Partida Rol por web

Esta vez Frost no había estado tan fino disparando, lo sabía incluso antes de terminar de apretar el gatillo y que salieran las balas. Pero no había tiempo de corregir el disparo, así que se limitó a soltar otras 3 ráfagas supresoras al perro menos dañado, esperando que bastaran para tumbarle. 

- Esto no es lo mío. Tal vez debería haber dejado mi puesto a algún otro marine... aunque en realidad no parecía que Carter tuviera pensado enviar a nadie más, así que incluso mis balas (mientras no den a los míos) vienen bien, aparte de mis conocimientos...
Es lo que va pensando Ann, mientras vuelve a efectuar dos disparos, esperando que esta vez impacten, en quien deben, claro.
- La próxima vez cogeré algo que pueda tirar ráfagas. ¡sin duda*! - grita, frustrada.

Bromhead sigue disparando contra la criatura más cercana mientras ordena que se concentren y disparen tanto como puedan, Ann White vuelve a apuntar con su pistola al animal que disparó segundos antes, pero cuando presiona el gatillo un "click" es lo único que responde a su orden, la joven vuelve a presionar el gatillo, pero la bala no es disparada, el arma se ha encasquillado y la mujer maldice su suerte echando atrás la corredera para expulsar el cartucho atascado.

Los animales están completamente tensos, parecen asustados y eso los hace aun más peligrosos, uno de ellos lanza un aviso al aíre, un gutural gañido que por unos instantes se instaló en los oídos de todos congelando su sangre, parecía una petición de auxilio. Mientras el animal que avisaba seguía repitiendo ese quejicoso aullido, el que había matado a Johnson carga una nueva vez expulsando el aire por sus fosas nasales, esta vez embiste a la teniente García y al igual que con Johnson, su cuerno atraviesa a la joven marine por un costado, la mujer suelta su escopeta que cae al suelo mientras gruñe de dolor, el consiguiente mordisco también le alcanza en su brazo izquierdo, pero García es mucho más rápida que Johnson y consigue soltarse del bocado del animal antes de que la saliva de este corroa su carne.

El segundo animal deja de aullar e imita a su congenere cargando con su cornamenta contra Dillinger que la esquiva girando sobre su eje, el animal lanza un bocado al mismo tiempo que el marine gira, por lo que el mordisco falla de forma estrepitosa.

Tyler se centra en este último animal al que ha atacado Bromhead y que al parecer ha pedido ayuda, dispara su P90 contra él en fuego automático, obligando al animal a replegarse dejando a Dillinger unos segundos para respirar. García cae al suelo donde recoge la winchester y dispara dos veces contra el alien que la ha herido de gravedad, que evita los disparos moviéndose con rapidez alrededor de la marine.

Frost al ver a su compañera en el suelo y acosada por el animal, dispara contra él en fuego de supresión, las ráfagas del M249 obligan a la criatura a encogerse y correr por la sala, pero no deja de moverse en círculos alrededor de García, su presa malherida en el suelo... Su instinto depredador falla al alien que finalmente es alcanzado por las dos últimas balas de Frost en el cráneo y lo matan al instante, el "bicho" cae sobre la teniente de los marines que lanza un pequeño grito de asco.

Bugle se mantiene firme ante las órdenes del capitán Tyler y le asiste en su ataque contra la criatura que este y Bromhead han fijado como su objetivo, cuando ilumina brevemente con su linterna vé como el animal parece agotado y dispuesto a huir al ver a sus tres compañeros muertos, pero la munición perforante de la capitán de las Fuerzas Aéreas atraviesa el lomo del animal cuando se preparaba a saltar al techo y desaparecer entre la oscuridad de la bóveda, impidiéndole escapar y dándole muerte.

Todo parece haber acabado, los marines bajan sus armas lanzando suspiros entrecortados por la tensión del combate, Dillinger ayuda a García a levantarse, parecen tener un instante para tomarse un respiro... Pero no.

La compuerta que Ann cerró de manera eficaz, se abrió de par en par y los jaffa que la joven había dicho haber visto entraron por ella. Uno de estos lanza dos rápidos ataques cuerpo a cuerpo con su lanzadera contra la ingeniera del IOA, que fallan estrepitosamente, golpeando primero al marco de la puerta y después al suelo a casi un metro de la joven.

Mientras un segundo jaffa que está al lado de las puertas y parece ser el que ha abierto las mismas, toca otro símbolo que hay en el panel de la compuerta y las luces se encienden, cegando a todos los que llevan visión nocturna y los otros dos se internan en la sala, y disparan contra Dillinger y García, que conforman un blanco mayor al estar agarrados. Ambos soldados que están cegados y por lo tanto son incapaces de esquivar el disparo de energía mueren atravesados por el impacto de las armas jaffa.

Reynolds y O'Brien no consiguen librarse de la ceguera que les causa el visor nocturno a tiempo y se llevan las manos a la cara quitándose el monocular, sus armas caen sobre sus pechos sujetas por las correas de estas, Stewart sin embargo consigue anticiparse a los jaffa y desprenderse del visor antes de que las luces se enciendan por lo que levanta el rifle M4 que porta y dispara contra uno de los jaffa, obligándole a rodar por el suelo.

Parecía que ya no había más perros, pero aunque se las prometían muy felices, la cosa no acabó ahí. Dos jaffas entraron por la puerta supuestamente cerrada, y empezaron a atacar. Uno de ésos cabrones encendió la luz, y Frost sintió claramente el dolor del repentino destello.

-¡Ah, mierda!

Mientras se quitaba la lente, con los ojos medio cegados y doloridos, le pareció ver que García y otro marine habían caído... O al menos, algo había caído donde estaban ellos antes. Lo más sensato sería tirarse al suelo, ya con ambos perros muertos. Y éso es lo que hizo el marine. 

Tyler no titubeo.

Vió entrar por su visor a dos enemigos más a la sala, y automaticamente, se tapó la lente con una mano.

Tenía la ligera impresión que en algún momento, las dos nuevas criaturas del averno iban a realizar alguna jugarreta, y así lo hicieron.

Aún con la mano sobre el lente, notó como la claridad se hacía presente en la sala y veloz como un relámpago, se subió el visor nocturno, abriendo lentamente los ojos para que se habituaran a la nueva claridad y pudo ver a los dos enemigos, algo borrosos, pero sabía muy bien dónde se encontraban.

- ¡Dos pecadores a las doce en punto! - Gritó mientras levantaba su arma para abrir fuego.

¡Hijos de perra! Un fogonazo de luz. Las cosas pintaban feas, con un par de fiambres por su bando, así que evitó ser un blanco fácil para los jaffa, simplemente poniéndose cuerpo a tierra tras las escaleras, donde estaba, mientras se quitaba el visor y trataba de acostumbrarse a la luz.

-¡Fuego de supresión! -dijo- ¡No dejéis que se vayan de rositas!

Cuidado con lo ojos! gritó cuando se iluminó la sala. Pero su aviso llegó tarde para algunos. Incluso a ella, que no llevaba  gafas infrarrojas, le costó un tiempo adaptarse al cambio de la luz. Parpadeó rápidamente un par de veces, pero seguía viendo borroso. Vio como los jaffa atacaban a White y disparó contra ellos, pero en vez del sonido de disparo escuchó un breve y seco " click". No me jodas... Se agacho rápidamente, intentando desencasquillar el arma. Se me ha encasquillado!  gritó avisando a los demás. Disparad a esos cabrones, por dios!

Ann estaba desesperada. ¿Sería este su final? Cara a cara con un jaffa, le dispara ¡y no le da! Otro cerca, y otros dos, que por suerte, han avanzado ignorándola. ¿Seguirán ignorándola por mucho tiempo? ¿Se girarán y la dispararán los cuatro a la vez? ¿Será este el final de la Agente de la IOA?

- Nonononono... - susurra, apunto de tener un ataque de pánico. Ataque que en este momento no se puede permitir.    Aunque puede que sea el último momento en el que se lo pueda permitir. 
- Y si oyen mi voz esos se girarán. - piensa, desesperada... aunque al menos eso la hace callarse. - Corre. Tu vida va en ello. Tal vez si te alejas... fallen. Tan cerca no lo harán

Y eso es lo que hace. Tal vez no sea la idea más inteligente, pues intenta alejarse de los cuatro jaffas a  la vez, sin saber si servirá de algo. Al menos, se quita del medio para cuando sus compañeros disparen.
- ¡Fuego, de supresión, ráfagas, lo que sea! - grita con una vocecita histérica.
- Mierda, ¡se supone que no querías llamar su atención! ¡idiota!

No está claro si aposta o no, Ann acaba en el suelo cuan larga es. ¿Intenta ponerselo difícil a los jaffas? ¿Pura mala suerte? Seguro que, si al final pueden preguntarla, Ann dirá que es la primera opción. Ahora... no es persona de jugar al poker, por lo que cualquiera podría saber la verdad.

- ¡Cuerpo a tierra todos! - Grito Evans mientras descargaba dos ráfagas cortas sobre los enemigos que estaban más cerca de su compañera.

Había pensado en lanzar una granada, tenía que acabar con el enemigo y esos engendros no tenían que existir.

Dios no permitiría que unas criaturas de esa calaña anduvieran pululando entre los mundos masacrando humanos.

Y Evans, como la mano del Señor iba a purificar a todos esos enemigos.

- Morid, desgraciados. Bienvenidos a mi mundo. -

Bromhead se quita las gafas pero demasiado tarde, por lo que cegado decide echarse cuerpo a tierra para ofrecer el menor blanco posible. Ann dispara contra el jaffa que le atacaba cuerpo a cuerpo casi a quemarropa, pero el disparo da contra el marco de la compuerta por lo que la joven del IOA decide alejarse del alienígena y salir de entre todos esos jaffa.

El capitán Tyler si que se deshace de las gafas a tiempo, anticipándose a lo que los esclavos de Ra tramaban, ordena a los cegados imitar a Bromhead y echarse cuerpo a tierra mientras dispara su P90 contra los dos rivales más adelantados, a uno de ellos lo alcanza con tres certeros tiros, dos de las balas se alojan en su pecho al lado del corazón mientras la última impacta en plena cara del alienígena que cae al suelo muerto. La siguiente ráfaga la realiza contra el otro soldado del goa'uld que evita el primer disparo echándose a un lado, Tyler enfoca su visión, todo parece ralentizarse a su alrededor cuando consigue apuntar de nuevo de manera precisa y alcanzar al jaffa con los otros dos siguientes cartuchos de su ráfaga, la primera bala impacta en el costado del atacante que gira en el aire debido a la fuerza del impacto, la segunda le dá en el cuello, atravesándole la carotida y matándolo al instante.

Frost se echa al suelo cegado ante las órdenes de Tyler y su propio sentido común, también su entrenamiento de marine deja claro que en una situación así hay que ir directo cuerpo a tierra. Bugle apunta y dispara, pero su arma se encasquilla, dedicando los siguientes segundos a echar la palanca del fusil atrás para extraer la bala atascada.

Los dos jaffa restantes disparan sus lanzaderas contra O'Brien y Reynolds que siguen cegados y aun no se han echado al suelo, el marine de origen irlandés es alcanzado de lleno por el impacto de lanzadera, que lo mata en el acto, el afro-americano sin embargo tiene más suerte, el haz de energía sale muy alto, impactando contra el artefacto goa'uld que levita sobre la habitación.

Ambos aliénigenas huyen tras disparar hacia la parte izquierda del pasillo justo cuando Stewart dispara contra uno de estos y los marines de guardia en la sala de los anillos aparecen por las escaleras y disparan contra el mismo jaffa, que cae muerto frente a la puerta secreta, que se cierra a tiempo de evitar que los ataques de los soldados alcancen al ultimo alienígena a la fuga.

Los marines de guardia corren hasta la sala y se reunen con todos vosotros, todos menos dos que se quedan frente a donde estaba aquella puerta secreta, apuntando con sus armas y listos para disparar.

Cuando atraviesan la puerta y ven todos los cuerpos, dejan de correr y empiezan a caminar despacio, mirando a su alrededor. El capitán Tyler está frente a ellos, en el medio de la sala, mirando al suelo, García, O'Brien, Johnson y Dillinger...

Las bajas habían sido numerosas, aquella misión de rescate estaba claro que iba a ser un fracaso... Solo quedaba detener a Ra y eliminarle de una vez por todas, solo eso podría hacer que aquellas muertes hubiesen servido de algo.

Evans miró a los caídos con el rostro serio.

Pero no había tiempo para llorar, ni para pensar en ellos, ni para dejarse llevar por las emociones. Habían caído en acto se servicio y sus acciones no serán olvidadas, para siempre recordadas. Evans mismo se encargará de ello. No iba a dejar que ningún soldado de su equipo pereciera en vano.

Se acercó a Johnson y le quitó su dogtag y su arma, así también como la munición.

Le cerró los ojos de manera paternal y susurró una oración durante dos segundos.

Los que estaban cerca de él pudieron escuchar algo así como: No dejaremos a nadie atrás, soldado.

- Coged las armas y la munición, así también como sus identificaciones. Volveremos por ellos al regresar. - Dijo Evans mientras miraba a los que había sobrevivido. - Rápido, no tenemos tiempo que perder. -

-Sí, señor...-dijo Frost, mirando con algo de lástima a los caídos. Unos buenos marines que habían muerto por aquellas cosas. Se acercó a registrar los cuerpos de sus camaradas, cogiendo las chapas, las granadas, y la munición que pudiera serle útil. Cuando hubo acabado se presentó ante el capitán Tyler, listo para seguir. 

Se incorporó y se acercó a los cuerpos. Comprobó los pulsos, mas que nada siguiendo el protocolo. Con los disparos y mordiscos que han recibido no hay quien sobreviva. Aunque no les conocía muy bien, perder a los compañeros en un misión siempre era duro, sin mencionar que ya ha perdido a todo SG8. A saber donde están ahora ...pensó en las personas desaparecidas a las que vinieron a rescatar supuestamente - tal y como vamos no creo que estén vivos a esas alturas.  Sin embargo, no se dejó llevar por el natural sentimiento de tristeza y se obligó a pensar en el presente: al parecer iban a necesitar muchas mas balas, si querían cumplir la misión, así que recogió la munición de uno de los caídos. Se incorporó y miró a Evans, que estaba al lado: Vamos a darle por el culo a Ra, dijo acomodando la correa del fusil en el hombro. 

Ann se levanta del suelo aún algo asustada y temblorosa. Aún así, camina hacia donde se encuentra el resto del grupo.

- Dejad los marcadores que llevaran, - dice casi en un susurro, como si pudieran ser molestados. - así recuperaremos sus cuerpos. Pero mirad si tenían algún otro equipo importante, no sólo armas. - dice agachándose hacia ellos, registrando por si tenían algo útil, mientras les cerraba los ojos. 

El combate había terminado, pero no se fiaba de aquella trampilla. Quizá llevaba a un lugar interesante. Tras la adrenalina del combate, se dió cuenta de que estaban quitando el equipo a las bajas, y quedándose con sus chapas. Se acercó a ver si podía otro STANAG o munición 5,56. Casi había agotado un cargador en el primer enfrentamiento. Luego se santiguó y dijo unas palabras.

-Oh señor mi Dios. Acoge en tu seno a estos valientes, que dieron la vida por ti, por su patria y por su planeta. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los presentes se sorprendieron un poco de aquella explosión de religiosidad. Pero él, después de todo, era un sureño. Vió que Ann había cogido un fusil, y tras guardarse lo que encontró, se acercó a ella y le dió unas explicaciones básicas sobre como funcionaba el arma.

-No dispares en full auto si no puedes asir el arma fuertemente. En las ráfagas de 3 siempre se te desviará hacia arriba y a la derecha, así que trata de compensarlo apretando el bíceps de la mano izquierda. Cuando no estemos en combate ponle el seguro. Estos cacharros se disparan con facilidad cuando están cargados.

Se acercó luego a la trampilla, y colocó su visor en infrarrojo, tratando de ver si el jaffa seguía emboscado detrás o se había largado.

Edwards se acerca a los capitanes tras recoger las municiones y todo lo que pudiese ser de utilidad - Señor, llevaremos los cuerpos a la sala de los anillos y los trasladaremos a la Hammond, - explica con voz firme aunque algo rota, todos los fallecidos eran buenos amigos, colegas de poker - ¿quiere que mantengamos la posición en la sala o nos internamos en el templo? - pregunta después, esperando nuevas órdenes.

Mientras el cabo de los marines decía aquellas palabras, Adams, McMorris y Winger empezaban a cargar con los finados y a llevarlos en dirección a la sala de los anillos. Los marines, como todos los cuerpos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos de América, no dejaban nunca a nadie atrás.

- Bien, llevad los cuerpos a la nave, nosotros continuaremos avanzando. - Dijo el capitán. - Después, volved a vuestras posiciones actuales y proteged la retirada. Vamos a internarnos en el Templo y no me gustaría que me atacaran por la espalda. Un equipo de seis es más que suficiente. -

Tyler miró a los demás.

- Preparaos, avanzamos en tres minutos. -

El cabo saluda militarmente al capitán antes de darse la vuelta y comenzar a ayudar al resto de sus compañeros con los cuerpos de los caídos. Stewart estaba de guardia frente a la puerta secreta, apuntando a la misma con su rifle de asalto, preparado para disparar si aquellos alienígenas cabrones se atrevían a volver por ese lugar.

Pero algo decía a todos que no era así, que seguramente apareciesen por otro lado en cualquier lugar y cualquier momento, aquello era después de todo un templo egipcio, con seguramente multitud de cámaras y pasillos secretos.