Partida Rol por web

La mujer se ríe contigo de forma tonta pero con un brillo inteligente en los ojos: Si concedieran las naves por adular a las personas adecuadas no dudo que ya tendríais algunas, y sigue riendo. Miradas envidiosas e inquisitivas se posan en ti.

- Bueno, ha sido una charla deliciosa pero debo atender a los otros invitados. Disfrutad de la fiesta.

El placer ha sido mio, espero veros pronto. - le dijo a modo de despedida realizando una leve reverencia cargada de cortesía 

Tras aproximádamente una hora, traen diversos alimentos y además, una serie de pequeñas bandejas con los "saludos de la anfitriona".

Lady Borella hace un brindis dedicado a todo el mundo: Que lo disfrutéis pues el delite complace al Emperador.

En todas las bandejas hay pequeñas tazas con una especide de sustancia entre líquida y gelatinosa de color rojizo. La mayoría de los presentes coge una de las tazas y acompaña el brindis de Lady Borella.

Pregunto amablemente a algun siervo despistado que es

- Es un manjar local, señor - responde intentando mantener al cortesía aunque parece que no sabe si alguien como Argantonio bebe o no.

La mente cableada y adoctrinada de Argantonio empezó a procesar las variables. Recordó la conversación con Orday sobre la droga llamada Farcosia consumida por el coro del jubilo....Su precio era prohibitivo, lo cual encaja con la capacidad monetaria de los presentes. Barajó las posibilidades de guardar una muestra para llevarla a su Inquisidor o a los Arbites.

Caécus decidió que si todos los nobles bebían sería muy descortés por su parte no hacerlo, así que se acercó a uno de los camareros y cogió una de las tazas con el líquido color rojizo para compartir el brindis con el resto de los asistentes a la fiesta.

Aeregan alzó la taza después de cogerla. Cuando la cogió dio un paso lateral que trató hacerlo de la manera más natural posible y con el único propósito de cubrir a Caín. Si el asesino era listo, guardaría el contenido gelatinoso en algún bolsillo... Aeregan no se fiaba nada, pero tendía que pasar por el aro con tal de mantener la tapadera. 

Le sorprendió gratamente que a pesar de toda la exclusión de la elite, hubiese bebida de esa para los criados también. Claro que no podía ser nada bueno, pero el psiquico no es que tuviese un especial cuidado con su cuerpo, tan solo era un recipiente para su poderosa mente, pero estaba convencido de que no lo necesitaba realmente para vivir...

Se empezaba a perder en divagaciones por lo que, le dio un buen trago antes de que alguien decidiese que no era una bebida apta para el "servicio".

El arbite coge su taza y se la bebe intentando mantener la tapadera.

utilizando la cobertura que le ofrece Aeregan, Caín intenta guardarse la muestra pero uno de los sirvientes se queda al lado vuestra con la bandeja para que coloquéis las tazas vacías y no encuentra el momento.

Cuando te acercas la taza a los labios una perturbación psíquica. La disformidad se muestra a través de los seres vivos y si la impronta es fuerte pueden dejarla en objetos que hayan tocado pero esto es muy diferente: esa sustancia tiene su propia manifestación por sí misma y no porque la haya tocado nadie. Entonces eres consciente de que esa sustancia está VIVA de alguna manera y tienes que concentrar toda tu voluntad para no ponerte a gritar como un loco por tu descubrimiento.

El sabor de la sustancia es dulce pero mantiene un leve toque salado, su tacto es cálido cuando pasa por vuestra garganta pero aparte de eso no entendéis por qué eso es un manjar.

Notáis que Zaddion se queda parado cuando va a berber, observa la sustancia unos segundos pero al final se la bebe. Entonces sus ojos se ponen en blanco y sus músculos se tensan. Los nudillos se le blanquean y parece que va a destrozar la taza con sus manos.

Nada más ver su reacción, Aeregan, después de dejar la taza en la bandeja de uno de los siervos de la casa, se dirigió hacía su camarada y con gesto tranquilo y sonriente se puso a su lado para preguntarle, todo lo discreto que fue capaz un - ¿Qué te ocurre? 

Zaddion se había llevado la copa a los labios, pero en el último momento pareció cambiar de idea. Su rostro normalmente despreocupado o burlón, mostraba ahora una expresión mas cercana al pavor que apenas si era capaz de ocultarla.

Con el pulso algo tembloroso dejo la copa vacía de nuevo sobre la bandeja, cuando vinieron a retirar las bebidas y hablo en voz baja a los miembros de su grupo.