Partida Rol por web

El torbellino de polvo de hadas te transporta dando vueltas y haciendo que te sientas algo mareado. ¿Es una venganza de esas jodidas hadas? ¡Que sinvergüenzas!

Cuando el torbellino desaparece y recuperas la compostura ves que te encuentras en un lugar que no sabrías bien reconocer; era un sitio lleno de árboles, con una fuente, bancos y... ¿Eran columpios infantiles? Jurarías haberlo visto en un catálogo del Infierno (Porque os llegaban catálogos y revistas del mundo exterior sí, sí, sí).

¿De verdad has podido llegar? ¿Estás vivo de nuevo? Incluso te tomas tu tiempo en observar tu nuevo cuerpo hasta que escuchas la tos de Roth frente a ti. ¿Cuándo había aparecido de nuevo?

-Bueno, has pasado la prueba. Ya estás aquí. ¿Recuerdas todo lo que te conté? Número ilimitado de acciones al día pero tres mínimo a la semana. Y debes ir a fichar. Aun no sabemos donde te recolocaremos para vivir pero pronto otro mensajero te lo dirá. Ahora te asignaremos un trabajo. ¿Tienes alguna pregunta más?

Tres en realidad. ¿En dónde estamos? Pues esto no se parece en nada a Agrabah y ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que la palme?  - pregunto realmente interesado, después de todo, ahora me toca vivir en un mundo muy distinto al que conocí.

Por último ¿Cómo hago para reportarme? Digo no existe un ascensor que me lleve de vuelta abajo o es que nos vena a dar alguna clase de artefacto místico que nos lleve de vuelta al infierno.

-No, no es Agrabah. Todos los reinos se han unificado. Esto es un parque y la ciudad donde estás se llama TalesTown. Habrán pasado... 600 años posiblemente.

Roth buscó en su carpeta y sacó una tarjeta de color dorado, un mapa... y una especie de arma que al momento acercó a tu mano. Apenas te dio tiempo a reaccionar cuando escuchaste el "clack" y sentiste una punzada de dolor.

-Eso es un localizador y contador de acciones; sabremos siempre donde estais y qué haceis. En cuanto a tu pregunta... -Roth señaló en el mapa que te había dado un edificio-Es, literalmente, una oficina de empleo. Allí es donde deberás dirigirte ahora a buscar el trabajo y al final de la semana a fichar por vuestras acciones. Esta vez te acompañaré pero aprende el camino. ¿Alguna otra pregunta o podemos emprender nuestro camino?

Empecemos, en verdad quiero ver lo que puedo llegar a hacer sin limitar mi potencial.

Un buen chico voy a ser y libre seré. - respondo casi cantando.

En dónde he escuchado eso antes, sé que lo he oído ¿O habrá sido mi imaginación? - pienso mientras me visualizo caminando sobre las dunas de Agrabah.

Mientras recorro la calles observo todo lo que me rodea. El lugar es simplemente fascinante, los colores, la arquitectura, la ropa.

¡Oh rayos la ropa! Necesito algo más moderno. Roz podrías ayudarme, es difícil mezclarme usando una túnica de hace 600 años, lo haría yo mismo, pero sin mi magia ni dinero es imposible.

-Tranquilo. Te daremos un paquete básico.

Caminaste con Roz por las calles de la ciudad donde podías ver a antiguos esbirros de otros villanos mendigando mientras los héroes de los cuentos paseaban y jugaban con sus hijos. Era posible que los heroes de tu historia incluso tuvieran algún niño o niña.

Mientras paseabas pudiste ver lugares como "La tartería de Blancanieves", el "Tiana's dinner" o incluso productos granjeros "Los tres cochinillos".

Roz saludaba de vez en cuando a algunas personas hasta que llegasteis al edificio donde pedirías empleo.

-Aquí estamos. -Anuncio la babosa mientras entrabais

El edificio era enorme y cuadrado. Podías ver a la gente haciendo cola mientras esperaban a alguna especie de trámite; no parecían muy felices.

Mientras observabas a ver si reconocías a alguien Roz tiraba de ti hacia una cola apartada, donde un hada con un vestido rosaceo alzó la vista de su catálogo de vestidos para miraros.

-Oh. Hola Roz. ¿Un reinsertado? Muy bien, pasad y que tome asiento.

De nuevo te tocó seguir a la babosa esta vez a través de un mostrador hasta una sala donde había una mesa con dos sillas a un lado y otra al otro. Ambas mujeres se sentaron en las dos sillas, dejándote a ti la silla de enfrente.

-Hola, querido. Mi nombre es Primavera. Bienvenido a TalesTown. Estamos encantados de que quieras reformarte. Oh, pero no estés tan tenso... Solo te haré unas preguntas... ¿Listo?

Primavera cogió una pluma y una libreta y se aclaró la voz.

-¿Por qué fuiste enviado al infierno? ¿Qué te ha motivado a estar aquí? ¿Necesitas algo que te podamos dar que no incluya armas, objetos mágicos y demás cosas que puedan ponernos en peligro? ¿Estás al corriente de los castigos? 

Buen día Primavera, es un placer. - respondo con naturalidad.

Vamos paso a paso, pues son demasiadas preguntas. - digo sonriendo.

En primer lugar, fui enviado al infierno porque fui un tonto codicioso que persiguió sueños ajenos. Lo que me motiva estar aquí es ver todo lo que realmente puedo hacer sin limitar mi potencial siguiendo sueños propios y de paso reparar parte del daño que causé antes de ser enviado al infierno. - respondo un tanto cabizbajo mientras rememoro mis viejas acciones.

Necesito algo de dinero, ropa un tanto más adecuada para esta época, un lugar donde vivir y un buen empleo que me permita ganarme la vida honestamente y ayudar a otros. - digo ya un poco más esperanzado.

En cuanto a los castigos, pues me temo que no me han informado en detalle de los mismos, pero les aseguro que pienso comportarme bien y con algo de suerta obtener un voto de confianza de su parte para que me devuelvan mi magia para poder emplearla correctamente.

Ambas mujeres te observan asintiendo y apuntando.

-Esperamos que la estancia en el Infierno te haya enseñado que esos ideales tan egoístas y malvados no son los correctos y tu magia puede ser peligrosa por ahora; quizá en el futuro te la devolvamos. Al fin y al cabo has venido para reformarte y debes aprender a portarte bien por lo que no creemos necesario tener que detallarte los castigos a no ser que incumplas alguna regla... y por tu bien no la incumplirás 

En el rostro de Primavera apareció una sonrisa siniestra que no te dio buena espina. Después procedió a hablar Roz.

-Te daremos un pack de supervivencia para tu primer mes. En él tendrás 1000$ y ropa que puedas necesitar. Permíteme tu mapa -Antes de que se lo dieras Roz ya te lo había quitado y marcó una X-Este será tu hogar. Esta cerca de aquí, sabrás ir solo. Mañana a primera hora te acompañaré a tu nuevo trabajo.

Al observar el rostro de ambas mujeres empecé a preguntarme ¿Qué se traerían entre manos? Pero opté por guardar silencio y escuchar.

Luego recogí el pack de supervivencia y el mapa.

Muchas gracias hermosas. Espero poder ser digno del voto de confianza que me están dando. Ahora si me disculpan voy al baño a cambiarme de ropa y luego a hacer algunas compras.

Tras cambiarme de ropa me dirijo a mi nuevo hogar, pasando previamente por alguna tienda de víveres. 

Una vez instalado, cojo la guía telefónica y busco la dirección de alguna tienda de armas. Sin mi magia me siento algo inderenso y es mejor agenciarme algo que me permita protegerme de los peligros de este nuevo mundo.

Saliste de la Oficina de Empleo con paso decidido y la cabeza bien alta. Al fin y al cabo eras Jafar. La gente te miraba y cuchicheaba, algunos chicos jóvenes incluso se reían de tus pintas o hacían gestos que implicaban el hipnotizar con una serpiente, pero tú seguías con la cabeza muy alta.

Llegaste a tu casa, un apartamento extremadamente sencillo y que prácticamente solo se separaba en la habitación que venía con un escueto baño con ducha de plato. Por lo menos desde el balcón podías ver la hermosa ciudad de TalesTown.

En la nevera había algo de verdura, carne y productos congelados con sus claras instrucciones de como usarlo y en el armario un par de camisas y pantalones que podías llevar acorde al lugar en el que estabas. En general era un lugar muy simple.

No será el palacio del sultán, pero al menos tengo un techo sobre mi cabeza. Por algo se empieza. - digo en voz baja mientras observaba la calle.

Tras beber un poco de agua y una ducha fresca sólo me queda relajarme y descansar unos minutos, salgo a comprar un arma.

Quizá el apartamento no era lo más lujoso que podías tener pero sólo el hecho de poder darte una buena ducha y saborear un agua libre de azufres y fosfato ya te animaba un poco más. Una vez descansaste y ya renovado saliste de tu apartamento en busca de un arma. 

Cuando fuiste a la oficina de empleo ya pudiste hacerte una idea de todo lo que podías encontrar en ese mundo de fantasía, no parecía que fueran a vender armas en cualquier lugar como si cualquier cosa; casi todo eran librerías, tiendas de alimentación y un enorme gran almacén que se llamaba Herc-athlon que parecía tener todo lo necesario para ser un héroe verdadero.

Ya era una buena hora de la tarde así que no se veían muchos niños por ahí, más bien jóvenes que ya pensaban irse a casa... ¡Ni siquiera eran las 8! Ese mundo realmente estaba echado a perder, sin travesuras, sin maldad, sin... nada divertido. Y seguías sin encontrar una tienda de armas así que te quedaba resignarte e ir a casa o seguir investigando por si encontraras otra tienda a la que ir.

Decido continuar brevemente con mi investigación de forma tal que pueda conocer un poco más mi nuevo ambiente.

Con algo de suerte hallaría pronto la dichosa tienda de armas. Se suponía que esto no debía ser tan difícil, después de todo revise dos veces la dirección en la guía telefónica.

¿En dónde estás? ¿Acaso me habré equivocado?

Seguiste caminando por la ciudad pero no encontraste nada... al menos a primera vista. Todo en TalesTown era demasiado... colorido y puro; sería imposible buscar la tienda pero cuando estuviste a punto de irte a casa viste una pluma, un pluma roja, con la punta azul... Esa pluma te recordaba a alguien... 

De inmediato detengo mi marcha y sigo el vuelo de la pluma.

No es posible, no puede ser él.... - pienso mientras trato de alcanzar la pluma.

Vamos condenada pluma, ven aquí. Si tan sólo tuviera mi magia ya te tendría en las manos. - digo mientras salto para intentar coger la pluma.

La pluma flota hasta que logras cogerla. Sin duda parecía una de sus plumas. Miraste hacia arriba y viste que de una ventana caía otra. Fuera o no fuera él ahí había alguien que tenía sus mismas plumas.

Al ver caer la pluma, me apresuro a buscar una ruta por la cual llegar a aquella ventana sin romperme rodos los huesos, pues no tengo apuro en volver a morirme.

Ojalá y tuviera mi magia de vuelta, esto sería excesivamente sensillo si así fuera. - rezongo mientras tomo nota del piso y busco un acceso un tanto más ortodoxo.