Partida Rol por web

Sigrir se dirige a Shana cuando Brend se va y se quedan a solas - ¿Qué haces besándole? ¿Estás loca?

-Un beso en la mejilla, Sigrir, nada más.-

Miró a su hermana sorprendida por la reacción.

-En privado, no en la corte, y después de llevar a cabo una tarea potencialmente peligrosa. A mi más fiel hombre. No veo el problema.-

- Shana... - por un momento parece que va a decir algo, pero se calla un momento - Vale, está bien... Tenemos problemas más importantes ahora mismo. ¿Tú crees que Marbran sabe que tú.... ? Bueno...

-No lo creo. Dudo que madre le dijese nada...¿no? No creo que se lo dijese a nadie.-

La miro, con cierta curiosidad.

Lord Kevan se retira con la dama Adrianne y las hermanas Howlingwolf tambien se retiran.

Sigrir asiente - ¿Y sería difícil para ti ocuparte de él? Estar atenta, ver por qué ha venido y qué es lo que realmente quiere. No creo que el zopenco de Robert se enterase ni aunque se lo dijesen a la cara.

-Lo intentaré, claro. ¿Por que tanta sospecha sig? ¿Hay algo que no sé?-

- No por mi parte - dice pensativa - pero desde luego hay algo que ni tú ni yo sabemos... -Sigrir sale hacia el pasillo, con ca cabeza en otra parte.

Sigrir llama a la puerta de los aposentos de su madre - ¿Madre?

Poco después, Shana la sigue, buscando hacerse cargo de los visitantes. De Marbrand.

De su padre.

Fuiste a encontrarte con Marbrand, que esperaba con sus tropas y te informó de que venía a participar en el torneo y a escoltar a la dama Adrianne Goldriver (sobrina de Kevan Goldriver, el prometido de tu hermana) a la boda. Volviste a la fortaleza con él. El gran grueso de sus tropas acampó a una buena distancia de la fortaleza y tan solo le acompañó una escolta reducida de no más de media docena de hombres. 

Shana se encontraba esperando a la comitiva de Robert y Gregor cuando estos llegaron a la fortaleza.

Marbrand había llegado con tan solo media docena de hombres como escolta, aunque su porte era el de todo un caballero con su magnifico corcel y mejor armadura, estandartes de su casa y bordados en su capa. 

Llamaste a su puerta

- Adelante - ofreció su voz desde el interior

Sigrir entra y se sienta en una silla frente a su madre. Se queda un momento callada mirando hacia la ventana, y sin mover la vista de ahí suspira diciendo - Gregor Marbrand cabalga hacia aquí.

Responde tras unos instantes en silencio

- Es a tu hermano y Lord de esta casa a quien deberías informar de ello

Sigrir la mira un momento, con una mirada seria - Ya lo sabe, y cabalga a recibirle. Tú... Creo que será mejor que te excuses, y no bajes a comer. Haré que te suban algo.

Se queda un momento en silencio, dubitando si preguntar o no.

- ¿Le llamaste tú?

- Sigo siendo tu madre Sigrir... - cuando le recomiendas no bajar - puedo decidir sobre lo que debo o no debo hacer - sin responder acerca de si fue ella quien le hizo llamar o no

Cuando desmontan, se acercó a ellos. Radiante en mi vestido verde bosque y ribetes de oro, con un ceñido y sugerente corset. Y un fino colgante de hilo de plata que dirige sutilmente la vista hacia mis pechos.

-Hermano.- saludó a Robert con una inclinación de cabeza. -Lord Marbrand.- hacia él, se inclinó en una graciosa reverencia.

No debo dejar que se me note...es mi padre, si, pero no lo sabe ¿verdad? Y no lo sabrá por mi. No es el momento.

Que mejor que comportarse como siempre. Coqueta y pícara, con cierto punto de timidez repentina en ocasiones.

-Es un honor teneros entre nosotros.- sonrió ampliamente, con una caida de ojos. -¿Me permitaríais mostraros Howlingstone? Así os libraré de la tediosa compañía de mi hermano Robert.- rió suavemente, quitando hierro a la broma -Y podrá dedicarse a cosas más urgentes que mostrar la fortaleza y sus aposentos a un invitado. Si gustais de mi compañía, por supuesto.- dedicó una sonrisa levemente traviesa a su hermano. Y una más misteriosa a Gregor.

Sonríe al saludo

- Todavía no soy el Lord de la casa Marbrand, tan solo el heredero - puntualiza - y que así sea por muchos años, mi padre es un hombre con salud de hierro - asegura

Mira a Robert

- No os robo más tiempo Lord Robert, estoy seguro de que vuestra hermana serán casi tan buen anfitriona como vos - disponiendose a seguir a Shana y desapareciendo con ella por los pasillos de la fortaleza