Partida Rol por web

Por supuesto señor, respondió en tono servil. El anciano miró al enano e hizo un esfuerzo por levantarlo. Tras solo conseguir que su rostro adquiriera un tono amoratado por el esfuerzo desistió. Bueeeeno, suspiró rascandose la calva. Otro que va a pasar la borrachera en el suelo de mi casa... debería cobrarles alquiler.

Oh disculpe!! No me acordaba de que estaba usted aquí!! Los Vanderboren sí!! Es una conocida familia del barrio de los mercaderes, aventureros de esos, retirados los dos. Creo que murieron los dos en un incendio en su barco hará un mes y medio más o menos. Creo que han dejado dos hijos.

El anciano hizo esfuerzo por recordar el nombre de ambos durante algún minuto, estrujandose las sienes como si ello obligara a su viejo cerebro a funcionar de nuevo. La chica se llama Lavinia, alguna vez tomó un refrigerio por aquí cuando era niña y acompañaba a sus padres durante sus negocios. Recuerdo que una vez tomó un pastel de carne que hacía mi señora, muy bueno por cierto y que se tomo dos raciones. Dos!! Aunque claro la niña era gordita. No me estraña que lo fuera si comía tanto, y la madre insistiendo en que comiera que estaba delgada!! El anciano quedó en silencio durante unos segundos. Vanthus!! El nombre del hijo es Vanthus, aunque hace años que no reside en Tashlutta, un problema de faldas de joven me compentó mi señora que en paz descanse...

¿Un lio de faldas, eh? ¿porqué no me sorprende?

Miro un momento al anciano.

¿Porque no se sienta un momento? ya sacaré yo al enano, no se preocupe... ¿Puede decirme algo más de ellos? de los padres y de los hijos...

El viejo se rascó la cabeza dejando que Cornelius se hicera cargo del enano. La chica se llama Lavinia, alguna vez tomó un algo por aquí cuando era niña y acompañaba a sus padres durante sus negocios. Recuerdo que una vez tomó un pastel de carne que hacía mi señora, muy bueno por cierto y que se tomo dos raciones. Dos!! Aunque claro la niña era gordísima...

No me estraña que lo fuera si comía tanto, y la madre insistiendo en que comiera que estaba delgada!! El anciano quedó en silencio durante unos segundos. Y de nuevo la emprendió recitando de nuevo lo que ya había contado. Adler supuso que no sacaría demasiado de aquel viejo.

Miro al viejo pausadamente, dejándo que medite sus respuestas.

Muchas gracias.

Una última pregunta, por favor, ¿sabe dónde dónde vive la hija, ahora?

Creo... creo que si. Si no me equivoco vive en la mansion Vanderboren en el distrito de los mercaderes Señor.

Muchas gracias... me ha sido de gran ayuda.

Dicho esto, me levanto, agarro al enano y me lo llevo fuera, a la primera fuente que encuentre...

Así que la hermana, Lavinia, es una mujer gorda, comilona y con problemas mentales por culpa de una madre desquiciada. Además su hermano la odia, o tiene formas de amar muy raras... y se buscan mutuamente, o ella se proteje de él... queda claro que almenos ella sabe que él la busca o que está cerca... Y ¿qué demonios puede tener que ver Nemia con ella? Nemia está para mojar pan... y no concuerda mucho con esa descripción de Lavinia...

Cuando llego a la fuente, echo al enano para que se despierte.

Cornelius lanzó a Panchi de cabeza al agua de una pequeña fuente. Tras unos segundos inconsciente el enano empezó a chillar y a patalear maldiciendo a todo aquello que había nacido del vientre de una madre. Cornelius sabiamente decidió que nada había perdido con el enano.

Río un poco mientras veo al enano gritar.

Buenos días... me gustaría hacerte algunas preguntas más... si no te importa...

Una vez he llamado su atención, le muestro unas monedas de plata para convencerle de mis buenas intenciones.

¿Porqué les odias tanto?¿tanto valía esa barca?¿porqué se quemó?

Y le lanzo una de las monedas.

Con esto tendras para unas cuantas jarras, amigo. Y tengo más...

El enano tosió escupió el agua tragada y maldijo. miró con furia mal contenida a Adler.

Las preguntas te las metes por el culo y ya te contaré donde puedes meterte las monedas!! Amenazó el enano levantando el puño. Tras aquello se recompuso como pudo estrujando la barba para secarla.

Sin decir absolutamente nada a Adler pero murmurando para sí. Se alejó tambaleandose por el callejón.

bueno... almenos lo he intentado...

me dirijo a mi hostal mientras medito sobre la información que tengo.

Los padres Vanderboren, almenos la madre, están como una cabra. Hace comer a su hija porque la ve delgada, aunque no lo esté. El hijo, Vanthus, adora tanto a su hermana que es capaz de raptar a una moza para hacerle cortes por todo el cuerpo, mientras se dirige a su ciudad natal, donde ha estado desaparecido durante varios años. Ese tipo de amor no me acaba de gustar... Pero si la hermana estaba gorda y Neima estaba para comersela varias veces, no veo qué parecido pueden tener. Por otro lado, la hermana, pija, ha contratado a gente para buscar a su hermano por la ciudad, lo que significa que ya sabe que está aquí. No viven en la misma casa. Puede ser un aliado a tener en cuenta. ¿Y el barco de sus padres?¿porque se quemó? ¿que relación puede tener con todo este jaleo? tendremos que preguntarlo... ¿y quien será esa elfa?¿y donde diablos estará Arlin? Hay demasiadas preguntas que conducen directa o indirectamente a Vanthus. Hay que encontrarle...

Hola Khunder... buenos días... déjame descansar que mañana tengo que ir al puerto y a ver a la hermana Vanderboren...

A medida que Cornelius se iba acercando al Distrito de los mercaderes y cruzando los puestes que los aislaban, el ambiente fue mejorando, las casas ganaban en altura limpieza y poderío. Gentilhombres y mercaderes hablaban haciendo negocios por doquier, y el cazarrecompensas hechó por unos instantes ya la libertad que se respiraba fuera de los muros de la ciudad. Al fin, tras un último recobeco, tal y como le dictaban las instrucciones recibidas por algunos de los viandantes llegó a su destino.

La Mansión de los Vanderboren (asi rezaba la placa de latón en la puerta), estaba localizada en la sección este del Distrito de los mercaderes; un muro de piedra de siete pies de alto rodeban la hacienda imposible de ignorar, como era el enorme caserón, una anigua mansión de aspecto gotico de tres pisos que dominaba los jardines a su alrededor. Gargolas de cuclillas rodeaban los miranetes de las ventanas y estatuillas de bronce de nimfas desnudas se repartían por las fuentes de los jardines y en diversos árboles que aislaban a la mansión del trajín de las calles.

Vaya... como para no verla... bueno... ahora ya sé donde está, pero no creo que con esta ropa me dé audiencia. Tendré que comparme algo un poco más adecuado... pero va a salir caro...

A ver si por el puerto puedo buscar las dos cosas... ropa e información...

Cornelius miró sus ropas desgastadas y decidió que no era la mejor forma de presentarse ante una reica heredaera visto el tamaño de su mansión. No tardó apenas nada en encontrar en el mismo distrito suficientes tiendas como para adecentarse un poco y dejar de parecer un pordiosero.

Cornelius, con el fiel Khunder a su costado un poco molesto con los olores gritos y demás vida de ciudad se sumergió entre las calles de Tashlutta en busqueda del puerto y de unos mejores ropajes y de la información que esperaba le diese una ventaja en su entrevista con la hija de los Vanderboren.

El puerto de Tashluta era como ningún otro que Cornelius hubiese pisado en mucho tiempo, el olor a especias era embriagador, y por todos lados, sudorosos estribadores cargaban con enormes rollos de tela de un sin fin de colores en este último gran puerto antes de dirigirse a las ignotas tierras de Chult o atravesar los oceanos y partir hacia las estrañas tierras de Maztica donde se decía que los aborígenes vivían en casas de oro y de oro eran sus calles. A un extremo los pescadores regateaban y discutían con los vendedores de pescado y los mercaderes por el precio de la mercancía. Repitiendo un coro que se sucedía día a día a lo largo de la vida de aquellos hombres, y si los dioses eran propicios se seguiría repitiendo eternamente.

Tras unas cuantas horas preguntando y moviendose por las estrechas callejuelas con toda la tranquilidad de tener un enorme perrazo que espantase a los cortabolsas Cornelius obtuvo algunas respuestas, no muchas pero si alguna que esperaba que mejorase su mano en la caza.

La família Vanderboren era muy conocida en gran parte de la ciudad, sobretodo en los muelles, ambos, Paul y Emma Vanderboren habían sido marinos y aventureros hasta que decidieron retirarse a una vida acomodada al nacimiento de su primer hijo Vanthus Vanderboren, la familia prosperó con la fortuna ganada en su época de aventuras y pronto se unió a la familia Lavinia Vanderboren. Con el tiempo compraron una gran casa en el emergente barrio de los mercaderes pero siguieron relacionandose con la gente del puerto sin olvidar sus raices, muchas veces prestaban dinero para empresas en que nadie más se atrevían a confiar, raramente exigiendo que se les devolviese el dienreo con un plazo o interés cerrado. No era gente de tener enemigos. Muchos lloraron cuando hace poco menos de dos meses su nuevo barco había sufrido un accidente y ardido completamente, Paul y Emma habían muerto en el accidente y los rumores decían que Lavinia se había hecho cargo de los deberes familiares. Nadie sabía nada de Vanthus salvo que no vivia en Tashlutta.
 

Hacia el anochecer me dirijo de vuelta a mi hostal.

Bien, bien... ha sido un día productivo... Sigo con algunas dudas... pero no ha ido mal... aún no entiendo algunas cosas y otras me dan mala espina... por ejemplo el retorno de Vanthus. ¿Porqué se fué realmente? la idea del lio de faldas no me sorprende... pero quizá por eso no me gusta... Y luego está esa relación medio incestuosa de amor sádico con su hermana... almenos la tuvo con Nemia... ¿Porqué ha vuelto? justo hace unos meses murieron sus padres. Sería lógico que hubiera vuelto para presentar sus respetos y esas cosas, pero nadie parece saber que está aquí, excepto su hermana... que quiere verle mucho si ha contratado un grupo de mercenarios para encontrarle... Y hará un par de meses, más o menos, que Vanthus regresó a Tashlutta. Seguro que salió antes que el accidente. Sé poco de barcos, pero me parece que este accidente es menos casual de lo necesario...

bueno... esta noche descansaré y mañana por la mañana iré a ver a la Sra Vanderboren. No creo que hoy saque mucho más.

Al llegar al hostal ceno y me encierro en mi habitación a pensar qué puedo preguntarle a la hermana y sobretodo cómo preguntarselo...

La mañana siguiente amaneció clara y sin rastro de nubes o viento lo que auguraba un día caluroso y agobiante como solo podía serlo en aquellas latitudes de Faerûn. Cornelius se desperezó de la cama lentamente, el bochorno nocturno no cesaba hasta pocas horas antes del amanecer y entre aquello y Khunder que por enesima vez se había puesto a dormir en la cama cada vez que Adler cerraba los ojos apenas había pegado ojo.

Se sirvió una comida frugal en la posada, el empleado, abochornado había comentado algo de unos problemas en la cocina pero no había entrado en detalles. Una vez más o menos saciado el y Khunder que como siemnpre exigía su parte del plato, Cornelius de nuevo se dirigió a la mansión Vanderboren. Dejó que los pies le llevasen solos pues el camino ya le era conocido mientras trataba de decidir el curso de acción. Sin estar realmente decidio llegó a la mansión en el Distrito de los Comerciantes, allí desde la salida del sol ya había el trajín de algunas ciudades más al sur al mediodía, todos traban de aprovechar las horas de relativa frescura.

La mansión se apartaba del bullicio del distrito con el muro y el enorme jardín que rodeaba la mansión, no muy decidido a anunciarse incluso con las nuevas ropas miró a través de la enorme verja que señalaba la única entrada que había visto en la mansión. Vió que allí tambien trabajaban con las primeras luces del sol, una joven rubia arrancaba las malas hierbas de los setos mientras que otra figura femenina y mucho más pequeña (Cornelius aventuró que una halfling) le tendía un cesto con gestos que delataban su aburrimiento.

Cornelius observaba a las dos mujeres sin demasiada parsimonia. En realidad su mente estaba en otro lado, en ciertas chicas que debía encontrar y en una dama a quien tenía que pedir audiencia. El asunto está feo. ¿Pregunto primero y directo por el hermano? en realidad es la única connexión que tiene la Dama con el caso. ¿Qué debería decirle a quien le recibiera (porque seguro que no era la Dama) para conseguir que me atendan?

Cuando despertó de sus disertaciones llamó la atención a las dos mujeres, y les hizo señas para que se acercaran.
Una vez estuvieron cerca les dijo:

Me gustaría hablar con la dama Vanderboren. ¿Con quien tengo que hablar para conseguir audiencia?