone la mano, para tapar su boca y hacer de caja de resonancia.

-Por cierto.- a pesar de las supuestas medidas que había tomado, habla a su volumen normal, incluso podría decirse que más alto; como si buscara la atención del profesor.- Ese Mathison, ¿no le parece que es algo arrogante? Me ha dado "dolor de cabeza", con solo oírle hablar. Menos mal, que usted parece un caballero de bien...- parece que va a comportarse, pero añade- un caballero, yo diría que del siglo XI por sus arrugas.- dice este comentario en un tono bajo, mientras esboza una sonrisa maliciosa, viendo hasta donde llegaba el aguante del doctor.

Se encamina hacia su sitio de antes, y anda seguido del Doctor hacia el salón. Una vez se ha sentado en su sillón, le indica a Murray con un suave gesto de mano, a que ocupe uno de los sitios libres.

-Si quiere Mr. Murray, tengo en ese pequeño mueble bar, una selecta colección de bebidas. Al parecer está teniendo un gran éxito entre mis..."invitados". Y perdóneme, por recibirlo algo manchado de sangre, pero, ha sido algo ajeno a mí, ¿verdad que si, Mr. Mathison?- añade, para que el profesor no se sienta desplazado.

Hace una pausa, para darle tiempo a su nuevo invitado a servirse algo y a acomodarse, antes de continuar.

-Bueno, como le había comentado a Mr. Mathison- pone en contexto al doctor-, acepto su proposición a unirme a ese "Museo de Habilidades". Pero, claro, me gustaría tratar los temas del alojamiento, transporte y tiempo de estancia. Aunque claro, confío en que se halla tomado la medicación, y logre recordar estos detalles, ya que su compañero es poco receptivo a mis preguntas...

Señor Skinner, no veo necesaria su agresividad... por favor disculpe al profesor Mattison si se ha excedido en sus funciones en algún momento.

Walter hace una pausa y se pone serio.

Quiero que sepa, Señor Skinner, que esto no es más que una invitación y que si así lo desea no tiene por qué ingresar en la escuela... hay muchos más esperando para entrar, pero si no le interesamos estamos de más. Por cierto le agradezco el ofrecimiento pero no puedo beber alcohol, mi sobrina me lo tiene prohibido.

Señor skinner, el poder ser arrogante es algo que uno se tiene que ganar, y me parece que su dolor de cabeza viene de haberlo sido cuando no debia

Respondo todavia en el sillon con la copa en la mano

Antes de centrarse en lo verdaderamente importante, atiende a las últimas palabras del doctor.

-Si así lo prefiere, tengo algo de limonada...y algún refresco; creo que su sobrina no tendrá inconvenientes en que acepte eso. Incluso, si me apuran, puedo sacar algo para picar- tratando de ser un buen anfitrión-, aunque supongo que al igual que yo querrán terminar lo más pronto posible con esto y volver a sus asuntos.

-Oh, y perdone por mi agresividad verbal, Mr. Murray, pero es que creo, que no me funciona muy bien la cabeza, después de notar como me taladran el cerebro- comenta cínico-. No esperaba ser agredido en mi propia casa, por el mismo hombre que me ofrece formar parte de la institución a la que pertenece. Entienda, que cuanto menos es una reacción normal el sentirme algo molesto- dice, mientras se quita el pañuelo, algo ensangrentado de la nariz, la cual parece haber parado de manar sangre totalmente.

-La verdad es que solo pido saber los datos básicos sobre el colegio, al cual estoy muy interesado en entrar, por motivos personales. Llevo largo rato intentando sacar algo en limpio con su afable compañero, pero, por ahora solo he conseguido respuestas evasivas y alguna que otra lesión cerebral leve...nada del otro mundo- sigue apostando por su ironía típica-. Espero que usted pueda facilitarme dicha información, o al menos un dosier con los datos sobre el colegio a grandes rasgos.

Hace una pausa, para rascarse la ceja izquierda.

-De todas formas, y suponiendo que me admitan en su centro, necesitaré unos cuantos de días antes de poder partir. Trabajo para una empresa familiar, a la que debería avisar de mi ausencia...

Parece que ha terminado de hablar, pero la frase del otro interlocutor le viene a la mente.

-Y...- se dirige al profesor- Mr. Mathison, creo que iré comprando ese bote de aspirinas, porque calculo que me va a doler mucho la cabeza, estando en su presencia...

Tómese el tiempo que considere necesario, pero no demasiado... la oferta no va a estar vigente para siempre señor Skinner.

Walter sonríe mirando curioso hacia la ventana.

No será necesaria esa limonada, aunque se le agradece enormemente.

Carraspea levemente para despejarse la garganta, una vez el doctor ha terminado de hablar, para él hacer lo propio.

-Como le he dicho, solo serán unos cuantos de días. Una semana como mucho- asegura, mientras se sirve otra copa de whisky-. Tengo que ordenar mi vida, y dejarlo todo bien amarrado antes de irme.

Le da un corto sorbo a su vaso, tratando de apreciar tranquilamente los matices de la bebida.

-Acepté la propuesta de venir a esa escuela hace rato, de manos de otra persona. Discúlpenme por mi terquedad, pero, sigo interesado en conocer los detalles del colegio, y cosas como su emplazamiento y condiciones...no se preocupen, que no trataré de esa información con nadie.

-Y creo que tanto ustedes como yo, sabemos que si han sido capaces de encontrarme aquí, posiblemente puedan hallarme allí donde huya. Por lo cual no sería inteligente por mi parte, hacer ningún acto que traicionase esa confianza, que espero, que depositen en mí.

-Créame si le digo, Mr. Murray, que ya he comprobado que los métodos para "animar amablemente" a los alumnos a unirse a la escuela, que usan algunos miembros del cuerpo docente, son bastante...efectivos...- comenta, mientras dirige una mirada, con un matiz de rencor al profesor Mathison-.

Digamos que el colegio esta en una isla en europa y las instalaciones son mejores de lo que pueda inmaginar, y no se que mas puede querer saber, imagine un internado, pero con unas clases algo mas interesantes.

Apuro mi copa y me acerco al bar a preparar otra

Y no tengo ninguna duda en que no hablara con nadie que no deba de esos datos, se lo aseguro

-Vaya Mr. Mathison, mire que creía que la capacidad de "dar dolores de cabeza", le harían más inteligente, pero, me equivoqué en mi suposición. Perdone mi error. Y es que creí que comprenderían- dirigido a los dos-, que si no conozco la localización exacta o la forma de llegar al colegio, no podré unirme a él.

-Así que si no les molesta, déjense de respuestas vagas y misteriosas, que no llevan a ninguna parte...excepto, como mucho...- dice, mientras mira el vaso del profesor-, al agotamiento de mi mueble bar.

-Y si, Mr. Mathison, la mayor parte de lo que me comenta sobre el colegio, ya lo suponía yo- esboza una débil sonrisa-. No dudo sobre el interés de las clases, sabiendo que usted imparte alguna de ellas. Por curiosidad, ¿qué clase imparte?¿No me irá a decir que es ética o algo parecido, no?- mientras lanza una débil carcajada, con la boca cerrada, recordando a la risa de una hiena.

Lo cierto es que tiene usted una falta de perspectiva que resulta molesta, cuando sea necesario alguien vendra para llevarle hasta el colegio no se preocupe

Despues le miro mientras sigo disfrutando de la ginebra

Una de ellas son las matematicas, el resto, si se lo contara antes de que sea alumno de nuestra escuela, tendria que matarle
Algo que podria ser una muy ligera sonrisa se forma en mi boca al decir eso

Thomas por dios, si sigue asustándome así a los alumnos nunca vamos a llenar el cupo de la escuela.

Walter se ríe.

No se preocupe, enviaremos a alguien por usted cuando así lo precise... el horario y sus profesores los conocerá en la misma escuela y si le sirve de consuelo yo no doy ninguna clase, salvo que consiga una de mis becas especiales con las que podrá hacer práticas de laboratorio, pero dudo que esté usted interesado en esas materias.

-Oooh, entiendo sus palabras, Mr. Mathison...le dolería tanto tener que hacer algo tan feo que prefiere callarse...- comenta sarcástico-. Una acción muy loable por su parte, tanto que la hacen merecedor de esa segunda copa que bebe.

-¿Matemáticas, eh? Y yo que creía que los jóvenes elegían letras, porque se les daban mal los números...- afirma, divertido-.

Tras intercambiar palabras con el profesor, atiende a las del doctor, con un rostro más relajado y calmado.

-Perfecto, Mr. Murray, a eso es a lo que yo me refería. Da gusto hablar con alguien inteligente, de vez en cuando...- no mira directamente a Mathison, pero, en sus labios se forma una fina sonrisa.

-Supongo que podrían encontrarme allá donde fuera, pero, seré buen caballero y les facilitaré el trabajo, ya que son ustedes los que me ofrecen ingresar al colegio. Ese enviado, podrá encontrarme aquí mismo dentro de una semana.- habla, seguro de lo que dice.

Pues en ese caso, creo que está ya todo hablado caballero.

Walter se levanta y le da la mano.

Nos veremos en la próxima ocasión... ¿Thomas?

Ambos hombres se marchan dejandote solo para que prepares lo que necesites y una semana despues como te prometieron un coche te esta esperando en la puerta llevandote a un hangar privado del aeropuerto donde hay un avion. Esperas un poco y sube una pelirroja un poco despues sonrie sentandose con un libro en uno de los asientos mientras despegais

Durante todo el trayecto en coche, Skinner no dejaba de pensar en su hermana y en, por un lado en el encargo de Jack Holy, y por el otro en la proposición de Stealth Shadow. Las dos caras del cuchillo que cortarían las ataduras de su hermana.

Ninguno de los dos le daba muchas expectativas. Uno era un condenado mafioso, que bien podía traicionarle y asesinarle en cuanto le interesase. El otro tampoco se quedaba lejos, podía estar sentado a su lado y el no notarlo.

Decidió que tenía que ordenar sus pensamientos, y ante todo centrarse lo máximo posible en la oportunidad que se le ofrecía. Aceptará la propuesta de uno u otro, necesitaría tener el mayor control posible de sus habilidades especiales.

Tras un largo recorrido, el coche llega hasta un hangar. Skinner no estaba muy acostumbrado a los aviones, ya que no había montado mucho. Solo un par de veces, para realizar encargos en países extranjeros.

Camina, ataviado con sus ropas habituales, una camisa oscura, con una gabardina de cuero negro por encima, pantalones oscuros también, sombrero y gafas de sol. En su mano porta un maletín, algo más grande de lo habitual, donde lleva unas cuantas mudas de ropa.

Sube la escalerilla del avión, y se acomoda en uno de los espaciosos asientos del minijet privado, dejando a su lado el maletín. Tras unos minutos de calma, Skinner oye el chocar de algo, con una superficie metálica. Alguien estaba subiendo al avión.

Segundos más tarde, una hermosa pelirroja hace su acto de presencia, y se sienta cerca él, no sin antes sonreír. El ladronzuelo, se plantea ir junto a ella. Sin embargo, el despegue comienza, y tiene que permanecer sentado, con el cinturón abrochado.

Una vez que ya están sobrevolando el cielo inglés, Rodney se desabrocha el cinturón y va al encuentro de la joven dama.

-Es un placer compartir el vuelo con usted, mi bella dama- dice una vez que se ha acercado. Se quita las gafas del sol, con una mano y se la guarda en uno de los bolsillos interiores de la gabardina. Mientras, con la extemidad libre, ase suavemente la mano de la mujer y de una inclinación se la besa.

-Rodney Skinner, a su servicio.

Encantada murmuro sonriendo y mirandote con mis ojos verdes Adrianne Achard el gusto es mio Mr SkinnerMe humedezco los labios ¿Viaje de placer o negocios?