Partida Rol por web

Zaddion pasaba lentamente el peso de una pierna a la otra, si se había quedado alli es por que no soportaba el pomposo aire de que se respiraba en la zona noble. Pero también se empezaba a cansar del putrido tufo de esta zona en concreto.

-Si, a ver si al menos a logrado algo productivo, ya que no somos capaces ni de quitarle una libreta a un crío... -refunfuñó en voz baja.

Aeregan se colocó de mala gana el respirador y se metió donde le habían indicado. No le gustaba nada aquello, parecía una trampa hecha a medida para él, pero se forzó en confiar en quien había orquestado todo aquello. 

Un poco incomodo por la estrechez del habitáculo, me instalo lo más cómodamente posible, me colo coloco el respirador, e intento relajarme para evitar tener los músculos agarrotados si tengo que entrar en acción.

Una vez listo levanto el pulgar ara que pongan la tapa del habitáculo y podamos partir.

Volveré dentro de dos días para buscar eso -le respondió a su interlocutor, después se centró en el microcomunicador- He perdido el perro, vuelvo a casa.

Afirmativo, nos encontraremos en el punto de reunión

Llegas a la puerta y con el cognomen falso facilitado por la Inquisición no tienes problemas para cruzarlo, tampo es raro que un noble mande a un adepto a realizar tareas buroocráticas a la colmena media. Te dirigis a las indicaciones que te dió el comerciante y esperas a que lleguen los otros.

La caravana compuesta por cuatro vehículos parta como a los quince minutos de haberos camuflado y tras cargar algunas cajas de más. El trayectop dura poco hasta que se paran, suponéis que en las puertas de acceso a la colmena alta. DEsde dentro de la caja no podéis escuchar más que murmullos en la lejanía. La cosa parece que se alarga más que un mero trámite y teméis que os hayan descubierto cuando sentís que desacargan algunas cajas pero tras unos cuarenta y cinco minutos la caravana se pone en marcha de nuevo...sin embargo el aire de los respiradores comienza a acabarse.
 

Cuando llegáis a casa de los Strophes os enteráis de que ninguno de los otros ha vuelto ni ha dado señales de vida. Cuando habláis con Laurent le extraña que los nobles no hayan llegado todavía.

No te cuesta mucho llegar hasta la puerta pero cuando lo haces ves una caravana de cuatro camiones que están siendo inspeciconados por los agentes de Magistratum. Tienen retenido el paso hasta que terminen y está bajando unas cajas de los vehículos...se acerca la hora de cerrar, no es que luego no puedas pasar pero serán más estrictos y revisarán más tu documentación y tu equipo.

Me acercare al punto de encuentro. ¿Alguien viene conmigo?

¡Trono Dorado!

Caín no quería quedarse embotellado a un horario inapropiado. Podría verse en problemas para entrar en la colmena superior y no quería tener que lidiar con palabras con los guardias, ni con armas...El asesino se acercó un poco para observar qué clase de material peligroso podría transportar esos camiones para ser tan concienzudamente registrados, a la vez (y lo que era su verdadera intención) buscaba un modo de poder colarse a través de la puerta sin ser visto. 

Todo su armamento podría causarle problema con las fuerzas de seguridad locales.

#Alguien va contigo.

Añadió el psíquico haciendo clara referencia a que era el único acólito que quedaba. De pronto algo se le paso por la cabeza, su pesimismo habitual le empezó a gritar algo a gritos.

#Antes de que nos pongamos a caminar por caminar... Señor Strophes ¿podría comunicarse con los guardias de la entrada a la zona y preguntar si ha habido algun problema con su "pedido"? Por que igual les ha dado por revisar y... ¡sorpresa, sorpresa! polizones.

- Me temo que no va a ser tan sencillo - dices cruzando los brazos. El comerciante que les va a ayudar es conocido pero en ningún momento se ha declarado la carga a mi nombre para no levantar sospechas.

Te acercas junto a otros curiosos que algunos agentes del Magistratum mantienen a cierta distancia de los camiones. Des allí puedes ver que las cajas tienen  en torno a dos metros y medio de largo por unos sesenta centímetros de ancho y medio metro de alto, dentro van tapices enrollados. Un hombre obeso y sudoroso que intenta secarse la frente con un pañuelo empapado les está dando explicaciones.

Aeregan iba comprimido, asfixiado a pesar de la mascara y bastante agobiado... todos aquellos factores sumados a un violento bamboleo que provocó un fuerte golpe en la cabeza del noble, provocaron que este acabara inconsciente dentro de su ataúd 

Tras pagar la tasa de revisión rápida de la mercancía los agentes del Magistratum dan vía libre a los vehículos que continúan su marcha y aligeran el tapón que se había formado para pasar. Pocos minutos después llegáis al almacén donde os espera Caécus, algo nervioso por la espera. Entráis y rápidamente se sacan las cajas de arriba para poder liberar a Aeregan y Godwyn; al hacerlo descubrís que el guardia imperial está algo amoratado e inconsciente al haberse quedado sin aire. 

Unos primeros auxilios por parte de uno de los operarios le devuelven el color y la consciencia.

Al final parece que los agentes quedan satisfechos con las explicaciones y lo que descubren en las cajas dejando continuar el convoy. Te pegas a los camiones para aparentar que vas con ellos y pasar rápido porque en unos minutos comienzan las protestas por el cierre de la colmena alta.

Caín apresuró el paso para acompañar a los camiones. Quería volver con los demás para actualizar la información que tuvieran. Una idea surgía en la cabeza de Caín sobre lo que le podía haber pasado a Julia en aquel grupo religioso.