Partida Rol por web

Apuro mi copa de un trago y la dejo sobre la bandeja del primer camarero que pasa y me pongo alerta...

Zaddion rechaza con un gesto de la mano la copa recordando la farcosia y se aparta con Octus para susurrarle algo.

- Hay algo que bloquea mis talentos - dice evitando decirlo abiertamente. Parece que el suelo de la sala que hace esquina en el pasillo por el que vinimos oculta unos mosaicos muy interesantes.

Caín se excusó ante sus compañeros, tenía intención de ir a curiosear un poco el edificio. Pero antes de irse...

Manteneos vigilantes sobre Zaddion, no le dejéis solo ni un instante.

El salón está lleno de nobles, seguidores, guardaespaldas y sirvientes. Trajes con diferentes niveles de lujo y luz plagan la penumbra del edificio rompiendola; algunos atrevidos, otros clásicos, algunos sencillos, otros con intrincados diseños, ....muchos no conocen el gusto estándar de la gente o la gente no tiene gusto.

Te das cuenta que la gente empieza a arremolinarse al fondo del salón, un individuo vestido con elegantes ropas blancas ribeteados de oro con algunas mejoras de buena calidad. Va acompañado de varios jóvenes muy guapos de ambos sexos y parece tener una gran carisma.

El asesino caminaba con pasos tranquilos, como si temiera que su calzado fuera a rayar el suelo. Con la cabeza gacha, sabiendo cuál es su lugar, se aproximó hacia el recién llegado para descubrir las razones de su popularidad.

Parece ser que en el suelo de la sala que hace esquina por el pasillo por el que vinimos hay unos mosaicos dignos de mención.

Le dice Octus guiñando el ojo bueno.

Me separé del grupo para acercarme a Elsergi cuando el actor se separaba unos segundos del grupo con el que hablaba para seguir su ronda de relaciones públicas pos actuación.

Evidentemente, no le hablé a él en persona, pues Elsergi era noble y lo único que podía conseguir si le hablaba era que su guardaespaldas me partiera un par de dientes. Así que en lugar de hablarle a él directamente le dije al armario ropero de dos por dos que hacía las veces de su guardaespaldas.-¡Jamás había visto una actuación tan espectacular!¡Que interpretación, que personaje, que vivacidad!- Le dije al guardaespaldas pero asegurándome que Elsergi podía oír mis alabanzas.- ¿Cree usted que el señor Krin tendría la amabilidad de dedicarme un autógrafo?

El tipo está serio y mantiene una postura rígida, el gesto imperturbable mientras baja la vista para fijarse en ti.

- Dime el nombre de tu amo y veré si el señor Krin puede dedicarle tiempo.

El nombre de mi señor es Abraham Longinus Meridio Laureus de Fenskworld.- Contesté al guardaespaldas recitando con toda la pompa posible el nombre de la tapadera de mi compañero Aeregan.- Yo solo soy su más humilde medicae y desde esta misma noche, freviente admirador del genial arte del gran Elsergi Krin.

El tipo gruñe llama la atención de Elsergi para hablarle al oído, el noble se vuelve hacia ti: Si tanto interés tiene ¿por qué no viene él mismo?

Vuestro criterio es siempre acertado, mi señor. -respondió obediente-. Estoy a vuestro servicio.

En cuanto Elsergi me habla me inclino para escucharle sin mirarle directamente a los ojos. Aún con mi vista clavada al suelo respondo.- Porque....- Digo dubitativo.- Disculpe mi atrevimiento, señor. Pero la verdad es que quien ha quedado eclipsado con su arte ha sido este humilde medicae. 

Elsergi habla en voz baja con un hombre que parece estar a su servicio.

- Vaya, así que esta noche los sirvientes han decidido obrar por su cuenta - dice recordando lo que ha pasado hace poco con otro sirviente que le ha ganado en el ruedo de sangre.

El hombre regresa y le dice algo al oído y se retira unos pasos.

- Y resulta que vuestro señor es primo del que mandó a su lacayo....veamos que nos dice de vuestro comportamiento. El noble comienza a avanzar hacia Aeregan y su guardaespaldas "te acompaña" para que no te pierdas.

Al cabo de unos minutos viene hacia Aeregan el actor, Elsegi Krin. Le siguen varios sirvientes uno de ellos un armario empotrado que "escolta" a Caécus.

- Vaya, vaya, parece que el no saber controlar a los sirvientes es cosa de familia ¿o quizás se deba a ese bárbaro planeta del que procedéis?

Aeregan se mantuvo firme observando como se acercaban con Caecus. Escuchó la pulla directa que le lanzó y sonrió ácido - bueno, soy yo quien tiene que amonestar a mi sirviente ¿qué ha hecho? - miró a Krin a los ojos, esperando su respuesta habiendo obviado el insulto.

- De primeras intentar engañarme diciendo que vos queríais solicitarme un autógrafo y luego asumir que era para él mismo, por lo que ha venido a mantener una conversación directamente conmigo.

Con la cabeza baja, sin decir ni una sola palabra, simulando abatimiento, no podía dejar de pensar que volvíamos a tener sobre nosotros la atención de Elsergi y seguro que también la del resto del coro del júbilo una vez más, solo nos faltaba una buena actuación más y Aeregan estaría dentro del círculo.