Partida Rol por web

Sangre Ancestral

Comida China

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19/02/2014, 14:24
Director

Acaba de caer la noche en Manhattan, y eran casi las 18:00 horas. Tu tuno empezaba dentro de poco, y ya andabas de camino al trabajo, cuando te solo el teléfono móvil, aquella musiquilla indicaba que era tu compañero.

Tío, se me ha fastidiado el coche con el frio que hace aquí. Estoy en la esquina de la calle Thomas con la avenida West Broadway. Te importa pasar a buscarme.

Sabias que aunque no llevara mucho tiempo contigo como compañero, Collins era un tipo que sabía lo que se hacía, tenía que haberle pillado coche fuera del garaje para que se le hubiera estropeado.

Aun tenias tiempo, y de todas formas el capitán estaba bastante satisfecho con el caso resuelto de hacia tres días. Habías atrapado a dos hermanos de Europa del este que habían asesinado a un taxista y a una mujer que vendía joyería barata 1.

Así que hasta que decidieran contar con vosotros poco podías hacer excepto poner en orden tu mesa y adelantar todo el papeleo posible.

Bueno, que me dices compañero, porque me estoy helando mi culo moreno de frio.

Te habías quedado pensando y no le habías contestado aun. 

Notas de juego

1. Joyeria de tipo bisuteria suaroski o como se llame y esas cosas. Que se venden bien, y en tiendas, pero que no tienen joyas muy finas o caras. 

Las calles las puedes seguir si quieres en el map de google, porque estoy usando las refencias de verdad. 
Estas en la zona de Tribeca cerca del distrito financiero de Manhattan, y tu compañero esta a cinco manzanas de la comisaria, pero es 17 de Febrero de 2014, y ya es de noche y hace frio. Puede que nieve. 

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19/02/2014, 17:52
Richard Straptom

- Anda ya - respondió, fingiendo estar molesto - Dime la verdad, que has intentado volver a reservar mesa en The Odeon y te han echado a patadas por esas pintas de pandillero que llevas últimamente. No te preocupes, ya voy a por ti. Cógeme un café y estamos en paz.

En aquella ciudad siempre era conveniente tener a alguien que te vigilara la espalda. Pasan los años, y los humanos vienen y van, pero una cosa les caracteriza: siempre te sorprenden. Da igual que sea la revolución industrial y los locos años 20, que siempre saldrán por donde menos te lo esperas. Por eso le gustaba tener las espaldas vigiladas, porque no quería acabar con los huesos en el suelo por una bala disparada a quemarropa sin avisar.

Tomó el desvío en la calle Reade y sonrió para sí.

Notas de juego

* The Odeon: http://www.theodeonrestaurant.com/

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19/02/2014, 23:53
A. Collins

Tomaste la salida de la calle Reade hacia la calle Church, y doblaste a izquierda en la calle Thomas. No te llevaría más que unos pocos minutos llegar a donde estaba tu compañero.

Una vez allí, paraste en doble fila hasta que lo viste saliendo con un par de cafés de una cafetería cercana. Se acerco al coche  y subió en el asiento del copiloto tendiéndote un café y sacudiéndose el frio.

Menos mal que has venido, la verdad es que no tenía ningunas ganas de caminar hasta la comisaria. Hace un frío mortal.

De 27 años, tu compañero era uno de los detectives más jóvenes del cuerpo, y un tipo bastante sagaz. Se había criado en Harlem, y concia bien las calles, pero había escapado con fortuna de mezclarse con bandas, y de meterse en líos.

Ahora, vivía cerca del trabajo, y estaba dedicado a sus estudios, pues pensaba acabar una carrera. Aunque aun no tenias clara cual.

El trafico era denso a aquella hora, porque había mucha gente saliendo del trabajo y mucha más que se movía hacia las fiestas de las galerías de arte de la zona.

El semáforo de la calle se puso en verde y te dio acceso a la manzana que restaba para llegar a la calle Hudson. Desde ahí el tráfico iba más fluido hasta la comisaria. Afortunadamente, hacia unos años le habías ganado a un viejo sargento una plaza de parking dentro de la comisaria y no tendrías que buscar aparcamiento.

Aun tenías unos minutos antes de llegar, y te preguntabas como es que tu compañero tenía el coche estropeado.  

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20/02/2014, 02:07
Richard Straptom

La ciudad no dormía nunca, o al menos eso decía la leyenda. Él, que la había visto crecer desde hacía tiempo, lo había podido comprobar. Por eso llevaba esa vida, porque de noche podía ver la verdadera cara de New York, alejada de las brillantes y luminosas estampas que enseñaban a los turistas. 

- Ahora en serio, Collins - dijo, finalmente - ¿Qué ha pasado con el coche? ¿Algo que tengas que decirle a tu compañero?

Con el tiempo, se había forjado entre ellos un lazo de amistad y camaradería, un lazo que el tiempo terminaría por romper con la muerte de aquel mortal, como tantas veces había hecho a lo largo de su existencia.

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20/02/2014, 22:02
A. Collins

Tu compañero te miro serio, y parpadeo, luego miro la calle, como decidiendo si tenia que contártelo o no.

Bueno, he conocido a una chica. Siempre pensé que al trabajar de noche evitaría conocer mujeres buenas, de esas que valen la pena.

Y al final la he conocido en el supermercado. Parece la típica historia de Hollywood.

Se quedo pensativo, como terminando de arrancar las ideas que tenia en la cabeza.

El caso es que me gusta, y hoy pasamos un tiempo por la mañana, ya sabes. Y ha sido estupendo, y tengo ganas de volver a verla. Pero no se, con esta vida que llevo.

¿Tú qué crees que debería hacer. Me lo tomo en serio o lo dejo pasar?

Sabias que tu compañero era un tipo con sentimientos, aunque no era de esos romanticones bobos que se dejaban perder por las mujeres. Si te preguntaba aquello, es que seguramente quisiera ir en serio con esa nueva chica.

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20/02/2014, 23:26
Richard Straptom

Sonrió sin dejar de mirar a la carretera. El interior de su coche era un pequeño santuario donde podrían dejar aflorar sus sentimientos y ser sinceros el uno con el otro, pero cuando estuvieran fuera, en la comisaría o en la calle, tendrían que seguir con su imagen de machitos con placa.

- Este trabajo te consume por dentro, Collins - dijo, casi sonriendo por lo irónico de sus palabras - Y si pasan los años y no tienes a alguien a tu lado que te ayude a pasar el día a día, terminarás convirtiéndote en uno de esos desgraciados de Asuntos Internos que no quieren que nadie sea feliz. Yo digo que lo intentes.

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21/02/2014, 18:12
Director

El silencio se hizo de nuevo en el coche aunque los sonidos de la ciudad entraban por todos lados, gente que gritaba a la entrada de la comisaria.

Una grúa que levantaba un coche, el vendedor de perritos de la esquina, que voceaba a un vehículo que le había salpicado de agua. Nueva York no dormía, de eso no cabía duda.

Parecía que la conversación había terminado, y cuando aparcaste tu compañero te devolvió una mirada de complicidad antes de bajarse del coche.

Seguramente estaba meditando lo que le habías dicho, y conociéndolo se lo tomaría muy en serio.

Os cruzasteis con la otra pareja de detectives Reyes y O`bannon mientras subíais en el ascensor y ellos se marchaban, su turno había terminado, y como eran buenos profesionales, salían tarde, pero no pudisteis evitar que allí empezara vuestro papel de chulitos con placa. Que si llevamos más casos resueltos, que si me debes una comida, y demás frases amistosas antes de que se cerrara la puerta del ascensor.

La entrada a vuestra planta estaba despejada, cubículos de agentes y sargentos donde se procesaba casi todo lo que venía destinado a la unidad, al fondo, el despacho del Capitán. Un despacho, que sin duda debía de haber salido en alguna de las múltiples series de televisión de policías de la ciudad, porque era el clásico despacho con ventanas grandes, con paredes de madera, y con el letrero en la puerta.

No os dio tiempo de sentaros en vuestras mesas cuando se escucho de fondo a viva voz.

¡Straptom, Collins. A mi despacho!

Sin duda aquella noche empezaba bien.  

Notas de juego

continua...

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21/02/2014, 18:15
D. Treynor

Al pasar el capitán estaba con las gafas puestas leyendo unos informes policiales. Sobre su mesa, bastante desordenada, para ser fieles a la verdad, había un puro apagado en el cenicero, que debía de llevar apagado unos tres años. Pues el capitán solo lo encendía cuando había algo que celebrar. Sin duda una extraña costumbre.

Sentaos.

Dijo mientras dejaba lo que tenía en la mano para coger otro dossier de un montón, y tirarlo delante de vosotros.

Este es el informe de un caso similar al vuestro en Pittsburgh. Revisarlo en cuanto tengáis un momento.

Ibas a decir que no tenías trabajo pendiente cuando el capitán se puso de pie.

Me acaba de llamar el forense, hay un cuerpo, así que tenéis trabajo de nuevo, es una especie de repartidor, de esos que van como locos con las bicis por la ciudad. Es en el 98 de la calle White, os están esperando.

Sé que aquello es Chinatown, pero alguien ha pedido que lo investiguemos nosotros.

Tras aquellas palabras levanto la taza de café y os miro en silencio mientras bebía con extremada calma, para terminar mirándoos como si le extraña algo.

¡Estáis esperando algo, moved el culo!

Notas de juego

go!

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23/02/2014, 19:09
Richard Straptom

Uno de los pequeños rituales personales que mantenía, daba igual el papel que desempeñara en la sociedad o la personalidad que interpretase, era la de mantener su lugar de trabajo bien ordenado. Ahora que era detective, mantenía la mesa impoluta, con la pantalla del ordenador libre de polvo y los cajones bien engrasados. Sin embargo, algo que sí había en las mesas de sus compañeros, faltaba en la suya: fotos. No tenía fotos de familiares, ni de primos lejanos ni siquiera de un gato. Eso levantaba preguntas envenenadas, pero siempre usaba como excusa que el trabajo le absorbía por completo.

Tras el discurso del capitán, Richard salió de su despacho con una sonrisa irónica en los labios. Los seres humanos parecían autoconvencerse mediante estereotipos, y Treynor estaba a un paso de convertirse en el secundario habitual de una serie de policías. Sin embargo, aquello no era la televisión, ni un juego, era la vida real. Y tenían otro caso entre manos.

- No me lo digas, déjame adivinar - dijo, mientras permitía que su compañero ojeara el informe - ¿Un chico inocente que se ha caído encima de una bala?

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24/02/2014, 15:22
A. Collins

Esperabas que el informe tuviera algo que ver con el caso que os habían asignado, pero por el contrario, tu compañero se mostro algo preocupado, frunciendo los labios al tiempo que le echaba un ojo.

No, que va.

Durante los metros que tardasteis en llegar a vuestras mesas de trabajo, sentiste que había un misterio en ciernes, que sencillamente se te revelaría cuando el terminara de leer.

El informe no es sobre este caso, sino sobre el que cerramos el otro día. Al parecer también ha habido el asesinato de una mujer que vendía joyas de esas de pega. Y también un viejo.

No entiendo qué relación pueden tener ambos casos, porque esto es de...

Se detuvo para volver mirar la cabecera del expediente.

De Pittsburgh. Estarán de coña.

Tu compañero echo otro par de vistazos al expediente, pero podías ver en su cara que aquello le parecía un chiste, en su mundo, dos cosas que habían pasado a tantísimos kilómetros de distancia, no podían tener relación alguna.

Pero tu echaste cuenta con tu buena memoria, y eran como mucho seis o siete horas de viaje. Fácil para moverse en coche, sin nadie que buscara a los asesinos.

Pero tenias trabajo que hacer. Así que tu compañero dejo el expediente encima de su mesa. Que si bien no estaba tan despejada como la tuya, estaba bastante ordenada, de lo cual tenias tu bastante culpa.

El iba a empezar a moverse cuando se dio cuenta de que mirabas la mesa, y cogió el expediente y lo guardo en el primer cajón. Y este sí que parecía por dentro una zona de guerra.

Tras sonreírte te comento.

Bueno, conduces tu, porque como yo tengo el coche varado.

Una gran sonrisa broto en su cara mientras te adelantaba para tocar el botón del ascensor. Sabias que le gustaba conducir, pero parecía que el motivo de no tener su coche le hacía tener los ojos un poco más brillantes.

Bajasteis hasta el ascensor y luego al coche, camino del lugar del asesinato. 

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24/02/2014, 16:08
Richard Straptom

Mientras bajaba en ascensor, algo rondaba su cabeza. Los seres humanos eran peligrosos, sobre todo aquellos afectados por alguna enfermedad mental. Él lo sabía bien, ya que había visto los efectos de esa locura cada noche. Sin embargo, algo mucho más peligroso que un humano enloquecido, era un vampiro sin cuidado. Y esos asesinatos podrían tener una firma sobrenatural.

Sin embargo, no tenía tiempo para pensar en aquello, tenían un caso entre manos, y encima en Chinatown.

- Ya podría habernos avisado antes y no tener que venir hasta aquí. No me regalan la gasolina, precisamente - dijo, sacando un cigarrillo del bolsillo, guardando el paquete después. Collins no fumaba, pero al menos no era de esos tipos que daban la paliza a los demás.

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01/03/2014, 16:01
Director

Tardáis solo unos minutos en llegar. Y lo cierto es que os sorprende un poco el lugar de asesinato. Si bien estabais en la zona de la ciudad que se consideraba de Chinatown, era una parte de la ciudad que no tenía casi delincuencia, puesto que además de los juzgados civiles y los supremos, estaba el centro de detención de presos, de aquellos que estaban a la espera de juicio.

Sin duda, era un lugar malo para cometer un crimen, porque la zona estaba llena de agentes de la ley, guardias jurados, caza recompensas, y demás.

Pero a pesar de las proximidades, el asesinato había sido en el callejón trasero de unas oficinas de televisión. Justo donde aparcaban las furgonetas en las que se movían por toda la ciudad en busca de noticias.

Un lugar extraño para un asesinato. Pero allí estabais, tú y tu compañero, cruzando un cordón policial, dejando a vuestra espalda a un grupo numeroso de curiosos.

A vuestra izquierda, había un agente uniformado tomando declaración a una mujer, que por la ropa, y el corte de pelo, seguramente trabajara en la cadena de televisión. Tu instinto te dijo, que o bien conocía a la víctima, o bien había sido ella la que había descubierto el cadáver.

Entre las luces rojas y azules que iluminaban la escena caminaste entre los coches mientras Collins iba a enterarse de lo que habían conseguido los agentes de calle. 

Notas de juego

continua...

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01/03/2014, 16:03
S. Wahlberg

Había lo que sin duda era un cuerpo, de menos de metro setenta, bajo una sabana medica. La sangre aun era fresca, a pesar del frio que hacía, eras capaz de deducir que había muerto hacia una hora y media, quizás unos minutos más.

A tu derecha, bajo una de aquellas horribles furgonetas de televisión había una bicicleta, estaba doblada, como si la hubieran atropellado, pero un vistazo rápido te dijo que era imposible que hubiera atropellado a nadie en aquel trozo de parking.

Había demasiados vehículos, y mucho menos espacio como para hacerlo. No había marcas de frenazo. Así que antes de acertarte al forense que estaba en cuclillas, te acercaste a mirar un poco más de cerca.

Sin duda, la bici estaba doblada, pero podías ver fácilmente que la habían forzado para tener aquella forma. Los radios de la bici estaban casi en perfecto estado, y únicamente estaba severamente dañado la zona del sillín y el manillar.

Alguien quería que pareciera un atropello. Pero lo estaban haciendo fatal. Entre otras cosas, porque el cuerpo estaba a mas de 7 metros de distancia, y era imposible que hubiera salido mágicamente volando hasta allí.

Finalmente te acercas hasta el forense que se gira al escuchar los pasos.

Hombre, me alegro de verle detective Straptom. Yo casi he terminado.

El hombre estaba con un termómetro de aguja, punzando el interior del cuerpo para determinar la hora de la muerte.

Antes de que me pregunte, puedo decirle que no fue atropellado. Tiene un varios golpes en cara, cuello y brazos, como si hubiera estado envuelto en una trifulca.

Pero ha muerto por una extrema presión sobre las arterias carótidas, privando de oxigeno al joven y por tanto causando la muerte. Fue estrangulado.

Sentencio con aquella frase, como si la explicación anterior careciera de validez.

No estoy seguro de con que, yo diría que una cadena pequeña pero resistente.  

Notas de juego

Ale, a hacer de poli. 

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01/03/2014, 16:08
Richard Straptom

- Doctor - saludó al forense, al que ya conocía tras haber trabajado juntos en más de un caso. En el Departamento de Homicidios, siempre jugabas con la misma baraja - ¿Qué tal tu mujer? 

La pregunta era más de pura cortesía que por interés, ya que no estaba interesado lo más mínimo en aquel humano y su vida familiar. Sin embargo, cuando vives con una máscara en un teatro gigantesco, debes aprenderte el papel y no salirte de él bajo ningún concepto. Satisfecho con la deducción del médico, se arrodilló sobre el cadáver, especialmente a sus ojos. Sacó unos guantes de látex del bolsillo y abrió el párpado de uno de sus ojos, buscando petequia en ellos. Eso confirmaría que fue estrangulado. Luego, observó con atención el cuello, buscando algún rastro más de cómo fue estrangulado.

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01/03/2014, 16:46
S. Wahlberg

El forense te miro, y luego negó con la cabeza.

Bueno, creo que esto ya está.

Dijo al sacar el termómetro del cuerpo, tomo notas en una octavilla que tenía en su carpeta e hizo unos cálculos en voz alta. No contesto a tu pregunta. Y aunque siempre le hacías ese tipo de preguntas, y aquel hombre era de todo menos osco, nunca te respondía.

Suponías que o bien era muy celoso de su vida privada, si es que le quedaba tiempo para tener algún tipo de vida privada, o por el contrario, algo iba mal en su familia, con lo cual, era de lo más normal que no respondiera.

No te lo tomaste a mal, aunque tampoco te hubiera dado tiempo, porque el hombre volvió a hablar para comentarte sus impresiones.

Según la temperatura ambiente, y el calor corporal de hígado, este hombre ha debido de fallecer hace al menos dos horas, quizás tres.

Eso es muy de día para que nadie viera nada.

Aquel comentario, no estaba tan destinado a ti, como por dar salía a una auto reflexión personal que hacia el forense.

Quieres echarle un vistazo.

Te invito a revisar las marcas del cuerpo a ver si tu vista experta veía algo que a el por el momento se le había pasado. Había muchos otros forenses que solían guardarse las conjeturas para el momento de estar en la sala de autopsias, pero Wahlberg era tan abierto contigo y con Collins, y rara vez se equivocaba en la causa de la muerte como para no decir lo que pensaba.

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01/03/2014, 17:08
Richard Straptom

Sacó una lupa de bolsillo de su chaqueta y la utilizó para evaluar las heridas del cuello. Por supuesto, no la necesitaba, desde que había renacido en ese mundo de oscuridad y sangre, su especial capacidad para ver más allá de lo evidente le había sido muy útil, pero tenía que camuflar dicha habilidad para evitar sospechas. Le divertía, en cierto modo, mostrarse más torpe frente a los humanos, lo que le convertía, a ojos de los demás, en un humano torpe y sencillo.

- ¿Qué interés podría tener nadie en un tipo como éste? - se preguntó, en voz medianamente alta, sin esperar una respuesta. En cuanto Collins llegara, podrían investigar sus datos. Aprovechó para mirar en su chaqueta, buscando la cartera. Si estaba vacía, podrían pensar en el móvil del robo.

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03/03/2014, 13:33
S. Wahlberg

Como si el cambio de tercio en la conversación lo llevara a un terreno mas cómodo, el forense contesto con tranquilidad.

Es obvio. Lo que debía de haber en aquel paquete.

Los de la científica tenían dentro de una bolsa, lo que había sido la mochila de transporte del muchacho.

Al acercarte pudiste notar dos cosas, una, que estaba rota, parecían que se la habían quitado del torso al muchacho a la fuerza.

Y dos, que estaba vacía, no había nada a la vista que indicara que podía haber llevado dentro. Y estaba claro que si le habían robado la carga, no la habían dejado allí tirada.

Al abrir la bolsa, notaste un fuerte olor, un olor, que también estaba en el cadáver, pero que habías pasado por alto.

Era un olor agridulce, como de condimento alimenticio. Estabas casi seguro que era algún tipo de salsa.

Durante centurias habías ido afinando tu olfato para percibir sutilezas como aquella. Aunque no podías iniciar una línea de investigación con aquella información, si que la podías conducir. 

Notas de juego

continua...

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03/03/2014, 13:43
A. Collins

Llego Collins con la libreta en la mano.

Bueno, pues no tenemos testigos. La chica encontró el fiambre cuando iba a recoger unas grabaciones para enseñárselas a su jefe.

Nadie escucho que lo atropellaran, ni vio a nadie moverse por la zona.

Collins miro a todos lados, como buscando algo más, porque estaba claro que no estaba muy convencido.

Lo que me pregunto, es quién demonios nos asigno este caso. Parece más un robo que se torció.

Sus palabras resonaron en tu mente, y te preguntaste lo mismo, quien había ordenado que os encargarais tan rápido de aquel caso.

En cualquier caso, tenias una pista. Todos los repartidores tenían un jefe maniático, que tendría la ruta de entregas y los paquetes entregados. Si este no llego de un destino a otro, al menos podrían seguirle la pista. 

Notas de juego

listo.

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03/03/2014, 13:50
Richard Straptom

- Cierto, debo estar aún dormido - dijo como única excusa, y asintió a su compañero cuando llegó - La verdad es que nada de esto tiene sentido: si era obvio que el móvil era el robo, ya que no se han preocupado por ocultar la bolsa vacía, ¿por qué arreglar de forma tan burda lo del atropello? Además, un tío que haya visto dos veces CSI sabe que una muerte por estrangulamiento se detecta enseguida.

Aquel olor no le abandonaba las fosas nasales, y se le ocurrió que quizás la ubicación y el aroma agridulce podría indicar algún tipo de condimento para comida china. Sin embargo, la idea le hizo reír, ¿tan loco estaba el mundo para atracar a un pobre mensajero por un bote de salsa agridulce?

- Chicos - dijo, señalando a los miembros de la Policía Científica - Hacedme el favor, mirad a ver si quedan rastros de lo que fuera que contenía. Quizás al caer al suelo se rompió.

Luego regresó con el forense, intentando poner su mejor cara.

- Cuando le abras, dime si puedes averiguar con qué lo estrangularon, quizás eso nos de alguna pista - añadió, volviéndose a su compañero y sacando el teléfono para llamar a la centralita para pedir información - Vamos a ver para qué compañía trabajaba este chico.

Notas de juego

Necesito saber si tenía cartera para ver su identificación.

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03/03/2014, 14:37
Director

De camino al coche obtenéis el nombre y trabajo del mensajero. Se llamaba Ray Parker, y trabajaba para Global Train, una de las muchísimas empresas de mensajería de la ciudad.

En el caso de esta empresa, tenían un sistema informático que indicaba todas las transacciones, y según el orden de pedidos del día, el hombre fallecido había entregado 27 paquetes aquella tarde.

Un número importante, sobre todo porque cobraban por paquete entregado.

Su ultimo itinerario decía que había recogido un pedido en Central Park, en una sucursal de FedEX y lo había llevado a China Town a un restaurante llamado Brutal Panda.

En cuanto escuchaste en nombre te cambio la cara, menos mal que tu compañero no estaba muy al tanto de tus reacciones.

La operadora, comento también, que había algo raro en aquel envió, porque aunque se tardaba como mucho 10 minutos en coche, y mucho menos en bici con el trafico de la ciudad, la hora de referencia de la entrega, en el georeferenciador de la empresa había sido una hora y media más tarde de la recogida.

Aquello planteaba varias preguntas. Donde estaba el aparato que marcaba las rutas del chico, y porque había tardado tanto en entregar el paquete cuando cobraba por la rapidez.

Había algunas dudas en todo aquello.