Partida Rol por web

Me giro hacia Cyan:

- Ese tal Ryu, el samurái de fuego, ¿Está de parte de Amaterasu o dominado como tu o podemos contar con él?¿Quiénes son los otros tres samuráis?¿Hay alguna posibilidad de encontrarlos y que se unan a nuestra causa contra Marte?

Aunque no estoy participando activamente en la conversación, sin duda me interesa todo los datos que se están dando.

Orfeo parece desinteresado en la conversación, mientras que saca nuevamente su lira y comienza a rasgar las cuerdas por lo bajo...

Mantengo la mirada fija en el suelo mientras escucho atentamente las palabras del monje y a su vez las de seiya, pregunta lo obvio pero no por demás lo indispensable, no puedo decir que le he tomado aprecio, pero al menos entiendo por que lo ha escogido Athenea, por ahora trato de mantenerme al margen sin dejar de esbozar una sonrisa acompañada por una mirada despectiva a Orfeo de la Lira.

Los otros compañeros son Sage Date de la Luz, Shu Rei Fuan de la Tierra y Touma Hashiba del Aire. Junto con Ryo y yo formamos los Samurais Troopers. Como os he comentado estan bajo el influjo de Sengoku y trabajan para el. Si podemos romper el influjo de Sengoku, sin duda os ayudaremos a recuperar la espada de Miyamoto. Aunque seguramente tendremos que enfrentarnos a ellos. Responde Cyan a Seiya

- ¿Sabes como librarse del influjo de Sengoku como tú lo hiciste?

La verdad que no se como lo hice. Quizas el alejarme de Sengoku hizo que su influjo se fuera debilitando y recuperando mis recuerdos poco a poco. Aunque de inicios no sabía donde estaba, pude ir relacionando los sucesos. Mas adelante al volver al templo guiado por lo soldados de Ares, me encontre con mis compañeros, los cuales encontré bien raros, asi que me di cuenta de que habiamos sido manejados. Ya que esos soldados se me dirigian como su jefe, decidi mantenerme en ese papel. Yo intente enfrentarme a Sengoku, pero dado su nivel, vi que no podria hacerlo solo, por ello tuve que seguir con el papel. Llevo algunos días y he visto atrocidades hechas por estos salvajes. Sin duda no acepto, pero si queria salvar a mis amigos habia de continuar engañandolos. Pero ahora viendo a vosotros, seguro que lo logramos. - Bosteza Cyan y bebe un poco de sake.

Tras la respuesta de Cyan:

- Muy bien, quizá sea el momento de retirarse a descansar- Me acercao a mis compañeros uno por uno y les dgio en voz baja que vigilen sus armaduras esta noche, que vayamos haciendo turnos, y a Jabu que vigile bien la espada. No me fío del todo aún de Cyan.

Cyan se levanta junto a los monjes y se retiran hacia la otra casa. El monje os dice: Nos vemos por la mañana, antes de iros os quiero dar una cosa para vuestro viaje. Los tres monjes y Cyan salen de la casa dejandoos solos para descansar. En la casa hay dos habitaciones con una litera doble cada una. Las armaduras las dejais en el comedor.

El sueño comienza a invadir al caballero de la lira. Nota que su vejiga está a más no poder, se levanta y excusandose sale por la puerta.

El sigilo se le daba muy bien al caballero.
Todavía no confiaba en ese Cyan. Sabía que había muchos "pajaritos" enemigos y algo en sus entrañas lo hacía desconfiado. Sería su naturaleza tal vez??
Casi al instante que salen de la sala, Orfeo se excusa y comienza a seguir a Cyan. Si lo descubren siempre estaba la posibilidad del baño...

Dejas pasar unos minutos y sales detras de los monjes y Cyan. Desde la puerta de "tu" casa, ves como se dirigen hacia la otra. Los sigues y te escondes detrás de un árbol manteniendote oculto. Ves como entran en la otra casa y encienden la luz del comedor. Durante el camino no han dicho ninguna palabra.

Orfeo se movía como una sombra, tratando de captar los sonidos del entorno, trata de acercarse lo suficiente para escuchar pero a la suficiente distancia para no ser percibido...

Tu presencia no es descubierta. Escondido procuras acercarte algo mas a la casa. En el comedor solo estan Cyan y Konsaki que empiezan a hablar: Creo que teneis una mision dificil. Amaterasu ya atacó 3 siglos atrás este templo y logró apoderarse de la armadura, es un rival temible.

Cyan: Puede ser, pero cada generación de samurais ha salido victoriosa en sus enfrentamientos, aunque ahora con la interposicion de ese Dios Ares no sé si podremos arreglar las cosas. Sengoku, es muy poderoso, y los rumores dicen que su poder sobrepasa a los famosos santos de oro.

Konsaki: Sengoku es un subordinado poderoso. En sus tiempos, Mushashi no pudo contra el aduras penas, sino fuera por la armadura infernal, no lo hubiera vencido, a pesar de salir bien herido. Creo que tendreis que liberar a tus camaradas para tener mas potencial de ataque. Estos santos se ven habilidosos, pero al parecer son simple bronce y su poder es basico.

Cyan: Ahora la unica opcion es apoyarme en ellos, y obtener su fuerza. Mañana les daras ese objeto,no?

Konsaki: Hablas de la roca japanium? Tenia pensado darles los polvos que usais normalmente para reparar vuestras armaduras. 

Cyan: Esos polvos son al fin y al cabo, Japanium en forma de arena, pero su preparación es muy compleja y para reparar las armaduras, se necesita de alguien especial, con un poder de la luz. Yo me refería a ese palo rojo de ahí.

Situado detrás del arbol cercano a la casa, de repente un gato que estaba subido al arbol maulla: Miauu, miauuu!! De la rama donde estaba, salta hacia otra meciendo las hojas. El gato se movía buscando la forma de bajar, donde se quedó durmiendo.

Konsaki: Un momento. He escuchado movimiento en el árbol. No creo que hayan venido a espiarnos... Konsaki se levanta y abre la ventana para mirar. Ese maldito gato otra vez subido al arbol, ya estoy cansado de bajarlo, pues te quedas esta noche ahí. Dice con algo de enfado. Seguidamente cierra la ventana.

Cyan: Sera mejor irnos a la cama. Buenas noches.

Konsaki: Buenas noches, ya hablamos mañana.

Los dos se van a la cama y apagan la luz del comedor.

Orfeo entra en la habitación casi sin emitir sonido alguno y se dispone a dejarse caer bajo los brazos de Morfeo hasta el otro día. Sabía que tendrían un día duro mañana...