Partida Rol por web

Renacer

Capítulo 3: Meterse en la boca del lobo

Cargando editor
09/12/2009, 21:38
Director
Sólo para el director

El manto estrellado se cierne sobre vuestras cabezas. Ésta noche no es una noche de sufrimiento. La luna llena se alza, orgullosa, en el firmamento. Pero esta noche el lobo no ha aullado. Ésta noche toca adentrarse en el traicionero bosque, y buscar por vosotros mismos al cruel carnicero.

Cargando editor
10/12/2009, 21:40
Director

El sol se alza de nuevo, resplandeciente en el cielo. Pobres de aquellos que al mismísimo mal se han de enfrentar, pues una vez comience el enfrentamiento no habrá tregua posible. Se reúnen gracias al maestro que acecha en las sombras. Todo debe salir según lo planeado. Pues, si no es así, habrá que pagar un muy alto precio.

–No lo entiendo.- El niño que miraba por la ventana agachó la cabeza. A su lado, elegante, el ser inmaterial apodado como el “cuentacuentos” se le acercó a la oreja. Y acto seguido le susurró.

Cuídate de aquellos que para su propio beneficio te quieren. Tú eres el maestro de la vida y la muerte. Tú eres el que puede decidir sobre la existencia de los demás. Ellos te desean, pero aún no pueden tenerte. Y mientras yo esté cerca no te tendrán. Presta atención, pequeño, el momento está más cerca de lo que crees.

Cargando editor
10/12/2009, 21:42
Director

Joel y William, sede de la Corporación

No podéis evitar cierto alivio al veros el uno al otro. Durante estos días habéis estado seriamente preocupados sobre vuestros estados de salud, pero parece que nadie ha salido herido de ese incidente.

Estáis reunidos en una sala de tamaño mediano, de planta cuadrada. Estáis justo enfrente de la puerta. A vuestra derecha tenéis un sofá y varias butacas, encaradas hacia el lado opuesto. Al final de la sala hay una gran ventana que da a un cuidado jardín de amapolas. Su brillo rojo y rosa intenso parece colarse en la sala como si estuviera enfocado con un láser.

Susan os ha reunido aquí, ha dicho que había algo importante que teníais que saber. Charlotte ha tenido que ir a ayudar a unos médicos de la corporación, en unos asuntos “secretos”. Y William, con la ayuda de varios doctores, ha conseguido llegar a controlar mejor su estado de ánimo. Ahora al menos puede cancelar su poder una vez es activado.

Os alegráis de reencontraros, pero no hay mucho de lo que hablar. Quizá lo mejor será esperar a que venga alguien a contaros lo que sucede.

Cargando editor
10/12/2009, 21:44
Director

Walter y Margaret, sede de la Corporación

Os encontráis en la habitación de Margaret. Durante estos últimos días has estado muy ocupado con tu entrenamiento mental, pero siempre has podido tener tiempo suficiente para ir a verla. Ella también está siendo entrenada, pero su poder es algo diferente del tuyo. Es un poder completamente automático, por lo que ella no tiene control sobre él.

Aunque la verdad es que no hay muchos ánimos. Hoy es el día que iréis a por Sandra. Hoy es el día en el que os tenéis que encontrar con ella. No sabes si estás preparado. El maestro de los sueños te lo dejó bien claro, y Zack también. “Hay que acabar con ella, definitivamente.”

Margaret permanece a tu lado, intentando darte fuerzas. Ella también tiene que ir, y también es consciente de cuál debe ser el final de Sandra. Ella es la única que tiene inmunidad contra la dominación de la pelirroja, así que se ha entrenado sobretodo en el combate cuerpo a cuerpo y el manejo de armas de fuego. Realmente no es algo que a ella le guste, pero cree que es lo que se debe hacer.

Pasan los minutos y alguien llama a la puerta, es Zack. –Vamos a reunirnos antes de partir.- sentencia –Acompañadme.

Mientras os desplazáis por el interior del intrincado edificio Margaret te coge de la mano, con fuerza. Quizá no está tan preparada como ella creía. Un incómodo silencio os invade mientras camináis. Zack se ve muy relajado, e inexpresivo.

Cargando editor
10/12/2009, 23:21
William Bonelli

No evito sonreir al ver a Joel bien. -"¿Como estas Joel?"- Pregunto mirandole fijamente a los ojos. No pude evitar sentirme muy culpable al verle tirado en el suelo, viendo como su vida se acababa y no era capaz de detenerme. -"Creeme, me alegro muchisimo de que estes bien... No queria que por mi culpa, tu vida acabara..."- Miro a mi alrededor -"Aqui dentro..."- Le sonrio antes de acomodarme en el sillon, a la espera de que venga quien tenga que venir.

Notas de juego

Cambio la narracion a primera persona, que es mas facil para mi a la hora de la interpretacion xD.

 

Cargando editor
11/12/2009, 03:06
Walter Bailey

 Cuando Zack les dice que le acompañen Walter se limita a asentir y a obedecer sin rechistar. El momento que estaban esperando se acerca. Ya no hay marcha atrás.

Mientras caminan siente la mano de Margaret aferrando la suya con desesperación. Walter le mira sonriéndole de una manera que espera que sea tranquilizadora. Durante aquellos días ambos se habían apoyado mutuamente dejando de lado cualquier problema que les pudiese atormentar, cuando estaban juntos solo podían sentirse dichosos. Eso le hacía estar más decidido para cumplir con su objetivo, matar a una persona seria algo muy traumático, pero era preferible a que Margaret tuviese que ser la que apretase el gatillo. Una muerte en la conciencia tenía que ser algo terrible, no quería que aquello la marcase, su felicidad y seguridad eran lo primero ante todo.

Comienza a darle vueltas al duro entrenamiento al que se ha sometido para desenvolupar sus poderes telepáticos. Al doctor Voltaire le gustaba describirlos como la red de una araña, pero él más bien se imaginaba como una esquiva comadreja que se adentraba en la psique y jugaba con las percepciones ajenas. Por supuesto, personalmente no le atraía esa idea, pero realmente era como se veía a si mismo cada vez que usaba aquel poder. Su sentido de la ética estaba dividido. Por un lado no estaba a gusto con usar su habilidad, ya que no la encontraba moralmente correcta. Por el otro ansiaba probar lo aprendido sobre los demás, con la intención de descubrir nuevas facetas de su telepatía que hasta entonces desconociese. De alguna manera aquello le atemorizaba aun más que cualquier enemigo al que tuviese que enfrentarse. De alguna manera su habilidad le estaba cambiando y no estaba seguro de que fuese para mejor.

Mirando a su compañero comienza a preocuparse por su comportamiento. Sabia cuanto le había afectado la idea de tener que matar a Sandra, así que no era normal que ahora se mostrase tan tranquilo e imperturbable. Llevan un buen rato sumidos en el silencio por lo que decide darle a Zack un poco de conversación. Tal vez así logre descubrir que era lo que le pasaba por la cabeza.

-          ¿Con quién vamos a reunirnos?- Inquiere indeciso.- ¿Habrá alguien que no conozcamos?...-

Cargando editor
11/12/2009, 17:32
Joel Sorenson

Miro a William, agradecido por su preocupación, lo puede notar en mi expresión facial. Cuando quiero, dejo las cosas claras, pero no puedo evitar, además, esgrimir una amplia sonrisa.

- Gracias, William. Gracias por... ¿Desintegrarme? ¿Hacerme fondue? ¡Jajajaja! Sí, sí, gracias a ti he conocido a una de las personas más maravillosas del mundo, y probablemente, de las que rondan laboratorios y pasillos. Es adorable. En realidad es la que me ha salvado, la que me reconstruyó a partir del cráneo... Qué cosas. - Cada vez que lo pienso imagino mi cráneo a lo película gore de serie B envuelta por esa membrana que Charlotte me enseñó. Al final, acababa haciéndome gracia. Si no recordaba mal, eso de morir, era simple. Algo así como que dejas de existir. ¿Relajación?. Rápidamente me deshice de mis teorías metafísicas para que William no pensara que me había quedado un poco.

- De hecho, le he prometido que iremos a Nueva York. A ti no te puedo llevar, vaya ser que fundas la ciudad. ¡Jajajaja! Oye, en serio, es una alegría saber que ya puedes controlarlo. - Sonrío con complicidad. - ¿Eso significa que ya puedes emitir calor cuando quieras? ¡Dios, William! Es brutal. sólo con pensarlo, me emociono... - Me callo por un momento. - La verdad es que últimamente me emociono con cualquier cosa. Parece que esto de la vida, y la experiencia del otro día con Charlotte, me han dado más ganas de... vivir. ¿O debería decir revivir? ¡Juas! Nada, perdona Will, lo mismo estoy conmocionado. - Conmocionadísimo, seguro Joel. Lo que estoy es flipando, básicamente, como mejor se podría expresar. Entre los colores, la membrana, revivir, Charlotte, Nueva York... Es como si mi propia vida cobrara un sentido. Y ese fue el momento en que me asaltó el concepto de la Organización. Ya me tenían totalmente camelado, y encadenado. ¡Mierda! ¡Mierda! En fin, mejor no pienses en ello. De momento, a ver si consigues lo del viaje. Máxima prioridad: Sonrisa de Charlotte. Miro a mi alrededor, mientras el silencio se hace en la sala, finalmente, poso los ojos sobre William.

- Algo me dice que... Vamos a tener nuestra primera misión juntos. O algo así. - Señalo a la puerta. - Mira, en aproximadamente... Digamos que menos de un minuto, veremos abrir esa puerta a nuestra encantadora anfitriona Susan. O la atravesará. ¡Jajajaja! ¿Apostamos? - Sonrío mirando a la puerta, a la espera de que algo parecido ocurra.

Cargando editor
11/12/2009, 21:53
Director

 El ánimo Zack permanece inmutable. –No vamos a ir solos a por Sandra, pues aún tenemos a varios agentes ocupados con otros temas. Hay otras dos personas con poderes a las que acogemos. Ellos nos acompañarán, en principio.

Margaret permanece callada, parece que no ha detectado ninguna mentira. A lo lejos veis a una mujer junto a una puerta. Nunca antes la habíais visto, pero tiene toda la pinta de ser otra agente. Zack se acerca a ella y la saluda. –Hola, Susan. ¿Los has reunido?- le pregunta, amable. Ella responde afirmativamente. Entonces Zack se gira y os abre la puerta. En el interior hay una sala, cuadrada. En el fondo de ésta hay una ventana que da a un inmenso jardín de amapolas cuyo intenso color rojo parece inundar la sala. A la derecha hay un sofá y varias butacas, en dos de ellas hay dos hombres. Están hablando entre ellos, pero se sorprenden al veros entrar.

Cargando editor
11/12/2009, 21:53
Director

Seguís hablando de vuestros, entonces Joel se gira, mirando la puerta. No veis a Susan entrar por ella, en su lugar aparecen un hombre y una mujer. Pero la procesión no se acaba ahí, tras ellos entran también en la sala Susan y otro hombre, seguramente un compañero suyo.

Susan invita al hombre y a la mujer a sentarse, entonces hace las presentaciones. –Joel, William. Estos son Walter y Margaret. Walter y Margaret, Joel y William.- Sonríe mientras se pone frente a todos vosotros. –Bien, os preguntaréis por qué os hemos reunido aquí. Bien, saldemos antes de todo lo principal. Todos vosotros tenéis una habilidad especial, que os pertenece desde que nacisteis. Al igual que vosotros, y que nosotros- remarca señalándose a sí misma y al hombre que la acompaña. –hay muchas más personas que poseen una habilidad, esté activa o latente. Nosotros nos encargamos de socorrer y ayudar a estas personas, para ayudarlas a controlar sus habilidades y a llevar una vida normal. Por desgracia hay alguien que se dedica a asesinar a estas personas. Sandra, la pelirroja.- sus últimas palabras son sentenciadas con un tono firme. El tema del que está hablando parece muy serio.

Ahora es el hombre quien se pone a hablar. -Ahora me toca a mí. Primero de todo, me llamo Zack. Y os voy a pedir una cosa a vosotros dos.- dice, mirando a William y a Joel. –Walter y Margaret ya están informados. Vamos a ir a pararle los pies a esa asesina, pero necesitamos ayuda. Al igual que todos nosotros, Sandra dispone de un poder, el de controlar las acciones de los demás mediante la voz. Os hemos escogido a vosotros porque en cierta manera no seréis objetivos de su control.- hace una pausa y se cruza de brazos.

-Si queréis más detalles responderé a todas las preguntas referentes al tema que tengáis. Pero para eso necesito que aceptéis. Aunque sed conscientes de que no os estamos obligando, es sólo que nos vemos en la necesidad de pediros ayuda, pues la mayoría de nuestros agentes no están disponibles.

Tras su discurso Zack os mira a todos, atentamente. 

Cargando editor
12/12/2009, 00:06
Walter Bailey

 Walter entra en la habitación totalmente cohibido, pese a llevar unos días de locos aun no se acaba de acostumbrar a la presencia de otros especiales. Rápidamente su nerviosa mirada salta hacia esos desconocidos. ¿Quiénes eran? ¿Serian personas de confianza? Por unos instantes permanece de pie al lado del sofá hasta que Margaret le tira de la mano y reacciona. Sonrojándose se apresura a sentarse con el convencimiento de haber quedado como un idiota.

Mete su manos en los sendos bolsillos de la gabardina Chesterfield beige que había conseguido que Zack le trajese de fuera. Rebuscando en los armarios de su habitación había acabado conjuntado el abrigo con una camisa blanca y una corbata roja, que contrastaban con los pantalones y zapatos negros, le daban un aspecto profesional. Le encantaba aquella ropa, le hacía sentir como si fuese un detective de esas series y películas policiacas que tanto le gustan. Un Andy Sipowicz personal para Margaret. Ciertamente era algo adecuado que pegaba con el poder con el que le había tocado convivir. ¿Tal vez cabria la posibilidad de que los pensamientos y deseos más profundos de la psique tuviesen algo que ver con la reacción genético cósmica que desencadenaba aquellas habilidades? Semanas antes se habría reído ante tal posibilidad, ahora su percepción de la vida había cambiado tanto que incluso le parecía una teoría plausible. Escucha las palabras de la tal Susan con un gesto casi desapasionado, no cuenta nada que no sepa, e incluso considera que se deja muchas cosas en el tintero. Cosas como Adam, cosas como el Maestro de los Sueños…

Se estremece involuntariamente. La vida y la muerte no era ningún juego, pero en manos de aquellas fuerzas ajenas y desconocidas… Bueno no sabía muy bien que pensar.

Levantando la vista de la mesa sus verdes ojos se centran en los dos desconocidos que tiene delante. No quería dejarse llevar por la suspicacia, pero por ahora eran unos completos desconocidos, tendría que trabajar con ellos, colaborar para detener a Sandra. No podía permitirse el lujo de dudar de si podía fiarse de ellos llegado el momento, tenía que saber hasta dónde estaban metidos en aquel asunto.

Tal vez fuese un buen momento para practicar sus poderes. Meterse en el espejismo de sus mentes, aquel cumulo de pensamientos que corrían inconexos tras las orbitas de sus ojos. Las verdes pupilas se le dilatan inapreciablemente, dejándose llevar  extiende su mente sobre la de los allí presentes, manteniéndose alejado de las de Margaret, Zack y Susan se centra en los dos desconocidos. Sutil como un espejismo imperceptible como un fantasma se adentra en sus pensamientos. No se mete en los recuerdos personales ni pasados, esos eran demasiado íntimos y personales, no es cuestión de curiosear pues sería algo totalmente grosero. Se centra en los pensamientos más inmediatos, en busca de la verdad que pudiesen esconder sus palabras. Tal vez de esa manera también percibiese recuerdos del pasado, pero qué diablos, él no tenía la culpa de lo que se les pasase por la cabeza y seguramente aclararía la situación notablemente.

Sumido en aquel proceso se da cuenta que tal vez debería reflexionar en un nombre apropiado para él. Más que nada de cara a la galería, después de todo parecía que muchos de los especiales se ponían nombres rimbombantes ¿Por qué él iba a ser menos? Tal vez así dejase de verse como una comadreja ladrona y manipuladora. Si, aquello podría ser un cambio notable en su auto estima… ¿Pero cómo hacerlo sin parecer un pedante? Desde luego cosas como “Señor de los Espejismos” estaban descartadas…

Despertando de su ensoñación se da cuenta de que Zack había terminado con su exposición. Prestándole atención de nuevo  saca su mano izquierda del bolsillo y comienza a tamborilear en el brazo del sofá.

-          ¿Sugieres entonces que no contaremos con más apoyo de la Compañía?- Pregunta suspirando.- Creía que como mínimo Robert vendría con nosotros también…-

Mientras habla, su telepatía sigue omnipresente. Aquello era lo bueno de su poder, no tenia por que mantener una atención constante para que hiciese su trabajo.

Cargando editor
12/12/2009, 12:28
Joel Sorenson

En el momento en que vi abrirse la puerta, esgrimí una gran sonrisa de victoria que se convirtió en extraña expresión de desconcierto, para finalmente expirar en una exhalación que denotaba alivio, al ver a Susan, básicamente, a los otros tres no los conocía. Vaya... Pues habría ganado Wil, ¡Jaja! ¿Y estos? Mis ojos pasean por sus cuerpos, con total tranquilidad y sin disimulo. Si tenían algo que ver, habría que conocerse en primer lugar. No sabía de dónde venían quiénes eran, o qué... podían hacer. Joel no es momento de suspicacia, ni de ponerte a la defensiva. Dale tiempo a las cosas. Me repito en la mente hasta que Susan, y el otro hombre que la acompaña comienzan a hablar. Hechas las presentaciones, con una ligera sonrisa en el rostro, bajo levemente la cabeza, en señal de saludo, aunque apenas tardo unos segundos en seguir prestando atención a lo que Susan nos contaba. Vaya... Entonces en este preciso momento somos 6 X-Men aquí, qué divertido, ¡Jajajaja! Bien, Susan, eso lo hemos captado. Margaret y Walter. Margaret. Sonrío inevitablemente. Sí, las mujeres me gustaban, y no es que lo escondiera. Vaya, él parece... ligeramente inseguro. Espero que sea por lo mismo que todos, al menos... Un montón de X-Men rodeándote y pidiéndote cosas raras. Sí, debe ser algo complicado. ¿Y qué pasa Joel, tú no lo has vivido? Esta vez, no pude evitar levantar las cejas. Había desconectado ligeramente de lo que nos estaban contando, dándole sentido a mi "nueva" vida. Sí, lo viví, pero eso fue antes de morir. Es que me parece tan impresionante decir... que he muerto. En fin, no le des más vueltas y a lo tuyo, que van a pensar que no eres muy aplicado. (Como si lo fueras...). Vuelvo a prestar atención cuando el otro hombre, cuyo nombre me he perdido, comienza a dirigirse a mí y a William. Asiento a sus palabras, por esto de que se note el feedback, aunque desde que Susan había dicho -Sandra, la pelirroja- me parecía haberlo entendido todo. Lo que sí me llama la atención es el hecho de que en cierta manera, nosotros dos, seamos... inmunes a su control. Esta tipa parece bien interesante. La cuestión es que me suena su nombre... No sé de qué. Joel, recuerda, recuerda.... ¡Mierda no me sale! Luego lo seguiré intentando.

Cuando aquel hombre termina de hablar, me froto las manos. Y esgrimo una amplia sonrisa revitalizadora a todos los presentes. Junto a Charlotte había entendido el sentido de la felicidad, los colores, y la vida en su estado ontológico, metafísico, incluso, aunque con grandes de dosis de materialidad dentro de esa trascendencia filosófica. Me pongo en pie, mirando a William.

- Habrías ganado la apuesta, ¡Jajaja!... Aunque efectivamente, ya somos carne de cañón. - Era una gran ironía. Desde luego no me sentía como tal, sobre todo, después de lo sucedido, aunque seguía teniendo presente aquella espina llamada libertad. Miro a Susan ahora. - Te he echado de menos, aunque la pequeña... es encantadora. Vamos, como que sigo aquí por ella. - Finalmente le guiño un ojo y me dirijo ahora a Zack. - Digamos que tengo un par de preguntitas. La primera es... ¿Por qué Sandra o La pelirroja, como queráis, nos mata? O nos quiere matar, que es lo mismo. Y luego, me gustaría entender por qué él y yo no seremos objetivo de su control. Para tenerlo en cuenta más que nada. - Mi tono de voz es bastante neutro, aunque sí posee un rintintín de superioridad romántica fraguada a lo largo de mis años en la calle, principalmente, porque si no, me habrían enterrado hace unos años. O no. Hay algo que no cuela, Joel. Pregunta trampa, jiji. Vamos, básicamente, Sandra los conocía y por alguna razón se puso a... matar a los otros. O simplemente... ¡No jodas! ¿Instinto de conservación? No creo que la piba esta se sienta amenazada por todos... Nah, bueno, tú déjales responder. Y luego, le preguntas a ella. De nuevo, interrumpo el silencio antes de la respuesta, dirigiéndome a Zack y Susan.- Eran un par, pero me ha surgido una tercera. ¿Podemos ver una foto? Para reconocerla, más que nada, claro. - Puede que esta última pregunta, indicara mi falta de profesionalidad, pero es que... desde luego. ¿Qué hacía un buscavidas jugando a Sociedades Secretas? O más bien, jugando al pilla-pilla con un montón de personas que pueden congelar, provocar terremotos, o revivir gente. Esto es lo que provocó que Lyle... Pobre chaval. A ver si terminamos pronto y podemos irnos de viaje Charlotte y yo. Eso sería genial. La impaciencia comenzaba a recorrerme ya, al fin y al cabo, esto era algo parecido a robarle el bolso a una mujer de estas ricas, amedrentar a empresarios para que te den su coche, o una persecución con la policía. Sólo que ahora, el policía... parecía ser yo. Johnny acudió a mi mente, y me deseó suerte. Sería divertido, como en los viejos tiempos, aunque rodeado de extraños. Y qué importaba. Es mi nueva vida. Entonces sentí cómo mi etérea piel se aferraba con fuerza a mi cuerpo, endureciéndose ligeramente. O tal vez sólo lo visualicé, queriendo sentirlo. Un escalofrío recorrió mi columna vertebral, antes de que Zack o Susan contestaran a las preguntas.

Notas de juego

Lo primero es lo primero: Walter, ¡Encantado! =D. Ya tenemos triángulo =D. Bueno, cuadrado con Margaret =P. Jiji. xD

Cargando editor
14/12/2009, 06:33
William Bonelli

Coño, no me jodas. Yo ganando una apuesta... Boh, algo malo va a pasar, estoy convencido.- Toda esa gente ahi... raritos como yo... Espero que ninguno explote. - No evito sonreir, quizas por los nervios del momento o puede ser por que el chiste malo en realidad ha sido bueno. Todo este tiempo que llevo aqui encerrado... no estoy acostumbrado, necesito de mi musica... ¿Como estara mi casa? Espero que no me lo desvalijaran... el equipo de sonido me ha costado demasiado.

Tras la presentacion agacho levemente la cabeza en señal de saludo, sonriendo levemente intentando dar a notar a Joel y a Susan que estoy tranquilo. Desvio unos segundos la mirada a la pared, dejando mi mente en blanco unos segundos para despues concentrarme en las palabras de Susan. - ¿Sandra la Pelirroja? Que pasa... ¿Que hay tambien una "Sandra la Morena" y los usan para diferenciarlas? - Llevo mi mano a la cabeza dandole vueltas al nombre. Zack comienza a hablar y tras sus primeras palabras, mis ojos se abren como platos - Oh perfecto, asesina - Resoplo - Encima de tener un "don" tan peligroso, me ponen en medio de una ciudad a parar a una chalada - Froto mis ojos, negando levemente con la cabeza - Venga ya, soy abogado no policia... -

Quizas el resto de gente que se encontraba en la sala podia ayudar, pero no podia sacar de mi cabeza que yo era un peligro andante, una bomba que podia estallar con un simple roce... Tras las preguntas de mis compañeros, y sin dejar de frotar levemente mis parpados, pregunto - ¿Estais completamente seguros de querer contar conmigo para eso...? - Retiro la mano de mi rostro, abro los ojos y sigo, mirando al suelo - Me parece muy bien que digas que puede que a nosotros no nos afecte... O no quiera ella que nos afecte - Miro a Zack - Pero... ¿Habeis pensando en que pasaria si se ve en un callejon sin salida y me usa para... escapar? - Mis años de abogado me han enseñado a no descartar posibilidades. Yo no era mas que una herramienta en malas manos. No me sentia para nada seguro con eso, y menos si a la fulana que hay que atrapar, tiene ese don...

Notas de juego

Encantado Walter ^^. Vamos a darle caña :P

Cargando editor
14/12/2009, 18:37
Margaret Bregman

 Pese a que solo han pasado algunos días desde que descubrí mi curiosa habilidad, parece que haya pasado muchísimo tiempo. Los recuerdos se amontonan en mi cabeza, y el tiempo comienza a transcurrir a cámara lenta. Como un álbum de fotos que miras tranquilamente sentada en tu sofá, junto a la cálida chimenea. Pero esas situaciones ya no caben en mi vida, he pasado de trabajar en una empresa de telefonía a combatir a una asesina en serie medio loca. Y todo por lo que soy. Todo por ese insoportable pitido que escucho constantemente. Antes era sólo un ruido molesto, y ahora se ha convertido en una vibración constante que ataca mis nervios.

Respondo con una sonrisa a los saludos de esos dos hombres, pero entonces suspiro levemente y agacho la cabeza. Ya he escuchado varias veces la misma historia de la asesina pelirroja. Y parece que soy la única completamente inmune a su maldita dominación. Aún no me puedo creer que ese insoportable pitido me pueda salvar de algo tan contundente como es que te controlen directamente. En cierto modo me repele un poco lo que puedo hacer. Aquí no he tenido problemas, pero fuera todo el mundo miente.

Ahora mismo sigo escuchando ese sonido, muy leve. Durante los últimos días se ha ido intensificando. Dicen que es algo automático, algo que escapa de mi control. Ojalá pudiera silenciarlo de algún modo, ojalá pudiera descorrer ese velo que separa mi cabeza del mundo, ojalá pudiera salir de mi fortaleza personal.

Después de varios segundos de reflexión vuelvo en mí misma, el comentario sobre Charlotte de ese tal Joel me llama la atención. También debe de haber sido ayudado por ella, la verdad es que esa pequeña se hace querer… Tendré que intentar hablar con ella para ver si me puede ayudar con el dolor de cabeza.

Cargando editor
14/12/2009, 18:37
Director

Joel y William, notáis una extraña sensación. Pero no sabéis atribuir de dónde proviene. La verdad es que es un sentimiento menospreciable. Walter, puedes acceder a todo lo que piensen en el momento.

Zack se aclara la garganta. Sigue pareciendo muy serio. –Sandra tiene una lista con los nombres de todas y cada una de las personas con una habilidad manifestada o latente en el mundo. O al menos los que vivían hace 17 años. La razón por la que nos mata aún es desconocida, pero creemos que tiene a un vidente de su lado. Alguien que puede ver el futuro.- Zack se apoya en la pared. –Curiosamente sus víctimas de las que teníamos información sólo tenían tres tipos de poderes. Ella mata a los que ven el futuro o el pasado, a los que tienen poderes mentales, o a los que tienen algún poder que conlleve inmunidad contra los poderes mentales. Como la mujer que conociste en Los Angeles, Walter. O como Margaret misma. Sabemos que tiene predilección por estos, aunque la inmunidad de Margaret no se la esperaba. Solo ha matado a una persona más que tuviera inmunidad mental, y fue hace mucho tiempo.

Zack suspira y mira a Susan, dándole la palabra para la siguiente pregunta. A ella también se la ve seria. –Bueno, lo que sabemos seguro es que cuenta con la ayuda de alguien que puede predecir lo que sucederá, en mayor o menor medida. Lo primero de todo es que vuestros poderes no están en su “lista personal”. Y segundo, Sandra usa su poder para inmovilizar a sus víctimas u obligarlas a hacerse daño ellas mismas. Joel, tú eres invulnerable a cualquier daño que pueda ocasionarte ella o que puedas ocasionarte tú mismo. Y William,  estamos seguros de que quien sea que esté con Sandra no querrá que ella intente forzar tu mente. Si tu mente es forzada de alguna manera a algo, tu sistema de defensa se disparará. Y bueno, sabes que puedes detenerte a tiempo, pero no creemos que Sandra quiera arriesgarse.

Cuando Susan acaba con su explicación Zack comienza a hablar de nuevo. –Aunque, por supuesto, iréis con nosotros dos. Nosotros intentaremos enfrentarnos a Sandra, pero solos nos es imposible.- Se despega de la pared y se acerca a vosotros. –Bueno, no tenemos todo el día, si vamos a detenerla tendremos que comenzar a prepararnos ya. 

Cargando editor
14/12/2009, 20:29
Walter Bailey

 A medida que aquellos desconocidos reaccionan a las explicaciones de Zack y Susan, Walter puede sentir los pensamientos de ellos casi como si los experimentase el mismo. Se proyectan en su mente como frases, imágenes o simples sensaciones que le llegan apagadas como si se tratase de alguien que le hablase desde el otro lado de una línea telefónica. Todo ello sin que le restase consciencia de lo que ocurría a su alrededor. Desde luego le parecía casi increíble la habilidad que había adquirido en el poco tiempo que llevaba desde que el doctor Voltaire le había comenzado a entrenar psíquicamente…

Pero bueno, dejando de divagar se  desentiende bastante de lo que explican Zack y Susan que después de todo era algo que ya tenía muy manido, y se centra en las mentes de Joel y William.

Por lo que percibe del primero, no tarda en deducir que el tal Joel es una persona que no se toma la vida muy en serio. Agobiantes visiones de muerte y oscuridad le asaltan cuando el individuo piensa en su propia muerte. La extraña y fría sensación provoca que se sienta repelido y aleje su percepción un tanto para no experimentar en su mente los sufrimientos del timador. Porque al parecer era un timador… no sabía de qué, pero bueno eso era lo de menos la cuestión es que era un criminal que al parecer, había tenido que ser salvado por la pequeña Charlotte. Y luego están los pensamientos sobre Margaret…

Frunciendo el entrecejo le lanza a Joel una fulminante mirada. Apretando la mandíbula se obliga a contenerse, ella estaba con él, si se mostraba celoso por un mero pensamiento libidinoso se estaría comportando como un estúpido integral… es por ello que se calma. Por la línea de los siguiente pensamientos deduce cual es el poder del timador y queda francamente impresionado… desde luego les resultaría un apoyo muy útil… pese a ser un salido...

El resto de pensamientos no le sirven de nada, así que los deja a un lado y pasa a centrarse en la serie de conexiones neurálgicas que es la mente de William. Sus pensamientos… bueno son mas caóticos que los de su compañero, seguramente es porque se encuentra más nervioso, debido a su…

Walter traga saliva, y con un ligero temblor mira de reojo a William con los ojos como platos. ¡¡¡Por Dios, era el abogado del que Zack le había hablado!!! ¡¡¡El que había incinerado los juzgados de los Ángeles!!! ¿Pero qué locura era esa? ¿Cómo se atrevía Zack a poner a Margaret en peligro de aquella manera? ¡Si aquel poder se escaba de control estaban muertos del primero al último!...

Las explicaciones que da Zack no le convencen en absoluto. Se le había dicho que el peligro residía en Sandra, que por eso se les enviaba para detenerle los pies, olvidándose convenientemente de que el verdadero problema residía en Adam. Y ahora lo juntaban todo con un hombre que si se enfadaba podía convertirlos en carbonilla…

Mirando a Margaret se da cuenta de que esta tensa de nuevo. Tenía que ser su poder otra vez. Olvidándose de todos sus temores, de timadores salidos, abogados explosivos, e incluso asesinas psicóticas, le coge de la mano y se la aprieta con suavidad.

-          ¿Estás bien?- Pregunta demudado por la preocupación.- ¿Crees que podrás sobrellevarlo allí fuera?... Recuerda como es en el exterior, si no estás preparada no tienes por qué hacerlo…-

Y es verdad, porque si el señor Petersen intenta obligar a Margaret a enfrentarla contra aquel peligro en contra de su voluntad, El no lo consentiría, aunque para hacerlo se tuviese que abrir paso enfrentándose contra todos los operativos de la Corporación. Ya no era un mero técnico de una compañía telefónica indefenso ante el peligro, ahora tenía un poder, y por dios que lo usaría contra cualquiera que intentase aprovecharse del bienestar de la mujer que amaba.

Cargando editor
14/12/2009, 21:01
Joel Sorenson

Esa extraña sensación en la cabeza, me remueve por dentro, no sé muy bien si por esa membrana que rodea de una forma más fuerte mi cráneo o porque éramos tantas personas especiales reunidas. ¿Qué coño está pasando? ¿Qué es esta sensación? No pude escrutar con la mirada a los tres desconocidos para mí, con el ceño ligeramente fruncido, mostrando cierto desagrado. ¿Alguno de estos está haciendo algo? ¿Poderes mentales? ¡Cabrón, sal fuera! Quién seas, joder... Aunque pienso eso, no tardo en deshacerme de ese pensamiento, creyendo que me estaba volviendo ligeramente paranoico, que podría ser un mero dolor de cabeza, o alguna de esas reacciones involuntarias del cuerpo. Atiendo a Susan en silencio, a Zack también. Parecía bastante simple dentro de su complejidad, y me gustaba que Zack tuviese de alguna manera, prisa, para acabar con el tema. Eso me daría tiempo necesario para regalarle a Charlotte el viaje que le prometí. Al fin y al cabo eres su Guardián. Una amplia, sincera y brillante sonrisa invade mi rostro cuando terminan de hablar. El gordito parece preocupada por Margaret. ¡Ahm! Claro, ahora lo entiendo todo. Parejita. Parejita. Miro a William, y estallo en una ligera carcajada, que seguramente nadie podría entender, excepto algún telépata. Parejita. Tardo poco en recomponerme, y con ello, recomponer mis pensamientos, a la espera de que alguien dijera algo. Aunque muchas veces, me gustaba romper el silencio, era delicioso quebrar un sonido imperceptible. Entonces Susan y Zack se vienen como líderes, Will y yo como cebo y Margaret y Walter de apoyo a los otros dos. Bien. Está un poco desnivelada la cosa, pero bien, dicen que es más fácil caer que ascender... Y siempre, es mejor empezar desde el suelo. ¿Y qué dones tendrán los otros tres? Espera, espera, espera. Si Sandra lleva una adivina, sabrá que estamos aquí. ¿No? ¿Y por qué cojones nos está matando a todos? ¡Uh! No me gusta pensar estas cosas, pero... Esto parece más complejo de lo que pensaba. ¡Ah! ¡Mierda! Deja de pensar tanto en estas movidas, total sólo eres invulnerable... Seguro que esta peña, no quiero pensar qué clase de dones tienen, me voy a acabar sintiendo frustrado. Finalmente, Walter rompe el silencio con un bonito comentario preocupado sobre su amada. Aceptable. Bonito. Pero... Si lo sabes, ¿por qué le preguntas? Además... ¿Por qué no le subes los ánimos en vez de decirle que se quede aquí? Lo barajo unos instantes en mi mente, pensándome si interrumpir su burbujita o callarme. Joel no se calla. Efectivamente, pero no sé muy bien por qué, no le digo nada a Walter, sino a nuestros líderes. Miro a Susan, irguiéndome ligeramente y frotándome las manos. Luego mis ojos se dirigen a William, sonrío tras guiñarle el ojo, como diciéndole "esto es pan comido, colega". Finalmente, mis ojos vuelven a Susan y Zack, alternativamente.

- Creo que Zack, lo has dicho mejor que nadie. Preparémonos. Aunque, bueno, estaría bien saber qué don tenemos cada uno, ¿no? Por esto de la confianza, complicidad, trabajo en equipo...- El silencio se hace durante unos segundos. Invadiendo la sala de ángeles, seguramente enviados por Charlotte.

- Somos un equipo. ¿No? - La afirmación había sido tan rotunda que sentí un escalofrío. Ligeramente empatizado con mis "nuevos" compañeros, los imaginé rodeados de un halo colorido. Cada uno con un matiz, brillo y textura distinto. Miro finalmente a Walter y Margaret, con una amplia sonrisa en el rostro, hinchando ligeramente el pecho, incitando a Walter. Si caía en ese pequeño juego, ya lo tenía calado. Y sería divertido formar parte del mismo grupo. - Caballero, - Ahora mis ojos se posan en Margaret, sonriendo de una forma más sutil e inclinándome a modo de reverencia. - Demoiselle, Joel Sorenson. Para cubrirlos. - No puedo evitar soltar una risotada. Acto seguido me cruzo de brazos, comenzando a caminar hacia la puerta. Me apoyo junto a ella. Y espero a que los presentes comiencen a desfilar. Esa idea de desfilar me hace gracia. Es más, no puedo evitar desviar mis ojos hacia el cuerpo de Susan, en pos de hacer un pequeño "reconocimiento". Las mujeres eran mi debilidad, y me gustaba reconocerlo. Todos teníamos vicios. Yo no era de los que menos tenía, pero algunos de ellos, eran, cuanto menos, sanos. Joel estás muuuuuy loco, amigo. A fin de cuentas, ¿no estamos todos, un poco locos? ¡Jajajaja! Me divertía en exceso conmigo mismo. Y con los demás claro, pero también conmigo. Y eso, siempre lo agradecía. Grace decía a veces que tenía brotes esquizofrénicos, y yo le respondía hablándole de la multiplicidad del ser, del constante movimiento, o de las teorías de Heráclito. Siempre se reía mucho con eso. 

La nostalgia recorrió mis nervios como la cálida caricia de un amante nocturno...

Notas de juego

¡Yupi! A ver quién vuelve con vida xD. Nos veo a todos haciendo unas cosas demenciales cuando nos encontremos con la Sandrita. xDD. ¡Juas! xD.

Cargando editor
15/12/2009, 05:15
William Bonelli

- Que coño... - No me siento comodo. Esta sensacion... mis palabras que parecen haber sido ignoradas, ni siquiera una mirada de respuesta, con un "Callate" me hubiese servido... !Bah!. Me levanto del sofa, necesito estirar las piernas. - Hmmm... Siento como si alguien me vigilara... - Miro a cada uno de los presentes, fijandome sobre todo en Walter - ¿Que pasa...? - No me gusta que me miren de reojo... No soy un cualquiera. Cruzo mis brazos por la espalda, contemplando lo que hay detras de la ventana. Cierro mis ojos y esa escena... Los coches derritiendose, la gente gritando, corriendo por sus vidas mientras se derretian como un helado de chocolate en el mas duro verano... Se que esa imagen no se me quitara nunca de la cabeza pero estoy seguro que mas veces se repetira.

- Quiero no pensar en ello... Ahora me piden ayuda, que menos que ofrecersela desinteresadamente despues de haberme ayudado a controlar esto - Tomo aire con calma, expulsandolo lentamente a la vez que abro los ojos y giro la cabeza hacia el resto. Para ser sincero conmigo mismo, solo confiaba en Joel... Quizas en Susan pero... esta gente nueva no me inspira demasiada confianza. Seguro que ya sabran que es lo que tengo y no van a querer que ni me acerque a darles la mano. Desvio la mirada al suelo, dejando que terminen de hablar y vuelvo a alzarla para ver a Joel, presentandose. - William... William Bonelli, un placer - Espero pacientemente sentado en el reposabrazos del sofa donde me encontraba. - Por mi... cuando querais, estoy listo. - Esbozo una leve sonrisa mirando al resto. - Va Will... tranquilo... seguro que tarde o temprano te tendran como un amigo mas, igual que hace Joel... -

Desvio nuevamente la mirada a la ventana, divisando lo que hay mas alla del cristal, dejando pasar los segundos mientras las mismas imagenes de siempre me taladraban el craneo.

Cargando editor
15/12/2009, 23:10
Director

 Zack mira a Susan, que asiente.-Bien, en ese caso, vayamos ya a prepararnos. No hay tiempo para más explicaciones así que tendréis que explicároslo entre vosotros por el camino. Tenemos a alguien que puede teletransportarse, pero en estos momentos está persiguiendo al supuesto vidente de Sandra.

Tras decir estas palabras Zack encabeza el grupo que comienza a desplazarse por los pasillos  del edificio. Susan, que os sonríe de manera tranquilizadora, queda al final de grupo. Durante unos minutos recorréis el lugar hasta llegar a una sala que tiene apariencia de vestidor.

-Aquí tenemos el equipo. Obviamente, no vamos a armaros hasta los dientes. Os equiparemos con lo más básico para defenderse. Me temo que los únicos que saben usar armas de fuego correctamente somos nosotros y Margaret.- cuando Zack dice nosotros recalca que se refiere a Susan y a él mismo. –Así pues, os proporcionaremos unas ropas anti-balas  y unos transmisores para no perder el contacto.

Entonces Zack se a unas taquillas y las va abriendo, dentro de cada una de ellas hay equipamiento pensado para cada uno de vosotros. Parece que ya lo tenían todo preparado. –Para William, equipamiento más resistente al calor e ignifugo. Eso asegurará que no se queme ni se deteriore si tu poder se activa.- dice Susan entregándole en mano su equipo. La ropa parece de lo más normal. –Tenemos sabido que sabes artes marciales así que no hará falta que te entreguemos nada que entorpezca tu capacidad.

Susan se acerca a la siguiente taquilla y echa una ojeada rápida. –Para Joel, una navaja de aleación especial. Irrompible, como tú. No necesitas ningún tipo de prenda especial.- Susan le entrega su transmisor y la navaja, pero también le entrega un pequeño kit. –Ábrelo sólo si la cosa se pone muy fea. En todo caso, sería mejor que permaneciera cerrado.

El siguiente equipo es para Walter. –Walter, tu poder te permite alterar la percepción de los demás. Tu transmisor tiene incorporado un amplificador de ondas mentales. Por cortesía del Dr. Voltaire. Esa es tu mejor arma.

Luego se acerca a Margaret. –Tu equipo no se encuentra aquí. En esta sala se equipan los hombres, nuestro equipo está al lado.- le dice. Margaret se despide de vosotros y le dirige una sonrisa a Walter. Ella y Susan desaparecen por la puerta. Zack se queda con vosotros y se va a abrir una última taquilla, la suya. De ella saca una pistola, que carga con un movimiento seco. –Yo ya estoy listo.

Después de haberos equipado y de haber recorrido unos cuantos pasillos más, os encontráis en un pequeño avión, en dirección a donde hay que encontrarse con Sandra. Entonces es cuando tenéis tiempo de respirar tranquilos y de hablar detenidamente. Zack se encuentra pilotando el avión, y Margaret y Susan cuchichean entre ellas, hablando seguramente de un tema privado. 

Cargando editor
16/12/2009, 02:33
Walter Bailey

 

Sentado frente a sus nuevos compañeros Walter se encuentra incomodo con aquel equipo antibalas. Por suerte este era bastante ligero, y podía esconderlo debajo de su gabardina, pero ello no le impide sudar profusamente. En parte por el calor que le daba aquellos gruesos ropajes y en parte por los nervios que le recorren de arriba a abajo.

Vuelve a lanzarle una mirada esquiva a William. Le avergüenza su primera reacción hacia el abogado. Después de escuchar sus pensamientos sabe que es una buena persona cuya vida se había visto truncada por culpa de aquel poder tan destructivo. Ahora no sabía que decir, cualquier palabra que le dijese le sonaría a comprensión falsaria y forzada. Por un lado comprendía a William y estaba dispuesto a ser su amigo, pero su lado más cobarde le decía que era una locura estar cerca de aquella bomba de relojería con patas. Odiando esa parte de si mismo ve que el abogado le devuelve la mirada y Walter le sonríe tímidamente antes de desviar rápidamente su atención al resto de su equipo.

Coge la pequeña cajita donde está guardado el aparato que Zack había denominado “el amplificador de ondas mentales”. Mirando aquel extraño cacharro por unos imitantes, lo saca de la caja y se lo pone como si de un manos libres se tratase. El sensor cerebral, de la parte superior del aparato se presiona sobre la parte derecha de su cráneo de forma un poco molesta, pero soportable. En un principio no nota nada cuando enciende el amplificador pero poco a poco se da cuenta de que escucha los pensamientos de Joel y William cada vez mas apagados, hasta que se convierten en pequeños susurros. No tarda en comprender que el amplificador desviaba sus ondas cerebrales disminuyendo el resto de sus facultades telepáticas, en pro de amplificar su habilidad para manipular las percepciones ajenas y crear espejismos mentales tan reales como la vida misma.

Es obvio que el doctor Voltaire ha considerado que cuando se encontrase de nuevo con la asesina no tenía por qué leerle la mente, después de todo iba allí para matarla. El Maestro de los Sueños le había dicho que debía de eliminar a Sandra por el bien de todos, antes de que la Compañía le echara el guante para usarla en su provecho. Por su parte Petersen y el resto de los grandes jefazos de la Compañía les enviaban con la misión de matarla también… allí había algo que no cuadraba, uno de los dos bandos debía de estar mintiendo, o como mínimo no decían toda la verdad.

¿Tenía que confiar en las palabras de aquel… “ser” que se ocultaba tras la falsa ilusión de un niño pequeño, o en el manipulador jefe de Zack? La verdad es que no tenía ni idea de la respuesta a esa pregunta. Probablemente prefería no saberlo…

Suspirando se observa en el reflejo de la ventanilla. Desde luego tenía unas pintas de lo más extrañas con todo aquel equipo puesto.

-          Ahora sí que parecemos unos X-Men.- Comenta mirando a Joel, como si se tratase de una broma personal entre ellos.

Con una ligera sonrisa mira brevemente hacia donde Margaret y Susan conversan en animados cuchicheos. A saber de que estarían hablando esas dos… no conocía a Susan de primera mano, pero parecía alguien de fiar. O al menos tan de fiar como podía ser una operativa de la Compañía…

Volviendo su de nuevo su atención al sector masculino del grupo se rasca la cabeza un poco cortado por la situación. No era muy bueno para aquellas cosas… tal vez por eso casi no tenía amigos...

-          Yo… bueno.- Comienza titubeante.- Acabo de darme cuenta de que no me he presentado formalmente. Mi nombre es Walter… Walter Bailey y hasta hace poco más de una semana era técnico de instalaciones de telecomunicación de la empresa Terra Networks USA hasta que… bueno, no quisiera aburriros con el tema…-

De momento no quiere continuar con su historia por el temor a que se diesen cuenta de que les había estado espiando en sus cabezas. Decide pues, que sean ellos los que explicasen primero sus vivencias. Había estado teniendo pequeños flashes desde que se encontraban en su presencia, pero ni de lejos lo suficientemente claros o inteligibles para poder hacerse una idea de que es lo que les había ocurrido.

-           ¿Cómo acabasteis metidos en todo este embolado?- Pregunta finalmente.

Cargando editor
16/12/2009, 05:05
William Bonelli

Sentado ya en el avion, y con los brazos cruzados suena en mi mente aquellos clasicos de mi apreciada Metallica. - Joder, hace tanto que no escucho musica que parece que mi vida se esta volviendo aburrida. - Cierro los ojos buscando aquellas melodias que escuchaba nada mas despertar. - Pedire al menos un Ipod... yo sin musica... - Una sonrisa se dibujaba en mi rostro cuando me venian aquellas letras tan propicias para algunos momentos de mi vida... Nothing Else Matters, One... Joder, si parece que las estoy escuchando ahora mismo. Si le contara a alguien que mi primer beso fue escuchando este grupo, o que el ultimo polvo fue escuchando Fuel... Esbozo una sonrisa mirando el suelo, recordando aquellos momentos.

- So close no matter how far couldn't be much more from the heart forever trusting who we are And nothing else matters - Canto en alto, apenas susurrandolo. Cierro mis ojos y sigo silvando la melodia. Los aviones no me hacian mucha gracia, siempre intentaba acudir a estos lo menos posible pero bueno, estoy repleto de gente especial... - No creo que pueda pasar nada malo, y si pasa, seguro que llega alguien volando y con superfuerza para que no nos estrellemos. - Ahogo una leve carcajada desencadenandola en una gran sonrisa mientras dirigo mis ojos cerrados hacia el techo. En ese preciso momento escucho la broma de Walter sobre los X-Men, le miro y le sonrio - Si, aun que yo soy mas de los 4 fantasticos... Por eso de la antorcha humana y eso - Sigo sonriendo.

- No nos aburres con el tema Walter, los aburridos somos nosotros - Finalizo con una amplia sonrisa - Yo ya me presente antes, soy William Bonelli, Abogado - Afirmo con un leve movimiento de arriba abajo con la cabeza - Aun que tambien por lo visto super heroe a media jornada - Parecia nervioso y siempre me habia gustado que la gente fuera suelta conmigo - Lo mio es confuso. Me encontraba en un juicio contra un ricachon bastardo - Sentencio mientras mis ojos se nublan levemente con la ira de solo recordarlo - Contrato a unos sicarios para a saber qué, hacerle a una pobre muchacha y se la acabaron cargando. Tenia pruebas, testigos... Nadie dijo nada, las pruebas se estropearon y el cabron me miraba como si fuera el rey del mundo - La ultima vez que mi poder se desencadeno fue pensando precisamente en esto pero ya se controlarlo... o eso creo, confiare en no estallar y poder hablar tranquilamente del tema - Fue la primera vez que perdia un juicio que estaba claro que ganaria... - Desvio mi mirada unos segundos, negando con la cabeza y tomando aire lentamente. - Sali de ese lugar y entre el cabreo y el acoso de los periodistas... simplemente empezo a arder todo despues de un fuerte pitido en mi cabeza - Fijo de nuevo mi mirada en Walter - De lo unico que no me arrepiento fue de que ese cerdo bastardo acabara echo chamusquina - Nunca me alegro de la muerte de los demas, no es algo que una persona deba sentenciar a la primera.

- Mas de una vez he llevado casos en los que mi cliente era un supuesto asesino. Mas de una vez me he tenido que morder el labio y sacar a algun que otro cabron del apuro, pero ha sido pocas veces. Mi bufet se dedicaba al tema de asesinatos y homicidios - Sonrio levemente al recordarlo - Seguro que se piensan que estoy muerto... La secretaria estaba bastante bien y la tenia casi casi conquistada - Sonrio ampliamente. Nunca se me habia dado nada mal conquistar a las mujeres. Quizas sea por como soy o por lo que soy. Quizas por lo que tengo en la cartera o por lo que tengo en mi corazon. Quien sabe. Las mujeres son un tema curioso y a pesar de que nadie las entiende, a nosotros tampoco se nos entiende a veces.

- Y bueno... Despues del incidente me desperte en una sala vacia y al poco entro el - Señalo a Joel - Y me explico un poco que hacia alli y que habia pasado. - Miro a Joel sonriendo - Al principio no me fiaba de ti, que lo sepas - Le golpeo levemente en el hombro, sonriendo. Dirijo de nuevo mi mirada a Walter - Y bueno, la verdad poco mas se. Me llevaron a una sala donde conoci a Susan, quisieron que les demostrara mi poder - Aqui bajo un poco el tono de mi voz evitando que Susan pueda escucharme, adelantandome un poco hacia Walter - Se pensaba que su habitacion aguantaria... - Niego con la cabeza - No lo hizo... - Me incorporo de nuevo en el asiento, cruzando mis brazos.

Mi mirada se clavaba en los ojos de Joel, estaba seguro que alguna paranoia rara estaria pensando mientras yo hablaba.

Notas de juego

Ya metere algo de musica en mis posts. Solo lo he hecho una vez y tengo ganas de volver a ponerlo xD.