Partida Rol por web

Cuando se quisieron dar cuenta ya era fin de semana. Era la noche en que Hayane y Mei invitarían a las chicas a una fiesta de pijamas por su cumpleaños. Dicha fiesta empezaba a las 8 en punto, un rato antes de la cena y a esa hora puntual llegó Yukino a la casa. Se trataba de una casa grande de dos pisos, amplia y con un pequeño jardín japonés en la entrada de alrededor. Un gato atigrado la esperaba para darle la bienvenida en lo alto del buzón y de ahí no se movió mientras la chica accedía al portal.

A los dos toques la puerta se abrió y apareció Hayane más contenta aún de lo habitual. Le permitió la entrada, avisándole de que era la segunda en llegar. La primera había sido Haruka que se encontraba más cortada que nunca. Llevaba dos coletas que la hacían parecer aún más joven de lo que ya era y evitaba mirar al suelo.

Hayane:- Puedes poner aquí los zapatos. Ahí a la izquierda del hall está el salón donde cenaremos después, a la derecha la cocina donde Mei está terminando el postre. Momoshiro vendrá a cenar pero luego se irá.- Haruka pidió ir al servicio, que estaba un poco más al fondo en ese primer piso, probablemente para tirarse allí un rato a relajarse por la vergüenza- Yo tengo que terminar de cambiarme. ¡Ahora bajo! Mientras eres libre de hacer lo que quieras.- se despidió de ella al borde del primer escalón.

Desde aquella posición Yukino tenía visibilidad para todas las habitaciones. A la derecha podía ver a Mei pendiente del horno en una cocina muy grande y luminosa, con mesas, sillas y una barra además de todo lo imprescindible en una cocina. A la izquierda llegaban sonidos de la televisión y de chicos. Se podía ver a Tezuka y a otra persona de espaldas sentados en el sofá al parecer jugando a un videojuego.

Aquel era el día. Estaba entusiasmada y ya no sabía ni por qué. Cuando su padre le había dado permiso había reaccionado con normalidad aunque lo cierto era que bullía de alegría en su interior, sin expectativa alguna respecto aquella noche más que la de pasárselo bien a rabiar.

El problema de esperar algo con ansia es que se volvía en un tema obsesivo y al final le daba la sensación de que necesitaba controlarlo todo al detalle, feo asunto cuando quien organizaba la fiesta no era ella. Le había costado decidir el pijama, le había costado incluso escoger su neceser, uno con la cara de un osito dibujada que le había comprado su madre cuando era muy pequeña. Al final había decidido que iría tal cuál era, sin pensar tanto, así que llegada la hora había metido todo en la bolsa con cuidado pero con prisas, sin ganas de volver a enfrentarse a decisiones que sabía eran innecesarias.

Se había dirigido a casa de los Kunimitsu con un burbujeo nervioso en el estómago, levemente ruborizada y con el pelo algo húmedo de haberse duchado, sin la paciencia suficiente como para secárselo del todo. Y cuando entró sólo podía decirse que fue una suerte que ya estuviera allí. Verla tan nerviosa y cohibida la ayudó a relajarse bastante, intentando animarla con una sonrisa tranquilizadora que fue recibida por la espalda de la muchacha, que a aquellas alturas se iba ya al baño.

Pobre...¡Ánimo, Haruka-chan!

- Felicidades, ¡Hayane-chan!

Tenía un regalo para las dos hermanas, aunque le hubiera gustado hacer una distinción especial para Hayane, pues era quien consideraba su amiga, pero siendo que había sido invitada a la fiesta de ambas y que Yukino era una persona cordial había comprado unos pendientes de distinto color pero iguales a las dos hermanas, aunque pensaba dárselos más tarde, a la hora del pastel.

Se despidió de Hayane con un saludo cordial de la mano, indecisa sobre lo que hacer. Por un momento le dio vueltas a la idea de quedarse quieta en el lugar pero descubrió que si alguien la viera allí se sentiría estúpida. Desde su lugar podía ver a Mei en la cocina y aunque sabía que debía ir a verla pronto se excusó a sí misma diciendo que estaba ocupada. La otra realidad, por supuesto, era que no la conocía demasiado y que tenía ganas de hablar con Tezuka.

A pesar de eso le costó tomar la decisión de encaminar sus pasos hacia el sofá ocupado por los chicos, cohibida en su fuero interno.

- ¿No estás preocupado de que no te dejemos dormir esta noche, Kunimitsu-sempai?

A pesar de que sonreía cuando hablo se sentía bastante insegura. ¿Le molestaría que le interrumpiera el videojuego o quizás el estar con un amigo?

Desde luego ninguno de los dos chicos se esperaba ser interrumpidos, pero el que menos fue Tezuka que se tensó ligeramente y la pantalla se puso en "game over" al momento. Los dos miraron atrás del sofá, serios pero no con expresión enfadada:

- Kazehaya-san. No sabía que...

Pero el otro chico, incluso más alto que Tezuka, le interrumpió al momento.

Chico:- Oi, yo te conozco. Te vi en el centr...- pero se cortó al momento.- ... no importa.- al levantarse se comprobó que le sacaba muchísimos centímetros. Le extendió la mano y se presentó:- Kunimitsu Ryoma. Soy su primo.

Al ver a Tezuka tan desconcertado ella misma experimentó una sensación similar. ¿Acaso no sabía que estaba allí? Estaba segura de que desde la sala se escuchaban los sonidos de la puerta y más si Hayane era la que recibía a los invitados, estaba claro que su voz habría llegado hasta allí. ¿O quizás es que no sabía que ella era una de las invitadas de aquella noche?

Se esforzó por ocultar lo mejor que pudo su cara de perplejidad, aunque su sonrisa aflojó un tanto mientras el primo se presentaba, extendiéndole la mano en un gesto más que desacostumbrado. Durante unos segundos se quedó mirando la mano sin saber cómo reaccionar pero al final optando por la cortesía decidió estrechársela de forma rápida, queriendo cortar el contacto lo más pronto posible sin ser descortés o brusca.

- ¿Me conoces? - preguntó de entrada, aunque visto que el chico pareció retratarse de sus palabras decidió ignorar aquello -. Soy Kazehaya Yukino, compañera de clase de Hayane y Mei*. No quería molestaros, sólo pensé en saludar - había dicho aquello porque los dos seguían mirándola con seriedad y ella se sentía cada vez más incómoda ante la mirada de aquellas dos torres, sintiéndose encoger por segundos. Se llevó la mano al flequillo, tironeándose de un mechón en un gesto nervioso -. Bueno...creo que iré a ver si Mei-san necesita ayuda.

- Espera.- fueron las primeras palabras de Tezuka antes de que se marchara.

Luego se quedó algo parado mirando a su primo que reaccionó enseguida. A pesar de que ambos tenían expresiones muy parecidas y serias, además de que sus rasgos eran algo tensos, sus palabras estaban llenas de cordialidad:

Ryoma:- Si vas te hará probar algo de lo que esté haciendo y encima no cocina nada bien.- intentó explicarse el chico.- ¿Por qué no pruebas a echarte una partida con nosotros?

Tezuka le tendió su mando de la videoconsola y Ryoma se hizo a un lado en el sofá, sentándose en uno de los extremos y dejando un hueco entre Tezuka y él. Hueco que esperaba que fuera ocupado por la chica.

Tezuka:- Es un juego sencillo. Y... no me molestaréis. Aunque no duerma, entiendo que es el cumpleaños de mis hermanas.

Hizo una mueca al oír la critica a la cocina de Mei, sin saber si era muy cordial por su parte aceptarla sin más, puesto que quedándose con ellos se daba por sentado que les creía. Pero la habían invitado a quedarse allí y le apetecía probar, no recordaba haber jugado nunca en su vida a videojuegos, máximo en alguna recreativa y habían sido pobres intentonas. Por otra parte, estaba segura de que Mei podía arreglárselas sola, con desastre culinario o sin él.

- Está bien.

No había previsto que tendría que sentarse entre los dos, algo que hizo con naturalidad aunque en su interior bullera de vergüenza, tomando buena cuenta de la escasa distancia de los dos.

- Ah...sencillo, ¿dices? Mejor porque no tengo ni idea de jugar...

Por no tener, no tenía ni idea de cómo sujetar el mando. La partida fue claramente un desastre. Es decir, tenía tan poca idea que mientras apretaba botones a lo loco en un intento desesperado de parar los golpes que le asestaba Ryoma le dio varias veces al botón de pausa sin querer, deteniendo el juego mientras seguía apretando lo que fuera.

Como era de esperar perdió, sin siquiera propinarle un solo golpe a Ryoma. Apuntó con un dedo al chico, acusador aunque también bromista.

- ¡Seguro que has hecho trampas! Bueno no, vale, simplemente soy malísima en esto, no pensaba que fuera tan difícil - reconoció un poquitín ofuscada y es que no era para menos, había sido una derrota humillante. Era una suerte que Yukino supiera trivializar las cosas y enseguida recuperara su sonrisa, pasándole el mando a Tezuka -. Creo que será mejor que juegues tú, Kunimitsu-sempai, yo lo pongo demasiado fácil y no hay reto.

Posiblemente fuera la primera vez que se le escuchaba reír con ganas, divertido y olvidando esa expresión seria y algo contenida, pero lo cierto es que Tezuka no pudo aguantar y sacó su lado natural. Había estado aguántadose pero con cada parada en "pausa" las ganas de reír con diversión se incrementaban. Viendo que quizás había sido demasiado humillante para la chica, decidió aceptar el mando pero no sin antes darle ánimos dedicándole una leve caricia en la coronilla. Mientras, Ryoma intentaba disculparse.

Ryoma:- Gomé, gomé...- él también se mostraba relajado y divertido, aunque intentaba no reírse para no hacerla sentir peor. Ya era suficiente que Tezuka no hubiera podido contenerse.- ¿Y tú de qué te ríes? Si te voy a machacar más que a ella.

Tezuka:- Eso habrá que verlo.

En esta ocasión, tanto Ryoma como Tezuka le fueron explicando las funciones de cada botón, conscientes de que solo le habían dado un mando con botones de mil tipos sin dar ningún tipo de instrucción. Aunque un juego de luchas tampoco requería mucho. Finalmente Tezuka ganó.

Tezuka:- Oh...- el chico parecía divertido y el hecho de mostrar su habilidad le hacía sentirse feliz. No estaba nada tenso.

Ryoma le cedió entonces el mando a Yukino y le dijo muy serio:

Ryoma:- Ahora es tu turno. Machácale como te he enseñado.

Tezuka miró a Yukino entonces. La verdad es que estaban hombro con hombro casi pegados.

Tezuka:- No pienso dejarme, Kazehaya-san.
 

- ¡Ne, Kunimitsu-sempai!

Lo cierto es que las risas de Tezuka resultaban tan humillantes como la caricia en la coronilla pero a la vez eran contagiosas así que no pudo evitar soltar alguna risita. Fue entonces cuando emprendieron la ardua labor de explicarle el funcionamiento de cada botón, algo a lo que ella atendió con seriedad, asintiendo de vez en cuando o soltando un "ya veo" ocasional.

Estuvo muy atenta durante su combate, tanto que aquello más que un entretenimiento parecía un ejercicio de matemáticas, uno especialmente fascinante y complicado. Y entonces, sin esperarlo, se encontró con el mando de Ryoma frente a su nariz y a Tezuka retándola como ganador y anunciando que no pensaba dejarse.

No era broma. En cuanto empezó, los botones volvieron a liársele. No es que no supiera qué hacía cada cosa es que cuando levantaba la vista del mando Tezuka ya le había gastado la mitad de la vida y ella se había limitado a darle una patada al aire. A partir de ese punto todo se volvió un calco de la situación anterior: aporrear los botones como si le fuera la vida en ello.

El resultado fue igual de patético que el anterior, aunque esta vez no hubiera pausado. No pudo evitar poner una cara lastimera.

- Por lo menos podrías haberme dejado darte un puñetazo...sólo uno...así - le dio un leve golpe en el hombro que tenía tan cerca del suyo. Al final suspiró con resignación, aunque no parecía seriamente afectada -. No hay solución conmigo.

No podía evitarlo. Él estaba jugando con total tranquilidad mientras observaba la cara de concentración y desesperación de Yukino mientras volvía a empezar a reírse con ganas. Ryoma no reía tanto porque como se había picado con Tezuka antes, realmente esperaba que Yukino le vengara. Al final se pegó en la frente con la palma de la mano. Tezuka seguía riendo por la combinación de partida desastrosa y cara de la chica.

Kunimitsu:- Soy el rey de este juego.- entonces recibió el golpecito de Yukino y la miró algo sorprendido pero continuaba con una sonrisa en la cara.- ¿Me acabas de pegar, Yukino-san?

Al momento se le pasó la risa. Ryoma alzó una ceja y Tezuka se rascó la nuca:

Kunimitsu:- Oh, ¡gomé! No quería tomarme tantas confianzas.- intentó carraspear. La verdad es que había sido algo bochornoso el dirigirse a la chica así, pero le había salido sin más

Ryoma se levantó, alzando los brazos hasta tocar el techo.

Ryoma:- Oi... esa chica lleva mucho en el baño. Voy a preguntarle si está bien. ¡Entrena más, Kazehaya-san!- le señaló al mismo y luego a la televisión antes de marcharse.

Tezuka volvió a sonreír divertido.

Tezuka:- No se lo tengas en cuenta. El año pasado fue el capitán del equipo de baloncesto del colegio y ahora está en la universidad. No le gusta perder.- se explicó. La miró de nuevo a los ojos y ya, bastante más serio y sin poder olvidar su informalidad de hacía un momento, volvió a disculparse.- Gomé.

Cuando Tezuka le preguntó si acababa de pegarle, Yukino se cruzó de brazos y alzó una ceja, como si dijera "Sí, ¿qué vas a hacer al respecto?". Pero el entorno bromista desapareció de inmediato cuando Tezuka la llamó por su nombre. Intentó con todas sus fuerzas no ruborizarse pero no era como si ella tuviera algún control sobre eso. Se mordió el labio superior, sin saber qué decir, más turbada que incómoda cuando Ryoma intentó cortar el momento incómodo mencionando a una chica, la cuál en aquel momento no relacionó con Haruka.

Realmente si esperaba suavizar el ambiente con su marcha probablemente se había equivocado porque Tezuka aprovechó para volver a pedirle perdón.

- No tienes que disculparte, Kunimitsu-sempai - era sincera. De algún modo sentía que el chico se había ganado su nombre más que muchos de sus compañeros, aunque de él no se lo había esperado -. Aquí casi todo el mundo me llama por mi nombre... - se llevó una mano a la nuca, todavía sin mirarle, terminando por deslizar sus dedos por su cabello todavía húmedo -. ¿Echamos una última? Si pierdo esta me retiro definitivamente - tomó el mando con decisión, intentando de aquella manera dejar el momento atrás. Y, cómo no, volvió a perder de forma demoledora, aunque tal vez esta vez tuviera la culpa la perturbadora proximidad de Tezuka, de la que de repente se había hecho más consciente al quedar solos -. ¡No! - exclamó al ver la pantalla de Game Over -. ¡No puede ser que ni te llegue a tocar! Me retiro humillada, creo que mi orgullo no podría soportar otra derrota más - murmuró, llevándose una mano a la frente.

Aceptó el reto sin ningún problema, de manera que la sonrisa volvió a su rostro, ya menos tenso. No le había parecido mal y eso era lo importante. Solo llamaba por su nombre a su familia y a Yui, había sido curioso que le saliera de forma tan natural el de Yukino.

Y de nuevo la ganó sin despeinarse como quien dice. Y volvió a reír echándose hacia atrás en el sofá abandonando de momento la proximidad entre los dos. De fondo se escuchaba a Ryoma llamar a la puerta del baño, a Hayane por arriba corriendo de un sitio a otro y a Mei... a Mei no se la escuchaba debido a su estado de concentración.

Tezuka volvió a colocarse al nivel de la chica y le colocó la cara aún más cerca, comentando divertido:

- Pégame. Me lo merezco por ser tan mal anfitrión.- pero claramente era competitivo. Nunca le había gustado perder en nada y aunque no se molestaba tanto como Ryoma, consideraba que siempre era mejor darlo todo y ganar en un juego.- Adelante. Lo soportaré.- seguía manteniendo esa sonrisa de diversión en la cara, pero tenía los ojos cerrados, dispuesto a recibir el golpe que Yukino pudiera ofrecerle.
 

Tezuka estaba realmente cerca, pero como Yukino ya estaba seriamente acalorada y sonrojada aquello no supuso un cambio visible aunque sí a nivel de pulsaciones, pues su pulso se aceleró sin que ella llegara a asociar aquello con nada más que con la proximidad.

Entonces él le pidió que le pegara, incluso cerró los ojos de un modo que le pareció gracioso. Se esforzó por mantener la cara de contrición.

- Está bien, te lo mereces, así que lo haré - sentenció con seriedad y pompa, mientras los ojos le brillaban de risa contenida, algo que Kunimitsu no pudo ver al tener los suyos cerrados -. A la de una, a la de dos, y a la de... - en aquel momento le dio un capirotazo justo de lleno en la frente. Cuando el chico abrió los ojos Yukino sonreía ampliamente, divertida -...tres. No volveré a jugar contigo - declaró de buen humor antes de ponerse en pie -. Y ahora creo que iré a ver qué le sucede a Haruka-chan, me parece que estará más tranquila si voy yo en vez de tu primo.

Tezuka continuó divertido, observando cómo Yukino se iba antes de poner en marcha de nuevo la videoconsola. Una vez en el pasillo, la gran figura de Ryoma descataba en la estancia. Acababa de poder abrir la puerta aparentemente atascada y Haruka apareció más colorada de lo normal y casi lágrimas en los ojos de la vergüenza.

Ryoma:- Oi... pero no llores que no pasa nada.- comentó con algo de brusquedad no malintencionada.

Haruka:- Yukino-san... no entres a ese baño. Es una trampa mortal...

Y continuó caminando hacia la zona del hall. Al verse solos, Ryoma decidió que era el momento para mantener una leve charla con Yukino.

Ryoma:-Oi, Kazehaya-san. Tú eres amiga de Kuroko, ¿no es así?
 

Haruka parecía mucho más avergonzada de lo que esperaba y durante un instante sintió una profunda compasión por ella. Estaba claro que tenía ganas de aquella noche pero a la vez su timidez le iba a hacer pasarlo mal. Decidió que hablaría mucho con Haruka para intentar que se relajara y consiguiera pasarlo más bien que mal, cosa que de momento no había podido hacer porque por lo visto la puerta se había atrancado y no había querido llamar la atención sobre su situación.

- No te preocupes Haruka-chan, gracias por el aviso - estaba a punto de ir tras ella cuando Ryoma la detuvo con aquella pregunta, preguntando por Sakura, le sonrió un tanto azorada -. No nos conocemos tanto, no sé si se podría decir que somos amigas pero nos llevamos bien, Kuroko-san me parece una persona genial. ¿Por qué preguntas?

El chico se rascó la nuca al igual que solía hacer Tezuka cuando se ponía algo nervioso. "Kuroko-san me parece una persona genial". Él también lo creía, sin duda alguna. La conocía del año anterior en el instituto. La chica sorprendía con su habilidad en la cancha de baloncesto y a Ryoma siempre le sorprendió. Desde el primer momento en que se miraron él sintió algo extraño en su interior. Ya podía estar ella seria, mirarlo sin interés y respondiendo de forma brusca cuand se le hablaba, que él solo veía una chica maravillosa.

- Ya... a mí también me lo parece. - coincidió con Yukino.- Os vi juntas en el centro comercial.- terminó por admitir. Le hacía sentir un poco azorado, pero si quería conseguir su propósito debía ser sincero con Yukino. Además, así le demostraría que sabía que eran amigas.- ¿Podrías preguntarle si quiere quedar conmigo? No sé... iríamos al cine, a la cancha de baloncesto si es lo que más le gusta...

Seguramente su rostro se puso de todos los colores cuando advirtió la intención de Ryoma con sus preguntas. ¡Le gustaba Sakura! Qué horrible, pobre, no tenía ninguna posibilidad con ella. Se sintió inmediatamente mal por él y por ella misma, pues le iba a tocar destrozar sus ilusiones. Pero, ¿cómo hacerlo sin traicionar lo que parecía ser un secreto entre Fukiyose y Kuroko? No parecían muy abiertas en las demostraciones de su amor.

- Ah...yo...creo que Kuroko-san tiene pareja...

Aquella fue la mejor forma de decir sin desvelar, sin contar con los titubeos y el azoramiento que sintió por decir aquello.

La decepción se mostró en su mirada. Estaba claro que el chico no lo sabía y que le había pillado totalmente desprevenido. En alguna parte de él, al relacionar a Yukino con Kuroko le había hecho ilusiones. Y sin embargo ahora sentía un vacío en su gran pecho:

- Vaya... no tenía ni idea. Aunque rendirme no es lo mío...

Quizás sea lo mejor...

La puerta sonó una vez más y Hayane bajó casi teleportándose para abrir. Las chicas del teatro y Momoshiro ya habían llegado. Justo en el momento en que se anunciaba el comienzo de la cena. Así pues todos se reunieron en el salón. Momoshiro le había regalado a Mei un par de libros que sabía que le gustaban y ella aceptó el beso en la mejilla público.

Momoshiro:- ¡Oi, Yukino! Ya te he visto en el vídeo con Otoya-kun.- y le hizo una señal de victoria con la mano.

Tezuka se había unido a la cena también y comía como si no le diera importancia a las cosas, mirando sobretodo a Ryoma que apenas probaba bocado.

Pobre Ryoma. No podía evitar lanzarle miradas de forma esporádica, intentando no mostrar la compasión que en realidad sentía. Pero debía ser difícil enterarse de que la persona que le gustaba a uno ya tenía pareja y aún así estar ahí, aguantando el tipo.

Antes de que empezara la cena les había dado el discreto regalo a las mellizas y había tomado asiento junto a Haruka, intentando de ese modo facilitarle las cosas mientras hablaba con ella de forma relajada, intentando sacar a relucir temas con los que la tímida chica se sintiera cómoda.

Momoshiro, por contra, no parecía dispuesto a hablar de cosas de las que ella se sintiera cómoda. En cuanto mencionó el vídeo se sonrojó de arriba a abajo y aunque el chico le hizo una señal de aprobación estaba segura de que lo hacía más por compromiso y camaradería que por convicción.

- ¿Otoya-kun lo ha subido ya? Ah, qué vergüenza... - se tapó el rostro con las manos, espiando entre los dedos -. No sé cómo dejé que me convenciera - de repente le habían salido todas las dudas, aunque ya fuera tarde para las mismas, pues el vídeo ya estaba hecho -. Bufff - cuando por fin apartó las manos seguía colorada aunque ahora se veía más angustiada que otra cosa -. ¿Alguien ha comentado algo malo?

Momoshiro intentó hacer memoria, concentrándose en imaginar la pantalla de Youtube con los comentarios. Las chicas, que hacía unos momentos conversaban animadamente, prestaban atención a la conversación:

- No creo... todos los que recuerdo son en plan "¡qué bien canta!" acompañados de un "Otoya-sama, ¿es tu pareja?". A veces simplemente preguntaban lo segundo.

Hayane, que era una de las que había preguntado aquello sin duda alguna, se había ido acercando más a Yukino para observarla mejor.

Hayane:- ¿Y bien? ¿Qué tienes que decir a eso?- al parecer Otoya-kun no había respondido.

Chica del teatro:- Yukino-san pudo convencerle para que participara en el club de teatro.

Se sentía aliviada por el hecho de que los comentarios fueran positivos, así al menos no le generaría mala publicidad a Otoya. Sin embargo respecto a lo de ser pareja ya no le hacía tanta gracia, comprendía que el vídeo pudiera hacer pensar en aquello, aunque no hubiera nada extraño.

Lo que si que no hubiera esperado por nada del mundo era que sus amigos le preguntaran sobre si aquello era cierta y las chicas del teatro intercedieran en su contra. no podía ruborizarse más de lo que ya estaba pero sí que negó enfáticamente con la cabeza, sacudiendo las manos ante sí, totalmente azorada.

- ¡No, no, no somos pareja! Somos amigos y ya está, de verdad - afirmó categóricamente.

Aquella conversación la incomodaba de todos los modos posibles, Yukino nunca se había enamorado pero dudaba que fuera a hablar del tema si eso llegara a pasar. Por algún motivo se le antojaba como algo muy íntimo. Sin pretenderlo su mirada se desvió hacia Tezuka por una milésima de segundo. ¿Por qué tendrían que haber sacado aquel tema frente a él? Era incómodo y no quería dar lugar a malentendidos.