Partida Rol por web

Scythe

Escena 4: Vulkan Komite

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05/04/2021, 15:59
Director

 

Vulkan Komite

El capitán Azor observa desde las alturas el rastro de humo que el misil que destrozó todo un ala del hotel ha dejado en el aire. Regula su visión y observa como cuatro tecnoarmaduras de combate se acercan hacia el hotel volando a velocidad baja. 

Trillo ayuda a Germán, Leopoldo y Xabier a quitar los escombros en los que se ha visto reducida la cafetería. La onda de choque de la explosión ha reventado los cristales de todo el hotel seguramente y los de la cafetería no han sido una excepción. Al menos gracias a eso se ha liberado el gas somnífero que albergaba la sala.

Gastelu y Azucena acceden a los restos en los que ha quedado reducida la cafetería y tras comprobar que sus compañeros están bien observan el terrible hueco que ha dejado la explosión en el hotel. Gastelu hace gala de su particular don y empieza a sacar botiquines para curar a sus compañeros heridos. Silva tiene un corte feo en un costado y el resto están magullados de arriba a abajo. Salvo Trillo que salvo por el polvo que baña su cara y ropa parece estar sin un rasguño.

Cristina no pudo apenas interrogar al sujeto que mantenía cautivo y aterrado, pero pudo escuchar unas palabras del mismo antes de salir volando debido a la explosión: El que os mandó aquí. Esa era la respuesta a su pregunta, pero no podía saber si lo que el agente del SB había dicho antes de perecer era cierto o no.

El capitán hace un vuelo rasante y examina la situación de sus compañeros, parece que casi todos se han reunido en la cafetería y están sanos y salvos.

Entonces se vuelve a fijar en los que han provocado aquella masacre sin ningún fundamento, reconoce a los miembros de Vulkan Komite pero en esta ocasión les acompaña otra persona...

Éste desconocido hace un gesto y Vulkan Komite se coloca en posición intentando abarcar parte del perímetro. Desciende lentamente hasta llegar a los escombros del hotel y camina sobre ellos con frialdad. En ese momento se quita la máscara para poder observar con sus ojos el caos que acaban de crear.

- Quiero los viales del Virus - dice en inglés sin ningún acento extranjero - Tienen quince minutos para que el que los posea, sea quien sea los traiga ante mi presencia. Si no mis hombres lo reducirán todo a ceniza. - hace una pausa y añade una amenaza - Si alguna de las agencias aquí presentes intenta hacer algo, no solo pagarán ellos con sus vidas si no que prenderemos fuego al hotel y morirán calcinados los pobres trabajadores y visitantes que no tienen nada que ver con nuestro trabajo. El tiempo empieza a correr...¡TIC! ¡TAC!

Se vuelve a colocar la máscara mientras espera pacientemente a que el que posea el virus lo traiga a su presencia. Pocos hombres pueden permanecer tan tranquilos en una escena así.

 

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05/04/2021, 16:22
Director

Por vuestros trabajos sabéis que no hay muchos hombres con esa sangre fría y entereza, sin lugar a dudas se trata del mismísimo Épsilon Eridano. El líder de la rama de operaciones del Grupo de Kalinin, y actual dictador de la RSS de Transnistria. Uno de los hombres más poderosos del Kremlin, y para muchos analistas el próximo premier de la nación.

Si ha venido en persona es que necesitan el virus para algo importante, o pero aún para una acción relámpago en alguna nación occidental.

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05/04/2021, 18:38
Capitán Azor

No me dio tiempo a descender por aquel patio del hotel, a fin de reunirme con la parte del equipo que tenía más o menos localizada. Al menos, su última localización conocida, que esperaba no distase demasiado de la actual. Pero el estruendo de la explosión me disuadió de descender, haciendo que me elevase de nuevo para obtener una perspectiva más adecuada del acontecimiento. Agradecí enormemente encontrarme sólo al ver aquello, así como tener mi rostro cubierto y oculto bajo mi casco, pues la expresión de mi cara sería a buen seguro algo muy distinto al aparentemente imperturbable gesto que acostumbraba a mostrar.

Conocía la guerra, me había zambullido en ella y casi podría decir que la había disfrutado, a pesar de todo. Al menos, más que la vida que llevaba actualmente, llena de una falsedad de la que carecía el conflicto armado y directo. En la guerra, uno sabía perfectamente quién era su enemigo. Y sin embargo, la guerra era atroz, eso lo reconocía sin tapujos ni objeciones. Aquello no era la guerra, no la guerra que yo conocía, no la guerra honorable que yo recordaba. Porque, de ser una guerra, lo que tenía ante mí sólo podría considerarse como crímenes de guerra.

¿Cuantos civiles habrían sido dañados por la explosión? ¿Cuantos estaban amenazados en aquel momento?

Realicé un vuelo rasante frente a la planta donde se alojaba la cafetería, aprovechando la rotura de absolutamente todos los cristales para hacer un reconocimiento en busca de miembros de mi equipo mientras analizaba la situación. Y la situación era mala, muy mala. Cuatro tecnoarmaduras, tan sólo una de las cuales ya sería demasiado para enfrentarme directamente. Podía reconocer su forma de proceder, su armamento, sus tácticas, y ese conocimiento sólo me indicaba que la situación era aún más complicada. Al oír las palabras de quien los lideraba, a quien pude reconocer por su forma de actuar y la reputación que le precedía, me apresuré a activar el temporizador de mi reloj de pulsera, poniéndolo en quince minutos exactos y activando la cuenta atrás. Ese era el tiempo de que disponíamos para hacer... a saber qué.

No estábamos en disposición de prestar batalla, no nosotros solos. Puede que Trillo y Blanco, con sus poderes sobrenaturales, pudieran hacer algo, y yo apoyarles con velocidad y movilidad, pero resultaba insuficiente. Y no imaginaba manera de poder coordinarnos con otras potencias. Un cuarto de hora no era suficiente para alcanzar un acuerdo internacional, cuando todas las potencias presentes buscábamos lo mismo. Era una situación comprometida, y carecíamos de cartas que jugar. Al menos, hasta que otros movieran pieza.

Me apresuré a adentrarme entre las ruinas en busca de los demás. Fuera lo que fuera que llegásemos a poder hacer, tendríamos que hacerlo juntos. Teníamos que mantener al equipo unido si queríamos contar con alguna posibilidad. Accedí a la cafetería a través de una ventana destrozada, aterrizando inmediatamente para que el humo de mis propulsores no levantase más polvo del debido en el interior.

¿Todos bien? -Pregunté de inicio, percatándome de que Silva estaba herido, una fea herida en un costado que posiblemente no revistiera excesiva gravedad pero sí podría dejarle fuera de juego a efectos tácticos- La explosión la ha provocado un misil. Es Epsilon Eridani en persona, líder de la rama de operaciones del Grupo de Kalinin, y actual dictador de la RSS de Transnistria. -Expliqué, especialmente para los menos conocedores del mundo en que estábamos inmersos- Le acompañan tres miembros de Vulkan Komite con tecnoarmaduras, y por si no se ha oído bien desde aquí, han dado un ultimátum de quince minutos para entregar el virus. No podemos enfrentarnos a ellos, pero sobra decir que no podemos permitir que caiga en sus manos. Entiendo que resulta duro oír esto, pero... -Más duro resultaba decirlo- ...por muchas personas que amenace con matar en este complejo, serán muchas más las que morirán si un tipo tan peligroso como él se hace con ese virus. De modo que ¿alguna idea? ¿Tenemos alguna pista de dónde se encuentra el virus?

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06/04/2021, 23:01
Aitor Haurtxohondatu Gaztelumendi - "Gastelu"

─¡Ostia puta! ─exclamó simplemente el vasco cuando sonó la terrible explosión.

Gastelu se dedicó a "traer" botiquines a diestro y siniestro, facilitando la atención médica a todos los que lo necesitaran, sin importar edad, clase social, trabajo, nacionalidad o sexo. Le importaba un bledo si eran miembros de otra agencia de inteligencia. Ahora estaban heridos y debían ser curados. Luego ya se verían cómo acababan las cosas.

─Del virus, ni idea, pero aparte de la estúpida demostración de fuerza, ¿es mi impresión o el capullo enmascarado acaba de conseguir que todas las agencias presentes tengan a un enemigo común a quien quieren quitarse de encima? Cualquiera puede encender la chispa... ¿Alguien conoce alguna vulnerabilidad de las tecnoarmaduras esas? De verdad que me muero de ganas de darles una buena zurra...

Si aquellas armaduras de alta tecnología tenían alguna vulnerabilidad, probablemente Gastelu pudiera proveer de las herramientas apropiadas para explotarla. En cierta medida se podía decir que Gastelu era un mago de sacarse ases de la manga.

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09/04/2021, 00:07
Azucena Ruiz

Me disponía a darle las gracias al Señor Gastelu, habiendo tomado la máscara de gas que me había tendido, cuando me quedé literalmente sin palabras. Escuché una fuerte explosión que me obligó a dejar caer la máscara y llevarme las manos a los oídos, sintiéndome aturdida durante unos instantes; llegando incluso durante unos segundos a no ver nada salvo un intenso color negro.

Pero aquellas sensaciones no duraron demasiado, y tras recomponerme, me acerqué junto a Gastelu a la cafetería; o más bien a lo que quedaba de ella, y es que además de estar llena de escombros, ahora tenía un gran boquete que dejaba ver el exterior.

Por suerte, los compañeros que encontramos allí no parecían gravemente heridos, aunque temía el estado en que pudieran encontrarse los demás.

- ¿Se encuentra bien? – le pregunté a Silva, acercándome a él al ver que era quien peor parecía encontrarse, con uno de aquellos botiquines que el Señor Gastelu estaba repartiendo. – Doctor, ¿podría acercarse un momento? – pedí a Fischer, justo antes de que el desconocido aparentemente responsable de lo sucedido se acercara algo a la zona avanzando sobre los escombros.

Mientras le escuchaba, no me costó demasiado determinar de quién se trataba, recordando parte de la instrucción que había recibido. El que fuera el propio Eridano quien se encontrara allí me daba mala espina, y las palabras que nos dedicó presentaban un escenario muy difícil de resolver sin que hubiera más heridos, o lo que era peor, muertos.

Volvía a preguntarme cómo estarían los demás cuando el Señor Díaz apareció, procurándome un muy fugaz alivio, y es que había mucho por lo que preocuparse. Asentí cuando nos preguntó si estábamos bien, escuchando tras ello cómo la situación era aún peor de lo que parecía. No tardó en mostrarnos su punto de vista, instándonos tras ello a compartir información o ideas acerca de cómo proceder.

Mi ceño continuaba algo fruncido por parte de lo que acababa de oír por parte de Díaz cuando Gastelu se pronunció, haciendo una observación que en otras circunstancias podría posibilitarnos aliados, pero no creía que fuera a ser el caso en tal situación; no me fiaba de que ninguna otra agencia no fuera a clavarnos un puñal por la espalda que lo complicara todo todavía más, ni estaba segura de que todas las organizaciones fueran a optar por enfrentar al enmascarado.

- Me temo que yo no estoy tan a favor de enfrentarnos a Eridano en estas condiciones. – dije con preocupación mirando a Gastelu, no teniendo nada que añadir acerca de aquellas armaduras, para tras ello dirigirme a Díaz. – Ni creo que debamos descartar entregarle ese vial, de esa manera podríamos ganar algo de tiempo. Debe quererlo para algo importante, que seguro que requiere de cierta preparación, y sabríamos quién lo tiene. – opiné con cierta inseguridad que traté de ocultar, intentando mostrarme serena, y es que por mucha instrucción que hubiera recibido, era la primera vez que me encontraba ante una situación de aquel tipo. – Independientemente de eso, no tengo ni idea de quién puede tener el vial. – añadí pronto.

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11/04/2021, 15:34
Cristina Blanco Gutierrez

Aquel loco no metía con lo de la explosión. Quizás pensó que aún estaba a tiempo de salvarse si hablaba y por eso me dijo quien era el traidor o pudiera ser que me mintiese sabiendo que iba a morir igualmente puesto que no le daría tiempo a huir. Pero aquello daba ya igual. La explosión no solo dañó mis oídos y la onda expansiva se encargó de sepultarme junto al que intantes más tarde no era más que un cadaver sin voz, solo que sus últimas palabras si retumbaban en mi cabeza.

- El que os mandó aquí.

Pero no había manera de saber si era cierto o no, puesto que la explosión se interpuso entre sus latidos, los cuales le delatarían como un mentiroso o no. Mi cuerpo se fue regenerando poco a poco, pero el peso de los escombros... el animal quería salir... debía hacerlo si quería salir de aquella montaña y regenerarme antes. Habían posibilidades de que me volviese hostil contra todos, incluso contra los míos, pero primaba mi supervivencia y mi fuerza podría ayudar a los heridos a salir de bajo de los escombros.

Debía hacerlo. Debía exponerme.

No tardé en sentir como mi piel cambiaba y un poderoso gruñido salía de mi boca al tiempo que mi cuerpo se convertía en aquella bestia salvaje la cual empezaba a disfrutar.

Mis ropas ya habían quedado dañadas por los escombros, así que, que acabasen destrozadas ni me preocupaba y menos aún cuando no era más que un vestido. Y yo odiaba los vestidos. Al menos yo controlaba a la bestia y no ella a mí y no tardé en salir de la montonera de escobros detectando la muerte del desdichado informador a mi lado. Salí de allí y me centré en buscar a los míos. El vasco y aquella mujer de agudo oído habían estado conmigo hacía nada, debía quedar algo de rastro que seguir entre el polvo y el olor a humo.

Y entonces aquel tipo surgió de la nada y nos dio un ultimatum a todos los presentes, ganándose así varios enemigos en común... los habitantes del hotel. Sin duda los japoneses o los rusos no lucharían por proteger a los civiles e inocentes del lugar, sino por el maldito vial. Y entonces se me ocurrió una idea, pero iba a necesitar a Gastelu y la colaboración del resto de enemigos que ahora eran aliados por necesidad.

Pero primero debía encontrar al vasco.

Y mientras aquel tipo seguía con su cháchara y sus amenazas, opté por no perder más el tiempo y correr en busca del vasco. Estaba segura que era uno de los pocos en los que podía confiar y mientras me movía sobre aquellos escombros, sentía como mis heridas se cerraban y mi agilidad aumentaba según menguaba el dolor.

Sí. No estaba nada mal poder convertirme en un animal así.

- Tiradas (1)

Motivo: Voluntad

Tirada: 1d100

Dificultad: 90-

Resultado: 59 (Exito) [59]

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11/04/2021, 17:52
Trillo

Explosiones. Caos. Muerte.

Trillo no se esperaba que el edificio colapsara sobre él pero tuvo tiempo de levantar un campo de fuerza a su alrededor para que no lo aplastaran los escombros. Esperó, viendo por una rendija como emergían los rusos a reclamar la autoría. Epsilon Erdani era un hombre lo suficientemente peligroso como para no tomarlo a broma, o al menos él parecía opinar eso de si mismo. Emergió de la ruina usando su fuerza para apartar los restos de cemento y mármol roto y se reunió con los demás fuera de la vista.

- Parece contar con que los equipos de los diferentes paises estan formados por superheroes- comentó Trillo.- Espera que se comporten de modo heroico amenazando las vidas de personas inocentes. Lo que tenemos que hacer es encontrar el virus y destruirlo- apuntó.- Si Erdani cree que todavía está aquí, es que tiene más información que nosotros y el virus no se ha movido. Al estado le importara tres pepinos la gente que pueda morir aquí, será un incidente internacional de los que se sepultan. Así que tenemos que asumir que nuestras órdenes serán ignorar esa amenaza. Si destruimos el virus, no habrá motivos para que las demás agencias sigan aquí.

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11/04/2021, 19:59
Germán Ballesteros

Ya reinaba el caos en aquel lugar envuelto en la bruma que escupían las bombas de humo cuando entró Ballesteros a asistir a los suyos, pero que acabase viniéndose abajo literalmente ese ala del Hotel resultó inesperado. Sin embargo si algo tenía el bibliotecario era un sentido de la prudencia extremo. Envuelto en aquella humareda blanquecina ya había hecho gala de su don para convertirse en una forma intangible y así evitar un potencial ataque por la espalda. Por eso, cuando los escombros producidos por la acometida de los hombres de las armaduras, estos simplemente pasaron a través de su forma fantasmal como si atravesasen el mismo aire. De esa guisa, polvoriento y desconcertado, Germán consiguió emerger de la maraña de cascotes que se habían formado y, aturdido pero ileso, evaluó la situación con presteza y escasas oportunidades. 

Los suyos estaban tan confusos como él mismo. Algunos heridos y otros tratando de sobreponerse pero, por encima de todo, sin demasiadas opciones. Ballesteros buscó con la mirada al Capitán Azor. Esperaba por su parte una rápida retahíla de indicaciones que les aclarasen un plan de acción. Pero la confusión también había llegado al militar. ¿Qué hacer?

Todo se movía... el caos se desplegaba y las letales amenazas del poderoso enemigo se confirmaban. De cualquier modo el equipo español no tenía el vial con lo que su participación en el asunto podría ser meramente reactiva... ¿o no? ¿Acaso se estaba preparando una ofensiva? La respiración se quedó cortada en el gaznate de Germán al ver a la señorita Blanco transformarse en... —¡¿Qué demonios?! —maldijo asustado pero a la vez agradecido de que aquella "cosa" estuviese en su bando. 

Capitán... ¿presentamos batalla? Puede que sea nuestra única opción de obtener el objetivo. —preguntó en voz alta a la vez que desenfundaba los dos puñales que siempre le acompañaban hechos de material coherente y diseñados para ser tan intangibles como él lo podía llegar a ser. Desconocía si podrían perforar las armaduras de los enemigos, pero la posibilidad de hacerlos intangibles le brindaba algunos ases en la manga.

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14/04/2021, 10:42
Director

El tiempo correo, han pasado ya cinco minutos y escucháis la voz de Eridani gritar pero esta vez con una voz metálica.

- Quedan diez minutos.

De una puerta lateral del edificio veis que sale un hombre con una mujer apuntándole a la cabeza. El hombre es el traidor español y la mujer que le apunta a su cabeza es su supuesta amante pero por la tokarev con la que le apunta a la cabeza parece que es un agente rusa. El hombre lleva un maletín metálico esposado a su muñeca donde supuestamente deberían estar los viales del virus.

No podéis ver si Eridani sonríe al ver la escena pero suponéis que sí; ya que le están entregando el virus una de sus agentes. Su voz metálica vuelta a sonar y escucháis:

- Bravo Katrina. Me traes al espía español y su preciada carga. En unos minutos llegará el transporte, ¿el resto del equipo sigue en pie? 

Katrina asiente, y podéis ver que el resto de agentes rusos sale tras ellos, algunos están heridos y Trillo puede ver como Radchenko (su antiguo conocido) sale con ellos armado con un subfusil y vigilando el entorno. Solo Katrina y Radchenko parecen intactos ya que el resto parecen estar heridos o dañados, hay alguno con mala pinta.

No hay rastro del resto de agencias, sabéis que al menos hay un equipo japonés y otro del SB de Alemania Oriental. Puede que los primeros estén esperando su momento para atacar, pero de los otros no hay rastro.

Tenéis solo el tiempo de que llegue el transporte, seguramente después reducirán todo a cenizas, incluidos vosotros. De todas formas hay distancia todavía entre el "paquete" y Eridani. Podríais incluso volatilizar al traidor y eliminar el virus.

Eridani está situado a unos 100 metros de vosotros. Katrina y el "paquete" a unos treinta metros de vosotros y a unos cien aproximadamente de Eridani. 

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14/04/2021, 11:17
Capitán Azor

Veía a parte del equipo con la moral muy alta, ante tan aciaga situación. Demasiado alta, quizás, aunque eso jamás había sido mayor impedimento que lo contrario. Era el deber de sus superiores, de todo oficial del ejército español que fuera digno de tal grado, refrenar el exceso de moral si era necesario, o dirigirla de forma constructiva si era menester. Y yo seguía teniendo demasiado presente que se trataba de varias tecnoarmaduras, demasiada potencia de fuego.

Miré a mi alrededor, valorando nuestras opciones. El combate directo era una locura. Había cometido algunas durante la guerra, pero no como aquella. El esbozo de un plan comenzaba a formarse en mi cabeza, con dos equipos, uno dedicado a ganar tiempo "fingiendo" un ataque, mientras el otro trataba de encontrar el virus y destruirlo. Un plan, por otra parte, con escasas posibilidades de llegar a buen fin. Sin embargo, la voz de Eridani desbarató aquella idea de mi cabeza, dejando evidencia de que el virus estaba ya localizado. Al oírlo, giré bruscamente mi cabeza, descubriendo a nuestro traidor con su amante apuntándole a la cabeza con un arma rusa, seguida además por otros agentes. Sin lugar a dudas, Eridani nos llevaba la delantera y había situado a una de sus agentes en el lugar adecuado.

Y allí estaba el virus.

Bajé la mirada, un gesto que resultaba afortunadamente inexpresivo al encontrarse mi rostro oculto en el interior de mi casco, pues de lo contrario los hombres habrían visto mi expresión desesperada. Era consciente de lo que aquel virus representaba, y el peligro a escala mundial que suponía que cayera en manos de aquel megalomaníaco. No, no lo podía permitir. Ni en sus manos, ni en las de nadie, como bien había dejado claro Trillo, la idea que me había rondado la cabeza desde que aquella misión había dado comienzo. Había que destruirlo, a cualquier precio. Pero no podía ordenar a nadie que pagase tal precio.

Doctor Fischer... -Alcé la voz, mientras mi mano se posaba en la empuñadura de mi Tizona- ¿...un emisor de partículas podría destruir el contenedor y el virus, con un disparo certero?

Estaba claro lo que pasaba por mi cabeza, mis intenciones, y a pesar de tener el rostro oculto, miré a Silva y creí que nuestras miradas se cruzarían sin que las palabras fueran necesarias. Allí estaban todos los demás, unos más aptos para el combate, otros no carentes de trucos y recursos que emplear. Pero todos tenían una vida, y la mayoría de ellos habían sido obligados a participar en aquella misión muy a su pesar.

Caballeros... señoras... hasta aquí hemos llegado. -Anuncié de forma solemne, decidido a intentarlo independientemente de la respuesta del doctor- No puedo permitir que ese maletín acabe en manos de Épsilon Eridani. Si pudieran brindarme al menos algún tipo de distracción, les estaría eternamente agradecido, pero no puedo pedirles que me acompañen en una misión con tan escasas posibilidades. Ha sido un honor servir a su lado. -Les anuncié antes de acercarme a Silva y ofrecerle mi mano para estrechar la suya con camaradería- Son todo suyos, Silva. Encárguese de sacarlos de aquí.

Eso era todo, cuanto ya podía hacer por ellos. No podía pedirles que cometieran la temeridad a que estaba dispuesto yo, pues eso es lo que era: una última carga, un vuelo rasante, jugándomelo todo a una sola carta. Evitar el fuego enemigo, al menos lo suficiente para realizar un único disparo certero. Destruir ese virus, antes de ser destruido por los enemigos de España.

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14/04/2021, 14:23
Director

La pregunta que te hace el Capitán Azor es sí. Un emisor de partículas de alta frecuencia podría destruir el virus sin ningún problema y puede que el maletín metálico pudiera ayudar ya que la temperatura del mismo aumentaría y facilitaría la labor.

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14/04/2021, 22:00
Aitor Haurtxohondatu Gaztelumendi - "Gastelu"

¿Una distracción? Bien, eso puedo hacerlo.

Gastelu se concentró en algo gordo, bien gordo. Al ver aparecer entre sus manos aquella caja a su cara acudió una irreprimible sonrisa alimentada por recuerdos infantiles. Sin perder aquella sonrisa cogió el más grande que encontró y usó aquel mechero tipo zippo que llevaba ya tanto tiempo en su posesión, contra todo pronóstico, viviendo en el fondo de su bolsillo.

─Los que no soporten los excesos de luz, que se tapen los ojos, esto va hacer un "pedo" brutal... ─dijo mientras acababa de apuntar a toda prisa el ingenio pirotécnico.

El monstruoso cohete, cargado de fuegos artificiales, salió disparado hacia el grueso de los sicarios rusos. La expresión de Gastelu se había congelado en una sonrisa que remató con un dedo medio alzado que usó para ajustarse sus gafas de soldar a la cabeza.

Notas de juego

Lanzo el cohete de fuegos artificiales más grande que pueda convocar. La idea es conseguir un petardazo lo suficientemente grande como para procurarle unos pocos segundos de ventaja a nuestra armadura tecnificada made in Spain.

Director: Idea cojonuda, la verdad con esta no contaba :)

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17/04/2021, 12:57
Cristina Transformada

No tardé en alcanzar a mis compañeros, los cuales se habían reunido ya. Gracias a mi oído, escuché hablar al Capitán Nacionalista que representaba todo lo que odiaba del régimen de mi país y su idea suicida. La salida del español traidor con una supuesta rehén hizo que mi plan se fuese por completo al garete, pues iba a pedirle a Gastelu que sacase una caja parecida a lo que pudiese contener aquel vial tan deseado y ganar unos minutos con ello.

Yo no tenía el nivel de patriotismo de aquel hombre y la idea del vasco me resultó demasiado buena como para desaprovecharla. Yo misma podría sacar de allí a dos de los presentes, con mi fuerza y velocidad, si es que soportaba no solo la luz, pero lo que más me preocupaba era el ruido.

Asentí con la cabeza al plan de Gastelu, teniendo claro que me lo llevaría a él y a Silva. Los demás se veían capaces para poder cuidarse por sí mismos o eso pensaba, pues realmente no conocía a la mayoría. Así pues, sin articular palabra alguna, para que nadie salvo los presentes supiese mi idea, atraje a Silva junto al vasco y miré a ambos con aquella forma salvaje y horrenda, para luego mirar al frente, en dirección contraria hacia donde el gran héroe nacional iba a suicidarse por un país lleno de corrupción y mentiras, donde incluso, el malo, el espía y el traidor, era uno de los nuestros.

- El que os mandó aquí.

Aquellas palabras volvieron a mi cabeza. Silva le había restado importancia al tema del espía, el traidor en el grupo, pero se suponía que podía confiar en él y en el vasco. Eran las dos únicas personas en las que me habían asegurado que podía hacerlo.

Eran las dos únicas personas que trataría de salvar. Silva porque no parecía tener poder alguno, Gastelu porque era demasiado valioso como para perderle... más que yo incluso. Solo esperaba que mi fuerza y agilidad fuesen suficientes para poder ponerles a salvo a los dos y que mis miradas les hubiesen dado a entender mi idea.

Hablar así era complicado y mi voz me asustaba hasta a mí.

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17/04/2021, 15:01
Azucena Ruiz

Los mencionados quince minutos iban a resultar mucho más que insuficientes para llegar a un acuerdo dadas las distintas posturas que mostrábamos unos y otros, habiendo salido a relucir incluso la opción de destruir los viales, algo que no había considerado hasta el momento. Sin embargo, poco importaría pronto el tiempo que tuviéramos o no para tomar una decisión, pues terminó resultando innecesario; aunque por lo que a mi respectaba tenía ya decidido acatar las órdenes de quien había sido nombrado uno de los líderes de equipo, y en concreto del equipo en el que yo había trabajado.

Lo que aconteció tras los primeros cinco minutos cambió radicalmente la situación, apareciendo el espía traidor amenazado por su supuesta amante, una presunta agente rusa que pronto se confirmó que trabajaba para Eridani. El que el traidor hubiera caído en un truco tan viejo daba cuenta de lo eficaces que continuaban siendo las viejas tácticas de espía, haciéndome ver que tal y como me habían indicado durante mi instrucción, la seducción era una de las mejores armas con las que podía contar una agente femenina en determinadas situaciones. Aquella mujer seguramente estaría habituada a aquel tipo de tácticas, pero para mí el mero pensamiento de tener que emplearlas resultaba escalofriante.

Cuando Díaz preguntó sí los viales podrían ser completamente destruidos de determinada manera, dejó claro cuál sería el objetivo. Lo que no vi venir fue su decisión posterior, desvinculándose por completo de los demás con la intención de hacer la guerra por su cuenta. Aun así, no se negó a recibir algo de ayuda, si bien también pidió a Silva que nos sacara de allí.

Aquella actitud me resultó algo decepcionante en un inicio, pero no podía terminar más que por comprenderla. Nos encontrábamos en una especie de callejón sin salida, o peor aún, un laberinto; uno en el que cualquier salida parecía conllevar pérdidas humanas.

Procuré no pensar en ello, no quería quedarme bloqueada, simplemente había que actuar. Y el curso de acción parecía claro, para quien quisiera emprender alguno en lugar de ponerse a salvo. Tenía la impresión de que aquella habría sido mi decisión tiempo atrás, pero ahora me resultaba inconcebible, pues tenía la certeza de que podía hacer algo por ayudar; por mínimo que fuera.

Gastelu no tardó en hacer aparecer lo que parecía ser un cohete gigante, advirtiéndonos de un posible fogonazo de luz. Teniendo ello en cuenta, traté de avanzar lo suficiente como para poder alcanzar a mi objetivo, teniendo cuidado de no quedarme en una posición que me expusiera.

No había hecho aquello muchas veces, y aunque no sabía claramente qué podría pasar conmigo si el gobierno descubría de lo que era capaz, podía imaginar que nada bueno; aun así, no podía mantenerme al margen, así que cuando tuve ocasión me concentré en el espía traidor para emplear aquella extraña capacidad. Quizás de aquella manera pudiera impedir o dificultar que la tal Katrina continuara acercando los viales a Eridani, y facilitar el intento de destrucción del maletín.

- Tiradas (2)

Motivo: Agresión psiónica

Tirada: 1d100

Dificultad: 99-

Resultado: 81 (Exito) [81]

Motivo: Daño - Agresión psiónica

Tirada: 3d10

Resultado: 20(+20)=40 [8, 10, 2]

Notas de juego

La intención es no llegar a matarle.

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19/04/2021, 15:58
Germán Ballesteros

Ballesteros no llevaba demasiado tiempo trabajando con aquel operativo. Honestamente los intentos de "entrar en acción" anteriores no habían sido muy fructíferos, pero la prueba de fuego a la que estaban a punto de someterse no dejaba lugar a dudas: se iba a poner toda la carne en el asador. Así, el Capitán Azor, la muchacha bestia y el tipo vasco se movían sin dudar y el bibliotecario no se iba a quedar atrás. Sin embargo entendió que los que iban en pos del vial, bien para capturarlo o bien para destruirlo, se bastaban y se sobraban. Los creía perfectamente capaces de neutralizar a la rusa, al traidor y a la madre que los parió a los dos. Pero nada de eso serviría para detener a Eridani. Si este no obtenía lo que había venido a buscar, sin duda arremetería con dureza con todo bicho viviente en varios kilómetros a la redonda. Y eso implicaba muchos inocentes masacrados y, por extensión, Germán y sus compañeros. El único as en la manga que podría quedarles era detener al cabecilla y que el resto de sus hombres decidieran replegarse. Muy probablemente ni siquiera sería necesario matarle o capturarle... con herirlo de gravedad sería suficiente.

Germán volvió a transformar su cuerpo para hacerlo volátil como el aire perdiendo completamente su masa y, a la vez, dejando de ser visible al espectro humano... incluso para la visión infrarroja o ultravioleta. Y de esta guisa empezó a desplazarse como un fantasma, flotando en el aire, en dirección al terrorista. La idea era atacarle habiéndole rodeado primero... bien por un flanco o directamente por la espalda. Dudaba que uno de sus cuchillos de material coherente pudiera penetrar la tecnoarmadura de Eridani. Pero si apuñalaba con sendas hojas el pecho del objetivo siendo los filos intangibles para luego soltarlos, probablemente se volverían tangibles y potencialmente letales una vez estuvieran en contacto con los órganos del terrorista. Un plan desesperado, descabellado y con un cerro de incógnitas... pero un plan, al fin y al cabo que, con la que estaba cayendo, bien podría ser el clavo ardiendo al que agarrarse.

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19/04/2021, 16:37
Director

Notas de juego

Voy esperar un par de días por si alguno más quiere intervenir. Por ahora la secuencia de acciones es la siguiente (alerta spoiler):

1) Agresión Psiónica (tiene éxito y el pobre del espía traidor va a caer al suelo)

2) Cohete Gastelu

3) Capitán Azor usa microondas (entiendo que esperas a la distracción).

4) Cristina poner a salvo gente o se carga a alguien

5) Germán intangible probando suerte en el tercio de banderillas con Eridani.

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20/04/2021, 14:08
Trillo

- Yo lo distraeré- afirmó Trillo, ceñudo. Cogió impulso para saltar encima del grupo volador de rusos. Estaban sólo a 100 metros, podía llegar de un salto y echarse encima de todo el grupo. Tendrían que hacerle caso a la fuerza. Los demás le perderían como activo, pero una vez destruido el virus, aquello sería sálvese quien pueda.

Flexionó los cuádriceps y saltó hacia adelante. Salía de la nada sin mediar palabra para estrellarse contra uno de esos agresores. Poco importaba cual, sólo quería asegurarse de que no se fijaban en el grupo.

Notas de juego

Trillo salta 155 metros en horizontal y se planta en un turno ahí para liarse a mamporros. Si veo una armadura con más misiles que el resto me tiro encima suya, si no salto sobre Erdani mismo.

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20/04/2021, 18:27
Director

En unos segundos se arma la marimorena. Azucena utiliza su poder de agresión psiónica para detener el avance del traidor que tras recibir el ataque cae al suelo convulsionando. Esto provoca algo de miedo en la espía rusa ya que estaba pegado al mismo y parecen creer que ha podido ser producido por el virus.

Ese momento lo aprovecha Gastelu para sacar el cohete más grande que hayáis visto y lanzarlo en dirección a las tecnoarmaduras. El cohete estalla con violencia y prácticamente deja a todo el mundo cegado por unos instantes ya que nadie se esperaba eso. Hasta Gastelu se ve sorprendido por el "petardazo".

Cristina se queda vigilando a Silva y al vasco transformada en una imponente y aterradora mujer loba. Ahora podrá sacar de allí a los más débiles y si se cruza algún enemigo descuartizarlo.

El Capitán Azor recorta la distancia de disparo para poder utilizar su arma y eliminar por completo el virus al atacar el maletín. Momento que Ballesteros aprovecha para volverse invisible e intangible y lanzarse a matar a Eridani. Decide acercarse sigilosamente y clavarle sus puñales a través de la tecnoarmadura que porta.

Trillo decide ayudar a la distracción lanzándose contra la tecnoarmadura más grande y mejor armada de todas que es la de Estrella de Hierro. Potemkin y Vulcano son los otros dos miembros del equipo soviético.

Notas de juego

@Trillo: en tu post hazme una tirada de lanzar. Si la superas impactas de lleno contra esa tecnoarmadura y puedes tirar daño. Además tienes el primer ataque por la sorpresa.

@Azor: haz la tirada en tu post. No tendrías penalizador por distancia.

@Ballesteros: en tu post haz tirada de Acechar/discreción. Será una tirada enfrentada contra la percepción de Eridani.

@Cristina: para sacar a Gastelu y Silva, tirada de Agilidad. Si la superas los pones a salvo lejos de todo peligro.

@Azucena: si decides elegir otro objetivo, puedes hacerlo sin ningún problema.

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En el siguiente turno contaréis con un +25% por el cohetazo de Gastelu a vuestras acciones.

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20/04/2021, 19:08
Cristina Transformada

Mis manos, convertidas en garras en aguel momento, esperan el petardazo de salida como en los San Fermines, pero en lugar de un toro de miura, salgo yo, convertida en aquel animal al que empezaba a conocer y a cogerle el gusto al ver que podía hacer el bien con él. El sonido y la luz me afectan más de lo que creí, pero tengo al vasco y a Silva localizados y no tardo en agarrar a cada uno con mis ahora largos y poderosos brazos y salir de la zona de combate con ellos.

De refilón veo y huelo lo que está pasando, mis oídos me dicen que no mire, que corra y salto con agilidad sobre los escombros, antes de que alguno de aquellos locos lance una bomba sobre la zona que destruya a todo y a todos. Con Gastelu vivo tenemos opción a montar incluso un hotel de la nada en unos minutos para refugiar a los heridos si todo sale bien y Silva, salvo que de golpe sacase algún superpoder oculto, no era más que un inocente a quien proteger.

Aquella batalla estaba hecha para los grandes y yo no era uno de esos.

- Tiradas (1)

Motivo: Sacar al vasco y al boss

Tirada: 1d100

Dificultad: 100-

Resultado: 41(+25)=66 (Exito) [41]

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20/04/2021, 19:22
Capitán Azor

Nunca había sido muy expresivo. Más bien al contrario, mi perenne gesto serio tan sólo en contadas ocasiones mostraba emoción alguna, y aún así, siempre agradecía que mi casco ocultase mi rostro. Era por situaciones como aquella, momentos en que delataría un sentimiento y podría llegar a avergonzarme por ello.

Lejos de lo que yo me atrevía a esperar, ni uno sólo de aquellos hombres, pues me negaba a llamarlos agentes o soldados al haber sido obligados en muchos casos a colaborar, había aprovechado la ocasión para huir. Muy al contrario, mientras me situaba cerca del ventanal por el que salir al exterior pude comprobar cómo tomaban posiciones, algunos de ellos incluso apretándose para salir a combatir. Lo que mi casco ocultaba era respeto, respeto y admiración por tan grandes hombres y mujeres que España había engendrado, aunque todos ellos merecieran una España mejor. Todo lo que pude expresar, desgraciadamente, fue un asentimiento en dirección a Gaztelu mientras me preparaba para despegar, en cuanto aquel cohete pirotécnico que había indicado saliera disparado como la distracción que había pedido.

Y salió, un obús ante una estela humeante que avanzó abriendo el camino. En cuanto aquel cohete surcó el aire ante mis ojos, apreté el mando instalado en mi guante para que mi propulsor me llevase directamente a mi destino, fuera cual éste fuera. El fogonazo del cohete llenó de luz lo que para mí era ya un campo de batalla, al tiempo que mi objetivo, quien sujetaba éste, se echaba al suelo sin que supiera yo el motivo. Poco importaba ya, yo era un proyectil humano que ya no podía detenerse por nada. Podía acertar en su diana, girar el objetivo fuera cual fuera el precio personal a pagar; o podía errar, y con ello pagar el más alto de los precios. Porque no destruir aquel maletín... suponía dejar un arma de destrucción masiva en manos de quien pudiera emplearla.

¡Emisor de partículas! -Ordené en voz alta, en pleno vuelo rasante, notando en el tacto de mi mano cómo los mecanismos de la Tizona eran accionados por el módulo de voz, disponiendo el arma para el disparo fatídico- Y que sea lo que Dios quiera...

- Tiradas (1)

Motivo: Arma corta (+25)

Tirada: 1d100

Resultado: 79(+107)=186 [79]

Notas de juego

He puesto mal los datos de la tirada. Sería resultado 79 a dificultad (no modificador) 107.