Partida Rol por web

Cinthia se lo pensó un poco, luego con gracia pasó uno de sus dedos que tenía extrañamente conservados sobre la mesa

-¿Lo necesitas vivo?

Al mismo tiempo pasó su dedo por la nariz oliendo la sangre

-Ahhhg, de alguna forma es intoxicante! hahahaHAHA-

Cinthia parecía reaccionar a la sangre de demonio de una forma extraña, se limpió escrupulosamente con una especie de toallita que sacó de algún lugar de sus ropas.

-¿Cuál es tu nombre? Trol, y más importante, ¿Ayudarías a una dama necesitada?

Dijo con un dejo de sarcasmo, esperando impaciente la respuesta del pequeño trol, relativamente hablando... esta vez con ambos ojos muy abiertos.

Frunzo ligeramente el ceño ante el aspecto de ir a susurrar de la renegada pese a estar frente a mí, aunque por la máscara que llevo no se ve y luego las palabras son perfectamente audibles, para culminar después con una petición cuando menos compleja del boticario. Mientras meditaba su petición, la otra mujer, haciendo gala del poco juicio que venía mostrando hasta ahora coge algo de sangre con un dedoy la acerca a su cara, aspirando después fuertemente... Por mi posición no sabía si sólo la olió muy de cerca o absorbió algo, pero igualmente mi espalda se tensa haciéndome llegar a los 2,20m o más del escalofrío al ver tamaña estupidez.

- ¿¡Está' loca!? -la regaño, recordando todas las lecciones que me había dado sobre infecciones demoníacas y similar mi antiguo maestro.

Después giro la cabeza hasta el apotecario.

- ¿Pero tú ha' vi'to eso? -le digo al boticario- ¡En e'te mundo terminará tran'fo'mada en Demonio ante' de dar diez paso'!¿¡De ve'dad va' a pedi'le que se ace'que a ene'gía malihna!? -pregunto, claramente escandalizado por el proceder de la no-muerta.

-¿Loca? ¿yo? - Cinthia pregunta con verdadero desconcierto - Deberías tranquilizarte Pequeño Trol - Comienza a levantar la voz y a sonar de una manera espeluznante - Nosotros somos boticarios, nuestros cuerpos sin sangre están enbebidos en líquidos innombrables,  respiramos horribles vapores que ningún mortal podría soportar y la sangre de orco derramada JAMÁS NOS ASUSTARÁ!. - Se detiene un poco para tomar aliento, uno de sus viejos vicios de cuando estaba viva, y ahora más calmada comenta - Me llamo Cinthia, - hace una pequeña reverencia - no me hagas preguntar tu nombre de nuevo, Trol.
 

.-Ya has notado que compartimos las mismas facciones que los demonios eredar, pues hubo un tiempo que eramos la misma raza pero la intervención del demonio Sargeras influención a Kil'Jaeden y Archimonde.-empiezo el relato de la historia de mi raza por el principio y con un trago de cerveza:-Nuestro líder, Velen, logró evacuar a los que pudo y no estaban corrompidos por la vileza y hubo un tiempo en que vivimos en paz con los orkos, aunque cueste creer-lo.-mientras decía aquellas palabras una punzada de dolor atravesó mi corazón:-Yo nací en este mundo, antes de que Kil'jaeden nos obligara a volver al exilio, de ahí nuestro nombre, draenei. Exiliado. Los orkos destruyeron mi hogar y ahora vuelvo a estar aquí, aunque es totalmente diferente a como lo recuerdo.-

Mientras comíamos y seguía explicandole maravillas de los draenei, cuya fuerza residía en la devoción por la luz y por los Na'ruu, llegaron noticias de una partida de orkos viles abatidos, pero por ninguno de los dos bandos, ni Alianza o Horda:-Eso parece interesante. Lo investigamos?

Antonovich miró a la boticaria con una sonrisa maligna.

Si querida, necesito un espécimen vivo para hacer mis experimentos. Una cosa es ver como reacciona la sangre, la otra es ver como reacciona el orco.

El renegado estaba terminando de limpiar las gotas de sangre que seguían ensuciando su mesa de trabajo.

Si queremos derrotarlos necesitamos saber que les da más dolor y la única forma de saberlo es con un orco para torturar.

En eso mira al trol con una sonrisa.

Creo que entendí la mitad de tus palabras amigo trol, pero lamentablemente la única forma de derrotar a estos demonios es acercándonos y asesinándolos. Podemos llegar a corrompernos por sus fuerzas, si. Pero lamentablemente aquí no podemos tirar una bomba desde una catapulta, tenemos que ensuciarnos las manos.

Luego de decir esto mira a Cinthia y dice con superioridad.

Creo que repitiendo la pregunta entenderá, los trolls son una raza sumamente inteligente pero muchas veces no son la más cordial.

Esto último lo dice como si Gul no estuviera en la habitación.

Tras comer el orco y el elfo salieron de Thrallmar y se dirigieron hacia la zona de las Murallas de Fuego Infernal. Allí encontraron una de las forjas de los orcos viles. Lo primero que les sorprendió era que toda la estructura era claramente visible, tanto la forja como el yunque estaban expuestos al aire libre y no había paredes que delimitaran la entrada o la salida del lugar. Más adelante podían ver dos orcos viles con armadura de combate y tras ellos uno que claramente era un peón trabajando en las armaduras del resto.

Sobre lugares para escapar la cosa la tenían demasiado fácil. La estructura estaba apoyada contra una muralla enorme pero las otras tres caras no existían por lo que tenían posibles salidas hacia el norte, oeste y sur. Sobre los movimientos de las tropas no pudieron sacar nada en limpio, al parecer el único que se tomaba en serio su trabajo era el herrero porque los guardias no hacían más que descansar mirando el horizonte.

Me llevé la mano izquierda a la máscara y la desencajé sólo un poco, sin dejar ver el rostro debajo, y metí la derecha en la rendija para frotarme ligeramente los párpados mientras un profundo suspiro resonaba desde lo más hondo de mi pecho.

- Vale, caramue'to, traerémo' a tu orco. Ya te veo ensucia'te la' mano' por re'ponsabilida' al tira' lo' ingrediente'. -le digo a modo de desquite al apotecario- Me llamo Gul, y si te vuelve' un demonio te tiro po' el barranco grande de allá, así que ten cuidao. -advierto mirando a Cinthia, no fuera que se pusiese a beber frascos aleatorios que llevasen los orcos, si los llevaban, o cualquier otra cosa.

Algo me decía que todo esto iba a ser una pésima idea.

El relato de Nerghan es muy interesante y tiene mucho sentido. Contra lo que muchos pensarán, juzgando a su pueblo por los actos del resto, asiento con mi cabeza antes de responderle:

 - "Entonces el significado de la palabra "Draenei" debería significar "valientes" pues es mucho el valor que se necesita para rechazar el poder en nombre del bien y la pureza. Muchos son, a través de los eones, quienes han sucumbido a distintos tipos de tentaciones por un poco más de poder, condenando todo lo bueno y hermoso de sus mundos. Esa es la labor de los demonios y nosotros nos oponemos a ellos con valor pues luchamos por nuestro mundo pero ustedes lo hicieron en el principio de los tiempos, sin nada más que cuidar que sus propias almas y eligieron su entereza. Eso es loable, amigo mío, verdaderamente loable."

Entonces oímos las palabras de esos orcos viles que fueron acabados por manos misteriosas, ataque que nadie se atribuye. Asiento a las palabras de Nerghan pues es algo que deberíamos investigar:

 - "Averigüemos qué sucedió. Mis hermanos druidas han estado por milenios, pueden esperar un poco más."

Me pongo de pie y pago al tabernero por sus servicios, antes de retirarme junto al Draenei a ver qué es lo que podemos saca de aquel misterio.

-Entonces, dónde deberiamos empezar boticario? Algún orco solo patrullando por ahí? O necesitamos acercarnos a la ciudadela de fuego infernal? - Si es esto úlitmo, pensó Cinthia, necesitaremos un plan más elaborado, quizá necesitemos hacer algunas compras...

-Qué dices Gul? tienes alguna idea en mente?

Medito un momento ante la nueva intervención de la renegada y finalmente me encojo de hombros.

- Podemo' cabrea' a uno que e'té apa'tado. Mi' amigo' tótem' lo paran un poco pa' que lo t'aigamo' y lo debilitemo' sin rie'go. -sugiero con algo relativamente básico...

Era relativamente sencillo encabronar a un orco, contaba con que la sangre de demonio no paliase ese rasgo... Sino más bien lo contrario.

El boticario los miró con cara de sorpresa al pedirle un poco más de aclaraciones.

No me sorprendería esa pregunta del troll, pero si de una renegada y más de una integrante de nuestra gloriosa sociedad. Necesito un orco vivo, no importa de donde lo saque. Ahora vayan a buscarlo mientras yo limpio este desastre.

Tras la despedida que les propuso el boticario empiezan a caminar por las empolvadas calles de Thrallmar. La fortaleza orca no era más que una serie de construcciones relativamente cercanas pero aún así no se diferenciaba mucho de las enormes ruinas que tenía a poca distancia.

La ciudadela del fuego infernal era una construcción gigantesca que se encontraba prácticamente en ruinas. En las grandes murallas de las ruinas podían ver como legiones de orcos rojos se movían de manera vigilante. De todas formas los orcos caminaban por toda la región por lo que no necesitaban acercarse mucho a la fortaleza para encontrar a un orco solo y distraído.

Tras varios minutos caminando llegaron a un lugar que parecía prometedor. Aquí tres orcos estaban custodiando un pequeño campamento y no parecían muy concentrados para repeler una emboscada.

Elfo y draenei se despidieron del tabernero y pusieron manos a al obra. Por lo que ustedes habían podido escuchar los cuerpos de los orcos muertos se encontraban cerca de la muralla principal de la ciudadela del fuego infernal. Por esta zona había un par de estructuras que antes habían pertenecido a la gran fortaleza orca pero que hoy en día no eran más que ruinas.

Tras caminar unos minutos encontraron un cuerpo atrofiado en el suelo. A simple vista era difícil darse cuenta de lo que estaban mirando, de todas formas al mirarlo más de cerca se daban cuenta que era un orco con diminutas agujas clavadas en varias partes de su cuerpo.

Mientras estabamos detrás de unas piedras discutíamos sobre lo que habría que hacer:

-Es tu oportunidad para traer uno hacia acá troll- susurrando - te daré un dato que escapa a las mentes poco entrenadas en la no-muerte, esta nos hace más fuertes, aunque solo veas huesos y retazos de piel, los no muertos somos más fuertes que cuando estabamos vivos, creo que sería capaz de sujetar un orco el tiempo suficiente para  noquearlo, pero no tengo forma de hacer que no alerte a los demás...  - la no-muerto se lamentó de no traer equipo decente para la ocasión, sólo con sus manos tendría que ser suficiente. -Así que, dime Gull, ¿Que tienes en la cabeza? -Le pregunto al verlo pensativo.

Salimos de la seguridad de nuestra fortaleza para llegar a la zona donde nos habían indicado que habían unos cuerpos de orcos viles asesinados de manera muy extraña. Caminamos hasta casi la fortaleza de los enemigos, donde nos topamos con un cuerpo que nos costó mucho en identificar como un orco.

Me agacho para poder investigar mejor y ver qué puedo sacar en claro de lo que estoy viendo.

Escucho la proposición de la no-muerta y paso la mano por la parte baja de la máscara como si lo hiciese por mi propia barbilla, tal era la costumbre de llevarla puesta.

- ¿Y cree' que puede' captura' a uno sin que lo' otro' te vean? -respondí también en susurros, poco seguro al respecto mientras estudiaba cómo se movían. Los orcos solían ser propensos a gritos, gruñidos... y a ser más brutos que un bocadillo de escombros- Podemo' tira'le una piedra a uno cuando se 'epare del re'to y no' quedamo' e'condío'... Suelen tene' ba'tante confianza en su fue'za, puede que revise solo... Entonce' mi totem lo atrapa y lo molemo' a palo'... igual lo dejamo' fuera de combate ante' de que grite. -concluyo.

¿Qué clase de obra maestra esperaba? Mis hechizos no eran capaces de callar a un bicho de esos...

Salimos de la seguridad de Bastión de honor y nos adentramos en la Península de Fuego infernal, la antígua selva de Tanaan, antes de que la corrupción lo destruyera todo. A lo lejos se alzaba la Ciudadela de Fuego infernal, donde se decía que estaba el cadáver del orko vil abatido. Aldarion y yo nos adentramos en el territorio orko y vemos el cadáver. 

Al llegar, Aldarion se agacha para inspeccionar al orko y de mientras yo observo los alrededores en busca de pistas. 

Gul se quedó esperando a que uno de los orcos se alejara y uno quedara expuesto.

 Fue en ese momento que se acercó al orco e intentó hacerlo caer sobre su propio cuerpo para silenciarlo. Lamentablemente las manos del troll no fueron lo suficientemente rápidas como para evitar que el orco grite.

¿Me va a ayuar mueta?

En el suelo el orco y el troll rodaban entre el polvo rojo de la Peninsula del Fuego Infernal. Del otro lado del campamentito vieron como los dos orcos se acercaban amenazantes hacia ustedes dos.

Aldarion buscaba por todos lados sin encontrar absolutamente nada. Nerghan empezó a mirar más a fondo el terreno y vió unas huellas que le parecían conocidas. Tras mirarlas se dió cuenta que eran pesuñas de un draenei y que claramente no eran las suyas. Si las miraba con más atención se daba cuenta que la criatura no era tan parecida a él, pero claramente era una especie de Draenei o de Tabulk.

El sendero desaparecía a los pocos metros, pero podían sacar en claro que la criatura se había movido en dirección oeste.

Mis ojos no fueron capaces de encontrar nada hasta que Nerghan me indica que ve unas pisadas. Las veo y no me parece que sean de ningún tipo de criatura que reconozca. De todas formas, su rastro era claro hacia el oeste.

 - "¡Vamos a seguirlas! Su imagen solo ha despertado mi curiosidad y seguirlas es la única forma de saber quien las hizo."

Me pongo a rastrear los pasos, siguiendo su pista y determinando así a donde fue. Mantengo mi arma con fuerza entre mis manos para estar listo por si aparecen enemigos, pues estamos en el exterior y un ataque puede aparecer en cualquier momento.

El trayecto era poco visible por las capas de fino polvo rojo que se amontonaban sobre las pisadas. De todas formas, Aldarion era un élfo nocturno y si había algo en lo que ellos eran buenos era en ver cosas invisibles a simple vista. Mientras caminaban sentían el calor del desierto en sus espaldas y la incómoda sensación de que alguien o algo los estaba observando.

Tras unos minutos de caminata las huellas desaparecían y llegaban a lo que parecía un campamento. Al mirarlo estaba totalmente abandonado pero podían ver que entre las armas que había apoyada contra las chozas se encontraban largos lanzadores de dardos.