Partida Rol por web

Ciudad del Vapor era realmente enorme. Una auténtica metrópolis subterránea, sólo que tanto encima como debajo de la "calle" por la que circulabas había otros niveles, a los que se podía acceder por escaleras y montacargas situados en determinadas zonas. Algunas zonas eran más tranquilas, pero en otras era dificil no chocar contra los grupos de enanos que atestaban algunos de los grandes corredores principales. Y no sólo enanos, también de vez en cuando se podían ver feéricos  (y sobre todo feéricas) e incluso algún humano, probablemente en viaje de negocios.

Todo el lugar estaba iluminado por luz artificial, aunque de qué tipo, era dificil decirlo. Una especie de lámparas de cristal blanco en las paredes refulgían con una suave luz. Si estaban iluminadas mediante gas, mediante luz eléctrica o algo completamente distinto, era imposible de saber, pues el color blanco del cristal impedía ver su interior.

Probablemente, lo más impresionante fuera lo que, según le explicaron, era el centro mismo de Ciudad del Vapor. Un impresionante abismo de cientos de metros de diámetro y probablemente más de un kilómetro de profundidadse abría en el corazón de la ciudad enana. Al mirar hacia abajo, se podían ver otros niveles, con la gente y las construcciones haciéndose progresivamente más pequeñas, hasta llegar al último nivel, muy por encima del fondo de ese pozo. Si tenía algún propósito o era una formación natural, Rene no pudo deducirlo.

Artois tuvo que preguntar su camino en varias ocasiones para volver a las habitaciones donde se alojaba. Los pasillos eran bastante intrincados, casi como un laberinto, y no era dificil desorientarse en su interior.

Al llegar se encontró con dos cosas que no esperaba. Una de ellas era que ahora contaba con un baúl más entre su equipaje. Tras pensarlo un momento, no le fue dificil pensar cómo había llegado allí. El día anterior, James Wenning se había encargado de obtener sus equipajes. Probablemente también había cogido el resguardo que René había cogido de la cartera de uno de los asaltantes, y había pensado que pertenecía a René. O mejor dicho, al secretario du Lapin.

La otra, era una carta dirigidas a Charles du Lapin, clave. Una de las hojas de su interior había sido escrita por Dunoyer, anunciándole que no habían descubierto por el momento nada sospechoso sobre la mujer que les había encargado investigar antes de marcharse. La otra venía de François Mathieu Boissieu. Era corta.

"Confirmo todas las instrucciones que al respecto de su actual misión le ha dado Friedrich Otto Wenning, director del Proyecto Halcón Etéreo. Incluidas las referentes a Miranda Wenning, debiendo cumplir con sus instrucciones y peticiones cuando logren ponerse en contacto con ella"

Tras leer las dos cartas en clave varias veces por si se me escapaba algún detalle procedí a quemarlas cuidadosamente asegurándome de remover las cenizas al acabar. Suponía que el señor Boissieu estaría conforme con la misión, sino no la habría emprendido.

Una vez acabado el tema de la correspondencia procedí a revisar el equipaje de Franz, que tan fortuitamente había llegado a mi poder

El baúl no contenía nada demasiado especial. Alguna ropa, de la que lo único que llamaba la atención era la mezcla de trajes elegantes y ropas vulgares, propias de cualquier trabajador de una ciudad. Algunos documentos al mismo nombre del que ya había cogido de su cartera cuando lo había registrado. Y algunos objetos de aseo. Nada demasiado emocionante. Por supuesto, Rene tenía suficiente experiencia para hacer alguna comprobaciones básicas. El fondo del baúl no sonaba a hueco, ni tampoco había mucha diferencia entre su tamaño por dentro y por fuera que pudiese indicar un compartimento oculto en el interior. Le llamó la atenció que la madera del fondo del baúl tenía un color ligeramente distinto del resto, aunque no tanto como para darse cuenta si uno no se fijaba con atención.

Tras una búsqueda meticulosa lo único raro que había encontrado era el color de la madera del fondo del baul "¿tal vez han transportado algún líquido que la ha impregnado?"

Olisquee con curiosidad, sin esperar realmente encontrar algún olor extraño, y tras un momento de duda saque un cuchillo y empece a romper esa madera mas oscura, sin saber realmente que estaba buscando

La madera era tan sólo una fina plancha, y debajo había varios documentos. Uno de ellos era una cuartilla, con tan sólo una frase "Se ordena a todos aquelos al servicio del Emperador Guillermo I de Prusia, ayudar y auxiliar en lo que necesite al portador de este documento". Debajo, un sello oficial atestiguaba la veracidad del documento.

El segundo era un simple mapa de Prusia.

Los dos últimos eran más intrigantes. Por un lado, había una hoja de papel en blanco. Ninguna anotación por pequeña que fuese, ninguna señal de haber sido usada. Por el otro, una lámina de papel semitransparente, aproximadamente del mismo tamaño que el mapa. También sin ninguna anotación.

Guarde cuidadosamente la carta de privilegios en un sobre y este en el interior de mi chaqueta, algo asi podría ser de mucha utilidad.

No creí ni por un momento que un escondite tan elaborado se utilizase para transportar hojas en blanco, y el truco de escribir con zumo de limón era demasiado viejo para no tenerlo en cuenta.

Con cuidado de no quemarlas acerque, primero la hoja en blanco y luego la hoja transparente, a una vela, esperando desvelar sus secretos. Si aparecía algo en la hoja semitransparente la pondría sobre el mapa de prusia, seguro de que contendría valiosas indicaciones

El truco del zumo de limón era muy conocido, pero en un siglo de maravillas y avances como el XIX, parecía que los agentes del Canciller tenían medios más sofisticados para esconder sus mensajes. O había una gran escasez de papel en Prusia, que obligaba a atesorarlo de esa manera. Ningún resultado obtuvo de acercarlo a una llama.

Habría sido demasiado fácil claro

Sin desanimarme probé a juntar los papeles entre si y con el mapa, moviéndolos en distintos ángulos a ver si con su superposición algo se hacia visible

Si eso no funcionaba probaría a mirarlos a trasluz y a pasar carboncillo por encima

Ninguno de los procedimientos más comunes produjo ningún resultado.

Al pasar el carboncillo por encima, se vieron unos leves rasgueos en la hoja. Parecía que alguien sí había escrito encima, pero si lo habían hecho con una pluma o similar, no era necesario presionar demasiado sobre el papel, por lo que no había impresiones claras.

De lo único nuevo que Rene pudo darse cuenta es que el papel no parecía el papel comercial más común.

Bastante cansado, en parte a causa de mis heridas, decidí dejar la investigación por el momento, mañana enseñaría estas hojas a mis compañeros, tal vez alguno dedujera como descifrar el pequeño enigma

"pero eso ya será en Schwerin" fue mi último pensamiento antes de caer dormido de inmediato

Después de marcharse el barco, René estaba por primera vez desde que empezara el viaje, lejos de todos sus compañeros. Moreau y Jalabar tardarían varios días en volver, y Hochner y el Vizconde, aunque hubiesen acortado el viaje lo máximo posible, no tendrían tiempo de llegar hasta el día siguiente. Eso le daba libertad para actuar libremente, sin despertar sospechas de que era algo más que el secretario de un venerable científico algo despistado. También significaba que si se metía en problemas, puede que la ayuda no llegase a tiempo.

Por supuesto no iba a dedicarme a descansar mientras mis compañeros se esforzaban, posiblemente poniendo en peligro sus vidas. Así que tras enviar un breve telegrama a Jean Paul y Sven explicandoles la situación de forma poco comprometida y uno algo mas detallado y en clave a Duyoner, me dispuse a investigar Graf-Schak-Alle

Para esto opte por volver a disfrazarme como un trabajador vulgar, y visitar la zona en lo mas concurrido del dia. Seguramente necesitaría varias visitas, y por tanto varios disfraces, antes de conseguir un plan de rescate factible

"me pregunto donde podría conseguir los planos de esa casa"

Pensando esto y otros detalles me dirigí al lugar en mi primera exploración

La casa de Graf-Schak-Alle era un mansión de ladrillo, con tejado de pizarra. Los colores de las paredes daban una sensación cálida y hacían un bonito contraste con el blanco de puertas y ventanas. Se notaba que en el diseño se habían preocupado más de la funcionalidad que de procurar un aspecto atractivo, pero aún así la casa daba una impresión bastante agradable. El amplio jardín, con árboles sombreando los senderos y rosales junto al muro que lo rodeaba, tenía el aspecto de recibir cuidados sólo de vez en cuando. No había plantas muertas, y tampoco se habían acumulado demasiado las hojas, a pesar de ser ya otoño, pero la hierba estaba un poco más alta de lo que un jardinero exigente hubiese permitido.

El portal de acceso permanecía cerrado mediante un grueso candado, con la cerradura girada hacia  el lado del jardín.

Graf-Schak-Alle era un barrio residencial, no una zona comercial, las calles no estaban precisamente abarrotadas. Pero aún así, de vez en cuando se podía ver pasar a algún vecino, o quizás al paseante ocasional buscando disfrutar del paisaje del río.

"no parece que haya un jardinero residente, lástima. Y el barrio no da pie a moverme demasiado por la zona sin resultar sospechoso para alguien que esté vigilando"

Mientras observaba los detalles procuraba pasar desapercibido dirigiéndome a algún establecimiento de la zona, cosa un poco mas dificil de lo que había esperado en un principio. No solo estudio la mansión, también las casas de alrededor, un puesto seguro de observación me ayudaría mucho

René observó la casa. Sólo una entrada en la parte delantera, pero una casa tan grande como aquella y viendo que el jardín se prolongaba hasta la parte trasera, probablemente tendría al menos otra entrada atrás. Delante de la mansión no había más casas, sino que había un pequeño paseo a la ribera del río, un estrecho camino de piedras, rodeado de césped, con árboles plantados a todo lo largo de la separación entre el paseo y la calle principal. Los árboles eran lo suficientemente densos para esconderse tras ellos y vigilar la mansión sin ser visto, pero esa actividad probablemente despertara bastante curiosidad por los que usaran este paseo, aunque no parecía que hubiese demasiados que lo hicieran. Echó un vistazo a las casas adyacentes, y no no vió señales de que ninguna estuviese vacía.

Cuando ya se iba, vio moverse una sombra tras los cristales de una de las ventanas superiores. Un brazo enfundado en una manga negra (¿un vestido de mujer, quizas?) abrió la ventana, y luego la sombra volvió a alejarse.

El paseo junto al rio es tentador, pero una trampa, ahora hay paseantes y por la noche sin duda la policía lo recorrerá. Será mejor evitarlo aunque parezca una via de huida cómoda.

Las alcantarillas quedan descartadas, y no parecen haber establecimientos, tiendas o bares, por la zona. No puedo detenerme a observar con detenimiento la casa. Y además parece que hay alguien dentro, seguramente el servicio adecentando la casa. A saber cuanto tiempo está cerrada.

La ventana esta abierta, cuando acaben de limpiar la cerrarán, no puedo confiar en un despiste que la deje abierta hasta la noche, he de actuar.

Paseo junto a la casa hacia la parte trasera, cuando creo que nadie me observa intento saltar el muro para entrar al jardin

Salte sin problemas el muro y me quede un momento inmovil, esperando que alguien gritase. Pero tras un rato así ninguna voz se alzo, así que me empece a mover en silencio hacia la casa.

La ventana abierta era tentadora, pero trepar a plena luz del dia era arriesgado, sería muy facil verme desde fuera, y habían otras opciones seguramente mas sencillas.

Empece a explorar el jardin en busca de alguna puerta secundaria o algo útil

En el jardín trasero, como René había supuesto antes, existía otra puerta de entrada. al probarla, comporbó que la puerta estaba abierta y que se llegaba a un especie de zona de recepción, justo enfrente de la puerta de entrada y  entre dos escaleras de madera barnizada que conducían al piso superior.  Por su experiencia, René sabía que la mayoría de habitaciones estarían en el piso superior superior, aunque a veces el señor de la casa tenía una habitación en la planta baja. Si era así, esa sería la habitación que ocuparía Von Braum. A Miranda probablemente la alojarían arriba. Abajo se encontrarían la cocina y las habitaciones comunes, como el salón y el comedor.

Empece la exploración de la casa, atento sobretodo a los pasos del servicio que debía estar limpiando. Mi objetivo era mas que la simple exploración, garantizar una via de entrada a la casa mas adelante. Para esto buscaría una ventana en la planta baja que diera al jardín, en alguna zona apartada de la casa, algún pasillo secundario o algo así. Para luego estropear su cerradura de modo que no se notase a menos que se mirase bien o se intentara cerrar.

"Pero claro, eso lo haré mejor de noche"

Cuando el servicio durmiera o se fuera sería mas sencillo, así que busque un escondite donde esperar las horas de oscuridad