Partida Rol por web

Bueno, no es mi intención enfrentarme a nadie Lady Borella - le respondió con una leve sonrisa asomando por sus labios. Suspiró aburrido - no quiero parecerle impaciente - se rió un poco por lo bajo - pero... ¿podré conocer al fundador?

Octus palmeó la espalda de su compañero por el éxito con la cerradura.

Pues vamos a dentro. Haz los honores.

El arbites se arrepintió de no llevar su fiel escopeta y tuvo que conformarse con encajar las nudilleras en su mano derecha. No era casi ni un arma cuerpo a cuerpo, tan sólo una herramienta que usaba para amedrentar y doblegar la voluntad durante los interrogatorios. Tendría que servir.

Observáis alrededor vuestra y os coláis cundo creéis que nadie os vigila. El interior de la sala es prácticamente igual al resto de habitaciones del pasillo, con una cama para descansar y/o meditar en el centro. Revisando la cama os dais cuenta que se puede correr fácilmente revelando una especie de trampilla que parece sellada de alguna forma. Cain se percata de que la circuitería que la recorre se parece un poco al diseño corrupto que estáis buscando.

- Eso es lo que iba a sugeriros ahora, dice haciendo ademán con la cabeza hacia la gente que se arremolina al fondo del salón, un individuo vestido con elegantes ropas blancas ribeteados de oro con algunas mejoras de buena calidad. Va acompañado de varios jóvenes muy guapos de ambos sexos y parece tener una gran carisma.

Lady Tanae espera a que la conversación cese y cuando el individuo deja a ese grupo para seguir departiendo con los invitados ella aprovecha el momento: Disculpadme, quería presentaros a Abraham Longinus Meridio Laureus de Fenskworld.

Shoal parece diplomático y amigable, incluso remarca con sus cejas levantadas: ¿Fenksworld? Guau. Es un viaje muy largo. Supongo que merecía la pena, si vino buscando la felicidad pues le garantizo que la encontrará aquí.

Levanté una ceja mientras entrecerraba el otro ojo al escuchar aquello.

No tenía claro si era ironía...

¿Y ahora qué?

Dice Octus alzando los hombros sin saber cómo seguir.

Tal vez Zacharian sabría como abrir la trampilla. ¿O también sabes de tecnología Caín?

Zachariah observa a su interlocutor con curiosidad, pero el tecnosacerdote decide esperar a que sus compañeros "de la nobleza" inicien la conversación.

Asintió cuando la mujer los presentó y sonrió, satisfecho, por conocer por fin al artifice de aquella herejia - así es, siempre merece la pena por cosas como esta que prometéis ¿no? estoy realmente emocionado por lo que he oído sobre le coro, la felicidad... ¿no es lo que desea todo hombre y mujer en esta galaxia?

- Efectivamente, responde, y acaso siendo el Dios-Emperador nuestro padre ¿no va a querer que seamos plenos y felices?

Los intentos por abrir aquella seguda cerradura fueron infructuosos. Caín desenfundó la Carnodon, la pesada pistola lucía extremadamente amenazadora en su mano. 

Estoy seguro de que con esto se podría abrir...

El asesino estaba...molesto por las muchas trabas que se estaban encontrando en aquella misión. Sopesó la pistola y comprobó el grosor de aquella trampilla.

Tal vez un tecnosacerdote podría, ¿deberíamos pedir ayuda a Argantonio?

Octus encogió de nuevo los hombros sopesando sus posibilidades y asintió lentamente.

Sea. Creo que lo mejor es que te quedes aquí mientras yo voy a la sala y hablo con Zacharian, le indicaré como llegar hasta tu posición. Si yo me ausento mucho tiempo puedo llamar la atención y seamos francos, no estoy ayudando mucho. Y si hay problemas tampoco tengo armas...

El arbitres palmeó la espalda del asesino.

Suerte, que el Emperador te guarde.

Sonrió ampliamente - ¿qué menos? no es... acaso, ¿lo que todo padre desearía por sus hijos? además... no solo es el deseo de los nuestros padres, sino también el nuestro propio. Un ciudadano feliz es más productivo 

El hombre sonríe por el comentario del noble asintiendo, mira más allá del grupo como buscando a alguien.

Zachariah intenta, discretamente, seguir la mirada del noble para ver de quién está pendiente.

Aeregan siguió la mirada de Caros y no pudo evitar preguntar, tratando de mostrarse ansioso por complacer e ingresar en la secta - disculpe la intromisión... ¿busca a alguien?

Absorto vuelve a mirar a Longinus: Si, disculpe pero debo atender a más invitados....disfruten de la fiesta.

Al ver que la conversación finalizaba miré a los componentes del grupo y sin abrir la boca siguiendo los patrones de mi papel me expresé encogiéndome de hombros...

Caín asintió y extrajo su pistola. El silenciador emitió un siniestro sonido metálico al enroscarse en el cañón del arma.

Solo por si acaso -dijo el asesino mientras buscaba con la mirada un lugar en el que ocultarse.