Partida Rol por web

 Escena donde rolearemos cuando os encontreis por el Castillo de Rocafreda.

 Este es el castillo en el que reside Lord Veremón y sus hallegados, familia y sirvientes. Este es el castillo que protge la zona de Rocafreda, y así es llamado. Castillo de Rocafreda. A pesar de que es llamado castillo no es una fortaleza demasiado imponente, sirve para defenderse de ataques de forma bastante eficiente.

 Cercando la fortaleza hay una amplia empalizada acon algunos barracones que sirven para acomodar a los milicianos durante el tiempo de entrenamiento. También son usados por los comerciantes que llegan durante las ferias para emplazarse. Son de madera basta, y carcen de comodidades pero tienen camas y un techo bajo el que cobijarse.

 Hay dos portones que pemiten el acceso a la empalizada, ambos custodiados por guardias de Rocafreda.

 Tardas una media hora larga para alcanzar el exterior de la empalizada, el camino es un tanto tortuoso en su ascensión por la colina. El aire te trae el olor de los hogueras que se mantienen en el patio cercado de la empalizada.

 Por el camino ves algunos chavales corriendo arriba o abajo, cargando pequeños bultos. Al verte se detienen y te ofrecen pastas dulces caseras por un par de piezas de cobre.

Juas por fin algo de accion...

Sin pesteñear saco la maza y golpeo al niño mas cercano, gritando..

- Muere villano, a mi no me engañas...

jajaja hechando una carcajada mientras veo la cara de los niños y la maza volando por los aires, cojo lo que me ofrecian y les doy una moneda de oro.

- Parece ser que Tymora esta con vosotros...

Dicho esto cojo mi maza y sigo el camino...

Bueno despues del peligroso encuentro con los niños...y sus dulces, continúo hacia el castillo. Los guardo en la mochila.

Al llegar a las puertas de la fortaleza pregunto a los guardias.

- Disculpen caballeros, vengo a visitar a Lord Veremon...¿me pueden indicar por donde ir?

Un pequeño cosquilleo en la barriga y un ligero sudor, muestra mi nerviosismo. Voy a presentarme a toda una leyenda, un Verdadero paladin del Señor Lazhander. Un heroe y ejemplo para todos y tengo que dar la mejor impresion que pueda y demostrar la maxima madures.

 A estas horas todas las puertas están abiertas, tanto las de la empalizada como las del castillo.

 El guardia, un tipo de unos treinta y tantos, te saludo al ver el símbulo que luces orgulloso en el pecho.

 - Buenas tardes sacerdote. Pues todo recto, no te salgas del camino y entrarás por el portón del castillo. Cruza el patio y entrarás en la torre del homenaje, en su interior está Lord Rocafreda. Los guardias del portón te dejarán cruzar. Y a recibimos cierta información sobre tú visita.

 Sin decir más el joven te saluda y tras verte partir hacia el castillo retoma su posición.

 Tus pasos te conducen hacia el portón amurallado propiamente dicho del castillo, tras haber cruzado la zona en la que parece que se irán estableciendo los comerciantes, unos espartanos barracones de madera. En el matio hay un par de hogueras donde algunas mujeres atienden un par de asadaos.

 Cuando finalmente llegas ante la puerta su presencia te abruma en parte, está lejos de la grandeza de las catedrales en las que te adoctrinaron, pero estos muros han servido para proteger, sobre estas piedras se vertió la sangre en su día de bandidos. La puerta está abierta, pero franqueándola hay un par de guardias que te hacen un alto para preguntarte sobre tus motivos para venir hacia el castillo.

 Al otro lado del portón, ves a unos guardias entrenando en un patio de armas no muy grande. Bajo las órdenes de un tipo serio, que no para de dar indicaciones a los soldados.

Con voz seria y firme..

- Soy Gustarson el Bendito y vengo a presentar mis respetos al Lord del castillo...

Miro con curosiedad al hombre que da las instrucciones, me suena?¿

 Los guardias asienten ante la presentación y te franquean el paso con un saludo.

 - Así que tú eres el chico de Beogolf y Kat, caray como pasa el tiempo. Pasa, pasa al interior muchacho, allí encontrarás a Lord Rocafreda atendiendo algunos asuntos.- Te dice el guardia entrado ya en años.

 Finalmente cruzas el portón de pesada piedra, te da la sensación de ser un lúgubre túnel opresivo de piedra, pasas por debajo de dos rastrillo pesados y mirando hacia los laterales y el techo ves un montón de agujeros por el que se podría disparar y derramar cualquier sustancia candente para amedrentar a cualquiera que se encontrara entre los dos rastrillos.

 Precedido por el repicar de un martillo sobre un yunque en algún lugar del patio, los gruñidos de los guardias y la poderosa voz del hombre que los instruyes, terminas por llegar a un patio engravillado. A los lados, continuando el muro del portón quedan dos edificaciones pintadas de blanco y madera ascura, de una de ellas viene el repicar del martillo. Enfrente tuyo, un poco a la derecha, hay un grupo de seis guardias blandiendo las armas en un entreno. Los muros que flanquean el patio entre el Portón por el que has pasado y la torre del homenaje, son altos y recios, coronados por unas barandas de madera para proteger a los defensores.

 El hombre que ruge las instrucciones, que se pasea enfundado en un camisote de mallas y un tabardo de terciopelo negro con ribetes de piel blanca en los bordes no crees haberlo visto nunca antes. Tal vez llegara posterior a tu partida hacia el adoctrinamiento.

  - No, no y no. Vamos señores, os he visto esgrimir las armas mucho mejor. No podeís bajar la guardia en ningún momento. De nada sirve golpear fuerte si estás muerto. Venga repetid.- Dice mientras se mueve por su alrededor, examinando los movimientos de los hombres atentamente.- Venga repitamos de nuevo los ataques. Ahora atacan alfas y se protegen los omega.

 No puedes evitar fijarte unos momentos en este grupo. Te parece que todo lo que dice ese tipo tiene sentido, y sus movimientos son lógicos. Ves como levanta una pesada espada de madera y hace unos movimientos y los guardias los repiten. Tan solo escuchando a ese hombre y como instruye con tesón ya te sientes capaz de luchar mejor.

El hormimego en el estomago se va acrecentado según voy cruzando las puertas. Una mezcla de nerviosismo, alegría y respeto. Me detengo, un instante, cerrando los ojos. Inspiro profundamente  y dejo que mis sentidos revivan las antiguas batallas.
Al abrir los ojos una gran sonrisa ilumina mi cara, el hormigeo a desaparecido y estoy que hecho chispas de alegría jajajaj..

Ya con más energía sigo mi camino hacia el encuentro con el lord, no sin antes decir una pequeña plegaria a Lazhander

- Mi Señor me hace que sara un encuentro glorios, Gracias

 Cruzas el patio engravillado hasta penetrar en la sólida torre del homenaje del castillo, un guardia te saluda sin demasiado entusiasmo y terminas en una especie de vestíbulo o antesala. Espartana, de paredes desnudas, a los lados del muro que tienes en frente hay dos puertas gemelas, de pesada madera reforzada en metal. Están abiertas y por ellas te llegan los sonidos de ecos mortecinos de una conversación.

 Cruzas la pequeña antesala y llegas a una de las entradas de la sala el trono del castillo, es rectangular, alargada hacia el fondo en el que se encuentra un trono tallado de madera y a su lado hay un gran sillón hornamentado y tapizado de negro. Sentado en el trono se encuentra un hombre de unos cincuenta años, de caballera argéntea, con una cicatriz cruzando el lado izquierdo de su rostro. Va enfundado en un camidote de mallas y encima de este un amplio tabardo, de terciopelo negro, con el escudo de la Casa Rocafreda brodado en su pecho. Colgando de su cuello descansa un ámplio medallón con la forma de un amanecer. Sin lugar a dudas este es Lord Veremón.

 Ante él se encuentran un par de hombres con pintas de comerciantes y parece que ya se estén despidiendo de el amfitrión con leves reberencias.

 Un par de guardias vigilan el salón del trono.

 Escuchas como se retiran los comerciantes, por sus indumentarias dirías que vienen de la capital. Se marchan tras realizar unas profundas reverencias.

 Entonces es cuando te presentas tú.

 El hombre que tienes delante te contempla detenidamente, examinándote. Finalmente te parece percibir un fugaz gesto de asentimiento y en su rostro se ensancha una sonrisa. Antes de tomar el presente te dice.

 - Bien venido Hermano, veo que el padre Gerónimo logró alhumbrarte el camino para que sigas los pasos de los creyentes de Lathander. Lo celebro.- Entonces toma la caja de madera y examina su interior, con delicadeza extrae el símbulo que en él reposa.- Veo que tu padre, Beogolf, fue sabio al vislumbrar tus aptitudes para con la forja y la orfebrería. En verdad es un presente muy digno. Gracias Gustarson hijo de Beogolf y Katrina.

 Entonces guarda de nuevo el presente en la caja de madera y lo deja reposar en su regazo mientras te pregunta.

 - Dime, joven Hermano, la carata que me escribiste solicitando cita me dejó intrigado. Hablame y cuéntame cuales son tus objetivos.

La presencia y forma de hablar de Lord Veremón me da confianza, y le explico el sueño de construir un humilde pero no menos representativo santuario a nuestro Señor Lazhander.

- Pues vera Señor, me gustaria establecer una pequeña capilla a nuestro Señor del Amanecer, Lazhander, Hago una pausa, Y como señor de estas tierras quisiera saber, si tengo su bendicion a tal noble proyecto.

- Se que todavia soy joven para dirigir un santuaria del Señor, pero es un proyecto para el futuro.

- Ahora lo mas importante, seria buscar una posible ubicación, y con la ayuda de los fieles y lo que se pueda recaudar ir construyendolo poco a poco...

En estas palabras intento expresar la esperanza, energia y firmeza necesarios. Algo que seguro que nuestro Señor Lazhander aprueva.

 El Lord escucha detenídamente tus palabras, pero te fijas en que está pendiente también de expresiones, sus gesticulaciones, el tono de tu voz. Tienes la sensación que te está valorando y sospesando tus palabras con tu forma de expresarlas. Cuando terminas de exponer tus ideas Lord Rocafrda comenta.

 - Es estupendo ver el entusiasmo que muestras y la iniciativa es buena. Lo celebro Gustarson.- Su tono de voz es amable y sereno. Tras una breve pausa prosigue- Espero que tu paciencia y perseverancia esten a su altura. Comprenderás que una empresa de esta envergadura requiere una gran determinación, no tanto por el factor económico, que también, sinó por la responsabilidad que requiere el atender a diario a la congregación. Pues pocas cosas podrían dañar más la imagen de El Padre del Amanecer que ver como sus fieles son indignos. ¿Estarás deacuerdo conmigo, no, Hermano Gustarson?

 El caballero hace una pausa estudiando tus reacciones para proseguir.

  - Te diré lo que podemos hacer, te animo a que esparzas las palabras de Lathander por la región, y si veo que logras llamar la atención y la fe de un par de decenas de aldeanos, no tan solo tendrás un lugar en el que emplazar la capilla, sino que me comprometo a financiar la mitad del coste de esta.

 Después de sentir las palabras de Lord Veremón, reprimo mis emociones para no saltar de alegría y abrazar a Lord Veremón. Y con una mirada llena de emociones pero con un semblante serio y consecuente respondo.       

 Cuando terminas de expresar estas palabras, radiante ante las aspectativas que se te abren, el poder servir de esta forma en la causa de el Señor del Alba. Escuchas unas palabras de un joven a tu diestra.

 - Buenos días padre... y comapñía.

  Al girarte ves a un joven de aproximadamente tu misma edad, de aspecto saludable,, tenéis más o menos la misma altura pero parece que el sea algo más esbelto, te resulta familiar, pero lo que termina de ubicarle han sido sus palabras. La palabra padre no va destinada a ti, sinó al Lord. El joven que se ha presentadao es Arnau Rocafreda, el futuro heredero de la Casa Rocafreda. Recuerdas haber jugado con él cuando erais pequeños, antes de que partieras hacia el monasterio.

 A juzgar por lo que dicen sus facciones, parece que te ubica al igual que tu has hecho con él.

 - Gustarson, el hijo de Beogolf... perdona quiero decir el Hermano Gustarson.

  Dice primero con cierto titubeo, pero al acercarse y apreciar el símbulo que luces con orgullo sobre tu pecho, su voz toma determinación.

 - Bienvenido a Rocafreda.- Dice de forma correcta.- Perdonad por la interrupción. Tal vez cuando termines de hablar con Lord Rocafreda tengas un momento y me pongas al día de tus experiencias. Por favor excusadme.

 Lord Veremón saluda a su hijo y contempla como te saluda.

 - En efecto hijo, el Hermano Gustarson ha llegado de su adoctrinamiento hace escaso tiempo. Y viene dispuesto y con energías para servir al Padre del Alba.- Dice con cierta nota de orgullo en su voz.

 Luego te mira de nuevo y asiente.

 - Pues eso es lo que haremos Hermano Gustarson, por lo que a mí respecta podemos dejar la entrevista por terminada si no hay inconveniente, otros deberes me aguardan.

Dirigiendome a Lord Veremón...me despido.

- De nuevo gracias por recibirme...Que la luz de su sabiduría nos ilumine a todos durante muchos años.

Ya dirijiendome hacia Arnau.

- Grata sorpresa Arnau Rocafreda, le digo con gesto amigable y respetuoso, Perdonar pero ahora tengo que ir ha hacer un par de recados. Pero quizas, si aceptas una invitacion, esta noche en la taberna de Albert podemos hablar un rato entre amigos y de paso disfrutar de un Juglar trotamundos que actúa. Digo con respeto, haciendo una reverencia.

En principio tengo algo de ansiedad por ir a contarles las buenas noticias a mis padres y luego ir a celebrarlo a la taberna de Albert, pero si Arnau insiste no me importara charlar un rato.

Juas despues de salir del magestuoso castillo de Rocafreda, voy dibagando por el camino, los pros y contras que puedo tener, pero poco a poco me voy animando y al final acaba casi bailando de alegria dando saltitos y disfrutando el viaje hacia la casa de mis padres. Al llegar miro con alegria la pequeña casa y sus establos mientras el sol ya empieza a bajar en el orizonte- Gracias Señor por tan gran dia, aunque esto no ha hecho mas que empezar- Digo en voz baja. y sin pensarmelo bajo la pequeña colina

 El joven asiente.

 - Tranquilo, no tienes por que contármelo todo ahora, ya lo haremos sentados cómodamente antes unas jarras.- Sonrie afable el joven.- Quedamos así, esta noche en la Posada del Norte. Yo también tengo algunos quehaceres que atender.

 Se gira hacia Lord Veremón. Saludóndole.

 - Padre.- Y sin decir más se pierde por uno de los accesos al salón, tras el asentimiento de Lord Veremón.

 Tras la reunión que has tenido con Lord Veremón, un gran éxito sin lugar a dudas, partes animado hacia Lunil. Cruando el patio de armas en el que siguen los guardias entrenando a las órdenes de Ser Jaume.

 Cuando llegas al patio de la empalizada, donde se encuentran la mayoría de comerciates, tanto los granjeros propios de Rocafreda como gentes de otros rincones del reino, salpicando las conversaciones de los diferentes acentos hablados. Medio escuchas, sin prestar mucha atención, como parece que hay fiestecilla en Lunil, que se ha montado algo improvisado en la Posada del Norte. Tu camino hacia Lunil se ve acompañado por algún comerciante que también hace el camino hacia la pequeña villa.

 Pero tus pasos se dirigen hacia la zona oeste, donde se encuentra la casa de tus padres.

 Llegas a lomos de Persi ante la empalizada, un muro de unos tres o cuatro metros de altura, con torres vigías esparcidas por el perimetro interior. Moviendose en estas logras adveritr unos movimientos, centinelas.

 El suave trote final de Persival te conduce a uno de los portones de la empalizada, con las puertas cerradas. Desde lo alto un guardia alto, de pelo oscuro y barba isurta te llama la atención.

 - ¿Quíen va? Identifícate y que asuntos te traen a la empalizada.