Partida Rol por web

Perfecto, gracias. No era así como me lo había imaginado.

Entonces me mantengo a la espera. Podías poner, si no es mucha molestia en el off, el orden de iniciativa para que nadie esté esperando de forma equivocada. Ahora que nos hemos juntado casi todos.

Erik atacó con furia a una de las infectas críaturas que vino a atacarle

-Explorador ¿Donde está el ladrón? grito mientras combatía.

La Espada del Paladín golpeó el yelmo de cuero del goblin que desvió el golpe.

Subitamente en ese momento del combate, cinco cuerpos de goblins cayeron inertes por la trampilla para no moverse más, los cuatro goblins que siguen luchando se muestran menos convencidos.

Rápidamente pego un salto y con todas mis fuerzas intento dar al goblin, al cual destrozo completamente el cráneo de un bastonazo, tras eso, pego un grito intimidatorio.

Agh!!!!!!

Viendo como el grupo iba uno a uno eliminando a los gobblins, quizás por la fuerza de verse por fin reunidos. El bárbaro desenvainó su espada, asiéndola con las dos manos. Esperó a que el desdichado gobblin que cargaba contra el se acercase aún mas.

Aprovechando su envergadura y el alcance que su arma le proporcionaba, la verdosa criatura no le dió tiempo ni amagar un ataque. El espadón del norteño, en un movimiento circular y ascendente, partió en dos a la vil bestia. 

El nómada, comenzó a reír sonoramente. Excitación, éxtasis y algo mas...

Al ver la desolación los goblins intentan huir hacía la empalizada para salir fuera de allí. Dos de ellos logran salir escalando la empalizada, pero uno de ellos queda intentando saltar la muralla.

Yusuf apareció en la atalaya y disparó su ballesta hacía el exterior.

-¡Estamos cercados! gritó el sureño - Hay una docena de esos monstruos ahí fuera.

Cáledan aprovechó la huida de los goblins para recoger la espada que se le había caído e ir inmediatamente a socorrer a u perro. No le importó si venían más, si tenían que irse o si el mismo demonio estaba detrás de ellos; su prioridad era Jimmy. Así que aprovechando el cuerpo del goblin que yacía al lado del can le rajó sus vestimentas y las usó como vendas, taponando como buenamente pudo la herida de su compañero, y cuando terminó colocó su oído en su pecho y una mano en su cuello para saber si respiraba o tenía pulso, mientras se afanaba en decir:

- Vamos amigo, sigue mi voz, resiste, no me abandones ... - dijo con un notorio tono de pena y preocupación.

El explorador sintió un enorme alivio al notar que aún vivía y que su improvisado remedio servía al menos para contener la hemorragia, pero obviamente no iba a dejarlo allí. Así que cogiéndolo con cuidado lo metió en una tienda para resguardarlo y le colocó su capote alquitranado por encima esperando que el calor lo ayudara a seguir adelante, pero antes de abandonar la tienda le dijo:

- Te pondrás bien Jimmy, pero debes ser fuerte y descansar. Deja que ahora sea yo quien te defienda amigo.

Una vez fuera, empezó a ver como se les venía encima otra oleada, la retirada no era una opción para él en aquel momento, ni se le pasaba por la cabeza dejar a su perro atrás en su estado. Así que colocándose cerca de la tienda en la que descansaba Jimmy, sacó su arco y se preparó para disparar al primer goblin que asomara por el muro, dejando claro a sus amigos que él iba a luchar.

El Paladín empezó a husmear por las tiendas, despues de recoger su jabalina. Volvió alarmado.

Creo que el conjuro del quemaposadas afecto a algunos de los Goblins de las tiendas dijo con seriedad mientras señalaba a una tienda cercana -hay cinco más durmiendo en aquella tienda, deberíamos hacer algo antes de que despierten.

La finalidad principal es matarlos mientras están dormidos para que no den guerra, Sir Erik

Le digo al paladin, instandole de que vayamos a las tiendas acabar con los goblins

Inmiscuido en el fragor de la batalla, hace caso omiso de las palabras que tienen lugar a pocos metros de el. Su atención esta fija en su siguiente objetivo. Algo se mueve, huye hacia la empalizada. El bárbaro, carga contra ellos. Dos logran escapar uno queda atrapado, justo cuando la espada de Blür lo empala por la espalda.

Apoya su pie contra el cuerpo inerte de la criatura y a la ves que extrae su arma, grita; _POR TARANIS!!!!

Los goblins parecen contentarse con rodear el campamento por ahora, a lo lejos se escuchan golpes como de hachas contra la madera ¿Estarán cortando un arbol? De mientras, en el campamento, Sir Erik ha encontrado a 5 goblins dormidos por el hechizo de dormir de Baern hace 5 turnos. Alguien debería hacer algo para evitar que despierten.

Por otro lado, Yusuf sigue atrapado en la torre, no hay cuerda para bajar. Bueno, si hay, pero se corta a tres metros antes del suelo.

Cáledan comprobó como Blür acababa con el pobre desgraciado que no consiguió escapar a tiempo y viendo que Yusuf se había deshecho sin problemas de sus enemigos le dijo gritando hacia arriba:

- Eeee, Yusuf, ¿todo bien ahí?, ya buscaremos la forma de que bajes, pero de momento sigue disparando y dinos que están tramando esos malditos cabrones.

Luego esperando que el paladín cumpliera rápidamente con la ejecución de los goblins dormidos, se puso a mirar las tiendas restantes por si quedaba alguno más dormido y acabar rápidamente con él. No le hacía mucha gracia el sonido de madera cortada, probablemente estarían cortando un árbol para usarlo como ariete y derribar la puerta. Si era así podían prepararle una buena trampa de bienvenida, pero dudaba que llegara a ser tan fácil ...

La cosa pintaba mal. Estaban rodeados y la atalaya estaba infectada de goblinoides, y la via de escape se había visto truncada pues los mal nacidos habían cortado la cuerda. ¿Estaban atrapados? Ya encontrarían otra forma. Escuchó a su compañero, la voz de Caladan llegaba entrecortada sin duda también libraban batalla ahí abajo.

- Pues estamos atrapados aquí dentro, esos mal nacidos cortaron la cuerda y estamos rodeados as´ique tendremos que matarlos a todos para salir o encontrar una salida.

Blür aún enfrascado en su frenesí de sangre, gira la cabeza aún lado y a otro, en busca de mas enemigos. Cáledan grita algo que no logra entender antes de internarse en una de las tiendas, Baern está inmóvil de pie donde lo viera por última vez y Erik, espada en mano entra en otra tienda.

El norteño decide seguir junto al paladín, así que se encamina hasta su posición y entra detrás de el. Lo que ve no deja de entusiasmarlo, cinco gobblins tirados en el suelo profundamente dormidos.

_ Ei!! Rubio, esto va a ser como quitarle una espada de madera a un niño. Dijo sin dejar de sonreír.

Uno a uno fueron dándoles un golpe de gracia, Blür, los giraba sin no estaban boca abajo, y colocando la punta de su espadón en la nuca de los desgraciados, iba repartiendo misericordia a esas criaturas. 

Un clamor de voces goblins suenan en el exterior. Parece que los endebles trasgos traén algo a cuestas. En ese momento, un golpe sordo golpea la puerta retumbando firmemente. Parece que están usando un ariete.

El explorador salió rápidamente de la tienda en cuanto escuchó el primer impacto. Tenía un plan en mente, pero necesitaba hacerlo rápido, por lo que dirigiéndose a Baern, que era el que estaba parado y esperando que el resto de sus compañeros lo ayudaran también, dijo:

- Mago, entierra esta cuerda horizontalmente, un metro detrás de la entrada, y hazlo que quede doble y que esté totalmente extendida - dijo mientras le entregaba su cuerda, y dirigiéndose a la tienda en la que estaban los guerreros dijo - ¡Eee! necesitamos vuestra fuerza para aguantar la puerta principal, aún necesito algo de tiempo para preparar la trampa - y acto seguido se puso a colocar algunos barriles y cajas a los lados de la puerta.

Su intención era enterrar parte de la cuerda en la entrada, mientras que los cabos sobresaldrían por los extremos, donde están los barriles. Dos de ellos se ocultarían detrás de los barriles y tensarían la cuerda a la vez en cuanto el enemigo cargara para entrar, tras romper la puerta; cayendo al suelo y quedando vulnerables para el ataque de los dos que defenderían la puerta. Por supuesto, no tenía tiempo de explicar todo esto, si alguien inteligente pillaba sus intenciones mejor, sino tendrían que limitarse a confiar en él.