Partida Rol por web

Torre en brumas

Iaobahl

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30/01/2015, 05:35
Aldis

La mujer pelirroja miró a Aleera, y después a los demás en la habitación hasta decidir que se sentía segura.

—Me preguntó dónde estábamos. Quiso saber cosas sobre Nefaria: quién mandaba, los nombres de las tabernas y cosas así.  Luego me preguntó sobre los establos en el pueblo. Dónde estaban, cuánta gente trabajaba y si pasaban la noche ahí. Le hablé sobre el dueño y su aprendiz. El dueño siempre se marcha un poco antes del anochecer porque todavía es joven y fuerte, pero está algo corto de vista. El chico se queda toda la noche.

A medida que hablaba, la mujer miraba confusa a uno y a otro, entendiendo que algo importante pasaba pero sin saber qué.

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02/02/2015, 01:22
Aleera

Aleera se encogió de hombros y miró a lso demás.

En resumen: Que Nikander no parece tener la más remota idea de qué sitio es este tampoco—dijo—. Y probablemente quería un caballo.

Aquello no tenía ningún sentido. Si el mago ya había hablado con Aldis antes, ¿cómo era que de repente quería saber cosas sobre Nefaria? ¿había otra Aldis en Faerun y aquel malditio lugar estaba lleno de dobles o algo así? Empezaba a dolerle la cabeza con tanta incongruencia.

Y para colmo tendría que esperar a salir para poder comunicar aquella opinión. Si lo hacía ahora la mujer era capaz de mirarla como quien mira a un dragón de tres cabezas.

En lugar de ello, se limitó a dirigirles a sus compañeros una mirada de ojos entrecerrados mientras negaba levemente con la cabeza, como quien no se siente precisamente despejado de incógnitas.

Aunque escucharía a quien tuviese algo más que decir.

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02/02/2015, 20:29
Iseo de Candelero

No resultaba complicado conectar la historia de Aldis con la que había compartido Zz’pora junto a la hoguera, dos días atrás. Esa joven era parte de lo que había sucedido en Faerûn, y sin embargo, Hagga aseguraba no recordar nada. ¿Qué sentido tiene todo esto? Se preguntó, de nuevo. ¿Tenemos una copia de cada uno de nosotros en este lugar? ¿O es algo diferente? Iseo ni siquiera tenía claro que se encontraran en otro mundo, en un lugar físico.

—¿Recuerdas cómo te enteraste de que Hagga sabía de ese asunto? —preguntó—. Siento la curiosidad, pero ¿cuánto tiempo llevas en Nefaria? ¿Eres de aquí?

La clave de todo tiene que estar en aquel hombre, Iaobahl, y su relación con este lugar.

—Concuerdo, Aleera —asintió, cuando la elfa sintetizó la información recibida—. Parece que planea un viaje, y no uno breve.

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02/02/2015, 23:59
Aldis

—Claro.

La mujer se dio un instante para recordar cómo había llegado hasta Hagga.

—Pues hablando del tema por ahí descubrí que bastante gente estaba enterada. Claro, yo sabía a quién se lo había dicho yo, así que empecé a preguntar a los que no. Varios llevaban indirectamente hasta mí: se lo había dicho alguien que conocía a alguien al que yo le había contado... Luego había otros hilos que acababan en Hagga. Él se lo había contado a alguien, aparentemente, pero no lo recuerda, y no hay manera de saber quién se lo dijo a él. Quizá haya magia implicada como en mi caso.

Cruzó la vista con Evaryan, quien sonreía impresionado. Cuando notó la forma en la que la mayoría de los presentes la miraban, la chica se ruborizó. Evidentemente no cualquier plebeyo tendría curiosidad o motivación para indagar de esa forma, y menos aún serían capaces de hacerlo con tanta eficacia. 

—Tengo tiempo libre. Mi marido murió hace dos inviernos, y me dejó suficiente dinero— dijo, casi con tono de disculpa.

—Además, mi padre fue un... un brujo. No sé nada de magia, pero me interesa.

El tono había sido de casi confidencia. Y no era de extrañar: una confesión así debía de meter en muchos problemas en un mundo tan hostil hacia lo sobrenatural como este. Para contar eso a casi desconocidos la chica debía de haber sentido que confiaba en ellos... o era increíblemente inocente.

—Y respecto a la otra pregunta: sí, soy de Nefaria. Nací aquí y siempre he vivido aquí, salvo por viajes de negocios con mi marido y su hermano a la capital. Todavía voy con frecuencia.

La mujer sonreía a Iseo, incapaz de ver la pregunta como otra cosa que un educado interés en ella. 

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05/02/2015, 12:38
Zz'pora

—Erudita, ¿podrías echarle un vistazo a la puerta? —le pidió a Iseo—. Espero que Nikander no nos esté espiando mágicamente, de algún modo, con lo que quiera que grabara allí.

Zz'pora suspiró. Parecía que tampoco iban a sacar nada en claro de allí.

—Supongo que el siguiente paso es el establo ¿no? Tal vez ellos nos puedan decir dónde planeaba ir Nikander.

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05/02/2015, 18:31
Evaryan "Palabras Melosas"

Evaryan asintió. No entendía la situación de los extranjeros, pero Nikander era una presa escurridiza. En todo caso, tenían una pista.

—Al menos tenemos una testigo confirmando que Nikander estuvo detrás de la mentira— le dijo al hombre lagarto —Seguiré buscando pruebas hasta que todo el mundo sepa lo que de verdad pasó.

Miró a Aldis, confirmando con alivio que la pelirroja estaría dispuesta a repetir la historia a quien hiciera falta.

—Os puedo llevar al establo.

Se ofreció.

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05/02/2015, 23:41
Iseo de Candelero

La explicación de Aldis no arrojó nueva luz sobre el enigma. Había una conexión evidente entre Faerûn y aquel lugar, pero no iba a descubrir en qué consistía sin una investigación más prolongada. A menos que dieran antes con Nikander, y él lo supiera.

—¿Cómo se llamaba tu padre? —preguntó a la joven. No esperaba sacar nada de la respuesta, pero sentía curiosidad por descubrire si era un nombre conocido.

Zz’Pora le pidió que comprobara lo que había hecho Nikander en la puerta. Dudaba que Nikander tuviera la capacidad de hacer algo así, pero merecía la pena comprobar de qué se trataba.

—No creo —respondió simplemente—. Pero lo examinaré antes de marcharnos.

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06/02/2015, 01:21
Aldis

—¿Mi padre?— la pregunta claramente sorprendió a Aldis, pero contestó prontamente —Se llamaba Aedric, de Cubina.

Guardó silencio, como preguntando con la mirada si lo conocía, pero no era el caso. Iseo no había oído de tal mago en Faerun, y si la simetría entre los dos mundos era completa (cosa incierta), eso significaba que no sería un conjurador de gran poder. Por supuesto, nadie podía conocer a todos los usuarios de magia de Faerun, y en este caso probablemente no fuera importante.

—Tened cuidado si vais tras Nikander.

Claramente la mujer tenía miedo del brujo. Por lo que había contado, tenía sus razones.

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07/02/2015, 12:40
Aleera

—Que tenga cuidado él—murmuró Aleera hoscamente.

Estaba teniendo verdaderos problemas para no soltar una maldición que hubiera hecho estremecerse al más abierto sacerdote de Tymora. Parecían tontos yendo de un lado a otro solo para que no les dijeran nada en absoluto o para que les dijeran cosas que ya sabían, o que no les interesaban; y mientras tanto Nikander seguía poniendo tierra de por medio.

Y del establo nos mandarán a la panadería, y de la panadería nos mandarán a... —gruñó. Luego se pellizcó el puente de la nariz para detener en seco el reniego y cogió aire para emplearlo en algo más util, incluso empleó un tono menos seco—. Creo que el cretino del posadero dijo que partió hacia el norte. Si fue en un caballo comprado, o robado, o lo que sea, es lo de menos. Lo que importa es que no nos vuelva a sacar kilómetros de ventaja.

Se encogió de hombros.

—Así que o nos damos una prisa del diablo, o conseguimos caballos nosotros. Pero no sé hasta que punto es contraproducente entrar con caballos en esa locura de bosque.

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07/02/2015, 13:25
Iseo de Candelero

Asintió cuando Aldis dijo el nombre de su padre. Nunca lo había escuchado. La ciudad, sin embargo, había sido mencionada por Evaryan en la posada: "los sabios de Cubina".

No sorprendentemente, Aleera volvió a mostrar síntomas de impaciencia. Un carácter tan opuesto al de todos los elfos y druidas que Iseo había conocido hasta el momento, que resultaba casi cómico.

—Dudo que tengamos tanta suerte —respondió, con toda seriedad—. Si aprendemos la dirección en la que se ha marchado y lo que se ha llevado consigo, sabremos cuál es su destino.

Y si realmente se ha llevado un caballo, y por qué. Iseo sabía que los magos podían invocar monturas con facilidad. Los más poderosos, incluso, eran capaces de llamar a caballos fantasmales, mucho más veloces que los de carne y hueso.

—Por otro lado, es improbable que haya vuelto a internarse en el bosque. Seguirá alguno de los caminos, o carreteras, si las hay.

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08/02/2015, 20:25
Evaryan "Palabras Melosas"

—Está cayendo la noche. Mejor nos damos prisa.

Dijo Evaryan. Era cierto que el día estaba muy avanzado, y aunque por las ventanas se veía una cielo iluminado de rojo, las calles ya estaban llenas de sombras. El bardo agradeció la ayuda a Aldis, dedicándole una sonrisa encantadora, y salió del edificio preparado para guiarles a los establos.

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09/02/2015, 01:01
Director

Al salir todos dedicaron un momento a examinar la puerta, Iseo con más atención que nadie. No había señal de marca alguna, al menos a simple vista, pero la erudita sabía que eso no significaba nada. En respuesta a un corto rezo de Iseo, una runa surgió de la nada en la madera. La silueta brilló, revelando su forma durante unos instantes antes de volver a desaparecer.

El símbolo ya era conocido: la marca arcana de Nikander. A la vez una firma y un vínculo mágico, la runa podía tener algún propósito desconocido, pero la erudita sospechaba que el mago usaba su marca como forma de identificación y señalar propiedad. Por mérito de magia, el miedo o sus encantos, Nikander consideraba a la muchacha pelirroja sometida.

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10/02/2015, 00:33
Iseo de Candelero

Iseo dejó marchar la magia. La runa desapreció de la puerta como si nunca hubiera estado inscrita sobre la madera. Se mordió el labio, pensativa. Se preguntaba qué revelaba la obsesión de Nikander por dejar su marca. Porque no podía entenderlo como algo diferente, solo como un afán malsano de propiedad difícilmente justificable de otro modo.

—Es solo su marca —dijo—. De nuevo. De un objeto no desaparecerá como sí lo hará de la piel de los pequeños, pero no es más dañina que una firma con tinta.

Casi sin que se dieran cuenta, la tarde había dado paso al ocaso, y Nefaria se había transformado en una colección de ominosas sombras alargadas.

—Evaryan tiene razón. Vamos.

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10/02/2015, 13:24
Aleera

Aleera suspiró con resignación en cuanto salió de la casa y vio el tono del cielo. Toda la impaciencia que le provocaba aquella situación en la que les hacían prebotar de un lado a otro como bellotas en una lata sin sacar prácticamente nada de ello se vaporó sólo para caerle luego encima como un chaparrón. Ahora se sentía deprimida.

Maldito fuera Nikander y maldita fuera su suerte. Y aquel mundo también, ya puestos.

Habría que contemplar la posibilidad de pasar la noche en la posada... —dijo con el mismo entusiasmo por la idea que podría producirle el pisar un cardo sin llevar puesta la bota—. Es decir, salir con la noche encima por un terreno desconocido es absurdo.

No aprovechaban el tiempo haciendo eso, y para colmo se exponían a más sorpresas desagradables como la otra vez; en el peor de los casos incluso les podrían retrasar. Y ella había terminado con las sorpresas desagradables que sólo asomaban las narices por la noche; ya tenía suficiente con las que lo hacía de día, gracias.

Siguió a los demás hacia el establo, deseando que aunque fuese por aquello de que a la tercera iba la vencida, sacasen algo de información útil y todo aquello no hubiese sido una completa pérdida de tiempo.

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10/02/2015, 23:46
Xander

Xander escrutó a Aleera con el tipo de mirada fría y calmada que comparten los muy sabios y los muy tontos. La opinión que le mereciera pasar la noche en Nefaria, se la guardó para sí, pero sí coincidió con el bardo dedicándole un asentimiento.

—Otro día muere y el mago sigue suelto...

Todavía había una torre llena de gente inocente que esperaba volver a casa. La responsabilidad era mucha y sin embargo se enfrentaban a dificultades abrumadoras: un mundo extraño y hostil, más el silencio de sus dioses.

Cuidándose de que su expresión reflejara el pesimismo que sentía, el ilmaterino echó a andar hacia los establos.

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10/02/2015, 23:46
Director

Guiados por Evaryan, los cinco andaron hacia los establos con el sol rojizo a la izquierda y la luna creciente a la derecha. Cuando se escuchó un graznido sorprendentemente articulado todos pensaron en Kra, pero no pudieron verlo por ninguna parte. Había resultado natural que el cuervo se quedara fuera mientras el grupo estaba en la taberna, pero lo cierto era que no se le había visto en las últimas horas.

Los establos estaban en la parte norte del pueblo. De hecho, resultaron ser el último edificio antes de que el asentamiento diera paso a una despejada llanura atravesada por un camino que corría paralelo a un río. Junto a un lateral de los establos había un caballo suelto y sin vigilancia, cosa inusual como poco. El animal no tenía silla ni bridas, y pastaba nerviosamente como lo haría un ciervo, dedicando frecuentes y profundas miradas a cualquier cosa que se moviera alrededor.

Las puertas de los establos estaban abiertas de par en par y de dentro salía luz rojiza como de una lámpara. ¡KRA! Del interior se escuchó ahogado el graznido del cuervo. Más poderosa que nada de lo que oían o veían era la sensación de que algo andaba mal.

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12/02/2015, 23:03
Iseo de Candelero

—O podemos acampar cerca del pueblo —replicó a Aleera—. Me gustaría pasar una noche en una cama de verdad, pero no creo que debamos forzar nuestra “bienvenida”.

En cualquier caso, sospechaba que los próximos días acabarían en noches sin techo. Si encontraba su rastro, un solo jinete hábil sería capaz de alcanzar al mago con prontitud. El grupo carecía de caballos por el momento, e incluso con ellos, ella apenas era capaz de mantenerse sobre la silla, aferrándose al pomo y las riendas como si su vida dependiera de ello, en cuanto el animal se lanzaba al trote.

Mientras pensaba en ello, Evaryan los guió hacia el establo, justo en la salida norte del pueblo. Puertas abiertas pero nadie en el exterior, solo un caballo pastando suelto y sin supervisión. Una estampa era extraña, impropia de un negocio. Un graznido de Kra sonó en el interior. ¿Lo hemos encontrado por fin?

—Con cautela, por favor —pidió, mirando alternativamente a Zz`pora y Xander, los dos compañeros mejor armados y protegidos, y a quienes consideraba más experimentados—. Puede que se encuentre dentro.

Aunque, si realmente está dentro e inicia hostilidades, de poco servirán sus protecciones.

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12/02/2015, 23:08
Aleera

Aleera había asentido, tampoco le parecía mal la propuesta de Iseo sobre pasar la noche cerca del pueblo y más teniendo en cuenta que aquel posadero podía llegar a ser tan estúpido como para quejarse de que cinco bichos raros se alojasenen su posada. Aunque esos cinco bichos raros en cuestión significasen ingresos para él.

O también podemos meternos directamente en un lío... —suspiró con desmayo cuando vio el percal que se cocía en el establo ¿es que era imposible evitar los problemas en aquel maldito plano? empezaba a creer que etos eran entidades vivas que les perseguían—. A ver lo que tardan en echarnos la culpa de lo que sea que pase ahí. Aprovechemos mientras.

Kra no había dicho absolutamente nada de Nikander hasta ahora, aunque en aquel momento había pasado como por ensalmo de estar en su hombro a estar dentro del establo. Estaba claro que aquello podía ser hasta una trampa, pero también estaba claro que era el único sitio donde aún podían encontrar alguna pista.

Y llegados a aquel punto, le daba ya igual.

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13/02/2015, 00:47
Xander

Xander mantuvo la mirada con Iseo, interpretando a la perfección sus dudas. No le fue difícil, pues él mismo las sentía.

—Si está ahí, no derramaré su sangre sin provocación— dijo, recordando el pacto hecho a la luz de la hoguera —...pero sí haré lo necesario para que no escape.

Había empuñado su mangual, y un chasquido confirmó que el mango quedó sujeto en el guantelete izquierdo. Intercambió una mirada con Zz´pora y empezó a caminar hacia el establo, en la vanguardia del grupo. Mientras caminaba, en voz baja pidió a Ilmater el valor para resistir lo que encontraran dentro. No obstante, como había hecho toda su vida, lo que Xander pedía era para otros, y en esta ocasión sus deseos iban para Zz´pora, quien tenía más motivos que nadie para temer al mago.

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13/02/2015, 10:22
Zz'pora

—No creo que tengamos tanta suerte de encontrárnoslo aquí —respondió Zz'pora, sin desenvainar siquiera el macuahuitl—. Estoy con Aleera. Probablemente sea un problema que los lugareños no tarden en endilgarnos. 

El hombre lagarto acompañó a Xander a la vanguardia del grupo. Estaba preparado para desenvainar el arma de cuchillas de obsidiana, pero algo le decía que no era exactamente lo que necesitarían.